tag:blogger.com,1999:blog-3985122186044911522024-03-19T02:40:37.646-07:00HISTORIA DE QUESADAArtículos y notas sobre la historia de Quesada (Jaén). Por Vicente Ortiz GarcíaUnknownnoreply@blogger.comBlogger44125tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-51876609971483604932024-03-09T00:46:00.000-08:002024-03-09T00:46:17.862-08:00LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN QUESADA. 2ª parte (1811-1814)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtmfwfZo3LmjPMn5RwRRKS0t_EJycWhFcdlDChPG3XcfgR__UHXgS7YSAEmSDrlyMu0elOCpZH8tyLIMTqTtmN-6cD0XPLep7wUcrJhZCg2tRO_FcQb80HARGuKf13gY0QBhZTffP3YdKab37c0LPRpZn3azTLRFGGRdo8K3uqiAC7_xgQQQlo3h6pWNzX/s1834/ATAQUE%20DE%20JULIO.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1387" data-original-width="1834" height="484" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtmfwfZo3LmjPMn5RwRRKS0t_EJycWhFcdlDChPG3XcfgR__UHXgS7YSAEmSDrlyMu0elOCpZH8tyLIMTqTtmN-6cD0XPLep7wUcrJhZCg2tRO_FcQb80HARGuKf13gY0QBhZTffP3YdKab37c0LPRpZn3azTLRFGGRdo8K3uqiAC7_xgQQQlo3h6pWNzX/w640-h484/ATAQUE%20DE%20JULIO.jpg" width="640" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></b><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Esta es la segunda parte de la Guerra de la
Independencia en Quesada, en la que se hacen numerosas referencias a la
primera, que está disponible en el blog o directamente <b><a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2023/11/la-guerra-de-la-independencia-en.html"><span style="color: red;">(aquí)</span></a>.</b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Quesada
había terminado 1810 con la precaria elección de alcaldes ordinarios para el
año siguiente. Precaria porque el asalto de los invasores al ayuntamiento
obligó a improvisar las bolsas y bolas de insaculación para sortear los cargos.
Militarmente la situación estaba estancada y se había convertido en una guerra
de desgaste. Aunque los franceses controlaban la capital y los grandes pueblos
de la provincia, no habían conseguido acabar con la resistencia de las
guerrillas. Como decía en la primera parte, esta igualada situación no dejaba
de ser un fracaso para el ejército más poderoso de Europa. Los conquistadores
del mundo, como les llamó Bielsa, se mostraban incapaces de imponerse a unas
guerrillas formadas por algunos militares desperdigados de las unidades
derrotadas en el mes de enero pasado y por paisanos bastante anárquicos y poco
experimentados.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">1.- Un
año de guerra.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La guerra
duraba ya casi dos años y medio desde que comenzó en la primavera de 1808. Pero
en estas tierras la guerra efectiva, con muertos y con tiros, había comenzado apenas un año antes, porque
el primer año y medio se vivió el conflicto desde la retaguardia. Al entrar
1811 en el Reino de Jaén se sucedían las acciones de unos y otros, los ataques y
los contraataques, las represalias sangrientas, sin que ningún bando
consiguiera imponerse con claridad al otro. Los continuos episodios militares afectaron
gravemente la vida de los pueblos. La inestabilidad y la inseguridad dificultaban
que en los campos, llenos de gentes armadas, se pudiera llevar una vida normal y
que los ganaderos, los habitantes de los cortijos, los arrieros y trajinantes
se pudieran dedicar a sus trabajos y producciones con una mínima tranquilidad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
cazorleño José Sanjuán describió con crudeza<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a> los asesinatos, saqueos,
robos y represión de los ocupantes. La escasez y carestía de toda clase de
géneros, especialmente de trigo y de pan, se dejó sentir con fuerza. Los
pueblos estaban en una situación muy difícil, y muchos de sus vecinos en una
situación de miseria cercana al hambre. La presencia de tantos soldados y
gentes forasteras, a los que había que suministrar alimentos, de grado o por
fuerza, multiplicaba el consumo de grano. Aumentaba el consumo y la demanda,
pero no lo hacía la producción, entre otras causas porque buena parte de la
gente más joven estaba en la cosa militar y no podía trabajar el campo. Esta
circunstancia se observa en todas las guerras, no fue particular de esta. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como resultado
de la escasez los precios fueron empujados al alza. En la primera parte se vio cómo
a principios del verano de 1808 la fanega de trigo estaba en 40 reales y la
hogaza de pan en 7 cuartos, 0,82 reales. Un año después, en julio de 1811, en
Cazorla se vendía la hogaza en 20 cuartos, es decir, 80 maravedíes o 2,35
reales.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn2" name="_ednref2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a> En Quesada, aunque no hay
datos para primeros de este año, los precios debían ser muy similares. Siguieron
subiendo y ya en enero de 1812 el Ayuntamiento de Quesada fijó la hogaza en 27
cuartos o 3,2 reales, la de maíz subió a 17 cuartos, igual que la de cebada. Eran
unos precios insólitos, como infrecuente era que se fijase precio al pan de
cebada, señal de que se recurría para comer a cualquier cereal disponible. Para
valorar tan dramática carestía hay que considerar que afectaba muy
especialmente a todos aquellos que no tuvieran tierras propias o arrendadas y que
no dispusieran de trigo propio que panificar y cocer. Este grupo era una
proporción muy considerable de la población, en torno a un 35 o a un 45 por
ciento. Por entonces el jornal estaba en unos 5 reales, de manera que es fácil
deducir que en meses de muchos jornales comerían pan de cebada, y a saber qué en
los meses de poca faena como marzo. Los vecinos, especialmente los menos
pudientes, atravesaban un momento difícil, equiparable, si no peor, al que
vivieron durante las sequías y hambrunas de 1803-1805.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como
ya se dijo en la primera parte la tradición, varios siglos antigua, del
Ayuntamiento de Quesada era la división y el enfrentamiento de sus miembros,
absorbidos por interminables querellas. Aunque para este año de 1811 no se
conserva el libro capitular, hay que imaginar que seguirían sin actuar unidos y
que las diferencias entre ellos fueron importantes. Raro sería que personas
criadas en las banderías, divisiones y enfrentamientos hubieran variado su
comportamiento, por mucha necesidad que hubiera en tiempos tan peligrosos de
proteger al común. A los tradicionales bandos de partidarios de gobierno por
alcaldes ordinarios y partidarios de corregidores y alcaldes mayores ahora se
uniría el de los favorables a la resistencia patriótica y el de los más o menos
afrancesados, con todos los puntos intermedios y acomodaticios para salvar la
propia cara. En el caso de Cazorla existen las memorias y recuerdos personales de
José Sanjuán, testigo de los acontecimientos. Narra Sanjuán algunos sucesos
intrigantes, que acreditan cómo entre regidores y vecinos había opiniones
diversas y que actuaron en función de ellas. Aparte de las peculiaridades que
diferenciaban ambas villas, Cazorla arzobispal y Quesada realengo, de la mayor
presencia de las partidas guerrilleras en una que en otra, por cercanía y
similitud económica y social, creo que se pueden establecer paralelismos y que
no debieron ser muy distintas las cosas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
diciembre del año anterior se habían elegido en Cazorla, al igual que en
Quesada, alcaldes para el año 1811, que prácticamente no llegaron a tomar
posesión porque renunciaron. Según Sanjuán, el 14 de enero se reunió un amplio
grupo de paisanos en la calle y se constituyeron en una especie de asamblea
vecinal. En ella eligieron alcaldes, sin que hubiera discrepancia entre los
asistentes “por la concordia que tenían formada” (previamente). Tomaron
posesión de las varas sin ningún formulismo verbal o escrito. A continuación un
fraile secularizado dio un discurso desde el balcón de la casa consistorial “exhortando
a la paz, al amor, a la justicia, puesto que donde existe no hay desigualdad,
crueldad ni tiranía”. Resulta muy peculiar y extraña esta asamblea popular que
toma “el mando” de la villa. Más sorprendentes aún son las aclamaciones al
llamamiento a la paz del fraile, que en ese momento solo podían significar una
crítica al uso de las armas contra José I. Y es que las decisiones de esta
asamblea no fueron en contra de los invasores, pues a los pocos días el
prefecto Echazarreta dio el visto bueno y confirmó a los elegidos en la
tumultuosa junta vecinal. Entre las primeras medidas que tomaron las nuevas
autoridades estuvo, según Sanjuán, la de enviar un comisionado al general Blake
para que la guerrilla “no hiciese mansión” en el pueblo, es decir, que se fuera.
<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No hay
que suponer que en Quesada ocurrieran necesariamente sucesos similares, no lo
sabemos ni no la vamos a llegar a saber nunca. Pero sí es seguro que la
población tampoco formó un bloque monolítico y patriótico opuesto al invasor.
Al igual que en Cazorla, tuvo que haber “partidarios de la paz”. De hecho, y
como más adelante se verá, en Quesada hubo partidarios del invasor que actuaron
directamente como espías del enemigo informando de los movimientos de las
tropas españolas. También hubo movimientos extraños en el nombramiento de
alcaldes, que veremos, y que solo se pueden interpretar en este mismo sentido.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
octubre de 1810 murió el brigadier Antonio Calvache, jefe de las partidas
guerrilleras de Jaén, en acción de guerra en Villacarrillo. Le sucedió
Francisco Barreda y desde abril Lorenzo Cerezo, que mandaba, además de en las
guerrillas, en el batallón de Voluntarios de Burgos (ya van apareciendo
unidades del ejército regular).<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn3" name="_ednref3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a> Durante aquellos primeros
meses del año la acción se desplazó algo más al norte, pues los franceses
intentaron (sin éxito) penetrar en la Sierra de Segura, corazón de la
resistencia guerrillera. Lo que no significa para nada que la cosa estuviera
tranquila más abajo, por Cazorla y Quesada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Hace
unos años Nicolás Navidad descubrió una carta de mayo de 1811 que hace
referencia a una acción militar en Quesada. La carta se subastaba en internet y
el Ayuntamiento, alertado por Nicolás, se hizo con ella por poco dinero. Con
este motivo publicó en la Revista de Ferias (2015) el primero y hasta ahora
único artículo sobre la Guerra de la Independencia en Quesada. La carta está
fechada en Cádiz el 2 de mayo de 1811. La remite José Heredia y Velarde,
secretario del despacho de Guerra de la Regencia al general Manuel Freire.
Freire había enviado a Cádiz unos partes informando de la acción militar tenida
en Quesada el 4 de marzo del mismo año y en esta carta Heredia daba el acuse de
recibo. Es corta y dice así:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">He
dado cuenta al Consejo de Regencia de España e Indias de los partes que V.S. me
remite en 24 de marzo último de la acción que ha tenido en Quesada el capitán
de la 4ª compañía de guerrillas Don Mariano Ximénez el día 4 del mismo, lo que
ha visto S.A. con la mayor satisfacción, y me manda a decir a V.S. que
manifieste al referido capitán Ximénez el aprecio que hace S.A. de sus
servicios.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">He
intentado localizar en el Archivo Histórico Nacional los partes de la operación
a que se refiere, pero no lo he conseguido por el momento. No tengo información
sobre lo que sucedió en Quesada ese 4 de
marzo. Sin embargo, no tuvo que ser cosa despreciable y sí lo suficientemente
importante como para que Freire enviara a Cádiz la noticia y desde allí se
mandara felicitar al capitán que la protagonizó. Mariano Jiménez de Baguer era
el segundo de Lorenzo Cerezo. No hay que confundirse con el nombre de la
unidad, 4ª compañía de guerrillas, pues pertenecía al ejército regular, que
también usaba pequeñas formaciones móviles que desplegaban tácticas similares a
las de las partidas. No sabemos lo sucedido el 4 de marzo en Quesada, pero si
podemos conocer el contexto siguiendo la narración de José Sanjuán.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Según
Sanjuán, la madrugada del día 2 de marzo se acercó a Cazorla un contingente
francés formado por 100 dragones montados y 300 infantes. No llegaron a entrar,
sino que acamparon en las inmediaciones, donde robaron y quemaron cortijos
“procediendo a las violencias y demás horrores que la modestia debe ocultar”
(se está refiriendo a violaciones). Estos franceses procedían de Baza, de
manera que tuvieron que pasar por Quesada o por sus inmediaciones. El día 8
entraron en Cazorla, exigieron suministros y robaron “ropas y alhajas”. No se
quedaron allí; volvieron a la campiña, donde se mantuvieron hasta el día 19, en
que regresaron a Baza cargados con el botín. Estaban por tanto los franceses acampados
en las inmediaciones el día 4. La acción del capitán Jiménez debió ser la
defensa de Quesada, si los franceses intentaron entrar en ella como hicieron en
Cazorla, o bien el ataque desde Quesada a algún grupo enemigo acampado por la
zona. A pesar de lo contento que debió quedar Freire de los hechos, de los que
informó al Consejo de Regencia, el éxito no fue completo, pues los franceses permanecieron
y llegaron a entrar en Cazorla. El capitán Jiménez continuó por la comarca y en
verano lo veremos en Quesada con su infantería instalada en la plaza. Mientras
tanto las partidas guerrilleras seguían actuando en la zona. La <i>Gaceta de la
Regencia</i> menciona expresamente a los ya conocidos Pedro Alcalde y Jerónimo
Moreno, el guerrillero quesadeño (ver la primera parte). Según el periódico de
Cádiz, el 30 de marzo hubo una acción en Cazorla entre los franceses y las
partidas de ambos guerrilleros en las que perdió el enemigo “12 o 14 soldados.”<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn4" name="_ednref4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Las partidas,
dentro del proceso de militarización de las guerrillas irregulares que poco a
poco se daba, se constituyeron en Batallón de Voluntarios de Jaén.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn5" name="_ednref5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></a> A finales de mes
consiguieron un importante éxito, expulsando a los franceses de Úbeda, donde se
mantuvieron toda la primavera resistiendo feroces contraataques de los
imperiales. El impacto de este triunfo fue grande. Tras más de un año
resistiendo en sus reductos serranos a los ataques franceses, las fuerzas guerrilleras
y militares de la resistencia entraban abiertamente en la campiña y se hacían
con la cabeza del partido. Durante varios
meses los pueblos quedaron separados de las autoridades josefinas de Jaén,
instaurándose una nueva administración dependiente de la Regencia de Cádiz. El
15 de mayo don Juan Modenés, nuevo intendente provincial en las zonas liberadas
de la provincia, hizo una visita de inspección a Quesada.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn6" name="_ednref6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></a> En Cazorla se sustituyó el
ayuntamiento afrancesado salido de la asamblea vecinal de enero por otro
adicto, en Jódar se celebró junta parroquial para elegir vocales que
participaran en la elección de diputados a las Cortes Constituyentes.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn7" name="_ednref7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></a> Con los primeros calores
los imperiales retomaron la iniciativa y el protagonismo pasó a la disputa por la
llamada Raya de Murcia, en la que Quesada jugó un importante papel. Pero antes
de entrar en estos episodios, los mejor documentados de la guerra para Quesada,
hay que referirse a la supuesta muerte del guerrillero local, don Jerónimo
Moreno. Moreno había alcanzado el grado de teniente de caballería, recomendado
por el brigadier Calvache que pidió su ascenso porque se había “distinguido y
batido con mucho valor repetidas veces con el enemigo (y) se hallan sin ninguna
recompensa militar.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn8" name="_ednref8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como
ya se ha visto, la partida de Moreno, de la que formaban parte sus hermanos
Juan y Luis, actuaba en unión de la de Pedro Alcalde, quizás el guerrillero más
famoso de la provincia. La movilidad de estas dos partidas insurgentes fue
sorprendente y sus acciones tenían como
escenario casi toda la provincia y también las de Granada, Málaga y Córdoba. Si
el 30 de marzo estaban enfrentándose a los franceses en la comarca, en mayo se
movían a bastante distancia de ella. Según la <i>Gaceta de la Regencia</i>, el día 11 asaltaron un convoy en
Cuesta Blanca (pasado Loja, camino de Archidona). Capturaron 400 caballerías
cargadas de paja y grano, mataron a “cuatro o cinco dragones” e hicieron huir a
la infantería de la escolta, que abandonó armas y mochilas.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn9" name="_ednref9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></a> Estas noticias publicadas por
las gacetas hay que tomarlas con cautela, pues siempre barría cada una para su
lado. La prueba es que desde el otro bando, <i>Gaceta de Madrid</i>, se había
anunciado que a mediados de febrero se interceptó a la partida de Moreno en la
campiña de Córdoba y se les había cogido “seis malhechores, ocho caballos,
trece fusiles, dos pistolas, siete cartucheras y siete puñales”. El resultado,
según la gaceta madrileña, había sido “la disolución de la cuadrilla” y que el
propio Moreno se entregase “suplicando ser incorporado” a la partida de Ariza
(formada por españoles “juramentados” en el bando napoleónico).<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn10" name="_ednref10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></a> Es evidente que no fue
así, que Moreno no se pasó de bando y que la noticia era exagerada, cuando no
totalmente inventada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Siguieron
Moreno y Alcalde actuando por el sur de
Córdoba. La tarde del día 31 de mayo entraron en Baena, libertaron a los presos
de la cárcel y “mediante métodos no exentos de violencia” consiguieron un
importante botín “de caballerías, armas y demás”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn11" name="_ednref11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></a> Estos importantes golpes
alarmaron a los franceses, que emprendieron su persecución y captura. Pocos
días después, la tarde del 2 de junio, las partidas guerrilleras fueron
sorprendidas por una columna francesa en los alrededores de Benamejí. La <i>Gazeta
de Sevilla</i> del 14 de junio reproduce el parte que el jefe del batallón,
Frederic Robin, remitió al gobernador militar de Córdoba y Jaén dando cuenta de
lo sucedido. El enfrentamiento duró varias horas y como resultado quedaron
ciento treinta guerrilleros muertos y números heridos. Entre los muertos, según
Robin, estaba Jerónimo Moreno. Dice Díaz Torrejón que la noticia hay que
tomarla por cierta, “pese a los recelos por razones propagandísticas”, pues desde
ese momento no hay referencias documentales a Moreno y su partida, por lo que
considera que, al quedar acéfalo, el grupo guerrillero se disolvió.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn12" name="_ednref12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Es
cierto que no hay más noticias de Moreno y su guerrilla, pero Jerónimo no murió
en Benamejí. Consiguió escapar, quizás herido, y regresó a Quesada, donde hay
numerosas referencias posteriores a él en las actas municipales. La primera es
de noviembre de 1813, cuando el Ayuntamiento le comunicó una orden de la
superioridad militar por ser el único oficial que hay en la villa. Las menciones
a Moreno y a su pasado guerrillero se repitieron en los libros capitulares hasta
1816, fecha a partir de la cual había muerto o estaba retirado de cualquier
actividad pública por su avanzada edad. Es muy posible que Moreno fuera herido
en Benamejí y que de resultas decidiera retirarse de la primeria línea de
combate volviendo a Quesada. Y tampoco murieron en ese combate sus hermanos
Juan y Luis, que le acompañaban en la partida, pues también hay noticias de
ellos, especialmente de Luis, que como ya se ha dicho protagonizaría una larga
y complicada trayectoria política posterior.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></b></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgeXanvnyB4egotgSqg29cIHGXlvdJuoug6Q4pimMB9HnD8Dui1bEyIfkv1yW4IPJ2jNUbcr-pCTVcF5R0yF8-jEyBy6uA9QRUb4q3ibwvkuJUh5i9xnM1R_0PuHUXQXzPxt3M7vpuRx7b-_DPslHaxoEnuqMwsS9YHm0wbQkKL2UI6ZB7Db5WZ_2PUMI-/s1802/WhatsApp%20Image%202023-07-20%20at%2009.01.41%20(1).jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="1256" data-original-width="1802" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgeXanvnyB4egotgSqg29cIHGXlvdJuoug6Q4pimMB9HnD8Dui1bEyIfkv1yW4IPJ2jNUbcr-pCTVcF5R0yF8-jEyBy6uA9QRUb4q3ibwvkuJUh5i9xnM1R_0PuHUXQXzPxt3M7vpuRx7b-_DPslHaxoEnuqMwsS9YHm0wbQkKL2UI6ZB7Db5WZ_2PUMI-/w400-h279/WhatsApp%20Image%202023-07-20%20at%2009.01.41%20(1).jpeg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Sable de época napoleónica conservado en el ayuntamiento de Quesada</span></td></tr></tbody></table><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></b><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">2.- Quesada
en primera línea del frente.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Tras
la invasión de Andalucía en enero de 1810, los franceses habían quedado dueños
de toda la región, a excepción de las zonas de actuación de la guerrilla. Los
restos del Ejército del Centro español, derrotado en Ocaña y Despeñaperros, se
refugiaron en Murcia y Alicante, al abrigo de las sierras orientales de
Andalucía. Allí se reconstituyó como III Ejército, mandado por el general
Joaquín Blake, que fue sustituido durante los hechos que se van a relatar por
Manuel Freire. El mariscal Soult, duque de Dalmacia, al mando de las tropas
imperiales, intentó en varias ocasiones penetrar en Murcia, pero no lo
consiguió hasta el otoño de 1812, cuando ya estaba de retirada y abandonó
Andalucía. Durante este tiempo Baza se constituyó en punto estratégico
fundamental y en primer objetivo de los ataques y contraataques de ambos bandos.
La línea de frente que separaba ambos ejércitos iba más o menos desde las
sierras de Pozo Alcón hasta Gor y las estribaciones de la de Baza. Era lo que
se llamó Raya de Murcia, que tuvo muchas oscilaciones, adelante y atrás, según
la suerte de los combates. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En este
contexto, durante el verano de 1811 se dieron en Quesada las acciones militares
más importantes, o quizás mejor documentadas, de toda la guerra. Tenía Quesada
una posición privilegiada para defender las comunicaciones entre la provincia
de Jaén y las posiciones del III Ejército, al norte de Granada. Así lo dijo el
brigadier Ambrosio de la Cuadra en las instrucciones que transmitió al coronel
Peralta, jefe militar de Jaén. Tras instruirle de la necesidad de vivir en
completa vigilancia, le advierte de “lo importante que es el punto de Quesada
para nuestra línea”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn13" name="_ednref13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></a> Es interesante destacar
que, un año y medio después de la invasión de Andalucía, el protagonismo en la
resistencia española había pasado, en esta parte, de las partidas irregulares
guerrilleras a las unidades militares. Siguió actuando la guerrilla,
especialmente en la Alpujarra y Málaga, pero por aquí el mayor esfuerzo fue asumido
por el III Ejército. 1810 fue el año de los guerrilleros, de Pedro Alcalde
(ejecutado por los franceses en Jaén en junio de 1811), Uribe o el quesadeño
Moreno. 1811 fue el año del III Ejército, de Freire y del brigadier De la
Cuadra, de las unidades militares a su mando, a las que dan órdenes y de las
que reciben partes con su cumplimiento con cierta disciplina militar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Aquel verano de 1811 el Mariscal Soult se decidió a poner
fin al peligro que representaba la presencia del III Ejército español en la
Raya de Murcia.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn14" name="_ednref14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></a>
La gran ofensiva que planeó tuvo como paso previo la recuperación de Úbeda y
Baeza. La importancia de Úbeda para los franceses era grande, tanto desde el
punto de vista militar </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">había sido su cuartel general en
esta zona desde febrero de 1810</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">-</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> como político, al ser cabeza
de una de las subprefecturas de Jaén. Su pérdida en la primavera de 1811 supuso
un serio contratiempo y no ahorraron esfuerzos para recuperarla. A primeros de
junio la situación estaba todavía tranquila, como informaba el día 2 el jefe de
la tropa acantonada en Quesada, sargento mayor Antonio Delgado, a De la Cuadra,
que estaba en Úbeda: “En este punto (Quesada) y los dependientes a él no ocurre
novedad”. Pero sí que la había porque en el mismo informe Delgado le da cuenta
de una noticia curiosa, aunque poco relevante. Sus patrullas de caballería
habían interceptado en la Dehesa de Guadiana a un paisano que se dirigía a
Huelma portando unos pliegos de los franceses. Estos papeles no tenían mucha
relación con el momento militar que se vivía en la zona, pero sirven para
acreditar de nuevo que no todos los vecinos eran “patriotas” y que algunos trabajaban
para los franceses.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn15" name="_ednref15" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
tranquilidad no tardó en convertirse en preocupación. A mediados de julio De la
Cuadra comenzó a recibir informaciones de sus agentes tras las filas francesas sobre
importantes movimientos del enemigo, que parecía concentrarse en Mengíbar y
Linares. Coincidían más o menos todos los informantes (alcaldes de Torres y
Arquillos, paisanos, arrieros…) en que eran fuerzas numerosas y que contaban
con algunas piezas de artillería. Según se rumoreaba, el mariscal Soult había
entrado en Córdoba con varios miles de soldados y se dirigía a Andújar. Los propios
soldados franceses decían a estos espías que marchaban a La Mancha, pero todos sospechaban
que su objetivo real era Baeza y Úbeda. Así lo comunicó De la Cuadra a su jefe,
el general Freire.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn16" name="_ednref16" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></a> Le dio cuenta también de
que en la madrugada del día 13 se había producido un movimiento premonitorio de
los imperiales que revelaba sus auténticas intenciones. La guarnición francesa
de Linares había hecho una descubierta cruzando el Guadalimar. Intentó
sorprender a la guardia que el escuadrón de
Madrid tenía en el camino de acceso a las dos ciudades, pero no lo consiguió y
se retiró. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">La importancia que le dio De la Cuadra al incidente,
destacándolo a su jefe, estaba justificada. Tres días después, la madrugada del
día 16 de julio, entraban los franceses en Baeza y al mediodía en Úbeda. De la
Cuadra, dada su inferioridad de medios, no opuso resistencia y se retiró hacia Pozo
Alcón. El día 17, desde Cabra de Santo Cristo, el “cadete Lanzas”, informante
habitual, comunicaba al brigadier que habían entrado en Úbeda unos mil hombres
y que contaban con dos cañones y un obús. En ambas ciudades habían exigido la
entrega, para antes de fin de mes, de un número inusitado de raciones, lo que
parecía apuntar a la llegada de un mayor número de soldados.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn17" name="_ednref17" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></a>
Se habían detectado también intentos de los franceses de penetrar, desde
Guadahortuna, en la parte de Cabra y Dehesa de Guadiana.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Tras dejar Úbeda, De la Cuadra pasó por Quesada, donde dio
las oportunas órdenes al coronel Peralta, comandante militar del reino de Jaén.
Debía mantenerse en Quesada vigilante de los posibles movimientos del enemigo,
para en su caso cubrir los caminos hacia Pozo Alcón. Ya se presuponía que el
objetivo final de Soult era desalojar al III Ejército de la Raya de Murcia,
alejarlo de Andalucía y dejar expedito el camino a Murcia y Alicante. El día 18
De la Cuadra informó a Freire de que, tras la pérdida de Úbeda, no había
novedad en los puntos a su mando.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn18" name="_ednref18" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></a>
En pocas horas todo cambió.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
fuerza que había dispuesto De la Cuadra en Quesada estaba formada en su mayor
parte por hombres procedentes de las partidas guerrilleras, pero que ahora estaban
encuadrados en el batallón de Voluntarios de Jaén, mandado por oficiales del
Ejército. La militarización de la guerrilla se hizo no sin problemas y en estos
días de julio su organizador, el coronel Peralta, informaba al general Freire
de sus carencias: “faltan oficiales que perfeccionen la instrucción y
disciplina de los soldados y hay también falta de bagajes, especialmente
mochilas y capotes”. Oficiales y tropa no recibían una paga determinada, pues
la práctica era “sostenerse de las presas hechas al enemigo” y Peralta pide que
se les pague por la intendencia provincial.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn19" name="_ednref19" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></a> El coronel Peralta era el
comandante militar de la provincia y en esta segunda mitad del mes de julio
estaba en Quesada al frente de la fuerza desplegada. Mandaba la infantería el
capitán Mariano Jiménez de Baguer, y la caballería Bernardo Márquez.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
capitán Mariano Jiménez de Baguer era el mismo que ya hemos visto en Quesada en
el invierno anterior y que está citado en la carta del Ayuntamiento. Participó
en el segundo sitio de Zaragoza, donde fue capturado por los franceses. Consiguió
fugarse de Francia, donde fue conducido como prisionero, junto a Lorenzo
Cerezo, de quien fue segundo en el batallón de Voluntarios de Jaén. Según decía
Cerezo en un informe pidiendo que se le recompensara con un ascenso, “este
joven militar de buenos principios, conducta y valor muy acreditado, ha
trabajado incesantemente siendo el primero en buscar los peligros (…) su rectitud conocimientos y honor lo hacen
respetar y amar no sólo de los soldados, sino también de los habitantes de este
reino y de sus jefes”. No duda en afirmar Cerezo que seguramente es a él a
quien debe la organización y la propia existencia del batallón.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn20" name="_ednref20" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Por su
parte Bernardo Márquez de la Vega, capitán de caballería, participó activamente
en la resistencia desde el desastre de Despeñaperros en enero de 1810. Su
actividad, al principio integrado en las guerrillas, fue continua y abarcó no
solo la provincia de Jaén, sino también la comarca de Baza. Participó en
numerosas acciones, como el intento de captura del general Sebastiani en la
primavera de 1811 o la liberación y definitiva expulsión de los franceses de
Jaén a mediados de 1812. Se hizo célebre en toda la provincia y tras la guerra
se retiró a Sevilla. Pero además de por su actuación militar en Quesada,
Márquez tuvo otro punto de contacto con el pueblo. Se trata de otro de esos
giros inesperados de la historia en el que merece la pena detenerse un momento para
su explicación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Al
final de la Década Ominosa, primeros años treinta del siglo, Márquez vivía
retirado como coronel en Sevilla. Se veía cercana la muerte de Fernando VII y
proliferaban las intrigas de carlistas y liberales de cara a la sucesión.
Márquez, que era liberal, a finales de 1831 se vio implicado en una redada de
la policía, que le acusó de ser cabeza de una conspiración. Tras ser juzgado
fue condenado a muerte y ajusticiado el 9
de marzo de 1832 en la plaza de San Francisco de Sevilla.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn21" name="_ednref21" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></a> Años después, en 1859, el
Ayuntamiento cedió un terreno del cementerio de San Fernando donde se construyó
una tumba y un monumento en el que se puso una lápida: “a la gloriosa memoria
del coronel D. Bernardo Márquez (…) para borrar la ignominia del patíbulo”.
Pocos meses antes, el 26 de mayo de 1831, había sufrido la misma suerte otra
víctima de los estertores represivos del rey felón, Mariana Pineda. Fueron
muertes parecidas y en cierto modo paralelas, pero el aura romántica que desde
el primer momento acompañó a la joven Mariana no cabía en un señor mayor,
militar retirado. Sin duda por eso la fama que acompañó a la granadina no lo
hizo con Márquez. Y ya se estará preguntando el lector qué tendrá que ver con
Quesada esta historia. Tiene que ver, y por la parte más triste, la de la
traición. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Márquez
fue acusado por otro liberal, conocido suyo desde los tiempos de Jaén. Se
llamaba Santiago Vicente García. Santiago no había nacido en Quesada, pero
vivió aquí la mayor parte de su vida y aquí murió y fue enterrado. Era hijo del
que fue alcalde mayor tras la segunda invasión francesa y la abolición de la
Constitución, Manuel Vicente Moreno. La familia se estableció en el pueblo y
aquí ejerció de abogado un hermano de Santiago, Manuel Vicente García, que años
más tarde asesoró a Peal y Huesa en los procesos de separación que siguieron de
Cazorla y Quesada respectivamente. Ignoro el motivo por el que Santiago vivía
en Sevilla por aquellos años, pero el caso es que denunció a Márquez, parece
que más por miedo y cobardía que por otra cosa. Tras la muerte de Fernando VII
y la instauración del régimen liberal, Santiago arrastró fama de traidor y su
posición en Sevilla debió resultar imposible. Por eso regresó a Quesada, donde mudó
ideológicamente convirtiéndose en un furibundo carlista. En otros artículos ya
he hablado de Santiago Vicente, de cómo en sus últimos años alcanzó notoriedad
como autor de libros de texto de gramática y escribió artículos periodísticos
sobre política internacional (Guerra de Crimea). Murió en Quesada el 18 de mayo
de 1856 a los 74 años. Tuvo calle a su nombre hasta que en 1931 se le mudó por
el de Juan de Mata Carriazo, Dr. Carriazo, de más nobles méritos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Volviendo
a julio de 1811. De la Cuadra partió de Quesada hacia Pozo Alcón el día 17
dejando orden a Peralta de vigilar al enemigo, averiguar hacia dónde se dirigía
y cubrir en caso de retirada los pasos a Pozo Alcón. Peralta, sin embargo,
dispuso que las avanzadas que estaban sobre el Guadalquivir se aproximasen a
Quesada para evitar que se vieran cortadas por un ataque francés. Situó tres
guardias de caballería en los puntos donde se podía producir una entrada: la
mayor en Peal, de sesenta caballos, para vigilar la posible entrada desde
Úbeda. Otra en el “barco de Collejares”, compuesta de veinte, para vigilar ese
paso y el del Vado de la Adelfa (actual Venta del Barco, junto al puente de la
carretera que cruza el Guadiana en la Sierra de las Cabras), puntos ambos de
habitual entrada de los franceses desde Jódar o Guadahortuna. La tercera, diez
caballos, sobre el camino de Poyatos en Puerto Ausín. El resto de la
caballería, hasta un total de doscientos caballos al mando de Márquez, permanecería
en el pueblo, en la calle Don Pedro, ensillada por las noches y dispuesta para
cualquier salida. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
infantería, capitán Jiménez, situó tres avanzadillas en las alturas que dominan
el camino de Peal (Llano de las Canteras, etc.). Otra inmediata al pueblo, en
el Puente de Palo, y dos más en los caminos de retaguardia (Cazorla y Tíscar).
Se empleaban en estos servicios unos doscientos hombres. El resto del batallón
de Voluntarios de Jaén, otros doscientos hombres o poco más, permanecería
acampado en la plaza. Allí se mantendrían alerta, pasando las noches (momento
de más peligro) con “las armas en pabellón”. Según explicó Peralta a Freire,
desde la plaza se podía acudir rápidamente a reforzar cualquier punto atacado,
“mediante a que la situación del pueblo
obliga a hacer su defensa a las eras de su ejido”, donde también había
guardias. Estas eras (Santa María,
Tercia, Ángel, Pozairón y Bache…) formaban un cinturón alrededor del pueblo y
eran puntos favorables para la defensa.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn22" name="_ednref22" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Así
dispuestas las defensas por Peralta, la noche del 19 de julio de 1811 los
franceses cruzaron el río Guadiana Menor por el Vado de la Adelfa, junto al
cortijo de las Hermosillas, sorprendiendo a la guardia. Eran unos 500 hombres
de infantería y 200 de caballería. Los infantes avanzaron hasta Quesada por los
sembrados, al favor de la oscuridad y fuera de los caminos, por lo que no
fueron detectados por las guardias. Siendo aún noche cerrada llegaron por el
camino de Peal hasta el Puente de Palo, donde había destacada una pequeña
guardia del batallón de Voluntarios de Jaén. Al sospechar algún movimiento, el
centinela dio el “¿quién vive?”. No fue contestada la contraseña (era “Regimiento
de Almansa” aquella noche) y por eso “conoció ser los enemigos y les hizo
fuego”. Pero los franceses ya estaban encima y cayeron sobre la guardia,
degollando (para no causar más alboroto de tiros) al centinela y a otros dos
soldados.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
capitán Mariano Jiménez, que tenía formada al resto de la infantería en la
plaza desde las tres de la madrugada, cuando tuvo aviso de los disparos dispuso
adelantar a la tropa hasta las eras que rodeaban el pueblo. No había amanecido
aún y no se pudo distinguir a los enemigos hasta que estuvieron “a tiro de
pistola”. Los franceses subían por una ladera “hacia la ermita” (la de Santiago,
en el cortijo de ese nombre). Desde las eras se les hizo un fuego vivo hasta
bien levantado el sol. La intención de los enemigos era rodear el pueblo e
impedir que Peralta pudiera evacuarlo hacia Tíscar o Huesa. Cubiertos por el
tiroteo y temerosos de ser atacados también desde Puerto Ausín, como
efectivamente ocurrió, la infantería salió del pueblo. Parte de ella se situó sobre
el camino de Tíscar, en la parte de la actual casilla de peones camineros.
Márquez por su parte, que tenía formada la caballería en la calle de Don Pedro,
“inmediatamente que se oyó el primer tiro” movilizó a la tropa “con los
oficiales a la cabeza de sus compañías”. Salieron también, situándose en Puerto
Ausín, por donde entraba la caballería francesa. Era esta la orden que tenía:
cubrir los caminos hacia Pozo Alcón. Sin embargo, el coronel Peralta, que
comandaba las fuerzas, se replegó con casi toda la infantería a la falda de
Cazorla, lo que estaba fuera de las órdenes que tenía. Apenas dejó “100
infantes sobre el puerto del camino de Poyatos (Ausín)” unidos a la caballería
de Márquez, que rodeó Quesada “con partidas de caballería que hacían fuego
sobre el pueblo”. Los franceses entraron y, según Peralta, no hicieron “los daños que acostumbran ni han
saqueado más que los comestibles y equipajes” que dejaron en las calles algunos
“precipitados, en particular los emigrados de Úbeda y Baeza”. A las seis de la
tarde, temerosos de ser atacados durante la noche, los franceses abandonaron el
pueblo con dirección a Peal y Torreperogil.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn23" name="_ednref23" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Peralta se mantuvo en Cazorla con el grueso de la
infantería, decisión que le costaría algún disgusto, pues se apartaba de las
instrucciones recibidas y seguía una táctica puramente defensiva. Le ordenó a
Márquez que volviese a entrar en Quesada “con el objeto de conservar ese punto
de comunicación con el Pozo” y, sobre todo, para proteger su posición en
Cazorla e impedir que los rodeasen por la sierra desde la parte de Montesión.
Las pérdidas producidas en las tropas de Peralta durante esta acción, según le
participó a De la Cuadra, no las conocía “a ciencia cierta”, pero las
estimaba en seis muertos y tres
prisioneros, “según me han dicho”, además de otros tres soldados del regimiento
de Voluntarios de Madrid que se habían pasado al enemigo. No fue,
efectivamente, una resistencia feroz la que hizo Peralta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Los vecinos habían asistido a estos episodios encerrados
en sus casas, pero no todos deseaban el triunfo español. Es algo que ya se ha
visto que ocurría en Cazorla y sobre todo en Úbeda, donde parte de ellos,
especialmente los pudientes, eran abiertamente afrancesados y partidarios de
las autoridades nombradas por José I. En Quesada igual. Según informó Peralta a
De la Cuadra, sospechaba que dos vecinos de Quesada actuaban como informantes
de los franceses. Añadió Peralta que eran sus espías “puntualísimos, pues hasta
una conversación que yo tuve a las nueve de la noche de la que nos atacaron,
sabían ya; por lo que haré mis averiguaciones”. Oír las conversaciones del
comandante militar no estaría normalmente al alcance de los vecinos comunes.
Con los soldados acampados en la plaza, Peralta tendría seguramente su puesto
de mando en el ayuntamiento. ¿Quiénes fueron estos espías? Seguramente alguno
de los alcaldes o regidores, alguno de los “individuos de ayuntamiento”, pero lamentablemente
no lo vamos a saber. El caso es que, bien fuera por las tendencias afrancesadas
de algunos o bien por los rumores de un ataque francés mucho más poderoso, el
resultado inmediato fue que en los siguientes días los pueblos dejaron de
facilitar raciones y suministros a las tropas. Se les había oficiado a los
ayuntamientos que las continuasen, pero se temía Peralta que “la división de
Cuadra” tuviera que sufrir retrasos en el suministro, “pues las gentes de los pueblos
inmediatos y sus caballerías están en las sierras sin querer bajar”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Existía el temor de que, como finalmente ocurrió, el
ataque del día 19 a Quesada fuera solo prolegómeno de una más potente ofensiva
francesa. El día 21 De la Cuadra recibió un parte “del oficial de Madrid, que
está de observación en Poyatos”, en el que Peralta, que había recibido la orden
de regresar inmediatamente a Quesada, decía que los enemigos, en número de tres
a cuatro mil, habían llegado la tarde del día 20 cerca del Vado de la Adelfa. De
la Cuadra mandó partidas desde Hinojares y Ceal para que lo comprobasen. El
resultado fue negativo, pues “todos los cortijeros y los que vienen de la parte
de allá del río” aseguraron a las patrullas no haber visto nada. Es de imaginar
que las noticias de movimientos franceses, que se venían recibiendo desde
principios del verano y que se confirmaron con la recuperación de Baeza y
Úbeda, llegasen a los vecinos y que se transmitiesen entre ellos como rumores
alarmantes. Rumores que seguramente aumentaron ante la escasa resistencia que
opuso Peralta al ataque francés.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El general en jefe del III Ejército, Manuel Freire, no
quedó muy satisfecho del comportamiento de Peralta en Quesada. Dejó de
manifiesto su contrariedad anotando al margen de la carta en la que Peralta le
daba explicaciones:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Está bien todo esto, pero ¿cuál fue la causa de que la
tropa marchó a Cazorla y no siguió el camino que tenía señalado, dejando
descubierto el camino que había de cubrir?<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El general Freire ordenó a Peralta regresar
inmediatamente a Quesada con la infantería, “si ya no lo estuviese”. Estimaba
Freire que Peralta había sido sorprendido por el enemigo y que al refugiarse en
Cazorla se había apartado de la misión encomendada, que no era otra que
defender y cubrir los caminos hacia Pozo Alcón. Por eso en su orden del día 21
le especificó cómo se debía disponer la fuerza y cómo debía actuar ante el
enemigo. El batallón de Voluntarios de Jaén debía permanecer todas las noches
fuera del pueblo, “en la altura que abraza los caminos del Pozo y Collejares
(Ausín)”. A la vez mantendría guardias en la ermita de Santiago, camino de
Collejares y camino de Peal. La caballería, la mitad en el pueblo, “con sillas
puestas y a las dos de la madrugada grupas”, y la otra mitad en patrullas “de a
cuatro y seis caballos con cabo y sargento”. Estas patrullas deberían rondar “a
un cuarto de legua o algo más en todas las avenidas y caminos, en disposición
que nadie pudiera introducirse en el pueblo sin ser visto”. Si fuese
descubierto el enemigo, debían hacer fuego “aunque sea al aire para alarmar
toda la tropa, de suerte que en ningún caso pueda ser sorprendida”. Al amanecer,
la caballería que hubiera estado en el pueblo saldría a reconocer todos los
vados del Guadalquivir y Guadiana, descansando en Quesada los que hubieran
rondado de noche. La infantería debía poner guardias en los caminos de acceso,
“como a mil o mil trescientos pasos” por delante de las que cubrían el pueblo.
Freire exigió de forma terminante que su orden se cumpliera: “hará (Peralta) que
el servicio se haga con exactitud”, sin los desvíos ocurridos el día 19.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Peralta
remitió un nuevo informe a Freire, a la
vista del “concepto que se ha formado V.S.”, en el que volvía a enumerar las
precauciones que había tomado, las guardias, patrullas, etc., y negaba que hubiese
sido sorprendido, “cosa no disculpable en un militar”. Para reforzar su
posición hizo acompañar su escrito de otros dos firmados por Márquez (que con
la caballería sí se había mantenido en las posiciones ordenadas) y Mariano
Jiménez (que había tenido que marchar a Cazorla siguiendo a Peralta). Freire no
quedó satisfecho y el 24 de julio respondió a Peralta:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Me han enterado del oficio de V.S. de 22 de este mes y
notas que han puesto a continuación los comandantes de los cuerpos que V.S.
tuvo a sus órdenes el 19 de este mes sobre Quesada, con lo que procura
persuadir que no fueron sorprendidos por los enemigos. <a name="_Hlk156037157">Está
bien que se hallase la tropa en la disposición que se expresa, pero el
resultado fue cual he manifestado y si no ¿qué causa hubo para que la tropa
marchase a Cazorla y no siguiese el camino que tenía señalado, dejando
descubierto el camino que debía cubrir?<o:p></o:p></a></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">La preocupación de Freire venía de la existencia de suficientes
indicios para sospechar que la intención real del mariscal Soult era forzar la
Raya de Murcia y alejar al III Ejército de Andalucía. No todo lo que le llegaba
eran rumores infundados sobre tropas cruzando el Guadiana, como los que se han
visto inmediatamente antes. Existían noticias ciertas de que los franceses
estaban concentrando tropas en Jaén y Granada. Una de estas informaciones la
obtuvo en Pozo Alcón el comandante al mando de la posición. El 24 de julio dos
cuadrillas de segadores de Huércal Overa, que regresaban desde Écija a su
pueblo tras finalizar la campaña, hicieron noche en Jódar. Allí contaron los
importantes movimientos de tropas que había visto en el camino. La justicia de
Jódar (los alcaldes) les instaron a que al pasar por Pozo Alcón informasen al
jefe de las tropas españolas allí situadas. Así lo hicieron al día siguiente,
presentándose al comandante Pedro Portillo. Los segadores le dijeron que el
domingo 21 habían salido de Écija y que vieron una división francesa que
marchaba para Córdoba. Dieron cuenta del número de soldados (unos 2.000), del color
de los uniformes de las distintas unidades, los caballos y artillería que
llevaban. Los propios soldados franceses les habían dicho que iban a Córdoba y
que el 24 saldrían con dirección a Granada y Andújar. Eran tantos los detalles
facilitados que hacían verosímil la información: los franceses estaban moviendo
tropas hacia el este. En el parte que con estas noticias remitió Portillo a De la Cuadra, día 25 de
julio, se añade que en Quesada no había novedad ese día. Los últimos días de
julio y primeros de agosto fueron tranquilos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicfmONtoPGYScaJ5AzV8SwBsBrA9nNwJEymEWEnvuBZHlfF-aIrjZ8JPh9ohtY_OgN6uT1YVD7AP7ij_LguGEwoGLCUHJYLqFXvthTbAVr6lq9KXw16vAAMgzC9sOjPRwl7VYgsJos5BuOfTfQaPfcFxYkumvWN9x6z_E3eTjr40DidLlILB9olURPTceC/s4032/20210809_080928.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicfmONtoPGYScaJ5AzV8SwBsBrA9nNwJEymEWEnvuBZHlfF-aIrjZ8JPh9ohtY_OgN6uT1YVD7AP7ij_LguGEwoGLCUHJYLqFXvthTbAVr6lq9KXw16vAAMgzC9sOjPRwl7VYgsJos5BuOfTfQaPfcFxYkumvWN9x6z_E3eTjr40DidLlILB9olURPTceC/w400-h300/20210809_080928.jpg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Puerto Ausín y Cerro de Vítar, defendido por la caballería de Márquez.</span></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">3.- Ofensiva
francesa contra la Raya de Murcia. <o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como
bien intuían Freire y de la Cuadra, el mariscal Soult, duque de Dalmacia, se
disponía a desbaratar las posiciones del III Ejército español en la Raya de
Murcia. Al efecto Soult dispuso el ataque simultáneo de dos grandes columnas.
Una al mando del general Godinot, gobernador militar de Córdoba y Jaén, que entraría
desde el reino de Jaén con dirección a Pozo Alcón, neutralizando a su paso las
posiciones de Cazorla y Quesada. La otra, aún más poderosa y al mando del
propio Soult, saliendo de Granada se dirigiría por Gor y Venta del Baúl hacia
Baza. No eran malas las noticias facilitadas por los segadores de Huércal
Overa. Lo que ocurrió, los partes de operaciones, fueron reproducidos
literalmente por la <i>Gaceta de la Regencia
de España e Indias</i> del martes 17
de septiembre de 1811 (N.º 120 pág. 962 y siguientes).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Los primeros avisos a De la Cuadra de los movimientos de
Godinot por Jaén son del día 6 de agosto. Ese día desde Jimena se pasó aviso al
brigadier de que los enemigos, “en número de 460 de caballería y 3000
infantes”, habían salido de aquel pueblo hacía las 6 de la mañana “para Jódar y
Quesada, según ellos mismos decían”. Añadían que mandaba la división el general
Godinot. El mismo día, ya desde Jódar, se informaba de que habían llegado allí
los franceses y que llevaban cuatro cañones, portando también las “competentes
municiones, ganados, pan, vino, etc.” A la vez casi que el de Jódar, De la
Cuadra recibió avisos en el mismo sentido desde Bedmar y Cabra del Santo
Cristo. No se detuvo Godinot en Jódar y al anochecer cruzó el Guadiana Menor
por el Vado de la Adelfa. Era una fuerza militar muy importante, entre tres y
cuatro mil soldados.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">De la Cuadra transmitió inmediatamente al capitán Lorenzo
Cerezo, que estaba en Quesada al mando de Voluntarios de Jaén, la orden de que,
inmediatamente que los enemigos hiciesen algún movimiento, se retirase “con
toda la tropa de infantería por Tíscar” y la caballería por Poyatos, “cubriendo
uno y otro camino, y dando continuos avisos”. En la retirada se debían usar
todos los caballos disponibles con todos los efectos que hubiese en Quesada. Le
añade que, si hubiesen entrado los franceses en Cazorla, debían retirarse sin
demora y del mismo modo en dirección a Pozo Alcón. Y efectivamente en la mañana
del día 7 entraron los franceses en Cazorla, donde solo había una compañía de
Voluntarios de Jaén. Según Sanjuán, que comete algunas imprecisiones como decir
que Cerezo estaba en Segura, entraron en plan conciliador, intentando persuadir
a los vecinos de que por su notoria inferioridad de fuerzas debían someterse al
Emperador, pues en caso contrario “serían juzgados con todo el rigor de la ley
militar”. Conocedor de la entrada en Cazorla, Cerezo envió al capitán Mariano
Jiménez con tres compañías para que los atacase. Pero cuando estaban a mitad
descubrieron a los que venían de Jódar “en mucho número”. De acuerdo a las
instrucciones de Freire, Jiménez retrocedió “atravesando las huertas de
Quesada”, para retirarse junto al resto de la infantería hacia el puerto de
Tíscar. Para proteger la retirada, Cerezo dispuso partidas móviles que
tiroteasen e incomodasen a los enemigos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Desde Cazorla salieron unos doscientos soldados y cien
caballos en persecución de Jiménez. Cuando llegaron a Quesada, el grueso de las
tropas de Godinot, 2.500 infantes y 500 caballos, ya se habían apoderado del
pueblo. Era una fuerza muy superior a la que mandaba Cerezo, a quien
persiguieron en su retirada por los campos de Fique, pero sin avanzar mucho
aquella tarde “por el vivo fuego” que le hicieron las patrullas de Cerezo. Las
bajas españolas fueron escasas, dos heridos de caballería y dos caballos muertos,
siendo las francesas mayores, según Cerezo, pues se había visto retirar heridos
tanto a los que venían de Jódar como a los de Cazorla.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">La escasa caballería, unos cien, pasó la noche del 7 al 8
de agosto en Huesa y la infantería en el Puerto de Tíscar, donde Cerezo firmó el
parte que aquella noche envió a De la Cuadra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Los oficiales y tropa de toda arma han llenado mis
deseos, cumpliendo con su deber y portándose con serenidad. Permanezco con la
tropa cubriendo este punto, en el que espero las órdenes V.S. y tengo una
compañía apostada en Tíscar, observando el camino de Belerda. Dios guarde a
V.S. muchos años. Puerto de Tíscar y agosto 7 de 1811. Lorenzo Cerezo. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">En la madrugada del día 8 Godinot continuó su avance
hacia Pozo Alcón por Ceal e Hinojares. El escuadrón de Cazadores de Jaén se
retiraba en paralelo a las avanzadillas francesas, “descubriéndose mutuamente
cuando los nuestros atravesaban las cimas de las asperezas por donde
caminaban”. Según José Manuel Leal, que tiene publicado un buen relato de estos
sucesos,<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn24" name="_ednref24" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></a> “el
comandante francés Remond con una compañía de «voltigueurs» (una especie de
infantería ligera de montaña)” atacó a la vanguardia de Cerezo desde Tíscar, haciéndola retroceder hasta Pozo
Alcón. De la Cuadra no confiaba en la posibilidad de defensa que ofrecía Pozo
Alcón, situado en una llanura, pues “su terreno es muy a propósito para que
todas las armas jueguen”, y la combinación de infantería y caballería y la
diferencia de número, decidirían el resultado: “…no era posible de modo alguno
mantenerse en Pozo Alcón, ni por su situación ni por el número de tropas”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Mientras avanzaba Godinot hacia Pozo Alcón, el general
José O´Donnell (tío del que luego sería famoso presidente del Gobierno,
Leopoldo O´Donnell) cubría el vado del Guadiana Menor en Valdemanzanos (cerca
de Cortijo Nuevo, en término de Huesa, entonces de Quesada). O´Donnell debía
reunirse con De la Cuadra en Pozo Alcón, pero al parecer no recibió la orden a
tiempo y emprendió una temeraria y desastrosa acción contra Godinot entre Zújar
y Cuevas del Campo. De la Cuadra desalojó Pozo Alcón cruzando el Guadalentín,
donde se atrincheró al abrigo de su barranco. Soult por su parte consiguió
llegar a Baza, pero no consiguió pasar mucho más allá. El desastre de O´Donnell
en Zújar y su poca coordinación con De la Cuadra dejó un regusto amargo en los
generales Freire y Blake. Pero la verdad es que la cosa no fue mal, pues hay
que considerar que el III Ejército se enfrentaba al ejército que en ese momento
era dueño de casi toda Europa, mandado por el mariscal Soult, duque de
Dalmacia, uno de los grandes militares de Napoleón. Les hicieron fracasar en su
objetivo, que no era otro que desbaratar la Raya de Murcia. El mariscal tuvo
que abandonar el escenario de los combates reclamado por la presión constante
que seguían ejerciendo las guerrillas, en el interior de Málaga y sur de
Córdoba especialmente, y por la amenazante cercanía del ejército aliado
(ingleses, portugueses y españoles) por la parte de Portugal y Extremadura.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">4.-
Predominio francés.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Tras la entrada de los franceses en este mes de agosto,
Quesada y todos los pueblos de la comarca quedaron a su merced hasta bien
entrado 1812. En el otoño e invierno el invasor anduvo siempre cerca y a la vez
el III Ejército había quedado lejos, replegado en el norte de Granada y en la Sierra
de Segura. Fueron meses de calma (no hay noticia de acciones militares
destacables en la comarca), entendida esta como la resultante de la ocupación y
el dominio enemigo. Meses buenos en la vida pública y política local para los
afrancesados quesadeños. Los confidentes del invasor de los que hablaba Peralta
en julio, estarían ahora a sus anchas recibiendo el fruto de sus acciones. Esta
relativa calma no facilitó sin embargo la vida de los vecinos. La presión
fiscal del prefecto Echazarreta, las exigencias de continuos suministros para
las tropas imperiales y la inestabilidad originada por la situación bélica
provocaron carestía y escasez. En informes de principios de 1812 De la Cuadra
pintaba a Freire una dramática imagen del estado de los pueblos: hambre,
miseria, falta de cualquier recurso. José Manuel Leal escribe refiriéndose a
Pozo Alcón (que vale perfectamente de ejemplo) que “es mucho más pobre en 1812
que lo que era en 1810". En sólo dos años, tanto los enemigos franceses
como los propios “patriotas” españoles han contribuido a la destrucción y
pobreza generalizada: “la producción agrícola ha sido destrozada y la ganadera,
prácticamente consumida y agotada”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn25" name="_ednref25" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">La inseguridad en los campos y en los pueblos no procedía
solo del enemigo francés. Ya se vio en el capítulo anterior la existencia de
bandas de malhechores, especialmente la de los hermanos Perea en la parte de
Cabra y la Dehesa, que añadían peligrosidad a la vida de los ganaderos y a los
habitantes de los cortijos apartados. En una carta que Lorenzo Cerezo, como
jefe militar interino de Jaén, dirigió en diciembre de 1811 al general Nicolás
Mahy, en Cartagena, le informaba de la situación general del reino, haciendo
hincapié en la delincuencia y bandolerismo que sufría. Decía Cerezo que estaba
el reino de Jaén infectado de cuadrillas de “desertores y bandidos”, y que
recibía continuamente quejas y “clamores” de “infelices pasajeros robados y
heridos”. Se lamentaba de que muchos delincuentes habían sido capturados “una y
dos veces”, pero se les había conducido como soldados forzosos al Ejército. Y esto
servía de poco, pues desertaban inmediatamente y volvían a las andadas.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn26" name="_ednref26" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></a> Proponía
Cerezo para enmendar tantos desórdenes que se les juzgara “en este distrito” y
que en el mismo “sufrieren la pena a que sus crímenes los hagan acreedores”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El 26 de diciembre dos compañías francesas, que habían
pasado por Quesada, entraron en Cazorla y ocuparon el castillo, aumentando así
el control sobre toda la comarca. Según Sanjuán, en esta ocasión su actitud fue
contemporizadora y amable, intentando borrar los excesos y crueldades
anteriormente cometidos como ejército de ocupación. Pero el daño ya estaba
hecho y no fue 1812 un año bueno para los invasores de Andalucía. Fue además el
invierno de la desastrosa campaña del emperador en Rusia, que le obligó a dejar
un poco de lado esta tierra y a retirar efectivos. A la derrota de Napoleón contribuyó
de forma importante no solo la Virgen de Tíscar, a quien como veremos se lo
agradecieron los quesadeños, sino también al zar Alejandro I y su gente. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
principios de enero de 1812 se sortearon nuevos alcaldes ordinarios, los
últimos “encantarados” de la insaculación de 1807. Por el estado noble, don
Manuel de Bedoya, y por el general Blas Munuera. Ambos eran ya mayores (Bedoya
murió en abril de 1816); habían sido personajes destacados en los años
anteriores a la guerra y por eso fueron “encantarados” (seleccionados como
candidatos para los siguientes cinco años) en 1807. El sistema de insaculación
favorecía precisamente que personas entradas en años se hicieran cargo del
Ayuntamiento, para administrarlo de manera conservadora y mantener el orden del
Antiguo Régimen. Cinco años después las cosas habían cambiado radicalmente y
ahora Bedoya y Munuera se veían alcaldes en unos tiempos que requerían
determinación y carácter. Como el resto de las autoridades locales de esta
guerra se vieron seguramente sobrepasados. En el cabildo de 1 de enero los
nuevos alcaldes procedieron en la forma acostumbrada y rutinaria con la que los
ayuntamientos iniciaban el año, designando alcaldes pedáneos y demás empleos
concejiles. Se nombraron los de Huesa, Belerda, Royomolinos y Ceal, Larva y
Guadiana (Collejares).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En el
primer trimestre de 1812 se aprecian dos circunstancias que marcan la vida del
pueblo. Una es el dominio francés y el sometimiento del Ayuntamiento a las
autoridades intrusas, como luego se les llamaría. La otra es la penosa
situación de pobreza y miseria en la que estaban los vecinos a causa de la
guerra. Los franceses habían situado guarniciones y destacamentos, además de en
Cazorla, en Peal, Pozo Alcón, Collejares, para cubrir el paso del Guadiana
Menor y Ceal, “para la conducción de la madera” que se sacaba de la sierra. Por
esta parte casi habían desaparecido las guerrillas y el Ejército español, tras
las acciones del verano anterior, estaba replegado en el noreste de la
provincia, en Segura. El teniente coronel Novailles, “pacificador” de la
comarca, fue recompensado con la legión de honor y un ascenso, lo que celebró
con música y desfiles militares por Cazorla.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_edn27" name="_ednref27" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Aunque
en Quesada no había guarnición francesa, el control de la comarca obligó al
Ayuntamiento a someterse a su autoridad. En los cabildos celebrados en este primer trimestre se dejó constancia
de las “superiores órdenes” recibidas del “ilustrísimo señor prefecto”
(Echazarreta) y del subprefecto de Úbeda, las únicas autoridades que se
mencionan. Se refieren las actas municipales a los asuntos ordinarios propios
de una administración rutinaria (reglas que se han de observar para la
subsistencia de la agricultura, otra sobre los arriendos de las tierras y
cortijos, otra sobre el modo de socorrer a los labradores con los fondos del Pósito, etc.). Los suministros a
las tropas francesas se negocian y discuten directamente con Novailles, a quien
incluso se recurre para que interceda ante el prefecto en algunas peticiones de
este que se consideran imposibles de atender. El 29 de febrero se comisionó al
médico y síndico procurador de la villa, D. Manuel María Gallego, para que
fuese a Cazorla a entrevistarse con Novailles y le expusiera la imposibilidad
de aumentar las aportaciones como exigía el prefecto, argumentando “los
infinitos suministros hechos por este pueblo a las tropas que han transitado
por él que no tan solo tiene cubierto lo que le debía ser de su cargo si no es
también que excede en muchos miles reales”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">No eran excusas de mal pagador. El estado del pueblo era
muy malo y los vecinos sufrían una gran escasez, agravada por la mala cosecha
que hubo el año anterior. Ante la exigencia de nuevos pagos el Ayuntamiento
repetía las mismas quejas, alegando que el “vecindario se halla en la más
lamentable situación de pobreza de resulta de los muchos y continuos
suministros que este vecindario ha hecho”. Las dificultades eran tantas que los
vecinos no tenían casi para el consumo de sus familias. El año había sido
calamitoso y faltaba incluso simiente para la siembra, pues lo poco que se
recogió el verano anterior se había gastado en los suministros a “las
diferentes guarniciones que hay en estas inmediaciones”. La escasez había hecho
que la hogaza de trigo subiera a más de 100 maravedíes (tres reales) y las de maíz y cebada a 64 maravedíes (casi
dos reales), precios disparatados y prohibitivos. Pero además de las malas
cosechas, la carestía tenía su origen en los continuos incidentes y problemas
causados por la inseguridad provocada por la guerra y el continuo paso de
tropas de unos y otros. Este tránsito era mayor en las partes cercanas al río
Guadiana Menor, eje de comunicación entre Jaén y norte de Granada, y los
inconvenientes resultaban mayores por ser lugares menos poblados y más
indefensos. Cuando había problemas y situaciones difíciles con la soldadesca, las
autoridades del lugar, los pedáneos, se veían entre la espada y la pared, pues
eran los que daban la cara ante el enemigo y a la vez los que debían responder
ante los vecinos. No fue una época fácil para estos cargos municipales y las
tensiones se reflejaron en las actas municipales.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 5
de enero de 1812 el cabildo quesadeño recibió una carta de Blas de Arroyo y
Antonio Palacios, los alcaldes pedáneos de Huesa que habían sido nombrados unos
días antes. Solicitaban que se les liberara del cargo, alegando el primero que
ya lo había sido el año anterior y el segundo que lo fue en 1810. Arroyo decía
que era “un mero jornalero” y que debía
buscar “el necesario alimento” para su familia, lo que le dificultaba el cargo
de alcalde. Palacios se quejaba que el año de 1810 en que ya fue alcalde tuvo “innumerables
pérdidas y perjuicios”. Como si se hubieran puesto de acuerdo, el 14 de enero
se recibió otra carta firmada por
Rodrigo Aceituno, pedáneo de Collejares y Guadiana. Aceituno hacía presente que
había sido elegido para dicho empleo en los años anteriores y que no se le
debía repetir la carga. A su juicio se debería repartir por turnos a “otras
personas que hay en dicho sitio”. Por ello pedía que se le exonerara del cargo
y se nombrara a otro. Argumentaba además que su ocupación como barquero,
trabajo indispensable para “no causar perjuicio alguno al arriero que transita
como igualmente las tropas”, consumía todo su tiempo y le impedía asumir
el cargo de pedáneo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El Ayuntamiento se hizo cargo y aceptó las tres
dimisiones, nombrando a otros vecinos en su lugar (Juan Romero y Antonio de
Bustos “para el sitio de Poyatos” y Silvestre Pérez para Collejares y Guadiana).
Este incidente es un indicio claro de los problemas del momento y
de la inseguridad en que se vivía. El empleo de alcalde pedáneo, aunque
conllevaba algunas molestias y trabajos como el de hacer los repartimientos de
contribuciones, le daba a su titular poder entre los habitantes del lugar. Ese
reparto de contribuciones, por ejemplo, consistía en fijar la cuota anual que
debía pagar cada vecino y le permitía al
pedáneo cargar más a unos y menos a otros. Creo que es la primera vez que he
encontrado unas dimisiones como estas; nadie lo hacía y lo normal era asumir el
empleo con gusto. Eso en tiempos normales, no en estos tan revueltos, cuando
los problemas de la situación bélica recaían de inmediato en el pedáneo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Algo parecido ocurrió con el regidor Don Cristóbal de
Bustos, a quien ya conocimos en el primer artículo sobre esta guerra. Los mismos
problemas que padecían los pedáneos los sufrían en el pueblo los componentes
del Ayuntamiento. Don Cristóbal decidió quitarse de en medio, dejar Quesada y
pasar a vivir en su cortijo del sitio de Guadiana y Collejares. No era tampoco
una decisión corriente, no era frecuente entonces que los propietarios vivieran
en sus cortijos, a los que no iban más que por muy cortas temporadas, cuando
iban. Alegando su ausencia del pueblo y también su edad y “achaques
habituales”, pidió que se le relevase como clavero de la junta que administraba
los fondos de la Dehesa de Guadiana. Evidentemente lo que pretendía era
quitarse de en medio del Ayuntamiento y de los problemas de la guerra, lo que queda
acreditado con su vuelta al pueblo cuando marcharon los franceses. Entonces volvió
a participar en los asuntos de Concejo, como siempre lo había hecho, y parece
que su avanzada edad ya no era problema.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Antes de terminar con estos meses de lo que podríamos
llamar “el gobierno francés”, hay que referirse al viejo pleito por los bienes
del antiguo convento de las dominicas de Quesada, del que ya se dio cuenta en
la primera parte. El administrador de las agustinas de Cazorla había recurrido
al “ilustrísimo señor prefecto de esta provincia don Manuel de Echazarreta”, sobre
el “despojo” que a su juicio había hecho el Ayuntamiento de Quesada en 1810 a
las monjas de Cazorla, apropiándose de la administración de los bienes que
fueron de las dominicas de Quesada. El Ayuntamiento acordó enviar al prefecto
un memorial en el que recordaba el pleito que de antiguo se seguía en el
Consejo de Castilla y Chancillería de Granada y “los justos y legítimos
derechos que distintas personas particulares de este pueblo tienen a los bienes
de dicho convento”. Argumentaba el concejo quesadeño que todas las monjas que
desde Quesada se habían trasladado a Cazorla, para cuyos alimentos las
agustinas recibieron los bienes, ya habían fallecido. Fue este un episodio más del
interminable pleito, pero por lo que aquí ahora importa hay que destacar que
tanto el administrador de las agustinas como el Ayuntamiento de Quesada
reconocían todavía (marzo de 1812) como autoridad superior al afrancesado
prefecto Echazarreta y a él remitían sus razones. En pocas semanas cambiaría la
situación y nadie se acordará del prefecto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Mientras tanto la guerra continuaba. A finales de febrero
los franceses se retiraron de Cazorla, pero permanecieron en Úbeda, desde donde
seguían presionando y amenazando a los pueblos de la comarca. Por parte del
gobierno de Cádiz estaba ahora en calidad de gobernador del reino de Jaén el
brigadier Antonio Porta. El gobernador Porta, desde sus bases en la Sierra de
Segura, fue avanzando poco a poco y “liberando” los pueblos de las Villas, estableciendo
su puesto de mando en Villanueva del Arzobispo. Ya no hubo más contraataques
serios de los imperiales. Hay que recordar que en Cádiz, el 19 de marzo de
1812, las Cortes habían proclamado la Constitución.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgS4srxwXytuwupg4MY4mJNeodeO8XkKdJCZepYE1UQiEgMEiUbmfAxRLTgDa_yWoGYYunLcWK-KjlLxNJXSTLendCe3HUwPP2RZre0Mbu_ZDFKpn-pPG4fHC764uh2Jpqf9_b9zZgisFO92dgX-3VHFBr0pV66kPfnQ_fdsFUKGUUPjUCqxvUGu8cUL7yw/s1294/Ataque%20agosto%201811.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="984" data-original-width="1294" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgS4srxwXytuwupg4MY4mJNeodeO8XkKdJCZepYE1UQiEgMEiUbmfAxRLTgDa_yWoGYYunLcWK-KjlLxNJXSTLendCe3HUwPP2RZre0Mbu_ZDFKpn-pPG4fHC764uh2Jpqf9_b9zZgisFO92dgX-3VHFBr0pV66kPfnQ_fdsFUKGUUPjUCqxvUGu8cUL7yw/w400-h304/Ataque%20agosto%201811.jpg" width="400" /></a></div><br /><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">5.-
Retirada francesa. La Constitución.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Los franceses seguían cerca, pero en el mes de abril ya hay
evidencias de que el gobernador Porta estaba asegurando y avanzando sus
posiciones. Los pueblos volvían a tener en cuenta a las autoridades españolas.
En este cambio de actitud influyó decisivamente la recuperación de Úbeda, la
cabeza del partido. Como muestra del renacido respeto y reconocimiento a la
administración dependiente de Cádiz se puede mencionar un asunto menor de
índole pedagógica pero relevante a este respecto. El 16 de abril el vecino de
Quesada Joseph Bello del Ángel envió un memorial al gobernador Porta,
establecido en Úbeda, pidiéndole que le diera licencia para ejercer
interinamente como maestro en Quesada. Según Bello, aunque el maestro titular,
Laureano de Ávila, tenía título y él no (por no poder acudir al correspondiente
tribunal a causa de la situación bélica), con Ávila los niños no avanzaban, de
manera que en los muchos años que llevaba en el pueblo no había sacado ni un solo
alumno de mérito. Porta remitió la solicitud a “la justicia de la villa” para
que informase y el Ayuntamiento le contestó que no había inconveniente por su
parte en que ejercieran los dos simultáneamente. Vemos con este asunto que
mientras en marzo la autoridad reconocida a la que todos se dirigen es el
prefecto Echazarreta, en abril ya es el gobernador Porta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Porta estaba consolidando su posición y en mayo ya se
sentía tan fuerte como para tomar una medida de gran calado político: remover
el Ayuntamiento y nombrar nuevos alcaldes. Correspondía a S.M., a la
Chancillería y al Consejo de Castilla, decidir sobre el gobierno de villas y
ciudades, no teniendo las autoridades provinciales competencia al respecto. Pero
los tiempos eran extraordinarios y requerían soluciones de igual carácter. El
13 de mayo, en Villanueva del Arzobispo, “el señor don Antonio Porta, brigadier
de los reales ejércitos, comandante general militar y político de este reino de
Jaén”, firmó una orden por la que designaba alcaldes de Quesada a don Manuel de
Alcalá y Maldonado por el estado noble y a don Juan de Dios Bonavida por el
general. La decisión se había tomado a la vista del “expediente reservado” que
se había formado con “los oficios de pareceres remitidos por las personas de la
villa de Quesada”. En la misma orden se comisionaba al quesadeño don Francisco
Montilla, militar de las tropas de Porta, que antes de la guerra había sido
cabo de la partida de escopeteros de Quesada, para que el día 17 pasase al
pueblo y les diera posesión del cargo. Esta designación de alcaldes rompía con
el sistema tradicional y por eso el regidor decano don Antonio Martínez del
Águila dijo que acataba la decisión, “sin perjuicio de las regalías que este
ayuntamiento tiene de S.M. para hacer las elecciones de alcaldes y demás
oficiales de república por sí y ante sí”. Añadió que el señor Alcalá había sido
alcalde ordinario en 1811, por lo que no tenía hueco (tiempo de un año que
tenía que transcurrir para poder repetir en el cargo). El también veterano don
Pedro Vela igualmente aceptó el nombramiento con parecida salvedad. El otro regidor
perpetuo, don Cristóbal de Bustos, no asistió al pleno porque ya hemos visto
que estaba en su cortijo, apartado de los peligros que pudiera ocasionarle el
protagonismo político.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Es muy
interesante esta referencia a que Alcalá Maldonado fue alcalde en 1811. Aquel
año lo fue por el estado noble Simón Jiménez Serrano. Alcalá no estaba siquiera
“encantarado” (incluido) entre los elegibles. Significa esto que alguna
autoridad lo nombró, también al margen del procedimiento. Que el gobernador
Porta lo volviese a designar cuando estaba imponiéndose a los franceses permite
deducir que mantenía una actitud “patriótica” y antifrancesa. El “expediente
reservado” y los “pareceres remitidos” desde Quesada así debían acreditarlo. Hay
que pensar por tanto que en 1811 fue nombrado por el mismo motivo cuando en la
primavera y principios del verano Quesada estuvo controlada por las tropas
españolas. Manuel Alcalá Maldonado, además de opuesto al “gobierno intruso”,
debía tener simpatías por el gobierno de Cádiz, pues formó parte de los
ayuntamientos constitucionales de 1813 y 14. Tras el regreso del absolutismo
desapareció de la vida pública, seguramente por sus simpatías liberales. Bonavida,
el otro alcalde, que fue recaudador y mayordomo (administrador) de los bienes
de Propios (municipales), parece que fue persona menos comprometida y más acomodada
a quien mandase, por lo que sobrevivió a todos los cambios políticos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En la
misma sesión en la que tomaron posesión los nuevos alcaldes la Villa acordó
que, “según costumbre”, se efectuara la “traslación” de “Nuestra “Señora de
Tíscar patrona de ella”, desde su santuario a la parroquia. Al efecto se pasó “recado
político” al cura párroco don Cristóbal García para acordar el día en que se
debía efectuar. Esta de mayo fue la primera “Traída” que hubo aquel año. Estuvo
la Virgen en el pueblo hasta el 28 de agosto, San Agustín, día en el que
tradicionalmente se devolvía al santuario. En el otoño regresó, como luego
veremos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Por estos días los franceses habían abandonado la comarca
y estaban reducidos casi a la capital de la provincia y a la parte occidental
de ella. No significaba esto que no siguiera habiendo incidentes, pero ya no
volvieron nunca a ser el peligro que habían sido. Según Sanjuán, tropas
francesas procedentes de Baza pasaron por Cazorla (y es de imaginar que por
Quesada) a mediados de junio. Quedaban algunas partidas volantes de los
imperiales, pero no consiguieron romper el control español de esta parte de la
provincia, donde la autoridad del gobierno de Cádiz era ya indiscutible. Y el
gobierno español era ahora constitucional. El 22 de agosto de 1812 los alcaldes
dijeron que se había recibido de Cádiz “la Constitución de la monarquía
española” con la orden de la Regencia de que se proclamase y jurase. El solemne
acto tuvo lugar “en la iglesia que sirve de parroquia” dos días después, el 24
de agosto. El templo en cuestión no era la actual parroquia, que desde el año
1800 amenazaba ruina y que entre la guerra y la falta de interés del
arzobispado (los vecinos tuvieron que amenazar al vicario en 1819 con no pagar
los diezmos si no se tomaba en serio su reparación) permaneció muchos años
inutilizada. Seguramente esta iglesia “que sirve de parroquia” era la iglesia
de Santa Catalina del antiguo convento de monjas, de la que consta que a
principios de siglo funcionaba como “ayuda de parroquia”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Aquella mañana se reunieron en la iglesia, la hora
habitual era la de las diez, el ayuntamiento en pleno, el cura ecónomo don
Lucas Martín del Águila (no se cita al prior García, seguramente poco liberal) y
demás individuos del “venerable clero”. Junto a las autoridades “muchas
personas del pueblo y el primer orden de ambos sexos (los más principales)”. Lo
hicieron al efecto de prestar juramento a la “Constitución Política de la
monarquía española, sancionada por las Cortes Generales y Extraordinarias de la
Nación”. Estando todos juntos “se principió la misa solemne con diácono y
subdiácono, con el acompañamiento de música (coro e instrumentos)”. Después del
ofertorio “se leyó a la letra la nominada Constitución (preámbulo y 384
artículos) y concluida que fue su lectura se prosiguió en dicha misa”. Terminado
el oficio, se puso una “decente mesa (…) con el libro de los Santos Evangelios
sobre ella”. Juraron la Constitución los miembros del Ayuntamiento, los
eclesiásticos “y en seguida lo hizo lo demás del pueblo concurrente”. Hubo
repique general de campanas y durante todo el acto se manifestó “un completo júbilo en todos los
naturales”. El testimonio de la proclamación y juramento de Quesada fue
remitido a Cádiz, donde se publicó en el <i>DIARIO DE SESIONES de las CORTES
GENERALES y EXTRAORDINARIAS</i> del 5 de octubre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El simple hecho de que se celebrara tan solemne acto muestra
que en aquel mes de agosto ya no había mucha prevención con los franceses.
Napoleón había salido escaldado de Rusia y la guerra de España dejó de estar
entre sus prioridades. El mariscal Soult abandonó Andalucía con dirección a
Valencia. No fue incomodado en su retirada, de manera que ahora sí consiguió
pasar la Raya de Murcia que tanto se le había resistido. No está de más decir
que no se iba de vacío. El señor duque de Dalmacia fue un gran expoliador de
obras de arte durante se paso por Andalucía, un auténtico precursor de lo que
hicieron mucho después los nazis en los países ocupados. En el museo del Prado
se conserva un Inmaculada obra de Murillo que es conocida como “Inmaculada de
Soult” y que fue una de las muchas obras que el mariscal se llevó a Francia. No
se recuperó hasta 1941, cuando fue devuelta por el derrotado y colaboracionista
gobierno francés de Vichy.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El 17 de septiembre el gobernador Porta entró en Jaén. El
20 de septiembre los franceses en retirada cruzaron Quesada sin causar daños.
Fue la última vez que se les vio por aquí. El mismo día que Porta entró en Jaén
el general Ballesteros, capitán general de los cuatro reinos de Andalucía, hizo
desde Nívar (inmediaciones de Granada) una proclama “a los habitantes de
Andalucía”. Anunciaba que el enemigo había abandonado todo el territorio a su
mando y apelaba al patriotismo de los andaluces para que se formasen juntas en
todos los pueblos que recogieran donativos voluntarios de los vecinos a fin de financiar
la guerra hasta la definitiva expulsión de los enemigos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Con la proclama de Ballesteros se inició en Andalucía una
nueva y definitiva fase de la guerra. Ya no se volverá a ver franceses y todo
el territorio quedará en la retaguardia. La guerra seguirá presente, pero ya no
con hechos militares, sino con la continua exigencia de hombres para el
Ejército y la correspondiente aportación de fondos. En Quesada se recibió la
proclama de Ballesteros por mano de un comisionado militar destacado al partido
de Úbeda. En su consecuencia, el día 13 de octubre el Ayuntamiento acordó
formar una junta compuesta por los alcaldes, párroco y síndico ante la que
concurrirían los vecinos, recibiendo de cada uno la cantidad que “voluntariamente”
pudiesen entregar. Los donativos serían anotados en una lista y el dinero
recaudado entregado en Úbeda. En el mismo cabildo se recibió un oficio del
contador de Rentas Provinciales de Baeza mandando que no se interrumpiera la
reclamación y apremio de atrasos en las contribuciones atrasadas y corrientes,
“por más que declamen y resistan su satisfacción a pretexto de los muchos
suministros que se hubieran hecho a las tropas”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Se
veía venir que el esfuerzo de guerra seguiría exigiendo grandes sacrificios a
los vecinos, pero ahora tocaba celebrar que los franceses se habían marchado.
En el mismo cabildo del día 13 se dio lectura a un memorial firmado por seis <a name="_Hlk147312801">“devotos labradores y vecinos de esta villa” en el que
decían “que habiéndose dignado la divina providencia por intercesión de la
milagrosa imagen de nuestra señora de Tíscar, patrona de esta villa, librarnos
de las manos de los enemigos franceses y del yugo tan pesado con que hemos
estado oprimidos”, les parecía “muy del
caso” traer a la Virgen desde su santuario para hacerle uno o más novenarios.
Finalizaban los firmantes asegurando que todos los vecinos contribuirían </a>a
tan importante diligencia, “siendo como ha sido nuestro amparo y protectora en
los casos que se nos han presentado de tan común enemigo”. El Ayuntamiento, “conociendo la justa solicitud que hace este
vecindario”, acordó que se trajera la Virgen el día 16 y que se
pasara aviso “al venerable clero para que por su parte contribuyan a este
piadoso objeto según costumbre”. Fue la segunda Traída de aquel año. Pocos días
después, el 26 de octubre, nacía en su casa de la plaza el general Francisco
Serrano Bedoya<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-6gkShT6tmI7NwUbhK05GjPgv7J41ey71nJn3sMgtu2at7X4ujR8KslTvk-anVwS4JKKPL-pY_q-AM6iZ3kHFWxvlQ3ezSfy59gyoJCMj9xsZ_JAjna45VkwYoQozmd8axBBmDzJEC7nlsUyYt8-mkyB8Mui1aTV6kdN0_L6dOkMp6j4i1qJJsDYq023P/s586/Soult.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="586" data-original-width="408" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-6gkShT6tmI7NwUbhK05GjPgv7J41ey71nJn3sMgtu2at7X4ujR8KslTvk-anVwS4JKKPL-pY_q-AM6iZ3kHFWxvlQ3ezSfy59gyoJCMj9xsZ_JAjna45VkwYoQozmd8axBBmDzJEC7nlsUyYt8-mkyB8Mui1aTV6kdN0_L6dOkMp6j4i1qJJsDYq023P/s320/Soult.jpg" width="223" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Mariscal Soult, duque de Dalmacia</span></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">6.- De
nuevo Quesada queda en la retaguardia. Final de esta guerra.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
Constitución era una cosa que realmente los vecinos no sabían muy bien qué cosa
pudiera ser, más allá de ser vista como la “autoridad”, como el gobierno lejano,
como algo parecido a lo que siempre había sido S.M. Resulta a veces cómico ver
cómo desde ese momento todo se hacía o se justificaba por lo que mandaba la
“sabia Constitución”. Las cosas más peregrinas, cualquier solicitud al
ayuntamiento se justificaba por su mandato. Pero como “superior autoridad” de
ella sí dimanaron cambios reales que llegaron pronto y alteraron el panorama
político del pueblo. El 22 de octubre se recibió una comunicación de la
Regencia sobre la forma de elegir y nombrar los ayuntamientos. Incluían estas
nuevas normas la supresión del cargo de “regidor perpetuo”. De esta manera desaparecía
de improviso tan histórica institución, por la cual sus titulares eran
regidores (concejales) de forma vitalicia pudiendo comprar, vender y heredar el
oficio como cualquier otra propiedad. Desde ese momento todos los miembros de
los ayuntamientos serían elegidos y en Quesada lo fueron a finales de ese mes
de octubre. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
nuevo Ayuntamiento Constitucional estaba formado por dos alcaldes ordinarios,
ocho regidores, síndico general y procurador del común. Eran más regidores que
los tradicionales, y también se vio alterada la extracción social de sus componentes.
En el nuevo ayuntamiento electo solo había tres nobles o hidalgos,
perteneciendo el resto a lo que antes se llamaba el estado general. El antiguo
estado noble quedaba sin privilegios, diluido entre labradores, ganaderos y
profesionales. No estaban en él los históricos Antonio del Águila, Pedro Vela o
Cristóbal de Bustos, hidalgos los tres. Entraban Eulogio Valdés, propietario de
El Salón, Francisco López Alférez, ganadero y propietario en Lacra, el
escribano Jila y el médico Manuel Gallego entre otros. A pesar de que la
Constitución se abolió en 1814, el cambio acabó siendo definitivo con algunos
vaivenes. Para cuando en la década de 1830 se estableció definitivamente el
sistema liberal, la única diferencia entre los vecinos estaba marcada por la
economía. El viejo estamento noble pasó a ser una cosa del pasado que no podía
hacer otra cosa que desaparecer.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No se
conserva el acta de elección de este Ayuntamiento, pero a principios de 1813 se
celebraron elecciones a Cortes de las que sí existe el acta y que sirve para
ver como eran entonces las elecciones. El sistema electoral empleado nos puede
parecer antiguo y complicado, pero lo cierto es que uno similar se sigue
utilizando actualmente, pues no es otro que el “caucus” utilizado en Estados
Unidos para las elecciones primarias en algunos estados. El 8 de enero de 1813
se dio cuenta en el pleno de una comunicación del gobernador de la provincia
conteniendo las instrucciones para la elección de diputados a cortes. Por ellas
el domingo 10 de enero se debía de convocar a los vecinos para elegir vocales
electores en representación de la villa. Estas asambleas de vecinos se
organizaban por parroquias, eligiendo cada una un vocal. En el caso de Quesada
eran cuatro: parroquia de Quesada, de Tíscar y Belerda, Poyatos-Huesa y Larva. En
las asambleas resultaron elegidos el médico Manuel María Gallego por la de
Quesada, por Huesa su párroco Pedro Antonio
de Pedraza, por Tíscar y Belerda Juan Guerrero, morador del sitio de
Royomolinos, y por Larva Matías Robledillo, labrador del lugar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Una vez elegidos los vocales de las parroquias, todos los
del partido se reunieron el día 18 en Úbeda para elegir a los dos electores que
representarían al partido en la definitiva elección de diputados a celebrar en
Jaén. En la junta de Úbeda se planteó un incidente previo con la acreditación
del vocal de Larva, que estaba escrita en papel sin timbre y sin legalizar por
un escribano. La comisión de credenciales, de la que formaba parte el cura de
Huesa, acordó aceptarla considerando que ambos defectos procedían de ser una
cortijada donde no había papel sellado ni escribano. Este sistema electoral
indirecto se mantuvo, cuando hubo elecciones, durante bastante tiempo. Era en
realidad un sufragio masculino casi universal, porque en las asambleas
parroquiales podían votar todos los vecinos (cabezas de familia o de casa).
Cuando por el régimen liberal se sustituyó por la elección directa (el elector
votaba directamente al diputado del distrito) fue mucho más restringido, ya que
se pasó a un régimen censitario en el que solo podían votar las personas con un
nivel económico determinado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Como antes decía, Quesada quedó en la retaguardia, pero
la situación no mejoró demasiado. Se dejaron de vivir combates y tiroteos, pero
en el campo seguía existiendo inseguridad y miedo a causa de las partidas de
bandoleros y de los muchos malhechores que campaban. Pero lo peor fueron los
importantes alistamientos de mozos para el Ejército (aunque desplazada hacia el
norte, la guerra continuaba) y la tremenda presión fiscal para financiar los
gastos militares. Recaían ambas cargas sobre un pueblo extenuado y empobrecido
por los años de guerra que arrastraba. Hasta el final de la guerra en 1814
(incluso después), fueron continuas las órdenes y mandatos de la Intendencia
provincial apremiando al pago de contribuciones ordinarias, extraordinarias y
de guerra. Y continuas fueron las quejas del Ayuntamiento protestando de la
imposibilidad en que estaban los vecinos de afrontar en plazo esos pagos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Al pago de contribuciones había que sumar el suministro a
las tropas transeúntes o acantonadas en las cercanías. A menudo la exigencia de
estas aportaciones se hacía, para ejercer la máxima presión, directamente por
fuerzas militares que se personaban en el pueblo. En abril de 1813 se presentó
en Quesada un oficial al mando de 50 soldados de la brigada acantonada en
Sabiote para exigir 200 raciones diarias. En el pleno que debatió esta petición
estuvo presente el oficial para asegurarse de que el Ayuntamiento era diligente
buscando los fondos con los que pagar estas raciones. No solo se debía
suministrar a estas tropas, también al hospital militar de Baeza e incluso a
una partida de más de 80 hombres de paso por Quesada “para la persecución de
ladrones”. El 12 de mayo el Ayuntamiento se quejó al intendente provincial de
los “innumerables suministros que ha hecho este pueblo, por cuya causa se halla
en la mayor indigencia e imposibilidad de poder continuar con el cupo de
raciones y así se le ha hecho saber en repetidas ocasiones. Y no obstante se
repiten las peticiones de (las) tropas que pasan por este pueblo”. El Cabildo
estimaba que el total de suministros militares que había hecho la villa y sus
vecinos, desde el principio de la guerra, ascendía a la extraordinaria cantidad
de 2.000.000 de reales. Seguramente exageraban los regidores, pero en cualquier
caso era demasiado dinero para un pueblo como Quesada.</span><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Además
de los suministros para las tropas de paso, los pueblos debían hacerse cargo
del mantenimiento de las unidades militares que, procedentes de estas tierras,
se habían ido desplazando hacia el norte siguiendo la acción bélica. Así, en
enero de 1814 el intendente provincial comunicó al Ayuntamiento que había
correspondido a Quesada suministrar ocho acémilas para el III Ejército que
ahora estaba en Tudela. En su vista se acordó “reconocer a todas las
caballerías mulares que hay en la jurisdicción” para proceder a seleccionarlas
(no necesariamente para escoger a las mejores). No era la primera vez que se
recibía una petición de caballos, yeguas y sobre todo mulos. La aportación de
estos animales, que eran la “maquinaria agrícola” del momento, fue otro
problema añadido a la producción agrícola, de la que en última instancia salía
todo el esfuerzo de guerra, impuestos y suministros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Por suerte aquel invierno fue lluvioso y se esperaba una
buena cosecha de cereal. Fue también muy lluvioso el siguiente invierno, tanto
que el Guadiana Menor venía tan crecido que solo se podía vadear con bueyes.
Además del agua para el campo, hubo alguna otra buena noticia económica, como
la reactivación del comercio. El 9 de julio de 1813 se recibió un oficio del
jefe político provincial (lo que luego sería gobernador civil) comunicando que
“las primeras ventas y ulteriores de los frutos de la tierra, ganados y demás”
se pudieran vender libremente “al precio que más acomode a sus dueños”. Era una
medida liberalizadora acorde con el nuevo régimen constitucional. Hasta ese
momento el comercio estaba sometido a limitaciones, de manera que el
Ayuntamiento sacaba a subasta la venta de determinados productos (para
garantizar el suministro y garantizar el cobro de derechos) y otorgaba al
rematante el monopolio de su comercio a un precio determinado. No duró mucho la
medida, pues el mercado volvió a las restricciones anteriores con la abolición
de la Constitución, pero en aquel momento fue un alivio y una disposición bien
recibida. El síndico procurador, que lo era el boticario Tomás González, hizo
que constara en acta su satisfacción en nombre del común (los vecinos),
advirtiendo de su “protesta” (recurso) a cualquier acuerdo que se opusiera a
esta libertad de comercio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Fue por el contrario económicamente muy perjudicial la
movilización de mozos para el Ejército. Suponía la salida del pueblo de un
número importante de jóvenes en el máximo de su capacidad laboral, lo que
dificultaba el trabajo en el campo. Las movilizaciones provocaron una gran
resistencia en la población y los mozos y sus familias hicieron lo posible para
no incorporarse alegando toda clase de reclamaciones. Incluso, una vez
incorporados, no era infrecuente que abandonasen las unidades militares en las
que estaban. Eran estos los que se conocían como “dispersos”. El problema no
era pequeño y por eso, a instancias del mando militar de la provincia, se
publicó un bando para que el día 7 de octubre se presentasen en el ayuntamiento
“todos los militares de cualquier clase y graduación para que acrediten por qué
causa están en la villa y su motivo y derecho”. Un mes después, 8 de noviembre,
se repitió la orden, destinada específicamente a los oficiales, con el mandato
de que los que estuviesen en los pueblos sin licencia “regresen cuanto antes a
sus cuerpos y ejércitos”. El Ayuntamiento acordó comunicarlo a “don Jerónimo
Moreno único oficial que existe en esta villa”. Esta referencia al que fue
famoso guerrillero quesadeño acredita nuevamente que Moreno no había muerto en
Iznájar, como en su momento anunciaron las gacetas afrancesadas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Otro
asunto que ocupó al Ayuntamiento en estos tiempos finales de la guerra fue el
pleito por los bienes del antiguo convento de dominicas de Quesada, disputados
con el convento de agustinas de Cazorla. Era un expediente económicamente
importante, especialmente en momentos de extrema necesidad de ingresos para el
Ayuntamiento. Según el inventario que se hizo en julio de 1813, el caudal se
componía de 22 huertas, 16 quiñones, bancos y pedazos de tierra, un cortijo en
Bruñel Bajo, 10 casas en el pueblo y “como unas 20 viviendas en el convento”.
Estas últimas no eran propiamente casas, sino una especie de pisos o grupos de
habitaciones habilitados para su arrendamiento en las casas que se construyeron
en el solar del antiguo edificio. A finales de 1812, una vez recuperada cierta
normalidad, el administrador de las agustinas de Cazorla reclamó la posesión de
los bienes al juez del partido, entonces en Úbeda. El juez dio la razón a las
agustinas y ordenó la entrega de los bienes. En el Ayuntamiento de Quesada se desató
una agria discusión entre los partidarios de recurrir la decisión judicial y
los de aceptarla. De todas formas daba un poco igual este debate, porque las
autoridades provinciales incluyeron aquel verano a los de las dominicas entre
los Bienes Nacionales, es decir, del Estado. Hubieran acabado vendiéndose si Fernando
VII no hubiera derogado la Constitución ordenando que todo volviese al ser y
estado anterior a la misma, lo que devolvió el pleito al punto de partida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">La guerra
se había desplazado hacia el norte, pero no había concluido y ahora la estaba
perdiendo Napoleón. Fue una auténtica guerra europea, una especie de precedente
de las guerras mundiales. Eso lo sabían incluso en un pueblo aislado y remoto
como Quesada, donde se vivían como propias las victorias de los enemigos de
Bonaparte, por lejanas que fuesen. El 28 de marzo se celebró un tedeum,
presidido por alcaldes y regidores, con repique de campanas y luminarias por la
noche para celebrar “los triunfos del emperador de la Rusia”. Semejantes
celebraciones se repitieron con las “acciones gloriosas de Ejército aliado”
(ingleses, españoles y portugueses), que en 1814 llegaron a invadir el sur de
Francia y ocupar Burdeos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Entre
estrecheces y agobios económicos, alguna epidemia de cólera como la que se
inició en Gibraltar y para cuya prevención se formó en Quesada una Junta de
Sanidad en octubre de 1813, acabó victoriosamente la guerra. Napoleón abdicó y
fue recluido en la isla de Elba. El regreso de Fernando VII, “Por la Gracia de
Dios y la Constitución Monarca del Reino de España”, según rezaban los timbres
del papel sellado, fue triunfal. No se dirigió directamente a Madrid como
quería el Gobierno; se entretuvo en un largo itinerario que lo llevó a Valencia
a primeros de mayo. Estaba preparando el golpe de estado desencadenado por su
decreto de 4 mayo, que derogaba la Constitución y mandaba que las cosas
volvieran a su ser anterior. Ministros, diputados y adictos al régimen
constitucional en general, fueron perseguidos, encarcelados o huyeron al exilio.
En Quesada se destrozó la placa que había en el Ayuntamiento conmemorando la
Constitución y se asaltó el edificio, destruyendo en el archivo los papeles de
la contribución directa (igual para todos, nobles, clérigos y pueblo llano). Tal
y como se mandaba por Fernando, las cosas volvieron al triste estado de 1808.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhIwPH5eMVxJDwDIBh8L09MtzvHCJ7ynZM2lq8M73g1Oyof6mroW7vx6Uz7CyL-KdBgfjXIe0zbPQGbHDvKNje01SSXY0eARS_Jl1vky8Cbc5m8PXeSOXxc5cgZ99n9gZN5oBcpbpzj-QbHdldKRmCMduKnjYLu6bO8cyoKriWBBWiaW8QrJ9YrMJI4tBI/s2889/1812-10-13%20(10).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="2889" data-original-width="2070" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhIwPH5eMVxJDwDIBh8L09MtzvHCJ7ynZM2lq8M73g1Oyof6mroW7vx6Uz7CyL-KdBgfjXIe0zbPQGbHDvKNje01SSXY0eARS_Jl1vky8Cbc5m8PXeSOXxc5cgZ99n9gZN5oBcpbpzj-QbHdldKRmCMduKnjYLu6bO8cyoKriWBBWiaW8QrJ9YrMJI4tBI/w286-h400/1812-10-13%20(10).jpg" width="286" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Memorial de labradores y vecinos pidiendo la traída de la Virgen<br />para celebrar la salida de los franceses.</span></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p>
</p><div><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref1" name="_edn1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">José
Sanjuán <i>Resumen histórico de los acontecimientos ocurridos en Cazorla cuando
la Guerra de la Independencia</i>, que recoge y publica Bueno Cuadros en <i>Cazorla,
de villa a ciudad.</i> Op. cit primera parte.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn2">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref2" name="_edn2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Rufino Almansa
Tallante. Cazorla y La Iruela en la Guerra de la independencia. BIEG n.º 156
1995.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn3">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref3" name="_edn3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Ramón Rubiales García del Valle. <i>ACTUACIONES DE LA GUERRILLA
Y EL EJÉRCITO EN LA COMARCA DE LAS VILLAS DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
(1810-1812).</i> ARGENTARIA Revista Histórica, Cultural y Costumbrista de las
Cuatro Villas. 2013.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn4">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref4" name="_edn4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Gaceta de la Regencia
de España e Indias</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">.
18 de mayo de 1811.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn5">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref5" name="_edn5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Rubiales. Óp. cit.<span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p>
</div>
<div id="edn6">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref6" name="_edn6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Bueno Cuadros. Óp.cit.<span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p>
</div>
<div id="edn7">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref7" name="_edn7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Ildefonso Alcalá
Moreno. <i>La Guerra de la Independencia en Jódar.</i> Asociación cultural <i>Saudar</i>.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn8">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref8" name="_edn8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">DIVERSOS-COLECCIONES,111,N.31<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn9">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref9" name="_edn9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">1811-05-18 Gazeta de la
Regencia de España e Indias - Número 65<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn10">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref10" name="_edn10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Gaceta de Madrid</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">. 2 de marzo de 1811.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn11">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref11" name="_edn11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Díaz
Torrejón <i>GUERRILLA, CONTRAGUERRILLA Y DELINCUENCIA EN LA ANDALUCÍA
NAPOLEÓNICA (1810-1812)</i> Tomo II. Fundación para el desarrollo de los
pueblos de la Ruta del Tempranillo. Lucena 2005.pág. 116.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn12">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref12" name="_edn12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Díaz Torrejón op.cit. Pág.
112 y 113<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn13">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref13" name="_edn13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">DIVERSOS-COLECCIONES,152,N.34<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn14">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref14" name="_edn14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">José Manuel RODRÍGUEZ DOMINGO. <i>ACCIÓN Y DEFENSA EN LA
RAYA DE MURCIA DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1810-1812)</i>.Boletín
Centro de Estudios Pedro Suárez, 23, 2010, 59-166<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn15">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref15" name="_edn15" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">
DIVERSOS-COLLECCIONES,98,N.17<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn16">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref16" name="_edn16" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-font-kerning: 0pt;">DIVERSOS-COLECCIONES,152,N.34<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn17">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref17" name="_edn17" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Ibid.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn18">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref18" name="_edn18" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Ibid.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn19">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref19" name="_edn19" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-font-kerning: 0pt;">DIVERSOS-COLECCIONES,124,N.10<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn20">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref20" name="_edn20" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">DIVERSOS-COLECCIONES,202,N.38<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn21">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref21" name="_edn21" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Boletín de
jurisprudencia y legislación.</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Tomo I, Madrid 1836. BDH.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn22">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref22" name="_edn22" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">DIVERSOS-COLECCIONES,152,N.2<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn23">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref23" name="_edn23" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> La información sobre
estas acciones está los partes y cartas de DIVERSOS-COLECCIONES,152,N.2
y N.34<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn24">
<p class="Default" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref24" name="_edn24" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-size: 12pt; line-height: 107%;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span color="windowtext" face=""Arial",sans-serif">José Manuel Leal. <i>LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (II). EL COMBATE DE POZO ALCÓN</i>. En <i>Lo Que
Pasa en Pozo Alcón. Blog independiente de noticias</i>. 14 de febrero de 2021.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn25">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref25" name="_edn25" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> José Manuel Leal. Op.
cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn26">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref26" name="_edn26" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">DIVERSOS-COLECCIONES,202,N.38<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn27">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2024-02-05/Quesada%2024-03-04/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20II%20(1811-FINAL).docx#_ednref27" name="_edn27" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Sanjuán dice de
Novailles que era “hombre sabio, político y de experiencia”.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-50458520915622873472023-12-22T02:07:00.000-08:002023-12-22T02:07:33.873-08:00EFECTOS DEL TERREMOTO DE LISBOA EN QUESADA.<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYJ2fbXJBx9HBzBzinNsurtbmiESvw1W89mu7cA1TEV-RQKoUzHQmk433X8C6mAYxXbvk5l85eiklftdvN-GBBX5udOlNv677Az6H8lqLe3DuGZ8cdNhpHBsSyO_o6m0baGL2Lm5fDRgHqjZ9xvOvnl7UE9atb_QvFqbmv1su9nYHsq3WD5AWslfemnj2r/s1333/da%C3%B1os.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="998" data-original-width="1333" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYJ2fbXJBx9HBzBzinNsurtbmiESvw1W89mu7cA1TEV-RQKoUzHQmk433X8C6mAYxXbvk5l85eiklftdvN-GBBX5udOlNv677Az6H8lqLe3DuGZ8cdNhpHBsSyO_o6m0baGL2Lm5fDRgHqjZ9xvOvnl7UE9atb_QvFqbmv1su9nYHsq3WD5AWslfemnj2r/w640-h480/da%C3%B1os.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Mapa de daños en Quesada del terremoto (elaboración propia)</span></td></tr></tbody></table><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">El
día 1 noviembre de 1755, hacía las diez de la mañana, un fortísimo temblor de
tierra fue sentido en toda la Península, Norte de África y buena parte de
Europa. En Quesada la parroquia estaba repleta, porque a esa hora se iniciaba
la misa mayor y la festividad de Todos los Santos. Clérigos y fieles salieron
despavoridos de la iglesia a la plaza de la Lonja. Se trataba del conocido terremoto
de Lisboa, así llamado porque la ciudad quedó completamente devastada. Su
epicentro en realidad se localizó en el Atlántico, frente al cabo de San
Vicente y a unos 634 km de Quesada según cálculo del Instituto Geográfico
Nacional. Como en toda la Península, las iglesias de Lisboa estaban llenas para
tan importante festividad religiosa. La capital portuguesa sufrió duramente el
temblor, los techos de las iglesias cayeron sobre los fieles y se derrumbaron
numerosos edificios. Un rato después un tremendo tsunami duplicó los daños,
pero lo peor fue el pavoroso incendio que sobrevino al desastre. Prácticamente
toda la ciudad, excepto los barrios altos, quedó destruida. La reconstrucción
emprendida por el marqués de Pombal sigue marcando hoy su fisonomía urbana. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">El
desastrosos efectos del seísmo se extendieron por Marruecos y toda la
Península, especialmente el maremoto, que arrasó la costa, causando miles de
víctimas. El litoral estaba por entonces mucho menos habitado, al contrario que
hoy. Asusta pensar en lo que hubiera sido de producirse hoy día. En España
provocó numerosos daños en edificios civiles y religiosos y se calcula que más
de 60 muertos, pero el maremoto añadió otras dos mil víctimas en las costas de
Huelva y Cádiz. La crisis económica y política que provocó en Portugal supuso
el principio del fin del hasta ese momento potentísimo imperio colonial
portugués. La repercusión que las noticias del desastre tuvieron en toda Europa
fue enorme y originó grandes debates científicos, filosóficos e incluso
religiosos. Desde el primer momento el terremoto y sus efectos se analizaron e
investigaron con método científico y se considera que su estudio supuso el
nacimiento de la Sismología moderna. La magnitud del terremoto (según cálculos
del IGN) estuvo en torno a 8,5 y una intensidad máxima, en Portugal, de X, algo
inaudito. En Quesada fue sentido con intensidad VI, similar al de Lorca de 2011,
el último con víctimas mortales en la Península. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg96T_Q4H_TIWhS6SSrOq8HI_0KLT4UfAlZiCQx1ixadGgIL-GvxSKBR2oQFJVeilP8Eu3WDtfRGWtHREfCUiJR2ddlnG77EqWmhzXFN3yAoEz-guH6HokSuw6JNEZTTCK-V3f-mUuPXI5GO-zB5UDfkji7XozNSgK-E07mX-vLuuix4a0Eb2rPDLR3UPvB/s604/Figura-1-Mapa-de-intensidades-en-escala-EMS-98-del-terremoto-de-Lisboa-Fuente.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="570" data-original-width="604" height="378" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg96T_Q4H_TIWhS6SSrOq8HI_0KLT4UfAlZiCQx1ixadGgIL-GvxSKBR2oQFJVeilP8Eu3WDtfRGWtHREfCUiJR2ddlnG77EqWmhzXFN3yAoEz-guH6HokSuw6JNEZTTCK-V3f-mUuPXI5GO-zB5UDfkji7XozNSgK-E07mX-vLuuix4a0Eb2rPDLR3UPvB/w400-h378/Figura-1-Mapa-de-intensidades-en-escala-EMS-98-del-terremoto-de-Lisboa-Fuente.png" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Intensidad del terremoto</td></tr></tbody></table><br /><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">El
rey Fernando VI estaba en el Escorial, donde se sintió con fuerza el temblor.
Regresó inmediatamente a Madrid y dio orden al Consejo de Castilla de que se
hiciese una consulta a todas las ciudades y villas del reino a fin de conocer
los daños que había provocado. Al efecto se preparó un cuestionario de ocho
preguntas referidas a la hora, duración, movimientos observados y daños
producidos. Las respuestas, procedentes de toda España, se conservan en el
Archivo Histórico Nacional.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-11-07/Quesada%2022-12-15/1755%20Terremoto/efectos%20TERREMOTO%201755.docx#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> De
ellas se desprende que el temblor se produjo poco antes de las diez de la
mañana y que duró entre ocho y diez minutos. Se sintió en tres ondas o fases
separadas por dos momentos de aparente calma, la segunda fue la más intensa.
Esta larguísima duración sin duda aumentó los daños, pero seguramente también
permitió la evacuación de los edificios (iglesias), pues la primera embestida
asustó al público pero no provocó grandes daños. Para cuando empezaron a caer
cascotes de los techos la mayoría de la gente estaba ya en la calle. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Entre
las respuestas al cuestionario que se conservan en el Archivo Histórico
Nacional están los informes remitidos por los ayuntamientos de Quesada, Hinojares,
Pozo Alcón y La Iruela. El de Cazorla no se conserva, pero se conoce de forma
esquemática por los resúmenes que posteriormente hizo la Real Academia de la
Historia. No hay tampoco informe de Huesa ni de Peal, pues por entonces no tenían
ayuntamiento propio y estaban incluidas en los términos de Quesada y Cazorla
respectivamente. Ni en Quesada ni en el resto de la comarca hubo víctimas, pero
sí importantes daños materiales, especialmente en este pueblo. En todas las
respuestas se transmite el miedo y el tremendo susto que produjo el temblor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Quesada<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Hay
dos informes de daños correspondientes a Quesada. Uno el dirigido al obispo de
Cartagena, en aquel momento presidente del Consejo de Castilla y quien
centralizaba la información. El otro remitido al corregidor de Baeza y Úbeda, don
Joseph Delgado y Frías, autoridad inmediata de quien se había recibido la
consulta. Son prácticamente iguales y están fechados el día 24 de noviembre,
señal de que se hicieron a la vez. El dirigido al obispo de Cartagena no está
firmado, el del corregidor lo suscriben Higinio Jiménez Serrano y Salvador
Cano, regidores del Ayuntamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Dicen
estos informes que sobre las diez de la mañana, “a corta diferencia”, se empezó
a sentir el temblor de tierra, que “hasta que se sosegó duraría como ocho
minutos”. Durante este tiempo “se advirtió que las iglesias, torres de ellas, y
casas, se movían a un lado y a otro, como si fueran cañas”. Como ya se ha dicho,
a las diez de la mañana comenzaba la misa mayor y los oficios de Todos los
Santos. Estaba la parroquia llena de fieles, con los sacerdotes preparados para
comenzar el acto. En estas ocasiones especiales solían participar todos los
clérigos (cura-párroco asistido por diáconos, tenientes de cura, de beneficiado
y demás presbíteros). A ellos se sumaban el sochantre, el coro, el organista, los
clérigos de menores, el sacristán mayor y los sacristanes menores. Asistía en
lugar preeminente el cabildo municipal en pleno y detrás el estado noble
(hidalgos) y las personas principales. El resto de fieles abarrotaba las naves
de la iglesia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Iniciada
con toda solemnidad la función religiosa se escuchó un gran estruendo.
Inmediatamente sintieron que “la tierra toda” se movía, “trastornando” los
pavimentos y haciendo crujir sus losetas. Todos los presentes en la iglesia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“juzgaron su total ruina”, por lo que salieron
precipitadamente, “a pedir misericordia”, a las zonas descubiertas alrededor
del templo, que eran la plaza Vieja (Lonja), donde estaba la puerta principal y
la delantera de la actual fachada (entonces llamada puerta de San Ildefonso). En
el precipitado desalojo no se registraron heridos ni contusionados, como
ocurrió en otros lugares donde la estampida del público apelotonándose en las
puertas sí ocasionó víctimas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Una
vez “sosegado el temblor”, tras ocho eternos minutos, se pudieron comprobar los
daños. El terremoto había “causado quebranto” en la iglesia, afectando a la
fábrica (estructura), “que es de arcos de piedra de sillería sobre gruesas
columnas de lo mismo”. Se habían caído “parte de los embovedados de algunas
capillas” y la torre se había visto afectada, “especialmente el tercio donde se
hallan las campanas”. La parroquia no tenía el aspecto actual, las tres naves
estaban separadas por arcos y pilares de piedra, como dice el informe, y la
cubierta era una armadura de madera de par y nudillo. Esta cubierta se conserva
hoy día, en razonable estado aunque oculta por la bóveda que actualmente cubre
la nave principal. Los arcos y pilares de piedra también siguen existiendo,
pero ocultos y recubiertos por los tabiques y yesos al gusto neoclásico que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hoy se pueden ver y que “forran” y tapan el
antiguo interior de piedra.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hace ya unos
años se hizo una cata junto a la capilla que hay debajo de la torre, quedando
al descubierto un capitel, policromado, de aquella primitiva estructura de
piedra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Los
daños en la estructura fueron reparados, pero esta quedó resentida y años
después, abril de 1800, su estado volvía a ser ruinoso. En aquel año el síndico
personero del común pasó noticia al Ayuntamiento del mal estado del templo, que
“por el desplome de paredes y sentimiento de sus arcos en partes esenciales
está todo el edificio expuesto a ruina si con la mayor brevedad no se pone
remedio”. Se temía especialmente que el edificio se derrumbase durante alguna
celebración religiosa, estando las naves ocupadas por los fieles. El
Ayuntamiento pasó aviso al vicario para que el arzobispado efectuara las reparaciones
necesarias. Seguramente este fue el origen de la reforma que dio su actual
aspecto a la iglesia parroquial.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">No
fueron estos de la parroquia los únicos daños producidos, se resintieron
también las viejas murallas medievales, especialmente algunos torreones. Dicen
las respuestas a la encuesta del Consejo de Castilla que “una torre muy grande
y fuerte” del antiguo alcázar, “que sirve de uno de los graneros del Pósito”
también se vio afectada. Este cubo de la muralla es sin duda el que existía entre
la calle del Cinto y final de la calle Alcázar, del que hoy día apenas queda
nada. El temblor produjo en el torreón una grieta “o abertura desde lo alto a
lo hondo”. Su parte superior se hundió y causó destrozos en los tejados de las
casas inmediatas. Otra torre de la muralla, la de la alcaidía, entonces cárcel,
y en la que por entonces estaba el reloj público, también se hundió en parte. Esta
torre estaba entre la calle Alcaidía y plaza de la Lonja (Existió hasta los
años veinte del siglo pasado, apareciendo al fondo de la foto que hizo Carriazo
del Arco de los Santos).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiimtfF-ja4Ev58R-onYJTpjUPcLeZCAbrbKP5gDkRX4FuL3-hXYRF0QY2aXHfNPF6n7BWIkJ60M6P6oJnFXeQaDeq-4WQKcqNb2DqsGRk9pNrF4CxrPXrYktBpkBqIL7jICX33wn-9FpjN4juCuKcqAlECx7YT9ykHtpI3N00O10xvgd_zO19zoNrMCkT7/s1926/novela%201.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1926" data-original-width="1267" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiimtfF-ja4Ev58R-onYJTpjUPcLeZCAbrbKP5gDkRX4FuL3-hXYRF0QY2aXHfNPF6n7BWIkJ60M6P6oJnFXeQaDeq-4WQKcqNb2DqsGRk9pNrF4CxrPXrYktBpkBqIL7jICX33wn-9FpjN4juCuKcqAlECx7YT9ykHtpI3N00O10xvgd_zO19zoNrMCkT7/w264-h400/novela%201.jpeg" width="264" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La vieja torre de la Alcaidía vista <br />desde el Arco de los Santos.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">El
resto de edificios de la población quedaron “maltratados”, con grietas, caídas de
techumbres y demás. Tres casas sufrieron ruina completa quedando inhabitables.
No debieron sufrir muchos daños el resto de iglesias del pueblo y sus
campanarios (conventos, hospital, parroquia de Santa María, Madre de Dios, etc.).
Al menos no de una consideración que los informantes juzgaran necesario
especificar en su respuesta. Lo mismo que las casas del pueblo habían sufrido
los cortijos y casas de campo, muchas de las cuales eran lo que se llamaba casas
“retamizas”, es decir, sin tejas, con tejados de formados con cañas ramas. La
endeblez de su construcción seguramente facilitó los daños pero por la misma
razón evitó, o minimizó los personales.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Esto
por lo que se refiere a edificios, en el terreno de sierra y montes se
advirtieron otros efectos. Los informes destacan lo sucedido en un sitio, “a
distancia de un cuarto de legua de esta población (…) llamado el Nacimiento”.
Allí, debajo del cerro Vítar, nacía el agua que una precaria tubería llevaba a
la fuente pública de la Plaza y de ahí le venía el nombre al lugar, que sigue
conociéndose así. Por ser un festivo tan principal no había aquella mañana mucha
gente en el campo, pero los pocos que estaban presenciaron con espanto un
fenómeno inaudito. Cuando empezó el temblor sintieron un gran ruido y vieron
como se desgajaba parte de la ladera del cerro Vítar. El desprendimiento
levantó una enorme polvareda, como si fuera humo “de una calera que se
quemaba”. El enorme estrépito de las rocas despeñándose y la polvareda hizo creer
a los aterrorizados testigos que “las piedras subían hacia arriba”. La
espantosa visión concluyó cuando el “humo” fue tan denso que nubló la vista. Finalizado
el terremoto se pudo comprobar que había mermado el caudal de agua que nacía, lo
que provocó dificultades en el suministro de la población. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Cerca
de allí, en el cerro de la Magdalena, en un sitio “que llaman los Calderones”, días
después se advirtió como se había abierto una quebrada “de más de diez varas de
profundidad y otras tantas de ancho”. De ella salía una grieta, “de treinta y
dos pasos de largo”. En Tíscar parte de la muralla del castillo se desprendió,
rodando las piedras ladera abajo. En aquel momento la gente subía a la misa en
el santuario y las piedras pasaron entre ellos, aunque sin alcanzar a ninguno.
Sin duda se produjeron desprendimientos en otras partes de la sierra, pero o no
hubo testigos o a los redactores de la información no les pareció necesario
reflejarlos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Ni
en Tíscar ni en el resto del término se registraron muertos ni heridos de
consideración. En los días posteriores se sintieron réplicas, pero “de corta
consideración, y sin ningún daño”. Que no hubiera víctimas se consideró un
milagro de la Virgen, “Nuestra Señora de Tíscar, Patrona y singular Protectora
de este pueblo”. Por ello el cabildo municipal acordó traerla en rogativa de
forma extraordinaria desde su santuario, “y hacerle un novenario de fiestas,
con nueve sermones, lo que se está ejecutando con singular devoción del pueblo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">El
terremoto en la Comarca<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Tampoco
hubo víctimas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en las otras villas de la
comarca ni en sus términos, aunque la sorpresa, alarma y miedo fueron
generalizados. Coinciden en todos los informes, poco más o menos, tanto la hora
como la duración del terremoto. En Pozo Alcón se sintió con fuerza el temblor,
pero, “mediante la Divina Providencia”, no se registraron daños de
consideración. En Hinojares se sintió con “bastante rigor”, lo que “a todos nos
causó mucho espanto y terror”, aunque hasta el día de emitir el informe no se
habían notado daños “en edificios, ganado, ni en otra cosa”. No sabían si se
habían producido desprendimientos en riscos y quebradas de la sierra “por haber
muchas”. Tampoco se habían comprobado efectos en el caudal de las fuentes ni en
la calidad de sus aguas. Da la impresión de que en esta parte de la comarca fue
sentido con menor intensidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Por
su parte en La Iruela el terremoto se produjo cuando se celebraba la misa mayor
en la parroquia, como en la mayor parte de lugares. Su fuerza “alteró los
ánimos de tal forma” que los clérigos y fieles abandonaron precipitadamente el
templo “por recelar se arruinasen los edificios”. No se indican daños
especiales, pero sí que durante al menos dos días las fuentes, “royos” y pozos vieron
“sus aguas alteradas y revueltas”. Como antes se dijo el informe de Cazorla no
se conserva en el Archivo Histórico Nacional. El resumen que de él hizo la Real
Academia de la Historia es muy escueto. Dice que hubo algunos daños en
edificios, “con especialidad los de más resistencia (los de piedra)”, que el
agua de algunas fuentes se enturbió y que se habían “roto algunos peñascos de
las cercanías, y aun desprendiéndose otros del lugar que ocupaban”. Seguramente
los efectos fueron muy similares a los que con mucho mayor detalle describe el
informe de Quesada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;">Hay
que recordar que el epicentro estuvo a más de seiscientos kilómetros, lo que da
idea de la fuerza del seísmo que a tanta distancia tuvo las consecuencias que
van referidas. Se comprende así mejor lo sucedido en zonas más cercanas y
costeras como Lisboa, Ayamonte o Cádiz, donde además sufrieron el posterior y
terrible tsunami. Respecto a las réplicas fueron muchas y algunas importantes,
aunque el informe de Quesada les quite importancia. Según Joseph Delgado, el
corregidor de Baeza, se habían repetidos los temblores, aunque con menor
intensidad. Pero destaca la réplica sentida el día 27, cuya duración calcula en
tres minutos, aunque tampoco causó daños. El caso es que según el corregidor ,
“con estas repeticiones nos hallamos todos llenos de temores y sin parar de
hacer rogativas públicas. El Todopoderoso nos mire con ojos de misericordia”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-11-07/Quesada%2022-12-15/1755%20Terremoto/efectos%20TERREMOTO%201755.docx#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt;"> La información
sismológica procede de la publicación <i><span style="mso-font-kerning: 0pt;">Los
efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755) de </span></i><span style="mso-font-kerning: 0pt;">José Manuel Martínez Solares, Instituto Geográfico
Nacional 2001. La transcripción de las respuestas al cuestionario del Consejo
de Castilla corresponde a Fernando Rodríguez de la Torre. <i>Documentos en el
Archivo Histórico Nacional (Madrid) sobre el terremoto del 1 de noviembre de
1755</i>. Ediciones Universidad de Salamanca 2005.<o:p></o:p></span></span></p>
</div>
</div><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-88074181182165840472023-11-27T02:25:00.000-08:002024-03-09T00:48:21.189-08:00LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN QUESADA. Iª parte (1808-1810)<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jLUaPbpJ5Ok5uRpTUsGZAkQl2M_lYEPoEBCCtF6D-Xi2SOucAGlkNpxCrolakzpYffZ9k0DMx6eMRU4oJ3nwmIsNVeKpSyOJw7fyLxqEWWSSF0GuIu0Z_TS96rSaGXfqYBEhbkdwNjOvhHzdKcCedogchwKCSzW-OEWOEqrMYHJVLqjqQ26G3gbO2v1F/s1198/Plano%20de%20Quesada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="1198" height="486" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6jLUaPbpJ5Ok5uRpTUsGZAkQl2M_lYEPoEBCCtF6D-Xi2SOucAGlkNpxCrolakzpYffZ9k0DMx6eMRU4oJ3nwmIsNVeKpSyOJw7fyLxqEWWSSF0GuIu0Z_TS96rSaGXfqYBEhbkdwNjOvhHzdKcCedogchwKCSzW-OEWOEqrMYHJVLqjqQ26G3gbO2v1F/w640-h486/Plano%20de%20Quesada.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Quesada a principios del siglo XIX. Plano de elaboración propia.</span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">1.-
Introducción. Quesada a principios del siglo XIX.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
abril de 1814 el Ejército aliado (españoles, ingleses y portugueses), comandado
por el general Wellington, habían expulsado a las tropas imperiales más allá de
los Pirineos llegando hasta Burdeos y Toulouse. Napoleón había abdicado y fue
desterrado a la isla de Elba. En Quesada, de orden del jefe político de la
provincia (gobernador), se celebró un tedeum, regocijos públicos y luminarias, celebrando
que Fernando VII se dirigía a Perpiñán para cruzar la frontera. Había acabado
la guerra, pero no había llegado la paz, había llegado o regresado Fernando VII, que no dio tregua y que años después recurrió a una nueva invasión francesa
para mantener su poder absoluto (Los Cien Mil Hijos de San Luis). Con el país
jubiloso celebrando la victoria y el regreso del Rey, Fernando VII publicó en
Valencia el decreto de 4 de mayo que abolía la Constitución de Cádiz y
restauraba el Absolutismo. En Quesada los realistas asaltaron el ayuntamiento,
destrozaron la placa que conmemoraba la Constitución y rompieron los
repartimientos de contribuciones y otros documentos del archivo municipal. En
el papel timbrado que se usaba para las actas, y mientras se recibían nuevos
impresos, se tachó de los sellos la mención a Rey Constitucional.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Todo
había empezado seis años antes, con la revuelta popular del 2 de mayo en Madrid
y su salvaje represión. Por aquellos días los dos reyes, el emérito y recién
abdicado Carlos IV y su hijo Fernando VII, renunciaron a los derechos
dinásticos y se los entregaron a Bonaparte. El emperador, en uso de ellos,
proclamó rey a su hermano José I. No es lugar para extenderse contando el
desarrollo de la Guerra de la Independencia. Por eso, y salvo alguna pincelada
para entender el contexto general, me limitaré a lo sucedido en Quesada, en la
comarca <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y en las cercanas. Quesada
estaba en guerra, algo que no había sucedido desde que se tomó Granada en 1942,
con la corta excepción de la rebelión de los moriscos (1568-1571). Se vieron violencias
que muchas generaciones de quesadeños no habían conocido desde aquellos remotos
tiempos. La documentación y fuentes utilizadas para este artículo las he
recogido en un anexo final al objeto de no cansar con largas consideraciones
que puedan disuadir al lector. Que las lean los interesados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
principios del siglo XIX, a las puertas de la invasión francesa, Quesada era
una villa de unos 4.500 habitantes (1.127 vecinos) según<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el padrón que se formó en enero de 1805. En
el pueblo propiamente dicho vivían algo menos de 3.000 personas. El resto lo hacía
en las aldeas, lugares y cortijos de la jurisdicción, que por entonces todavía incluía
los actuales términos municipales de Huesa y Larva.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El casco urbano era bastante menor que la
actual. Acababa en la calle Don Pedro por un lado y por otro en las tapias del
cementerio de entonces, anejo a la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>iglesia de la Madre de Dios de la Soledad (donde luego se hizo un grupo
escolar). La calle del Bache estaba a medio edificar y la del Ángel solo
existía en sus primeros metros. El pueblo, de calles de tierra o mal
empedradas, estaba formado por casas bajas y sobre el caserío solo destacaban
las iglesias (parroquia, convento, Hospital, Madre de Dios, Santa Catalina). La
vida se centraba en la Plaza, donde se celebraban el mercado, los actos y
funciones públicas y muchas de las religiosas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Las
comunicaciones resultaban muy deficientes. Solo un camino, el de Úbeda y Baeza,
que salía del final de la calle Nueva frente a la Puerta de Granada (Manquita
de Utrera), permitía el paso de pequeñas carretas. Los otros, como el de
Poyatos por Puerto Ausín, Cazorla o el que desde el puente del Vadillo
(Pernías) iba en dirección a Villacarrillo, solo eran aptos para arrieros con
sus caballerías y caminantes. Tan malas comunicaciones ocasionaban que las
noticias, incluso las oficiales, fueran escasas, lentas y a menudo tardías. Dos
veces en semana el conductor de la correspondencia hacía el viaje a Úbeda para
traer y llevar cartas. Tardaba en la ida un día o día y medio, otro tanto en la
vuelta, y eso con buen tiempo, pues en las invernadas el barro y las crecidas
de los ríos dificultaban mucho el camino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
paisaje del pueblo y alrededores era bastante diferente al actual. Los árboles,
entre los que todavía eran numerosas las moreras, solo se veían en las lindes
de las huertas o en pequeñas parcelas donde se ponían sin orden, sin formar
hileras. No existía para nada el actual mar de olivos, apenas algunos pequeños
olivares sueltos. Las relativamente abundantes viñas estaban plantadas en las
partes más altas y cercanas a la sierra, especialmente en la zona conocida como
Puerto Rubio. El resto del campo, a excepción de los montes, era tierra calma
dedicada a cereales y casi desprovista de árboles, con apenas alguno junto a
los cortijos. La desnudez del paisaje tuvo importancia estratégica, pues
facilitaba mucho la vigilancia. Desde las alturas, especialmente desde Puerto
Ausín y Magdalena, se podían detectar a gran distancia los grupos de soldados en
movimiento, a pie o a caballo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
composición social de Quesada era la propia del Antiguo Régimen: una sociedad
estamental encabezada por nobles (15 hidalgos había en 1805) y eclesiásticos
(18 seculares y 7 regulares del convento de dominicos en la misma fecha). El
resto, la inmensa mayoría de los vecinos, formaba el estado general, que se
componía de pegujaleros (pequeños propietarios o arrendatarios, conocidos en
Quesada como “peujareros”), jornaleros, artesanos y algunos profesionales
(médicos, boticarios, procuradores). A los vecinos del estado general se les
llamaba también pecheros, porque eran los únicos que se incluían en el
repartimiento de contribuciones. Tanto nobles como clérigos estaban exentos de
pagar, a pesar de que solían ser los más adinerados. Lógicamente quedaban al
margen de cualquier pago los numerosos pobres de solemnidad, que bastante
tenían con comer de cuando en cuando. Eran muy numerosas las viudas mayores, a
menudo con hijas o con hijos menores, que quedaban a expensas de la caridad de
los vecinos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Políticamente
el pueblo era un desastre. Lo había sido al menos desde que en 1564 se
constituyera como villa independiente de Úbeda y lo seguía siendo ahora cuando
se presentó el invasor. Desde aquella independencia o exención, dos facciones o
partidos se enfrentaban y luchaban por el control del concejo con una saña y
ferocidad extremas. Unos eran partidarios del gobierno por juez de letras,
corregidores y alcaldes mayores, funcionarios reales nombrados por la Corte que
ejercían durante un tiempo antes de ser relevados. Los otros preferían el
gobierno por alcaldes ordinarios, que eran dos: uno por el estado noble y otro
por el general. Eran vecinos del pueblo que cada año se elegían por sorteo
utilizando un procedimiento llamado insaculación. Los partidarios del gobierno
por corregidor o alcalde mayor defendían que, al ser funcionarios forasteros,
no tenían particulares intereses en la vida del pueblo y podían ejercer con
imparcialidad, mientras que los alcaldes ordinarios estaban apegados a la
defensa de sus intereses de familia o grupo. Los partidarios de alcaldes
ordinarios alegaban por su parte que el “autogobierno” era un privilegio
inmemorial de la villa al que tenían derecho. Hay que evitar lecturas actuales,
pues la elección de alcaldes no tenía nada de democrática. Podría decirse
incluso que por lo general eran partidarios de estos alcaldes los nobles y los
poderosos, que se sabían beneficiados por el sistema. Me estoy refiriendo al
hablar de estas disputas a las familias y personas más principales, las más
condecoradas y de representación que se decía entonces, que eran las únicas que
tenían acceso a los cargos del Ayuntamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
siglo XIX empezó con gobierno de alcaldes mayores, siéndolo don Armengol Dalmau
(que desde Quesada pasó a Barcelona como alcalde mayor) y don Mariano Rufino
González, personaje que se hizo célebre por ser luego el primer jefe de una
policía política en España, en 1824. En abril 1807 se volvió a la insaculación
de alcaldes ordinarios, al fallar el Consejo de Castilla a su favor en el largo
pleito que sobre el asunto habían entablado los partidarios del sorteo de
alcaldes. Cuando Napoleón desencadenó la guerra, nuestros paisanos gobernantes
estaban en estas cuitas, conduciéndose con una ferocidad pocas veces conocida.
Los primeros tiros que se escucharon en Quesada, en la Plaza, no fueron los del
invasor, sino los del atentado que sufrió uno de los alcaldes ordinarios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">2.-
1808 y 1809. La guerra lejana.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Tras
los sucesos de mayo de 1808 en Madrid, el general Dupont avanzó hacia el sur y
entró en los reinos de Córdoba y Jaén. Los franceses llegaron a tomar esta
última ciudad causando grandes estragos. Pero duró poco la primera incursión
de los imperiales, porque en el mes de julio fueron derrotados en Bailén y se
retiraron hasta la línea del río Ebro. En 1809 la guerra se limitó al norte del
país, donde se afianzaba el gobierno de José I con la pasividad y complicidad
de buena parte de las viejas clases dirigentes. Puede decirse que, quitando la
corta incursión de Dupont hasta su derrota en Bailén, durante el primer año y
medio de guerra Andalucía se mantuvo en la retaguardia, sin sufrir directamente desastres militares. Eso permitió que se instalara en Sevilla la <span style="background: white; color: black; mso-color-alt: windowtext;">Junta Central Suprema
y Gubernativa del Reino</span>, reunión de las múltiples juntas provinciales
que se creó para oponerse a la ocupación. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
Quesada había tocado la suerte de alcaldes para 1808 a D. Cristóbal de Bustos,
por el estado noble, y al escribano Juan de Jila Rivera, por el general. El
primero era el cabeza de una familia que remanecía de Granada y que poseía
grandes propiedades en Bruñel y en Collejares, donde además Bustos era dueño
del barco (pequeña barca sujeta a un cable) con el que se cruzaba el torrencial
Guadiana Menor. Fue un personaje muy peculiar que protagonizó las dos primeras
décadas del siglo y cuya vida daría para un artículo aparte. Baste decir que,
además de estar implicado en el robo de las tercias decimales y de ser moroso
de toda clase de deudas, su mujer, María Serrano, lo denunció por malos tratos
en la Chancillería de Granada. Padecía sífilis (en Quesada se llamaba
aciconque), lo que al decir de la gente explicaba, en parte, su mala cabeza. Su
compañero en la alcaldía, Juan de Jila, era otro importante personaje, escribano
del número (notario) y secretario municipal. Como gran conocedor de la política
municipal y de los procedimientos legales del momento, estuvo en medio de todas
las conspiraciones e intrigas de su tiempo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Bustos,
partidario del sistema de alcaldes y Jila, más cercano al de juez de letras y
alcaldes mayores, se profesaban una enemistad irreconciliable. La cosa llegó al
extremo de que una noche del verano de 1808 Bustos, que iba acompañado por un
alguacil, sufrió un atentado cuando terminaba la ronda de vigilancia que como
alcalde le correspondía hacer. Al llegar a la Plaza, donde vivía, unos
embozados le dispararon dos tiros. Fallaron los asaltantes por la oscuridad de la
noche (no existía la iluminación pública), pero consiguieron herirle con una
espada en la pierna. Era voz pública, y así se hizo constar en otro pleito
posterior, que los atacantes se habían reunido en casa de Jila, al que se acusaba
de ser inductor y alentador del atentado.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Aunque
no había franceses en Andalucía, se temía que no tardarían en llegar y las
juntas provinciales, a las órdenes de la Junta Suprema, no cesaron de prevenir
defensas. Se repararon las fortificaciones, como el castillo de Santa Catalina,
se movilizaron soldados a razón de cuatro hombres por cada cien almas, se
crearon en cada pueblo Milicias Honradas (voluntarios armados) y se organizaron
los suministros al ejército que se estaba concentrando en La Carolina.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> En Jaén se había
constituido tempranamente, 30 de mayo, una Junta patriótica para poner a la
provincia en estado de guerra. Una de sus primeras disposiciones fue mandar que
en cada pueblo se creasen juntas locales que cumplieran las instrucciones
llegadas desde la capital. En Cazorla se constituyó en el mes de junio,<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> pero en Quesada no hay
constancia de si también se formó y cuándo, pues el libro de actas de 1808 está
perdido. Por noticias indirectas parece que sí se hizo y que tomó iniciativas
patrióticas que, por lo enrevesado de la política local, causaron más problemas
y divisiones que ventajas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
respuesta a los continuos apremios de la Junta provincial en solicitud de contribuciones
al esfuerzo de guerra, se presentó en Jaén el síndico personero del común de la
villa de Quesada, don Manuel Alcalá y Maldonado. Se podría decir que este cargo
era una especie de defensor de los vecinos. El personero, “llevado de su celo y
patriotismo”, dijo a la Junta que había en Quesada unos fondos producidos por
el arrendamiento de pastos y otros aprovechamientos de la Dehesa de Guadiana y
que se podían usar “en defensa de la Patria”. La información sobre esta
historia está recogida en el largo expediente judicial que se originó, pues la
cosa acabó en un serio conflicto local y en pleito de competencias entre la
Junta de Jaén y la Chancillería de Granada.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Manuel
Alcalá Maldonado, seguramente el abuelo de don Ángel Alcalá y Menezo, autor de
la novela de Tíscar y al que al que ya se ha dedicado un artículo en el blog <a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/398512218604491152/3680216148382659683">(enlace)</a>, era un rico hidalgo de antigua
familia. En el enfrentamiento entre los alcaldes ordinarios que acabamos de ver,
estaba de parte de don Cristóbal de Bustos, seguramente por pertenecer ambos al
estado noble y no ver con buenos ojos el ascenso social del escribano Jila. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No
queda claro si el personero Alcalá hizo esta oferta en nombre propio, como
defensor de los vecinos, en nombre del Ayuntamiento o en el de la Junta local
de Quesada, si es que llegó a formarse. Lo que sí se sabe es que en paralelo a
la del personero llegaron desde Quesada a la Junta de Jaén otras informaciones.
Advertían de la dificultad de aprovechar y controlar los fondos de la Dehesa si
estaban en manos del alcalde primero, don Cristóbal de Bustos, al que se
acusaba de un largo historial de deudas, líos económicos y enredos. Estas
informaciones negativas procedían al parecer del otro alcalde, Juan de Jila,
apoyado por otros enemigos de Bustos como don Francisco Tribaldos, estanquero y
depositario del Pósito. Así lo declaró el presbítero don Manuel de la Plaza,
antiguo amigo y socio de Bustos en varios asuntos, cuando fue interrogado en
los autos que se formaron en la Chancillería. Dijo el cura Plaza que Jila y sus
partidarios fueron los que influyeron a la Junta sobre “el mal cumplimiento que
corrían a su cuidado (de Bustos) los papeles y caudales de la Dehesa de
Guadiana”. Con estas denuncias Jila consiguió que Bustos fuera llamado a Jaén
para defenderse, y allí estuvo retenido hasta final de año, mientras él quedó
como única autoridad en el pueblo.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero
la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Junta de Jaén, suponiendo
“dificultades y embarazos” en la tarea, como le habían advertido, tomó una
decisión que apuntaba de lleno al viejo debate que envenenaba la política
quesadeña. Con fecha 23 de diciembre de 1808 decidió mandar a un comisionado,
Manuel Martínez Pérez, para que pasase a Quesada a la averiguación y
recaudación de los bienes de la Dehesa. Pero a la vez le confirió poder para
asumir todas las jurisdicciones de la villa como juez único. Esto es, lo nombró
alcalde mayor. Como consecuencia no se sortearon alcaldes ordinarios para 1809
y a primeros de enero se presentó en Quesada Martínez Pérez. El regidor
perpetuo y alférez mayor de la villa, don Antonio Martínez del Águila, le
entregó sin mayor obstáculo el mando, algo que le fue recriminado más tarde por
la Chancillería. El viejo pleito de más de doscientos cincuenta años, con sus
fieras luchas y divisiones, cayó de nuevo sobre el pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Martínez
Pérez ejerció como alcalde mayor cometiendo </span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">“repetidos abusos de autoridad”</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">,
según el personero Alcalá</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">. Los ánimos se fueron caldeando
y hasta 28 vecinos firmaron un memorial de protesta a la Junta. Como no
obtuvieron respuesta favorable de Jaén, decidieron recurrir en 20 octubre de
1809 a la Chancillería de Granada.</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> La Real Chancillería de
Granada era una importantísima institución del Antiguo Régimen, con poderes
judiciales y ejecutivos sobre toda Andalucía y provincias limítrofes (sólo
existía otra en Valladolid). Sus sentencias y dictámenes se tomaban como palabra
del Rey absoluto, hasta tal punto que en los documentos que se le dirigían
se le daba tratamiento de Su Majestad. Fue la Chancillería la que en 1807
ordenó el cese del alcalde mayor y la insaculación de alcaldes ordinarios. El
nombramiento hecho por la Junta de Jaén contravenía sus disposiciones y fue
visto por los oidores de Granada como una injerencia inadmisible y una
atribución ilegítima de facultades. Por ello acordó</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;"> nombrar un comisionado que pasase a Quesada, retirase la jurisdicción a
Martínez Pérez y procediese al nombramiento de alcaldes ordinarios según la
insaculación de 1807.</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero además
elevó </span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">una exposición y queja a la Junta Central y Gubernativa del Reino, máxima
autoridad en aquel momento, establecida en Sevilla y que actuaba con poderes de
regencia. Protestaba la Chancillería por “</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">los repetidos choques que cada
día experimentan en el tribunal con la Junta Superior de Jaén”. Según la Sala
4ª de Granada, la Junta se excedía en sus facultades, que se limitaban al
armamento y defensa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la provincia, y
tomaba decisiones sobre el gobierno de los pueblos que solo competían a S.M. y
a la propia Chancillería. El enfrentamiento entre Chancillería y Junta de Jaén
era muestra de cómo en aquel momento, y con independencia de los franceses, un
mundo viejo estaba desapareciendo y se alumbraba otro nuevo y moderno. La
Chancillería representaba al Antiguo Régimen, la monarquía tradicional y
absoluta. La Junta Superior de Jaén, nacida de “la gloriosa revolución del
Reyno”, venía de los sectores que resistían a Napoleón y que acabaron
refugiándose en Cádiz alumbrando la Constitución de 1812.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No
está de más recordar que el país estaba en guerra mientras en Quesada andaban
con estas preocupaciones. Napoleón en persona había ocupado Madrid, Palafox
resistía en Zaragoza y un cuerpo expedicionario inglés internacionalizaba la
guerra enfrentándose a los franceses en Galicia y Portugal. El 19 de noviembre de
1809 los franceses derrotaron a los ejércitos del Centro y La Mancha en Ocaña.
El mariscal Soult tenía expedito el camino de Andalucía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><o:p><span style="font-size: 12pt;"> </span></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="font-size: 12pt; margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEIhDKOB-xe1wTeR_m7FZ6h4FHjwUJ6ia9SZFkrhWqv76q58fJXkXgFfz5r7HD3uWjsgOIGg_n3f1_ZZra6BlkONGN9KtTQnl0Jz3KAgmYUZCkFAu8H4oYW1QP5EpOZBH1bpHv1zM3F8rVRuE-OV0d-eD3798wFU10Xzq4Tv0sOQr1PFk7fp971gov5tW6/s1555/5.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1555" data-original-width="1104" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEIhDKOB-xe1wTeR_m7FZ6h4FHjwUJ6ia9SZFkrhWqv76q58fJXkXgFfz5r7HD3uWjsgOIGg_n3f1_ZZra6BlkONGN9KtTQnl0Jz3KAgmYUZCkFAu8H4oYW1QP5EpOZBH1bpHv1zM3F8rVRuE-OV0d-eD3798wFU10Xzq4Tv0sOQr1PFk7fp971gov5tW6/w284-h400/5.jpg" width="284" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Carta de la Chancillería de Granada a la Junta Suprema en <br />Sevilla, remitiendo el pleito de Quesada.</span></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">3.- La
invasión de Andalucía.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 2
de enero de 1810 el Ayuntamiento, todavía presidido por D. Manuel Martínez
Pérez en funciones de alcalde mayor, seguía en sus cosas administrativas
rutinarias y procedió a los nombramientos de cargos y empleos municipales para
aquel año. Se nombraron los pedáneos de Belerda y Don Pedro, Huesa, Ceal, Larva
y Tarahal. También los veedores (peritos conocedores) del campo, alcaide de la
cárcel, repartidores de contribuciones y examinadores de los distintos oficios.
A pesar de que hacía año y medio que Napoleón había puesto en el trono a José
I, se seguía usando en las actas el papel timbrado a nombre de Fernando VII. La
villa vivía en la tranquilidad de la retaguardia, ajena a que el mundo tal como
era se estaba viniendo abajo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
tarde noche del día 10 de enero se presentó en Quesada el señor don Juan de la
Torre, corregidor de la ciudad de Baeza y comisionado por la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Chancillería de Granada para reasumir la
jurisdicción y cesar al alcalde mayor nombrado por la Junta de Jaén. Cumplida
esta misión, al día siguiente presidió el pleno municipal, en el que se
dio cuenta de importantes órdenes de la Junta Suprema Gubernativa del Reino. Una de ellas mandaba que todos los vecinos entregasen, en concepto
de préstamo para el Ejército, la mitad de la plata que poseyesen, tanto monedas
como objetos y alhajas. El Ayuntamiento acordó que se pregonase y que se
pusieran edictos en los sitios de costumbre. Es de imaginar la reacción de los
vecinos (de los que tuviesen plata). Sin duda sucesos como este y otros semejantes
son en parte el origen de la obsesión que hubo, hasta no hace demasiado tiempo,
por encontrar tesoros escondidos en las casas. También se dio lectura a un
oficio de Jaén que daba cuenta de una importante novedad. A pesar de la
transcendencia que tendría, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tras el
susto de la plata pasó muy desapercibida: se informaba que el día 1 de enero la
Junta Suprema Gubernativa había convocado Cortes Generales. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Cinco
días después se celebró un nuevo cabildo en el que las órdenes superiores que
se leyeron reflejaban que la guerra se aproximaba y estaba ya muy cerca. Una mandaba
recoger los fusiles de cualquier clase o condición en manos de los vecinos,
para que “no queden ocultas en poder de los paisanos las armas de que hay tanta
falta”. Otra prohibía sacar “género ni efectos de ninguna clase, con inclusión
del azúcar, cacao y quina”, con destino a pueblos ocupados por el enemigo. Al
finalizar el cabildo don Juan de la Torre mandó que se sacasen del arca de tres
llaves, donde se custodiaban, los sacos de la insaculación de 1807 para sortear
las varas de alcaldes ordinarios como estaba mandado por la Chancillería. A
continuación, y según estaba reglamentado, un niño de corta edad extrajo de
cada uno de ellos una de las bolas de madera con un nombre dentro. Cupo la
suerte de alcaldes ordinarios para 1810 (sería discutible definirla como buena
o mala en un año como este) a don Domingo Lazcano por el estado noble y a don
Ramón Lázaro Avellán por el general. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Era
don Domingo miembro de una conocida familia de hidalgos repartida entre Cazorla
y Quesada. De avanzada edad, murió en diciembre de 1814, no fue seguramente el
hombre de acción que necesitaban los tiempos, pero sí tenía experiencia y
prudencia para, al menos, salir él indemne de los acontecimientos. Por su
parte, Ramón Lázaro Avellán era otro destacado personaje local. Su biografía
política es demasiado apretada para ponerla aquí, pero fue de todo: alcalde,
personero del común, regidor, diputado y, sobre todo, responsable de los muchos
pleitos que el Concejo tenía en tribunales de Madrid y Granada. Se puede decir
que participó en todas las intrigas políticas de su tiempo y que era de la
cuerda de Juan de Jila. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los
nuevos alcaldes se estrenaron el día 19 de enero con una orden del corregidor
de Úbeda, cabeza del partido, que contenía las instrucciones para proceder a la
elección de diputados a Cortes. Se debía citar a todos los vecinos para
celebrar juntas parroquiales el día 21. En ellas elegirían a un vocal por cada parroquia
que tendría que acudir a Úbeda el día 28 a Úbeda. Allí se elegirían a los dos
electores que representarían al partido en la elección de diputados provinciales.
El Ayuntamiento consideró que era imposible convocar las juntas parroquiales
para el día 21, pues había aldeas de la jurisdicción a más de cinco leguas. En consecuencia,
decidió convocarlas para el siguiente festivo, el 23 día de San Ildefonso. Eran
tres las parroquias: Quesada, Tíscar y Huesa, donde había pila bautismal, que era condición necesaria para poder constituir circunscripción. No vuelven las actas
municipales a referirse a este proceso electoral. Es lo probable que el día 23
se hicieran las juntas parroquiales, pero ya no pudo haber ninguna reunión el
día 28 en Úbeda. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El día
20 de enero los franceses rompieron las defensas españolas de Sierra Morena y cruzaron
con facilidad pasos que se creían inexpugnables, como el de Despeñaperros. En
pocas semanas habían ocupado toda Andalucía, a excepción de Cádiz, donde se
refugió la Regencia. El general Horace Sebastiani, al mando de una de las
columnas invasoras, irrumpió por el flanco derecho de Despeñaperros y tomó
Úbeda el día 22, el 23 Jaén, una semana más tarde Granada y la siguiente Málaga.
Fue un paseo militar y las unidades españolas quedaron completamente desarticuladas;
cientos de soldados y oficiales se dispersaron y emprendieron una caótica
huida. Los fugitivos buscaron refugio en<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>el gran macizo montañoso que componen las sierras de Jaén, Granada y
Albacete. La situación se volvió completamente caótica y desconcertante, los
campos y las sierras se llenaron de soldados en fuga. Muchos oficiales, también
soldados, se dirigieron a Murcia y Alicante, zona libre de franceses, para
reincorporarse al Ejército del Centro que intentaba reorganizarse allí. Quesada
quedaba en su camino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Según el
vecino de Cazorla José Sanjuán, contemporáneo de los hechos y que más tarde
escribió sus recuerdos, el día 23 un destacamento francés cruzó el Guadalquivir
camino de Cazorla, pero solo reconocieron el terreno y se dieron la vuelta
rápidamente sin ocasionar daños. A Quesada las primeras noticias del desastre y
de la irrupción francesa llegaron por la caótica marea de soldados a la fuga.
Desde la ocupación de Jaén dejaron de existir las autoridades provinciales; no hubo
por tanto instrucciones ni comunicación oficial alguna. El pueblo, como tantos
otros, quedó solo y desconectado de todo gobierno, a su propia iniciativa,
apañándoselas como podía en aquel tremendo desbarajuste. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 26
de enero el Ayuntamiento de Quesada celebró un pleno en el que los nuevos
alcaldes manifestaron inquietud. Dijeron que era preciso conocer y hacer
inventario de los fondos disponibles por el Ayuntamiento para atender “los
casos que puedan ocurrir en las actuales circunstancias”, que se presumían
difíciles. La situación se había vuelto muy preocupante, pues gente desconocida
y armada transitaba a diario por la villa y su término. El pueblo estaba
indefenso porque la guarnición militar que hubo, la remonta del Regimiento de
caballería ligera del Rey, con una dotación de 18 soldados al mando de un capitán, había
abandonado el pueblo al principio de la guerra. No había más fuerza armada que
las milicias honradas, compuesta por paisanos voluntarios. Las gentes de guerra
que pasaban por el pueblo y su término pedían, exigían, socorros y suministros
(pan, carne, cebada y pienso para las caballerías…) con los que poder continuar
su huida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 27
de enero volvió a reunirse el Ayuntamiento, dando ya muestras claras de temor
ante lo que pudiera ocurrir. Los alcaldes dijeron que era público cómo “con
motivo del ataque que hubo con los franceses en los puntos de Sierra Morena se
dispersó todo el Ejército que guarnecía estos y que su retirada la mayor parte
de las tropas la tienen por esta villa para ir a buscar los puntos de reunión”.
Hasta el momento se había conseguido atender sus exigencias, contando a veces
con algunos particulares que habían querido contribuir “por evitar las
contingencias a que estaba expuesta la población con las nominadas tropas de
que cometan excesos de mayor graduación”. Se habían sacado 100 fanegas de trigo
del Pósito para atender los suministros, pero la situación se estaba
desbordando y ya no quedaban fondos con los que atender nuevas peticiones. Por
eso se acordó convocar a las “<span style="mso-font-kerning: 0pt;">personas más
desempeñadas que hay en esta población” para que ofrecieran voluntariamente, en
concepto de préstamo, “así maravedíes como granos, vino y aceite” para atender
a las tropas transeúntes. Como vemos, a los que en aquel primer momento se
temía no era a los franceses, que tardarían en presentarse, sino a los soldados
españoles fugitivos, que no se comportaban siempre de la manera esperable. Con
este temor a los soldados propios viene a la memoria aquella célebre frase que
se le atribuye al ministro Pío Cabanillas: ¡Al suelo, que vienen los nuestros!<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 3
de febrero el general Desolle, gobernador general de los reinos de Córdoba y Jaén,
publicó un edicto por el que ordenaba que todos los vecinos declarasen las
armas que tenían y las entregasen. Este desarme no afectó a Quesada, pues
todavía no estaba controlada por los franceses. Un mes después Desolle dictó
otra orden aparentemente contradictoria: que se formasen en villas y ciudades
por los “vecinos honrados y propietarios”, guardias cívicas capaces de “asustar
a todos los que quisieren turbar el orden”. Como es normal en toda ocupación
militar, los “facinerosos y malhechores” que amenazaban la paz pública eran los
rebeldes que se oponían al invasor, la guerrilla. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No
andaba descaminado Desolle en su preocupación por los rebeldes. Desde el primer
momento parte de los soldados en fuga, junto a vecinos de los pueblos, fueron
agrupándose y formando partidas sueltas que hostigaban a los franceses. El día
10 de febrero el general Joaquín Blake, del Ejército del Centro, encomendó al
comandante Hermenegildo Bielsa que reuniera al mayor número de dispersos y que
con ellos organizara guerrillas en el reino de Jaén.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Bielsa desplegó una
intensa actividad moviéndose por las zonas libres del control francés, especialmente
en las zonas de sierra. Recorría los pueblos reclutando fugitivos y pidiendo
hombres, suministros y pertrechos. Las partidas guerrilleras empezaron a actuar
rápidamente. Al principio con poco éxito, como cuando el 11 de marzo fueron
dispersadas por los franceses cerca de Torreperogil.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
estos primeros grupos se sumaron pronto paisanos especialmente decididos,
algunos de los cuales formaron partida propia con la que acosar a los franceses.
Entre ellos estaba Pedro Alcalde, natural de Los Villares y que ya se había
distinguido en 1808 en Bailén. También Juan Uribe, de Villacarrillo y el
quesadeño Jerónimo Moreno. Don Jerónimo Moreno era hijo de Don Juan Moreno, alguacil mayor del campo y sierra, y de Dª María Candeal, una familia
notable relacionada con Baza y que vivían en la Plaza, actual número 21. En
1809 Moreno ya se había integrado como subteniente en la milicia honrada de Quesada.
Aquella primavera levantó una partida que se hizo célebre. Combatió a los
franceses, a menudo haciendo equipo con Alcalde, por toda la provincia y las
próximas de Granada, Málaga y Córdoba.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Aunque no se conocen sus
nombres, al menos parte de sus guerrilleros, que según Díaz Torrejón eran unos
cien, debían ser quesadeños. Sí se sabe que sus dos hermanos varones le acompañaron en la aventura: Juan y Luis
Moreno. Luis se hizo años después muy famoso por sus andanzas como realista en
1823. Más tarde, cuando los delirios paranoicos de Fernando VII le llevaron a
perseguir incluso a los suyos, Luis Moreno acabó en la cárcel. En 1834
consiguió escapar y emprendió una fuga, ya como rebelde carlista, que fue
sonada en toda la comarca. Capturado en febrero de 1835, fue fusilado por la
espalda, como traidor, en la Plaza de Quesada. Pero esta es otra historia más
que merece su propio artículo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Ante
la creciente actividad guerrillera, el general Desolle se vio obligado a crear el
Regimiento de infantería Jaén Nº 8. Estaba formado por españoles, soldados
dispersos derrotados en Sierra Morena y también voluntarios que querían sentar
plaza. Lo mandaba el mayor Paul Marie Rapatel, que por su buen desempeño fue
ascendido a coronel en 1811.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Veremos a este regimiento
actuar en Quesada a finales de año. Sirve la noticia para comprobar cómo había
españoles en ambos bandos, tanto en el español rebelde como en el francés o
josefino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En marzo</span><span style="font-size: 16px; text-indent: 47.2px;">, aunque los imperiales ya se habían instalado en Úbeda con una guarnición permanente, </span><span style="font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">todavía no se había visto a ningún francés por Quesada.</span><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn10" name="_ednref10" style="font-size: 12pt; mso-endnote-id: edn10; text-indent: 35.4pt;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">El mayor problema que
afrontaba el Ayuntamiento de Quesada seguía siendo el de los suministros que se
le exigían y la forma de costear “tan crecidos gastos“. Decían los alcaldes, 4
de marzo, que “no cesan de subir y bajar distintas partidas de guerrilla con
sus comandantes y demás jefes que traen, que todos piden socorros”. Para
allegar fondos se tomaron medidas tan extremas como el momento que se vivía y
que nunca se hubieran considerado en tiempos normales. Lo pudieron hacer
aprovechando que habían quedado solos, sin autoridad superior que los pudiese
reprender. Se movilizaron algunos “fondos muertos” eclesiásticos, como el del
priorato vacante, “para hacer el uso que convenga en tan críticas y actuales
circunstancias”. Pero lo que resultó de mayor consecuencia fue el secuestro (intervención)
de los fondos pertenecientes al antiguo conventos de dominicas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Cuando
en 1786 se clausuró el convento de dominicas de N.ª S.ª de la Concepción, las
monjas fueron trasladadas al convento de agustinas de Cazorla. Las agustinas
interpretaron que en el paquete de las monjas se incluían los bienes de su
convento y se apropiaron de ellos. El Ayuntamiento de Quesada no lo aceptó,
alegando que estos bienes debían pasar a la villa cuando hubieran muerto todas
las monjas quesadeñas. Se inició así un largo y complicado pleito sobre su
propiedad ante el Consejo Supremo de Castilla. Al poco de comenzar la guerra,
el 7 de julio de 1808, y a causa de las circunstancias y de su escasa voluntad
de resistencia, el Consejo de Castilla dejó en suspenso diferentes recursos y
pleitos, entre los que estaba este sobre los bienes de las dominicas, que quedó en una especie de limbo. La medida que ahora tomaba unilateralmente el
Ayuntamiento tenía una evidente importancia económica y suponía añadir una
fuente de ingresos muy necesaria en las circunstancias del momento. Los bienes
en cuestión no eran despreciables. En 1752 se estimaba que la renta anual que
producían era de unos 15.000 rr.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> En el inventario se
incluían 10 casas y “como unas veinte viviendas” en el solar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del convento (entre el actual Callejón de las
Monjas y plaza de la Coronación). También cuarenta piezas de tierra repartidas
por todas las zonas de riego del pueblo (Real, Llano, Pago, Vega, Bóveda…), a
las que se añadían unas 120 fanegas de secano y una casa cortijo en Bruñel
Bajo. A lo largo de todo el conflicto se pleiteó por estos bienes que,
desentendido de ellos el Consejo, quedaron en manos de las decisiones de jueces
menores y de las autoridades provinciales de uno y otro bando. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Antes
se hizo referencia a la orden de que los vecinos aportasen para el esfuerzo de
guerra la mitad de la plata que poseyeran. No hay noticia sobre la recogida
entre particulares, pero sí la hay de lo que aportó el convento de dominicos de
San Juan Evangelista. El 19 de marzo se presentó en Quesada don Joaquín
Vilches, comandante de una de las partidas dependientes de Bielsa. El
comandante Vilches firmó con los administradores del convento un recibo
detallando las <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alhajas de plata entregadas.
No eran muchas por ser el convento “muy infeliz” (pobre) y se reducían a los
siguientes objetos: “un copón mediano, otro más chico, como una taza, dos
cálices con sus dos patenas y cucharas” y una lámpara cuyas cadenas eran
falsas. La plata de los frailes fue remitida por Bielsa al general don Joaquín
Blake, jefe del Ejército del Centro en Murcia.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
primera entrada seria que hicieron los franceses en la comarca fue el 30 y 31
de marzo, en Cazorla. Según José Sanjuán, a su llegada las tropas imperiales exigieron
el pago de una exorbitante multa de 200.000 reales. Era el castigo por haber
acogido y ayudado a los soldados tras el desastre de Despeñaperros y por haber
colaborado con el comandante Bielsa. Se consiguió pagar la cantidad recurriendo
a las aportaciones de los “pudientes” del pueblo, temerosos de lo que pudiera
ocurrir. Esta primera vez, a pesar de la muerte de un francés a manos de un
lugareño, se marcharon sin causar estragos. El papel desempeñado por Cazorla en
esta guerra fue primordial, especialmente en los primeros meses, cuando la resistencia
estaba a cargo de la guerrilla, casi en exclusiva. En mi opinión, y sin querer
jugar a estratega napoleónico, se explica su protagonismo, al menos en parte,
por las circunstancias geográficas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
acceso a Cazorla se hace por tierras de campiña más o menos llanas y no
accidentadas en exceso. Sin embargo las espaldas del pueblo están perfectamente
cubiertas por el paredón de la sierra, que se puede decir empieza en el mismo
caserío. Esta posición era inmejorable para Bielsa y sus partidas, pues
permitía salir al campo a combatir al enemigo, acosarlo cuando entraba en la
población y al mismo tiempo escapar con gran rapidez a la sierra, terreno donde
no entraban las fuerzas regulares. Se podría comparar con una calle en la que desde
una acera se podía atacar y desde la otra escapar. La sierra les ofrecía además
otra ventaja, la facilidad la comunicación con el III Ejército, refugiado en
Murcia al abrigo de las montañas de esta zona de Jaén, Granada y Albacete. La
ventajosa posición no se daba en ningún otro lugar de la comarca, tampoco en
otras poblaciones importantes como Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo,
situadas en campo abierto y donde le era más difícil a la guerrilla
establecerse. En el caso de Quesada su posición
complicaba mucho que la guerrilla pudiera posicionarse en ella. Situada a unos
tres kilómetros de la sierra, resultaba fácil rodearla como efectivamente
ocurrió, pues una entrada por las huertas de la Torrecilla y el Llano, terreno
accesible a la caballería, dejaba al pueblo separado del monte sin posibilidad de huida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Lo que
era una gran ventaja para la guerrilla resultaba ser una gran desgracia para
los vecinos y sus familias, que solo con grandes privaciones y por poco tiempo
podían escapar a la sierra. La presencia de Bielsa y sus guerrillas fue casi
continua en Cazorla y como consecuencia a ella se dirigieron los ataques
y castigos de los franceses. Esta circunstancia no pasaba desapercibida a los
regidores de la entonces villa arzobispal. Sirve de ejemplo lo sucedido el 23
de agosto de 1810, cuando se supo de la proximidad de una columna francesa
compuesta por 150 dragones y 400 infantes. Temeroso de las consecuencias, el <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ayuntamiento de Cazorla pidió a Bielsa “que se
retirase con su tropa y no comprometiese más el pueblo.”<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Hay
que imaginar la dificilísima posición de los habitantes de Cazorla, sabedores
de que, retirados los franceses, Bielsa y “su tropa” volverían y su presencia
los convertiría de nuevo en “héroes a la fuerza”. La alternancia de unos y
otros se daba en toda esta parte de la provincia donde “el frente” era muy
fluido y se alternaba la presencia de unos y otros. En el caso de Quesada
se intuye esta circunstancia en las actas municipales, donde se procuró dejar
poco <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por escrito, sin proclamas patrióticas
ni de especial sumisión a la administración de José I, con pura “asepsia
administrativa”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
caótica situación provocada por el desastre de Despeñaperros dejó, como ya se
ha dicho, huérfanos a estos pueblos de autoridad española que les sirviera de
referente. El hueco fue inmediatamente llenado por las guerrillas irregulares,
más o menos dependientes del comandante Bielsa, y que a menudo actuaron de
forma abusiva. Hay que considerar que no todos los soldados fugitivos de Sierra
Morena se movieron por impulsos “patrióticos”. Ante la situación de río revuelto,
muchos miraron por su propio interés y alternaron el ataque a los franceses con
el abuso, cuando no expolio, de los paisanos. Especialmente en los primeros
meses nunca se podía saber si la gente armada que transitaba eran rebeldes que
combatían a los invasores o simplemente malhechores. Eso sin contar que, ante
la falta de gobierno y control, cuadrillas de auténticos bandoleros se movían a
sus anchas. En la comarca se hizo famosa la de los hermanos Cristóbal Perea, <i>Cara
vaca</i> y Juan Perea, <i>Navidad</i>, que asolaron “los términos de Quesada,
Cabra de Santo Cristo, Pozo Alcón y otros aledaños, donde perpetran asesinatos
y robos con la mayor impunidad”. Dieron importantes golpes, como el conseguido con
asalto al cortijo Cabeza Montosa, próximo a Cabra de Santo Cristo, donde se
hicieron con 30.000 reales en trigo y alhajas. Actuaron durante toda la guerra y
solo al final de ella fueron capturados y ejecutados a garrote vil en Granada,
en el año 1817.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn14" name="_ednref14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
intromisión de Bielsa y sus partidas en la política y administración de los
pueblos, actuando como autoridad legítima española, fue constante. En Quesada,
por ejemplo, el 12 de abril se recibió un oficio de <span style="mso-font-kerning: 0pt;">“don Hermenegildo Bielsa comandante de las partidas del Reino de Jaén en
que se dice que las partidas deben sostenerse por los pudientes de los pueblos
y no de los fondos públicos”. En vista de la "orden" se acordó cumplirla y repartir
“lo necesario para la manutención de dichas partidas a las personas pudientes y
que más pronto puedan ponerlos en efectivo”. Pero el propio Bielsa era
consciente de que se estaban cometiendo abusos por sus hombres, lo que podían
poner en peligro la colaboración de los pueblos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">En carta que dirigió al general Joaquín Blake en 7 de
abril de 1810 le informaba de las preocupaciones y trabajos que le ocasionaban
“varios comisionados de partidas”. La causa eran sus “desacertados manejos” con
las justicias (ayuntamientos) y la “poca disciplina en la gente que mandan”.
Actuaban por su cuenta “no cumpliendo con mis instrucciones y órdenes (…) practicando
lo que les parece con despotismo y poca subordinación”. Por ello se había visto
obligado a retirarles “los pasaportes” (la licencia que los identificaba como
guerrilleros para recibir socorros de los pueblos) para “verme libre de enredos”.
Le comunicaba también que, “conducido en clase de arrestado”, le mandaba a “don
Joseph Álvarez, estudiante ordenado de Evangelio que se hallaba agregado a las
partidas de mi mando”. Le acusaba de haber cometido “sofocos y vilipendios” con
los vecinos y regidores de Cazorla.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn15" name="_ednref15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Aquella primavera de 1810 se fijó el escenario bélico que
se mantuvo más o menos hasta la salida de las tropas francesas de Andalucía en
1812. A un lado Úbeda, casi permanentemente en poder de los franceses, y
también Jódar, que el 6 de febrero había sido ocupada por un batallón de
polacos.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn16" name="_ednref16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Al otro lado del Guadiana Menor, Cazorla y Quesada, más arriba la Sierra de
Segura, con Bielsa y la guerrilla. En medio Villacarrillo, Villanueva e
Iznatoraf, que pasaban del control de uno al de otros con gran rapidez y
fluidez. La situación no fue estática en absoluto. Los franceses cruzaban muy a
menudo el Guadalquivir y el Guadiana atacando Cazorla o realizando desde la
Villas algunas entradas a Beas y otros lugares de la sierra. A su vez la
guerrilla pasaba los mismos ríos para atacar a los franceses en Jódar y en Úbeda,
donde consiguieron algunos éxitos importantes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como
ya se ha visto, la primera entrada de los franceses en Cazorla se produjo en
los últimos días de marzo. La guerra se generalizó por toda esta parte de la
provincia y el 25 de abril las partidas al mando de Bielsa atacaron a los
franceses en Jódar.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn17" name="_ednref17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El 7 de mayo una columna
francesa procedente de esta villa cruzó el Guadiana Menor camino de Cazorla. Lo hizo
por Collejares, donde una barca atada a una maroma facilitaba el paso.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn18" name="_ednref18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>El Guadiana fue durante
toda la guerra un obstáculo importante porque en invierno se hacía difícil
vadearlo. El 8 atacaron Cazorla, siendo rechazados por Bielsa, que los obligó a
huir y volver a cruzar el Guadiana. El 27 de mayo regresaron los franceses a
Cazorla, siendo también rechazados por Bielsa. Al día siguiente los imperiales
fueron atacados “en las inmediaciones de Quesada”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn19" name="_ednref19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> De esta acción no hay muchos datos, porque el parte de guerra <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el que se informa del mismo está incompleto
y no incluye el detalle de la operación. Es lo más probable que en el enfrentamiento participasen las partidas guerrilleras habituales, especialmente
la de Moreno. En este momento ya sería habitual la presencia en el pueblo de guerrilleros
armados, entrando y saliendo con frecuencia, pues la movilidad era la mayor de
sus ventajas. Por entonces las patrullas y columnas francesas, en persecución de
rebeldes guerrilleros, ya era una constante en toda la comarca y se producían continuos incidentes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 4
de junio las tropas imperiales volvieron a Cazorla, esta vez con mucha mayor
fuerza, 2.000 soldados de infantería y 300 de caballería según Sanjuán, cifras
seguramente exageradas pero que en cualquier caso muestran que no fue una
columna de las habituales. Los invasores se comportaron con la saña y el salvajismo
propio de ocupantes: hubo numerosos muertos civiles entre los que no escaparon
a la sierra, saqueo e incendio de casas, conventos e iglesias. La Iruela fue
arrasada y el eco del desastre se extendió por toda la comarca, provocando pánico
y a la vez indignación. José Sanjuán, que presenció los hechos, describe con
detalle las crueldades y violencias extremas que se vivieron. La terrible
acción fue la represalia por la continua presencia de las guerrillas, que por otra
parte poco daño sufrieron por la ya aludida facilidad que les ofrecía Cazorla
para protegerse en la sierra. Era también esta ferocidad un aviso a todos los
pueblos cercanos para que, paralizados por el terror, se abstuvieran en lo
sucesivo de oponerse a los invasores y colaborar con los rebeldes. Resulta un
clásico de toda invasión y se ha visto numerosas veces en la historia. Pero
también ha sido normal que el invasor consiga exactamente lo contrario y que
gente tranquila, que hasta ese momento solo pensaba en lo suyo, comprendiera
inmediatamente el lugar en el que debían estar y que el invasor no venía a
quitar a Fernando VII, que venía a por ellos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjk3-hbH4A8odsDaumV6fTt-_TqYJGeidGrgPGnEShK1joMJtCYceHZzo_SYf274Cqwe05WrW8AJM0iAz8NLtRU7xdiIe-pJeVqc2Ejv3PCQEEbxUbPu9SneQqkQMZFqS1Fk2VLwcNO9cBuKSGBDW7ZnaaAp6O9SZIr5kh-vnEpQNEYw1Mt14oTrMeqSpmZ/s1560/14174369.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1560" data-original-width="1073" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjk3-hbH4A8odsDaumV6fTt-_TqYJGeidGrgPGnEShK1joMJtCYceHZzo_SYf274Cqwe05WrW8AJM0iAz8NLtRU7xdiIe-pJeVqc2Ejv3PCQEEbxUbPu9SneQqkQMZFqS1Fk2VLwcNO9cBuKSGBDW7ZnaaAp6O9SZIr5kh-vnEpQNEYw1Mt14oTrMeqSpmZ/w275-h400/14174369.JPG" width="275" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Edicto del general Desolle, gobernador de Córdoba y Jaén</span></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"></span></div><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">4.-
Los franceses en Quesada<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El del
12 de abril se había celebrado en Quesada el último pleno municipal sin
franceses. No hubo otro hasta dos meses después, el 12 de junio, a los pocos
días de los sucesos de Cazorla y la Iruela. Lógicamente los atemorizados
alcaldes y regidores no dejaron por escrito ningún rechazo o queja por el
brutal asalto, ni siquiera se mencionan los hechos. Los regidores se refirieron
nuevamente a los “<span style="mso-font-kerning: 0pt;">crecidos gastos que se han
presentado y presentan en los suministros de las tropas”, pero esta vez ya no
se trata de las partidas guerrilleras. En esta ocasión las exigencias vienen
del invasor, pues “se han presentado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(tropas)
francesas en esta villa”. Para atender sus exigencias de suministros había sido
preciso recurrir a “vecinos particulares” que, “en calidad de reintegro”
(préstamo), habían facilitado <a name="_Hlk138927352">“carne, vino, pan y demás
utensilios”. <o:p></o:p></a></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-bookmark: _Hlk138927352;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Se hacía
indispensable nuevamente conseguir fondos para cubrir tantos gastos, “todo con
el objeto de que a este pobre vecindario no se le causen los perjuicios que de
la falta de suministro puedan ocasionarse”. Ya no quedaba efectivo a
disposición del Ayuntamiento y por eso se acordó movilizar 230 fanegas de trigo
del Pósito, las últimas que quedaban en sus paneras. También se dio cuenta en
este pleno de varias órdenes comunicadas por funcionarios “en el actual
gobierno”. Hay que tener en cuenta que del trigo del Pósito se abastecían los
panaderos que vendían el pan a precios fijados por el Ayuntamiento. La
disminución de las existencias del Pósito, o su consumo total como en esta
ocasión, ponía en peligro el abastecimiento público y presionaba al alza los
precios. Estos problemas con el pan no se padecían por todos los vecinos por
igual. Afectaban sobre todo a los que tenían que comprar el pan porque no
tenían trigo propio. Los propietarios podían amasarlo con su propia harina y además
beneficiarse de la subida del trigo vendiendo el propio.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-bookmark: _Hlk138927352;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Cinco días después,
en el pleno del 17 de junio, hay un drástico cambio en las actas municipales.
En ellas se mencionan por primera vez y se reconoce a las nuevas autoridades
provinciales afrancesadas. E</span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">l
reconocimiento fue fruto de su capacidad de imponerse por la fuerza militar.
Hasta que no habían aparecido soldados no se había reconocido a estas
autoridades. Desde el momento en que las tropas francesas llegaron al pueblo
desapareció de las actas cualquier signo de acatamiento a las autoridades
españolas, aunque fuera simbólico, como el papel oficial sellado a nombre de
“Fernando VII Rey de España y las Indias”. Y no hace falta añadir que
desaparece toda mención a las partidas guerrilleras.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Este pleno del día 17 se inicia dando cuenta de una orden
comunicada por “el ilustrísimo señor don Manuel de Echazarreta, su fecha en
Jaén a 9 del corriente mes y año”. En ella se previene que por orden “del
excelentísimo señor mariscal duque de Dalmacia (Soult)”, se proceda al adelanto
del cobro de los arrendamientos de bienes municipales, entregando su importe en
la tesorería de Jaén antes del día 30 de junio. Echazarreta era el prefecto del
departamento Alto Guadalquivir, que coincidía más o menos con el reino de Jaén en
la división territorial creada al modo francés por el gobierno de José I. El
resto del pleno consistió en un aluvión de órdenes de carácter administrativo y
fiscal remitidas por el “ilustrísimo señor prefecto de este
departamento”. Se referían a la obligación de reanudar los pagos a la Tesorería
Provincial de los tributos y contribuciones tradicionales a que estaban sujetos
los pueblos. Especial repercusión en Quesada tuvo la orden dictada por el “excelentísimo
señor mariscal duque de Dalmacia” y transmitida por Echazarreta de que los arrendatarios
de “las fincas pertenecientes a el caudal de Propios de esta villa” (la Dehesa
de Guadiana) adelantasen los pagos que tenían que hacer el día de San Miguel y
que se pusiera inmediatamente en la tesorería la parte correspondiente a la
Hacienda Real.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Las
órdenes de Jaén eran entregadas en mano por las tropas, pues el servicio de
correspondencia normal había dejado de funcionar. El conductor de la
correspondencia desde Úbeda hubiera tenido que atravesar terreno inseguro,
donde fácilmente la documentación podía ser interceptada por la guerrilla. El
control francés en Quesada, como en el resto de pueblos de la comarca, nunca
fue perfecto ni continuo. Las tropas iban y venían y cuando no estaban quedaba el campo libre para la guerrilla. Los componentes del Ayuntamiento y los vecinos estaban
sometidos a una enorme tensión, se podría decir que entre dos fuegos. Los
regidores eran personas de la antigua época, propietarios acomodados
acostumbrados a una vida tranquila alterada solo por sus intrigas y
conspiraciones políticas. </span><span style="font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;">Seguramente
temiendo tiempos revueltos y difíciles, el escribano del Concejo Juan de Jila
Rivera, el enemigo de Bustos, pidió que se le relevase del cargo. Justificaba
la dimisión por su edad y los achaques de salud habituales. Alegaba también que
llevaba 28 años en el cargo y que tenía otras ocupaciones que atender (era
también notario). Prueba de que los achaques que alegaba eran excusa para
librarse de los peligros del momento fue la activad política que desplegó con
posterioridad, tras la marcha de los franceses. Los regidores se opusieron a
que alguien se bajara del barco en aquel momento y no aceptaron la renuncia,
por ser el “único en quien descansan las confianzas de este cuerpo”. La
decisión se tomó “de un acuerdo”, es decir, por unanimidad. Bustos, que en
otros tiempos se hubiera alegrado lo indecible de que su enemigo dejase el
Ayuntamiento, esta vez votó por su continuidad, para que tuviese su ración
alícuota de problemas y peligros. Como es lógico, los regidores no dejaron
constancia por escrito de sus simpatías con patriotas o con imperiales. Seguramente
y de forma análoga a lo narrado por Sanjuán para Cazorla, su actitud fue
cambiante, nadando entre dos aguas para evitar complicaciones personales.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 19
de julio, avanzada ya la cosecha de granos, el Ayuntamiento fijó los precios
oficiales del trigo. Era costumbre hacerlo en esta época y servía para calcular
pagos pendientes y, sobre todo, para determinar las cantidades que los
labradores debían devolver al Pósito por el grano que habían retirado como
préstamo en la sementera anterior. Este día fijaron unos precios todavía muy
moderados y que veremos cómo más tarde se dispararon. El de la fanega de trigo quedó
en 40 reales, el del pan de dos libras, que dependía del del trigo, en 7
cuartos, algo menos de un real. No eran niveles desconocidos pues en 1807, tras
una sucesión de malas cosechas, la fanega de trigo osciló entre 40 y 50 reales
y el pan entre 7,5 y 9,5 cuartos. Otra cosa es que a 40 reales se pudiera
encontrar alguien dispuesto a vender trigo. Porque este era el precio oficial a
efectos de contratos, no el real de mercado. La escasez provocada por la guerra
hizo que al cabo de unos meses los precios se multiplicaran por tres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No
tenemos muchas noticias de la vida en el pueblo por aquellos días, pero sí las
hay del guerrillero local, Jerónimo Moreno. <i>La Gaceta de la Regencia de
España e Indias</i>, que se publicaba en Cádiz y era el órgano oficial de la
resistencia a Napoleón, publicó un sonado golpe que protagonizó su partida,
propio de una película de acción:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El día anterior </span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">(1 de
julio)<i> 10 hombres de la partida de Moreno que habían entrado disfrazados en
Úbeda, se introdujeron en el cuartel francés de caballería, sorprendieron a los
que cuidaban los caballos, pusieron a 10 de estos las sillas, tomaron 10
espadas, y montando sin detención, salieron a todo escape a presentarse a su
comandante.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn20" name="_ednref20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[20]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
Úbeda tenían establecida su base los franceses. Les era una plaza muy favorable
por el colaboracionismo de las autoridades, que a finales de mayo habían
constituido una Junta de Seguridad y Quietud Públicas, de la que solo su nombre
da idea de sus fines.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn21" name="_ednref21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>Penetrar en la principal
localidad que controlaban los franceses en esta parte de la provincia tuvo una
gran repercusión y por eso los ecos llegaron hasta Cádiz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero
no fue este el único hecho memorable que protagonizó el quesadeño Moreno en
aquel verano. En la <i>Gaceta de la Regencia</i> se da cuenta de otra acción
más importante y de mayor repercusión. En aquella guerra se utilizó la
incipiente prensa para la propaganda, contando cada lado solo las cosas que le favorecían,
y lógicamente magnificando los éxitos. Ahora lo vamos a ver en los papeles
procedentes de Cádiz, en breve lo veremos en los publicados por la parte
afrancesada. La acción sucedió a mediados de julio y comenzó en la otra parte
de la provincia, en Martos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Según
la <i>Gaceta</i>, a mediados de julio se tuvo noticia de que los franceses
tenían 60 potros en el término de Martos. Por indicación de Bielsa, Jerónimo
Moreno y Pedro Alcalde, al mando de unos doscientos hombres, resolvieron
capturarlos y conducirlos a la retaguardia guerrillera en Segura. Consiguieron
realizar la empresa, “guardando las precauciones convenientes” y marcharon con
ellos por el camino de Valdepeñas de Jaén. Hubo en el camino algún tiroteo sin
mayor consecuencia, hasta que conocieron que el destacamento francés de
Carchelejo les iba a salir al encuentro. Resolvieron Moreno y Alcalde que
continuaran la marcha los potros escoltados por 50 hombres mientras ellos se
apostaban en un cortijo cerca de Pegalajar. Allí esperaron a los franceses.
Dice la <i>Gaceta</i> que la acción fue larga y sangrienta y que Moreno “mató
por su mano” al comandante contrario y que se distinguió especialmente el
soldado José Bello (¿el quesadeño José Bello del Ángel, abuelo del maestro y
pintor Isidoro Bello?).<span style="mso-font-kerning: 0pt;"> Los franceses perdieron
68 hombres, “quedando en poder de los nuestros todas las armas, mochilas,
equipajes de los oficiales y una caja de guerra; por nuestra parte tuvimos un
muerto y 4 heridos” (a esto me refería con la exageración propagandística).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Perseguidos
por refuerzos franceses, que desde Jaén salieron a su encuentro, el día 22 de
julio llegaron a Quesada. Allí fueron alcanzados por sus perseguidores
entablándose un feroz combate que duró seis horas “<span style="mso-font-kerning: 0pt;">al cabo de las cuales el enemigo se retiró abandonando el campo, donde
encontramos 5 cadáveres de los suyos (…) un muerto y un herido fueron nuestra
pérdida”. El convoy de potros y la tropa salieron de Quesada alcanzando Segura
de la Sierra sin novedad el día 25. Según La Gaceta se distinguieron en esta
lucha en Quesada Luis Moreno, el sobrino de don Jerónimo, y el belerdeño
Francisco Guerrero (a) <i>Peseta</i>.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn22" name="_ednref22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No se
quedó quieto don Jerónimo. El 5 de agosto, junto a las partidas de Uribe y
Alcalde, se enfrentó a los franceses en Villanueva del Arzobispo e Iznatoraf.
Su partida estaba compuesta por 70 infantes y 40 caballos. Consiguieron
rechazar a los franceses, noticia que Hermenegildo Bielsa comunicó al general
Freire con gran entusiasmo. Además de destacar la “mucha bizarría” de Moreno,
Bielsa se ufanaba del comportamiento de sus partidas, pues simples vecinos de
aquellos pueblos, sin especial preparación militar, ponían en fuga a “los
conquistadores del mundo”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn23" name="_ednref23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Y no era para menos, pues
estos pueblerinos habían derrotado a las tropas del dueño de media Europa. Pero
no ocurriría siempre, pues éxitos y fracasos se alternaron para las guerrillas.
Y había además serios problemas de disciplina en las partidas, abandonos y
deserciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 28
de agosto, desde Segura de la Sierra, Bielsa le hizo un balance de situación a
su general, el malagueño Joaquín Blake. Le informaba del saqueo de Beas de
Segura por los franceses, que también habían atacado <span style="mso-font-kerning: 0pt;">Villanueva, Villacarrillo, Iznatoraf y “cortijos y casas de campo los han
saqueado como acostumbran, destruyendo lo que no pueden llevar y rompiendo
ventanas, puertas y muebles”. Dijo que entre los imperiales que actuaban en la
zona “hay bastantes juramentados, urbanos y ronda de Jaén” (españoles) y que su
intento era perseguir a las guerrillas haciendo “marchas y contramarchas por
todos los puntos que nosotros ocupamos”. No le ocultó Bielsa que había
problemas en su gente, que se le habían dispersado más de 100 hombres y “toda
la sierra está llena de desertores”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn24" name="_ednref24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>Además
se seguían produciendo incidentes en los pueblos a causa de la indisciplina de
las partidas y el capricho de alguno de sus comandantes, que actuaban por
libre. El 8 de agosto la partida del fraile Juan Rienda, <i>Guardián de Baza</i>,
maltrató a los regidores y vecinos de Cazorla llevándose preso al alcalde
segundo. Al día siguiente el Ayuntamiento cazorleño pidió al prefecto
Echazarreta que impusiera su autoridad y los protegiese de las partidas.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn25" name="_ednref25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Poco después, según Sanjuán, pidieron a Bielsa que se retirase y no
comprometiera más a la población. Tras el desastre de Ocaña, que a su vez
provocó el de Despeñaperros, quedó el Ejército regular muy maltrecho y la
resistencia en manos de las partidas. En parte por estos incidentes que se
sucedían, y desde luego por la tendencia natural y mentalidad de los generales,
paulatinamente el ejército regular fue recomponiéndose, absorbiendo a las
partidas irregulares, que fueron militarizadas. 1810 fue por estas tierras el año
de las guerrillas, pero en 1811 el protagonismo pasará a las unidades militares
regulares.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn26" name="_ednref26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
este contexto bélico, con el trasiego continuo de tropas, la inseguridad era
muy grande, especialmente en el campo, lo que afectó grandemente a la
ganadería. En la soledad del campo era fácil y no tenía mucho compromiso
“requisar” el ganado de un pastor. En Quesada el peligro era mayor en la Dehesa
de Guadiana, zona solitaria y alejada. Tomás Fernández Jaque era uno de los
mayores ganaderos del pueblo. No era un pastor cualquiera. Venía de una familia
de labradores que había llevado en arrendamiento cortijos importantes. Fue
alcalde ordinario y sus descendientes tuvieron gran relevancia a lo largo del
siglo XIX. Era uno de los rematantes de los pastos de la Dehesa de Guadiana,
que el Ayuntamiento sacaba periódicamente a subasta. En 1813, día 17 de mayo,
el Ayuntamiento le reclamó el pago de las cantidades que tenía pendientes por el
arrendamiento de varios años. En su defensa alegó que, como era conocido, en el
verano de 1810 “los enemigos” le quitaron 800 cabezas de ganado lanar, “<span style="mso-font-kerning: 0pt;">y que para que no le llevasen el resto abandonó el
cuarto de la Dehesa que ocupaba por estar en camino real, que transitaban de
continuo los enemigos”. No había podido aprovechar los pastos arrendados a
causa de la guerra y por ese motivo solicitaba que se le eximiese del pago de
las cantidades pendientes.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El día 13 de agosto el Ayuntamiento de Quesada estaba
reunido para celebrar cabildo. No había hecho más que empezar la reunión cuando
se presentó Martín de la Torre, uno de los diputados de la Corporación,
informando de algo. De inmediato se suspendió la reunión, anotándolo
lacónicamente en el acta el escribano, que tachó lo poco que llevaba escrito.
No es descabellado pensar que se habían presentado los franceses. Seguramente
permanecieron unos días en el pueblo porque el 27 ordenaron al Ayuntamiento de
Cazorla que entregase 3.000 raciones en Quesada.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn27" name="_ednref27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Según informó Bielsa a Blake, el 2 de septiembre ya se habían retirado a Jaén
los que había en Quesada.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn28" name="_ednref28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">En septiembre de 1810 los franceses entraron varias veces
en Cazorla provocando graves daños. Cuenta Sanjuán que el día 2 lo hicieron
“dirigidos por un soldado desertor de las guerrillas, natural de Quesada, que
se les había juramentado (cambiado de bando) y dado noticia” de dos compañeros
suyos que se escondían en las casas de sus familias. El día 11 hubo incidentes,
también en Cazorla, entre vecinos, guerrillas y soldados, formándose bandos que
se enfrentaron entre sí en medio de un gran desorden. En Quesada el cabildo
recibió un aluvión de órdenes de carácter fiscal en las que el prefecto apremiaba
el ingreso en la tesorería de Jaén de contribuciones y demás impuestos. También
se recibió un oficio del prefecto sobre “lo que ha pertenecido a esta villa de
víveres para la subsistencia de las tropas imperiales en los cuatro reinos de
Andalucía”, cupo que incluía trigo, legumbres, vino, vinagre, carne, cebada
para los caballos, leña y sal. Para cubrir estos gastos se apartaron otras 200
fanegas de trigo del Pósito, procedente de las devoluciones de préstamos en
especie que habían tomado los labradores para la sementera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El 25
de septiembre el general Joaquín Blake comunicó a Bielsa que tenía por
conveniente que “por ahora” quedase separado del mando “de las partidas sueltas
del Reino de Jaén” y que debía entregarlo al brigadier Antonio Osorio Calvache.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn29" name="_ednref29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El cese se inscribe en la
tensión entre partidas irregulares (de las que Bielsa era partidario) y unidades
militares regulares, que defendía el mando.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnfeHAdi5OiwnfIDDpLDVJxBW-mlLlvryGiBwsGqyo_iqrp0NB9l7se46hkn7D9qrxJVE3eyFD3VwtKF1_20IAUcKjxyyJyRg8RS-HgmeIfQx0xipODLF4egVMADRtM_xV5ZDdOyt1yvhRFWF017f2VTvbZ8In4OBA8RbGTjqU5fcx57ZLOVXFy8IBC70q/s1802/WhatsApp%20Image%202023-07-20%20at%2009.01.41%20(1).jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1256" data-original-width="1802" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnfeHAdi5OiwnfIDDpLDVJxBW-mlLlvryGiBwsGqyo_iqrp0NB9l7se46hkn7D9qrxJVE3eyFD3VwtKF1_20IAUcKjxyyJyRg8RS-HgmeIfQx0xipODLF4egVMADRtM_xV5ZDdOyt1yvhRFWF017f2VTvbZ8In4OBA8RbGTjqU5fcx57ZLOVXFy8IBC70q/w400-h279/WhatsApp%20Image%202023-07-20%20at%2009.01.41%20(1).jpeg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Sable de época napoleónica encontrado en Quesada. <br />Ayuntamiento. Foto Nicolás navidad</span></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium; line-height: 107%;"></span></div><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">5.- La
guerra en las calles de Quesada.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
cese de Hermenegildo Bielsa representó el fin de una etapa en esta guerra. Seguirían
actuando las guerrillas y con fuerza, pero poco a poco la guerra se fue
profesionalizando. Cada vez más aparecerá el nombre de cuerpos de ejército,
regimientos y batallones, más nombres de jefes y oficiales y menos de paisanos
guerrilleros. Junto a su nombramiento, el brigadier Calvache recibió unas
precisas instrucciones, la primera de las cuales es terminante:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El mando del brigadier Calvache se ceñirá puramente a lo
militar, esto es, el orden y disciplina de las partidas y a dirigir sus
operaciones continuamente contra los enemigos, sin mezclarse por pretexto
alguno en los negocios políticos o civiles de los pueblos, ni en la
administración de las rentas o fondos públicos.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">A esta primera instrucción se le añaden otras sobre la
forma concreta en que deben actuar las partidas: estar continuamente en
movimiento para que no puedan los enemigos dirigirse a atacarlas en un punto
determinado, evitar cualquier acción no ventajosa y actuar con secreto y
rapidez, con superioridad de número para obligar a los enemigos a mantenerse
reunidos. Deberán componerse las partidas de paisanos y no de soldados
dispersos de unidades del Ejército, que deben incorporarse a estas. Por último
se le hace responsable de que las guerrillas observen siempre el orden y
disciplina que impida los excesos.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn30" name="_ednref30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
pleno de 26 de septiembre solo lo firmó el regidor Manuel Bedoya, ni siquiera
lo hizo el secretario Jila. Esta falta de firmas es algo extraño que rara vez
he visto en las actas de cualquier año. Se habló en él de los suministros a
“las tropas imperiales” y se acordó cumplir numerosas órdenes recibidas por el prefecto
Echazarreta. Quién sabe si evitaron poner su nombre en un documento que los
pudiese comprometer en el futuro. El caso es que seis días después volvieron a
reunirse y, como sucedió en agosto, el pleno quedó inconcluso. Tras el
encabezamiento habitual<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y el formulismo correspondiente:
“se trató y acordó lo siguiente”, con distinta tinta, pues seguramente se hizo
posteriormente, el escribano anotó: “Se suspendió este acuerdo”. Por aquellos
días la presencia de tropas francesas era constante; posiblemente esto sucedió
el día 3, y los regidores se vieron obligados a levantar la reunión para
atender sin demora los requerimientos del invasor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El día
14 de octubre el brigadier Calvache se apostó en las inmediaciones de Úbeda. Al
amanecer entró por sorpresa en la población, cuyas calles estaban desiertas, y
atacó a los soldados enemigos en sus cuarteles. Tras varias horas de intensos
tiroteos decidió retirarse, “receloso tanto del pueblo que se halla enteramente
afrancesado cuanto de los refuerzos que venían ya a los enemigos”. En el parte
que transmitió al general Elío, Calvache le explica<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a lo que se refería con eso de afrancesados: “Son
dignos del mayor castigo los habitantes de Úbeda, es pueblo bastante adicto a
los enemigos; las exclamaciones a Fernando (VII) solo se oían en los barrios
bajos y gente pobre”. Según Calvache, no recibió ningún auxilio de las
autoridades locales ni se le presentaron aunque lo requirió. A pesar del
fracaso de la intentona, se obtuvo un importante botín. La tienda del
comerciante Vidal, “de nación francesa”, fue saqueada. A la tropa se le repartieron
“varias piezas de lienzo y prendas de uso” y lo de más valor como sedas, hilos
y cintas, junto a enseres de plata de la casa del comerciante, se depositaron a
Calvache para su entrega al general Elío. Además se hicieron con 30.000 reales
de la administración de rentas del partido y cuatro caballos, dos yeguas y una
mula de la milicia cívica (voluntarios afrancesados).<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn31" name="_ednref31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Es
interesante este relato porque muestra las diferentes actitudes de la población
ante los invasores. Las personas acomodadas, las autoridades tradicionales,
tuvieron una tendencia ambigua cuando no de abierta simpatía hacia los
imperiales. En esta actitud seguramente influía el temor al carácter popular de
la resistencia, que a veces parecía traer ecos de la reciente Revolución
Francesa.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn32" name="_ednref32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>Sea
esto dicho con todas las cautelas, pues las excepciones en todos los sentidos
fueron numerosas. En cualquier caso los ubetenses no eran distintos ni de
calidad diferente a los vecinos de los otros pueblos. Hay que suponer que cosas
muy parecidas sucedían en todos ellos. En Quesada tuvo que ocurrir algo
parecido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El día
19 de octubre una columna de tropas francesas, que había atacado Cazorla,
pernoctó en Peal. Estaba compuesta por 300 infantes y 100 caballos. De
madrugada avanzaron hacia Quesada, donde les salió al paso Calvache. Iniciado
el combate, los franceses recibieron el auxilio de otra columna procedente de
Jódar y otra que desde Pozo Alcón irrumpió “por la derecha de Quesada”.
Trataron de “<a name="_Hlk147311459">envolvernos y flanquearnos por todas
partes</a>, hasta por lo más escabroso y eminente de las sierras, lo que no
pudieron lograr manteniéndoles <a name="_Hlk147311519">un terrible fuego por
todos los puntos, desde las 11 del día hasta anochecido</a>”. Calvache tuvo
finalmente que retirarse a la sierra por su clara inferioridad y los pueblos
quedaron en manos francesas, hasta que se retiraron al día siguiente después de
descansar y sin “romper una sola puerta, ni hacer daño alguno”.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn33" name="_ednref33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Las
acciones, golpes y contragolpes que se están mencionando son solo aquellos de
las que he encontrado referencia documental, pero durante estos meses debieron ser
algo cotidiano. Seguramente irán saliendo poco a poco noticias entres los miles
de partes, informes y cartas que sobre los acontecimientos ocurridos en esta
tierra se custodian en el Archivo Histórico Nacional. No son fáciles de
localizar, pero se irán encontrando con el tiempo y la información disponible
aumentará. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
Quesada y su término, durante <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estos
meses, la presencia de franceses estuvo muy relacionada con su carácter de
lugar de paso en el tránsito de los enemigos desde Baza y Pozo Alcón hacia
Cazorla y las Villas y viceversa. Según Sanjuán, el 30 de octubre entraron en
Cazorla 200 dragones franceses procedentes de Baza, que debieron pasar por
Quesada o sus inmediaciones. El 9 de noviembre 2.000 soldados imperiales, que
perseguían a las partidas, salieron de Villacarrillo con dirección a Pozo
Alcón.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn34" name="_ednref34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La posición estratégica
de Quesada en la comunicación norte-sur del borde de la sierra, traerá al
siguiente año, como se verá en la segunda parte de esta historia, importantes sucesos
en el pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
mediados de noviembre se produjo un violento choque dentro de Quesada
protagonizado por las partidas de Jerónimo Moreno y la de Pedro Alcalde de un
lado y el regimiento Jaén 8 por parte francesa. Como ya se vio antes, este
regimiento de infantería de línea se había formado en Jaén por el gobernador
militar francés Desolle y tenía como misión la persecución de las partillas
guerrilleras. Estaba formado por voluntarios españoles, aunque lo mandaba el
oficial francés Paul Marie Rapatel. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
noticia de lo sucedido la dio <i>La Gaceta de Granada</i> con información
procedente del gobierno militar de Córdoba y Jaén. Es información de parte y
por tanto exagerada a efectos propagandísticos, especialmente en cuanto a las
bajas de una y otra parte. A las partidas guerrilleras se refiere como “los
bandidos” o “los insurgentes”, el lenguaje habitual de los ocupantes en toda
invasión y ocupación militar. Según el periódico granadino, el 17 de octubre
Rapatel sorprendió a la gente de Alcalde cerca de Quesada. Los acometió
causándoles 20 muertos y muchos heridos. Los guerrilleros huyeron en desorden,
abandonando en el camino<span style="mso-font-kerning: 0pt;"> “fusiles, sables y
pistolas, muchos caballos, mulas, borricos, provisiones de harina y cartuchos”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Alcalde y su gente se refugiaron en Quesada, donde estaba
la partida de Jerónimo Moreno. Rapatel los persiguió hasta dentro del pueblo
entre un fortísimo tiroteo. Sigue diciendo la noticia que Alcalde y Moreno
consiguieron escapar pero dejándose “cinco o seis muertos” en las calles. Al
día siguiente Rapatel dejó Quesada con dirección a Jódar, pero en el camino
tuvo noticia de que, tras su salida, los guerrilleros, “excesivamente
fatigados”, habían vuelto al pueblo. Volvió para expulsarlos pero, al tiempo
que los acometía, dispuso que parte de su fuerza rodeara por Santa Cruz y
Rotalaya para cortarles la retirada a la sierra. Al sentirse de nuevo atacados,
Moreno y Alcalde emprendieron la huida por el camino de Cazorla y cayeron en la
emboscada. Tuvieron más de 40 muertos y perdieron gran cantidad de armas y
caballos. Alcalde y Moreno lograron escapar, pero en Quesada fue capturado “el
que hacía de teniente de la partida de Pedro Alcalde”. Muchos dispersos de
ambas partidas se presentaron a Rapatel “entregado sus armas voluntariamente”.
Concluye La Gaceta de Granada afirmando: Estas ventajas no nos han costado ni
un solo hombre.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn35" name="_ednref35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
noticia está evidentemente exagerada; si fueran verdad todos los muertos que
dice, añadiendo los que se les rindieron y entregaron, hubiera supuesto la
práctica desaparición de ambas partidas, lo que por su fama<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hubiera tenido mucha más repercusión. Es
obligación de la propaganda de guerra exagerar e incluso mentir. En el artículo
sobre la segunda parte de esta guerra veremos que la prensa afrancesada llegó a
anunciar la muerte de Moreno, algo completamente falso porque un par de años
después estaba en Quesada, vivo y participando gustosamente en las
tradicionales querellas políticas locales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">De
estos sucesos se hizo también eco la prensa de Cádiz, <i>Gaceta de la Regencia,</i>
pero de forma escueta y sin referirse al resultado, relacionando solo los
lugares donde habían actuado las guerrillas para acreditar su gran actividad:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Las gacetas de Córdoba del mes de noviembre dan noticias
de las partidas de Pedro Alcalde, Jerónimo Moreno y Mateo Gómez, y de los
reencuentros entre ellas y los franceses junto a Quesada, Jódar, Posadilla
(Córdoba) y Alamillo (Ciudad Real).<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn36" name="_ednref36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[36]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En
cualquier caso hay que recordar que estos enfrentamientos se dieron entre
españoles y que solo el mayor Rapatel era francés. Fue una constante durante
toda la guerra, que tuvo también rasgos de guerra civil. Es corriente asociar a
los afrancesados con gente de mentalidad liberal, y es verdad que hubo muchos
“afrancesados ideológicos”, pero no todos lo eran y muchos colaboraron con los
invasores por puro interés personal o por razones ideológicas contrarias: miedo
a que la revuelta popular degenerara en algún tipo de revolución. La mayoría de
los liberales estaban en Cádiz y allí alumbraron la Constitución. Hubo también
realistas ultraconservadores en los dos bandos. Estos sucesos del 17 y 18 de
noviembre en Quesada son también una buena ilustración de cómo tras la marcha
de los franceses la guerrilla ocupaba el hueco que dejaban. La inestabilidad
era total y los vecinos ya sabían que tras la marcha de unos llegarían los
otros y que los primeros volverían para expulsarlos. Unos días había franceses
y otros guerrilleros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Antes
se hizo referencia al asunto de los fondos de la Dehesa de Guadiana, el
nombramiento de alcalde mayor por la Junta de Jaén y el enfrentamiento de esta
con la Chancillería de Granada. A finales de 1909 La Chancillería había enviado
una consulta-queja a la Junta Suprema Gubernativa, por entonces en Sevilla.
Ahora, fines de 1810, las instituciones que dirigían la lucha contra los
invasores estaban refugiadas en Cádiz. La Regencia había pasado el expediente
quesadeño planteado por la Chancillería al Consejo Supremo. En aquella ciudad,
sometida al cerco y cañoneo de los franceses, el 14 de diciembre decidió el
Consejo no considerar ni pronunciarse sobre el asunto y devolverlo “por ser
procedente de país ocupado por el enemigo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
primera hora de la mañana del día 31 de diciembre de 1810 se juntaron, en las
casas consistoriales de la <span style="mso-font-kerning: 0pt;">villa de Quesada,
los señores que componían el Ayuntamiento al efecto de celebrar cabildo. Al
concluir la reunión hicieron presente los señores alcaldes que en ese día se debía
proceder al sorteo de nuevos alcaldes para el año siguiente de 1811. Era este
un acto solemne que debía efectuarse de acuerdo a un protocolo legal muy
estricto, que incluía el reconocimiento de las bolsas utilizadas en la insaculación
de 1807, para comprobar que eran los originales y que contenían el número
correcto de bolas de madera con los nombres correspondientes a sortear. Los
sacos se custodiaban en el arca de tres llaves, cada una de las cuales estaba
en poder de un clavero, que había en la habitación del archivo, cerrada a su
vez con otras tres llaves. Dijeron los alcaldes salientes que, como era público
y notorio, “las tropas” habían ocasionado importantes destrozos en la casa
consistorial y en el archivo. El arca de tres llaves había desaparecido y con
ella los sacos de la insaculación.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Era algo que no había ocurrido nunca, no existían precedentes;
el país estaba en guerra y no había posibilidad de consultar a los tribunales
superiores cómo se debía proceder. Por eso se vieron precisados a buscar una
solución por su cuenta. Decidieron improvisar nuevos sacos y bolas de madera en
las que se pusieron los nombres que debían de quedar de la insaculación de 1807
(dos por cada estado, pues los otros tres ya habían sido sorteados en años
anteriores). Como era preceptivo, se pasó “recado político” (aviso) al cura
párroco para que fuera testigo. Una vez personado don Cristóbal García, cura
propio, en presencia de todos un niño de corta edad procedió a extraer una bola
de cada saco. Correspondió la suerte de alcaldes a don Simón Jiménez Serrano,
por el estado noble y a Tomás Fernández Jaque por el general.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El
Ayuntamiento que resultó para 1811 estaba formado, como todos los de aquellos
años, por gente mayor y conservadora, económicamente bastante acomodada y muy
experimentados todos en las banderías y enfrentamientos locales. El alcalde
primero, Simón Jiménez Serrano, hijo de don Higinio Serrano, era miembro de la
familia más activa en las intrigas municipales durante el siglo XVIII. Don
Simón tenía formación militar y había sido subteniente en el regimiento de
Guadix. Debía ser persona de genio vivo, pues en 1776 acuchilló a un contrario
durante el sorteo de alcaldes ordinarios de aquel año, lo que le costó prisión en
Granada. Tomás Fernández Jaque, alcalde segundo, fue aquel importante ganadero
al que los franceses incautaron 800 cabezas de ganado en la Dehesa. Los tres
regidores, Antonio del Águila, Manuel Bedoya y Pedro Vela, eran también
personas mayores, sin formación militar pero muy avezados en disputar y pelear
en el Ayuntamiento. El personero del común (una especie de defensor del pueblo)
era Luis Muñoz de Navarrete, realista como Moreno, pero persona de memoriales y
expedientes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Estos
señores estuvieron al frente del pueblo en esta etapa, pero no sabemos mucho de
su comportamiento, si se enfrentaron a los franceses o fueron sus partidarios,
si apoyaron a Moreno o, lo más probable, se comportaron con neutralidad
procurando salvar el tipo. Es imposible saberlo, salvo que aparezca nueva
documentación. En el caso de Cazorla la narración de Sanjuán, testigo
presencial de los sucesos, permite deducir que regidores y justicias no
opinaban todos lo mismo y que actuaron en determinados momentos con bastante
división. En Quesada algún militar dejó por escrito sus sospechas de que
algunos vecinos actuaban como espías afrancesados, aunque no da los nombres. Lo
que sí se puede suponer es que los regidores de Quesada no actuaron unidos,
porque llevaban la discordia en la masa de la sangre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Con la
elección de alcaldes terminaba 1810 en Quesada, primer año de guerra en
Andalucía. Ninguno de los bandos se había impuesto con claridad. Los franceses
no consiguieron pacificar y someter estas tierras, ni las partidas habían conseguido
expulsar a los imperiales de las ciudades y grandes pueblos. Bien vista, esta
situación de tablas no dejaba de ser un fracaso para el ejército más poderoso
de Europa. Los conquistadores del mundo, que les llamó Bielsa, se mostraban
incapaces de imponerse a unas guerrillas formadas por paisanos, por cuatro
descalzos bastante anárquicos y poco experimentados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Continua <a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2024/03/la-guerra-de-la-independencia-en.html"><b><span style="color: red;">(aquí)</span></b></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></b></div><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">ANEXO.
Documentación y fuentes documentales.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
documentación y fuentes locales para el estudio de este periodo en lo que
afecta a Quesada no son muchas. En el Archivo Municipal están los libros
capitulares del Ayuntamiento, serie incompleta pues faltan los correspondientes
a 1808, 1809 y 1811. El de 1810, que sí se conserva, es bastante irregular ya
que no se celebraron demasiados plenos y en sus folios se puede entrever el
desconcierto que produjo la llegada de los franceses y la presencia de la
guerrilla. Más completos son los de 1812 a 1814, tiempo en el que Quesada
volvió a ser retaguardia. También el de 1815, donde se pueden leer referencias
a la prevención y miedo que ocasionó la vuelta de Napoleón desde su destierro
en Elba y su derrota definitiva en Waterloo. La falta de los años referidos
bien pudiera deberse a los destrozos de los franceses en el ayuntamiento y su
archivo. Pero también pudiera ser que los regidores no quisieran dejar firmas
comprometidas, especialmente desde que en 1812 se empezó a ver la derrota
francesa como muy posible. Pero son meras suposiciones seguramente con poca
base, porque la historia del archivo quesadeño es tan triste que no le han
hecho nunca falta invasores extranjeros ni diferencias políticas locales para
ser maltratado y sufrir de un casi permanente abandono. <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En el
Archivo Histórico Nacional<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hay numerosa
documentación de carácter militar sobre esta contienda. Se trata de los
informes y partes que los oficiales al mando de unidades que estaban sobre el
terreno dirigían a sus superiores, explicando las acciones realizadas y
recibiendo órdenes. Están<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>producidos no
solo por militares profesionales sino también por partidas irregulares, por sus
jefes guerrilleros, que asumieron el protagonismo en los primeros momentos de
la guerra. Destacan los informes de Hermenegildo Bielsa, primer comandante de
las partidas del reino de Jaén. Como escritos dirigidos a sus superiores son a
veces exagerados y casi siempre auto justificativos, pero suelen aportar
bastantes detalles, incluso de las calles y lugares en que sucedían las
acciones bélicas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Siendo
de alguna manera esta guerra el inicio del mundo moderno, no falta la
propaganda, cosa absolutamente incipiente pero en la que se esforzaron ambos
bandos. Se utilizaban al efecto los boletines oficiales y gacetas en las que
cada parte contaba lo que le convenía y de la manera que le convenía.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por parte española resistente está <i>La
Gaceta de la Regencia de España e Indias</i>, publicada en Cádiz donde se había
refugiado el Gobierno, la Regencia del Reino. Por el lado francés o josefino (de
José I), los periódicos publicados en las ciudades ocupadas: <i>Gazetas </i>de
Granada, Sevilla y Madrid.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Contemporáneos de los
acontecimientos hay, de la provincia y comarca, algunos manifiestos y proclamas
como el dirigido por la <i><span style="mso-font-kerning: 0pt;">Junta de Gobierno
del Reyno de Jaén a sus leales moradores</span></i><span style="mso-font-kerning: 0pt;">.<a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_edn37" name="_ednref37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-font-kerning: 0pt;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Pero es el más digno de atención un opúsculo titulado <i>Resumen Histórico de
los acontecimientos ocurridos en Cazorla cuando la Guerra de la Independencia</i>,
de José Sanjuán. Este vecino de Cazorla publicó en 1846 sus recuerdos de lo que
había vivido durante la guerra. No hay demasiadas referencias a Quesada, pero
tiene el gran valor de poner contexto a lo sucedido en la comarca y de hacerlo
en primera persona. Está publicado en edición facsímil por Juan Antonio Bueno
Cuadros en su obra <i>Cazorla: de villa a ciudad</i>, publicado por el
Ayuntamiento en 2012. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-font-kerning: 0pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-font-kerning: 0pt;">No
son pocos los historiadores locales de esta parte de la provincia que han
publicado sus investigaciones como, entre otros, el citado Bueno Cuadros, Ramón
Rubiales, que es de Villacarrillo pero cuyos trabajos no se limitan a ese
pueblo, Rufino Almansa, también de Cazorla, Ildefonso Alcalá, de Jódar, y mi
buen amigo José Manuel Leal, de Pozo Alcón, localidad que tuvo gran
protagonismo, especialmente en 1811. Por último se debe citar a Francisco Luis Díaz
Torrejón y su obra <i>Guerrilla, contraguerrilla y delincuencia en la Andalucía
napoleónica (1810-1812)</i>, extensa y profunda investigación en la que da
noticias del guerrillero local de Quesada: D. Jerónimo Moreno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">NOTAS<o:p></o:p></span></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ARCHGR_C10816_001.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Manifiesto de la Junta
de Jaén de 24 de diciembre de 1808.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Bueno Cuadros. <i>Cazorla
de villa a ciudad</i>. Ayuntamiento de Cazorla 2012. Pág. 61<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">Consulta solicitada por la Junta Central al
Consejo Supremo sobre el recurso elevado ante la Chancillería de Granada por el
síndico personero de Quesada. </span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">AHN
CONSEJOS,11992,Exp.5.</span><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></i></p>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ARCHGR_C10816_001<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Ramón <span style="color: #2c2929; mso-font-kerning: 0pt;">Rubiales García del Valle. <i>ACTUACIONES
DE LA GUERRILLA Y EL EJÉRCITO EN LA COMARCA DE LAS VILLAS DURANTE LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA (1810-1812).</i> ARGENTARIA Revista Histórica, Cultural y
Costrumbrista de las Cuatro Villas. 2013.</span><o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Rubiales, op. cit. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Díaz Torrejón. Pág.
110.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">
Francisco Luis Díaz Torrejón. <i>GUERRILLA, CONTRAGUERRILLA Y DELINCUENCIA EN
LA ANDALUCÍA NAPOLEÓNICA (1810-1812)</i> Tomo II. Fundación para el desarrollo
de los pueblos de la Ruta del Tempranillo. Lucena 2005. Pág. 27.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> El día 10 hubo una
revuelta “popular” contra los franceses y fueron las autoridades de la ciudad
quienes contribuyeron a su sofoco. Manuel Muro. <i>Úbeda en la Guerra de la
Independencia</i>. En la revista <i>Don Lope de Sosa</i>. Julio de 1917.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">AHP de Jaén. Catastro
de Ensenada, Personal eclesiástico 7885.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> AHN <span style="background: white; color: black; mso-color-alt: windowtext;">DIVERSOS-COLECCIONES,111,N.27</span><o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn13" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref13" name="_edn13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Carlos Sanjuán, pág.
15.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn14" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref14" name="_edn14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">
Cristóbal Perea, alias <i>Cara vaca</i>, y Juan Perea, alias <i>Navidad. </i>Años
después, en 1817, fueron ajusticiados mediante garrote vil en la cárcel de
Granada. Francisco Luis Díaz Torrejón. <i>GUERRILLA, CONTRAGUERRILLA Y
DELINCUENCIA EN LA ANDALUCÍA NAPOLEÓNICA (1810-1812)</i> Tomo II. Fundación
para el desarrollo de los pueblos de la Ruta del Tempranillo. Lucena 2005. Pág.
165.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn15" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref15" name="_edn15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,94,N.90<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn16" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref16" name="_edn16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Ildefonso Alcalá
Moreno. <i>La Guerra de la Independencia en Jódar.</i> saudar.com<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn17" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref17" name="_edn17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> AHN <span style="background: white; color: #202020;">DIVERSOS-COLECCIONES,87,N.31</span><o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn18" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref18" name="_edn18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Rubiales, op. cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn19" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref19" name="_edn19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> AHN <span style="background: white; color: #202020;">DIVERSOS-COLECCIONES,108,N.30</span><span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p>
</div>
<div id="edn20" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref20" name="_edn20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Gaceta de la Regencia de España e Indias</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">. Viernes 24 de agosto de 1810 N.º 59 pág. 563<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn21" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref21" name="_edn21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Manuel Muro García. <i>Úbeda
en la Guerra de la Independencia. Notas diversas</i>. En la revista <i>Don Lope
de Sosa</i>, julio de 1917.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn22" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref22" name="_edn22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Ibid.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn23" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref23" name="_edn23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,137,N.10<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn24" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref24" name="_edn24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,94,N.140<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn25" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref25" name="_edn25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Bueno Cuadros. <i>Cazorla
de villa a ciudad</i>. Ayuntamiento de Cazorla 2012.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn26" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref26" name="_edn26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,94,N.90. La tensión entre milicias regulares y guerrilla
queda de manifiesto en una carta de Bielsa a Blake del mes de agosto, en la que
acusa recibo de la orden de reducir sus efectivos guerrilleros para que pasasen
a los cuerpos regulares. Bielsa se resiste defendiendo las ventajas que
ofrecían las partidas. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn27" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref27" name="_edn27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Bueno Cuadros. Op.
cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn28" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref28" name="_edn28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,137,N.6<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn29" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref29" name="_edn29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,94,N.90<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn30" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref30" name="_edn30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> Ibid.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn31" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref31" name="_edn31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,137,N.5<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn32" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref32" name="_edn32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> En esta digresión sigo
a Josep Fontana, La crisis del Antiguo régimen 1808-1833. Ed. Crítica Barcelona
1979. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn33" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref33" name="_edn33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,108,N.30<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn34" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref34" name="_edn34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> ANH
DIVERSOS-COLECCIONES,94,N.141<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn35" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref35" name="_edn35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Gaceta
de Granada</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">. Viernes 30 de noviembre de 1810. N.º 99 pág. 421 y siguiente.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn36" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref36" name="_edn36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Gaceta de la Regencia de España e Indias</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">. Jueves 3 de enero de 1811 N.º 2 pág. 10<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn37" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-11-07/Quesada%2022-12-15/Guerra%20Independencia/LA%20GUERRA%20DE%20LA%20INDEPENDENCIA%20EN%20QUESADA%20I%20(1808-1810)%201.docx#_ednref37" name="_edn37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">Manifiesto que de sus
operaciones hace la superior Junta de Gobierno del reyno de Jaén a sus leales
moradores</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">.
24 de diciembre de 1808.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-7823961590411433102023-09-03T02:19:00.024-07:002023-09-05T22:36:11.710-07:00Historias quesadeñas de la Inquisición en el siglo XVIII.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCuKr-C1GlCa3ID9wJV8OyQhJVKiqjZS44gDTRiIyBIJxIvUUoJV0-x9nKmzRjz0tdLGtF7QI_zX3tHIaz56SoKfFAR7ZgurbTkeByTaw_pcmTxa-MM7L_SRhbuYitZgkGUJMBMqOISrWC5TY50EVO6o6v2llmSuJBlnzX1I8L8vKICu731P1zxzzyKn8m/s750/Goya.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="469" data-original-width="750" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCuKr-C1GlCa3ID9wJV8OyQhJVKiqjZS44gDTRiIyBIJxIvUUoJV0-x9nKmzRjz0tdLGtF7QI_zX3tHIaz56SoKfFAR7ZgurbTkeByTaw_pcmTxa-MM7L_SRhbuYitZgkGUJMBMqOISrWC5TY50EVO6o6v2llmSuJBlnzX1I8L8vKICu731P1zxzzyKn8m/w640-h400/Goya.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Auto de fe de la Inquisición. Francisco de Goya. Museo del Prado.</span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p><br /></p><p></p><br /><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>La mañana del lunes día 28 de diciembre de 1705, festividad de los Santos Inocentes, en la sacristía de la parroquia mayor de Quesada se desató una fuerte discusión poco antes de las diez, hora en la que debía comenzar la misa mayor, que se tuvo que retrasar por esta causa. En las naves de la iglesia estaba congregado todo el pueblo, encabezado por el corregidor D. Tomás de Puga y Rojas,<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn1" target="_blank">[1]</a> los regidores, diputados, personas principales y todos los hombres y mujeres mayores de doce años. Habían sido llamados mediante pregón para asistir a la publicación y lectura pública de un edicto de fe por orden de la Inquisición de Córdoba, de la que dependía Quesada y todo el reino de Jaén.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Los edictos de fe eran una proclamación solemne por la que se conminaba a los fieles para que denunciasen, con pena de anatema en contrario, a todos los vecinos de los que sospechasen que incurrían en prácticas heréticas y contrarias a la fe. Tras el edicto se recibían las denuncias de los vecinos, se hacía información de las mismas y, cuando se juzgaban graves, se prendía a los reos que eran enviados a Córdoba donde eran sometidos a un proceso inquisitorial.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;"><span> </span><span> </span>Volviendo a ese día de los Inocentes de 1705 en Quesada, lo normal era que estos edictos se publicasen en domingo. En esta ocasión se pospuso al lunes porque el domingo 27 se reservó para celebrar una procesión que ponía fin a un novenario en rogativa a Su Majestad Divina por la felicidad y éxito de Su Majestad Felipe V. La guerra civil (y europea) por la sucesión de Carlos II no estaba ni mucho menos decidida y las cosas no iban del todo bien para el aspirante francés, nieto del Rey Sol (Felipe de Borbón y Anjou, el ya proclamado Felipe V). Solo un año antes ingleses y holandeses habían tomado Gibraltar. La compañía de milicias de Quesada había sido enviada a Cádiz para reforzar aquel frente y tampoco lo estaba pasando bien.</span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn2" style="font-family: arial;">[2]</a><span style="font-family: arial;"> Quesada estaba en zona borbónica y nadie (clérigos, nobles, personas principales) se podía permitir quedar, siquiera por sospecha, como partidario del bando austracista. Por eso el edicto se pospuso y fue publicado un lunes, que también era festivo por celebrarse los Santos Inocentes.</span></span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Aquel día discutían en la sacristía, casi como los ejércitos en la guerra, de un lado el licenciado don Pedro Zamorano, comisario del Santo Oficio en Quesada y encargado de presidir la publicación del edicto. Estaba don Pedro acompañado por don Juan Jerónimo de Rivera, notario del Santo Oficio en la villa y por el familiar de la Inquisición don Juan Cano de Padilla. Los tres con sus manteos, bonetes y las insignias del Santo Oficio. Frente a ellos el prior y cura propio de la parroquia de los Santos Apóstoles, don Francisco Hilario Jiménez Valero. Don Francisco Hilario estaba rodeado (que no necesariamente apoyado) por el resto de presbíteros y clérigos de sus parroquias. También estaban presentes, y seguramente bastante espantados por ser simples empleados y no clérigos, el sochantre y sacristán mayor Francisco Fernández Ortega, el sacristán menor Juan Ramírez y Francisco Dueñas, antiguo sacristán mayor que ya de viejo solo ejercía de ministril.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>La acalorada discusión, con graves amenazas cruzadas de una y otra parte, tenía su origen en las diferencias por cuestiones de preeminencia y protocolo. Defendía Zamorano que los ministros del Santo Oficio debían situar sus sillas y sitiales en el lado del Evangelio, izquierda del altar mayor visto de frente, que era el principal (porque visto por Dios desde el altar quedaba a la derecha). Dice el acta que levantó el notario Rivera que “arrimadas al testero que da a la nave de la puerta de San Ildefonso”. Pero ese era el lugar donde normalmente se sentaba el párroco acompañado de dos diáconos. Ahora se pretendía que sus sitiales se situaran en el lado de la Epístola, junto al arco que da a la nave donde estaba la puerta principal de la iglesia (la que actualmente da a la Lonja).<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn3">[3]</a> Don Francisco Hilario, el prior, se oponía a este cambio argumentando toda clase de razones y precedentes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Se trataba en último extremo de escenificar delante de los fieles si la preeminencia correspondía al Santo Oficio o a la jurisdicción eclesiástica ordinaria, al clero. Tras una larga negociación el prior se avino a los deseos de Zamorano y se sentó en la Epístola, no sin advertir que iniciaría procesos judiciales eclesiásticos en defensa de sus derechos. Con retraso se inició la misa mayor y tras la lectura del Evangelio, antes del sermón, el notario de la Inquisición subió al púlpito y, “en voz alta e inteligible”, leyó el edicto. Pero a continuación, en el momento de dar la paz y por orden del prior, no salió a darla el sacristán, para evitar tener que hacerlo en primer lugar a los ministros de la Inquisición. Se complicó todavía más el problema protocolario y hubo, según el acta, escándalo y murmuraciones entre los fieles que habían sido testigos de los inconvenientes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Zamorano decretó que se hiciera una información sumaria sobre lo sucedido y que se remitiese al Santo Tribunal de Córdoba. A su vez el prior pidió al vicario, representante del arzobispado de Toledo, que iniciase otra información en paralelo para que su Eminencia tuviera conocimiento. El pleito fue complicándose y dio lugar a un largo expediente en el que acabaron interviniendo personalmente el Inquisidor General (por entonces el obispo de Ceuta, que residía en Madrid) y el cardenal Portocarrero, arzobispo de Toledo. Al final se llegó al acuerdo de que en lo sucesivo la Inquisición respetase al clero el lado del Evangelio y se sentase en la Epístola, pero que a la hora de dar la paz salieran dos sacristanes que la dieran simultáneamente a ambas partes. Es de suponer que hubo también rivalidades y antipatías personales en esta discusión, porque don Pedro Zamorano, antes de ser comisario de la Inquisición, fue teniente de cura de la parroquia mayor, a las órdenes del prior don Francisco Hilario, ocasión de oro para estar por encima de su jefe y que este no podía consentir precisamente por eso.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El expediente que se formó es largo y pesado, con casi doscientos folios.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn4">[4]</a> En él se describe con detalle la publicación de otro edicto de fe en 1698. Entonces también hubo graves inconvenientes, sobre todo porque los protagonistas eran de más rango. Estaba entonces en Quesada el vicario visitador don Pedro Joseph Romero y Vargas, persona de mucho rango, como representante y delegado del arzobispo. Por el Santo Oficio era comisario el de Iznatoraf, por no haberlo entonces ni en Quesada ni en Cazorla. Se daba la circunstancia de que Iznatoraf pertenecía a la diócesis de Jaén, no a la de Toledo (solo dependía de la jurisdicción del arzobispo en asuntos temporales, por ser señorío suyo, pero no en los eclesiásticos). En aquella ocasión el lío fue tal que la misa mayor de las 10 de la mañana no empezó hasta pasada la una de la tarde. El problema era el mismo (lado del Evangelio, lado de la epístola) y no merece la pena repetir argumentos, pero sí hacer referencia a la procesión que se celebró la tarde anterior para convocar a los fieles para oír el edicto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El estricto protocolo de la procesión se negoció entre el notario de la Inquisición y el prior, que por entonces ya lo era don Francisco Hilario. Se llegó a un acuerdo que no funcionó el día de la lectura, pero sí en la procesión. Según el acta que se levantó, el día anterior, sábado 17 de mayo de 1698, “como a las tres de la tarde poco más o menos”, salió la comitiva de la iglesia del convento de San Juan. La abría el vicario visitador portando el estandarte con las insignias de la Inquisición. Inmediatamente después el comisario de la Inquisición al que seguían, en el estricto orden previamente pactado, el prior del convento de San Juan, el corregidor don Tomás de Puga, el venerable clero, los frailes dominicos, familiares de la Inquisición, hidalgos y personas principales de la villa. Así dispuestos recorrieron las calles y plazas principales: Alcaraz, Adentro, Nueva, Plaza Vieja (Lonja), Plaza del Mercado (la Plaza actual)… Iban acompañados de músicos y ministriles y mientras caminaban un pregonero convocaba a los vecinos para que acudieran el día siguiente a misa mayor para oír el edicto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Hay que imaginar el auténtico terror con el que el pueblo, o muchos de sus vecinos, vivirían la tétrica procesión y la lectura del edicto de fe. Sabían que tras estos actos se iniciaba un periodo de denuncias indiscriminadas, denuncias anónimas que se aceptaban sin valorar los motivos personales que pudiera tener el denunciante para hacerlas. A (casi) cualquiera le podía tocar esta macabra lotería sin saber nunca quién fue su denunciante. Y siempre con el riesgo de que el comisario se tomase en serio la denuncia y de acabar en Córdoba con el correspondiente proceso, en el que todavía era de oficio el tormento, que podía acabar en condena a la hoguera, a galeras o al destierro. Cuando menos en confiscación de bienes, exposición y deshonra pública del penitente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4LU-6dTIAjGfeupZ0-bZ32SJViecUEwXE_z5vgQiSs8h_bZuzW8y-kJTNGY7sEU_q0Hd3Y40rjlglBug-39wIIjk7OTaxhmpDtbDFE2wutgm7-8xqDGuD_MKSvU61ndJQ980WaUrZftlZzkWVmhMZa11ImweYMI5j4kb4sxv69nGf9uGSkkn1A6W9wvCV/s761/bvph20150000286_1932_0358%20-%20copia.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="761" data-original-width="458" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4LU-6dTIAjGfeupZ0-bZ32SJViecUEwXE_z5vgQiSs8h_bZuzW8y-kJTNGY7sEU_q0Hd3Y40rjlglBug-39wIIjk7OTaxhmpDtbDFE2wutgm7-8xqDGuD_MKSvU61ndJQ980WaUrZftlZzkWVmhMZa11ImweYMI5j4kb4sxv69nGf9uGSkkn1A6W9wvCV/w241-h400/bvph20150000286_1932_0358%20-%20copia.jpg" width="241" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Antigua puerta principal de la parroquia, dando a la Lonja<br />y que hoy debe seguir debajo del enlucido. Foto Carriazo.</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Como resultado de un edicto y del proceso inquisitorial, los reos eran juzgados y condenados en un auto de fe, normalmente público como los castigos. Los de Quesada y todo el reino de Jaén se celebraban en Córdoba. Las historias que siguen se refieren a vecinos y vecinas de Quesada que pasaron por estos autos de fe. No son con seguridad todos los que sufrieron este trance, sino solo aquellos de los que he encontrado noticia.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn5">[5]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El 13 de junio de 1723, en el convento dominico de San Pablo (Córdoba) se celebró un auto público de fe. En él resultó condenado a muerte el vecino de Quesada Gaspar Enríquez, de 44 años, natural de Cuenca. Se le acusó de “judaizante negativo, convicto y pertinaz”. Junto al resto de condenados fue conducido en procesión a la plaza de la Corredera “portando insignias de relajado”, es decir, vestido con un sambenito (especie de saco) amarillo y una coroza (capirote como los de Semana Santa). Una vez puesto sobre el tablado para ser quemado, el terror pudo con él y dio muestras de arrepentimiento: “pidió misericordia” y la obtuvo. La ejecución fue suspendida y Gaspar devuelto, de por vida, a la cárcel.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Casi un año después, el 23 de abril de 1724, y en el mismo convento, se celebró otro auto de fe en el que hubo una relajada y dos reconciliados procedentes de Quesada. Los relajados eran los condenados a muerte para cuya ejecución se transferían o “relajaban” a la justicia real. Los reconciliados eran aquellos reos que confesaban y abjuraban de sus delitos y se reintegraba a la Iglesia, se “reconciliaban” con ella, pero sufriendo sus correspondientes penas de prisión, confiscación, azotes… La mujer relajada se llamaba Isabel de Tapia, natural de Medina del Campo y vecina de la villa de Quesada. Tenía 71 años y era viuda de Francisco Méndez de Castro (del que no he encontrado referencia alguna). Esta mujer había sido reconciliada por la Inquisición de Murcia el año 1682. Ahora había sido llevada al Santo Oficio por “los mismos delitos de judaísmo”. Por relapsa (reincidente) fue condenada a la hoguera. Aunque murió “confitente” (confesando su culpa) y “con muchas señales de arrepentimiento”, no fue suspendida la ejecución por esa condición de relapsa. Sus bienes fueron confiscados.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El mismo día confesó sus delitos como judaizante y fue reconciliado el joven médico de 31 años Gabriel de Anavia. Era natural de Murcia, pero vivía en Quesada, donde ejercía. Fue condenado a cárcel “irremisible” (perpetua), confiscación de bienes y doscientos azotes. Estos azotes eran públicos; en el caso de hombres, desnudos de cintura para arriba para que se viera la sangre.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El mismo día María de la Trinidad Villar, natural de la ciudad de Úbeda y vecina de Quesada, de edad de 27 años, fue reconciliada tras abjurar de su delito de bigamia (“por casada dos veces”). Fue condenada a 200 azotes y destierro, no pudiendo acercarse a menos de 8 leguas a Quesada, Úbeda y Madrid. Siempre se incluía Madrid, aunque el reo no tuviera relación con el lugar, para que los condenados “no molestasen” en la Corte. Hay poca información sobre estos vecinos. Podríamos pensar, por edad, y circunstancias, que Trinidad vivía con Gabriel, el médico, y que la investigación sobre él tiró de ella. Quién sabe.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>A las pocas semanas, el domingo 2 de julio de 1724, fueron reconciliadas las hermanas Josefa e Isabel Enríquez de Terrazas. La primera, viuda de Manuel Fernández, de 52 años y natural de Cuenca; la segunda, natural de Cartagena de Levante. Ambas fueron condenadas por judaizantes a cárcel irremisible, confiscación de bienes y doscientos azotes. Parece evidente que eran hermanas de Gaspar Enríquez (coincide su origen conquense en Josefa y en él). La familia Enríquez no desapareció de Quesada con estas condenas, de hecho fue un Enríquez quien vendió al Ayuntamiento la casa en la Plaza donde sigue a fecha de hoy. Volveremos a hablar de este apellido en otro caso, y también reaparecerán los bienes que se le confiscaron a Josefa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El 12 de mayo de 1726, abjuró del delito de judaísmo Juana Bárbara de Castro, natural de Albacete y “vecina de la villa de Quesada, soltera, sin oficio, de edad de 38 años”. Fue condenada a confiscación de bienes y cárcel irremisible.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Cinco años más tarde, el 4 de mayo de 1731, sufrió auto de fe Luis Antonio de Castro, también natural de Albacete y vecino de Quesada, casado, de 53 años. Estaba establecido en Quesada, donde tenía abierta botica. Fue condenado a confiscación de la mitad de sus bienes, destierro y dos años en una casa de penitencia, vistiendo hábito de penitente y “encargado a persona docta que le desengañe, instruya y fortifique en nuestra Santa Fe”. Además, los consabidos doscientos azotes. Luis Antonio aparece en una relación de delitos de fe pendientes en la Inquisición de Llerena en 1735, seguramente porque vivía su destierro en Extremadura.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn6">[6]</a> Se da la circunstancia de que este Luis de Castro no era un don nadie en Quesada. En el preámbulo de elogios en verso del “Compendio Militar” impreso en 1707 por el corregidor Don Tomás de Puga, participan las personas más principales del pueblo. Uno de ellos es don Luis de Castro, “vecino de la villa de Quesada”, que aporta un soneto dedicado al corregidor.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Castro es un apellido inexistente en Quesada por aquel tiempo. Por eso cabe relacionar a estos dos hermanos, Juana Bárbara y Luis Antonio, con Francisco Méndez de Castro, de quien era viuda Isabel de Tapia, la quemada por relapsa. Si esto fuera así, serían al menos dos familias las que destrozó la Inquisición en pocos años, Enríquez y Castro. Todos eran residentes en Quesada, pero nacidos fuera. Esto parece indicar que estaban en el pueblo escondidos o mejor, alejados, del tribunal de la Inquisición con el que hubieran tenido problemas. En el caso de Isabel de Tapia, viuda de Castro, se sabe que fue el de Murcia. En el caso de los Enríquez, los hermanos mayores era nacidos en Cuenca, pero la hermana menor era natural de Cartagena, lo que parece sugerir que la familia pasó por aquellas tierras antes de recalar en Quesada. No había demasiada coordinación entre los distintos tribunales territoriales; por eso, pasar la “frontera” entre la Inquisición de Murcia y la de Córdoba procuraba cierta seguridad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Todas estas personas iniciaron su calvario con la publicación de un edicto de fe en la parroquia mayor de Quesada, precedida de una procesión como la que antes vimos. Como desgraciadamente ocurre tantas veces, el forastero, el de fuera, es por naturaleza sospechoso y en ellos se cebaron las denuncias anónimas. Estos fueron los casos quesadeños más graves de los que he encontrado datos. Una vez eliminado cualquier hereje, judaizante o morisco que pudiera quedar, la Inquisición dedicó sus oraciones a otros delitos de menor cuantía, generalmente relacionados con la moral y las costumbres. Las penas fueron más livianas y el Santo Oficio menos temido. Y por eso mismo fue perdiendo poder. Todo esto en términos relativos, como tendencia, porque el último ajusticiado por la Inquisición lo fue en 1826, cien años después.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7gynf9-uGW8Bn8kEuvA-_NlfBxYsIy3IGCA8umrdT1A4QDORjLAfKlnra-_QwB_6bgEQBoKOPHwloGTyp2F-7X6xcUR4qyEIdmeoS8iPI6qctkY9_o2VP8xRnh1If--8_ygtntaldCE0cUllXbmlxPF5MTXcMWbDqeQEMWA1lGrYLHMkodgyXeLfzYPDz/s794/1723-06-13%20Auto%20de%20Fe%20Cordoba%201.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="794" data-original-width="545" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7gynf9-uGW8Bn8kEuvA-_NlfBxYsIy3IGCA8umrdT1A4QDORjLAfKlnra-_QwB_6bgEQBoKOPHwloGTyp2F-7X6xcUR4qyEIdmeoS8iPI6qctkY9_o2VP8xRnh1If--8_ygtntaldCE0cUllXbmlxPF5MTXcMWbDqeQEMWA1lGrYLHMkodgyXeLfzYPDz/w275-h400/1723-06-13%20Auto%20de%20Fe%20Cordoba%201.jpg" width="275" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada del resumen del auto de fe de 1923 <br />en Córdoba. Biblioteca Sefarad</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>1734 fue un año terrible en Quesada. Se venía de una gran sequía y esa primavera tampoco llovió, la cosecha de cereal fue muy mala. En otoño continuó la sequía y los vecinos vieron en peligro la sementera. El precio del trigo se disparó y el pan de dos libras, amasado con trigo del Pósito y vendido en los hornos municipales, alcanzó el increíble precio de 22 maravedíes, más de medio real. Algunos datos ayudan a comprender las terribles dificultades del año. A petición de un grupo de labradores y vecinos, el 7 de enero se trajo de su santuario a la Virgen de Tíscar para implorarle la lluvia tan necesaria. En noviembre todavía seguía en el pueblo y el clero pidió que fuera devuelta a su santuario, pero el Ayuntamiento, 20 de noviembre, dijo que no se movería de la parroquia hasta que no mejorase la situación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Por otra parte el día 1 de mayo, ante la pérdida de la cosecha, el Ayuntamiento ordenó que en todas las huertas se sembrase maíz a fin de que, tras el verano, se pudiese atender el abasto público de grano. Pero es que para colmo Su Majestad Felipe V estaba por entonces empeñado en una campaña militar en Italia mediante la que recuperó Nápoles y Sicilia (que cedió a su hijo, el futuro Carlos III). En la consiguiente movilización a Quesada tocaron 19 soldados para el regimiento provincial de milicias. Su armamento y vestuario, por cuenta del municipio, se valoró en 2.520 reales. Al escandaloso precio citado de 22 maravedíes la hogaza se hubieran podido comprar con este dinero casi 3.900 panes, que repartidos a la población resultarían a más de uno por habitante. Para aprontar la cantidad el Ayuntamiento tuvo que recurrir a un censo (préstamo). El futuro Carlos III reinó en Nápoles y Sicilia casi 25 años con el nombre de Carlos VII, pero no se acordó de mandar algo a Quesada en agradecimiento por los sacrificios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Estando así las cosas, a principios de año el Santo Oficio de Córdoba publicó otro edicto de fe en la iglesia parroquial. Una de las que lo escuchó y se sintió obligada a denunciar fue Rosa Martínez, vecina de 26 años, soltera, que solía acudir para sus devociones a la iglesia del convento de San Juan Evangelista. Allí había elegido como confesor, hacía como cinco años, a fray Martín Troyano, uno de los frailes del convento, de unos 40 años. Rosa, para descargo de su conciencia y tras escuchar el edicto, acudió al comisario de la Inquisición, el presbítero don Antonio de Zafra. Le contó que como un año después de empezar a confesar con él, fray Martín empezó a tener una conducta inapropiada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Según Rosa, varias veces le dijo que si necesitaba algo se lo dijese pues lo haría “como si fueras mi hermana”. En otra ocasión le dijo: “yo no quiero que pases necesidad y así pide lo que se te ofrezca”, añadiendo que si le faltaban zapatos o medias se lo dijera. Durante la delación el comisario Zafra le preguntó una y otra vez si estas cosas se las dijo antes, durante o después de la confesión, estando de rodillas en el confesionario o “sobre sus pies” una vez confesada. Y es que ahí estaba la clave del asunto, pues si el comportamiento del fraile hubiese sucedido durante el sacramento habría incurrido en delito eclesiástico de solicitación, calificado de muy grave. La solicitación consiste en aprovechar la intimidad del confesionario para hacer proposiciones deshonestas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Rosa no conseguía acordarse, o no quería, de si estas insinuaciones ocurrieron durante la confesión o inmediatamente antes o después. De lo sucedido fuera del confesionario sí se acordaba perfectamente. Así dijo que una vez que fue a la iglesia del convento, pero solo para oír misa, no para confesar, se cruzó con fray Martín, que, haciendo un aparte con ella, le dijo: “tú te casarás pero yo no quiero que otro te gozare, que si yo no tuviera estos hábitos me casaba contigo”. Llegó a cogerla de la mano y a confesarle que pensaba mucho en ella. En otro encuentro de ambos en la iglesia, fray Martín “anduvo con su pie meneando el de la declarante” y, cuando esta lo retiró abruptamente, fray Martín, temeroso de haberse pasado y de que lo denunciase, le dijo que se estuviese quieta y “no fuera embustera”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El comisario Zafra remitió las diligencias a Córdoba. Allí el fiscal del Santo Tribunal ordenó que se volviese a requerir a la delatante para que dijese si “las palabras amorosas y tocamiento de mano pasaron en el confesionario”. Interrogada de nuevo el 25 de agosto, contestó que no podía exactamente decir si fueron antes o después de la confesión. El fiscal también pidió al comisario que informase “de la fe y crédito de la declarante” (del fraile no se pidió informe similar). El comisario Zafra informó de Rosa que era piadosa y de buena conducta. También por orden del fiscal se revisaron los registros de causas anteriores en busca de antecedentes, pero no se encontró nada, por lo que “quedó suspensa esta sumaria”. Suspensa por ahora, porque como veremos fray Martín era un rijoso incorregible y no tardó en meterse en problemas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El bienio 1743-1744 no fue tan malo en Quesada como el de diez años antes. La fanega de trigo se vendía a 13 reales y el pan de dos libras a 10 maravedíes, menos de la mitad que en 1734. Como se ha visto en otro artículo de este blog <a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2023/05/el-ayuntamiento-viejo-de-quesada-1743.html" target="_blank">(<i>El Ayuntamiento viejo de Quesada</i>)</a>, se estaba reconstruyendo la fachada de lo que sería el Ayuntamiento viejo, en la Plaza. A principios de 1743 don Rodrigo de Urrutia, natural de Quesada, tuvo un comportamiento destacado en la batalla de Cabo Sicié al mando del navío Poder. Su actuación frente a la escuadra inglesa fue recompensada con el ascenso capitán de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>En la primavera de 1744 se extendió por el pueblo el rumor de que a “alguno que se llama Cornejo le atribuían algunas proposiciones que había dicho contra la pureza de la Virgen”. Faltaban todavía casi cien años para que Pio IX promulgase el dogma después de siglos de dura polémica teológica, pero en estos reinos la virginidad de María era un asunto de Estado y a mediados del siglo XVII la Inmaculada había sido declarada patrona de España. Aunque teóricamente se podía opinar libremente, por no ser todavía una verdad dogmática, hacerlo suponía en la práctica atentar contra el sentir oficial de la Corona y de la Iglesia españolas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El Cornejo al que se refería el rumor era Vicente Gómez Cornejo, joven clérigo de órdenes menores de 22 años de edad. La familia Cornejo era muy conocida en el pueblo. Su hermano Antonio ejercía como escribano del número (notario) y Juan, su otro hermano, era maestro de sastre. Vivían en la calle Alcaraz (actual de los Arcos), por entonces calle muy principal. El 23 de mayo de aquel año Vicente Cornejo acudió, por su propia voluntad, “a delatarse” ante el comisario de la Inquisición, que lo seguía siendo don Antonio de Zafra. Que él mismo se delatara hay que interpretarlo como un intento, una vez extendido el rumor en la calle, de que la noticia llegara al Santo Oficio de su boca y no de alguna denuncia maliciosa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Declaró Cornejo que haría como un mes, estando en casa de don Diego Pulido y presente la mujer de este, Rodrigo García y Simón Barba, se estuvo hablando sobre “la concepción en gracia de María Santísima”. Diego Pulido era natural de Marmolejo, pero tenía propiedades en Quesada. Rodrigo García era vecino de Pulido y Simón de la Barba tenía en la calle Nueva una tienda de “especiería y quincalla”. Llama un poco la atención que en estas reuniones, se supone que de amigos y vecinos, se hablase como si tal cosa de cuestiones teológicas ¡cosas de otras épocas! El caso es que don Diego dijo “que habían tenido poca razón los padres dominicos” en oponerse a la virginidad de María y que con razón “estaban penitenciados” (los dominicos nunca fueron muy partidarios de esta idea). Vicente le replicó que no era verdad que estuvieran penitenciados, “porque la Iglesia nada tenía declarado en este punto”, que sus razones estaban muy fundamentadas y que él opinaba de la misma manera. Pulido le intentó rebatir citando un libro de ejercicios que tenía, pero Vicente lo descalificó diciendo “ese será juanista o escotista y yo sigo a los que defendieron que María Santísima fue concebida en pecado original”. La reunión y junta empezó a resultar incómoda. Los presentes intentaron, “con mucha ternura”, que se acabara la conversación. Vicente no lo hizo y Simón Barba, “impaciente de oírla”, salió de la casa para no verse comprometido en las opiniones de Cornejo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>No era este el único avispero en el que se había metido Vicente Cornejo. A oídos del comisario Zafra llegó otro asunto igual o quizás más inquietante, porque se refería a la Trinidad. Fue durante una conversación teológica (debían ser unas ligas apasionantes) con Tomás Fernández Enríquez, de la que fue testigo Juan Gutiérrez, otro propietario forastero, natural de Baeza (como se puede ver estamos hablando de gente acomodada). Este Tomás Fernández Enríquez fue el que vendió al Concejo la casa de la Plaza que acabó siendo ayuntamiento. Su apellido, infrecuente en Quesada, inmediatamente trae al recuerdo a los hermanos Enríquez, de una generación anterior y que, como se ha visto, sufrieron auto de fe. Si esto es así, resultan comprensibles su temor y opiniones ortodoxas y que fuera él, conocedor de la investigación que se había abierto, quien acudiera al comisario para denunciar el asunto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Tomás le contó a Zafra que habían estado discutiendo sobre la Trinidad, sobre la esencia y diferencias entre el Padre y el Hijo. Vicente defendía posturas un tanto heterodoxas y no llegaron a un acuerdo. Por eso decidieron escribir en un papel las opiniones de uno y otro, para que dirimiese la disputa fray Manuel de Montilla, dominico de 37 años del convento de San Juan. El fraile, cuando leyó el papel, “vio en él algunos términos impropios para la explicación del misterio de la Santísima Trinidad”, más en la opinión de Vicente que en la de Tomás. Sin embargo no se pronunció con el pretexto de que Vicente no lo había firmado y lo debía hacer. Enterado el comisario Zafra, le pidió a Cornejo que le trajese ese papel que llevaron al fraile, así como un manuscrito sobre Beda el Venerable que Vicente decía tener y en el que al parecer se inspiraba. Entregó el manuscrito, pero el papel “por más que lo había buscado no había podido encontrarlo”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Las diligencias levantadas por Zafra fueron remitidas al Santo Tribunal de Córdoba, donde tres calificadores dijeron que contenía “proposiciones falsas y escandalosas” y que el manuscrito, ”cuyo título es de divinatione mortis et vita”, estaba prohibido “in totu” por el Santo Oficio. Estas noticias proceden del informe del fiscal de Córdoba, antes de que se dictara sentencia que no consta cual fue. Pero hay un dato indirecto que permite sospechar que la cosa no fue muy bien para Vicente. Entre las declaraciones de bienes que hicieron los vecinos poco después, para el conocido como catastro de Ensenada, con el número 246 y firmada el 8 de marzo de 1752, está la de doña Francisca Antonia de Lara. El escribano recogió sus palabras a la letra: “Soy viuda de, digo, soy mujer de D. Vicente Cornejo ausente en el presidio de Melilla”. Cornejo solo estaba ordenado de menores y parece que se casó y no continuó (no pudo, más bien) su carrera eclesiástica. Estaba ausente en Melilla, por entonces un peñón fortificado en la costa de Berbería (lo que hoy se llama Melilla la Vieja). Apenas había allí más que soldados y desterrados por alguna condena. Militar no era Vicente porque, serlo era cosa de mucha honra, se hubiera añadido, presumiendo, algo del tipo: “sirviendo las armas de Su Majestad”. No debía estar allí por nada bueno y por eso a su mujer se le escapó decirse viuda, lo que rectificó inmediatamente quizás porque alguno de los presentes le dijera que de viuda, nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>No habían pasado tres años cuando tenemos de vuelta al fraile rijoso, fray Martín Troyano. El 19 de junio de 1747, ante el mismo comisario don Antonio Zafra, compareció de propia voluntad, “para descargo de su conciencia”, la monja dominica del convento de nuestra señora de los Remedios, sor Catalina de San Francisco, de 31 años. Dijo la monja que desde hacía unos seis o siete años fray Martín iba al convento a confesar a las religiosas, a ella también. En cuatro o cinco ocasiones, aunque no siempre sucedía, el fraile le había pasado por el tornillo de confesión “la caja de tabaco” y le apretó la mano mientras le decía que la quería mucho y que si no fuera por ella no iría a confesar. Sabía la monja (o quien estuviera animándola) lo que era la solicitación y por eso, seguramente para no cargar las tintas, dejó claro que estas cosas ocurrían inmediatamente antes o después de la confesión pero nunca durante la misma.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Si en el caso anterior parece claro el acoso por parte de fray Martín, ahora no sería tan evidente, porque sor Catalina en cierta ocasión le hizo “un agasajo” (un regalo) al fraile que incluía un corazón de alcorza (un dulce recubierto de crema azucarada, como un rosquillo). Cuando vio aquello el fraile le replicó “que él no quería aquel corazón sino el de la declarante”. No es de extrañar que la cosa fuera subiendo de tono y que el fraile llegara a pedirle que “le mostrase sus pechos” (dijo ella que se negó). La monja añadió que, aunque sabía que era malo, no lo había denunciado antes porque no “se le ofrecía ser delatora”, pero que, habiendo cambiado de confesor, este le dijo que era su obligación hacerlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Remitidos los autos a Córdoba fueron estudiados por el fiscal del Santo Tribunal. Según su informe, la denuncia de sor Catalina se hizo mediante una carta que escribió y entregó al comisario Zafra el prior del convento de San Juan, fray Francisco Gay, el jefe de fray Martín. A la vista de que fraile y monja habían reconocido los hechos, el fiscal pidió, y así se hizo, que el fraile fuera conducido preso al “convento de su religión de Córdoba” (el convento de su orden, San Pablo). El Santo Tribunal ordenó, octubre de 1748, que se recabase la ratificación de sor Catalina en su declaración, que se mirasen antecedentes (apareció el caso de Rosa que antes hemos visto) y que se preguntase de nuevo a la monja si estas cosas (el regalo qué hizo al reo, la insinuación de este para descubrirse los pechos y la acción de tocarle la mano) habían sucedido durante la confesión, antes o después.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El comisario Zafra contestó a Córdoba que no podía volver a interrogar a sor Catalina porque había muerto unos meses después de su denuncia, el 30 de octubre de 1747. No hay que interpretar con mentalidad cinematográfica tan repentina defunción, porque la mortalidad por entonces era grande y la enfermedad acechaba de continuo. El caso es que en Córdoba fray Martín reconoció ante el Santo Tribunal que había tenido “varias chanzas con las religiosas en el locutorio y puerta de la Iglesia, procurando siempre guardar el debido respeto al sacramento de la penitencia”. Pero va a ser inevitable que pensemos en el guion de una película, porque añadió que estaba convencido de que sus problemas venían de otra monja, la veterana sor Antonia Serrano.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn7">[7]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El fraile declaró al Santo Tribunal que con sor Antonia había tenido en el locutorio del convento “chanzas y palabras deshonestas”. La relación entre ambos la había roto fray Martín (según él), que “tuvo motivos para dejarla”, y que no dudaba que era la auténtica denunciante, “sentida” por el abandono. La mano en la sombra de este enredo era, según el fraile, el prior de su convento, “su enemigo” fray Francisco Gay, lo que le habían advertido otros frailes antes de su salida para Córdoba. Cuando el comisario Zafra interrogó a sor Antonia, “nada contestó”. En el expediente no hay mención a la sentencia y nos quedamos sin saber cómo acabó la cosa. Seguramente fray Martín pasó sus días apartado de Quesada, en el convento de San Pablo de Córdoba, de bastante más lustre que el quesadeño de San Juan Evangelista.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>El día primero de septiembre del año de 1757 don Juan Francisco Esmenota y Vargas, notario del Santo Oficio y dignidad de arcipreste de las parroquias de Cazorla, La Iruela y Quesada, escapaba a caballo de esta última villa acosado por un grupo de clérigos y vecinos que querían prenderlo. Consiguió llegar a salvo a Baeza, pero hasta que pasó Toya no se sintió seguro. Don Juan era natural de Baeza, clérigo de menores y notario del Santo Oficio. No tengo información de cuándo fue nombrado arcipreste, pero ya lo era en 1752 cuando todavía vivía en Baeza. Por entonces la prebenda arciprestal le rentaba anualmente 500 ducados (unos 5.500 reales). En este año de 1757 del que hablamos ya tenía su casa y habitación en Quesada. El arciprestazgo no le daba autoridad efectiva sobre las parroquias, que dependían del vicario del muy poderoso arzobispo de Toledo, sino solo la distinción, el honor y sobre todo los ingresos. El arcipreste era en realidad un cuerpo extraño, un intruso, en el mundo clerical de la vicaría. No hay datos de la razón de su cambio de residencia a Quesada, pero alguna relación debía tener con el pueblo porque era dueño también de una pequeña huerta de una fanega en el Real, que tenía arrendada a Diego Fernández, alias el Jaque, uno de esos “peujareros” que arrendando tierras ajenas llegó a ser importante labrador.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn8">[8]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>La huida de Esmenota tenía su origen en lo sucedido a principios de aquel verano. Resulta que tenía que salir de viaje y su caballo necesitaba que le arreglasen los herrajes. El criado Antonio Cózar, natural de Baeza, de 18 años, llevó al animal a su herrador de costumbre pero no lo encontró. Ante la precisión, decidió acudir a Pedro Candial, herrador y albéitar que remanecía de Belerda y vivía en la calle Nueva. Candial reconoció las patas del animal y dictaminó que le faltaban clavos en las herraduras y que ponerlos valdría unos 4 reales. Le preguntó al criado si llevaba el dinero y este le contestó que no, que no sabiendo cuánto costaría no lo había echado. El herrador le dijo que se llevara el caballo y que volviese con el dinero. A esto respondió el criado que su amo era persona “abonada” e importante y que estaba de sobra la desconfianza. Pero Candial lo paró en seco diciéndole que él “al rey (solo) lo conocía por la moneda”, cuánto menos a su amo. Antonio regresó a por los cuatro reales, se herró el caballo y Esmenota pudo hacer el viaje.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Don Juan quedó muy corrido con el desaire de Candial. Un simple herrador (aunque no pobre, pues tenía unas utilidades anuales de 1.750 reales) no le fiaba al arcipreste de la comarca y notario del Santo Oficio. Esmenota fue a casa de Candial, tuvieron desazón (discutieron) y acabó la cosa cuando el herrero le propinó al arcipreste un fuerte golpe con un palo en uno de los brazos. Fueron testigos numerosos vecinos que transitaban por la calle Nueva y sobre todo Juana de Atencia, mujer ya mayor y soltera, que vivía con su sobrina en una casa inmediata a la del escándalo. El percance causó sensación y muy asegurado debió sentirse Candial por gente poderosa para atreverse a tal afrenta. Y por otro lado, mucha de su antigua autoridad, nacida del miedo, había perdido la Inquisición para que esto pudiera pasar y se lo permitiese un herrador de pueblo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Esmenota no recurrió a la justicia ordinaria. Como aforado del Santo Oficio, denunció directamente a la Inquisición de Córdoba. El Santo Tribunal envió a D. Nicolás de Tauste, comisario de la Inquisición en Baeza (ya no lo había en Quesada), a que hiciese la información correspondiente. Tauste interrogó a los testigos, que solo recordaban la discusión pero que no vieron, decían, el golpe que recibió el arcipreste. Pero el golpe existió y así lo testimoniaron el médico don Joseph Tortosa (joven de 29 años recién llegado a Quesada) y el barbero sangrador Rodrigo Muñoz (que vivía en la calle San Juan y era también mayordomo administrador de las monjas). Tortosa dijo que, visto el brazo izquierdo, “reconoció por su oficio que había señales de compresión extrema”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Simultáneamente a esta de la Inquisición se abrieron otras dos investigaciones. Una de la justicia real que paró en la Chancillería de Granada. Otra de la justicia eclesiástica ordinaria, instada por el vicario de Cazorla don Antonio Macarulla. Cuando Tauste supo por Esmenota de estas otras diligencias, inmediatamente intentó que le fuesen entregadas y que ambas jurisdicciones se inhibiesen en favor del Santo Oficio, por afectar a persona aforada. Macarulla se negó porque alegaba que no tenía noticia ni documento de que Esmenota fuese ministro de Inquisición. Hubo cruce de exigencias y amenazas entre ambas partes, pero fue el vicario quien tomó la iniciativa excomulgando al arcipreste. Al día siguiente de la huida que hemos visto, el sacristán y fiscal de vara (alguacil eclesiástico) Agustín Ramírez acudió a casa de Esmenota y le comunicó a la criada Lorenza Mauricia que su amo estaba excomulgado y que se lo hiciese saber. En la misa mayor de los tres días festivos siguientes el cura párroco, don Lucas Martín del Águila, “hizo saber al pueblo en voz alta que el arcipreste estaba excomulgado”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Este don Lucas fue un poderoso personaje de la segunda mitad del siglo XVIII quesadeño. Tenía dependientes a los tenientes de cura de las tres parroquias de Quesada (la mayor, Santa María y Tíscar), a los tenientes de cura de Pozo Alcón e Hinojares, a los demás clérigos y a sacristanes, sochantre, ministriles y ministros. Vivía con dos sobrinas y dos criados que trabajaban en las propiedades del priorato (que le rentaban anualmente, excluidas cargas y gastos, más de 7.000 reales). Un tipo poderoso y acostumbrado a ser la máxima autoridad religiosa del pueblo. La presencia del arcipreste Esmenota, teóricamente su superior, no debía hacerle gracia ninguna. Don Lucas fue sin duda el poderoso protector del herrador Candial. Detrás de don Lucas estaba el vicario y toda la estructura eclesiástica y, de grado o por temor a enfrentarse con él, buena parte de los vecinos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Con todo esto no es de extrañar que, tras agredir al arcipreste, el herrador no se amilanara y sonrojase a Esmenota “con risas y descortesías”. Y es que, según el comisario Tauste, eran estas “gentes indómitas” que “desprecian la jurisdicción del Santo Oficio”, pues sabiendo de su investigación sumaria, “tienen por burla el decirse unos a otros el prior y clérigos de Quesada, cómplices: ¿Cuándo vamos a Córdoba? ¿Cuántos sambenitos ha de haber?” Además de excomulgarlo, el vicario quiso encarcelar a Esmenota, a lo que se aprestó don Lucas “con los demás que iban en su compañía” y “le corrieron con tanto escándalo haciéndole que fuese precipitadamente a caballo, dando voces a cuantos encontraban para que lo atajasen”. Es la razón de la huida que antes vimos.</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Poco tiene que ver esta historia con aquellas de principios de siglo, cuando las procesiones encabezadas por el estandarte del Santo Oficio inspiraban, más que respeto, temor. El Santo Tribunal de Córdoba requirió, por medio de la Inquisición de Granada, a la Chancillería que se inhibiese. Volvió a enviar comisarios al vicario, no ya solo para que se inhibiese, sino para que levantase la excomunión al arcipreste. Pero, como en los casos anteriores, el informe del fiscal solo cuenta el proceso, pero nada dice sobre como acabó el asunto. Seguramente en nada porque ni la Inquisición, ni la Chancillería, ni el vicario de Su Eminencia el arzobispo de Toledo podrían salir como perdedores.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwtu0H6iHGXrgqWc33NmoWFeP_E_Z_WNLh4KaRFY6FR4C4gBsplgV_fPByFfJuCeI3qJsgZAcnnOxR4PoBtiVcNagvIRiOoNGo_8tIipnaUutePJlWY5wikMg8uTFAWynmhYg8BGY8Y8-EpWYnQzKMPgZuyzQ0ezBzOVJVRz7kgwa5wqACf2HsUt3vdQE5/s2563/Plano%20Quesada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2563" data-original-width="2248" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwtu0H6iHGXrgqWc33NmoWFeP_E_Z_WNLh4KaRFY6FR4C4gBsplgV_fPByFfJuCeI3qJsgZAcnnOxR4PoBtiVcNagvIRiOoNGo_8tIipnaUutePJlWY5wikMg8uTFAWynmhYg8BGY8Y8-EpWYnQzKMPgZuyzQ0ezBzOVJVRz7kgwa5wqACf2HsUt3vdQE5/w351-h400/Plano%20Quesada.jpg" width="351" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El término de Quesada en 1752. Archivo Municipal</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Muy pocos años después, en 1761, el convento de Dominicas de Nuestra Señora de los Remedios volvió a requerir la intervención de la Inquisición.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn9">[9]</a> Lamentablemente en esta ocasión el informe del fiscal es muy poco detallado y está incompleto. Se trata de un asunto de hechicería y blasfemias en el que todas las intervinientes, denunciantes y denunciadas, son monjas del convento. El 30 de octubre sor Ramona María de Majavacas y Quevedo, de 23 años, monja de velo negro del convento, escribió una carta a la Inquisición de Córdoba denunciando que había dos monjas que curaban el mal de ojo y que, como le parecía una cosa mala, lo contó a su confesor que le mandó denunciar. El Santo Oficio remitió la carta al cura de Quesada, el ya conocido don Lucas Martín del Águila, comisionándolo para que abriese una instrucción e interrogase a los testigos “con todo recado y secreto”. Habla mucho del declive de la Inquisición que ya no hubiese en Quesada comisario ni familiar del Santo Oficio que pudiese ejecutar la diligencia. Y no solo eso, que ya había ocurrido otras veces, que se lo encargaran al cura propio, a la jurisdicción eclesiástica ordinaria con la que tantas disputas de competencia habían tenido.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Don Lucas interrogó a la denunciante, quien, aunque había hablado de dos monjas, se refirió especialmente a sor Juliana Serrano de San Andrés porque la otra, sor María de Santa Ana, era monja de velo blanco (de menor rango y condición social) y sería poco más que su cómplice. Dijo la delatora que sor Juliana le había hecho curaciones a su hermana, doña Rosalía Majavacas y a doña Francisca Rivas, otra vecina, que acudían para el efecto al convento. Las curaciones consistían en hacerle sobre la cabeza, puesta sobre el pecho de la monja, muchas cruces “con el dedo gordo de ambas manos”. Al mismo tiempo, todo esto lo vio la declarante, la monja “meneaba mucho los labios”, no sabiendo si decía alguna oración. Añadió que teniendo ella como unos 13 años oyó decir a su hermana que de cuando en cuando acudía a alguna hechicera.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Poco más recoge el informe fiscal, que se interrumpe nada más indicar el nombre de la siguiente testigo: “Doña Ana de Urrutia, natural de Vera, de 29 años y velo negro”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn10">[10]</a> También se menciona en este informe una causa por “blasfemias hereticales” contra sor Felipa de Lara y San Vicente, “natural de dicha villa, de 60 años, de velo negro en el citado convento”, pero no se dice nada más. Por estas fechas la orden dominica renunció al convento, que pasó a la jurisdicción eclesiástica ordinaria. Renunció seguramente por ser convento de poco pelo y encima con monjas “problemáticas” y mal avenidas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Y para terminar, una historia que se inicia cuarenta años antes, cuando los autos de fe de los que se habló al principio. Como vimos, en 1724 Josefa Enríquez fue reconciliada por la Inquisición de Córdoba y condenada por judaizante a confiscación de bienes y cárcel irremisible. Al año siguiente la Inquisición sacó a subasta uno de esos bienes, un cortijo en Lacra valorado en 36.000 rr. (no era pobre Josefa). Se quedó con él don Juan Cano de Padilla, presbítero, rico propietario y familiar del Santo Oficio (todo quedó en casa), que pagó 21.706 reales con 16 maravedíes, una vez descontados los censos que la finca tenía como carga. Pasaron los años y murió don Juan. Quedó como heredero su hermano, don Francisco Cano de Padilla, clérigo de menores que vivía en la calle de la Patona (la casa del escudo), en compañía de tres sobrinos menores de edad y dos criadas. Era un gran propietario, con unos ingresos anuales calculados en 30.000 reales. A su servicio 17 mozos que trabajaban las tierras y cuidaban el numeroso ganado que poseía. Era uno de los más ricos del pueblo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Era su vecino en Lacra don Pedro Jiménez Serrano, también muy rico y sobre todo miembro de una de las familias políticamente más principales del pueblo. En el contexto de la disputa que tuvieron ambos están las históricas luchas de bandos y facciones entre los las familias dirigentes del pueblo, que se iniciaron en el mismo momento de la “independencia” de Úbeda, en 1564. Es una larga historia que no puedo resumir aquí, pero que produjo durante 250 años unos enfrentamientos sorprendentemente enconados. Baste decir que el año anterior a lo que vamos a contar, en 1766, hubo en Quesada un sonado motín popular ocasionado por la carestía del pan y que obligó a intervenir al Consejo de Castilla. Pero en realidad el motín había estado inducido y protegido por uno de los alcaldes ordinarios, el muy rico y poderoso don Atanasio de Alcalá, rival de los Serrano, a los que quería perjudicar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Las diferencias que hubo entre don Pedro Serrano y don Francisco Cano tenían su causa inmediata en el reparto del agua de riego para sus respectivos cortijos de Lacra, pues Serrano se había apropiado de la de Cano. Pero no era esta una simple disputa entre vecinos. Como el cortijo en cuestión procedía de una subasta de la Inquisición, Cano decidió reclamar al Santo Tribunal de Córdoba, 22 de junio de 1767, para que “se le restituyese del despojo, (y) se le pusiese en posesión” de sus derechos. Pedía además que “se inhibiesen las justicias de la villa de Quesada del conocimiento de semejante instancia”. Y es que Serrano era uno de los dos alcaldes ordinarios, que tenían facultades judiciales y actuaban de jueces, por lo cual, abierta causa en el juzgado local se falló, lógicamente, a su favor. Los autos se remitieron a la Chancillería de Granada para que los concluyese.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn11">[11]</a> Como en ocasiones anteriores, al problema de fondo se superpuso la pugna de competencias entre jurisdicciones.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>La inquisición de Córdoba nombró esta vez comisario a don Juan Antonio Martínez Santos, veterano teniente de beneficiado de la parroquia, el cual ordenó que Serrano devolviese las horas de riego y pagase las costas. Serrano se negó a obedecer argumentando que la causa ya estaba en manos de la Chancillería. La cosa se fue complicando y el inquisidor de más edad escribió al presidente de la Chancillería para que se inhibiese, lo que no hizo. También ordenó encarcelar a Serrano y embargarle bienes para pagar las costas. Serrano respondió, mostrando a las claras que la Inquisición ya no era lo que fue, “que no había facultades (en el comisario de la Inquisición) para ponerlo preso y por tanto que no obedecía el contenido de su providencia”. Imagino que para no hacer más el ridículo, se retiró la orden de prisión. Como en casos anteriores, el expediente está incompleto y el desenlace no se conoce, aunque seguramente se irían ambos a la tumba sin ponerse de acuerdo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Efectivamente, el Santo Oficio ya no era lo que fue y esta es la última actuación suya de la que tengo conocimiento en Quesada. Hay alguna noticia sobre la existencia de notario de la Inquisición en 1791 y poco más. Sin embargo, y como siempre ocurre, terminando de escribir este artículo han aparecido nuevos papeles, nada menos que del siglo XIX, en tiempos posteriores a la abolición del Santo Oficio casi en paralelo por José Bonaparte y las Cortes de Cádiz. Restaurado el Santo Oficio por Fernando VII, en 1817 el tribunal de Córdoba abrió causa por “proposiciones” (contrarias a la doctrina) contra el capitán retirado Pedro Uribe.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2027-08-17/Quesada%2022-12-15/Historias%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n/Historias%20quesade%C3%B1as%20de%20la%20Inquisici%C3%B3n%20notas%20Luis.docx#_edn12">[12]</a> Aunque era de Villacarrillo, estaba avecindado en Quesada en 1815, pues se había casado con una Bustos, conocida familia con propiedades junto al río Guadiana Menor. Su hermano Juan fue uno de los guerrilleros más famosos de la provincia, actuando a menudo conjuntamente con la partida del quesadeño Jerónimo Moreno. Pero él, además de supuesto hereje, parece que fue también un poco afrancesado, o al menos de conducta un tanto equívoca, por lo que fue procesado.[13] En Quesada debía estar apartado, recogido por su familia política. Veremos lo que da de sí esta nueva historia que mezcla cuestiones patrióticas, religiosas y también de feroz política local, cuando consiga leer su expediente cordobés.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>NOTAS</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[1]Este corregidor, natural de Salamanca, escribió una obra titulada “Compendio Militar”, que imprimió en Quesada hacia 1707 y de la que hay edición digital facsímil en la Biblioteca Virtual de Andalucía. En la Revista de Ferias de 1974 le dedicó un artículo Antonio Navarrete: “Un libro impreso en Quesada a principios del siglo XVIII”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[2] La compañía estaba descabezada y sin jefe porque su capitán, don Cristóbal de Poyatos Lara, había quedado inútil por una alferecía. El alférez que le hubiera sustituido, que era don Leonardo, hermano del capitán, había muerto en la guerra. Mientras se nombró un nuevo capitán la compañía estuvo sin mando. Memorial reproducido en el Libro de Acuerdos de 1706.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[3] La puerta de San Ildefonso es la actual puerta principal, siéndolo entonces la que daba a la Lonja, que está oculta en la pared junto a la puerta que hoy día da a esa plaza según se ve en la foto de Carriazo de los años veinte.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[4] AHN INQUISICIÓN, 1849, Exp. 3</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[5]Proceden de los pasquines impresos en la época con resúmenes de los autos de fe y que he consultado en la Biblioteca Sefarad. También en la obra publicada en 1836 por Gaspar Matute Luquín “<span style="color: black;"><a href="https://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=21488176939&searchurl=an%3DMATUTE%2BI%2BLUQUIN%252C%2BGASPAR%26sortby%3D17&cm_sp=snippet-_-srp1-_-title1"><span style="color: black;">Colección de los autos generales i particulares de Fe, celebrados por el Tribunal de la inquisición de Córdoba</span></a>” BNE, Biblioteca Digital Hispánica.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[6] AHN INQUISICION, 1987, Exp 43.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[7] Será casualidad, pero en 1752 firmó su declaración para el catastro de Ensenada su representante legal, el procurador Juan Antonio de Lara Troyano, quizás pariente del fraile, que vivía en la calle de San Juan, en una casa contigua a la que poseía Dª Antonia Serrano y que fue su dote para el ingreso en el convento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[8] Aunque en los documentos de Quesada se escribe siempre “peujarero”, la palabra correcta es pegujalero, pequeño o mediano agricultor que labra directamente tierras propias o arrendadas. La diferencia con labrador es de cantidad, pues estos cultivaban grandes fincas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[9] AHN INQUISICION, 3734,Exp.9. Este caso ya fue publicado en la Revista de Ferias de 1989 por Juan Blázquez Miguel.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[10] Hija del escribano de Quesada Francisco de Urrutia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[11] Existe el expediente en Archivo de la Real Chancillería de Granada C10541-3.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[12] AHN INQUISICION,3730,Exp.63</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">[13] AHN CONSEJOS,L.1408,Exp.86</div></span><p></p>Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-65470939702405883242023-07-31T10:21:00.000-07:002023-07-31T10:21:19.533-07:00Los CONVENTOS de QUESADA y el callejón que los separaba<p> </p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGz7UokzffFrsiNgxJhlj7Gd-ZVJzgYhA9zNYDyWXJJNQdSeQHJafk12Hp59_qsbZUjxb2iNyBiFYc01QljCoKmdQ4XTUfHRvw7XKuKkywnIzTW7ytwEJgoZmBQzedZepnE0RgA8w1WQHiBFctKfB9tvdXWiY1zgXGjFYxzyj9X-h8ATQzzZ7dJKSF8HI7/s1426/Plano%201736%20-%20BLOG.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="896" data-original-width="1426" height="402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGz7UokzffFrsiNgxJhlj7Gd-ZVJzgYhA9zNYDyWXJJNQdSeQHJafk12Hp59_qsbZUjxb2iNyBiFYc01QljCoKmdQ4XTUfHRvw7XKuKkywnIzTW7ytwEJgoZmBQzedZepnE0RgA8w1WQHiBFctKfB9tvdXWiY1zgXGjFYxzyj9X-h8ATQzzZ7dJKSF8HI7/w640-h402/Plano%201736%20-%20BLOG.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: large;"><span> </span><span> </span><span> <span> </span></span>Los conventos de Quesada en 1736</span></span></div><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>1 Claustro</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>2 Torre del Reloj</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>3 Campanario</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>4 Iglesia de San Juan Evangelista</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>5 Refectorio, cocina, sacristía</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>6 Callejón que dividía los conventos</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>7 Convento de monjas de Nª Sª de los Remedios</div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span></span>8 Iglesia de Santa Catalina</div></span></td></tr></tbody></table><p></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Hubo
en Quesada dos conventos, uno de frailes y otro de monjas, ambos de la Orden de
Predicadores, es decir, dominicos. Del convento de frailes, titulado de San
Juan Evangelista, ha quedado memoria incluso fotográfica, pues no fue derribado
hasta finales de los años cuarenta del pasado siglo. Del convento de dominicas
de Nuestra Señora de los Remedios, desaparecido mucho antes, apenas queda más
recuerdo que la calle conocida como Callejón de las Monjas. Como ocurre en
otros casos del patrimonio urbano perdido, solo es posible reconstruir su
ubicación y estructura partiendo de los datos aportados por los documentos que
se refieren a ellos para después, en una especie de arqueología de callejero,
situarlos en el actual plano del pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">1.-
Los dos conventos de Quesada<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
convento de San Juan se fundó, según Nicolás Navidad que ha estudiado el tema,
por el capitán Juan Negrillo en 1542. El capitán Negrillo participó activamente
en las campañas militares del norte de África tras la conquista de Granada,
destacando en la campaña de Bugía y en el Peñón de Argel.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a> Según el mismo autor es
probable que el convento de las monjas también fuera fundado por el mismo
capitán en torno a esos años. Los dos conventos se instalaron extramuros, en la
entonces zona de expansión que creció tras el final de la guerra de Granada y
el cese de los peligros militares. La ubicación del de los frailes se
correspondía con la actual plaza de la Coronación, y en la manzana entre esta y
el Callejón de las Monjas el de las dominicas. La presencia de los dominicos
tuvo sin duda un impacto grande en el pueblo y su prior gran relieve en la vida
política local. Ya a los pocos años de su fundación, durante la sublevación
morisca de 1568-1571, fray Luis de Prados, superior del convento, fue
comisionado ante las autoridades políticas y militares para defender distintas
peticiones del Ayuntamiento relacionadas con aquella guerra.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn2" name="_ednref2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En
1752 el convento estaba compuesto, según su prior fray Miguel de Atencia, por
ocho frailes sacerdotes y cuatro legos. A su servicio tenían dos fámulos, un
mozo para el campo y un pastor. Se mantenía el convento del fruto de sus
tierras, en su mayoría arrendadas y repartidas por casi todo el término. Las
rentas anuales ascendían a algo más de 25.000 reales. En estas rentas estaban
incluidos los réditos de censos a su favor (préstamos) y limosnas de memorias
(cargas que los finados dejaban sobre alguna de sus propiedades para que los
herederos destinasen una cantidad a misas y sufragios). Estos 25.000 reales
permitían a los frailes una existencia acomodada, sobre todo porque estaban
exentos de tributos y contribuciones. Pero tampoco era una cantidad exorbitante
pues por ejemplo, el tendero y vendedor de aguardiente Francisco Candial, con
establecimiento en la calle Nueva, conseguía anualmente 4.000 reales. Por su
parte el vecino más rico del pueblo, don Atanasio de Alcalá, se embolsaba más
de 50.000 rr.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn3" name="_ednref3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">No era
un convento especialmente rico, en nada comparable a los grandes conventos de
Úbeda o Baeza. Tanto es así que cuando en 1810 debieron ceder, como todos los vecinos,
la mitad de los objetos de plata que poseían para financiar la guerra contra
Napoleón, entregaron “un copón mediano y otro más chico, como una taza, dos
cálices con sus patenas y cucharas y una lámpara con las cenas falsas”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn4" name="_ednref4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a> Aunque seguramente escondieron
parte del inventario, como todos los vecinos, no parece gran cosa. Seguramente
a causa de esa cierta precariedad, cuando en 1835 de decretó la supresión de
los conventos que tuviesen menos doce frailes profesos, el de San Juan Bautista
de Quesada fue uno de los afectados. Los frailes se trasladaron a otros
conventos de la orden y sus propiedades pasaron a formar parte de los Bienes
Nacionales para amortizar deuda pública. Quedó vacío y sin uso el gran caserón,
aunque su iglesia continuó abierta pero dependiendo como ayuda de la parroquia.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn5" name="_ednref5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></a> Muy poco después, mientras
las partidas carlistas de Don Basilio y Tallada acosaban el pueblo, en 1838, la Junta de enajenación
de conventos cedió al Ayuntamiento el piso alto del claustro para la
instalación de las escuelas públicas. En 1843 se autorizó a que en las partes
bajas de dicho claustro se instalasen las paneras (silos de cereal) del Pósito.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En este
conjunto de edificaciones que formaban el antiguo convento había dos elementos
singulares: la torre de la esquina suroeste del claustro y un salón en la
planta baja del claustro, dando a la Cuesta de San Juan, que tuvo diferentes
usos. La torre, que hoy estaría casi sobre la carretera, frente a la Explanada,
era conocida como Torre del Reloj pues en ella se instaló el reloj público
hacia mediados de siglo. Este reloj era el único medio que tenía los vecinos que no poseyesen uno propio de
saber la hora en la que vivían. En el extremo de la torre se hizo una pequeña
terraza con un templete, en el que se puso una campana que marcara las
horas. El reloj público estuvo en la torre hasta que fue demolida en 1949,
trasladándose entonces a la fachada del Ayuntamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
pequeño salón de la parte baja del claustro tuvo distintos usos. En un
principio fue destinado a local municipal para reuniones. Allí se celebró la
asamblea de vecinos convocada en 1869 para debatir y proponer alternativas al
sistema tradicional de leva de soldados conocido como </span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">la "Contribución de Sangre".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn6" name="_ednref6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></a> Durante la I República se
cedió al maestro don Antonio Redondo para que instalase en él un colegio de
segunda enseñanza, proyecto fallido tras el cual el salón comenzó a usarse como
teatro. En 1900 se arrendó a la Sociedad Lírico-dramática La Lira, de la que
pocas noticias quedan, y en 1909
salió a subasta, quedando en manos de Manuel Marín, que lo usó como local de
espectáculos. En él se proyectaron las primeras películas en Quesada. Mantuvo
este uso hasta que a principios de los años 20 se inauguró el cine-teatro
Chueca, en el actual número 12 de la Plaza. Tras perder esta utilidad, en 1922
fue cedido a la empresa de transporte que realizaba el servicio con la estación
de Los Propios, de Manuel Marín, que lo utilizó como garaje. En 1928 el
Ayuntamiento le exigió que desalojara el local, lo que no se llevó a cabo hasta
1931 por el primer ayuntamiento republicano. Se adecentó y fue usado desde
entonces como lo que llamaríamos hoy local de usos múltiples, es decir, para cualquier
necesidad municipal, incluida la de colegio electoral.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXy2Jfva7l24ppT9GVu-XNsZYiENG5tBZC4wFIOdBZp86l-95VQqD14Wjp66OPIPdkFSTRh5pt0t26I_8ahAmYSgkOgfklNJ4epRsWyYS-4obJ0VKXvpp8lbC8_oI0vDAtoo0AqxMj-LBncLfLvyTPJG8znMQx9jE5ujolz5uKDwvVOi24PfHowK7fk8FW/s1292/ACarriazo146_0011-00010.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black;"><img border="0" data-original-height="950" data-original-width="1292" height="294" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXy2Jfva7l24ppT9GVu-XNsZYiENG5tBZC4wFIOdBZp86l-95VQqD14Wjp66OPIPdkFSTRh5pt0t26I_8ahAmYSgkOgfklNJ4epRsWyYS-4obJ0VKXvpp8lbC8_oI0vDAtoo0AqxMj-LBncLfLvyTPJG8znMQx9jE5ujolz5uKDwvVOi24PfHowK7fk8FW/w400-h294/ACarriazo146_0011-00010.jpeg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Fotografía de Juan de Mata Carriazo hacia 1929-1930<br />Fondo Carriazo. Universidad de Sevilla</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Como
antes se dijo, el primer uso del edificio tras la exclaustración de los
frailes, fue el de escuelas. Se instalaron tres en las galerías de la primera
planta del claustro. Siempre estuvieron en mal estado por estar en un caserón
viejo, bastante insalubre y de
complicado y caro mantenimiento. Ya en 1890 el maestro (y pintor) Isidoro Bello
denunció su mal estado,
especialmente el de la escuela que pegaba a la torre del reloj. En 1894 se
clausuraron temporalmente por el estado ruinoso de las escaleras. En varias
ocasiones se volvieron a cerrar por constituir, especialmente los
retretes, un foco infeccioso. En 1936 el inspector provincial de 1ª Enseñanza amenazó al Ayuntamiento con
su cierre por el pésimo estado que presentaban. Estas escuelas estuvieron en
uso al menos hasta 1945. Desde las ventanas de la escuela que daban al sur
pintó Zabaleta algunas de sus vistas del Jardín. También, en 1928, desde estas
ventanas hizo Juan de Mata Carriazo una preciosa foto del Jardín nevado que
años después llevó al lienzo Zabaleta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
mercado de Quesada se montaba históricamente en la Plaza, por no remontarnos
tiempos medievales en que se hacía en la Plaza Vieja o de la Lonja. Cuando en
1878 se construyó el jardín, que entonces llamaron paseo, nivelando el suelo y
plantando árboles, se planteó el serio problema de que las mercancías se tenían
que pregonar y vender por las calles, lo que originaba todo tipo de problemas y
molestias. En 1883 se habló de instalar el mercado en la plaza que resultaría
del derribo de la iglesia de Madre de Dios de la Soledad y su cementerio anejo
(sin uso desde 1855).<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn7" name="_ednref7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></a> La idea no cuajó y se
puso la vista en el claustro del convento, donde estaban las paneras del Pósito, que ya tenían poco uso
porque este hacía cada vez menos préstamos en grano y más operaciones en efectivo.
Hubo un primer intento de usar el claustro como mercado en agosto de
1873, y fue a propuesta del concejal Manuel Antonio de Alcalá (hermano de Ángel
Alcalá Menezo). Lo impidió la ambigüedad de su propiedad (del Estado o del
Ayuntamiento), algo difícil de aclarar en tiempos tan tumultuosos. Pero
finalmente fue en el claustro del convento donde se instaló la plaza de abastos
y allí se mantuvo hasta los años cuarenta del siglo pasado. Situado en medio
del pueblo, la plaza de abastos se constituyó rápidamente en uno de los centros
de la vida local. En su recinto se dieron también grandes mítines políticos,
como el organizado por la CNT el 11 de noviembre de 1932 y que protagonizó el
famoso anarquista Mauro Bajatierra.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn8" name="_ednref8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Cuando
se clausuró el convento la iglesia siguió abierta, usándose como ayuda de
parroquia. Tenía una sola nave con pequeñas capillas en sus laterales y con el
altar mayor situado aproximadamente sobre el que luego fue primitivo museo
Zabaleta. En el pie de la nave, dando con el claustro, había un pequeño
campanario. La entrada a la iglesia para los fieles estaba más o menos frente
al actual bar Capri. Estuvo en uso hasta finales de los años veinte, cuando se
abandonó por amenaza de inminente ruina. Hacia 1930 ya había perdido el techo y
estaba reducida a cuatro paredes y al campanario. Se convirtió en una especie
de escombrera, solo usada por los zagales para jugar al fútbol con pelotas de trapo. En varias ocasiones los
vecinos se quejaron de su estado y exigieron al Ayuntamiento que la saneara.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn9" name="_ednref9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></a> La demolición completa de
las ruinas no se produjo hasta 1946.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Sobre
el antiguo museo había unas viejas casas muy deterioradas que habían
pertenecido al convento y que ahora eran de propiedad municipal. Ya en 1878 se
intentaron vender, lo que no se consiguió por la oposición del gobernador. Se
instaló allí una de las escuelas de niñas, que se mantuvo hasta bien entrado el
siglo XX. El solar de estas casas se intentó aprovechar varias veces para que
el Estado construyese nuevas escuelas. Sobre este y sobre el solar de la
iglesia se llegó a aprobar un proyecto de grupo escolar y viviendas de maestros,
que no llegó a ejecutarse por el estallido de la guerra civil.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn10" name="_ednref10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En 1949 se derribaron el claustro, las escuelas
y la plaza de abastos, con lo cual quedó completamente expedito el espacio en
el que se construyó el jardinillo de la Plaza de la Coronación y más
tarde el primitivo Museo Zabaleta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdelMo3vxlbxg6dNC3HnjhAOUD6G6ib3IXZ4qC7QSfTfXMWhuaqdeV_O6HM7dltqSFyF_Ji8ZN4znIVZn_wBXv-65hWzj6lAD-X3MZ6_gnu73Hc7wBj-vk_Lci_mDWyWSD_B_sM0Sh2mI4-Mh9BLAjs7polwb1dlDeU7i1HwIvi7vaNH_STJZV6wknrWDW/s3649/20221105_0934581.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black;"><img border="0" data-original-height="2204" data-original-width="3649" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdelMo3vxlbxg6dNC3HnjhAOUD6G6ib3IXZ4qC7QSfTfXMWhuaqdeV_O6HM7dltqSFyF_Ji8ZN4znIVZn_wBXv-65hWzj6lAD-X3MZ6_gnu73Hc7wBj-vk_Lci_mDWyWSD_B_sM0Sh2mI4-Mh9BLAjs7polwb1dlDeU7i1HwIvi7vaNH_STJZV6wknrWDW/w400-h241/20221105_0934581.jpg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Interior de la iglesia del convento de San Juan. 1925<br />La foto corresponde a la boda de Tomás Malo Marín y <br />Carmen Carriazo Arroquia. La hizo seguramente su hermano <br />Juan de Mata.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Del
convento de las monjas dominicas de Nª Sª de los Remedios hay mucha menos
información porque desapareció hace más de doscientos años. Como antes se dijo
citando a Nicolás Navidad, probablemente se fundó por el capitán Negrillo a
mediados del siglo XVI. En 1752 esta comunidad era más numerosa que la de los
frailes y estaba compuesta por trece monjas de velo negro y otras siete de velo
blanco (asistentes). Contaban con un criado para la cosa del campo y un pastor.
Algunas de las monjas pertenecían a las familias de más abolengo del pueblo,
como la propia priora sor Leonor Amador, su hermana Mauricia, Dª Isabel Marcela
de Bedoya o Dª Ana Serrano. El convento disfrutaba de unas rentas anuales de
unos 15.000 reales procedentes de sus tierras y de los intereses de censos a su
favor. Pero además, las monjas mantenían capital propio procedente de la dote
con la ingresaban. Había mucha diferencia entre unas y otras, pero algunas disfrutaban de un patrimonio bastante
holgado, como la propia priora, que disfrutaba una renta de 3.000 reales
anuales.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn11" name="_ednref11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
convento tenía aneja una pequeña iglesia o ermita dedicada a Santa Catalina,
Santa Catalina de Siena, mística dominica con gran predicamento en la orden.
Estaba situada en la esquina del convento que da a la plazuela que aún hoy
lleva su nombre. Tenía esta iglesia una pequeña dotación de bienes para el
mantenimiento de su fábrica. En 1752 estos bienes rentaban 450 reales anuales y
los administraba D. Bernabé Morata, teniente de cura de la parroquia de Tíscar
y su santuario (que no vivía en Tíscar,
sino en esa plaza de Santa Catalina).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">La situación del convento no debía ser muy
boyante ya por estos años y además se habían producido algunos escándalos que
obligaron a intervenir a la Inquisición de Córdoba. Entre ellos, la implicación</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> de
varias monjas en el proceso por solicitación (proposiciones carnales
aprovechando la intimidad de la confesión) que sufrió fray Martín Troyano,
confesor de las monjas, que mantuvo chanzas y conductas indecorosas con varias
de ellas en el locutorio.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn12" name="_ednref12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></a> También tuvo que
intervenir la Inquisición por la denuncia de prácticas supersticiosas y
curanderismo de dos de ellas, sor Julia Serrano y sor Felipa de Lara.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn13" name="_ednref13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></a> Por todo esto la orden
dominica renunció al convento,
que en 1761 pasó a depender de la jurisdicción eclesiástica ordinaria, es
decir, el Arzobispado de Toledo por vía del vicario de Cazorla. Poco
aguantó el arzobispo a las hermanas y en 1786 consiguió licencia de Carlos III
para su clausura definitiva.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Las
monjas dominicas fueron trasladadas al convento de religiosas agustinas de
Cazorla. Con ellas y para su manutención iban los bienes de la comunidad,
tierras, casas y censos. Esto dio origen a un largo pleito sobre su propiedad
entre el Ayuntamiento de Quesada y las agustinas de Cazorla, una vez que a
principios del siglo XIX habían muerto todas las monjas procedentes del
convento de dominicas. Fue un pleito largo y complicado, directamente afectado
por las vicisitudes del momento: invasión francesa, Constitución de Cádiz,
vuelta del absolutismo… Explicado aquí alargaría demasiado la narración y
merece la pena dedicarle más tiempo en mejor ocasión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">2.- El
expediente y pleito por el callejón de los conventos<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Como
ya se ha dicho, el convento de frailes ocupaba el espacio de la actual Plaza de
la Coronación y museo viejo. Entre ambos había un pequeño callejón muy estrecho,
de unos dos metros (poco más de dos varas), al que daban las tapias del
convento de monjas y las ventanas de las dependencias de los frailes. Era un
paso inmundo y solitario, apropiado para toda clase de excesos y torpezas,
entre las que no eran menores las escatológicas que podemos imaginar. Esta
situación originaba a los frailes grandes inconvenientes. No así a las monjas,
pues su convento solo daba al callejón por tapias sin puertas ni ventanas. Las
iniciativas que tomaron los dominicos dejaron un abundante testimonio escrito
que sirve, además de para conocer su historia, para aclarar la disposición de
los conventos sobre el espacio urbano. Este callejón del que hablamos se
corresponde con el lateral izquierdo de la plaza de la Coronación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En el
cabildo del día 5 de enero de 1736 se tuvo conocimiento de un memorial
presentado por el prior del convento de San Juan al Ayuntamiento. Solicitaban
los frailes que se les cediese “la calle sucia que media y divide el convento
suplicante del de sus religiosas”. Alegaban en su favor que lo excusado y
estrecho del callejón, donde no había vecindario, facilitaba la comisión de
torpezas y era “fermento de algunos escándalos” que atentaban contra el Bien
Cristiano. Atentaba también contra el “bien político”, pues estando tan
próximo a la Plaza se había convertido en un depósito de inmundicias. Las
ventanas de la sacristía, refectorio y cocina daban a este callejón y
cuando se abrían se introducía un “intolerable hedor”. Para solucionar el
problema pidieron que se les cediese el callejón para poder tapiar sus extremos
e impedir el acceso y paso por el mismo. Eran estos extremos por un lado la
cuesta de San Juan y por el otro la esquina de la iglesia de las monjas, Santa
Catalina. No se perjudicaría con ello
el bien público, pues a causa de sus lamentables características no se
utilizaba para el tránsito común. Añadían los frailes que, si se les concedía
este cierre, les fuese permitido coger piedras de la muralla para construir las
tapias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
Ayuntamiento, presidido por el entonces corregidor don Miguel Jacinto de Rueda,
acogió como ciertos los argumentos de los frailes, pues el callejón “no es de
uso a la república por lo trasmano y excusado del comercio y antes sí solo
sirve de perjuicio para la salud pública”. Se acordó ceder a perpetuidad su
propiedad al convento de San Juan para que lo cerrase y tapiase. Se conseguiría
además de esta suerte que “quede la calle y plazuela de Santa Catalina en
perfección cuadrada para la hermosura y aseo de la república y que de esta
suerte se eviten los inconvenientes que quedan expuestos de inmundicias en el
centro de la república y ofensas de Dios”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_edn14" name="_ednref14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></a> Respecto a las piedras
de la muralla, se les dio
permiso para usar “la piedra que se haya rodada de la muralla en las
cuestas, sin que en ningún caso se use ni toque a la piedra sita en las
murallas que se hallan en pie”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Como
antes se dijo, la orden dominica renunció al convento de las monjas, que quedó en manos del
Arzobispado de Toledo. Para obtener alguna utilidad de él, pensando ya en
derribarlo y construir casas para alquilar, el arzobispo ordenó al
vicario, marzo de 1762, que procediese inmediatamente a la apertura del
callejón. Los frailes comprendieron lo que se les venía encima. Un convento de
pueblo poco podía hacer frente al inmenso poder de la Sede Primada. La solución
estaba en involucrar al Ayuntamiento, que estaba sujeto a la jurisdicción real
y no a la eclesiástica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El 23
de enero de 1763 se presentó en el cabildo el muy reverendo padre fray Ángel de
Lucena, prior del convento de San Juan Evangelista. Informó el prior de la
intención del vicario del arzobispo de abrir el callejón. Dijo fray Ángel que
esta decisión no correspondía a la jurisdicción eclesiástica sino a la Real
Justicia, que administraba en nombre de S.M. el Ayuntamiento. Por eso y para
evitar la intromisión del vicario del arzobispo propuso devolver al pueblo la
propiedad del callejón que le había sido cedida en 1736. De esta manera volvería
a ser una vía pública y su apertura o cierre de competencia exclusiva del
Ayuntamiento. El cabildo aceptó sin reservas el ofrecimiento y así se aprobó.
Pocos años después, en 1779, se reforzaron las tapias que cerraban el callejón
por ambos extremos y se escribió en ellas la siguiente frase: “este callejón se ha tapado por providencia de buen
gobierno año de 1779”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En
1786 se clausuró definitivamente el convento de Nª Sª de los Remedios y sus
monjas fueron trasladadas al de las agustinas de Cazorla. De inmediato las
agustinas por mano de Luis Rodríguez, su representante en Quesada, procedieron
a la demolición del convento, construyendo en su lugar “casas proporcionadas y
habitables” a fin de obtener una renta con su alquiler. Tres de las nuevas
casas tenían sus puertas dando al callejón y mientras este no se abriese no se
podrían habitar. Por eso, el 27 de junio de 1787, se presentó por el
representante de las agustinas de Cazorla un escrito al Ayuntamiento
solicitando la inmediata apertura del callejón. Nada más tener noticia, el
convento de San Juan contestó con otro escrito firmado por el entonces prior,
fray Pedro de Duero y dos frailes, fray Juan González y fray Francisco
Montesinos. En este escrito recordaban las graves causas que originaron el
cierre del callejón y los perjuicios que
se seguirían de su reapertura. La sacristía, refectorio cocina y despensa daban
al callejón y eran de una sola
planta, por lo que no se podían elevar sus ventanas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pocos</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> días después, 30 de junio, se
reunió el cabildo para tratar este expediente. El Ayuntamiento no podía
oponerse a que las agustinas edificaran en suelo propio, pero por otra parte eran conscientes de los
perjuicios de la completa apertura del callejón. Por ello adoptaron una
solución que coincidía con la propuesta que habían hecho los frailes. De
un lado concedió “libertad y permiso para
que se haga la apertura del callejón que se expresa por la parte que tiene y da
salida a la plazuela de Santa Catalina de esta población para que por el
referido sitio tengan comercio los vecinos que hayan de transitar las casas
nuevamente construidas”. De otro acordó
que desde la puerta de la tercera y última casa construida por las agustinas,
el callejón siguiese cerrado hasta “el extremo que sale a la cuesta de San
Juan”, quedando para uso y desahogo de los frailes. De esta manera las
agustinas podrían alquilar las casas pero el callejón solo se utilizaría por
sus vecinos y no volvería a ser lugar de paso, escándalo y desahogo de vientres
y vejigas. Como inmediatamente veremos, esta disposición se mantuvo al menos
hasta mediados del siglo XIX.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgo863cNq2FSBGkwJZGAw9SgoYNU85zgpYLdiQhm1joMtGAU4K-kq5FJZPPEporxC1oyFj_qaMDI59DQbez-CA4H29QTo3ZExlcT3G8it6AdEU-4mrYWPhyMRIsMlcI-T6iiflXGd2K7IdquCPmm3gGaXnXxY6-bvA-qZ2Qgrw_hrVQSmmBE1UT7cxAz3qr/s1426/Plano%201787.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="896" data-original-width="1426" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgo863cNq2FSBGkwJZGAw9SgoYNU85zgpYLdiQhm1joMtGAU4K-kq5FJZPPEporxC1oyFj_qaMDI59DQbez-CA4H29QTo3ZExlcT3G8it6AdEU-4mrYWPhyMRIsMlcI-T6iiflXGd2K7IdquCPmm3gGaXnXxY6-bvA-qZ2Qgrw_hrVQSmmBE1UT7cxAz3qr/w400-h251/Plano%201787.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">El callejón tras el acuerdo del Ayuntamiento de 1787</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><b style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">3.- Los conventos sobre el plano del pueblo</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Como antes se dijo, en 1949 se derribó la torre del reloj
y el claustro del convento, utilizado como plaza de abastos y escuelas. El
aspecto de esta zona central del pueblo cambió para siempre siendo, con algunas
reformas, el que hoy conocemos. Existen
unas cuantas fotografías del edificio que permiten conocer su aspecto exterior.
En el Fondo Carriazo de la Universidad de Sevilla se conserva una fotografía
hecha desde la Explanada una mañana de ferias. Su fecha debe ser 1930 o algún
año inmediato anterior (la bandera de los puestos tiene la banda central doble
de ancha que las exteriores, es decir, no es la republicana). En el centro
destaca la torre del reloj con una placa en la parte baja con el nombre de la plaza, entonces General Serrano
Bedoya. A la izquierda de la fachada que daba a la Cuesta de San Juan se ve un
portón por el que se accedía al local que fue teatro. A la derecha de la torre aparece
el otro portón por el que se accedía a la plaza de abastos, y encima las
ventanas de una de las escuelas. Un poco más a la derecha, el campanario de la
iglesia y a continuación la iglesia, que ya está en ruinas. Solo permanece en
pie el fondo de la nave, sobre el altar mayor. También se aprecia la
puerta de entrada, que daba a la entonces llamada calle de San Juan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">No hay ningún plano del
edificio donde aparezca su distribución interior, que hay que deducir de las
fotografías, de las cortas alusiones en los documentos y de las pocas</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"> noticias transmitidas por las personas que lo conocieron. Sin embargo, y muy
curiosamente, sí hay una fotografía aérea. Pertenece a la serie A del llamado
Vuelo Americano. A finales de la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos,
exultante vencedor, se dedicó a cartografiar y fotografiar casi toda Europa,
evidentemente con fines de control militar. La fotografía de Quesada es de
mediados de 1946, cuando todavía no se había derribado el claustro. La
fotografía es analógica y de escasa resolución, pero sirve para ver lo que
quedaba del edificio. Se observa con toda claridad el claustro, y se distinguen
(mal) la dos torres, la del reloj y la del campanario. Alineado con el lateral
derecho de Coronación, el solar de la iglesia en el que aún se distingue el
paredón, todavía en pie, que separaba la nave de la iglesia de las dependencias
que daban al famoso callejón (sacristía, refectorio cocina), de las que parece
no quedar nada, apenas el solar. En el extremo que más tarde ocupó el museo hay
otro solar que en su día se correspondería con otras dependencias del convento
(corrales, cuadras…). En este solar es donde se construyó una casa que servía
de escuela de niñas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8LAuDJROxau7k1a983CoHkIb0_XSmHqsWAAxSPf1jD4JZ0cqKWZQw1PskIiaThL9F6TQSfPatxNNaAYFE5hGuE7nxINR6I9buxmuvopoZeqZehCL_ErLmXuQ4QrtrxnsyFDnrAqI8xLr6l97B86ONqtlEYicPkHJwByVQRTtKlR6mo7LiIhRU05fVCHAn/s987/Plaza%201946.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="747" data-original-width="987" height="303" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8LAuDJROxau7k1a983CoHkIb0_XSmHqsWAAxSPf1jD4JZ0cqKWZQw1PskIiaThL9F6TQSfPatxNNaAYFE5hGuE7nxINR6I9buxmuvopoZeqZehCL_ErLmXuQ4QrtrxnsyFDnrAqI8xLr6l97B86ONqtlEYicPkHJwByVQRTtKlR6mo7LiIhRU05fVCHAn/w400-h303/Plaza%201946.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">"Vuelo Americano" de 1946 en el que se aprecia el claustro <br />y los restos de la iglesia del convento</td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">El plano más antiguo de Quesada del que hay conocimiento
es el levantado por Coello a mediados del siglo XIX para el apéndice
cartográfico del Diccionario Geográfico y Estadístico de Madoz. Su fecha, que
no consta en él, es de 1850 aproximadamente. A pesar de lo avanzado que fue
Coello para su época, el plano no guarda una fidelidad estricta a las
proporciones y dimensiones, aunque resulta bastante aproximado. Sirve desde
luego para comprobar la posición de los distintos elementos urbanos. En el
plano está dibujada la iglesia del convento y marcada la manzana con el número
2 de las entradas explicativas. Dice literalmente esta: “exconvento de
dominicos de San Juan Evangelista, ayuda de parroquia, teatro y escuela pública
de niños”. Todavía no hay referencia al mercado que, como se ha visto, se
instaló allí en las últimas décadas del siglo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;">Si se observa detalladamente el plano, se ve cómo el callejón a que nos venimos
refiriendo está cerrado en su extremo de la Cuesta de San Juan. Sin embargo,
por la parte de Santa Catalina existe una calle sin salida de escaso recorrido.
Se corresponde esta disposición con el acuerdo salomónico que tomó el
Ayuntamiento en 1787: abrir una parte del callejón para permitir la entrada a
las casas construidas por las agustinas y dejar cerrado el resto para beneficio
del convento de dominicos. Esta situación se mantuvo, a juzgar por este
plano, al menos hasta mediados del siglo XIX.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV_qaIlQv4IwjzB8mzXqF1sE3CuQvhyt44unXswEZstI3ooA-6zBuPQk6Ipf4VwO6grUcgiNvYgl4AV_dmf4vyEDG9bbsXB99PyL1uOha5AY5PzEnUJtE0nqQiXvVuMqk_fCrkm8z5fMdTZfmHAUHramf_IzbZSOjOWx4fWzOAYhJKxhi_FTMe1osVRNaq/s566/Quesada%20Coello,%20buena%20resoluci%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="566" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV_qaIlQv4IwjzB8mzXqF1sE3CuQvhyt44unXswEZstI3ooA-6zBuPQk6Ipf4VwO6grUcgiNvYgl4AV_dmf4vyEDG9bbsXB99PyL1uOha5AY5PzEnUJtE0nqQiXvVuMqk_fCrkm8z5fMdTZfmHAUHramf_IzbZSOjOWx4fWzOAYhJKxhi_FTMe1osVRNaq/w400-h263/Quesada%20Coello,%20buena%20resoluci%C3%B3n.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Detalle del plano de Coello, hacia 1850.</span></td></tr></tbody></table></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-font-kerning: 0pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
siguiente plano conocido de Quesada es el levantado por el Instituto Geográfico
y Estadístico en 1896. En él aparece el callejón completamente abierto, con el
nombre de Calle de las Escuelas, pues el acceso a estas estaba, desde que se
instaló en el claustro la plaza de abastos, en una puerta lateral que daba a
esa calle. Ni en este ni en el anterior hay rastro alguno del convento de las
monjas, pues ya se ha visto que hace más de doscientos años que se derribó y transformó en viviendas. En un
primer momento se edificaron tres casas en el callejón y seguramente también
otras más que daban a las calles que rodean la manzana y que en el expediente
del pleito no se citan por no estar afectado su acceso por el cierre del callejón.
Cuando en 1813 el administrador de Bienes Nacionales hizo inventario de
los procedentes de las dominicas relaciona “como unas 20 viviendas en el
convento”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4YsMpg7YA5QwY8NUU4QqOOPhDCeMEuB9zZeZd2ol6uYLhs-ZUm3PomholjuBnznOqLMXBi_EBsLSlaJ7SlYAGdEM2V9JVn5btNuuS98wDtxF3IjhSRGw3SVU4v5MAkqg37HsukNrz_9n2qRSyldOlU7idUaod34y99cOzDQyeEqNssZLZKQBNQIMBKwxa/s811/1896.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="611" data-original-width="811" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4YsMpg7YA5QwY8NUU4QqOOPhDCeMEuB9zZeZd2ol6uYLhs-ZUm3PomholjuBnznOqLMXBi_EBsLSlaJ7SlYAGdEM2V9JVn5btNuuS98wDtxF3IjhSRGw3SVU4v5MAkqg37HsukNrz_9n2qRSyldOlU7idUaod34y99cOzDQyeEqNssZLZKQBNQIMBKwxa/w400-h301/1896.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Detalle del plano del Instituto Geográgico, 1896.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
convento de las dominicas ya era cosa antigua y casi olvidada para los quesadeños
del siglo XIX. Apenas quedaba el nombre de la plaza de Santa Catalina, que aún
permanece. El de los frailes permaneció en pie hasta hace no demasiadas
décadas. Su estampa, la de la torre del reloj dominando el espacio de la Plaza, forma parte de los recuerdos
de los vecinos y vecinas de más edad. Uno de ellos era mi padre, a quien hace
tiempo convencí para que escribiera sus recuerdos a modo de “gimnasia mental”.
Se crió en una casa de la entonces calle del Convento o de San Juan y en
su infancia jugó entre las ruinas del antiguo convento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt;">Según
recordaba, en el patio
porticado, el claustro, estaba la plaza de abastos como ya sabemos. Encima había
tres escuelas. La que daba a la Explanada y carretera era la de D. Rafael
Torres, en la que él aprendió a leer y escribir. La que daba a la calle de las
Escuelas, de D. Hilario Montiel y la tercera, dando al jardín, la de D. Ángel
Cobos. La otra galería servía de pasillo. A continuación estaba el
campanario de la antigua iglesia,</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;"> “que se conservaba bastante
bien, solo faltaba la puerta de entrada; aunque parece que se tocaran las
campanas desde abajo, por no existir ningún resto de escaleras y ser muy
estrecha”. A continuación, frente al bar Capri, “la puerta de entrada en forma
de arco y con tres escalinatas de piedra que sobresalían algo en la calle”.
Esta pared a la calle de San Juan estaba en pie, pero el tejado estaba hundido,
“hecho ripios y tierra en el suelo”. La
pared que separaba la iglesia de las dependencias de sacristía, refectorio y
cocina (que él confunde con una
segunda nave) también estaba en pie y tenía arcos y hornacinas. Entre este
paredón y “el callejón de las mierdas” (sic.) quedaba solo un solar, pero
recuerda que “había al principio una casa de una planta que la habitaba el
Ollero, que hacía churros; supongo que sería, en tiempos, la casa del sacristán
o algo así“. No era la casa del sacristán, sino como ya sabemos las
dependencias citadas. También recordaba que el final de la nave de la
iglesia, la que mira a la sierra, tenía en pie parte de la construcción y que a
continuación estaba un solar vacío donde se amontonaban palos, que decían era
para postes de la luz y del recién introducido teléfono.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">Añade finalmente una curiosidad deportiva: “Los partidos de fútbol entonces
eran en las ruinas de la iglesia del convento, con pelota de trapo y cobro de
la entrada a perra gorda; los equipos eran el Andaluz, que capitaneaba Felipe
Carrasco, y el Invencible, que capitaneaba yo”. No me he resistido a reproducir
el nombre corriente del callejón, de las mierdas, que por entonces se llamaba oficialmente
de las Escuelas o calle Numancia. Muestra este nombre popular el auténtico
problema que tenían los frailes con aquel espacio. Las torpezas, ofensas y
escándalos a los que se referían los priores no debían ser de origen carnal (en
el sentido sexual), cosa entonces improbable, sino más bien referentes a alguna pelea y sobre todo a las
evacuaciones al amparo de la soledad y estrechez del lugar. De ahí el insoportable
hedor cuando abrían las ventanas. Pero hubiera sido inapropiado que los
reverendos padres llegaran a estos detalles escatológicos en sus escritos al
Ilustre Ayuntamiento. Aunque todos sabían de lo que hablaban.<o:p></o:p></span></p>
<div><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref1" name="_edn1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Nicolás Navidad
Jiménez. <i>Juan Negrillo, un capitán quesadeño del siglo XVI</i>. En <i>Revista
de Ferias 2022.<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref2" name="_edn2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[2]</span></span></span></span></a> <span style="font-family: Arial, sans-serif;">Juan de Mata Carriazo Arroquia. </span><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">La
guerra de los moriscos vista desde una plaza fronteriza (Extractos de las actas
capitulares de Quesada).</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> En </span><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt;">REVISTA DE ESTUDIOS DE LA VIDA LOCAL . AÑO VI mayo-junio. 1947. núm. 33.</span></i></p></div>
<div id="edn3">
<p class="ng-scope" style="margin: 0cm;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref3" name="_edn3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Catastro de Ensenada. <span style="color: #333331;">Volumen 7886 - Memoriales de eclesiásticos. AHP Jaén.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref4" name="_edn4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[4]</span></span></span></span></a> <span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;">AHN.
DIVERSOS-COLECCIONES,111,N.27</span></p></div><div id="edn4">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref5" name="_edn5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[5]</span></span></span></span></a> <i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Gaceta</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> de 29 de abril de 1835</span></p></div><div id="edn5">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref6" name="_edn6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[6]</span></span></span></span></a> <span style="font-family: Arial, sans-serif;">Pleno municipal de 18 de abril de
1869</span></p></div><div id="edn6">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref7" name="_edn7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[7]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> Pleno municipal de 4
de noviembre de 1883</span></p></div><div id="edn7">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref8" name="_edn8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[8]</span></span></span></span></a> <i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">La Tierra</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> 11 de noviembre de
1932</span></p></div><div id="edn8">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref9" name="_edn9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[9]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> Pleno municipal de 20
de julio de 1935</span></p></div><div id="edn9">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref10" name="_edn10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[10]</span></span></span></span></a> <i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">Gaceta de la República</span></i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> de 11 de julio de 1936</span></p></div><div id="edn10">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref11" name="_edn11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[11]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> Ensenada, Óp. cit.</span></p></div><div id="edn11">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref12" name="_edn12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[12]</span></span></span></span></a> <span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;">AHN.INQUISICIÓN,3723,Exp.24</span></p></div><div id="edn12">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"> </span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref13" name="_edn13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[13]</span></span></span></span></a> <a name="_Hlk141632989"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;">AHN.INQUISICIÓN,3734,Exp.9</span></a></p></div><div id="edn13">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-07-26/Quesada%2022-12-15/Articulos/Callej%C3%B3n%20de%20los%20conventos/LOS%20CONVENTOS%20DE%20QUESADA%20Y%20EL%20CALLEJ%C3%93N%20QUE%20LOS%20SEPARABA.docx#_ednref14" name="_edn14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 11.0pt;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 11pt; line-height: 107%;">[14]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt;"> Hay que advertir aquí
que el uso del término república, en su sentido etimológico de “cosa pública”,
era bastante común y no tenía las connotaciones que más tarde le añadió la
Revolución Francesa.</span></p></div>
</div></div><p></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-14060160581170809262023-05-18T09:10:00.005-07:002023-06-07T11:12:39.335-07:00EL AYUNTAMIENTO VIEJO DE QUESADA. 1743.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcIFPjxV2Y7AA8DFbGlzt_u4beh-t3ApQ_pBtvWGYly90tFFsUH12AnyL4IA6b2MckaVXCcsDFhDdNJxyMUpe3Ao8JpH2niPtZtXhSZFGeImPAO8MdkxgKW-0BvHzKUnd8q9RIUcoiDry3AWPczxI-tzCB9MMCDd_4DhxCKCeu3sG6bdJRpBDKEZK48g/s2326/ES-18-116_Coleccion%20Fotografias_F-056951%20derecha%20marca.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2154" data-original-width="2326" height="592" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcIFPjxV2Y7AA8DFbGlzt_u4beh-t3ApQ_pBtvWGYly90tFFsUH12AnyL4IA6b2MckaVXCcsDFhDdNJxyMUpe3Ao8JpH2niPtZtXhSZFGeImPAO8MdkxgKW-0BvHzKUnd8q9RIUcoiDry3AWPczxI-tzCB9MMCDd_4DhxCKCeu3sG6bdJRpBDKEZK48g/w640-h592/ES-18-116_Coleccion%20Fotografias_F-056951%20derecha%20marca.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Ayuntamiento viejo en 1919</span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p><br /></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span> </span>Había comenzado el año 1743 y la cofradía del Rosario, que tenía su sede en la iglesia del convento, iba a celebrar la tradicional fiesta que dedicaba a su titular. Consistía en una función pública de “regocijos y fuegos”, música y luminarias, que tenía lugar en la Plaza. Como era costumbre, la Villa (el ayuntamiento) la presidiría desde el balcón de la casa que tenía en ella. Estaba todo dispuesto cuando Jerónimo Sánchez, maestro de alamín (de obras), previno a sus señorías que no lo hicieran “porque la pared principal está amenazando absoluta ruina, y el balcón en la misma forma, por haberse podrido con los temporales”. Tuvo la Villa que rogar a un vecino que les permitiese concurrir desde su balcón.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>La Plaza tenía por entonces un aspecto bastante diferente al que presenta en la actualidad. Por supuesto no tenía árboles, pero tampoco existía el muro que se levantó más de cien años después para nivelar el terreno y construir el jardín. Era un gran espacio de tierra completamente diáfano y con la misma pendiente que hoy conserva el lateral que va desde el rincón hasta la esquina del Marisol. Su función principal era la de mercado, pero también se celebraban allí “todos los actos públicos, así los que ocurren del Real Servicio como cualesquiera otros actos de concurrencia y regocijos”. Es decir, fiestas con motivo de nacimientos y bodas reales, coronaciones, funciones religiosas, etc.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Era costumbre que las autoridades contemplasen y presidiesen estos actos asomados a un balcón. Pero el caso es que el Concejo no tenía en la Plaza ninguna casa, pues entonces celebraba los cabildos en la calle Adentro, en una de propiedad municipal donde solían vivir los corregidores. Por eso, para tener balcón al que asomarse, unos años antes le habían comprado al vecino Tomás Fernández Enríquez “las casas principales que hoy tiene en la plaza pública del mercado de esta villa”. Se limitaron a comprarla y hacerle un balcón de madera al que poder asomarse, único fin de la compra. No hicieron más arreglos porque la situación económica del ayuntamiento era catastrófica. Pero esta vez no se trataba de la tradicional falta de liquidez de todo buen ayuntamiento; el desastre era completo. A causa de antiguas y enormes deudas, adquiridas a principios del siglo XVII, la mayor parte de los bienes de propios se habían subastado judicialmente y adjudicado a los acreedores. Solo le quedaron al Ayuntamiento algunas casas y las tierras precisas para que sus rentas le permitieran un mínimo funcionamiento. Fue precisamente por este embargo por lo que el convento de Santa Cruz de Granada se hizo con una gran dehesa municipal, que era de uso libre y común para los vecinos. Hoy día sigue conservando como finca privada el nombre de dicho convento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Fue grande el disgusto que llevaron los señores del ayuntamiento con este incidente. Tanto que convocaron un pleno el 4 de febrero, el primero que celebraron ese año, cuyo primer y casi único punto del orden del día era debatir y buscar una solución para que no se repitiera semejante chasco. Componían el cabildo de la Villa los siguientes señores:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Don Manuel Antonio de Herrera, regidor perpetuo y primer voto. Vivía este señor en un enorme caserón de la Plaza, de 29 varas de frente y cuarenta de fondo, que hacía esquina con la calle del Agua. Ocupaba los actuales números 15 y 16 de la Plaza. Allí vivía con su mujer, asistido por tres mozas y con 13 mozos sirvientes para el campo, de cuyas rentas vivía. Además de esta, era propietario de otra casa más pequeña que hacía esquina con la calle Nueva (donde antes estuvo la Inspección y ahora unos servicios).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Don Joseph Vela del Olmo, también regidor perpetuo y segundo voto. Como su compañero, era vecino de la Plaza y dueño de la casa donde hoy está el bar Marisol. De familia oriunda de Castejón (Cuenca) y 56 años de edad, estaba casado con Dª Juana Cano Tribaldos y tenía un hijo y cuatro hijas. Como servicio disponía de dos criadas para la casa y tres mozos sirvientes para el campo. Su oficio era escribano del número (notario) y lo era también del concejo (secretario del Ayuntamiento). Pertenecía al estado noble. En este mismo año, el 6 de julio, presentó al cabildo una providencia de la sala de Hijosdalgo de la Chancillería de Granada ordenando que, tras los oportunos trámites, se le recibiese como hidalgo por la Villa. Lo que hoy nos puede parecer un simple adorno vanidoso entonces tenía su importancia; concretamente la de quedar exento de la mayoría de impuestos y repartimientos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Además de estos dos regidores perpetuos, vitalicios, completaban el cabildo dos jurados. Este era un cargo de menor importancia y poder; representaban al común y eran los precedentes de lo que más tarde, con más atribuciones, fueron los síndicos procurador y personero del común. Uno de los jurados era don Antonio Ramírez de la Plaza, casado con Dª Ana Serrano, con la que vivía en la calle Nueva en la casa que hace esquina enfrente de la que mucho después fue de Rafael Zabaleta. Murió un par de años después de estos sucesos. El otro jurado, Don Juan Mejías, estaba casado con Dª Ana de Atencia. Vivía en la calle Corral del Concejo o Toril del Concejo, actual calle del Correo, haciendo esquina con la calle Zabaleta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Sobre todos los anteriores y presidiendo el cabildo estaba el corregidor y “capitán a guerra” don Juan Tamariz y Vargas. Este cargo era de designación real y, simplificando demasiado, una especie de gobernador civil de la localidad. Lo ocupaban forasteros que conseguían el oficio en Madrid y que habitualmente desempeñaban una carrera profesional, pasando de una villa o ciudad a otra según les fuera mejor o peor a ojos de la Corte. Al ser gente forastera y aves de paso, la mayoría de los corregidores dejaron poca huella en el pueblo. Don Juan Tamariz era natural de Sevilla. Según certificado del secretario del claustro de la Insigne e Imperial Universidad de Granada, estudió leyes en ella y se graduó como bachiller en sagrados cánones en marzo de 1724. El documento se conserva en el Archivo General de Indias, por lo que es posible que en su juventud intentara hacer fortuna al otro lado del océano. Pero acabó en Quesada después de ser alcalde mayor de Motril y Loja. En 1748 fue nombrado corregidor de Lorca y poco después alcalde mayor de Toledo y luego de Cádiz. Don Juan vivía, como todos los corregidores, en la casa que tenía el Concejo en la calle Adentro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Viendo quiénes eran los importantes señores que componían el Ayuntamiento se comprende mejor la gravedad de la cosa del balcón. Si asomados a él para presidir la solemne función de la Cofradía del Rosario se hubiera venido abajo y sus ocupantes dado con sus huesos en el suelo, lo de menos hubiera sido que resultaran dañados y heridos, pues no tendría demasiada altura. Lo auténticamente hiriente hubiera sido la desairada situación: los señores del Ayuntamiento cubiertos de polvo y cascotes, levantándose penosamente del suelo a la vista de la muchedumbre que ocupaba la Plaza alrededor de las luminarias, músicas y estandartes. Chicos y grandes, hidalgos y pobres de solemnidad hubieran tenido que contener, o no, las risas. Hay por tanto que comprender que encontrar una solución al problema se convirtiese en prioridad absoluta, por pésima que fuera la situación económica municipal. Así fue cómo se llegó al 4 de febrero en que “la Villa junta en su Ayuntamiento como lo ha de uso y costumbre” abordó el asunto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>En ese cabildo la Villa dijo que se había comprado la casa a Tomás Fernández Enríquez para instalar allí las casas capitulares. Sin embargo, “y no habiendo tenido medios para llevar adelante este ánimo”, se limitaron a poner “un balcón de madera torneada con su puerta ventana” para que pudiese concurrir la Villa a las funciones públicas. Así se estuvo hasta que Jerónimo Sánchez les advirtió que no lo hicieran por la amenaza de inminente desplome. En su ayuntamiento la Villa estuvo “discurriendo qué remedio se podría tomar para remediar la ruina de dichas casas y poder concurrir a ella a las funciones que le puedan ocurrir, sin ser necesario de valerse de suplicar para ir a otras que estén en dicha Plaza”. En su mente estaba “la función de toros que se celebra por el mes de octubre”, ocasión para la que debía estar resuelto el problema. Partiendo de una falta casi absoluta de “caudales ningunos de propios ni otros algunos de que poder usar para semejante urgencia”, idearon el plan que sigue.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Primero había que derribar la fachada, ruinosa y completamente irrecuperable. A continuación bajarían de “la plaza vieja, (de las casas) que dicen que fueron casas capitulares antiguas de esta villa” unas piedras bien labradas que había. Sobre estas piedras se continuaría la pared con sillares de toba, más fáciles de trabajar y transportar y por tanto más baratos. La “plaza vieja” era la actual plaza de la Lonja y el edificio del que se bajarían las piedras, la antigua alcaidía. Esta estaba compuesta de un torreón, que sobrevivió hasta 1925 aproximadamente, y un edificio anejo en el que, cuando dejó de ser ayuntamiento, instalaron la cárcel, que permaneció allí hasta finales del siglo XIX. Para el transporte de las piedras y resto de materiales se pensó que lo mejor era solicitar a los vecinos que voluntaria y gratuitamente prestaran su trabajo y sus caballerías.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> E</span></span>sto por lo tocante a la seguridad de la fachada. Faltaba el balcón, el auténtico motivo de la obra. Sus señorías eran conscientes de que no podía hacerse de madera como el anterior, pues se pudriría con los temporales. Pero para hacerlo “con alguna decencia” de hierro no había fondos, como ya se sabe. Sin embargo, la casa tenía dos rejas que servían “más de embarazo que de seguridad”, pues su peso vencía la pared. Decidieron quitarlas y emplear su hierro en el balcón. Aceptada la idea, los señores del Concejo rogaron a su merced el corregidor que citase inmediatamente a Jerónimo Sánchez y al herrero Gabriel Carrasco para que dieran su parecer y presupuesto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Jerónimo Sánchez era un veterano maestro albañil de 55 años casado con María Pérez, con la que vivía en la calle Adentro. Le iba bien y por eso tenía un mozo sirviente que le servía de ayudante. Dijo a la Villa que, en cuanto a la ruina de la casa, nada tenía que añadir a lo que ya manifestó en su momento y que la pared principal estaba completamente quebrantada y casi desunida del resto del edificio y que, si se derrumbase, la Villa sería responsable del daño que ocasionase en las casas colindantes. A su juicio, la obra costaría unos 3.000 reales y sería preciso retocar las piedras de la vieja alcaidía; además se necesitarían unas 500 varas de toba, así como 30 caíces de cal, 50 de arena y 6 de yeso de cantera y la madera necesaria para los andamios y aleros, que tendrían que rematarse con tejas. En cuanto a las rejas, en su opinión sería bueno quitarlas, sobre todo la que estaba en la antesala por ser de gran altura, y lo mismo la que había junto a la puerta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Por su parte Gabriel Carrasco, experimentado herrero establecido en la calle Don Pedro y que por sus habilidades con el metal era también el encargado de regir y mantener el reloj público, dijo que con el hierro de las dos rejas se podría hacer un balcón de 6 varas (5 metros), con sus volantes, soleras y pasamanos y que el trabajo podría valer lo menos 600 reales, aunque faltarían unas 8 arrobas de hierro para las partes más gruesas. En cualquier caso, siendo como era para servicio y decencia de la Villa, se comprometía a mantener ese precio.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPigWPvh3fNmH85zDBr2ZynNubFdWIbERPLZGdIy9BSfN6RVejnXAfyn6kBVmkM0DtBG6tkc7ceK6eWPQt3e47apoZQ5lRNb7FBnLXpGPqThyahmhB8_DgtxqNqE7dvRz7UkAMfgsXZvfTXtEMwNC_KHeTlqKb6M_QVgO6VcsNrV7yFewCccZa2xbk7w/s2232/ES-18-116_Coleccion%20Fotografias_F-056950%20derecha%201.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2044" data-original-width="2232" height="586" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPigWPvh3fNmH85zDBr2ZynNubFdWIbERPLZGdIy9BSfN6RVejnXAfyn6kBVmkM0DtBG6tkc7ceK6eWPQt3e47apoZQ5lRNb7FBnLXpGPqThyahmhB8_DgtxqNqE7dvRz7UkAMfgsXZvfTXtEMwNC_KHeTlqKb6M_QVgO6VcsNrV7yFewCccZa2xbk7w/w640-h586/ES-18-116_Coleccion%20Fotografias_F-056950%20derecha%201.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La casa que fue de don Juan Serrano en 1919. N.º 22 de la Plaza.</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>La casa de la que estamos hablando, y que hoy es ayuntamiento, era vieja y no demasiado grande. Medía 15 varas de frente por 12 de fondo. En el bajo tenía un portal, dos bodegas y corral. Por alto una sala, un aposento, cocina y tres cámaras. Lindando a su derecha, el actual n.º 22, había otra casa bastante mejor que, además de un corral, se componía de veinte cuartos contando cuadra, bodegas, cámaras, jaraíz, cocinas, salas y dormitorios. Era propia de D. Juan Valeriano Jiménez Serrano, clérigo de órdenes menores, que vivía en ella asistido por un ama, Antonia del Carmen, y un mozo, Francisco García. Don Juan era uno de los más ricos propietarios del pueblo, un hombre poderoso que pertenecía a la muy importante familia Serrano o Jiménez Serrano, la de más fuerza y poder en el siglo XVIII quesadeño y de la que más tarde surgiría el célebre general y ministro. Don Juan era administrador de la Cofradía de Varas del Santísimo de la parroquia mayor, la más distinguida de Quesada y a la que pertenecían todos los importantes del momento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>En la fachada de esta casa lucía el escudo de la familia Serrano y un gran balcón corrido de baranda de hierro. Fue sin duda a este balcón al que se vio obligado la Villa a concurrir cuando la celebración del Rosario. Los dos regidores perpetuos tenían también casa en la Plaza, pero no hubiera sido buena idea asomarse a ellas, porque si elegían la de uno desmerecían al otro. Y no eran estos importantes señores regidores perpetuos gente fácil de atrasar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Al otro lado de la casa municipal, a la izquierda, en el espacio del actual n.º 2, había tres pequeñas viviendas. Haciendo pared con el ayuntamiento otra de don Juan Serrano, que la tenía arrendada en 77 reales. A continuación la de Pedro de los Ríos Alcalá, humilde jornalero que no vivía en ella, pues lo hacía cerca del Pozairón en la calle del Hornillo, en compañía de su mujer, su hija, su hermana y su madre, compartiendo todos un portal, una cocina, un dormitorio y dos cámaras. Esta de la Plaza la tenía arrendada en 88 reales. Se completaba este n.º 2 con una casa propia de las monjas dominicas del convento de N.ª S.ª de los Remedios. La tenían arrendada en 110 reales.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>En el resto de Plaza había algún que otro vecino humilde, como este Pedro de los Ríos, pero la mayoría de los vecinos eran importantes propietarios, como don Salvador Cano (actual n.º 4) o don Manuel de Alcalá (n.º 11). En el n.º 13 (donde la farmacia) vivía doña Rosa Román, que cuidaba de su nieto hijo de don Rodrigo de Urrutia, capitán de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz, ciudad en la que acababa de fallecer. Este don Rodrigo participó en la batalla de Cabo Sicié, donde al mando del mercante artillado Poder hizo frente a tres navíos de guerra ingleses, siendo por sus méritos ascendido de capitán de fragata a capitán de navío.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Volvamos al cabildo en el que sus señorías discutían el asunto del balcón. A espaldas de la casa municipal había un corral cuya propiedad se disputaban el Ayuntamiento y don Juan Serrano, sin que por las escrituras quedase claro a quién pertenecía. Se presentaba la ocasión de resolver ahora la cuestión y sacarle algo de dinero al acaudalado clérigo. Por eso se acordó avisarle para que acudiese a la reunión (que se le haga “recado político” dice el acta). Tras conferenciar ambas partes se llegó rápidamente a un acuerdo. El Ayuntamiento cedería a don Juan Serrano el derecho a edificar unos cuartos altos en ese espacio. El bajo terrizo quedaría para uso de la casa municipal y se haría allí una “oficina para caballeriza o cosa semejante”. A cambio de la cesión de derechos, don Juan contribuiría con 250 reales a la obra que querían emprender sus señorías.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Pero como en toda reforma de bien, a la idea inicial se le fueron sumando pequeños añadidos. Una fachada para ser auténticamente decorosa requería de unas puertas acordes. Y aquí pensaron en Dª Rafaela de Lillo, madrileña, viuda del vecino que fue de esta don Fernando de Carmona y Varea, que vivía en la calle Rodrigo de Poyatos (actual Dr. Carriazo). De su primer matrimonio con don Juan Joseph de Alcalá tenía un hijo, don Atanasio de Alcalá, por entonces menor de edad y más tarde teniente de capitán del Regimiento de Milicias del Reino de Jaén y el individuo más rico de Quesada en la segunda mitad del siglo XV. Doña Rafaela tenía hechas unas puertas (no se dice para qué fin) que, si se alargaban, resultarían “proporcionadas y decentes” para la nueva fachada. Se acordó comprárselas y gastar en ellas los 250 reales obtenidos en el trato con el vecino don Juan.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>El señor don Juan Tamariz, corregidor de la Villa, asistía en silencio a los debates, pues al fin y al cabo él era político de paso y poco aprovecharía el balcón. Pero como máxima autoridad resultaba indispensable su visto bueno. Por eso al final de la reunión intervino y dijo que el proyecto le parecía conveniente y útil “y de total honrosidad así del común como de los caballeros capitulares, para dejar a la posteridad memoria de su celo y de su interés”. Pero por aquello de las reformas que se complican, su merced añadió que, dado que el edificio se utilizaría como casa pública “para sus funciones y ayuntamientos”, era su sentir que se colocase en la fachada un escudo de armas reales. Por la Villa no había más remedio que aceptar, aunque creciese el presupuesto, y se le dieron “las debidas gracias” expresando que era precisamente “el celo y aplicación de su merced al beneficio de esta república” el que “principalmente ha movido a los caballeros capitulares a inventar dicha obra en el tiempo más estéril y calamitoso”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Este artículo va acompañado de dos fotos inéditas: la una de la fachada del ayuntamiento viejo, la otra de la casa n.º 22 de la Plaza, la que era de don Juan Valeriano Serrano. Ambas son, además de desconocidas, las mejores y casi únicas de ambos edificios en su estado original. Una pequeña joya para la historia local. Pertenecen a la colección fotográfica del Archivo de la Alhambra. Quien tenga algo de experiencia en estas investigaciones sabe que a menudo los hallazgos son cuestión de suerte y azar y el cómo se encuentran frecuentemente casi tan interesante como el qué. Ambas estaban completamente perdidas en ese archivo, pues se habían catalogado, ignoro la razón, como pertenecientes a Alcaudete. El caso es que el investigador alcaudetense Enrique López Ríos se interesó por ellas. Son dos negativos estereoscópicos en cristal. En la etiqueta, el autor indicó por error que procedían de Alcaudete y que su año era el 19.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Cuando Enrique las vio, inmediatamente se dio cuenta de que no pertenecían a su pueblo. Ahí hubiera quedado la cosa y nunca se hubieran encontrado porque, buscando por Quesada, nunca aparecerían. Sin embargo le sonó vagamente a Quesada, pues según me dijo ha estado varias veces en el pueblo. Y con curiosidad y pundonor de investigador se molestó en buscar fotos del ayuntamiento de Quesada. Aunque del viejo hay pocas y malas, concluyó que efectivamente eran de este pueblo. Se lo comentó a su tío, el veterano investigador de la historia de Alcaudete Telesforo Ulierte. Y aquí juega la suerte, o la Virgen de Tíscar, a saber. Telesforo es buen amigo mío y fue compañero en Caja Granada. Es seguidor de este blog y sabe de mi afición por la historia de Quesada. De inmediato me dio el chivatazo, con la no menos feliz coincidencia de que acababa yo de transcribir el libro capitular y me había encontrado con este asunto del balcón y el incidente de la Cofradía del Rosario.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Según la ficha del citado archivo, las fotografías son dos positivos en placa de vidrio de tamaño 107 x 44 mm. Su autor es Vicente León Callejas, fotógrafo granadino de principios del siglo XX, amigo del famoso Cerdá y Rico. Asistió al histórico concurso de cante jondo de 1922 en la Alhambra cuya organización lideró Manuel de Falla. En la conocida caricatura de López Sancho que representa una sesión del concurso aparece dibujado de pie junto a Federico García Lorca. Habría que seguir tirando del hilo a ver si aparecen más fotos quesadeñas suyas, o si alguna de las ya conocidas es de su autoría. El autor las fecha en 1919 y, aunque fuera erróneo el año como la atribución del lugar, no serán las fotos de mucho antes ni de mucho después.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>La foto del ayuntamiento viejo es la mejor que conozco de este desaparecido edificio, la única en la que se ve con detalle la fachada completa. Lo que va dicho del acuerdo de 4 de febrero de 1743 se puede reconocer en ella. En la parte baja se observan tres filas de grandes sillares bien labrados. Son los que se trajeron de la Lonja, de la antigua alcaidía medieval que había sido en tiempos casa de cabildos. En el resto de la fachada se reconocen los sillares de toba, bastante más pequeños y unidos con argamasa que sobresale de ellos y que cuando se blanquea forman una característica retícula de pequeños bordes. Es un tipo de construcción que se ha visto frecuentemente en casas antiguas de Quesada. El famoso balcón, efectivamente de hierro, es lobulado al modo de la época y sobre su puerta ventana hay un escudo. Es el escudo real de S.M. don Felipe V que mandó poner el corregidor y en el que se puede leer “Año 1744”, año siguiente al del acuerdo, pues se haría conforme avanzaban las obras.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El libro capitular de 1743 no vuelve a referirse a este asunto y el correspondiente a 1744 falta o está traspapelado, que esa es otra. Por eso nos quedamos sin saber, por ahora, si las cuatro ventanas con sus rejas que se pueden ver en la fotografía fueron añadidas al proyecto en este momento o con posterioridad. Lo mismo podemos decir sobre las molduras de yeso que adornan la fachada. En cualquier caso, y por su aspecto de un “gracioso barroco popular” que decía J.M. Carriazo, son del siglo XVIII. Aunque no se ve en esta foto, no había reloj en la fachada, pues el reloj público, que cuidaba el herrero Gabriel Carrasco, por estas fechas cercanas a 1750 no estaba en la Plaza sino en el torreón de una casa en la calle Alcaraz, la actual calle de los Arcos. La casa era propiedad de la familia del antes citado don Atanasio de Alcalá. Durante el siglo XIX y primeras décadas del XX estuvo en la torre del antiguo convento dominico de San Juan. Cuando el edificio, que servía de plaza de abastos y escuelas, fue demolido en 1949 el reloj se colocó en la fachada del Ayuntamiento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Este edificio del Ayuntamiento viejo lo hemos conocido todos los de mi edad y mayores. Sufrió asaltos y saqueos del invasor francés, y también de partidas carlistas durante el turbulento primer tercio del siglo XIX, pero aguantó. Lo que no pudo resistir fue a los avances de la “modernidad” y fue demolido a principios de los años setenta del pasado siglo. Salvando la enorme distancia, es lo que se decía en Roma cuando el papa Urbano VIII Barberini arrancó las puertas de bronce del Panteón para llevarlas al Vaticano: “Quod non fecerunt barbari fecerunt Barberini” (lo que no hicieron los barbaros lo hicieron los Barberini). El edificio actual tiene cierta dignidad, pero no es lo mismo, ni tiene la gracia popular barroca a la que aludía Carriazo. Al menos respetaron el escudo de armas reales de Felipe V y lo colocaron en la fachada, entre el reloj y el balcón, al que ya solo se asoman las banderas y los pregoneros de la Feria.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>La otra foto es de la casa de don Juan Valeriano Jiménez Serrano, aunque seguramente ya reformada y ampliada. En ella se puede ver el escudo de la familia Serrano que hoy día está en las escaleras interiores del ayuntamiento. También un gran balcón corrido a lo largo del primer piso. Cuando se demolió el edificio, se llevó la baranda a Tíscar y hoy está en el balcón de su fachada norte, encima del restaurante. Esta casa tenía una larga historia. A principios del siglo XX Bonifacio Amador instaló allí una fonda llamada La Moderna, como en la foto puede apreciarse en el pequeño cartel sobre la puerta. Instaló también un casino que llamó Casino de Quesada y que, por estar bajo la fonda, tenía un público mayoritariamente forastero, de viajantes y gentes de paso, aunque también de locales, pues allí hacían tertulia los que en 1931 constituyeron la candidatura de Derecha Republicana. Muerto Bonifacio en un accidente de tráfico a finales de los años veinte, su viuda Ramona Ceballos continuó con éxito el negocio. Era un lugar intermedio entre el Casino, donde el actual Marisol, en el que hacían vida los más hacendados, y el bar Relámpago, de clientela mucho más popular. En 1934 Ramona Ceballos alquiló los bajos a la recién constituida eléctrica Fuerzas Económicas de Andalucía S.A., FEDA, donde estuvieron sus dependencias hasta tiempos recientes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Creo que este artículo debe ayudar a reflexionar sobre la extraña pasión quesadeña por derribar y perder todo lo viejo, aunque no cabe hacerse muchas ilusiones. Y menos a la vista de la “reparación” con cemento marca ACME de las partes bajas del Arco de los Santos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>NOTA SOBRE LAS FUENTES.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span> </span>Las dos fotografías comentadas pertenecen, como ya se ha dicho, al Archivo de la Alhambra y fueron “descubiertas” por Enrique López Ríos. A él y a Telesforo Ulierte les agradezco enormemente esta valiosa aportación a la memoria visual de Quesada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span> </span>Las noticias sobre el proyecto de reedificación de la casa están sacadas del “Libro capitular de esta muy Noble y Antigua Villa de Quesada de este año de 1743” que se conserva en el Archivo Municipal. También de algún otro año como el de 1734.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Los datos sobre los vecinos de la Plaza y las viviendas que habitaban proceden en buena parte de los memoriales o declaraciones individuales que presentaron los vecinos en febrero y marzo de 1752 para los trabajos preparatorios de la Única Contribución (Catastro de Ensenada). Están recogidas estas declaraciones en dos tomos de legos (laicos) y uno de clérigos. Se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Jaén.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> <span> </span></span>Finalmente algunas informaciones, como la de D. Atanasio de Alcalá y su madre Dª Rafaela de Lillo, proceden del archivo de la Real Chancillería de Granada. Para no sobrecargar este texto divulgativo no se han añadido las notas correspondientes, que están a disposición de cualquier interesado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuONd5UFX9ePfjQr8dRo8AAgcQgdtzFO-Lo1CbejcGbGLrUHCTWh_X5VhD8VXKtG-H9L4FbcNy55NcKwoEVfrJmf-ut0cEFzLeyILmBqIeJIg2_D-n5ObXAbYyqj8fXDq9jq4kP2Jttim4sYQ4YvU2zMSwhzSE1u030zi6o4wzkbIqvLe97v40VuaOew/s2898/1743-00-00.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2898" data-original-width="2051" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuONd5UFX9ePfjQr8dRo8AAgcQgdtzFO-Lo1CbejcGbGLrUHCTWh_X5VhD8VXKtG-H9L4FbcNy55NcKwoEVfrJmf-ut0cEFzLeyILmBqIeJIg2_D-n5ObXAbYyqj8fXDq9jq4kP2Jttim4sYQ4YvU2zMSwhzSE1u030zi6o4wzkbIqvLe97v40VuaOew/w452-h640/1743-00-00.jpg" width="452" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada del libro capitular de 1743. </td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div></span>Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-36802161483826596832023-02-24T09:31:00.003-08:002023-03-01T03:07:46.706-08:00VILLAVIEJA (III) El protagonista, don Ángel Alcalá Menezo.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFVoeu4zc_iAiA_wxlqrUHTxH8Z4JEhWTP6zwZ0YfqamUnrQz1oweDEtX6gFIx2AdXpXa-Xn-JiiJUY4x7ECcha_BoebGhVH_JpDNhJ-Rq8WbKWPEchOKdKV6igaidq_S_zVb41Y6vg7xvtH51DuSmdVku9vxmLgs_8Wkp8Lclv1tbvwCXz7f6L9Tpcg/s2543/1890-05-10%20Manililla.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2543" data-original-width="1706" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFVoeu4zc_iAiA_wxlqrUHTxH8Z4JEhWTP6zwZ0YfqamUnrQz1oweDEtX6gFIx2AdXpXa-Xn-JiiJUY4x7ECcha_BoebGhVH_JpDNhJ-Rq8WbKWPEchOKdKV6igaidq_S_zVb41Y6vg7xvtH51DuSmdVku9vxmLgs_8Wkp8Lclv1tbvwCXz7f6L9Tpcg/w430-h640/1890-05-10%20Manililla.jpg" width="430" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Caricatura de Ángel Alcalá Menezo en la revista filipina<i> Manililla.</i></span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p><span style="color: #0070c0; text-align: justify;"> </span><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;"> </span><br /><br /></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: medium;"><span> </span>En los dos artículos anteriores se ha tratado del autor de Villavieja, de su relación con Quesada, del contexto histórico, de los personajes de la novela y de los paisajes que en ella se describen. Ya solo queda decir algo del protagonista, don Luis Obregón. Aunque quizás sería mejor hablar de un protagonista con dos nombres, uno el literario y novelesco y otro el real, el que nació y vivió en Quesada durante el siglo XIX. Porque aunque Ciges le llame don Luis, el auténtico protagonista de Villavieja es don Ángel Alcalá Menezo.</span></span></div><p></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span>Hoy día las pocas personas a las que les suena este nombre lo relacionan con la <i>Novela de Tíscar</i>, con las cosas antiguas de la Virgen y poco más. Seguramente casi nadie ha reparado en una lápida de mármol que se conserva en una esquina de Santa Catalina, en la que fue su casa, en la que aparece grabado Plaza de Ángel Alcalá. Enterrado hoy en el tradicional olvido quesadeño Alcalá Menezo fue periodista, novelista, poeta, político, pedagogo y gobernador en varias provincias de las Filipinas. Sin duda el personaje más relevante, singular y famoso del siglo XIX en Quesada, con permiso del general Serrano Bedoya. Pero a diferencia de este, que desarrolló su carrera militar y política fuera del pueblo, Alcalá Menezo nació, vivió y murió en Quesada, adonde volvía siempre tras sus aventuras en Jaén, Madrid o Filipinas.</div></span><p></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span>Que <i>don Luis Obregón</i> es en realidad Ángel Alcalá Menezo ya lo recoge Cecilio Alonso en su edición de 1986, llamando la atención de que es el propio Ciges quien varias veces se despista en el texto de <i>Villavieja</i> y escribe <i>don Ángel</i> en lugar de <i>don Luis</i>. Prácticamente todas las aventuras y hazañas que Ciges atribuye a <i>don Luis</i> tienen una base cierta en las de don Ángel. Podría decirse que Ciges hizo una auténtica biografía del quesadeño.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ocasiones para conocer las aventuras del héroe local no le faltaron a Ciges, amigo de su hermano Manuel Antonio y de su cuñado Manuel, tío de su pretendida Teresa… Pero además, el recuerdo del personaje estaba muy presente en el pueblo durante los veranos de Ciges; Ángel Alcalá Menezo había muerto hacía poco más de diez años y sus hazañas aparecían frecuentemente en las tertulias locales, como bien se refleja en <i>Villavieja</i>. Antes de recorrer la vida de Alcalá Menezo conviene referirse brevemente a la figura que Ciges dibuja para <i>don Luis</i>. Se podrá comprobar la casi perfecta correspondencia entre el personaje literario y el real.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>8.1.- Don Luis Obregón.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El hermano mayor de los <i>Obregón, don Luis</i>, es el protagonista indiscutible de <i>Villavieja</i>. Hombre activo y vehemente, era a la vez, según criticaban sus paisanos, inconstante y caprichoso; se movía por impulsos y caía rápidamente en el aburrimiento y la desgana. Provenía de una rancia familia de abolengo, pero a pesar de su gran capital heredado siempre estaba falto de liquidez. Y no porque fuera uno más de los ociosos propietarios que en el Casino dilapidaban su fortuna con el juego. El problema de <i>don Luis</i> era su vida magnífica y aventurera, que le obligaba a grandes dispendios. Se casó con la hija de un "senador rural", lo que “le rellenó la bolsa”, pero al poco “la fortuna de su esposa se había ido por donde la suya”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La vida aventurera de <i>don Luis</i> era tan distinta a la habitual en el pueblo que despertaba curiosidad, simpatía y admiración entre los vecinos. Sus hazañas corrían de boca en boca y eran conocidas por todos, que las tenían por asombrosas. Es precisamente con esta fascinación por la insólita vida de <i>don Luis</i> con la que se inicia <i>Villavieja</i>:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>El ex sargento Peláez había comenzado a narrar en el Casino una aventura de don Luis Obregón:</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—Cuando en Filipinas unció a los frailes...</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero no es solo simpatía y curiosidad la que despierta <i>don Luis</i>. Su personalidad destaca en la amodorrada vida local y eso le atrae envidias y rivalidades. Para colmo, su actividad política a lo largo de la novela le granjeará peligrosas enemistades de poderosos personajes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El tono que usa Ciges en la descripción del personaje va cambiado a medida que avanza la narración. Al principio <i>don Luis</i> es un señorito más de <i>Villavieja</i>, ocioso, excesivo y con un punto de colérica violencia que parece aproximarlo a los <i>Uldecoa</i>. Ciges pone en boca de <i>Mosiú </i>la opinión que le merecen estas aventuras y hazañas: barbaridades. El mejor ejemplo está ya en las primeras páginas, durante la excursión a las sierras que rodean <i>Villavieja. Don Luis</i> conduce temerariamente el carruaje por peñas y barrancos no deteniéndose hasta que revienta a las yeguas del tiro y destroza el carruaje .</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Poco a poco, como si Ciges fuera conociendo, descubriendo él mismo, a su personaje, este <i>don Luis</i> caprichoso y a veces brutal pierde el carácter que tanto desagradaba a <i>Mosiú</i> y surge un personaje lúcido, capaz de diagnosticar acertadamente los males que atenazan a <i>Villavieja</i>, pero haciéndolo con un punto de cínica sinceridad que provoca en el lector un sentimiento ambivalente:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¿Y qué ha hecho usted para realizar esa obra que a todos obliga? —le preguntó Mosiú.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—Yo, nada; ya se lo he dicho. Como buen político de la hora actual, yo soy un intrigante y solo me ocupo de mí.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Sin embargo, y conforme avanza la campaña electoral, se acelera la transformación de <i>don Luis</i>. En los últimos capítulos, tras la revuelta contra la <i>Resinera</i>, es un preso, una víctima del caciquismo, que defiende la causa perdida de los amotinados. Podría decirse que Ciges le va cogiendo cariño. Página a página va convirtiéndolo en una suerte de héroe que quiere cambiar el estado de cosas en el distrito y que por intentarlo es machacado por los poderosos. Seguramente hay también algo de identificación y empatía con su personaje, pues <i>don Luis</i> ve empeorada su situación carcelaria al escribir y conseguir publicar artículos de prensa sobre los malos tratos a los presos, lo que recuerda al propio Ciges cuando sufrió un penoso encarcelamiento en la Habana por escribir y firmar un artículo en el que denunciaba los excesos represivos de Weyler.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuenta Ciges que, en su juventud, <i>don Luis</i> fue director de “un periódico provinciano, del que era propietario otro joven amigo suyo, hoy aspirante a ministro”. Pero que no tardó en crearse problemas al manifestar que había que dejar morir de hambre a los maestros actuales, para sustituirlos por “otros menos ignorantes”. El gremio reaccionó de forma imaginable y una comisión del mismo fue a exigirle rectificación. No solo no lo hizo, sino que la emprendió a bastonazos con los comisionados, descalabrando a varios. Por esta acción fue procesado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Acosado por los jueces, <i>don Luis</i> marchó a Madrid para “solicitar entre los políticos en auge defensa y amparo”. Allí se presentó en un mitin de la izquierda dinástica, acto que presidía Manuel Becerra y en el que participaban los diputados de esta facción liberal, exigiendo a voces desde el patio de butacas un turno de palabra que el presidente le negaba, porque solo estaba previsto que hablasen los diputados. Su respuesta fue sarcástica:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¿Habéis oído, correligionarios? Han acordado que solo hablen los mudos, los que en el Parlamento han demostrado con su silencio que no sirven para hablar.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Las risas y los aplausos resonaron en el anchuroso ámbito como el oleaje en un acantilado. El concurso demandó unánime:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¡Que hable, que hable!</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Becerra se vio obligado a concederle la palabra y <i>don Luis</i> pronunció un discurso que enardeció a todos los presentes. Recuperado de la sorpresa inicial, Manuel Becerra quedó cautivado por el atrevido y elocuente joven y al terminar el mitin</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>abrazó al nuevo y elocuente prosélito de la izquierda dinástica; le prometió que de su proceso ningún tribunal se acordaría, y dos semanas después le hizo proclamar secretario general del partido.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Al poco llegaron al poder los liberales, pero Becerra le aconsejó que, dado el estado lamentable de su hacienda, no se quedase en Madrid para disfrutar las ventajas del triunfo sino que pasase antes una temporada en Filipinas para reponerla. Fue nombrado gobernador civil de una provincia cercana a Manila. Nada más llegar se ocupó de “renovar muebles, comprar argentería y decorar fastuosamente el blanco palacete”. Al poco recibió la visita de los frailes agustinos de un convento de su demarcación. Tras enterarse de que los frailes vivían aislados y sin carretera, mandó construir una en quince días. Los frailes se deshicieron en elogios al gobernador acompañándolos de menosprecios a los indígenas. <i>Don Luis</i> “sintió un punto de lástima por los súbditos que durante medio mes había martirizado” en las obras de la carretera y replicó a los agustinos:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Cierto; ya me han dicho que el indígena es perezoso, jugador y artero; pero también me han asegurado que ustedes, reverendos padres, abusan demasiado de él.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>El prior le replicó iracundo:</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Puesto que usted nos ofende, pronto sabrá quiénes son en Filipinas los padres agustinos.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Casi al mismo tiempo de este asunto llegó a Filipinas Valeriano Weyler como gobernador general. Siempre abierto a crearse nuevos enemigos, Alcalá Menezo decidió contraprogramar la recepción que en su palacio de Manila organizó el general y convocó un sarao paralelo. Y lo hizo por todo lo alto llegando a fletar un barco que transportase a los invitados desde la capital: “la noche de la fiesta el simple gobernador fue más honrado que el gobernador general”. Weyler reaccionó de la manera esperable:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>conforme a sus atribuciones de nombrar gobernadores interinos mientras venían los oficiales de España, le destinó a otra provincia, y a otra más.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Poco después llegó el cese oficial y <i>don Luis</i> regresó a la Península “bajo partida de registro, por considerársele peligroso a los intereses de la patria.” Según los agustinos, si hubiese permanecido más tiempo en Filipinas “el jefe de la insurrección no hubiese sido Aguinaldo”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftn1">[1]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Don Luis</i> volvió a <i>Villavieja</i> viudo y enfermo de disentería. Es pocos años después de su vuelta cuando se inicia la acción de la novela. Su tumultuosa y desbordada personalidad se va manifestando en cada capítulo de la novela. Paseando por el jardín tiene la idea de crear un colegio de segunda enseñanza. Decide instalarlo en una vieja en una vieja casa de la Lonja que había heredado de su abuelo. Durante las obras de acondicionamiento encuentra una cripta y en ella dos momias. El párroco se las reclama alegando su pertenencia a la Iglesia, pero él se las niega (capítulo X) en una tensa escena que recuerda al trato que dispensó a los frailes de Filipinas:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¡Pocos gritos, señor cura, pocos gritos!</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>(…)</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Y cogiendo al sacerdote de la sotana le condujo a empujones hasta la puerta. Don Bonifacio se alejó gritando que iba a dar parte a las autoridades y al obispo de la diócesis.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Más tarde y por motivos electorales, cura y candidato se avinieron. Y es que el núcleo del personaje es su candidatura a diputado del distrito en unas próximas elecciones. <i>Don Luis</i> seguía teniendo contactos e influencias en Madrid entre los políticos de la Izquierda Dinástica. Con su apoyo, primero se enfrenta a <i>don Tomás</i>, el de <i>La Resinera</i>, que quiere hacerse desde Madrid con el acta de diputado para mejor controlar el distrito donde tiene sus intereses. Es mucho más poderoso y plantea una campaña al modo tradicional, mediante redes clientelares y la fuerza que le dan sus millones. En el capítulo VIII se hace un resumen del punto de partida de cada uno de los candidatos:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Don Luis Obregón aspiraba a la representación parlamentaria, y ante él se oponía nada menos que el presidente de la Sociedad Resinera. El primero contaba con no mezquinos valedores políticos, con la fecundidad de su ingenio y la calidez de su verbo. La propaganda de conferencias y mítines que pensaba organizar en toda la comarca al inaugurarse el activo período electoral, las denuncias que formularía contra los abusos y vejaciones de que el distrito era víctima y los remedios que propondría para atenuar el daño, le captarían muchos prosélitos. Además, su prestigio no era liviano entre la muchedumbre, porque las audacias de su primera juventud política en Madrid y sus proezas de Filipinas, habían pasado a la categoría de leyendas honrosas que la gente comentaba y repetía ufana a los forasteros, como si en aquella incierta gloria correspondiese alguna parcela al narrador en concepto de paisanaje con el héroe. El presidente de la Resinera disponía... de todo lo que puede disponer un millonario en relaciones con el Estado, y que subvenciona a jueces, alcaldes, Guardia Civil; que manda a legiones de empleados, es árbitro de muchos pueblos, y, como Júpiter entre ellos, puede distribuir el terror o la dádiva.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Posteriormente el viejo cacique, humillado con la cencerrada que celebró su boda con la joven sirvienta, decide salir de su retiro político y mediante un acuerdo con <i>don Tomás</i> consigue que el candidato que se enfrente a <i>don Luis</i> sea su yerno <i>Lorenzo Delmás. Don Luis</i> inicia su campaña anunciando un gran proyecto que cambiaría para mejor la vida de toda la comarca, la canalización del <i>Gualdavia</i>, que pondría en riego grandes extensiones de terrenos baldíos. Con esta promesa inició una campaña electoral muy activa, “empezó a recorrer el distrito, hablando con todos, celebrando a las mujeres, festejando a los chiquillos, sembrando promesas a voleo”. En los pueblos del distrito cercanos al <i>Gualdavia</i> tuvo gran eco la propuesta de canalización y riego, pero el primer fruto de su campaña lo obtuvo en la aldea de <i>Camposano,</i> aldea sin municipio adscrita a <i>Villavieja</i>, donde sus doscientos votos eran tradicionalmente adictos a <i>don Dámaso. Obregón</i> los ganó prometiendo a la aldea ayuntamiento propio:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Don Luis les habló adoptando la posición de ellos, como ellos mismos hablarían para defender su causa, si su verbo no fuese tan áspero y premioso, y al ofrecerles por justicia y no merced ayuntamiento y juzgado propios, los honrados labriegos le aclamaron, le abrazaron y le diputaron como a libertador.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Otros proyectos se añadieron a su programa, como la construcción de una fábrica de papel y una central eléctrica por el millonario francés primo político de su hermano, que dispararon la popularidad del candidato. <i>Obregón</i> no olvidaba a nadie, tampoco a las mujeres que, aunque no votaban, influían en hijos y maridos: “Como Julio César, Obregón ponía gran celo en captarse la estima de las mujeres, que acabaron por ser sus defensoras más adictas”. Por supuesto tampoco escatimaba las críticas a <i>La Resinera</i> y al caciquismo cuando visitaba los pueblos más cercanos a la sierra. Todos los temas los iba tratando, sin olvidar la subasta de espartos de la Dehesa, fundamental para el presupuesto de <i>Villavieja </i>y asunto del que se decía estaba rodeado de corrupción; tampoco la explotación de minas de hierro en la Dehesa, donde se sospechaba que la tierra ocultaba importantes tesoros.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El contraste de su campaña y la de su rival era grande, pues esta se basaba exclusivamente en la confianza del apoyo del cacique y de sus poderosos aliados de la <i>Resinera</i> (capítulo XV):</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>(Lorenzo Delmás) Por cortesía pensaba hacer una visita a los pueblos que debían serle tributarios del voto; pero en la manera de anunciar su viaje había algo de insultante, porque no era el candidato que va a postular los sufragios populares, sino el amo que se digna hablar con sus esclavos. Al preguntarle por su programa respondió sorprendido:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¿Mi programa?... ¡Ah, sí!... Es mucho lo que pudiera decir; pero no me gusta prometer antes de tiempo.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Los éxitos de <i>don Luis</i> provocaron desasosiego y temor en sus poderosos enemigos, que pronto tuvieron la ocasión de acabar con él. El motín por la detención de los leñadores y los abusos de <i>La Resinera</i> cogió a <i>don Luis</i> celebrando un mitin en uno de los pueblos cercanos a la sierra. Con las primeras noticias acudió a <i>Peñafuerte</i>, de donde eran los labradores. Los ánimos estaban muy excitados con el rumor de que habían muerto en la cárcel a consecuencia de palizas y malos tratos:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Las mujeres eran las más excitadas. Al presentarse Obregón, un grupo de ellas acudió corriendo a su encuentro. La que marchaba al frente le gritó llorando de rabia:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—Es preciso que usted nos defienda, señor don Luis. No tenemos otro amparo que el suyo.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>El ex gobernador le preguntó qué ocurría, pero la mujer siguió voceando:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>—¡Esta infamia ya no se puede resistir! ¡Estamos hartos de aguantar, y nos han de hacer justicia o nos la tomaremos con nuestras manos!</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La tensión fue en aumento y los amotinados atacaron el cuartel de la Guardia Civil. <i>Don Luis</i> intentó calmar los ánimos, pero de nada sirvieron sus esfuerzos (capítulo XIX). Aún calientes los rescoldos del levantamiento, la prensa madrileña inició una insidiosa campaña en la que se le acusaba de ser el incitador y cabeza de la revuelta. Estas acusaciones facilitaron su detención por el juez del distrito y <i>Obregón </i>fue encerrado en la cárcel de <i>Argola</i>. Detrás de la campaña de prensa y del encarcelamiento se veía la mano del cacique y su aliado de <i>la Resinera</i>. En la cárcel estaba don Luis el día de las elecciones. Se sucedieron toda clase de irregularidades, que las autoridades del distrito pasaron por alto. A pesar de su activa campaña, de sus propuestas y de su popularidad, <i>don Luis Obregón</i> resultó derrotado. No lo volverá a intentar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Los últimos párrafos de <i>Villavieja</i> trascurren en París años después. <i>Mosiú</i>, que había terminado sus trabajos en el pueblo y regresado a su tierra, se encuentra a <i>don Luis</i>. Triste y escarmentado, ahora es un héroe derrotado que nada quiere recordar de aquella etapa de su vida. Había perdido, y con él <i>Villavieja</i>, su desigual lucha contra el caciquismo y los poderosos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsNV2k1L9qR6nQ_34k6I69t1dHsCsmQtVQeSnFMhf0K1GKFkvJsnZitAwZyYqhsJRl2J6KVGanJEXkdax8_TxtYpTjvqyu7L3HRnd5ZF7NAPIh_NcdsgOZ_kvAg0UIeaP9pz-_4pkj6VCQ9fELdEVLDgt93g7Qtz_bmxaC_MoDI4awX1ouXqhGNX6jpA/s774/1874-07-21%20Firma%20de%20Alcal%C3%A1%20Menezo.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="262" data-original-width="774" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsNV2k1L9qR6nQ_34k6I69t1dHsCsmQtVQeSnFMhf0K1GKFkvJsnZitAwZyYqhsJRl2J6KVGanJEXkdax8_TxtYpTjvqyu7L3HRnd5ZF7NAPIh_NcdsgOZ_kvAg0UIeaP9pz-_4pkj6VCQ9fELdEVLDgt93g7Qtz_bmxaC_MoDI4awX1ouXqhGNX6jpA/w400-h135/1874-07-21%20Firma%20de%20Alcal%C3%A1%20Menezo.jpg" title="Firma de Alcalá Menezo, 1874" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Firma de Alcalá Menezo, 1874</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>8.1.- Don Ángel Alcalá Menezo.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ángel Alcalá Menezo nació en Quesada el año de 1845, seguramente en el mes de marzo. Por aquellos días Larva se acababa de separar de Quesada, para integrarse en Cabra, y faltaba poco para que Huesa alcanzara su independencia y formara ayuntamiento propio. El quesadeño más ilustre, el general Serrano Bedoya, estaba a punto de regresar de su exilio londinense, en el que acompañaba a Espartero. En ese mismo año de 1945, el 7 de julio, nacía otro quesadeño al que Ciges convirtió en personaje de <i>Villavieja</i>: Laureano Delgado Alférez, es decir, <i>don Dámaso Espino</i>. Eran tiempos complicados, como casi siempre lo son, aquellos del final de la primera mitad de siglo. A lo de Huesa y Larva se juntaban las pertinaces sequías, los calores impropios de la época del año, que provocaban plagas de langosta que perjudicaban gravemente las siembras. Para combatirlas había que tomar enérgicas medidas, arar los eriales donde se criaban los canutos del insecto, que precisaban fuertes desembolsos. El reparto de los gastos ocasionó desagradables incidentes con los ayuntamientos de Cabra y Cazorla. Alcanzaron tal punto que el Jefe Político de la Provincia, gobernador civil, se vio obligado a exigir a las partes moderación en las formas para evitar que las cosas pasaran a mayores. Precisamente a las manos, incluso a las armas, habían llegado poco antes los guardas de Quesada y Cabra del Santo Cristo por la disputa sobre las contribuciones de Larva, a qué municipio correspondía pagarlas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Alcalá Menezo nació en una familia acomodada, a salvo de las complicaciones de clima y cosechas. Su padre fue Eduardo Alcalá Vela y su madre Teresa Menezo. Eduardo Alcalá era carlista y un ferviente católico que no dudó en enfrentarse a la revolución de 1868 y a su inmediata consecuencia, el reinado de Amadeo I. Candidato promovido por el general Prim, Amadeo era hijo de Víctor Manuel II, el rey que acababa de completar la unidad de Italia con el asalto y conquista de Roma acabando con los Estados Pontificios. Por eso en España cualquier tipo de apoyo al papa suponía indirectamente, y así era entendido, un rechazo a la dinastía Saboya y a los principios democráticos de la Revolución de 1869.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En ese ambiente creció Alcalá Menezo, que siguió la estela carlista y conservadora de su padre. En 1870 se estableció en Quesada La Juventud Católica, organización integrista que defendía la “unidad católica” y el poder papal. Fue presidente de este grupo Ángel Alcalá Menezo y una de sus primeras acciones la de organizar un homenaje a Pio IX. El motivo de la celebración del 25 aniversario de su pontificado. Durante el acto se recitaron poesías, se leyeron composiciones y se envió a Roma una felicitación redactada en castellano y latín (<i>La Esperanza</i>, 26 de junio de 1871).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Quedó bien señalado con estas acciones Alcalá Menezo, pues en Quesada mandaban los “serranistas”, los familiares y amigos de Serrano Bedoya, partidarios de la Gloriosa y del nuevo rey. Duró poco Amadeo y en febrero de 1873 se proclamó la República. Al contrario que su hermano Manuel Antonio, que fue concejal, el primero en proponer que el mercado se sacase de la plaza para instalarlo en el antiguo convento, Ángel fue discreto y no tuvo especial protagonismo. Apenas participó como vocal de la Junta Municipal en 1874, pero ya durante la dictadura republicana conservadora del general Serrano Domínguez. Cuando el golpe de estado de Martínez Campos y la vuelta de los Borbones, Alcalá Menezo rozaba los treinta años y sobre él pesaban sus antecedentes carlistas, de los que se tenía que librar si no quería verse postergado política y socialmente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No era el único quesadeño en esta situación; le acompañaban su propio padre y un numeroso grupo de vecinos relevantes, todos ansiosos por seguir siendo alguien en la vida local. Para conseguirlo era necesario renunciar al carlismo y reconocer como rey a Alfonso XII. Lo hicieron de forma solemne en el despacho del gobernador civil, Gabriel de Burgos, el 21 de julio de 1875. En Jaén ocho destacados vecinos, que habían pertenecido al “disuelto Comité carlista de la misma población”, juraron ante el gobernador civil fidelidad y obediencia a “S.M. el Rey Don Alfonso XII, reconociéndole su legítimo derecho”. Formaban parte del grupo Eduardo Alcalá y su hijo Ángel.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ciges no alude en <i>Villavieja</i> a estos antecedentes carlistas de su protagonista, seguramente por desconocimiento, porque la familia de don Ángel no le contase nada de esta etapa. Y es que durante los veranos quesadeños de Ciges seguía siendo un asunto delicado. Apenas unos años antes, noviembre de 1900, se había producido la última intentona carlista. Fue además cerca, en la línea férrea Linares-Almería. Como consecuencia, dos funcionarios municipales de Quesada fueron cesados en sus empleos acusados de pertenecer al partido carlista, y hasta que abjuraron no fueron repuestos. No era por tanto un asunto del que presumir, más bien para olvidar, y seguramente eso hicieron los Alcalá Menezo y Segura Alcalá. Para ellos la vida pública de su famoso pariente empezó cuando salió del despacho del gobernador. Y es que, efectivamente, perdonados sus pecados tradicionalistas, Alcalá Menezo inició una rápida carrera política que Ciges trasladó puntualmente a <i>Villavieja</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><b>Jaén, política, periodismo y Exposición Provincial.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No habían pasado dos años desde estos episodios cuando Alcalá Menezo decidió meterse en política. En marzo de 1877 se presentó a las elecciones provinciales y resultó elegido diputado provincial por el distrito electoral de Quesada. No se conformó, como el resto de sus antiguos compañeros carlistas, con el partido Conservador. Puesto a cambiar, lo hizo del todo y desde este momento se movió en los sectores más avanzados del Liberal. El distrito de Quesada, que don Ángel representaba en la Diputación, incluía por entonces Peal, Huesa, Hinojares y Santo Tomé (Pozo Alcón y La Iruela pertenecían al de Cazorla). Era según el joven diputado “un distrito desinquieto y revoltoso”, “revoltoso y empalagoso a quien lo representa” (Cartas a Ruiz Giménez de 10 de febrero y 25 de abril de 1878). Pero siendo seguramente así sus representados, el diputado no era más templado. Al poco de ocupar el escaño se enfrascó en la denuncia que hizo de las elecciones en La Iruela (que no pertenecía a su distrito) ante la Comisión de Actas. Ya se ha citado este episodio anteriormente al hablar del caciquismo y el fraude electoral.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Durante su mandato vivía en Quesada, pero sus viajes a Jaén para participar en los plenos de la Diputación eran frecuentes. En la capital conoció al joven abogado Joaquín Ruiz Giménez, que desarrolló posteriormente una larga carrera política y fue diputado, senador, alcalde de Madrid y ministro en un gobierno de Romanones. Cuando Alcalá Menezo lo conoció en 1877, Ruiz Giménez apenas tenía 25 años, pero ya se distinguía como principal impulsor de la idea de organizar una Exposición Provincial. Estaban por entonces de moda estas ferias, al rebufo de las grandes exposiciones universales, pero en Jaén, falto de industria y de otra actividad económica que no fuera el campo, la propuesta fue recibida con cierto escepticismo. Solo el empeño personal de Ruiz Giménez, con el apoyo de la Económica de Amigos del País, consiguió que el certamen saliera adelante en el verano de 1878.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Desde el primer momento Alcalá Menezo se entusiasmó con la idea y se impuso el objetivo de que Quesada tuviese una importante participación y protagonismo en la Exposición. Gracias a su esfuerzo e implicación personal tuvo Quesada en el certamen un protagonismo sin duda muy superior a su importancia real. Fue él quien seleccionó los productos quesadeños que se expusieron y diseñó etiquetas identificativas, expositores, etc. Los muchos gastos ocasionados corrieron por su cuenta, pero también organizó bailes y funciones teatrales para recaudar fondos y creó comisiones locales para intentar que la buena sociedad lugareña se sumase al esfuerzo. En el archivo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, digitalizado por la Diputación, se conservan las numerosas cartas que dirigió a Ruiz Giménez contándole sus preparativos y las numerosas incidencias que iba solventando. Al final lo consiguió: “que mi pueblo se presente (en la Exposición) como quien es, o mejor dicho, como yo quiero que sea”. Fue muy lucido el papel que hizo Quesada, y lo hizo gracias a él, que se tomó empeño como algo personal. En un anterior artículo (<u>vortizg.com</u>: <i>1878. QUESADA en la Exposición Provincial de Jaén. El jardín y Alcalá Menezo</i>) me extendí sobre este curioso y desconocido episodio que además coincide en el tiempo con la creación del jardín, el paseo se decía entonces, en lo que había sido la plaza del mercado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ruiz Giménez había fundado la revista <i>La Semana</i> como órgano oficial de la Exposición. Las suscripciones a esta revista servían además para financiar los trabajos preparatorios del certamen. Alcalá Menezo colaboró asiduamente en <i>La Semana</i>. En carta a Ruiz Giménez de 10 de febrero de 1878 le dice que le envía para su publicación un “par de artículos históricos y una composición en verso (narración histórica)”. El verso y la cosa histórica centraron, como se verá, sus aficiones literarias. Conforme se aproximaba la fecha de la inauguración aumentaban las ocupaciones de Ruiz Giménez que no daba abasto. Por eso decidió que alguien de su confianza lo sustituyera en la dirección de la revista y recurrió, agosto de 1878, a su amigo Ángel Alcalá. Como periodista y director de <i>La Semana</i> es citado nuestro personaje en las crónicas que sobre la Exposición, especialmente sobre su inauguración, se hicieron en la prensa de la época. A esta corta etapa como periodista es a la que alude Ciges al contar que fue director de “un periódico provinciano, del que era propietario otro joven amigo suyo, hoy aspirante a ministro”. Porque efectivamente el propietario, Ruiz Giménez, hizo carrera política y ocupaba el Ministerio de Instrucción Pública en 1913, precisamente cuando Ciges escribía <i>Villavieja</i>. De lo que no hay noticia es de que protagonizara en <i>La Semana</i> escándalo similar al de <i>don Luis</i> con los maestros, lo que tampoco excluye que sucediese algo similar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_ml9qyel2V-ljG9yB7Q3hKU0wB2BlOnqwHhV65Nzw5hwDA7LpC6Co1nRNlEO_JbGVHQm9KiBrS2gm4QNAgIUsaQSfXcy4gq1uyNTVA-PoLDHZzJMH9rtkq6b5DWvhrlEpblKZJ1wrF9HUhxIKo2kXVro-GUEBssKGATC-j0ShF7cPRdH-iR6OP6nPmA/s1289/1878-04-25%20AAM%20(1).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1289" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_ml9qyel2V-ljG9yB7Q3hKU0wB2BlOnqwHhV65Nzw5hwDA7LpC6Co1nRNlEO_JbGVHQm9KiBrS2gm4QNAgIUsaQSfXcy4gq1uyNTVA-PoLDHZzJMH9rtkq6b5DWvhrlEpblKZJ1wrF9HUhxIKo2kXVro-GUEBssKGATC-j0ShF7cPRdH-iR6OP6nPmA/w400-h265/1878-04-25%20AAM%20(1).jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Carta de Alcalá Menezo a Ruiz Giménez, 1878</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>El colegio de enseñanza secundaria en Quesada</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>A la vez que era diputado provincial y que organizaba la participación de Quesada en la Exposición estaba embarcado en otra de sus aventuras: la creación en el pueblo de un colegio de segunda enseñanza en el pueblo dependiente del instituto de Jaén. Fueron dos las ocasiones en las que lo intentó. Este primero entre 1877 y 1879 y otro posterior a finales de la década siguiente, en 1889, poco antes de su marcha a Filipinas. En otro artículo de mi blog de historia de Quesada (<u>vortizg.com</u> <i>El s. XIX en Quesada. La enseñanza secundaria</i>) he abordado esta faceta, también bastante desconocida, de su inquieta y apasionada personalidad. En junio de 1878 una comisión de catedráticos de Jaén se desplazó a Quesada para los exámenes. Quedó muy satisfecho, tanto que le pidió a Ruiz Giménez que insertara en <i>La Semana</i> una nota con el “resultado de mi Colegio, que ha sido brillantísimo, honroso, sobresaliente, magnífico” (carta de 24 de junio).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El proyecto quedó abandonado porque don Ángel lo abandonó y se marchó a Madrid, a escribir y meterse a fondo en política, como más tarde abandonó el segundo intento para irse a Filipinas. Pero su colegio dejó huella en la memoria colectiva. Cuando casi treinta años después se intentó de nuevo por otras personas el llamado “Colegio Moderno”, Juan de Mata Carriazo, autor del folleto que lo anunciaba, no olvidó mencionar como precedente a don Ángel:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><div><i><span> </span>No es la primera vez que se intenta en Quesada la creación de un Centro de esta índole. Ya en dos ocasiones, que sepamos, funcionó en nuestra ciudad un Colegio del que fueron organizadores, repetidamente, don Ángel Alcalá Menezo, el patricio novelador de las tradiciones de Tíscar, y don José Ramón Vives, el erudito cronista local de vena castiza, donosamente irónica.</i></div></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><div><br /></div></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando Ciges andaba por Quesada, el recuerdo era aún más reciente. El capítulo IX de <i>Villavieja</i>, cuando <i>don Luis</i> expone su proyecto de fundar un colegio, parece directamente inspirado en estos precedentes de Alcalá Menezo, que Ciges debió conocer bien pues le pudo informar de primera mano Manuel Segura, el padre de su pretendida Teresa, que fue profesor de Historia Universal y Filosofía durante el segundo intento de 1889.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>Literato.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando murió Alcalá Menezo, en el Registro Civil anotaron como profesión del difunto la de literato, cosa bastante notable en aquellos entonces como recalcó el imprescindible Carriazo en su <i>prólogo a Pedro Hidalgo</i>. La poesía y también la novela de gusto histórico fueron una ocupación mantenida a lo largo de toda su vida. En dos artículos publicados por el profesor de la Universidad de Jaén Alfredo Sancho Sáez en la <i>Revista de Ferias</i> de los años 1989 y 1998, este último junto a su hija M.ª Isabel Sancho, se trata su producción literaria y se reproducen tres poemas de su autoría. Califican su poesía como “de circunstancias en general, aunque alguna vez le tentó la vena satírico-costumbrista”. En el semanario filipino <i>Manililla</i> volvió a publicar poemas en 1890, alguno de los cuales, “La mujer y el espejo”, están reproducidos por el profesor Sancho en su artículo de 1999. Seguramente los envió al semanario como si fueran recién escritos, confiando en que nadie se daría cuenta de que eran usados, pues no estarían en Manila muy al tanto de la vida literaria de Jaén en los años anteriores.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Además de versos, también publicó durante su etapa política madrileña algún que otro artículo que podríamos llamar “de opinión”. El 29 de julio de 1881 <i>El Pabellón nacional</i> publicó el titulado La mujer, que trata sobre su necesaria igualdad con el hombre. Diserta sobre su pasado y su histórica marginación (“ser el más mal tratado sobre la tierra. ¡Cuántas decepciones sufridas! ¡Cuántos malos tratamientos aguantados! ¡Cuántos insultos!”). Algunas de sus afirmaciones resultan sorprendentes teniendo en cuenta que se escribieron hace casi 150 años por un señor nacido y criado en la muy tradicional y cerrada sociedad quesadeña:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>La mujer, ¿es desigual al hombre? La mujer, ¿es inferior al hombre? Estos no son problemas; estas cosas ya no se discuten; estas cosas se aseguran diciendo rotundamente y con el valor que presta la convicción más severa, que la mujer es igual al hombre.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>La regeneración de la mujer se acerca. Lo que la religión la concedió a medias, lo que la ha negado la filosofía y la moral, la política se lo va a conceder.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>(La política) es la que hará de la mujer un ser igual al hombre, porque existe ya en los políticos la conciencia y la convicción de que la regeneración de la mujer es necesaria para que los hombres aprendan desde luego a ser buenos ciudadanos.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No sé si este artículo fue conocido por Ciges, o si escuchó hablar de las opiniones “feministas” de Alcalá Menezo, pero lo cierto es que en el capítulo XVIII <i>don Luis Obregón</i> (o más bien Ciges) se extiende sobre la situación de la mujer, condenada a un papel secundario y marginal en los hogares. Era uno de los graves problemas pendientes de resolver: “Don Luis sabía que, entre los múltiples problemas que conturban a España, hay uno del que no se habla y es el tormento de los hogares”. De todas formas no hay que asustarse; Alcalá Menezo no se adelantó cien años a su tiempo, Ciges seguramente tampoco. Venían de un mundo que consideraba a la mujer poco menos que una propiedad semoviente con la exclusiva función reproductora y de servicio doméstico. Que don Ángel viera un poco más allá no le convierte en una personalidad contemporánea. De hecho el 31 de mayo de 1890 publicó una pequeña colección de sentencias, que tituló “Axiomas”, alguna de las cuales resulta hoy día chocante: “El alma de la mujer es proteccionista; su corazón librecambista y todo su cuerpo oportunista”. Pero las cosas en su contexto, la Constitución de Cádiz, leída como si estuviera escrita hoy, puede parecer muy conservadora, pero hubo tiempos en que su defensa podía costar la vida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero de toda su producción fue la novela histórica <i>Pedro Hidalgo o el castillo de Tíscar</i> la que dejó huella, al menos local. Se trata de la conocida popularmente como Novela de Tíscar, “tardía muestra de narración romántica”, de “fondo histórico a la manera de Walter Scott, aunque tal vez más cerca de Gil y Carrasco”, según los autores arriba citados. Como es sabido, trata de la Virgen de Tíscar, de su destrucción por el malvado “alcaide” de Tíscar Mohamed Andón, de Pedro Hidalgo y su asombrosa conquista de Peña Negra. Llena de hechos históricos (más o menos reales, más o menos legendarios), mantiene siempre un tono heroico y caballeresco, muy a menudo bastante almibarado, especialmente en cuanto a la devoción y culto a la Virgen, que don Ángel pretende, siguiendo a Román de la Higuera en sus conocidos <i>Falsos Cronicones</i>, mantenido ininterrumpidamente desde tiempos del legendario San Isicio. Pero esta novela es la epopeya local de Quesada, guardada por muchos como un tótem que simboliza y recuerda a los mayores ya muertos y a la patria local. Lo cual no significa que se haya leído, porque ciertamente su lectura es francamente pesada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Al igual que ocurrió con <i>Villavieja</i> en <i>El Socialista</i>, <i>Pedro Hidalgo</i> apareció primero como folletín por entregas en <i>El Pabellón Nacional.</i> El primer capítulo de publicó el 18 de abril de 1883, el último el 14 de noviembre del mismo año. <i>El Pabellón Nacional</i>, diario próximo a los liberales, anunciaba así su salida recalcando su corrección moral, lo contrario de lo que sucedía en otros periódicos tan aficionados a las novelas extranjeras:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> </span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Desde mañana empezaremos a publicar en el folletín de nuestro periódico una interesante cuanto amena e instructiva novela, titulada: Pedro de Hidalgo o El Castillo de Tíscar. Aunque la amistad que nos liga con su autor, D. Ángel Alcalá Menezo, nos impida tributarle todos los elogios que en realidad merece (…) Pedro de Hidalgo es una de esas novelas que, como Fabiola, del obispo Wichsman, a pesar de estar basadas en hechos puramente religiosos y por lo milagrosos tal vez inverosímiles, no por eso dejan de cautivar al lector, subyugándolo hasta obligarle a proseguir la lectura con avidez y entusiasmo verdaderos.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div> <div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Por otra parte, las descripciones de El Castillo de Tíscar son tan bellísimas, tan curiosas y nuevas las noticias que da acerca de la dominación árabe en Andalucía, tan bien delineados y sostenidos los caracteres, y tan enérgica y conmovedora, en fin, la lucha de las pasiones, que no vacilamos en asegurar que los lectores de EL PABELLÓN NACIONAL habrán de estimarnos que en nuestro folletín nos salgamos de la costumbre admitida ya casi generalmente de insertar novelas extranjeras, inmorales y aún cínicas, que si halagan a cierta parte del público, a la inmensa mayoría causan, si no repugnancia, por lo menos antipatía.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Mientras se publicaban las entregas, apareció también como libro impreso en dos tomos por la imprenta Montoya, de la madrileña calle Caños del Peral. Años después de fallecer el autor, su viuda Fernanda Teruel Godoy cedió los derechos de la obra a la Cofradía, que la reeditó en Sevilla en 1945, con prólogo de Juan de Mata Carriazo y portada de Rafael Zabaleta. Esta segunda edición es la que imprimió en edición facsímil la Cofradía en 1981 y que creo sigue a la venta. Además de su valor sentimental como objeto, como de medalla antigua de la Virgen, tiene otro valor que está pendiente de estudiar. Está escrita en la segunda mitad del siglo XIX y su autor, cuando describe paisajes y espacios urbanos, está hablando de los de su tiempo, no de cómo eran en el siglo XIV, cosa que desconocía. Así, cuando por ejemplo habla de la Lonja, describe como estaba el lugar en 1880, distinto a la plaza actual. Los datos que se podrían obtener de este análisis seguramente serían interesantes, pero hay que expurgarlos entre las páginas de aburridas aventuras tipo Capitán Trueno versión devota. Dejo la tarea para gente más joven y animosa.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Alcalá Menezo fue un personaje bastante singular. No solamente escribía, algo nada raro en Quesada donde la afición al verso es grande, incluso en personas con la formación justa como se puede comprobar cada año en la <i>Revista de Ferias</i>. Don Ángel además leía y parece que bastante. Con motivo de ciertos problemas judiciales que pronto se abordarán, en 1888 el juez de instrucción le embargó su biblioteca para el pago de costas. En el <i>Boletín Oficial de la Provincia</i> de 20 de septiembre de ese año se anunció la subasta de bienes y se publicó la relación de los mismos junto a una breve descripción y su valor de tasación. Aunque hay algunos muebles (“un estante grande acintalado con fondo de seda, elegantemente construido, para más de 1.000 volúmenes en 250 pts.”, varios sofás, etc.), la mayoría de los bienes a subastar son libros. Abundan los clásicos (Por ejemplo <i>Obras de Cayo Cornelio Tácito</i>, en 19 pesetas. o <i>Biografías de Homero, Hesíodo, Licerigo, Rómulo, Numa Pompilio, Solón</i>… Edición rarísima de 1804, escrita por Blanchard, en 50 pesetas.), también los estudios históricos (<i>Historia de la dominación de los árabes en España, escrita por los mismos árabes</i>, edición rarísima en 60. o <i>Inscripciones árabes de Sevilla</i>, con magníficos grabados, por Amador de los Ríos, en 7 pts.) y los puramente literarios (<i>Theatro universal de España</i>, obra rarísima, de Garma, edición de 1737, en 15 pts. y las <i>Obras completas de Espronceda</i>, en 6 pesetas.).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Para mayor sorpresa no hay solamente obras en castellano; muchas de ellas están escritas en francés (<i>Sátires de Juvenal, traduites par Dusantix</i>; edición rarísima de 1803, en 25 pesetas.), e incluso alguna en inglés, algo que seguramente superó al secretario judicial que tiró por el camino de en medio al incluirlas en la relación: “The poetical, or elegant, etc, en 30 pesetas”. Son en total 28 libros valorados en 538 ptas., una importantísima cantidad para la época. A estos hay que añadir “Ciento diez ejemplares de <i>Pedro de Hidalgo, o el Castillo de Tíscar</i>, en 660 pts.” a razón de 6 ptas. cada ejemplar de dos tomos. Más allá de la pequeña fortuna que representaban, los libros embargados muestran a un Alcalá Menezo con una inquietud cultural muy superior a la de sus (muy pocos) paisanos que podían comprar libros y leer, pero que solían dedicar sus ocios a jugarse la hacienda en el Casino. Seguramente fue un caso raro en el siglo XIX quesadeño, quizás con la excepción de don Santiago Vicente García, autor de libros de texto y de artículos sobre política internacional en la prensa madrileña al que dediqué una entrada en este blog (<u>vortizg.com</u> <i>La Guerra de Crimea vista desde Quesada</i>).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>También, y por último, llama la atención que casi cinco años después tuviera en su poder, es decir, sin vender, 110 ejemplares de <i>Pedro Hidalgo</i>. No sabemos cuál fue la tirada de la novela pero, teniendo en cuenta que se vendió también fuera del pueblo, en esta y en comarcas vecinas (la que poseo procede de Huéscar), parece que no fueron muchos los quesadeños que en aquel momento se interesaron por la novela. Por delante de la obra pusieron al autor, su vecino y conocido. Con el tiempo fue lo contrario, se olvidó al autor como personaje desconocido y se acogió la obra, el tótem. Cosas de este pueblo y quizás de todos los demás.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYmBqxK9XDgaGeS6nABhPRMq-Kp9YEnXmkPgSC4NB4DWe4ZLwdgBx0yncu1I6FwL-xB4M__qsrHquzikUR-FoZ7jZTiuwKZ5Axmghj9npmx_IVR5t6YXWcHT5uKRKc351mWC8FeB6xMa3tcZjqy7ix7bs-V2v0KTdz4FN9XDs687QZShhx9isMVaZgg/s3095/1920%20Museo%2025-6-20%20(1).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3095" data-original-width="1891" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYmBqxK9XDgaGeS6nABhPRMq-Kp9YEnXmkPgSC4NB4DWe4ZLwdgBx0yncu1I6FwL-xB4M__qsrHquzikUR-FoZ7jZTiuwKZ5Axmghj9npmx_IVR5t6YXWcHT5uKRKc351mWC8FeB6xMa3tcZjqy7ix7bs-V2v0KTdz4FN9XDs687QZShhx9isMVaZgg/s320/1920%20Museo%2025-6-20%20(1).jpg" width="196" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Explanada y convento en el <br />tránsito de los ss. XIX y XX</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>Político</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Además de escritor y periodista, Ángel Alcalá Menezo fue político que alcanzó cierta notoriedad en distintos momentos de su vida. Ya se ha visto que, olvidadas sus juveniles simpatías carlistas, fue diputado provincial desde 1877. Poco después, en febrero de 1881, se produjo una de las habituales crisis de gobierno, tan frecuentes en la Restauración. Don Práxedes Mateo Sagasta fue encargado por Alfonso XII de formar gobierno. Como ya era tradición, disolvió inmediatamente las Cortes y convocó elecciones para hacerse con la correspondiente mayoría parlamentaria al efecto. Las elecciones se celebraron el 21 de agosto y las ganó, no hay que decirlo, el partido de don Práxedes, el Liberal-Fusionista, por más del 75% de los votos. En Quesada votaron 255 electores (tras el paréntesis democrático posterior a La Gloriosa se había vuelto al voto censitario o restringido) de los que 212 lo hicieron por el candidato gubernamental. Era este José Serrano Aiuzpurúa, hijo del general Serrano Bedoya, por entonces reintegrado como senador vitalicio a la nueva legalidad monárquica. El candidato conservador obtuvo solo 38 votos. A pesar del aplastante resultado, fue la campaña electoral de estas elecciones bastante movida en Quesada y tuvo como violento protagonista a Alcalá Menezo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>De lo que pasó da cuenta el periódico de Almería <i>La Crónica Meridional</i> de 13 de agosto de 1881:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Un periódico de Úbeda habla de una colisión entre dos caballeros en el sitio más público de la inmediata población de Quesada, resultando herido de un balazo don Andrés Conde. A continuación da cuenta de la prisión del ex diputado provincial D. Ángel Alcalá.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Al año siguiente el granadino <i>La Tribuna</i> del 19 de noviembre de 1882 (Biblioteca Virtual de Andalucía), ampliaba datos al informar sobre el recurso ante la Audiencia de Granada de la sentencia dictada por el juzgado de instrucción de Cazorla. Sucedieron los hechos un día de agosto, un par de semanas antes de las elecciones, en el Casino y en el jardín, el flamante paseo cuyos árboles estaban casi recién plantados. Según <i>La Tribuna</i>:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>El Sr. Alcalá Menezo, diputado provincial y jefe de uno de los partidos de aquel distrito, tuvo sobre cuestiones electorales un altercado en el Casino de Quesada (Jaén) con D. Andrés Conde del Águila, que acaudillaba a los contrarios de la candidatura que protegía el Sr. Alcalá, excediéndose hasta el punto de ofender a este de hecho, no llegando la cosa a mayores, por la mediación de amigos de una y otra parte.</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Por la noche se encontraron los señores Alcalá y Conde del Águila en el paseo y se reprodujo el altercado, haciéndose disparos y resultando herido de uno de ellos el señor Conde.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Andrés Conde resultó herido de cierta gravedad (no pudo votar en las elecciones del día 21) y el juzgado de instrucción abrió un proceso por el que Alcalá Menezo, “joven distinguido que ahora empieza su carrera política, y en la que seguramente ha de conseguir verdaderos adelantos”, resultó condenado a tres años de cárcel. Alcalá Menezo recurrió a la Audiencia de Granada, que en noviembre de 1882, “estimando las circunstancias atenuantes que han concurrido en el hecho”, anuló la sentencia y le impuso solo cuatro meses de arresto domiciliario. Los atenuantes no eran otros que la protección política recibida desde Madrid, adonde había marchado/escapado don Ángel poco después de sucedido el hecho.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando <i>don Luis Obregón</i> fue procesado por su ataque a la comisión de maestros se fue a Madrid en busca de apoyos políticos. Es lo mismo que hizo don Ángel y además ambos lo buscaron en el mismo sitio: Manuel Becerra y la Izquierda Dinástica. Evidentemente Ciges se ajustó a lo que escuchado en Quesada sobre el fogoso Alcalá. Es a las costas de este proceso a las que corresponde el embargo de su biblioteca mencionado anteriormente:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>para hacer efectivas las costas en que ha sido condenado D. Ángel Alcalá y Menezo, vecino de Quesada, en la causa que se le siguió sobre disparo de arma de fuego y lesiones, se sacan a pública subasta los bienes siguientes.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Resuelto el problema judicial, se estableció en Madrid, y entre 1882 y 1884 desarrolló una intensa actividad política de la que frecuentemente cuenta la prensa de la Corte. Su juventud, desparpajo y osadía hicieron que muchos adivinaran en él un futuro prometedor en los ambientes políticos de la capital. El 1 de abril de 1882 insertaba <i>El Pabellón nacional </i>una curiosa noticia sobre D. Ángel que titulaba “Un dios más en la democracia-monárquica”. Según el diario, dos días antes había salido para Jaén “D. Ángel Alcalá y Menezo, con objeto de organizar el partido neo-monárquico en aquella provincia”. Pero de lo que auténticamente se maravillaba el periodista era de que la dirección del partido hubiese dado por bueno “el nombramiento de presidente honorario que en su favor han hecho los comités demócrata-monárquicos de la provincia de Jaén (…) Lo cual constituye para el Sr. Alcalá, un triunfo en toda la línea”. Y es que esas presidencias honorarias, según el periódico, estaban reservadas solo a “Moret, Beranger y Sardoal, como si dijéramos, los dioses mayores”, razón por la cual se felicitaba al protagonista:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Saludamos, pues, al diputado provincial de Jaén como la cuarta potencia en su partido... por la antigüedad. Que por la calidad... Nos parece que desbancará a más de un jefe.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El partido neo-monárquico al que se refiere <i>el Pabellón nacional</i> era el Partido Democrático Monárquico que acababa de fundar Segismundo Moret y que ese mismo año se fusionó con Izquierda Dinástica. En Izquierda Dinástica, fundado a la sombra del muy veterano general Serrano Domínguez, se integraron progresistas, demócratas e incluso antiguos republicanos que aceptaban la monarquía de Alfonso XII, pero que aspiraban a reformar la Constitución de 1876 para acercarla a la democrática de 1869. Uno de los dirigentes de Izquierda Dinástica fue Manuel Becerra, el protector de don Luis Obregón en Villavieja. Al igual que <i>don Luis</i>, don Ángel encandiló a Becerra con su osadía y su oratoria. Por otra noticia del mismo periódico, 21 de mayo, se deduce que Alcalá Menezo se estaba relacionando bien y era secretario de la junta del Casino demócrata-monárquico. Anunciaba El Pabellón que la conferencia de aquel día en el Conservatorio de Artes y Oficios estaría “a cargo del ilustrado literato y compañero nuestro en la prensa D. Ángel Alcalá y Menezo”. Versaría sobre el sistema métrico decimal, entonces novedoso, “y dada la competencia del señor Alcalá y su facilidad y corrección en expresarse, desde luego aseguramos que será una de las más brillantes del presente curso”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En la vida política madrileña, cosa de pocos y de sus periódicos, eran, y son, frecuentes las trifulcas y enfrentamientos que solo tenían sentido para los iniciados. En junio de 1882 el periódico republicano <i>El Liberal </i>había anunciado desde sus páginas la muerte del partido Democrático Monárquico. Otro periódico, el monárquico<i> La Época</i>, se hizo eco de que once afiliados demócratas se habían reunido para comer y contestar con sorna al republicano. Lo hicieron mediante un telegrama, dirigido a la redacción de <i>El Liberal,</i> mediante el que les informaban de que un grupo de afiliados se habían reunido en el restaurante Dos Cisnes para “celebrar el banquete de defunción” y que saludaban atentamente a los redactores “y aun les invitan” (<i>La Época</i>, 30 de junio de 1882). Uno de los sarcásticos comensales era don Ángel, que seguramente se movía a sus anchas en esos trances y peleas que no dejaban de ser los mismos del Casino de Quesada, pero en pueblo más grande y con reina.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Una nueva noticia de finales de año vuelve a acreditar la integración de Alcalá Menezo en los ambientes capitalinos. Según <i>La Correspondencia de España,</i> 30 de diciembre de 1882, participó en un acto del partido formando parte de una comisión del “círculo Demócrata-monárquico” que depositó “una corona en la tumba del inolvidable general Prim”. El homenaje tenía gran significación política, pues el asesinado Prim era el referente de la monarquía democrática nacida de la Revolución de 1868 y confrontada con la restaurada de los Borbones. El día de Reyes de 1883 fue uno de los oradores en el teatro de la Bolsa en el acto de presentación de la Sociedad Gran Círculo Obrero: “Alcalá Menezo y algunos obreros pronunciaron sobrios y elocuentes discursos, explicando el objeto de la Sociedad” (<i>Diario oficial de avisos de Madrid</i>, 7 de enero de 1883). A pesar del nombre, este grupo no tenía relación con los nacientes movimientos anarquista y marxista (de hecho los gobiernos de Sagasta reprimieron con dureza a los internacionalistas), sino con su propio partido, que se movía en los límites del republicanismo y democratismo más extremo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>1883 fue intenso para Alcalá Menezo: es el de la publicación de <i>Pedro Hidalgo</i> y el año en el que los suyos empiezan a tocar poder. Segismundo Moret, su jefe político, abandonó el inicial radicalismo y fue nombrado ministro de Gobernación por el nuevo presidente liberal, Posada Herrera. Como sucedía tras cada cambio gubernamental, se dispararon los rumores sobre nombramientos entre los partidarios del nuevo Gobierno. Y ahí estaba Alcalá Menezo. A los pocos días del cambio político, 18 de octubre, publicaba <i>El Pabellón nacional</i> un suelto dando cuenta de lo que se rumoreaba:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Continúan haciéndose pronósticos acerca de la provisión de cargos de importancia. Anoche, en el círculo de la izquierda, oímos a varios socios indicar nombres y más nombres para ocupar un gran número de gobiernos de provincia que todavía no están vacantes.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Entre estos figuraba, según decían, con probabilidades de éxito, el de D. Ángel Alcalá Menezo, para un Gobierno de primera clase, por ser uno de los pocos primitivos correligionarios del señor Moret, que reúnen las condiciones exigidas por la ley, aparte esto de las de ilustración o idoneidad que son necesarias.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Esta vez no tuvo suerte don Ángel y el rumor quedó en nada. Pero no había que perder la esperanza, como decía el periódico en ese mismo suelto:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>El mejor modo de no recibir desengaños es el de no hacerse ilusiones, aunque aparezcan como muy fundadas. Y la mejor manera de ser complacidos es la de esperar con calma.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Alcalá Menezo debió hacer caso al periodista y esperó con calma. Dentro del partido siguió apoyando a Moret y a los “venerables”. Los años pasaban y ya no era tan joven, ni podía ser un joven exaltado ni despreciar a sus compañeros veteranos cada vez más influyentes. El 7 de diciembre tuvo lugar una reunión del Círculo de la Izquierda (Izquierda Dinástica) para renovar la junta del partido. Resultó bastante tensa porque, frente al “elemento viejo” formado por “amigos de los señores Montero Ríos, Balaguer y Moret, muchos empleados en el ministerio de la Gobernación y hasta del Gobierno civil”, se presentó una candidatura alternativa, el “elemento joven”. Estos se oponían al viraje gubernamental que había supuesto el nombramiento de Moret en Gobernación. Según <i>El Globo</i>, “a pesar de los ardorosos jóvenes que lucharon con denuedo contra la candidatura de los venerables del partido”, ganó la candidatura de los viejos, en la que figuraba como vocal don Ángel. Así pues Alcalá Menezo inició 1884 formando parte de lo que hoy llamaríamos la ejecutiva del partido Izquierda Dinástica, presidida por Manuel Becerra (<i>El Globo</i> y <i>El Imparcial</i>, ambos de 8 de diciembre).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero con la reunión anterior no se calmaron las cosas en Izquierda Dinástica, que no dejaba de ser un grupúsculo madrileño que intentaba mantener el espíritu revolucionario de 1868 pero a la vez a la expectativa de gobierno y parlamento. Hasta su disolución en octubre de 1884, tras el acercamiento de Moret a Sagasta y al Partido Liberal Fusionista, las divisiones internas fueron constantes. El carácter vehemente e impulsivo de Alcalá Menezo, el mismo que manifiesta <i>don Luis Obregón</i> en <i>Villavieja</i>, le hizo pisar todos los charcos que se le pusieron delante. Un par de meses después de ser elegido se desmarcó de una propuesta de la ejecutiva modificando los estatutos: “Se puso a discusión una proposición firmada por la junta directiva, excepto los Sres. Sangrador y Alcalá Menezo, que sustentaban distinto criterio”. Aunque resultó aprobada la propuesta de la ejecutiva hubo una gran tensión, “mucho calor había en la sala de sesiones, pero era mayor el que había en los ánimos”, y muchos asistentes abandonaron la sala (<i>La Discusión</i> 2 de febrero de 1884).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Aunque metido de lleno en la alocada actividad política de Izquierda Dinástica, Alcalá Menezo no olvidó la cosa cultural y social. El 13 de marzo resultó elegido vicepresidente de la mesa de discusión del Círculo Nacional de la Juventud, Sociedad científica y literaria (<i>La Iberia</i> 15 de marzo de 1884). Era una entidad fundada por socios del Ateneo para debatir temas científicos, literarios, artísticos y de ciencia moral y política. A pesar de nacer ajena a “exclusivismos de partido”, lo cierto es que la mayoría de sus 700 socios pertenecían a “Los partidos democráticos” y su primer conferenciante fue Manuel Becerra (<i>La República</i>, 19 de marzo de 1884).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En la primavera de 1884 las tensiones internas dentro de Izquierda Dinástica estaban llegando al límite y ya se había puesto sobre la mesa la desaparición del partido mediante su integración en el Liberal Fusionista de Sagasta. Era la vieja discusión entre los venerables y los jóvenes, los que buscaban el acercamiento a los centros de poder y los que seguían en posturas democráticas maximalistas. El 7 de mayo de aquel año se celebró una junta general en la que este asunto acaparó el debate. Estuvo presidida por Becerra y estuvieron presentes todas las figuras del partido, como Canalejas y Moret. Por la trascendencia de lo tratado tuvo un importante seguimiento en la prensa de todas las tendencias.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftn2">[2]</a> También participó, como miembro de la junta directiva, Alcalá Menezo, que volvió a ser protagonista. En un ambiente de expectación y cierta tensión tres vocales de la ejecutiva, entre los que estaba Alcalá Menezo, presentaron una propuesta para que en pocos días se eligiese una nueva junta directiva que representase a todas las tendencias del partido, lo que a su juicio no se daba en aquel momento. Estaba la propuesta inspirada por Moret con la intención de facilitar un entendimiento con Sagasta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El debate fue largo e intenso. Manuel Becerra presionó para que la propuesta no fuera sometida a votación, de incierto resultado, lo que consiguió tras vencer la negativa inicial de Alcalá Menezo, que como firmante sostenía que su única intención era salvaguardar la unidad del partido. Vencidos los escrúpulos de don Ángel, se pasó a otras propuestas que tampoco llegaron a votarse para no oficializar la división interna. Poco antes de cerrar el acto Segismundo Moret, el protector de Alcalá Menezo, intervino para llamar la atención sobre la necesidad de unir fuerzas con los fusionistas pues “el partido republicano tiene un gran interés en hacer imposible la democracia con la monarquía” y él abandonaría la política si no se consigue “la perfecta hermandad de la democracia y la monarquía”. Izquierda Dinástica pasaba por graves dificultades que la prensa contraria no dejó de subrayar. <i>El Correo militar</i> tituló su crónica de aquel día: “LA IZQUIERDA. Continúa la descomposición”. No era en realidad descomposición sino la integración de sus cargos y cuadros en el partido de Sagasta, que como integrante del turno era algo mucho más rentable en términos de poder. Mientras se aceleraba la integración, se mantenía la retórica democrática y así en mayo hubo una reunión de jefes provinciales de Izquierda Dinástica que terminó con “vivas al duque de la Torre, a la libertad y a la democracia”. Alcalá Menezo intervino en ella como cabeza del partido en Jaén (<i>El Pabellón nacional</i>. 12 de mayo de 1884).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Tras producirse la fusión, Alcalá Menezo, desconozco las razones, no buscó o no consiguió cargo alguno. Regresó a Quesada. Fueron unos años tranquilos y sin especial actividad, aunque seguía siendo miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén y manteniendo sus relaciones y contactos sociales, culturales y también políticos. La vida quesadeña, aburrida para alguien tan inquieto como él, le movió al final de la década a un nuevo intento de crear un colegio de segunda enseñanza. El colegio se quería complementar, por influjo del nuevo párroco, Leandro Giménez, de una preceptoría del Seminario de Toledo. Ya había conseguido la autorización del instituto provincial de Jaén y estaba a la espera de que el arzobispo de Toledo autorizase la preceptoría. Para adecuar el local solicitó al Ayuntamiento una subvención de 1.000 ptas., que se concedió con la condición de que si “el referido colegio se clausurase por cualquier circunstancia” el Ayuntamiento tendría derecho a recuperar el dinero con la casa y la venta de “los efectos y mobiliario” del colegio (Pleno municipal de 1 de septiembre de 1899). Pero el proyecto se abandonó casi sin haberse iniciado porque la vida de don Ángel dio un nuevo giro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>Filipinas</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Unos meses antes de que Ángel Alcalá retomase el proyecto de colegio, el antiguo presidente de Izquierda Dinástica, Manuel Becerra, había sido nombrado ministro de Ultramar por Sagasta. Desde su vuelta de Madrid, Alcalá Menezo había hecho caso de lo que aconsejaba <i>El Pabellón nacional</i> cuando se rumoreó que le iban a dar un gobierno civil para el caso de que, como ocurrió, no lo consiguiera en aquel momento: “la mejor manera de ser complacidos es la esperar con calma”. Parece que lo hizo y, como anticipaba el periódico, Becerra finalmente recompensó a su antiguo partidario, que con tanta calma había esperado. En la <i>Gaceta de Madrid </i>de 20 de octubre de 1889 se publicó un real decreto por el que, a propuesta del ministro de Ultramar, la Reina Regente María Cristina nombraba “gobernador civil de la provincia de Batangas, en las Islas Filipinas, a D. Ángel Alcalá Menezo”. Estaba todavía preparando el viaje cuando le cambiaron la provincia por otra quizás mejor: Bataan. El decreto fue publicado en la <i>Gaceta de Manila</i>, el 30 de diciembre de 1889, por el gobernador general, Valeriano Weyler, en el boletín oficial de la colonia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No era malo el gobierno que le habían encomendado. Bataan estaba, y está, cerca de Manila, al otro lado de la bahía, lo que permitía una cómoda comunicación marítima. Su capital era y es Balanga. Según el <i>Vademecum etnográfico de Filipinas</i> (<i>Revista de geografía comercial</i>. Madrid octubre 1889), la población de la provincia era mayoritariamente tagala, “cristianos civilizados” según el <i>Vademecum</i>. Junto a ellos dos minorías: los pampangos, también civilizados, y los negritos, “infieles salvajes pero tímidos”. Era por tanto una provincia tranquila, alejada de las zonas donde el control colonial era precario y la seguridad incierta pues estaban habitadas, según el citado <i>Vademecum</i>, por “infieles salvajes” y “salvajes sanguinarios”. Tras su llegada, el flamante gobernador pronto se hizo notar en la vida social de la colonia. Allí los residentes procedentes de la metrópoli llevaban una vida monótona en la que cualquier novedad se convertía en acontecimiento. En febrero organizó don Ángel en Balanga, sede de su gobierno, una sonada fiesta con motivo de celebrar su santo o cumpleaños. De ella se hizo eco en Manila <i>El Caneco, periódico ilustrado satírico-cómico-humorístico</i> (1 de marzo de 1890. En Hemeroteca Digital. BNE). Le dedicó un dibujo en la portada y en las páginas interiores un suelto firmado por un tal Willians, que lo titula <i>¡Ande la juerga!</i>, anunciando el festejo y el programa previsto por el anfitrión:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Por la mañanita muy temprano, salida de los excursionistas de Manila, en un vaporcito fletado al efecto por el propio anfitrión. Llegada a Balanga. Parada y fonda. Es decir: una buena comida, para la que los apetitos estarán de «par en par», por efecto del viaje marítimo. Cálculo yo, que luego se dormirá la siesta. A las cuatro, una chispa después, la becerrada. Luego, fuegos artificiales. Después, la cena. Cuando se concluya de cenar, gran baile. (…) Vuelvo a calcular, que, después de todo esto, se podrá dormir un poquito, para volver descansados a Manila…</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La cosa tuvo que ser sonada no solo en Balanga, que no dejaba de ser un poblachón habitado por lugareños indígenas y unos cuantos curas y autoridades españolas, sino en la misma Manila. Allí los jóvenes, según <i>El Caneco</i>, andaban alborotados ante la festiva perspectiva:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>La becerrada que el galante Gobernador de Bataan ha organizado para que se celebre el día de su santo, trae de cabeza a muchos chicos, muy formales, que no piensan ya en otra cosa que en largas y en quiebros y en recortes, como si fueran cesantes en lucha eterna con Inglaterra entera.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Como ya sabemos, al poco de llegar <i>don Luis Obregón</i> a su gobierno civil organizó una fiesta que coincidía con la recepción que a su vez había organizado el general Weyler en su presentación como gobernador general. Algunos detalles de los que se dan en <i>Villavieja</i>, como el traslado en barco de los invitados de la capital por ejemplo, coinciden con la fiesta de la que habla <i>El Caneco</i>. Sin embargo, la enemiga de Weyler hacia <i>don Luis</i> no pudo venir de la contraprogramación a su acto de recepción, pues cuando don Ángel llega a Bataan, Weyler llevaba ya más de un año en Filipinas. Como siempre, Ciges recoge detalles reales y los adapta a su narración, donde lo importante es resaltar el carácter provocador y fanfarrón de don Luis. Y por supuesto dejar mal a Weyler, con el que Ciges guardaba cuentas personales desde sus tiempos de Cuba.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4uAb8zHiKd7ivQjjqFRqSe4IRE6E2JRlKsIBai0N8Rnyt-QmWLj-OQTqhMg-SSgmjjONaj9Iv8Q16AoQ0VmmU9p8TUnapaQLcqIMOU843qeu9vZaUMV6wbIHdn8H3lP5BB3kWF3yimF5efWibTTG18q0369RQcL8u6SVOWYjx7mscYb5-NpzpGzDH4Q/s1693/Balanga,%20El%20Caneco.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1693" data-original-width="1428" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4uAb8zHiKd7ivQjjqFRqSe4IRE6E2JRlKsIBai0N8Rnyt-QmWLj-OQTqhMg-SSgmjjONaj9Iv8Q16AoQ0VmmU9p8TUnapaQLcqIMOU843qeu9vZaUMV6wbIHdn8H3lP5BB3kWF3yimF5efWibTTG18q0369RQcL8u6SVOWYjx7mscYb5-NpzpGzDH4Q/s320/Balanga,%20El%20Caneco.jpg" width="270" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La fiesta del gobernador en Balanga, <br /><i>El Caneco</i></td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Los meses que van desde su toma de posesión hasta el final del verano de 1890 son los de mayor presencia y relieve social de Alcalá Menezo. Lo podemos comprobar en <i>Manililla. Periódico semanal ilustrado, cómico y humorístico</i> (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. Ministerio de Cultura y Deporte). Este periódico de Manila solía publicar de cuando en cuando caricaturas de personajes relevantes de la vida local. La del 5 de mayo la dedicó a nuestro personaje: “Gobernadores. El de Bataan. D. Ángel Alcalá”. El dibujo lo representa elegantemente vestido, con chistera en una mano y bastón de mando en la otra. Debe ser la única caricatura de un quesadeño publicada en prensa al menos hasta tiempos recientes. En Quesada es desconocida. Ocupa una página completa y la acompaña el siguiente texto:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Es el señor Alcalá</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>de lo poco que yo vi:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>un gobernante… ¡hasta allí!</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>un escritor… ¡hasta allá!</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Fue en sus tiempos, periodista;</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>es decir, vivó luchando…</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Y actualmente, está probando</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>ser notable novelista.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Es curiosa esta última referencia. Había escrito <i>Pedro Hidalgo o el Castillo de Tíscar</i> años atrás, mientras se dedicaba a la política en Madrid. Aunque se hubiese llevado a Filipinas algún ejemplar, no parece muy probable que se estuviera dedicando a difundirla por allí. ¿Quiere decir <i>Manililla</i> que estaba escribiendo una nueva novela? Pudiera ser que sí, dado el carácter audaz del personaje. Pero puede ser también que el periódico satírico le estuviera llamando novelero y fantasioso, algo que seguramente era cierto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Manililla</i> también publicaba artículos y poemas que le remitían sus colaboradores, tanto de la capital como de provincias. Entre mayo y agosto la firma de Alcalá Menezo aparece hasta cinco veces en sus páginas. Al menos dos de los poemas no eran nuevos, los había publicado ya en la Península y están recogidos por Isabel Sancho en su artículo de la <i>Revista de Ferias</i> de 1998. Su primera publicación en Manililla apareció el 31 de mayo, se titula <i>Axiomas</i> y está firmada en Balanga como Ángel Alcalá. Son 13 frases o sentencias de intención ingeniosa y humorística sobre los tópicos corrientes. Unas están dedicadas a la mujer reproduciendo los lugares comunes que entonces (a veces también hoy) se asignaban al sexo femenino:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span><i>El alma de la mujer es proteccionista; su corazón librecambista y todo su cuerpo oportunista.</i></span></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Otras tratan de los problemas económicos, de la falta de dinero y las deudas:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Cualquier modesta casa de préstamos, soluciona (aunque con vilipendio) más conflictos que toda la sabiduría del cuerpo diplomático europeo.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Contando que pudiera ser también antiguo y reaprovechado, parece un simple entretenimiento con el que don Ángel quizás solo intentaba darse a conocer como autor ingenioso. El 14 de junio <i>Manililla</i> publicó un poema titulado Mis lágrimas y tu risa. Madrigal. Este sí es uno de los que ya había publicado anteriormente. La única novedad respecto al reproducido por I. Sancho es que lo dedica a Mercedes. En él se queja del apasionado amor del autor que no era correspondido por Mercedes según su primera estrofa:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>¡Seco está tu corazón</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>al amor y al sentimiento!</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>¡Que tormento</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>causa en mí tu indiferencia</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>a la grata y pura esencia</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>de mi amor!</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Quién pudiera ser esta Mercedes no lo sabemos. Desde luego no era su mujer, que se llamaba Fernanda y a la que parece improbable que a esas alturas tuviera que requerir de amores (al menos en público). ¿Habla el autor de un enamoramiento, de una aventura amorosa real o se trata solo de un juego poético imaginario? Por si acaso, ya no volverá a firmar con su nombre, sino con las iniciales: “A.A.M. Balanga”. Un par de semanas después, el 21 de junio, parece repetir el tema en un nuevo poema, <i>Problemas</i>, aunque ya no está dedicado a Mercedes:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>¿Vive acaso un cadáver? te pregunto</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>y me dices que no:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Si no vive un cadáver... ¿cómo entonces</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>vive mi corazón?</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Y nuevamente parece hablar de lo mismo en Justicia del cielo, de 5 de julio:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Pregunto desconsolado</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>a los que entienden de amor:</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>¿Qué castigo dan los hombres</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>á quien mata un corazón?</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Estos dos poemas no están reproducidos por Sancho. Ignoro si están escritos en Balanga o son también anteriores. A continuación pasa el autor un mes en silencio hasta que el 9 de agosto publica <i>La mujer y el espejo</i>. Este sí es antiguo y reproducido en las Ferias del 98. Aquí no habla de pasión amorosa desairada sino de la relación de “la mujer” con el espejo en el que se mira, solo con él se sincera, se confían. El amor ya no duele y es sustituido por la prevención hacia el oscuro y calculador carácter femenino:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Es el espejo su amigo,</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>confidente a quien aprecian,</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>y al que solo la verdad</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>algunas veces le cuentan,</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">(…)</div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Es el espejo el maestro</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Donde a engañarnos se enseñan,</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Y donde ven la sonrisa</i></div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>Que después nos desespera…</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Suponiendo que Mercedes sea nombre real o supuesto de alguna residente en Filipinas, que no viniera ya incluido en el paquete de artículos antiguos que ahora vuelve a publicar, parece tratarse de alguna aventura amorosa. La secuencia de publicación es: amor apasionado no correspondido, queja por el daño sentimental y finalmente reproche y lamento por los engaños femeninos. Ciges, que con su personaje <i>don Luis Obregón</i> se comporta como un minucioso y fiel biógrafo de Alcalá Menezo, nada dice de una fracasada pasión. No sabemos quién era Mercedes, pero si realmente existió no se puede descartar, conociendo al personaje, que fuera alguien de la buena sociedad de Manila o incluso la mujer o la hija de algún militar de alta graduación o de algún funcionario principal de la administración colonial. Conjeturas. En <i>Villavieja</i> se explica el choque de <i>Obregón</i> y Weyler por el asunto del solapamiento de fiestas, pero ya se ha visto que Weyler llegó a Filipinas antes que Alcalá Menezo y que no le pudo pisar la fiesta de recepción. ¿Vendría el choque motivado por algo relacionado con Mercedes? Me temo que ya no lo sabremos nunca, y por eso podemos imaginar lo que queramos, pero cuando el río de Ciges suena con la música de una provocación de <i>don Luis</i> a Weyler, agua lleva.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En ese mismo número en el que se publica <i>La mujer y el espejo</i>, en la sección “correspondencia particular”, donde se reproducen algunas frases de las cartas recibidas en la redacción de <i>Manililla</i>, están las últimas palabras suyas impresas en Filipinas:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> </span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>A.A.M. Bataan. Un millón de gracias. Dirá V. que soy insaciable, pues siempre le pido más ¿por qué será?</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La respuesta de <i>Manililla</i> es lacónica e intrigante:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>«Alpino». V. puede dar la explicación a lo anterior. No envíe nada porque es inútil.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Seguramente en el <i>Manililla</i> ya tenían noticia, la capital de la colonia no dejaba de ser un pueblo grande, de que al día siguiente Weyler firmaría el cese de don Ángel como gobernador de Bataan y seguramente por eso parece advertirle que lo que mande lo pierde.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Del paso de Alcalá Menezo por Bataan hay otra referencia escrita que no tiene mayor interés que el de su colorido exótico. En septiembre de 1890 la Sociedad Agrícola de Bataan aprobó su reglamente interno y lo publicó en un curioso documento bilingüe, castellano y tagalo (Biblioteca Digital Hispánica. BNE). En su artículo 17 está la mención a don Ángel:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i>… at casayaban nang loob na hirañigin Presidente honorario niya amg Excmo. Sr. D. Ángel Alcalá Menezo Gobernador Civil nitong provincia…</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Lo que recurriendo a la versión castellana viene a significar que la Sociedad Agrícola lo nombra presidente honorario, por “su incondicional apoyo a la formación de la Sociedad para el desarrollo moral y material de estos pueblos”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Esta pudo ser la última vez que Alcalá Menezo brilló en Bataan, porque aquel verano el conservador Cánovas del Castillo fue encargado de formar gobierno. Manuel Becerra, prescriptor y protector de don Ángel, fue sustituido en el ministerio de Ultramar. El nuevo ministro, el conservador Antonio María Fabié, firmó rápidamente el cese de Alcalá Menezo, el 11 de agosto, pero este tardó en materializarse. Tardó lo que, como dice Ciges en <i>Villavieja</i>, necesitó el vapor-correo <i>Salvadora</i>, tras lenta navegación, en llevar las reales órdenes a Manila. Se publicó en la <i>Gaceta de Manila</i> el 2 de octubre. El decreto de cese incluía un protocolario “habiendo quedado satisfecha (la Reina regente) del celo e inteligencia con que ha desempeñado dicho cargo”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Tras su salida de Bataan no regresó a la Península sino que, tras unos meses de inactividad, fue pasando como gobernador, con carácter interino, de una provincia a otra. Pero en cada cambio para peor, a una de menor categoría. El 13 de febrero de 1891 fue nombrado gobernador de la Isabela de Luzón, una provincia menor al norte de la isla. El 14 de julio pasó a la provincia de Albay, el 31 de octubre a la de Camarines Norte. Es este el baile de provincias al que Ciges se refiere atribuyéndolo a la enemistad de Weyler. Finalmente, el 16 de enero de 1892, el gobernador general que había sucedido a Weyler, Eulogio Despujol, firmó el decreto de cese definitivo:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Por no convenir al servicio la continuación en el puesto de Gobernador Civil interino de la provincia de Camarines Norte de Don Ángel Alcalá Menezo; este Gobierno general en uso de las facultades que le corresponden viene a disponer que cese en el expresado cargo (Gaceta de Manila de 19 de enero de 1892).</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ya no hay, como en su cese en Bataan, ninguna fórmula protocolaria de agradecimiento por los servicios prestados. Despujol no esperó el visto bueno de Madrid y procedió por su cuenta. Un mes después, el 19 de febrero, <i>Gaceta de Manila</i> del 22, el interventor general de Filipinas publicó la siguiente citación:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Don Ángel Alcalá Menezo, Gobernador Civil, interino que fue de la provincia de Camarines Norte, se servirá presentar en esta Intervención general en horas hábiles de oficina para entregarle un pliego de reparo de la cuenta del Tesoro de aquella provincia.</i></div></span></blockquote><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Se deduce de la citación que se le acusaba de irregularidades en la administración de la provincia. Al poco, y por orden del gobernador general, se nombró un instructor para el expediente que se había abierto (<i>Gaceta de Madrid</i> de 18 de agosto de 1892). No he encontrado otra referencia al expediente ni noticia sobre su resultado. Que hubiera metido la mano en el presupuesto no tendría nada de extraordinario y menos en una colonia. De hecho ya se ha visto como Becerra manda a <i>don Luis Obregón</i> a Filipinas precisamente para que reponga su hacienda. No hubiera sido nada sorprendente. Pero también hay que considerar que el uso de expedientes y acusaciones de este tipo fue cosa comúnmente utilizada durante la Restauración como instrumento para eliminar al contrario político. Sin tener que salir de Quesada se pueden encontrar ejemplos. Son muy numerosos los alcaldes y concejales cesados por el gobernador tras un cambio de gobierno, apoyándose en acusaciones de irregularidades que pasado el tiempo acababan en nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXklqJb2E0x9VUmTrodsMnKQh1zHHVwUgtzYVawyQaEq0Od1rCQK-lwCUzqxQDbNjMc4re97oDbPHQYatq_IEe0aWtDEqKMt77Aj54Y79uI_owP1bckW9AEpJvyTtScdAnBAlR4CI8z1youpOJiLnUoEo3iJOvl9qoXH6zaq2CVmdunFa5by2JVvlTrQ/s1193/1892-01-19%20Gaceta%20de%20Manila.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="756" data-original-width="1193" height="254" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXklqJb2E0x9VUmTrodsMnKQh1zHHVwUgtzYVawyQaEq0Od1rCQK-lwCUzqxQDbNjMc4re97oDbPHQYatq_IEe0aWtDEqKMt77Aj54Y79uI_owP1bckW9AEpJvyTtScdAnBAlR4CI8z1youpOJiLnUoEo3iJOvl9qoXH6zaq2CVmdunFa5by2JVvlTrQ/w400-h254/1892-01-19%20Gaceta%20de%20Manila.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cese de Alcalá Menezo como gobernador de<br />Camarines Altos</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>Vuelta a Quesada y muerte</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero lo cierto es que, no sabemos si más rico o más pobre, Alcalá Menezo regresó a la Península con problemas de salud. Nunca volvió a ser el mismo. Falleció de neumonía el 10 de mayo de 1895 en su casa de Quesada, en Santa Catalina, plaza que posteriormente llevó su nombre durante un tiempo. Apenas tenía cincuenta años. La placa de mármol con su nombre todavía se conserva en la fachada de una de las casas, la que fue suya.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero dos años antes de morir, quizás como despidiéndose, volvió a protagonizar un asunto bastante oscuro y extraño que no obstante acredita que quizás había llegado a ser profeta en su pueblo. A principios de 1893 Sagasta fue nuevamente encargado de formar gobierno y convocó las oportunas elecciones para conseguir su mayoría parlamentaria. Fueron las primeras desde el final de la I República por sufragio universal (masculino) y se celebraron el 5 de marzo. No hay que aclarar que las ganó el partido del gobierno por abrumadora mayoría. Pero el caso es que los días anteriores <i>La Correspondencia de España </i>publicó las listas de candidatos por cada distrito. En el distrito de Cazorla figuraban dos, Gómez Sigura y Alcalá Menezo, ambos “adictos” al Gobierno, es decir se presentaban por el Partido Liberal Fusionista. Sin embargo, según el escrutinio oficial publicado en el <i>Boletín Oficial de la Provincia</i> de 11 de marzo, solo obtuvo votos Miguel Manuel Gómez Sigura. El tiempo no había pasado en balde y don Ángel ya no tenía valedores en Madrid, Izquierda Dinástica estaba ya olvidada y Gómez Sigura era el cacique liberal del distrito, con fuertes relaciones en Madrid. Nada tendría de raro que presionaran a Alcalá Menezo de tal manera que se viera obligado a retirar su candidatura. O que directamente esta fuera anulada por el aparato electoral, en manos del Gobierno y de su partido y por tanto controlado por Gómez Sigura.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Fuese la que fuese la razón de la eliminación de su candidatura, no fue bien recibida en Quesada, donde los electores manifestaron claramente su descontento. Es lo que se desprende del análisis del escrutinio oficial en cada pueblo de la comarca. En el <i>Boletín Oficial de la Provincia</i> sólo se publican los votos emitidos, pero no el número de electores incluidos en el censo. No hay porcentaje de participación. Pero como en estas elecciones se utilizó el sufragio universal y las circunstancias sociales y demográficas eran similares en todos los pueblos, el censo electoral se puede proporcionar al censo de población, que sí se conoce.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftn3">[3]</a> Relacionando votos y habitantes resulta que en Cazorla hubo 1.880 votos, un 30,33% de sus 6.197 habitantes; en Huesa 457 votos, 24,11%; en Peal 732 votos, 27,66%; en La Iruela 1.078 votos, 23,28%. En Quesada las cosas fueron diferentes. Se computaron 481 votos que solo representaban el 6,84% de la población. Mientras en todos los pueblos de la comarca la participación fue similar, en Quesada resultó anormalmente baja. Si se hubiera dado una participación acorde con la comarca se hubieran contado más de 1.500 votos. Esto significa que al menos 1.000 quesadeños no fueron a votar. ¿Eran votantes de Alcalá Menezo que se abstuvieron al no poder votar a su candidato? Parece bastante verosímil, pues no hay noticia de cualquier otro factor que hubiera podido ocasionar la diferencia de participación con los pueblos vecinos. Si estos 1.000 votos solo en Quesada eran suyos, ¿tuvo posibilidad cierta Alcalá Menezo de ganar el acta de diputado? ¿Fue el temor del aparato oficial Liberal Fusionista a una derrota lo que originó la retirada o la anulación de la candidatura de don Ángel? Y si esto fuera así, ¿pudieron ser estas las elecciones de <i>Villavieja</i> en las que <i>don Dámaso</i> aliado con el poder político, electoral, judicial… humilló a <i>don Luis Obregón</i> acabando con su carrera política? Me temo que las respuestas tendrán que buscarse en <i>Villavieja</i> y no en la historia documentada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Lo que creo que sí queda de sobra acreditado es que <i>Obregón</i> es Alcalá Menezo. Había muerto casi quince años antes del verano de 1909, cuando la última y más larga estancia de Ciges en Quesada. Pero el recuerdo de sus hazañas, la simpatía hacia un paisano tan ilustre y fuera de la norma local, estaban presentes y Ciges lo refleja. Más presente aún estaría don Ángel en la memoria de su hermano Manuel Antonio, amigo de Ciges, y en la familia Segura Alcalá, la de Teresa Segura, con la que Ciges quiso sentar cabeza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><b>Otros quesadeños en el Pacífico.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Antes de concluir conviene mencionar una circunstancia sorprendente y desconocida. En aquellos años de 1889 y 1890 Alcalá Menezo no fue el único quesadeño que ocupó un gobierno civil en Filipinas. Hubo otro que, aunque interino, lo llegó a ser, y nada menos que de la provincia de Manila. Se trata del entonces coronel <b>Manuel Serrano Ruiz</b>. Había nacido en Quesada el 10 de abril de 1844 y en ella vivió hasta que en septiembre de 1865 se incorporó al Ejército. En estos veinte años tuvo necesariamente que tener trato, incluso mantener amistad, con Ángel Alcalá, pues pertenecían a la misma clase social y eran casi de la misma edad.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftn1">[4]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Manuel Serrano era hijo de José Serrano Bedoya, hermano del general. Combatió en Cuba durante la primera guerra de independencia junto a Valeriano Weyler, con el que desde entonces mantuvo estrecha amistad. A finales de 1872 volvió a Quesada, donde su familia estaba en su apogeo político, para convalecer del paludismo contraído en la isla. En abril de 1873, durante la I República, regresó a Cuba. Posteriormente tuvo diversos destinos en la Península, luchando contra los carlistas en la tercera guerra civil. Tras el nombramiento de Weyler como gobernador general de Filipinas, marzo de 1888, este reclamó la presencia de su antiguo amigo y compañero. En marzo de 1889, tras la muerte del gobernador civil de Manila, Weyler lo nombró con carácter interino para este cargo, que llevaba aparejado el de corregidor del ayuntamiento de la capital (<i>Gaceta de Manila</i> de 26 de marzo de 1889). Lo volvió a ser en 1890, casi coincidiendo con el cese de Alcalá Menezo como gobernador de Bataan.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Aparte de ser gobernador y desempeñar otros cargos como el de intendente visitador de los presidios de Filipinas, la acción más notable que protagonizó fue entre noviembre de 1890 y enero de 1891, en las islas Carolinas. En el contexto de las fricciones con el Imperio Alemán por estas islas, a mediados de 1890 se produjo una insurrección indígena en la mayor de ellas, Ponapé (actual Ponhpei, sede del gobierno de los Estados Federados de Micronesia). Una primera expedición enviada desde Manila para reprimir la revuelta acabó en fracaso. En noviembre Weyler encomendó la misión al quesadeño, que desembarcó en la isla el día 15. Tras dos meses de duros combates consiguió "pacificar" el lugar. A su regreso a la Península fue recompensado con el ascenso a general de brigada. Tras diversos destinos y el ascenso a general de división, en 1904 fue nombrado comandante militar de Melilla, ciudad donde murió repentinamente a fines del mismo año. La última ocasión, documentada, en que visitó su pueblo natal fue en septiembre de 1893, cuando tras la muerte de su tío Ramón Serrano Bedoya, siendo gobernador militar de Menorca se le concedió licencia para viajar a Quesada para visitar a su familia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando Alcalá Menezo llegó a Filipinas, su amigo Manuel era una persona importante y de la confianza del gobernador general. Desconocemos completamente si además del paisanaje existía entre ellos simpatía o antipatía. Si fuera lo segundo es posible que fuera esta la causa, o que la favoreciese, de la enemistad de Weyler con Alcalá Menezo. Pero también pudiera ser una amistad real y en este caso quizás se debiera a sus buenos oficios ante Weyler que tras su cese en Bataan y varios meses como cesante, muy poco antes del regreso de Serrano a la Península, Weyler concediese a Alcalá Menezo la gobernación interina de Isabela de Luzón. Cuando ya no tenía porqué y el partido de don Ángel había perdido el gobierno. Otra incógnita más que solo los protagonistas, o sus contemporáneos, nos hubieran podido aclarar. Como en tantas ocasiones ya es tarde.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>9.- Conclusión. El deseo de una (improbable) recuperación y lectura de la novela.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La feliz coincidencia de un joven concejal de izquierdas y un viejo poeta de origen franquista permitió que desde el verano de 1983 Manuel Ciges Aparicio tenga calle en Quesada, tres años antes de que la Generalitat Valenciana recuperara su memoria con la edición de sus novelas a cargo de Cecilio Alonso. En los años siguientes, como ya se ha visto, Ciges estuvo presente en varios artículos de la <i>Revista de Ferias</i> impulsados por Manuel Vallejo, a quien se debe también la publicación en la misma de tres de los cinco artículos quesadeños de Ciges. Cuando en 1898 Enguera le dedicó un gran homenaje, Quesada estuvo representada por el teniente de alcalde y el responsable de la Casa de la Cultura. Muchos son los quesadeños que conocen su nombre y seguramente bastantes los que saben además que fue escritor y que escribió algo sobre Quesada. El recuerdo de Ciges se ha recuperado. Pero me temo que solo ha sido el recuerdo del nombre, convertido en un personaje más del pasado de los que suelen citarse cuando se lee algo de historia de Quesada. Es decir, algo parecido a Pedro Hidalgo, el infante don Enrique o Mohamed Andón, que se les saca a relucir cuando hay que presumir de pueblo. Porque lo que es leerlo creo que se ha hecho entre muy poco y nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Villavieja</i> es difícil de encontrar ya desde su primera edición de 1914. La edición de Cecilio Alonso solo se puede conseguir, con suerte, en librerías de viejo. Hoy solo se puede encontrar con cierta facilidad en copias facsímiles de la primera edición (ya está libre de derechos de autor) impresas en la India y que se pueden conseguir, por ejemplo, en <u>iberlibro.com</u>. También circulan algunas fotocopias más o menos manoseadas. A los amantes de los asuntos quesadeños, al pueblo de Quesada, le corresponde decidir si le trae cuenta recuperar <i>Villavieja</i> y leerlo. Cada uno se interesa por lo que le parece oportuno. Al fin y al cabo ningún otro pueblo del entorno, y más allá, tiene escritor del 98 que le haya dedicado alguna de sus novelas. Y no les pasa nada, siguen funcionando.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftnref1">[1]</a> Emilio Aguinaldo, héroe de la independencia de Filipinas, que se produciría poco después, en 1898.</div> <div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftnref2">[2]</a> Aquí se sigue lo publicado en <i>El Liberal, El Día</i> y <i>El Correo militar</i>, todos de 8 de mayo de 1884.</div> <div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftnref3">[3]</a> El censo de población vigente era el de 1887.</div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-02-09/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%203/VILLAVIEJA%20(3).%20Don%20Luis%20Obreg%C3%B3n%20y%20Alcal%C3%A1%20Menezo.docx#_ftn1">[4]</a> Una biografía de este personaje se puede encontrar en el capítulo 2º de la obra <i>Del Llano Amarillo a Puigcerda, </i>de Luis Serrano Valls, Madrid 1913.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNCH3AbeNnZxPRC6ua3UeLxULc1AVpZwE3n_5UKzBszC5HP6K6qG_bfz6NfMdZnS0KPDCChFSyIO3mqJD_ljzFZzHHASPDCBoasi3_JXbZ5_Wm0BBTyVYYQT84QUYUA52WarvrUm2BG7mCEb8E7sg-m3IKa6XeaZ0k_zhWc0oOmuy9YLH0T264KzC4nQ/s1068/1890.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="611" data-original-width="1068" height="366" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNCH3AbeNnZxPRC6ua3UeLxULc1AVpZwE3n_5UKzBszC5HP6K6qG_bfz6NfMdZnS0KPDCChFSyIO3mqJD_ljzFZzHHASPDCBoasi3_JXbZ5_Wm0BBTyVYYQT84QUYUA52WarvrUm2BG7mCEb8E7sg-m3IKa6XeaZ0k_zhWc0oOmuy9YLH0T264KzC4nQ/w640-h366/1890.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mapa de 1890 que incluye las posesiones de Ultramar</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-10677877750941325062022-11-29T02:39:00.003-08:002022-12-01T02:16:22.723-08:00VILLAVIEJA (II) Los personajes y el paisaje.<p> </p><p><br /></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEganBPLEvKIqqhAEfwTnOiHdd_rmLQdLfKBMMu1PXPOyl2Ys7g_pacu2dknfnHkmo6zN4gvLcpJzOvxHIkBPzOFTnlKK9xxEb1qorciUYaYKx-Xt6XqPj-D9HvXd5mRXs_HWZlHxvttIINzjEj20x7_xvi52I3xgrbjtyA_p-tShPGZRRd35DSvbiHS6A/s855/1920%20Folleto%20Partido%202%20Quesada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="548" data-original-width="855" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEganBPLEvKIqqhAEfwTnOiHdd_rmLQdLfKBMMu1PXPOyl2Ys7g_pacu2dknfnHkmo6zN4gvLcpJzOvxHIkBPzOFTnlKK9xxEb1qorciUYaYKx-Xt6XqPj-D9HvXd5mRXs_HWZlHxvttIINzjEj20x7_xvi52I3xgrbjtyA_p-tShPGZRRd35DSvbiHS6A/w640-h410/1920%20Folleto%20Partido%202%20Quesada.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Quesada a principios del siglo XX</span></td></tr></tbody></table><br /><p><br /></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Este artículo es la segunda parte de la introducción a <i>Villavieja</i> (1914), novela de Manuel Ciges Aparicio </span></p></blockquote><p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #0070c0;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span><br /><br /><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;"> </span><i style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;">Villavieja</i><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;"> es una novela, no es un ensayo ni un estudio histórico. Como ficción literaria fue creada por el autor con libertad completa, sin obligación de ceñirse con exactitud a la realidad. Ciges se inspira en Quesada, de donde extrae paisajes y personajes. Pero sobre esta base, Ciges mezcla, altera y modifica circunstancias, tiempos, hechos y gentes para conseguir una trama narrativa con un ritmo propio. Esta técnica se puede observar en la cronología de los hechos que narra. La acción de </span><i style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;">Villavieja</i><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;"> transcurre en alguno de los años inmediatamente anteriores o posteriores al cambio del siglo XIX al XX. Salvo algún anacronismo, como la fugaz presencia de un automóvil, su lectura es coherente desde un punto de vista temporal. Solo analizando el detalle se descubren diferencias con la realidad. En Villavieja, por ejemplo, son contemporáneos personajes que no lo fueron. Cuando murió Alcalá Menezo (</span><i style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;">don Luis Obregón</i><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;">) en 1895, los hermanos </span><i style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;">Uldecoa</i><span style="font-family: arial; font-size: large; text-align: justify;"> (Bedoya) eran unos niños que vivían en casa su padre y no pudieron tener la gran enemistad que se explica en la novela.</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><b><span> </span>6.- Los personajes y la sociedad de Villavieja.</b></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El carácter novelesco de <i>Villavieja</i> hace que establecer una correspondencia exacta entre los personajes y sus referentes, atribuirles tal cual lo que de ellos dice Ciges en la narración, sea un error. Porque el autor quiso crear personajes tipo que fueran comprensibles para el conjunto de los lectores, no solo para los quesadeños de aquel tiempo. Sin embargo, el poco interés que despertó <i>Villavieja</i> en Quesada lo hizo en razón del chisme, de saber quién es quién, de poner nombre a las anécdotas y, tras hacerlo, regocijarse con ellas. Incluso hoy día parece pervivir ese “espíritu chismoso”. En la reiteradamente citada edición de 1986 a cargo de Cecilio Alonso se incluye en las notas una relación de personajes con su equivalente real, según informaciones que obtuvo de informantes locales y que quizás hoy todavía puedan levantar algún malestar o regocijo según el caso. Pero quien se acerque a <i>Villavieja</i> con malsana curiosidad se llevará un gran disgusto. Entre otras razones porque las personas que sirvieron de modelo a Ciges hace ya muchos años, más de cien, que no pisan los bares del pueblo y hoy están casi completamente olvidadas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La intención de Alonso en sus notas fue documentar la novela y es la tarea que se procura continuar en las páginas que siguen. Porque escarbar en los personajes es útil para conocer la vida social quesadeña de principios del siglo XX.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><b style="font-family: arial; font-size: large;">6.1.- Los poderosos.</b></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La sociedad de <i>Villavieja</i> se organizaba de una manera tradicional y arcaica que permaneció inmutable durante siglos. Por encima de una mayoría que malvivía trabajando el campo, Ciges retrata una clase propietaria ociosa e incapaz de salir de su agujero. Pero por encima de estos dos grupos estaban los auténticamente poderosos, los que podían manejar hilos e influencias en la Corte madrileña y aprovechar en su interés la política autoritaria y corrupta del sistema de la Restauración. En <i>Villavieja</i> estos poderosos están representados por <i>don Dámaso</i>, el viejo cacique, y don Tomás, dueño de <i>La Resinera</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i><b>Don Dámaso Espino</b></i> es el viejo cacique que, ya retirado de la política, vive apartado en su cortijo, a un paso de <i>Villavieja.</i> En el capítulo VII se resume su historia y antecedentes:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><span> </span>…treinta y cinco años de oprobioso cacicazgo (…) desde que el alto político de Madrid, ladino y astuto como un zorro, fue por primera vez ministro. Mientras él desempeñaba el cargo de consejero (ministro), don Dámaso Espino regentaba su productivo bufete de abogado. Como es natural, el jefe obtuvo para su pasante el acta de diputado. Durante algunos períodos de oposición, en los comienzos de su carrera política, el nuevo Gobierno destinaba algún candidato afecto a su distrito para que él no arraigase demasiado, pero encasillándole por otro, que Espino ni siquiera se tomaba la pena de visitar, teniendo como suyo propio el originario de Villavieja que le vio nacer; donde estaban sus clientes y colocaba sus ahorros de abogado al doce, al quince y al veinte por ciento; donde empezaba a acumular propiedades, como el cortijo que ahora habitaba, evaluado en cuarenta mil pesetas, y del que tomó posesión por doce mil quinientas cuando el primitivo propietario no le pudo pagar. El distrito le tuvo más adelante como diputado indiscutible y se convirtió para él en una finca más, y no de las menos productivas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Estaba protegido por un alto político de la Corte, “ganador” reiterado de las elecciones a diputado del distrito y a veces, para disimular, “encasillado” como diputado cunero en otro distrito con el que no tenía la menor relación. Continúa la descripción del personaje con alguna de sus sonadas actuaciones como diputado, como el de la construcción del ferrocarril, alejado de los pueblos en beneficio de algunos terratenientes:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><span> </span>Durante la cuestión del ferrocarril, don Dámaso enmudeció en la Cámara, y lejos de estimular la protesta de los pueblos, su consejo pesó como arena húmeda para apagar los incipientes fuegos populares. Díjose —y ni sus amigos lo dudaron en su fuero interno— que él fue uno de los padres de la patria captados por la Compañía y los dos omnipotentes aristócratas, que con la desviación de la línea triplicaron el valor de sus latifundios. Aunque el dicho hubiera sido erróneo, no lo fue que algunos meses más tarde le nombrasen abogado defensor de la Compañía.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>O con su intervención en la subasta del esparto de la Dehesa de Guadiana, propiedad municipal cuyas rentas suponían la mayor fuente de ingresos del municipio:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><span> </span>También era opinión corriente que, en el arriendo anual de los espartales de Villavieja, don Dámaso compartía el corretaje con el alcalde; es decir, que de las treinta mil pesetas que abonaba el arrendatario de la dehesa, en la Caja municipal solo ingresaban veinte mil, quedando la tercera parte en provecho del cacique y su hechura.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y su relación con “la poderosa Sociedad Resinera”, que le subvencionaba con “tres mil duros”, lo que provocaba que como diputado “tampoco intercedió jamás en favor de los leñadores perseguidos por la Compañía o de los miserables rechazados a culatazos y conducidos a la cárcel con los brazos ligados, por querer aprovecharse de las nieves de la sierra”. Es el retrato tipo del cacique de la Restauración, que se adueña de un distrito electoral cuyos intereses nunca defiende, pues antepone los suyos. Incluso retirado de la política y abandonado el poder por su ya anciano protector madrileño…</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>…obtuvo del ministro de Fomento que desviase el recto trazado de la carretera que había de unir a Villavieja con la estación de ferrocarril, para que tocase en su propiedad. A un kilómetro de la población, el nuevo camino se quebraba bruscamente, describiendo una gran curva y remontaba a veintiocho los veintidós de recorrido. La gente, pues, solo pudo utilizar ese primer kilómetro de carretera, y abandonándola en seguida, recorrer los restantes por el viejo carril lleno de baches y altibajos o por las sendas que al través de montes y llanadas conducían en línea recta a la estación. Gracias, pues, al cacique la vía férrea se quedó primero a cinco leguas del poblado, y ahora se hacía inservible para la comunidad una dispendiosa carretera que solo a él aprovechaba.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Cuando Ciges estuvo en Quesada los veranos de 1908 y 1909, estaba en construcción la carretera de la estación y el Ayuntamiento se empeñaba en defender ante las autoridades forestales los derechos de uso tradicionales que disfrutaban los vecinos en los montes públicos. Eran asuntos entonces muy candentes. Como lo era de siempre la subasta del esparto de la Dehesa y el arriendo de sus tierras laborables que, por la importancia de las cantidades barajadas, fue siempre objeto de sospecha para la opinión local. Se ve claramente cómo Ciges construye el personaje de manera que responda al ideal de cacique, completándolo con los asuntos que preocupaban en el momento y de los que él escucharía a menudo hablar en las tertulias de aquellos veranos quesadeños.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Dámaso</i> quita y pone alcaldes, reparte empleos municipales; nada se mueve sin su aprobación. Los vecinos le temen y a la vez le odian. Viudo y viejo, se casa con una criada muchos años más joven. Los villavejanos le organizan una humillante cencerrada que causará la furiosa venganza del cacique. El matrimonio con la sirvienta, <i><b>Antonia Pérez</b></i>, es rechazado por la única hija de <i>don Dámaso</i>, <i><b>Lola Espino</b></i>, a la que su padre quiere casar con “un pasante de su despacho, antiguo discípulo de Deusto, joven delicado, correcto y tímido, que heredaría su bufete de Madrid, su cacicazgo y su acta de diputado”. Pero se interpone <i><b>Lorenzo Delmás</b></i>, “pobre de dinero y de seso, que no se recataba de asegurar que solo se casaría con hembra rica”. Delmás consigue seducir a <i>Lola</i> y se casan contra la voluntad de <i>don Dámaso</i>, lo que origina la completa ruptura entre el viejo y su hija. Tras nacer una hija de ese matrimonio, y gracias al entendimiento entre <i>Delmás</i> y <i>Antonia</i>, llega la reconciliación de <i>Don Dámaso</i> con <i>Lola</i>. Desde ese momento <i>Lorenzo</i> se convierte en el protegido y heredero de <i>don Dámaso</i>, que se apresta a diseñarle una ambiciosa carrera política, empezando por su elección como diputado del distrito.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Cecilio Alonso en la nota 25 de su edición de 1986 dice:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>El personaje de don Dámaso Espino, el cacique, parece inspirado en la figura real de don Laureano Delgado, que llegó a Magistrado del Tribunal Supremo. Era uno de los más ricos propietarios de Quesada, y casó en segundas nupcias con una criada quinceañera conocida en el pueblo como Carmen la Pulga. Su yerno, Lorenzo Delmás en la novela, correspondería en la realidad a Pedro Villar, abogado simpático y dicharachero, que consiguió casarse con la hija de Delgado (Lola Espino en la novela) contra la voluntad del cacique, contando con la complicidad de parientes y criados unida al amor ciego que le profesaba la pueblerina que hubo de ser depositada antes de la boda (según Salvador Rodríguez-Aguilera, loc. cit.).</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los paralelismos con Laureano Delgado Alférez son evidentes. Tras su muerte el 26 de octubre de 1916, el número de noviembre de la revista provincial Don Lope de Sosa publicó su necrológica:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>Falleció en Quesada el Excmo. Sr. D. Laureano Delgado y Alférez, eminente jurisconsulto. Fue diputado, senador, Fiscal del Tribunal Supremo, y ejerció otros altos cargos oficiales, teniendo gran renombre en el foro. Vivió muchos años en Madrid, trabajando en el bufete del Sr. Montero Ríos, que hizo honor siempre a los méritos de su amigo y compañero. Había nacido en Quesada y tenía gran cariño a su patria chica; era afable y sencillo en su vida pública y privada. Descanse en paz.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Delgado, nacido en 1845, estudió Derecho en la Universidad Central de Madrid y fue elegido diputado por el distrito en 1872, durante la última legislatura del reinado de Amadeo I. Pocos días antes de la proclamación de la I República presentó en el Congreso una exposición firmada por los ayuntamientos y vecinos de Quesada, Huesa, Hinojares y Pozo Alcón en la que se pedía la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Fue uno de los tres redactores del reglamento de la Comisión Económica de la Cofradía de la Virgen de Tíscar, aprobado en 1873 durante la I República. Tras la Restauración monárquica repitió como diputado en 1886 y en 1905, en esta ocasión por el distrito de Jaén. Fue protegido de Montero Ríos, a cuyo bufete perteneció, importante político del partido Liberal que llegó a presidente del Consejo en 1905. Es por esta relación con Montero Ríos, por entonces ministro de Gracia y Justicia, por la que en 1893 Laureano Delgado fue senador por la provincia de Pontevedra (con la que solo le unía la naturaleza gallega de su protector). Tuvo como única hija a Lola, casada con Pedro Villar, el que tras su matrimonio inició una larga carrera política en el partido Liberal y más tarde en Unión Republicana. Su cortijo, el Chorradero, al igual que el de <i>don Dámaso</i>, está a corta distancia de Quesada, al alcance de un pequeño paseo. Hasta aquí los paralelismos con el viejo cacique de <i>Villavieja</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Las diferencias, o los extremos de <i>don Dámaso</i>, que no se pueden acreditar en Delgado, son también importantes. Laureano Delgado, aun siendo un político fundamental en la comarca, no fue el auténtico cacique electoral del distrito, al que durante la Restauración solo representó como diputado en una ocasión. Tampoco parece que tuviera mucha intervención en la modificación del trazado del ferrocarril. El proyecto inicial fracasó por desinterés de los inversores, especialmente de la familia Loring, en 1882, cuando él no era diputado. Fue modificado a finales de la década, cuando sí era diputado, pero el cambio fue más bien fruto de otros intereses (la entonces próspera ciudad de Linares, el puerto de Almería, etc.) más que de los intereses de latifundistas (Los Propios, p. ej., estaba en manos del marqués del Donadío, que lo tenía semiabandonado como dehesa). Tampoco se ve con claridad su intervención en el asunto de la carretera de la estación. Tiene un trazado bastante razonable en el que no se aprecian desviaciones raras. Si resulta poco útil aún hoy día, es por su recorrido absolutamente zigzagueante, abusando de las curvas para evitar al máximo los movimientos de tierras y así reducir costes. Respecto al asunto forestal, a <i>La Resinera</i> de <i>Villavieja</i>, el Ayuntamiento de Quesada fue bastante activo en contra de las sociedades arrendatarias y la pérdida de los derechos de uso por los vecinos. Delgado sí tenía gran influencia política en Quesada, y su parcialidad con “la Sociedad” resultaría contradictoria con las protestas activas de un Ayuntamiento bajo su control.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El poder que tenía Delgado en Quesada queda de manifiesto en el hecho de que, cuando murió en 1916, lo hizo en su domicilio, calle Laureano Delgado. Este poder lo ejercía también en el ámbito electoral, como era propio de la época. Ya se ha visto que en 1907, siendo él liberal, pactó con los conservadores en contra del candidato de su propio partido. Lo interesante de este trato es que ese candidato de su partido no era otro que Pedro Villar. Ignoro si para entonces ya era su yerno, o si siéndolo fue cierto ese momento inicial de malas relaciones que cuenta Ciges. En cualquier caso, Delgado contribuyó a que perdiera Villar y ganara el conservador Foronda, nuevo cacique del distrito hasta el golpe de estado del general Primo de Rivera en 1923.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>De otros asuntos que Ciges asigna a <i>don Dámaso</i>, como su actividad de usurero, no queda rastro documental que pueda atribuir similar costumbre a Delgado. Respecto a su segundo matrimonio, la única noticia que conozco es la nota de Cecilio Alonso citada anteriormente. En la partida de defunción de Laureano Delgado se indica que “estaba viudo en el acto del fallecimiento de Dª Emilia Pulido”. Al igual que <i>don Dámaso</i>, Delgado tuvo una única hija, en ambos casos de nombre Dolores. En lo que se pueda ajustar <i>Lorenzo Delmás</i> a Pedro Villar, yerno de Laureano, poco puedo decir, pues Villar era natural de Cazorla y no hay rastro documental en Quesada de su familia, antecedentes, posición económica, etc. Pero por otra parte del análisis de <i>Villavieja</i> se aprende que Ciges rara vez da puntada sin hilo; los puntos que no se pueden confirmar deben provenir, con mayor o menor fundamento, de las habladurías de la gente de la época, o incluso de otras biografías, y probablemente fueron añadidos por Ciges a <i>don Dámaso</i> para redondear el personaje.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En mi opinión, <i>don Dámaso Espino</i> está construido sobre la personalidad de Laureano Delgado, pero no son exactamente el mismo personaje. Para cuando Ciges pasó temporadas en Quesada, Delgado era persona poderosa y su presencia y protagonismo constantes. Ciges escucharía sobre Delgado numerosas historias y anécdotas en sus tertulias quesadeñas, fueran más o menos ajustadas a la realidad. Para construir al viejo cacique tenía a mano y bien cercana la figura de Laureano Delgado, a la que fue vistiendo literariamente con todos los atributos necesarios para hacer de él arquetipo de los caciques de la Restauración. Los líos y cuitas familiares, su segundo matrimonio, la relación con el yerno, etc., que sin duda nacen en buena medida de la voz popular escuchada por Ciges, tienen la función de dar color y vida a la narración. Pero más allá de estas consideraciones, de la mayor o menor cercanía a la realidad, creo que lo importante es la figura de <i>don Dámaso Espino</i> como cacique que hace y deshace a su gusto y capricho en <i>Villavieja </i>y en el distrito: es “el” cacique de la Restauración.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2pT1XLDLeeqDmVwbpbX2vKK9Lh0E1TTw0IEzxdKmJO5X-ba6aUNMc4vus-6aquRM7jlArnQ9hUBJjaIIIgftjzQYpnGgVr1qFSUrZ13Mc0UNtQ373xlWi6U-Af91kRYeGq34LBkQIbGM6mAz6i6G1iM3D0v5zNweZrQqFbZxFf7ddp6FZgFXQ-_DgJA/s2580/albumtiscar1%20001.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1749" data-original-width="2580" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2pT1XLDLeeqDmVwbpbX2vKK9Lh0E1TTw0IEzxdKmJO5X-ba6aUNMc4vus-6aquRM7jlArnQ9hUBJjaIIIgftjzQYpnGgVr1qFSUrZ13Mc0UNtQ373xlWi6U-Af91kRYeGq34LBkQIbGM6mAz6i6G1iM3D0v5zNweZrQqFbZxFf7ddp6FZgFXQ-_DgJA/w400-h271/albumtiscar1%20001.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">El Vadillo de Tíscar, con puente de madera. Fines siglo XIX-principios XX</span></td></tr></tbody></table><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><b><i>Don Tomás</i></b>, <b>presidente de <i>La Resinera</i></b>. El personaje de <i>don Tomás</i> tiene presencia casi constante en <i>Villavieja</i>, pero sin embargo no aparece como tal en la narración. Se alude a él de forma indirecta, por lo que trama y planea y sobre todo por la sociedad que dirige, <i>La Resinera</i>. Ya se ha mencionado la problemática de los montes públicos en la comarca y el despojo de los derechos tradicionales de los vecinos por sociedades concesionarias del Estado. En los tiempos de cambio de siglo en los que se desarrolla <i>Villavieja</i> se producían los últimos intentos de resistencia. Era un tema del momento, presente en tertulias y conversaciones durante los veranos quesadeños de Ciges.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Casi al inicio de la novela se cuenta cómo <i>don Tomás</i> ha decidido presentarse a las elecciones de diputado del distrito y que está poniendo dinero para captar votos. Es un contrincante formidable para <i>don Luis</i>, el otro candidato, pues cuenta “con las ventajas de un millonario en relaciones con el Estado, árbitro en muchos pueblos y una legión de empleados a sus órdenes” (capítulo VIII). Precisamente a causa de esta rivalidad electoral, <i>don Luis</i> una tarde en el Casino de <i>Villavieja</i> le hace a sus contertulios un resumen de la situación, del poder de <i>La Resinera</i> y de sus abusos con los humildes (capítulo XIV):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>—El caciquismo de sus representantes —decía— es más funesto que el político, así en Argola (Cazorla) como en los demás pueblos vecinos de la sierra. Hasta las autoridades, que en otros sitios suelen gozar un pálido reflejo de autoridad, les están humildemente sumisas, y gozan sin bochorno de sueldos conocidos de todos. Gracias a esa obediencia servil, se veja a los menesterosos, que en los tiempos de escasez suben a las montañas en busca de una poca de nieve o de algunos palos para venderlos o calentar sus hogares. Se les había ofrecido tolerancia al arrendar el Estado la sierra, y se les paga con palizas crueles y llenando de ellos la cárcel de Argola. (…) Y con tanta ayuda del Estado para defender los supuestos derechos de la Resinera, el Estado olvida los suyos. La sierra se está despoblando. Se corta triple cantidad de pinos que los autorizados en el contrato.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No olvida <i>don Luis</i> denunciar el asunto de las casas forestales, que por aquellos años se estaban multiplicando:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>A expensas de la sierra misma construyen casas y casas: en las cumbres famosas, a lo largo de los límites, en los puntos de perspectivas magníficas. Dicen que son para albergar a la legión de guardas. ¡Ja, ja! Entre ellas hay preciosos hoteles bien amueblados, y creo que ni en dominios reales se vio a guardas ignaros y brutales tan pomposamente alojados. (…) Con la venta clandestina de pinos se construyen esos lindos edificios que en verano acogen al juez, al capitán de la Guardia Civil, a los amigos de la Sociedad... y a los que pudieran ser sus enemigos. Y en verano como en invierno, no es difícil encontrar a las amantes y cocotas que, para distraer sus ocios, traen de Madrid los ingenieros</i>.</span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Cuando <i>don Dámaso</i> recupera su interés por la política y piensa en su yerno <i>Delmás</i> como nuevo diputado, su primera precaución es llegar a un acuerdo con <i>don Tomás</i>. Cuando a <i>Delmás</i> le preguntan si no teme a la candidatura del presidente de <i>la Resinera</i>, contesta con sonrisa pícara que todo está arreglado:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—¿Han visto ustedes que dos lobos se hagan daño? (…) Todo está arreglado. El presidente de la Resinera renuncia a presentarse candidato por aquí. Irá a otro distrito, o le haremos luego senador por la provincia.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Pero en los planes conjuntos que han ingeniado <i>don Dámaso</i> y d<i>on Tomás</i> irrumpe un grave incidente entre leñadores y guardas de la <i>Resinera</i>. Como consecuencia del mismo estalla un amotinamiento violento en los pueblos de la sierra, hartos de sufrir el maltrato de la sociedad. En la conversación anterior del Casino <i>don Luis</i> ya había mencionado anteriores protestas que fueron duramente reprimidas: “Una tentativa de alzamiento contra los ingenieros se apaciguó fusilando a la muchedumbre, procesando a setenta personas y condenando a presidio a seis”. En esta ocasión las cosas no se resuelven tan fácilmente. Los revoltosos asaltan e incendian el cuartel de la Guardia Civil de <i>Peñafuerte</i>. Gobierno y autoridades apoyan a la <i>Resinera</i> y desencadenan una represión brutal que aplasta toda protesta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Como es casi norma, Ciges en este asunto tiene al menos un pie cierto en la historia. Del proceso de apropiación por el Estado del aprovechamiento de los montes públicos y la consiguiente exclusión de los tradicionales derechos vecinales fueron principales beneficiarios grandes capitalistas capaces de mover hilos en Madrid. En 1878 consiguió la concesión de la explotación maderera José Rafael Vizcarrondo, vecino de Madrid y perteneciente a una conocida familia puertorriqueña. En 1885 se hizo con la concesión, por cesión del anterior titular, el muy conocido y millonario malagueño Jorge Loring Oyarzabal. Loring fue uno de los protagonistas de la construcción de ferrocarriles en la segunda mitad del siglo XIX. Construyó la línea Córdoba-Málaga, origen de la compañía Ferrocarriles Andaluces. En 1895 renovó la concesión, con derecho a extraer anualmente más de 24 millones de metros cúbicos de madera y los pastos necesarios para el mantenimiento de 8.500 cabezas de ganado (Gaceta de Madrid de 6 de abril de 1895). La familia Loring era muy poderosa. En la comarca lo manifestó disputando con éxito al eterno Gómez Sigura su representación en el Congreso. En la legislatura 1896-98 representó al distrito como diputado Francisco Crooke Loring. No se tiene noticia de que su labor parlamentaria perjudicase los intereses madereros de su tío Jorge. Sobre la explotación maderera hay un dato sorprendente visto desde estos tiempos de sequía y es que la saca de madera se hacía por vía fluvial. Así en 1899, Boletín Oficial de la Provincia de 21 de febrero, se autorizó a don Jorge Loring “para que pueda conducir a flote por el río Guadalquivir, ciento veinte mil piezas de madera procedentes de corta hecha en los montes del Estado”. El punto de embarque fue el rio Guadalentín y el arroyo de Belerda, desde donde alcanzaban el Guadiana Menor, continuando el transporte hasta las cercanías de Mengíbar, donde eran subidos al tren.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Jorge Loring murió en febrero de 1900 y la concesión pasó a la Unión Resinera Española. Ignoro las circunstancias del traspaso pero ya en 1902, en la Revista ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de marzo, se cita entre las recientes concesiones de montes públicos que había obtenido la compañía la explotación de madera en la Sierra de Cazorla por dieciséis años. La Unión Resinera fue una importantísima sociedad con sede en Bilbao dedicada a la extracción de resinas y maderas por todo el país. En Granada, por ejemplo, adquirieron en la Sierra de Tejeda un enorme monte poblado de pino rodeno, el utilizado para resinar, cuya base operativa, en las cercanías de Fornes, sigue conociéndose hoy día como La Resinera.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-11-22/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%202/VILLAVIEJA%20(2).%20Personajes%20y%20paisaje.docx#_ftn1">[1]</a> Por estas sierras los pinos aprovechables son los salgareños o laricios, variedades no aptas para resinar, por lo que la explotación se centraba en la tala y saca de troncos. En la Memoria que se presentó a la Junta General de Accionistas de 1908 (publicada en La Ilustración Financiera de octubre de 1908), se dice que la concesión de la sierra se había conseguido por compra en el año 1900 al anterior titular (los herederos de Loring). Según esta Memoria, la compra había sido bastante irregular, razón por la que se cesó al director y se cambió “radicalmente” el consejo de administración. Para que no falte nadie, en 1902, al poco de esta adquisición y cuando según la Memoria se cometían toda clase de irregularidades, era director general de Agricultura y responsable de la Administración de Montes (ya lo había sido en anteriores gobiernos liberales) el eterno diputado del distrito Manuel Gómez Sigura. Sin embargo en Villavieja Ciges atribuye este cargo a don Dámaso Espino, (capítulo VII), acusándolo de que nada hizo por defender a sus representados del distrito. Abunda esto en la idea de que los personajes, aunque compuestos con trozos de realidad de distinto origen, son creaciones literarias.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los choques entre Montes y el Ayuntamiento de Quesada a cuenta de deslindes con montes municipales y los abusos de las sociedades concesionarias contra los derechos tradicionales de los vecinos, eran un clásico en las actas municipales hasta bien entrado el siglo XX. Fue también frecuente la detención de vecinos por corta irregular de pinos, carboneo y saca “abusiva” de leñas muertas o rodantes (las caídas de los árboles al suelo). No obstante, no he localizado referencia alguna a revuelta y motín como el que se trata en Villavieja. Ni en Quesada ni en otros pueblos de la comarca. No significa que no se produjeran (es posible que con mejores conocimientos comarcales se pudiera averiguar más), pero sí creo que, si hubieran tenido la gravedad de lo narrado en la novela, alguna repercusión en prensa hubieran tenido. El malestar existía, los abusos con los humildes de una sociedad tan poderosa son imaginables, pero no hay (o no he sabido encontrar) un suceso que se pueda considerar inspirador del motín contra la <i>Resinera</i>. Sin embargo, Ciges no suele inventarse completamente nada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Unión Resinera explotaba montes por todo el país, incluidos los de regiones donde los derechos comunales estaban más asentados y tenían más importancia para sus habitantes que en Quesada. En la prensa del año 1900 (revista <i>Madrid Científico, El Imparcial d</i>e 13 de julio y otros) se pueden encontrar noticias de una comisión enviada por más de setenta pueblos segovianos para pedirle al director general de Agricultura (se llamaba Gasset, ya no era Gómez Sigura) que “se anulen los contratos celebrados con Unión Resinera Española, por la enorme lesión que causan a los pueblos”. Se quejaban de que la acumulación de secciones de montes en las subastas era causa de “que solo puedan acudir a ellas los grandes capitales”, impidiendo la licitación a los modestos y a los propios ayuntamientos. Ignoro cómo acabó la cosa en este caso, pero quizás da la pista de que Ciges, en uso de su libertad novelística, se inspiró en algún suceso, más o menos violento, originado en otro lugar por las políticas abusivas de la poderosa <i>Resinera</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Aunque ajeno completamente a la vida de <i>Villavieja</i> y extranjero, hay que incluir entre los personajes poderosos a <b><i>Monsieur René Leblanc</i></b>. El personaje se introduce tardíamente en la narración, capítulos XVII y XVIII. Se trata de “un opulento bordelés, dueño de una línea de vapores que hacía la travesía de América y accionista de múltiples empresas francesas”. <i>Leblanc</i> es primo hermano de la esposa francesa de <i>don Leandro Obregón</i>. Una vez jubilado, se decidió a conocer España, a la que adoraba “sin haber pasado jamás de San Sebastián (…) por las lecturas de Mérimée y Gautier”. Reclamado por su pariente <i>don Leandro</i>, visita <i>Villavieja</i> y allí discurre la posibilidad de establecer una fábrica de pasta de papel combinando la posibilidad de obtener electricidad en el <i>Salto del Gigante</i> y de aprovechar el esparto de la Dehesa como materia prima.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-11-22/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%202/VILLAVIEJA%20(2).%20Personajes%20y%20paisaje.docx#_ftn2">[2]</a></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> E</span>l personaje de <i>M. Leblanc</i> sirve a Ciges, que cuando esto escribía trabajaba en París, para exponer el gran contraste entre los industriales europeos y los inversores locales, abúlicos y educados en el tráfico político de intereses. Así, y refiriéndose al francés, <i>don Leandro</i> explica a sus contertulios:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Esos extranjeros no son remolones como nosotros, y se dan buena cuenta de nuestras riquezas naturales. Ellos son los que han de venir a nuestra patria para explotar yacimientos mineros, establecer la red de nuestros ferrocarriles, instalar tranvías, y, en general, iniciar toda gran empresa que nuestra timidez rehúye... Monsieur Leblanc es un hombre admirable, que nunca ha temblado en arriesgar el dinero, y el éxito ha estado siempre al cabo de su audacia. ¡Si él quisiera!...</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y efectivamente el capital extranjero era el que entonces aprovechaba los recursos naturales españoles, especialmente en la minería y en sectores tecnológicos como la producción eléctrica (En Huesa y Belerda, por ejemplo, Felipe Rothemund Vogel con el salto de agua de Sotana). El proyecto de <i>M. Leblanc</i> iba completamente en serio y llegó a enviar a un ingeniero para que lo estudiase sobre el terreno, pero quedó abortado tras el estallido del motín contra la <i>Resinera</i>, que hizo desistir al francés. Hoy día, acostumbrados a la Política Agraria Común y a mirar a Bruselas para tantas cosas, cuesta hacerse a la idea de que hace cien años toda idea de progreso se identificase con Europa.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><b>6.2.- Los propietarios.</b></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los poderosos son los que mueven los hilos del poder y someten la vida de la comarca a su propio interés, pero no forman parte de su vida social. Viven en Madrid, como <i>don Tomás</i>, o lo hacen retirados en su cortijo lejos del trato mundano, como <i>don Dámaso</i>. La buena sociedad villavejana está constituida por los propietarios, los señoritos, y sus familias. Su emblema y centro de reunión es el Casino. En su reseña de Villavieja, Fabián Vidal se refiere a él en estos términos:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>La pintura del Casino de Villavieja, reunión de borrachos aseñoritados, de abogaduelos olvidados de los códigos, de usureros que hablan a todas horas de su honradez, de jaques bien vestidos, prontos a esgrimir la faca o a empuñar el revólver, es magnífica.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><span> </span>Quien estas líneas escribe conoce bastante bien algunas Villaviejas españolas y sus casinos correspondientes. Y certifica que Ciges, gran observador, maestro del detalle, no ha recargado las tintas ni ensombrecido sus descripciones.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Mosiú</i> es la voz forastera que desde fuera pone de relieve los vicios y faltas de esta clase social, pero los mismos villavejanos son conscientes del agujero en el que están metidos y de su incapacidad para salir de él. En el capítulo XIII, tras presentar <i>don Luis</i> en el Casino el proyecto de canalización del <i>Gualdavia</i>, los socios lo descalifican entre risas y burlas: “Hacer comerciantes y hombres activos de nosotros es tanto como no conocernos”. Apesadumbrados por semejante reacción, <i>Mosiú </i>y <i>don Federico</i> el maestro pasean poco después por el jardín. Su conversación podría resumirse en aquella célebre frase que, tras ser traicionado por los suyos en el Congreso, exclamó el conde de Romanones: “¡Joder, que tropa!” En una de sus vueltas al Huevo, <i>Mosiú </i>se pregunta en voz alta que, si un “médico de pueblos” estudiase el caso de <i>Villavieja</i>, cuál sería su diagnóstico. El maestro le replica sin dudar:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Usted mismo ha estado a punto de diagnosticarla al hablar de la falta de perseverancia de don Luis, de la cual participan los demás, que buscan siempre a un hombre, el hombre-providencia, para realizar lo que la voluntad colectiva no es capaz. La enfermedad de Villavieja se llama abulia.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Pero además de la abulia, otro gran vicio afecta a los villavejanos que frecuentan el Casino: el juego. Casi desde la primera escena se hace patente:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>...todas las miradas se dirigieron a otra persona que salía de la próxima sala consagrada al juego. Su paso era vacilante, su color de un mate terroso y los ojos hinchados denotaban la asidua atención del jugador que ha perdido durante horas enteras (…) se dejó caer sobre el diván con el rendimiento del que termina un largo viaje. Un anciano de poblado bigote y mirada escrutadora le impuso la mano en la frente, e inclinándose hacia él, le dijo:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¿Has perdido?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Sí, don Ambrosio.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¿Mucho?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Mil quinientas pesetas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El olor del dinero fresco de la cosecha de la aceituna excita esta enfermedad y atrae a jugadores profesionales que acuden puntualmente para hacerse con el botín (capítulo V):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Ya están aquí por la cosecha de aceite. ¡Banca y ruleta! Esta noche o mañana comenzará de recio el juego. (…) Son tan exactos como las golondrinas en primavera y las cigüeñas en verano.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Es en el Casino, “atestado de ruido y humo”, donde se juega y se suceden las escenas de alegría y pena según la suerte de cada cual (capítulo IX):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>La banca y la ruleta no habían cesado de actuar día y noche. (…) El rostro gozoso de los que ganaban, sus gritos y sus gastos pródigos, formaban violento contraste con las angustias y trasudores de los que tuvieron adversa a la voltaria fortuna. (…) Algunos habían perdido su cosecha de aceite antes de venderla, y otros se disponían a empeñar la que en el verano pudieran recoger de los trigos y cebadas que ahora apenas apuntaban en los campos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Para Ciges el juego no es solo fruto de la descomposición moral de la clase propietaria. Como suele hacer, dispara hacia arriba y lo relaciona con la política corrupta que impera en la Corte madrileña. Así cuando, a la vista de los jugadores profesionales que organizan las timbas en el Casino, don Luis explica a Mosiú que los profesionales llegados a Villavieja cuando la cosecha no son los auténticos beneficiarios del negocio, le explica:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Estos son unos desdichados que vienen a jornal. Los dueños del dinero habitan casas suntuosas y adquieren respetabilidad con las pingües ganancias que ellos les aportan. Dos personajes ilustres componen la sociedad: un senador conservador, que influye con el gobierno liberal para que tolere el juego, y el severo director de un diario de oposición, que amenaza con campañas moralizadoras si el ministro ordena a los gobernadores que vigilen Casinos y clausuren chirlatas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los resultados de este vicio en unos y en otros el exceso de gastos, para mantener una apariencia que ya no se pueden permitir, hace que muchos propietarios vivan endeudados, con sus tierras hipotecadas, devorados por los intereses que les exigen los usureros. La usura es otra lacra que de continuo aparece en <i>Villavieja</i>. Usurero era, y por este medio había acrecentado su capital, <i>don Dámaso Espino</i>, el viejo cacique. La relación causa–efecto entre el juego y la usura queda clara en el capítulo V, en el que <i>don Luis</i> le explica a <i>Mosiú</i> que en <i>Villavieja</i> juegan todos, menos las mujeres y los usureros:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Excepto las mujeres, los demás juegan todos; pues si los usureros también se abstienen, son los que miran con mejores ojos la banca y la ruleta. Estas siembran trampas que ellos hacen luego fructificar al 15, al 30 y al 50 por 100, según la cantidad tomada y la proximidad en que el prestatario se encuentra de la ruina.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El asunto de la usura estaba de plena actualidad, como casi siempre, cuando Ciges llegó a Quesada en junio de 1909. En el mes de mayo el Ayuntamiento, siguiendo instrucciones de las autoridades provinciales, había iniciado una suscripción “entre contribuyentes y labradores” a fin de aumentar el capital del Pósito Municipal y combatir “la terrible plaga de la usura”. Los pósitos eran instituciones de crédito municipal que prestaban cantidades, tradicionalmente en especie –grano para la sementera– , que poco a poco se fueron transformando en préstamos en metálico a un módico interés. Los propietarios no acudieron a la suscripción y la usura siguió haciendo estragos. Sin embargo, la ruina que acechaba a muchos de estos propietarios ludópatas no los incitaba a cambiar de vida. Como le dice sentenciosamente el maestro a <i>Mosiú</i> (capítulo IX): “Sin embargo, nadie les haría trabajar”. Y es que estos propietarios veían el trabajo como algo humillante, impropio de su rango y condición. Estaban en el convencimiento de que la riqueza ni se consigue ni se aumenta con el propio esfuerzo, se hereda. En su obtención el trabajo poco o nada influye, y se podía comprobar con la triste suerte de los que se veían obligados a trabajar. La inutilidad de cualquier esfuerzo para mejorar lleva a la gente de bien a dedicar su tiempo al ocio, como se ve en esta escena del capítulo I:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—¿Y tú? —le preguntó el otro—. ¿Qué haces tú y tus hijos?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Lo mismo que tú y los tuyos.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Falso. Los míos estudian.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Como antes estudiaron los míos... Estudian para aprender vicios, y cuando están bien enviciados, acuden para ayudarnos a devorar la hacienda. Ni tú ni yo, ni tus hijos ni los míos, valemos para cosa mejor. Solamente que nosotros encontramos padres más ricos; pero como la hacienda se repartió con nuestros hermanos y no hemos servido para acrecentar la porción que nos llegó, cada uno de nuestros hijos habrá de recibir una parte de nuestra parte, ya bien atenuada.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Ciges retrata a esta ociosa clase villavejera mediante unos personajes que se ajustan, con mayor o menor intensidad, al que se podría denominar el “espíritu” de <i>Villavieja</i>. Entre todos ellos hay dos familias que adquieren especial relieve, aunque son descritas con trato diferente. Unos, los hermanos <i>Uldecoa</i>, representan la versión más extrema, bárbara y cruel de los males de Villavieja. Otros, los <i>Obregón</i>, aún participando de la vida y mentalidad propia de su clase, son su cara más civilizada y tratable.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-Fi-MoL278CC2UJLOlwTeVD5IhUXbzNFHRGZAPRO8jVkDhfvyBw-bssEiQmSh_KVx2PyWflyrT7Fb_j2pUAqqVSgIyysmqP0aCrgGzEAIwPLq5pWGkWjcD1F-DQwd4MSP_g1FlfvAma6wmDEWtwGYqXvtyJmutHd_0atgyUuoXQcRsddrz3XBzeQEDw/s865/4%20esquinas%2019002.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="624" data-original-width="865" height="289" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-Fi-MoL278CC2UJLOlwTeVD5IhUXbzNFHRGZAPRO8jVkDhfvyBw-bssEiQmSh_KVx2PyWflyrT7Fb_j2pUAqqVSgIyysmqP0aCrgGzEAIwPLq5pWGkWjcD1F-DQwd4MSP_g1FlfvAma6wmDEWtwGYqXvtyJmutHd_0atgyUuoXQcRsddrz3XBzeQEDw/w400-h289/4%20esquinas%2019002.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">La Cuatro Esquinas a principios del siglo XX</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La familia <i><b>Obregón</b></i> está formada por los hermanos <i>Luis y Leandro</i>, a los que con menor protagonismo se une su cuñado, <i>don Alberto Sanz</i>. <i>Don Luis</i> es el protagonista absoluto y, por la complejidad del personaje real que lo inspira, merece un capítulo propio. Para <i><b>don Leandro Obregón</b></i>, Ciges dibuja un retrato bastante benevolente, el contrapunto tranquilo y formal a su aventurero y siempre excesivo hermano. El “obeso don Leandro” es hijo y nieto de propietarios y dispone de un buen capital que administra con prudencia sin caer en los vicios de sus iguales. Había sido alcalde sin que se le conocieran mayores abusos y corrupciones, resolviendo algunos problemas que venían de antiguo como la suciedad de las calles o el hurto en los campos y huertas, de lo que estaba muy satisfecho. Aunque sus métodos a veces eran poco ortodoxos, añadiendo al castigo la humillación pública como en la ocasión aquella en que obligó a unos ladronzuelos a vender a precio disparatado la fruta que habían robado. No obstante, la rectitud y bondad de su proceder quedan de manifiesto en la ayuda que prestó a <i>Pedro Luján, el Revolucionario</i>, de manera que este, agradecido, dice que su cabeza sería una de las contadas que él respetaría en <i>Villavieja</i> (capítulo V). También aparece el escrúpulo moral en su conducta cuando, como propietario de molino de aceite, se niega a la compra de cosechas a bajo precio que los desesperados perdedores del juego le ofrecen a los fabricantes (capítulo IX):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Obregón se resistía a aceptar estos impuros tratos, pues lo que su molino trabajaba en las condiciones habituales era suficiente para rendirle un interés mucho más alto del que convenía el capital invertido.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Leandro</i> no tenía hijos y estaba casado con una francesa a la que conoció veraneando en San Juan de Luz. Era prima hermana del millonario francés Leblanc, del que ya se ha hablado. A causa de este parentesco con el millonario francés aumentó grandemente su prestigio social, y “la esposa de don Leandro llegó a ser más visitada que nunca, con el pretexto de que era magistral pianista” (capítulo XVIII).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El día de las elecciones, <i>don Luis</i> está preso en <i>Argola</i> y es <i>don Leandro</i> quien se ocupa como representante suyo de controlar la votación. D. Leandro sufre en propias carnes la brutalidad de los métodos que utilizan los <i>Uldecoa</i>, convertidos en agentes de <i>don Dámaso</i>, para inclinar el resultado a su favor:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…armados de fuertes garrotes, iban borrachos de colegio en colegio agasajando a los amigos, invitando a beber a los tibios y amenazando con persecuciones a los adversarios, si no se sometían a tiempo. Por querer protestar de una ronda de falsos votantes, el hermano de don Luis recibió en la cabeza un palo.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y no acaban ahí sus desgracias, pues al poco, cuando se dirigía a comprobar las votaciones en otros pueblos cercanos, es acosado por los Uldecoa, quienes provocan que el coche en el que viaja se salga con violencia del camino. Como resultado del accidente muere<i> don Leandro</i> unos días después. Con este triste desenlace Ciges presenta su muerte como la de un hombre honrado, víctima del caciquismo y de sus fraudes electorales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><b><i>Don Alberto Sanz</i></b> está casado con una hermana de los <i>Obregón</i>. Tiene mucha familia y demasiados gastos, por lo que <i>don Luis</i> tiene previsto, si consigue el acta de diputado, entregarle la alcaldía de <i>Villavieja</i> para que se recupere económicamente (capítulo VIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>...estaba cargado de familia; su última gran finca, evaluada en veinticinco mil duros, la había hipotecado por ocho mil, como hemos visto al empezar este verídico cuadro de Villavieja, y tenía apremiante necesidad de la vara para arrancar su pobre Charrala de las manos ganchudas del usurero.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y efectivamente, en el capítulo I, cuando los socios del Casino fantasean con lo que harían si les tocase la lotería de Navidad que se disponen a comprar, dice <i>don Alberto:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Pues yo deshipotecaré La Chaparra (es la finca que en el párrafo anterior se ha llamado Charrala) —exclamaba el tercero.(…) no puedo renunciar a La Chaparra. Vale veinticinco mil duros, y solo está hipotecada por ocho mil.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Su interlocutor observó, extremando su amarga ironía:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—¡Cuarenta mil pesetas al veinte por ciento!... Date prisa, Alberto, en ganar a la lotería, porque, si tardas un poco, los réditos se encargarán de comerse la dehesa, y a ti con ella.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>De los hijos de <i>don Alberto Sanz</i> solo se nombra a <i><b>Pepita Sanz Obregón</b></i>. Está prometida con <i>Paco Uldecoa</i>, quien en uno de sus irreflexivos arrebatos la deja para entablar relaciones con la hija de <i>don Pedro León</i>, uno de sus compañeros de juergas (capítulo VIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Al siguiente día, Paco cesaba sus relaciones con Pepita Sanz Obregón, hija de don Alberto, y comenzaba la rivalidad con sus tíos don Luis y don Leandro.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La familia <i>Obregón</i> se corresponde con los Alcalá Menezo quesadeños. En este caso no cabe duda alguna, y no solo por el paralelismo casi perfecto entre la biografía del protagonista, <i>don Luis Obregón</i>, y su modelo, Ángel Alcalá Menezo. Es el propio Ciges quien lo descubre al escribir en algunos pasajes don Ángel en lugar de <i>don Luis</i>. Cecilio Alonso en su edición de 1986 llama la atención de este cambio de nombre, que atribuye a una “evidente distracción” y que en su opinión confirma plenamente la correspondencia de Villavieja con Quesada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Refiriéndose a los Alcalá Menezo, Juan de Mata Carriazo dice en la NOTA PRELIMINAR de la segunda edición de <i>Pedro Hidalgo o el Castillo de Tíscar</i> (Sevilla 1945):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Han sido los Alcalá de Quesada gentes inquietas y andariegas. Los hemos conocido yendo a buscar sus esposas en Francia, haciendo diabluras con el daguerrotipo, viajando como intérpretes en los transatlánticos de lujo, edificando pastiches moriscos y consternando a los auténticos moriscos de Belerda con iniciativas de señor feudal.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Leandro Obregón</i> es Manuel Antonio Alcalá Menezo, acomodado propietario nacido en 1849, concejal en numerosas ocasiones entre 1873 y 1910, aficionado a la fotografía y casado con la francesa Noemia Peychaud de Lisle. Con solo 25 años fue el primero que, como concejal del Ayuntamiento republicano, propuso en 1873 la instalación de la plaza de abastos en el claustro del antiguo convento de los dominicos, lo que se hizo años después. Posteriormente, en 1900, donó la cruz de mármol instalada en el Humilladero para celebrar el cambio de siglo. En 1911 dimitió como concejal y pidió la baja en la vecindad por trasladarse fuera de la localidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por la correspondencia, anteriormente citada, de Ciges a la familia Segura, se sabe que el autor tuvo relación y amistad con Manuel Antonio. En carta de 1912 desde París, dirigida a Manuel Segura le dice:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Hace mucho tiempo que nada sé de su cuñado Don Manuel. Varias veces pregunté su dirección a mi tío Jaime. Este me dijo algo vago sobre disgustos con Bernardina; pero jamás me dijo donde vivía en Barcelona. Yo quería haberle invitado para pasar aquí dos o tres meses.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Ignoro si Bernardina es otro nombre de Noemia o corresponde a una relación posterior. Algún tipo de complicación hubo con ese matrimonio, lo que provocó habladurías y chismes en el pueblo que incluso llevaron a Teresa Segura a justificarse ante Ciges (carta de 10 de marzo de 1913):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Lo que se me atribuye que puse veto por la edad es falso y jamás pensé que llevaría yo el mismo género de vida que mi tía Bernardina, en el supuesto de haberme casado con usted. (…) jamás pensé en el caso de mis tíos Manuel y Bernardina.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>A causa sin duda de la amistad de Ciges con la familia, de sus pretensiones con Teresa, nada de estos problemas conyugales trasciende en <i>Villavieja.</i> Antes de terminar con Manuel Antonio Alcalá Menezo, hay que referirse a esa mención que de pasada hace Carriazo a “sus diabluras con el daguerrotipo”. No hay mención alguna en <i>Villavieja</i>, pero tiene un gran significado para la historia de Quesada porque estaríamos ante uno de los primeros casos conocidos de fotógrafo local. No es solo Carriazo quien lo menciona, lo hace en su edición de 1894 el <i>Anuario del Comercio </i>donde su nombre, junto a otras ocupaciones como la de fabricante de aceite, aparece como “fotógrafo”. Sigue figurando como tal en este anuario, y desde 1900 en el <i>Anuario Riera</i>, hasta 1911, cuando dejó Quesada. Poco o nada sabemos de su obra. Es fácil imaginar que el retrato de su hermano Ángel que se suele utilizar en los artículos a él dedicados sea suyo. También otro, mucho menos difundido, de su hermano acompañado por dos sobrinos. Poco más se puede decir; ignoro si sus fotografías se conservaron, si están en Quesada o se las llevó consigo a Barcelona en 1911. Quizás haya que atribuirle algunas imágenes de principios de siglo como las aparecidas en tarjetas postales por aquellos años con vistas de la Explanada, la fuente pública y el antiguo convento. Quizás también alguna de las primerísimas fotos de la Virgen de Tíscar. Por los mismos años hubo otro fotógrafo en el pueblo que en los anuarios llaman Manuel Marín, seguramente Manuel Marín Bonavida. Ojalá se encuentre alguna pista que aporte luz a la historia de la fotografía en Quesada, que es anterior, como se ve, a la visita de Cerdá Rico en los años diez y a las fotografías muy conocidas de Juan de Mata Carriazo en los veinte.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Alberto Sanz</i>, cuñado de los <i>Obregón</i>, es sin duda Manuel Segura Fernández, propietario y abogado de secano. Estaba casado con Ambrosia Alcalá Menezo. Fue profesor de Historia Universal y Filosofía en los intentos que protagonizó su cuñado Ángel Alcalá de crear en Quesada un colegio de segunda enseñanza. Como otros integrantes de la “buena sociedad” quesadeña, pertenecía a la logia local La Luz, usando <i>Arístides</i> como nombre masónico. En <i>Villavieja</i> Ciges presenta a <i>don Alberto</i> como cargado de hijos y deudas, necesitado del auxilio de <i>don Luis.</i> Ignoro la situación económica de Manuel Segura, pero creo que lo que quiere reflejar aquí es la tan habitual falta de liquidez por exceso de gastos propia de la buena sociedad villavejera. De la correspondencia intercambiada con la familia Segura se desprende que la relación de Ciges con él era cercana y amistosa, bien fuera porque le agradara su trato, por ser padre de su pretendida Teresa o por ambas cosas a la vez.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Hijo de Manuel Segura era José, Pepe Segura, muerto joven tras larga enfermedad en 1914. No es reconocible como personaje de <i>Villavieja</i>, pero parece que Ciges le tuvo simpatía y mantuvo con él una estrecha relación, pues cuando murió desde París envió una carta de pésame (4 de mayo de 1914) en la que dice:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Aunque tengo el hábito de no mostrar mucho mis preferencias y afectos, diversas veces pudo usted notar mi flaqueza por el pobre Pepe (…) hasta el punto de que, una vez en París y cuando llegó el momento de enviar representantes a América, pensé en él.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>También era hija de Manuel Segura Teresa Segura Menezo, que podemos identificar como <i>Pepita Sanz Obregón</i>, la hija de don Alberto, a la que dejó plantada <i>Paco Uldecoa</i> para casarse con la hija de <i>don Pedro León</i>. Como ya se ha dicho anteriormente, Ciges pretendió sin éxito a Teresa. Para cuando escribía Villavieja, ya se habían malogrado sus pretensiones. Es curioso que Ciges introduzca en la narración a <i>Pepita</i> como dejada por <i>Uldecoa</i>. De la correspondencia entre ambos no se deduce bien si Teresa Segura fue dejada por Ciges o este dejado por ella. Su inclusión en la novela quizás sea una pequeña maldad o venganza de autor despechado. Pero en cualquier caso el trato frecuente y estrecho de Ciges con esta familia va más allá de la pura anécdota. En sus conversaciones con Manuel Antonio, en sus veladas en casa de Manuel Segura rondando a Teresa, Ciges escuchó las aventuras y audacias del cabeza de los Alcalá Menezo, Ángel, que había muerto años antes, en 1895 y era por entonces el quesadeño más famoso y nombrado después del general Serrano. Como más tarde se verá, Ciges decidió crear el personaje central de <i>Villavieja</i>, <i>don Luis Obregón</i>, basándose en la vida de don Ángel. Quizás la novela surgió, o encontró uno de sus fundamentos, en esa relación con las familias Alcalá y Segura.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Si los <i>Obregón</i> son la cara amable de la clase propietaria villavejera, los <i><b>Uldecoa</b></i> representan la más odiosa y terrible, pues encarnan todos los vicios y defectos de aquella sociedad. Aunque entran en escena ya en las primeras páginas, es en el capítulo VIII donde Ciges relata sus tristes antecedentes:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>En la política quisieron entrar como condotieros los dos Uldecoas cuando, malrotados los treinta mil duros que cada uno recibió a la muerte del padre, y mermada en dos tercios la hacienda de la madre, esta digna señora se negó a vender más fincas para tapar las trampas de sus hijos. Tres años bastaron a los fogosos hermanos para dilapidar su hacienda en orgías tan repetidas que, no obstante sus músculos de hierro y su constitución atlética, Paco estaba calvo a los veintiocho años, y Fernandito se arrancaba la dentadura a los veinticinco.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No era poca cosa un capital de ciento cincuenta mil pesetas, pero es que la única ocupación de <b><i>Fernando </i>y <i>Paco Uldecoa</i></b> era beber, jugar y cometer todo tipo de tropelías, auténticas barbaridades que decía <i>Mosiú</i>. Continúa Ciges con su historial:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Aquellos tres años fueron para ellos un período tan turbulento que granjearon borrascosa celebridad en la región entera, y Villavieja llegó a sentir nocturno terror de ellos. A las altas horas en que abandonaban el Casino, (…) recorrían la silenciosa población, y pocas eran las veces en que a la mañana siguiente no se narraba alguna hazaña del grupo. Unas noches dábales la borrachera por romper cristales (…) otras, concertaban la persecución de los ladrantes perros (…) frecuentemente sugeríales el vino dar una batida a los mozos que trasnochaban para hablar con las novias, y las piedras barrían como metralla las calles. De tiempo en tiempo encontraban a tal enamorado de mal genio que, en vez de correr, les hacía cara y resistía con vigor. Los revólveres salían entonces, la calle parecía cabila en guerra, y los buenos vecinos despertaban con sobresalto y volvían a esconderse hasta la cabeza, haciendo votos porque en una de aquellas algaradas no quedase Uldecoa o borracho de su bando para contarla.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En todas estas tropelías actuaban con la impunidad y seguridad que les daba su elevada posición social, sintiéndose en el derecho de hacer lo que les venía en gana por pertenecer al más alto escalafón de la clase que dominaba <i>Villavieja</i>. Ni guardias municipales ni la misma Guardia Civil se atrevían con ellos. En el capítulo XII el alcalde <i>Manso</i> justifica por qué no se pudo evitar la cencerrada que tanto humilló a <i>don Dámaso</i>: “los organizadores del escándalo fueron los Uldecoas, y ¿qué iban a hacer los pobres agentes contra ellos?” Poco después (capítulo XVI), tras una violenta escena en el cortijo del cacique por asuntos de deudas, <i>Paco Uldecoa</i> se cruza con una pareja de guardias civiles que, avisados por el alcalde, acuden en auxilio de <i>don Dámaso. Uldecoa</i> ni se amilana ni los respeta, pica espuelas y se abalanza sobre los guardias arrollándolos. Estos reaccionan con respetuosa sumisión:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>La pareja tuvo que separarse a un lado del camino para dejar paso al impetuoso jinete, que al llegar a su altura la saludó con una carcajada de burla.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>Volviéndose para mirarle galopar, dijo uno sentenciosamente:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¡La verdad es que estos Uldecoas tienen aire de bandidos!</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>Y el otro aseveró:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Yo creo que solo les falta la ocasión y el no haber nacido en más baja cuna.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los excesos de los <i>Uldecoa</i>, que a menudo incluyen burlas crueles, se reparten por toda la novela y siempre cuentan con un coro de aduladores que les ríe la gracia a cambio de vino y un poco de juerga. Aunque una vida tan excesiva los ha llevado casi a la ruina, todavía conservan la fuerza necesaria para intervenir en la política local, buscando votos para <i>don Tomás</i> el de la <i>Resinera</i> o pactando con <i>don Dámaso</i> el apoyo a <i>Lorenzo Delmás</i> en las inmediatas elecciones. La política es “juego de compadres”, decían los <i>Uldecoa</i> haciendo “impúdico alarde de su pacto con el cacique”, y por eso acaban obteniendo el arriendo del impuesto de Consumos con el que reponer su hacienda. Además, <i>Fernando</i> será impuesto por <i>don Dámaso</i> como alcalde y Paco como diputado provincial. Es bastante pesimista el mensaje final que lanza Ciges. La indigencia moral de los <i>Uldecoa</i>, aprovechada por el cacique, resulta premiada. Los <i>Obregón</i>, enfrentados a él, acaban malamente: muerto <i>don Leandro</i> y <i>don Luis</i> escarmentado políticamente para el resto de su vida.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por último conviene hacer referencia a una de las aventuras de los <i>Uldecoa</i> que se verá que tiene una base real. En cierta ocasión promovieron un escándalo fenomenal en un teatro de Granada donde se iba a presentar <i><b>La Bella Panchita</b></i>, bailarina de “divinas piernas” y “provocativos meneos, que eran lo mejor de lo mejor en ella”. Cautivada por la osadía y el desparpajo de los <i>Uldecoa</i>, se marcha con ellos a <i>Villavieja</i> (capítulo VIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Durante tres meses residió en el cortijo de Fernando; luego se casó con él, y entre el cortijo y el pueblo pasaba ahora su hastiada existencia, engordando de un modo escandaloso, olvidada de su marido y sin trato con nadie, porque hasta la bondadosa madre de él no se habituaba a ver en su nuera más que a la antigua bailarina.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En la nota 3 de su edición de 1986 Cecilio Alonso, basándose en informantes locales, dice:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…estos Uldecoas se inspiran muy directamente en los tres hijos de D. Manuel Bedoya, quesadeño «primo del general Serrano Bedoya y despiadado usurero que amasó una inmensa fortuna. Al fallecer relativamente joven, sus hijos entraron en posesión de su gran caudal y aprovechando el débil carácter de la madre, D.ª Teresa, empezaron a dilapidar los bienes tan mal adquiridos.»</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por su parte, Juan de Mata García Carriazo, contemporáneo suyo, dice en sus memorias inéditas sobre los tres hermanos Bedoya: “…que alegremente tiraban su capital en el juego y juergas”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Manuel Antonio Bedoya García había nacido en 1835 y murió a los 65 años, no tan joven para la época, el 30 de enero de 1901. Era hijo de Manuel María Bedoya Serrano, del que heredó un buen capital que, según la cita de Alonso, incrementó mediante el ejercicio de la usura. Este punto, como en el caso del viejo cacique, no se puede confirmar documentalmente, pues estos eran asuntos que no se aireaban y que quedaban en la sórdida oscuridad de la relación personal entre prestamista y prestatario. Lo que sí es posible afirmar es que fue un importante actor político local en el último cuarto del siglo XIX. Como pariente del general Serrano se integró en el grupo de sus familiares y partidarios, que protagonizaron la vida municipal desde 1868. Mantenía por tanto un posicionamiento “progresista” (muy entrecomillado) que fue suavizando con los años (y la muerte del general), incorporándose algo más tarde al Partido Liberal-Fusionista de Sagasta. Como miembro del mismo tuvo serios enfrentamientos con los conservadores, como aquel que protagonizó en 1895 con el concejal y candidato Francisco Malo (<i>Francisco Manso</i>), que alcanzó tal virulencia que obligó a la Diputación a intervenir judicialmente. Se comprueba una vez más que Ciges escribe sobre una base cierta y que la enemistad política entre <i>Manso</i> y <i>Uldecoas</i>, reflejada en los primeros capítulos de <i>Villavieja</i>, existió realmente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Manuel Antonio Bedoya estaba casado con Ana Teresa Serrano Tamayo, hija de Hilario Serrano Águila, gran propietario y cabeza principal, junto a los hermanos del general, del partido “serranista” quesadeño. El matrimonio tuvo tres hijos: Francisco, José María y Manuel Bedoya Serrano. Durante las estancias de Ciges en Quesada, veranos de 1908 y 1909, ya había muerto Manuel Antonio Bedoya y sus hijos estaban en posesión de la herencia con menos de treinta años. El derroche de la fortuna de los hermanos Uldecoa, las hipotecas sobre sus tierras reflejadas en el episodio del señorito cordobés, tienen también una base real que se puede rastrear. Así, su madre, Ana Teresa Serrano, hipotecó “una reunión de predios, una casa cortijo llamada Casería de Santa Cruz, con un molino aceitero y una capilla o ermita, formando todo un solo edificio en dicho sitio”. Se está refiriendo a la finca que había heredado de su padre, Hilario Serrano, en el lugar que actualmente ocupa la almazara Rotalaya. La Casería de Santa Cruz pasó luego, seguramente malvendida, a manos de Fernando Marín, personaje ajeno a Quesada como el <i>señorito cordobés</i>, hasta que en 1925 el Banco Hipotecario ejecutó la garantía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>De los tres hermanos solo he localizado información de dos, pero no he hallado rastro sobre José María, el tercero. No figura en ninguna de las relaciones de mayores contribuyentes que anualmente se confeccionaban para el censo electoral al Senado (para esta cámara no se aplicaba el sufragio universal). Esto significa que no estaba avecindado en Quesada, al menos desde que cumplió 25 años, edad mínima requerida a los electores. Su hermano Francisco sí dejó huella. Participó activamente en la vida local y fue concejal en varias ocasiones. Había heredado de su padre la pertenencia al partido liberal, pero al pasar el cacicazgo del distrito del liberal Gómez Sigura al conservador Foronda, él también cambió de filas y se convirtió en firme partidario de Eduardo Dato. Por su parte Manuel no tuvo actividad política, pero residía en Quesada y figura repetidamente en las aludidas listas del Senado. Fue él quien se casó con <i>la Bella Panchita</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En la prensa de la época era costumbre publicar los nombres de los viajeros que habían llegado a la ciudad donde se editaba el periódico y dar noticia también del hotel en el que se alojaban. En el <i>Defensor de Granada</i> son frecuentes las reseñas de visitas a la ciudad de los hermanos Manuel y Francisco Bedoya. No reparaban en gastos y se alojaban en el lujoso y flamante Gran Hotel París, en la Gran Vía. Ciges sitúa el episodio de la <i>Bella Panchita</i> en Granada durante una de sus habituales excursiones. Por las memorias inéditas de García Carriazo se comprueba que esta historia también fue cierta, solo que cambiando Granada por Madrid. Dice refiriéndose a Manuel Bedoya:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…aquel, en uno de sus frecuentes viajes a Madrid, conoció y casó luego con una artista, D. Concha, que llevó en el pueblo una vida desgraciada, sin pisar la calle, pues él era muy celoso, y cuidando solo a sus hijos Manolito y Conchita, casi de mi edad, por lo que hasta la muerte de aquel, y la marcha a Madrid de éstos, éramos muy amigos.</i></span></div></blockquote><p><br /></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAkjAI39u7rfzqGxqigHUwlWcbvIXi54197SsVuAi3WyOGEdOBj3yLQCJkIzj1V1oEI_uhreKom-09QKDkO0-TiJHRx75Dh2W9KMA68lZTWK6W35Vnv1lWHKnlT8OJ39FyvASAzhkqLzyTUJBct5nsrKf_XSOCTwXcEc0uC8JbzScHa3FjDIryBV00Ig/s3832/10b%2014846500.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="2807" data-original-width="3832" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAkjAI39u7rfzqGxqigHUwlWcbvIXi54197SsVuAi3WyOGEdOBj3yLQCJkIzj1V1oEI_uhreKom-09QKDkO0-TiJHRx75Dh2W9KMA68lZTWK6W35Vnv1lWHKnlT8OJ39FyvASAzhkqLzyTUJBct5nsrKf_XSOCTwXcEc0uC8JbzScHa3FjDIryBV00Ig/w400-h293/10b%2014846500.jpg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Plano del salto de Béjar, pionero de la electrificación quesadeña (1901) Foto IECA.</span></td></tr></tbody></table><br /> <p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Los <i>Uldecoa</i> estaban rodeados de una “turba de parásitos” que comían y bebían a su costa, destacando como los más principales y asiduos “el gran don Pedro León y Juanito el Seminarista”. Ambos participaban de “las locas liberalidades de sus borracheras”, acompañándolos como escuderos en todos sus excesos y tropelías. </span><b style="font-family: arial;"><i>Don Pedro León</i></b><span style="font-family: arial;"> pertenecía a familia de abolengo y posibles, pero sus dilapidaciones y vicios le habían llevado a la ruina, arrastrando con él a su mujer y a sus hijas, que a pesar de todo intentaban mantener las apariencias (capítulo VIII):</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>De lo que hace diez años constituyó el común patrimonio de los cónyuges, solamente les quedaban varios campos con un pobre caserío, al que pomposamente daban título de cortijo. Su valor no pasaba de doce mil pesetas, y con las exiguas rentas que producía, sosteníase la familia economizando el céntimo en el hogar, y ostentándose en la calle como las mujeres de antaño, más modestas en su porte, pero igualmente dignas, amables y amadas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Antes de traer a <i>Villavieja</i> a <i>La Bella Panchita</i>, <i>Fernando Uldecoa</i> mantenía relaciones con <i>Laura</i>, “la segunda de las tres bellas hijas de don Pedro León”. Desde su llegada con la bailarina “el prometido ya no osó visitar a su novia”. La reacción del padre de esta mostró el charco moral en el que se revolcaba:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Pedro ni siquiera le afeó su villanía. El apego al vino le había encanallado, y la amistad de los dos Uldecoas, que le hacían partícipe en sus comidas y borracheras, fue para él más preciosa que la dignidad de padre.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Tras el abandono de <i>Laura</i> por su hermano <i>Fernando</i>, la atormentada y alcoholizada cabeza de <i>Paco Uldecoa</i> parió la idea de ofrecer a <i>don Pedro</i> como una especie de reparación casarse él con otra de sus hijas, <i><b>Blanca</b></i>. Su padre siguió sin reaccionar, pareciéndole bien todo lo que viniera de los <i>Uldecoa</i>: “Don Pedro León se encogió de hombros. Por mí, que se case con quien guste. Mejor contigo que con otro”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En las elecciones, tras el arreglo de los <i>Uldecoa</i> con el cacique, <i>don Pedro</i> se convierte en el más feroz agente electoral de la candidatura de <i>Lorenzo Delmás</i>. Es él quien golpea y humilla a <i>don Leandro</i> cuando acudía a reclamar irregularidades y el que acompaña a los <i>Uldecoa</i> en su viaje a las urnas de los pueblos cercanos al <i>Gualdavia</i>, durante el cual provocan el accidente que le cuesta la vida a <i>don Leandro</i>. Como pago a sus tristes servicios, los <i>Uldecoa</i> le hicieron testaferro cuando se hicieron con el arriendo del arbitrio de Consumos, le nombraron administrador y le asignaron “cinco pesetas diarias. Era lo primero que ganaba el que se pasó la vida gastando”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por su parte <b><i>Juanito el Seminarista</i></b> era hermano del párroco, <i>Don Bonifacio</i>, y vivía a expensas de este y de su madre, <i><b>doña Mercedes la Tambora</b></i>, pues no quería aceptar ningún oficio. El apelativo le viene a<i> Juanito</i> de que fue seminarista. De su paso por el seminario se habla en <i>Villavieja</i> al menos en dos ocasiones, haciendo mención al accidentado final de aquella experiencia. Durante una borrachera en el Casino (capítulo XI): “Fernando Uldecoa le invitó a referir sus amores con la sobrina del obispo, el escándalo que este suceso produjo en la ciudad y su consiguiente expulsión del Seminario”. Y también en los comentarios escandalizados del público cuando lo hicieron secretario municipal (capítulo XV): “¡Un holgazán con más vicios que pelos; un sinvergüenza de marca, expulsado del seminario por lo que todos sabían!”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Como <i>don Pedro</i>, es asiduo acompañante de los <i>Uldecoa</i>, pero acaba por ser víctima de una de sus burlas más crueles. Tras una Nochebuena de escándalos en el Casino, que se prolongan a la misa del gallo, los <i>Uldecoa</i> y <i>don Pedro</i> lo arrojan completamente borracho a una pocilga donde los cerdos están a punto de devorarlo. Desde ese momento <i>Juanito</i> rompe con los <i>Uldecoa</i>, y no es hasta el final de la novela cuando reanudan sus juergas. Como a otros personajes malvados de esta pesimista historia, Ciges le asigna a este chisgarabís un premio a sus pocos escrúpulos. En uno de los movimientos del cacique para conseguir apoyos electorales para su yerno, le ofrece al cura nombrar a su hermano <i>Juanito</i> secretario municipal. Así se hace, y con el cargo se amansa el Seminarista:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…convertido en elemento director gracias a la secretaría de Villavieja. Sentía ya el peso de la responsabilidad moral en los consejos que daba, y la dignidad del cargo le obligaba a ser más sensato. Desde que se lo otorgaron ponía el mejor deseo en desempeñarlo bien; se adecentó de ropa y de modales, y ya solo se permitió beber a altas horas de la noche, cuando del Casino podían trasladarlo a su casa sin escandalizar al vecindario.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En la nota 19 de su edición de 1986, Cecilio Alonso dice:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Pedro León encubre la personalidad real de don Emilio Gallego, terrateniente, gran ganadero, juerguista y jugador que —según Salvador Rodríguez-Aguilera— «dilapidó en un relámpago su cuantiosa hacienda en compañía de los Bedoyas, del segundo de los cuales—Francisco— era suegro.» Juanito el Seminarista responde a un escribiente del Ayuntamiento de Quesada, apellidado Caravaca, que había sido expulsado del Seminario de Toledo por un asunto de faldas, y que vivía amancebado con una prostituta local apodada la Calamocha, según la misma fuente.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No he localizado a ningún Caravaca empleado del Ayuntamiento. Desde luego secretario no lo fue, pues por aquellos años lo era el histórico Cipriano Ruiz García, que murió a causa de la gripe de 1918. No obstante, las cesantías e interinidades en los empleos municipales, tan habituales durante la Restauración, hacen muy probable que obtuviera un cargo en algún momento pues, según se vuelve a confirmar con el asunto del seminario, Ciges muy a menudo se inspira en sucesos reales que conoció personalmente o en las tertulias de sus veranos quesadeños.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Respecto a Emilio Gallego Martín, fue un importante propietario y ganadero. También tuvo una activa participación política como concejal entre los años 1893 y 1921, cuando falleció. Destacó como organizador de novilladas durante las ferias, en las cuales cobraba por asiento en los tablones que al efecto se instalaban. Las juergas y vicios, con la consiguiente ruina, no han dejado mucho rastro documental. Solo hay un único indicio, tampoco demasiado significativo, de problemas económicos en el año 1900. Según el <i>Boletín Oficial de la Provincia</i> de 17 de julio, se le subastó un olivar en las Asomadillas de Fique por un procedimiento de apremio a causa de impago de la cuota de contribución rústica correspondiente a 1897-98. Estaba casado con Vicenta Marín López y en 1912 vivía en la calle de la Virgen. Como se recoge en Villavieja, su hija Emilia Gallego Marín, <i>Blanca León</i>, se casó con Francisco Bedoya Serrano, <i>Paco Uldecoa</i>. De este matrimonio surge una de las mayores paradojas de <i>Villavieja</i>, que de haberla conocido Ciges lo hubieran dejado perplejo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El 11 de noviembre de 1912 nacía en la Casería de Santa Cruz Francisco Manuel Martín Bedoya Gallego, hijo de Paco y Emilia. En un momento indeterminado la familia marchó a Madrid, seguramente durante la segunda mitad de los años veinte pues hasta 1923 hay referencias a Francisco Bedoya, padre, en Quesada. En Madrid Francisco Bedoya, hijo, trabajará como delineante. Pero siendo sorprendente que un <i>Uldecoa</i> trabajara, no es su actividad profesional la que más interesa al caso, sino su actividad política. Pocas semanas después de la proclamación de la República en abril de 1931, elementos exaltados protagonizaron en Madrid unos famosos incidentes que se saldaron con la quema de varios conventos. También se produjo el disparatado asalto de dos armerías, en la calle Hortaleza y en la Cava Baja, se supone que para conseguir armas con las que efectuar acciones revolucionarias. Los asaltantes fueron inmediatamente detenidos y encarcelados. Entre los exaltados que participaron en el asalto de la Cava Baja estaba Francisco Bedoya Gallego, como reflejó la prensa del momento (Por ejemplo el diario <i>Ahora</i> de 12 de mayo). En nota marginal de su partida de nacimiento, con fecha veintiséis de mayo de aquel año, se refleja la expedición de certificado a solicitud del Juzgado de Instrucción del distrito de La Latina de Madrid, referente a “sumario por robo, atentado y otros delitos.”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Francisco no había heredado la ideología de su padre, pero sí el carácter arrebatado, de manera que poco después volvió a salir en los papeles. Fue por agresión y lesiones a su cuñado tras una fuerte discusión en el domicilio familiar de la calle Álvarez de Castro (<i>Ahora</i>, 29 de agosto de 1933). Pero no queda aquí la cosa; lo más significativamente paradójico con la tradición familiar se produjo tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936. Francisco, afiliado al Partido Comunista, ingresó como voluntario en el batallón de milicianos Joven Guardia, posteriormente integrado como 133 batallón en la 34 Brigada Mixta. Debió tomar parte en la lucha desde el primer momento en las sierras de Guadarrama, porque en octubre de aquel año ya había alcanzado la graduación de teniente de milicias, seguramente por su condición de delineante que le facilitaba trazar y leer croquis y planos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En los primeros días de noviembre las tropas franquistas alcanzaron los alrededores de Madrid. La noche del 6 al 7 el Gobierno dejó la capital para establecerse en Valencia. La ciudad quedó abandonada a su propio destino. Contra todo pronóstico, y cuando la prensa internacional ya anunciaba la entrada de los franquistas, los miles de voluntarios que bajaron a las trincheras del Manzanares consiguieron frenar al enemigo. Comenzaba así la batalla de Madrid, que se prolongó hasta el final de la guerra. En su primer día, 7 de noviembre, el teniente Francisco Bedoya Gallego murió en combate en el frente de Carabanchel.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Si continuásemos la genealogía imaginada por Ciges, el teniente Bedoya se llamaría <i><b>Francisco Uldecoa León</b></i>, teniente de milicias <i>Uldecoa</i>, nacido del matrimonio que al final del capítulo VIII <i>Paco Uldecoa</i> le anuncia a su futuro suegro <i>don Pedro León</i>. Ambos personajes fueron pintados por Ciges como ejemplo de individuos degradados, sin reglas ni ideales. Que su hijo y nieto fuera uno de los primeros que perdió la vida en la defensa de Madrid fue una irónica pirueta del destino, que demuestra como la historia nunca está escrita y, como suele decirse, que a menudo la realidad supera a la ficción. Nunca sabremos lo que </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">Ciges </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">hubiera opinado</span><span style="font-family: arial; font-size: large;"> </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">de haber conocido el caso. Pero tras esta curiosa digresión hay que continuar con los personajes que Ciges sí conoció y llevó a </span><i style="font-family: arial; font-size: large;">Villavieja</i><span style="font-family: arial; font-size: large;">.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><b><i>Don Ambrosio</i></b>, el médico, es hombre ya bastante mayor que venía desempeñando la plaza como titular desde hacía veinte años. Por su casamiento goza de buena situación económica. Su carácter tranquilo y equilibrado le permite sermonear y aconsejar el recto camino a las almas perdidas, a <i>García</i> el jugador, pero también a <i>Juanito el Seminarista</i> y a los propios <i>Uldecoa</i>. Es ante todo persona práctica, acostumbrada a navegar por el laberinto social y político de <i>Villavieja</i> sin enfrentarse a nadie y consiguiendo siempre ventajas para él y para los suyos. Cuando <i>don Luis</i> propone la canalización del <i>Gualdavia</i>, frente al escepticismo de la mayoría, él lo encuentra conveniente, pues “como tenía un cortijo a la vera del río enseguida comprendió que podría ganar alguna mejora” con el proyecto aunque, siempre con los pies en la tierra, se mostraba escéptico y pensaba que pocos más apoyos que el suyo conseguiría <i>don Luis</i> (capítulo XIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>¿Qué quiere usted?... La gente es así. Tenemos ya terrenos de regadío; son muy pocos los que los estiman y ninguno sabe obtener de ellos el provecho merecido...</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Su desahogada economía le permite no tener grandes aspiraciones: “Todo lo más a que podía aspirar era a otra titular para su futuro yerno, que dos años antes se estableció en Villavieja”. Cuando el nuevo alcalde <i>Adrián Pérez</i>, con quien mantuvo buenas relaciones cuando los villavejanos de bien le hicieron el vacío, le ofrece el nombramiento para su yerno (capítulo XV), don Ambrosio lo rechaza en un primer momento pues, ante la imposibilidad de crear una nueva plaza, habría que quitársela a <i>don Benito Suárez</i>. El doctor no quiere que se pudiese decir que había perjudicado a un compañero pobre. Finalmente es el alcalde quien “impone” el nombramiento de su yerno y <i>don Ambrosio</i> se limita a “acatar” la decisión de la autoridad:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>Adrián tranquilizó sus escrúpulos:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Don Benito apenas visita ya de puro viejo, y conviene reemplazarle con médico más joven.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>Don Ambrosio se resignó:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—En fin, usted es el alcalde, amigo Pérez, y puede hacer lo que guste; pero conste que yo me lavo las manos en este asunto.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Pero <i>don Ambrosio</i> es hombre práctico que va a lo importante y no descuida la protección de sus protegidos, en una reacción que ilustra las redes clientelares que estructuraban la vida del pueblo. Son los llamados entrantes, la gente de confianza que servía a una casa bien y recibía la protección de esta al modo de las clientelas romanas:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Antes de retirarse, el respetable doctor le hizo varias recomendaciones de antiguos criados suyos para pequeños oficios: guardas rurales, serenos, municipales... Después de cada nombre, añadía en tono compasivo:</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Es un buen hombre, querido Pérez; un desgraciado lleno de familia y necesidades. Créame que hará usted una buena obra, y él se lo agradecerá toda la vida.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Este espíritu práctico, no enfrentarse a nada ni crearse problemas para mantener su cómoda situación, también se manifiesta en otros ejemplos menos edificantes. Cuando, como resultas del motín contra la <i>Resinera</i>, <i>don Luis</i> denuncia malos tratos a los presos (capítulo XXII), “tres circunspectos doctores, entre los cuales figuraba don Ambrosio” reconocieron a los detenidos certificando que no habían encontrado indicio alguno de malos tratos:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>De estos doctos dictámenes y de los concienzudos interrogatorios a que fueron sometidos los presos, infirió el juez especial que eran calumniosas y desprovistas de fundamento las insinuaciones atribuidas a don Luis de Obregón.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No es fácil encontrar correspondencia de <i>don Ambrosio</i> con algún médico titular de aquellos años. Por la mención a su buen casamiento y a poseer una finca en el Guadiana pudiera tratarse de Tomás Valera Jiménez, que se casó con Juana Gutiérrez de Cabiedes, heredera de parte de El Salón como nieta de Ramón Valdés. También, por la veteranía, podría tratarse de Gregorio García Galdón, que actuó como forense en el famoso asesinato de Bocanegra en 1905 protagonizado por los Topos. O quizás sea una refundición de ambos. El que sí es más fácil identificar es el médico viejo, don Benito. Se trata de Salvador Segura Ruiz, que precisamente en la primavera de 1909, poco antes de la llegada de Ciges, dejó de visitar a los enfermos de la Beneficencia Municipal para dedicarse solo al Hospital de la Lonja, trabajo al que también tuvo que renunciar pocos meses después por su estado de salud.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><b><i>Don Federico</i></b> es “el culto maestro de Villavieja”. Consciente de los males de la sociedad local, está convencido de que no tienen remedio. Sus opiniones son certeras en cuanto a conocimiento de la realidad, pero melancólicas y pesimistas en cuanto al futuro. <i>Don Federico</i> es el acompañante y contertulio de <i>Mosiú</i> en sus paseos alrededor del jardín. Son largas conversaciones en las que el forastero <i>Mosiú</i> se extraña y asombra por lo que contempla en <i>Villavieja</i>. <i>Don Federico</i> le contesta exponiéndole ejemplos y casos concretos de personas que representan distintos aspectos de la mentalidad de la gente bien villavejense.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Le cuenta la historia de <i><b>Joseíto el Sastre</b></i>, que tenía un oficio que abandonó al casarse. Su mujer, su suegra y cuñadas “le exigieron que renunciase a su deprimente oficio si quería casarse...”. Vive la familia con gran penuria, pero sin olvidar que vienen de <i>don Esteban Almendralejo</i>, “buen médico y muy estimado en los alrededores, que las educó como ricas señoritas, es decir, para gastar mucho y no saber nada”. Cuando <i>don Esteban</i> murió se llevó al otro mundo “la llave de la despensa” y dejó a la familia en la miseria, pero sin perder su orgullo. Joseíto vive más pobre que cuando trabajaba (“su esperanza se cifra ya en que le hagan escribiente del municipio con cinco o seis reales diarios para tomar café y pagar algunas copas”), pero las pocas veces que intentó retomar su trabajo se encontró con la intransigente oposición de la familia de su mujer.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>También le refiere el caso de <i><b>Julito,</b></i> uno de sus alumnos más despiertos y prometedores, al que su familia no le permite estudiar por la “falta de dinero con que adquirir libros, pagar matrículas y costear viajes”. <i>Don Federico</i> aconsejó a la madre (capítulo VIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>...sáquelo usted de aquí, señora, donde nada de provecho puede hacer. Láncelo al mundo, señora, para que aprenda a ser un buen tipógrafo o un hábil mecánico. Métalo en un comercio, envíelo a América o al infierno, que Julito no tiene un pelo de tonto, y se abrirá camino...»</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¿Y qué le respondió ella? (preguntó Mosiú)</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¡Me moriría de pena, don Federico, me moriría de pena teniendo a mi niño lejos y sabiendo que necesitaba trabajar para ganarse la vida!</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El abuelo de Julito fue coronel de la remonta, y el padre capitán de infantería. </span><span style="font-family: arial; font-size: large;">Con la “mísera pensión de la viuda tiene usted viviendo a los nueve hijos y a ella, y más ufanos que infantes reales (…) Todo trabajo es servil para los descendientes de un coronel”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Abundando en el caso de esta familia, <i>don Federico</i> le refiere a <i>Mosiú</i> que no había conocido nada tan ridículo como cuando ellas se sintieron insultadas porque un zapatero había pedido la mano de la hermana menor:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>No diré que <b>Pepe el Cojo</b> sea un mozo bien plantado; pero sus padres tienen buenos ahorrillos, él no deja de trabajar y ya quisiéramos que los señoritos de Villavieja poseyesen su hombría de bien. Decir que es abstemio donde todos se embriagan y laborioso donde nadie trabaja, debiera ser la mejor recomendación para una gente que no tiene donde caerse muerta.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Cuando <i>don Luis</i> manifiesta su intención de crear un colegio de segunda enseñanza, <i>don Federico</i> es muy escéptico con la idea porque conoce el escaso interés de sus paisanos por la instrucción:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Vean ustedes lo que me ocurre a mí. Estamos a diez y ocho de diciembre y hace quince días que declaré a la fuerza las vacaciones de Navidad por falta de alumnos. Los pobres retiraron a sus hijos hace un mes, cuando empezó la recogida de la aceituna, y al ver las clases desiertas, los otros fueron dejando de asistir. Entre nosotros todo son pretextos para no acudir a la escuela.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por aquellos años de 1908 y 1909 había dos maestros en Quesada, don Eduardo Baón Canalejo y don Manuel Bautista de la Fuente. Don Eduardo era el mayor y más veterano de los dos. Fue miembro de la logia masónica local “la Luz” con el nombre de <i>Moyano</i>. Don Manuel Bautista, casado con la maestra Marcela Corral, se convirtió, con posterioridad a estos años, en una institución local. Murió en mayo de 1923 tras veinte años de servicio, siendo recompensado con la Cruz de Alfonso XII al mérito en la instrucción pública. Fue maestro de Zabaleta y de Juan de Mata Carriazo, que lo recordaba así: “hombre de voz tonante, que resonaba en el gran salón alto del antiguo edificio del convento (…) con su bombín, su gruesa cadena de oro, su encrespado bigote y su catarro crónico” (<i>Don Juan de Mata examinado.</i> Op.cit.). Como en el caso del médico, <i>don Federico</i> pudiera estar inspirado en cualquiera de los dos o en una mezcla de ambos. Pero lo realmente importante es la función del maestro en la novela. Sus conversaciones con <i>Mosiú</i> permiten a Ciges, además de animar el relato con anécdotas e historias más o menos reales, introducir reflexiones críticas sobre aquella sociedad rural y sobre la degradación política del régimen restauracionista.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Así, al iniciarse la campaña electoral ambos se lamentan en uno de sus paseos de la ferocidad de la misma y el maestro hace algunos comentarios que, a ojos actuales, podrían sonar a eso tan antipolítico del “todos son iguales”. Pero Ciges se está refiriendo a un sistema, el de la Restauración, expresamente diseñado para que nada cambiase y que todo permaneciese igual. Los partidos turnantes, Conservador y Liberal, eran efectivamente casi lo mismo y estaban de acuerdo en la fundamental: evitar cualquier reforma democrática y social (capítulo XIV). Que exista o no algún parecido con tiempos recientes queda a opinión y criterio de cada cual:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—La única impresión que la gente recibe ya —manifestó el profesor—, es que su escepticismo aumenta; pues sabe que a los partidos solamente los diferencia el rótulo.</i></span></div></blockquote><p><br /></p><p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinPNMsBEmLMpecwC9dNxRJlNs4XAHv4roYd2snld4EJfQwVOa-Fj-5pntCCMSeobVmJYPM0dAxCXyn59Xb-I9q_Hg1Bj6GuAkosavZwUhCaQFDtqodlPmNQ3Bt4_vJnZWt7zWEFMviHUDyStX_ZhAUOVQyLAQD1A8tfG-JIi1YR_U01K0oLkrn5r8J7A/s1129/1891%20comulg%C3%B3.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="521" data-original-width="1129" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinPNMsBEmLMpecwC9dNxRJlNs4XAHv4roYd2snld4EJfQwVOa-Fj-5pntCCMSeobVmJYPM0dAxCXyn59Xb-I9q_Hg1Bj6GuAkosavZwUhCaQFDtqodlPmNQ3Bt4_vJnZWt7zWEFMviHUDyStX_ZhAUOVQyLAQD1A8tfG-JIi1YR_U01K0oLkrn5r8J7A/w400-h185/1891%20comulg%C3%B3.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr></tbody></table><br /><p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i><b>Don Bonifacio Gutiérrez</b></i> es el párroco de <i>Villavieja</i>. En contra de lo que quizás cabía esperar, Ciges no carga especialmente las tintas anticlericales, quizás porque el cupo con este gremio ya lo había cubierto en <i>La Romería</i>. <i>Don Bonifacio</i> es un personaje más, sin especial bondad o maldad. Cuando utiliza el poder de la Iglesia, lo hace para defender los intereses de su familia y vengar sus agravios. Es uno más entre los villavejanos importantes en los juegos políticos y de poder local. Su madre es <i>doña Mercedes, la Tambora</i>, que vivía “en el camino de la carretera, tocando al campo”, y su hermano <i>Juanito el Seminarista</i>. Por pasadas afrentas a <i>doña Mercedes</i> de <i>don Leandro Obregón</i>, cuando fue alcalde, la relación de <i>don Bonifacio</i> con los <i>Obregón</i> es mala. De ahí su airada reacción contra <i>don Luis</i> en el asunto de las momias. Cuando <i>don Luis</i> arreglaba una vieja casa junto a la parroquia, que había heredado de su abuelo, en la que quería instalar un colegio de segunda enseñanza que pensaba crear, encuentra dos momias en un subterráneo del sótano. <i>Don Bonifacio</i> exige que se las entregue, a lo que <i>don Luis</i> se niega. El cura reacciona de forma airada y, sabiendo donde podía hacer más daño, la emprende contra el colegio (capítulo X):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…exagerando desde el púlpito los ya graves pecados de irreverencia y sarcasmo que había cometido con las momias. Don Luis Obregón era un hereje, un masón y un vendido a Satanás. ¿Osarían entregar a tal figura del demonio la educación de sus hijos los honrados villavejenses? ¿Habría madres cristianas, y lo eran todas en Villavieja, que tolerasen tan corruptor escándalo? El colegio estaba deshonrado antes que nacido.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Pero, poco después, la cruel broma de los cerdos que los <i>Uldecoa</i> hacen sufrir a su hermano <i>Juanito</i> mueve a <i>don Bonifacio</i> a pactar con don Luis para perjudicar los intereses electorales de los dos calaveras, “para derrotar a los Uldecoas y a su candidato”. En estos tratos <i>don Luis</i> le ofrece el puesto de secretario municipal para su hermano <i>Juanito</i>:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>—¿Se conforma el señor cura? —preguntó don Luis a su embajador.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Conforme está.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Finalmente <i>don Bonifacio</i> vuelve a cambiar de bando cuando el cacique se implica en las elecciones. El cura, buen conocedor de <i>Villavieja</i>, calcula que serán mayores las ventajas para él y su familia a la sombra de <i>don Dámaso</i>. Estos chaqueteos interesados son algo habitual en <i>Villavieja</i>, nada fuera de lo normal. <i>Don Bonifacio</i> se comporta como lo hacen otros muchos personajes.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Desde que en 1887 sustituyó al histórico Luis Vear, fue párroco de Quesada Leandro Giménez Pérez, que murió en abril de 1906. Durante las estancias de Ciges en los veranos de 1908 y 1909 ya era párroco Juan Antonio Sánchez Viana. Sánchez Viana había sido párroco de San Nicolás, en Guadalajara, y por diferencias con el obispado fue apartado a Quesada. Estas diferencias con el arzobispado las menciona Juan de Mata Carriazo en sus recuerdos quesadeños de juventud (<i>Don Juan de Mata examinado</i>. Op.cit.). También su primo Juan de Mata García Carriazo hace referencia a ellas en sus <i>Memorias</i> inéditas a este “destierro” de quien fue brillante sacerdote en la sede toledana: “diciéndose fue enviado a mi pueblo, castigado por el Arzobispo de Toledo”. Sánchez Viana no tenía ninguna relación familiar en el pueblo y vivía apartado sin apenas salir de la Lonja. Es difícil que inspirase a <i>don Bonifacio</i>. Por otra parte, si el apellido de Juanito era realmente Caravaca, tampoco parece que coincida con el anterior cura Leandro Giménez. Creo que estamos ante otro caso de personaje puzle, confeccionado con retazos de varios curas, incluso con alguno de fuera del pueblo que Ciges hubiera conocido con anterioridad.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i><b>Don Francisco Manso</b></i> es el alcalde corrupto impuesto y designado para el cargo por don Dámaso. Manso se encontraba en la ruina, malviviendo con “los últimos residuos de su hacienda” hipotecados por un usurero que finalmente se hizo con ellos a cambio de dos mil quinientas pesetas con las que Manso pudo sostenerse medio año más. Es entonces cuando <i>don Dámaso</i> (capítulo VIII):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>...viéndole a las puertas de la indigencia, y recordando que su padre le fue adicto y aun le prestó dinero para elecciones en los comienzos de su vida política, tuvo lástima de él, y aprovechando el descrédito del alcalde, demasiado ostensible en sus relaciones complicidas con la Resinera, le destituyó del mando y concedió la alcaldía a don Francisco Manso.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Desde que tuvo en su mano la vara se recupera completamente y aun prospera, comprando olivares, cortijos y una casa “donde ahora vivía, llamada por <i>Villavieja</i> «La Casa del Pueblo» —ella sabría por qué”. Cuando <i>don Dámaso</i> sufre la cencerrada que tanto le humilla, el alcalde no pone demasiada diligencia en evitarla, por lo que sufre la ira del cacique, que lo desposee del cargo del que tanto se había beneficiado. <i>Manso</i> es también el personaje en cuya boca pone Ciges los argumentos de la clase propietaria recelosa del creciente malestar obrero. La escena de los aceituneros (capítulo IV) se desarrolla en un olivar del alcalde donde este está presente para vigilar a los jornaleros. Allí confronta con <i>Mosiú</i> la situación de los obreros del campo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—No diré que esta gente gane mucho; pero les juro que trabaja por menos de lo que gana, y si no tuviesen siempre encima el ojo del amo, se pasarían el tiempo charlando.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Es en este diálogo con <i>Manso</i> cuando <i>Mosiú</i> le exhorta, refiriéndose a toda la clase propietaria de <i>Villavieja</i>, a cambiar de vida y actitud:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Retírense del Casino y acérquense a la tierra, ¿Son ustedes viejos y el hábito les hace intransformables? Pues obliguen a sus hijos a trabajar o, cuando menos, interésenles en la inspección y cuidado de la hacienda. Yo los veo ir del Casino a los cafés, y de estos a las tabernas soeces. Su única ocupación es embriagarse, pasear y enamorar criadas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Sobre <i>Manso</i> dice Cecilio Alonso en la nota 14 de su edición de 1986:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Don Francisco Manso parece encubrir la figura real de don Francisco Malo, comerciante de ultramarinos, dueño de un estanco y rico propietario de Quesada, según me comunica Cesáreo Rodríguez-Aguilera.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Se está refiriendo a Francisco Malo García, uno de los hijos de Ildefonso Malo Antolínez, maestro de Torreperogil que se casó en Quesada con Patrocinio García Monterreal a principios de la segunda mitad del siglo XIX. Francisco se casó a su vez con una prima hermana, también García Monterreal, Josefa Alférez García, con la que vivía en una casa de la calle San Juan (actual Coronación). Estudió farmacia en Granada y Madrid y fue profesor en el colegio de segunda enseñanza que fundó Alcalá Menezo. Fuera de la subasta de un olivar en Majuela por impago de la contribución rústica en 1900, no he encontrado noticia alguna de que hubiera dado en la ruina, lo que tampoco la excluye. Desde 1894 fue en numerosas ocasiones concejal, y alcalde en varios mandatos. Lo fue por ejemplo en 1908 y 1909, hasta el mes de mayo, poco antes de la llegada de Ciges al pueblo. Hay alguna noticia de que fue procesado cuando ocupaba cargos públicos, como en 1903 por malversación. Pero esto significa realmente poco, pues cesar alcaldes y concejales acusándolos de irregularidades fue práctica habitual en la Restauración y entraba dentro del juego electoral de los partidos turnantes. De hecho, Francisco siguió participando activamente en la política local y en 1923 era concejal de la corporación disuelta cuando se produjo el golpe de estado de Primo de Rivera.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>A pesar de no existir importantes diferencias ideológicas entre liberales y conservadores, la pugna entre ellos era a menudo feroz. Un enfrentamiento enconado en el que fácilmente se llegaba a la enemistad de sus integrantes. En el capítulo XI, cuando los socios del Casino discuten como celebrar el premio de la lotería y algunos proponen organizar una juerga y comilona, <i>don Ambrosio</i>…</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…agregó sentenciosamente que en el Casino había jugadores de los dos bandos políticos, y que si el calor de la fiesta alteraba las cabezas, como era de temer, lo que empezaba por alegría y broma pudiera rematar en tristes veras.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Lógicamente las murmuraciones y acusaciones, casi siempre con una base real, de unos contra otros serían moneda corriente en las ociosas veladas del Casino, y Ciges tuvo que escuchar muchas habladurías. Los Alcalá Menezo y Segura Fernández eran liberales; Francisco Malo, conservador. Es fácil imaginar que los comentarios, con mayor o menor fundamento, oídos a sus amigos liberales inspirasen a Ciges un personaje que necesitaba para su novela como representante de la corrupción política existente, que no era algo inventado.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><b>6.3.- Los humildes.</b></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por debajo de este universo de poderosos y señoritos, la gran mayoría de las gentes de <i>Villavieja</i> sobrevivían como podían. Los menos con algún oficio que les permitía vivir con cierto decoro, como ya se ha visto en el caso del zapatero <i>Pepe el Cojo.</i> La gran mayoría malviviendo del campo, donde los que solo disponían de sus brazos pasaban su vida en la miseria, bordeando a menudo las situaciones de hambre. Dentro de esta masa de los humildes los había que se arrimaban a los poderosos, buscando un pan algo más abundante y fácil que el obtenido a jornal. Estos componen la clase subalterna de sirvientes y propios, siempre a las órdenes de sus amos, sometidos a sus deseos e intereses y dependientes de ellos para el sustento. En Villavieja están representados por <i><b>Adrián Pérez</b></i>, cuyos servicios llegaron a ser recompensados con la alcaldía por el viejo cacique.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En el capítulo VII irrumpe el personaje de <i>Adrián</i> para enfrentarse él solo a la multitud alentada por los <i>Uldecoa</i> que le está preparando una cencerrada a <i>don Dámaso</i>:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…el antiguo matón y agente electoral de don Dámaso Espino, el temido ex jefe de la guardia municipal de Villavieja y ahora aburguesado tendero de mercería gracias a la protección del cacique. (…) En la diestra blandía el quebrantahuesos, su antiguo bastón policíaco de redondo y acerado pomo capaz de aplastar una cabeza.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Durante toda la narración <i>Adrián</i> ejerce como defensor de su amo, ya sea mediante defensa física como en la cencerrada o actuando como propio del cacique cuando acude a comunicar a <i>Fernando Uldecoa</i> que el cacique ha comprado la hipoteca que grava su cortijo. Los esfuerzos de <i>Adrián</i> son recompensados con su designación como alcalde, lo que desata todos los impulsos clasistas de la buena sociedad villavejense, que se siente ultrajada por el nombramiento de un pobre advenedizo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Hasta entonces la primera autoridad la ejerció persona de abolengo, de lo más conocido por los antecedentes familiares. Aunque abocado a la miseria, nadie consideró lícito oponer reparos al nombramiento de don Francisco Manso, pues sus padres y abuelos fueron conocidos de todos por sus riquezas y hombría de bien. Tampoco motejarían de advenedizo a un don Pedro León, a pesar de los vicios que le habían degradado. Pero era un escarnio para Villavieja que la gobernase un antiguo policía, un matón profesional, el mismo que, para recompensarle en otro tiempo de sus oficios electorales, nombró don Dámaso jefe de la guardia municipal con nueve reales diarios.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Hermana de <i>Adrián</i> es <i><b>Antonia Pérez</b></i>, la joven sirvienta con la que se casa el anciano cacique. El personaje de <i>Antonia</i>, más allá de que tuviera o no existencia real, en la narración tiene una función meramente literaria, como elemento necesario en la intriga de las relaciones entre <i>don Dámaso</i>, su hija <i>Lola</i> y su yerno <i>Delmás</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El equivalente a <i>Pérez </i>respecto a los <i>Obregón</i> es el <i><b>sargento Peláez</b></i>, fiel acompañante de los hermanos, especialmente de <i>don Leandro. Peláez</i>, que no es un sirviente sino más bien un acompañante y auxiliar, admira a los <i>Obregón</i>, cuenta con entusiasmo las aventuras de <i>don Luis</i> y sus opiniones son siempre tributarias de las de ellos: “Acostumbrado a repetir lo que oía a los Obregones, faltábale ahora materia de réplica”. No se recata en halagar a <i>don Leandro</i> recordando su etapa de alcalde: “Cierto —exclamó el sargento—; como usted lo hizo, así se gobierna”. Antiguo veterano de Filipinas, su patriotismo ingenuo y primario le enfrenta de continuo a <i>Mosiú</i> cuando este sermonea sobre las virtudes europeas y los vicios españoles (capítulo II):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>El sargento, cuyo patriotismo vejaba de continuo el extranjero, replicó terminante:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Hartos nos tiene usted con sus cantatas de Europa. Esos juegos y ejercicios serán buenos para ustedes, los señores europeos, que a nosotros de nada nos sirven.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>(…)</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>El sargento le miró colérico, y su resistencia a dejarse convencer le pareció absurda. ¡Extranjero había de ser!</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Es <i>Peláez</i> hombre tranquilo y de buenos instintos. No duda, por ejemplo, en acudir en socorro del pobre <i>Revolucionario</i> cuando lo encuentran tirado en la cuneta del camino sin poder levantarse tras ser arrollado por los <i>Uldecoa</i>. El último servicio que presta a los <i>Obregón</i> le cuesta un brazo tras recibir un tiro de los <i>Uldecoa</i> mientras acompañaba a <i>don Leandro</i> el día de las elecciones (capítulo XXI). Caídos los dos al suelo tras el accidente, <i>don Leandro</i> le pregunta por su estado:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>—¿Es grave?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>El sargento sonrió para no aumentar su alarma, y le repuso:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Peores que esta las vi en Cuba.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>(…)</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¡No se inquiete! —le dijo el sargento—. ¡Si solo ha sido en el brazo!</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Dice Cecilio Alonso (nota 1):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><span> </span>Don Salvador Rodríguez-Aguilera, en unas Notas inéditas sobre Villavieja, que tuvo la amabilidad de facilitarme, identifica al Sargento Peláez como Agapito Pérez, sargento veterano de la Guerra de Filipinas que, retirado en Quesada, narraba constantemente fantásticas aventuras bélicas que escalofriaban a los niños ante la incredulidad de los adultos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Agapito Pérez Mendieta era un antiguo sargento de la Guardia Civil que vivía retirado en Quesada desde finales del siglo XIX. Aunque recibía una pensión de 100 ptas. mensuales, regentaba un pequeño comercio de ferretería y quincalla. Todavía vivía en 1920, cuando fue nombrado jurado en el juzgado municipal. El trato que Ciges da al personaje de <i>Peláez</i> es benévolo e incluso afectuoso. Además de que su relación con Agapito fuera buena, hay que recordar que Ciges también fue militar y que llegó a Cuba en 1896, también como sargento, y que de esa coincidencia nacería cierta empatía.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La situación de la clase jornalera quesadeña era deplorable. Ya la recogió Paul Gwynne al narrar su entrada en Quesada al inicio de su viaje por el Guadalquivir:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Llegamos a Quesada cuando el sol se ponía, después de adelantar a un grupo de campesinos que volvían cantando del campo. (…) Imagino que al llegar a casa les esperaba una cena a base de gazpacho, una especie de sopa de agua y vinagre con trozos de pan, pepino y cebolla. Con suerte, a la hora del almuerzo habrían tomado un par de trocitos de queso manchego rancio y quizá incluso unas cuantas buenas aceitunas gruesas seguidas de algo de fruta y agua.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><span> </span>Ciges publicó en <i>El Liberal</i> de 4 de septiembre de 1909 el artículo <i>Vivir muriendo. </i>Como ya se ha visto, en él reflexiona sobre la raquítica y pobre alimentación de los trabajadores del campo y las funestas consecuencias de esta para una “raza” que “va a secarse de puro hambrienta”. Advierte de lo insostenible de la situación y ve inevitable que “la irritación, acumulada por el hambre lenta, se desborde en un año funesto” y que, cuando aparezcan los horrores de la violencia, “cuando las hordas ululantes y famélicas caigan sobre los pueblos o asolen los campos, será el hablar con indignado acento de sus excesos y el apercibir fusiles y arrastrar cañones para sojuzgar al monstruo”. Mientras, parece que no pasara nada y en las noches de verano duermen en las eras “los hombres que, durante el día, trabajaron y penaron, y a la hora del descanso apenas pudieron comer...”</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Este artículo en el que describe el triste menú de los campesinos y su prematura vejez es el claro antecedente de la escena que cuatro años después llevaría a <i>Villavieja</i> (capítulo IV) cuando al final de la accidentada excursión de <i>don Luis Obregón</i> y sus acompañantes se encuentran con una cuadrilla de aceituneros:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Hombres y mujeres, viejos y niños, astrosos todos, se habían sentado en grupos bajo los olivos para devorar su pitanza. El inventario de los comestibles hacíase en una rápida inspección ocular. La sardina y la granada eran los únicos manjares, y solo el trozo de pan moreno diferenciaba al hombre de la mujer y el chiquillo. El que a las doce consumía una sardina, cambiaba de plato por la noche aceptando una granada, y entre esta y aquella tenía que optar al siguiente día. El gazpacho estaba reservado al verano.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Mosiú</i> entabla conversación con una vieja que replica los comentarios de las mozas, a las que parecía bastante aquella comida pues estaban más pendientes de bailes, diversiones y encontrar un buen mozo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—Vivimos muriendo, señorito. No haga usted caso a esas embusteras. ¿Se figura usted que trabajar de sol a sol, y no llevarse a la boca más que un arenque es para estar gordos y lucidos?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>Y señalando al viejo que junto a ella daba vueltas entre sus encías desguarnecidas a una corteza de pan, interrogó a Mosiú:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—¿Cuántos años se figura usted que tiene mi hombre, caballero?</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>El suizo creyó no equivocarse de mucho.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Quizás sesenta y cinco.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>La mujer movió la cabeza.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Pues no ha cumplido cuarenta y ocho, señorito; y aquí me tiene usted a mí con cuarenta, que soy una vieja llena de arrugas y para nada. A los cuarenta años somos unos viejos los pobres, y a los cincuenta ya nos llama la tierra. Y el que pasa de esa edad, peor para él, porque la gente tiene el corazón tan duro, que ni pidiéndole limosna hace gracia.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Por toda la novela hay referencias al problema del campo y sus trabajadores. Cuando las lluvias persistentes interrumpen la aceituna (capítulo IX), y mientras los señoritos se juegan en el Casino la cosecha aún por recoger, los que dependen del jornal sufren:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>El temporal, interrumpiendo la recolección de aceitunas, abrió un angustioso paréntesis en la humilde vida jornalera. Los que durante un mes habían ahorrado algunos reales, tuvieron que gastarlos en comer estos días de obligado paro. Los que esperaban una quincena más de trabajo en reunir lo necesario para renovar los andrajos, difirieron sus compras hasta que llegasen días mejores y la faena volviese a acopiar los céntimos de ahorro.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y no son estos jornaleros los últimos en el reparto de suerte. Siempre los hay que están peor. Son los emigrantes de otras comarcas y provincias más pobres que acuden para ganar un jornal en la aceituna. Al final del capítulo V, <i>Mosiú</i> y los <i>Obregón</i> veían avanzar camino de <i>Villavieja</i> a un “grupo astroso, que parecía tribu en marcha”:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Todos avanzaban descalzos o calzados con desgarradas esparteñas; todos silenciosos, desgreñados y rendidos por la fatiga y el hambre”:</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Más de trescientos —dijo don Luis Obregón— hay ya acampados en torno de Villavieja.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No es, como vemos, una novedad actual la llegada al pueblo de pobres aún más pobres que los pobres locales. Estos forasteros son los peor parados cuando el temporal interrumpe la aceituna y sus jornales:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>…<i>los que habiendo llegado de lejanas comarcas aún no tuvieron tiempo de trabajar y escatimar, recorrían Villavieja en grupos lamentables implorando una limosna bajo el furioso aguacero y cubriéndose con pedazos de mantas viejas o con las rotas albardas de los pollinos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>En una de las frecuentes tertulias en las que participan los <i>Obregón</i> y <i>Mosiú</i>, <i>don Luis</i> explica su punto de vista sobre la cuestión campesina:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>.<i>..el hambre es el enemigo capital de este pueblo, el remedio consiste en darle de comer; pero pensar en que nosotros le ofrezcamos graciosamente la comida sería una quimera. Es él mismo quien ha de procurársela. El socialismo debe de realizar una gran obra nacional, reuniendo a las muchedumbres famélicas, educándolas, enseñándolas a demandar más.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>No es que <i>don Luis </i>sea partidario de la Revolución. Con la franqueza un poco cínica de su carácter, reconoce que “como buen político de la hora actual, yo soy un intrigante y solo me ocupo de mí”. Pero está convencido que solo el “obrerismo”, la reivindicación organizada, puede cambiar el estado de cosas:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Los gobiernos no escuchan más que al que grita, y hay que gritar mucho para ser oídos. En cuanto a nuestras clases medias y adineradas, son demasiado egoístas y retardatarias para ejercer una función tutelar sobre el pueblo. Si este no se salva, nadie lo salvará. Él solo puede salvarse y salvarnos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Su hermano <i>don Leandro</i> apoya esta teoría, para lo que pone como ejemplo un pueblo de Extremadura donde conserva algunas tierras, en el que la explotación de unas minas redujo la mano de obra campesina disponible. Los obreros del campo aprovecharon la circunstancia organizándose y exigiendo mejores jornales, lo que obligó a los propietarios a preocuparse de sus tierras para seguir obteniendo una renta de su capital. <i>Don Leandro</i> regresó a esta localidad cuando este círculo virtuoso ya había hecho notar sus efectos, y encontró sorprendido que el pueblo era otro, limpio y aseado, que la prensa circulaba más (“cuatrocientos o quinientos periódicos de diversos matices apenas satisfacían a los lectores”) y hasta “las tabernas eran menos repugnantes”. Este pueblo extremeño es Azuaga, donde como se ha visto pasó Ciges la juventud más temprana a la sombra de su padrastro. No hay que olvidar tampoco que por estos años Ciges estaba próximo al PSOE y que <i>Villavieja</i> llegó a la calle como folletín de El Socialista antes que como novela impresa. De ahí esas referencias al obrerismo en la línea de lo que defendía el partido de Pablo Iglesias.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2trLTWp8UvaMENrVH4PL7bMJKuYHIBbLTp7wPIZzCt1kHw3hNi3fYH0AdmrvmGLy-Q3IYEFItTJQU5Vq-JIxcJu960jXLrZlOEhkDBbpXJtC48VY1VW28kw4E2Wgh71eLueeIc2Z7-YzKDkamg4efyPQFtuA5y4MEW-xl6gZLHZVXV-3iH8JuQrKFrA/s3879/3b%2012733000.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2185" data-original-width="3879" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2trLTWp8UvaMENrVH4PL7bMJKuYHIBbLTp7wPIZzCt1kHw3hNi3fYH0AdmrvmGLy-Q3IYEFItTJQU5Vq-JIxcJu960jXLrZlOEhkDBbpXJtC48VY1VW28kw4E2Wgh71eLueeIc2Z7-YzKDkamg4efyPQFtuA5y4MEW-xl6gZLHZVXV-3iH8JuQrKFrA/w400-h225/3b%2012733000.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;"></span><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><span style="font-family: arial;">Plano de los derrumbes y daños en viviendas en las Chocillas durante la construcción de la carretera de Tíscar (curva de Fuentenueva) 1891. Foto IECA.</span></blockquote></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i><b>Pedro Luján, el Revolucionario</b></i>, de joven conocido como el <i>Gallardo</i>, es el personaje que representa la protesta social en <i>Villavieja</i>. Cuando tras la escena de los aceituneros los excursionistas vuelven a <i>Villavieja</i>, encuentran caído en la cuneta del camino a “un anciano extenuado, más bajo que alto, con barba cana de veinte días”. Es el <i>Revolucionario</i>, al que su debilidad no le permite incorporarse y que para hacerlo necesita ser ayudado por <i>Peláez</i>. Inician entonces una conversación durante la que el <i>Revolucionario</i> se va calentando poco a poco a medida que habla (capítulo V):</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>—¿Pero no ve usted que ambos nos morimos de hambre? Ni mi compañero (el burro) ni yo tenemos fuerzas para estar de pie, ¿de dónde las vamos a sacar para levantarnos?... ¡Vive Dios, hombre, que esto ya no se puede resistir!... Toda mi vida pasando miserias, y sin acabar nunca de reventar. Yo no sé qué espera la gente en hacer la revolución —¡y perdonen ustedes! — pero si de mí dependiese, mañana mismo empezábamos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Pedro Luján</i> sirve de ejemplo negativo a <i>don Luis</i> sobre cómo no debe actuar el pueblo para redimirse, moviéndose “por bruscos impulsos reflejos” y terribles estallidos de cólera fugaz que serán completamente ineficaces, pues “no es hinchándose y desbordándose el río en breves horas como se abonará nuestra áspera tierra”. Ciges culmina <i>Villavieja</i> con la revuelta contra la <i>Resinera</i> (capítulos XIX y XX), que es buen ejemplo de estas rebeliones espontáneas y desorganizadas. En ella los agravios e injusticias se acumulan año tras año, hasta que algún suceso menor provoca un estallido social nacido de la pura desesperación. Nada consiguen cambiar los amotinados; la <i>Resinera</i> y el dominio caciquil del distrito en nada se resintieron. Una feroz represión fue su única herencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Durante la cencerrada organizada tras la boda del cacique con su joven sirvienta, <i>Pedro Luján</i> fue el héroe de la fiesta. Corría el vino costeado por los <i>Uldecoa</i> para animar la burla a <i>don Dámaso</i>. El <i>Revolucionario</i> fue el más atrevido protagonista de las burlas. Acabó completamente borracho y, tras haber pasado la noche al raso bajo el temporal de lluvia y frío, su cadáver fue encontrado en el campo a la mañana siguiente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Hubo en <i>Villavieja</i> algunos intentos de organizar y extender la protesta social. <i>Don Pedro Manso</i> se lo explica a <i>Mosiú</i> al final de la escena de los aceituneros:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>La prensa subversiva, que no conoce amo ni Dios, empezó a entrar en Villavieja. Se fundó una Sociedad de socorros mutuos, primer principio de otros daños, y los trabajadores se empeñaron en que habían de construir a peonadas una casa del pueblo. Luego comenzaron a venir socialistas y anarquistas hablándoles de asociarse, de pedir mayores jornales o declarar la huelga y hacer la revolución social. En fin, para que nos dejasen vivir en paz, mi antecesor tuvo que permitirles el merodeo por campos y huertas, y a mí no me ha costado poco trabajo el disolver sus sociedades.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Ya se ha hablado anteriormente de los orígenes del movimiento obrero en Quesada. Poco después de que Ciges abandonara Quesada, el 31 de enero de 1911, el Ayuntamiento resolvió dos peticiones de la junta directiva de la sociedad de obreros “El Trabajo”. En la primera solicitaba un terreno “a la espalda de los molinos de D. Ángel de la Riva y herederos de D. Manuel Bedoya” (detrás del muro de la carretera, por la parte de Fuentenueva). En la segunda, que se les cediese la casa de propiedad municipal conocida como de Doña Santiaga (En Santa Catalina, donde estuvo la escuela de la maestra Santiaga Romero hasta fines del siglo XIX) “para destinarla a escuela de los obreros”. Ambas fueron denegadas, la primera por alegar que según Obras Públicas era una “vía pública de la población” y la segunda “por tenerla ofrecida este Cuerpo al Ministerio de Instrucción Pública para construir escuelas oficiales en esta localidad”. En noviembre de ese mismo año la sociedad “El Trabajo” estaba sometida a proceso según el Juzgado de Instrucción, y seguramente fue disuelta porque no se vuelve a tener noticia de ella.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Es posible que Ciges tuviera noticia epistolar de estos acontecimientos, pero es también muy posible que la “construcción a peonadas de una casa del pueblo”, de la que se habla en <i>Villavieja</i>, se refiera a otro intento anterior. Lo que sí se vuelve a comprobar es que Ciges, aunque adorne literariamente personajes y sucesos, siempre tiene un pie en la realidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><b>6.4.- Mosiú, monsieur Lairet.</b></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Ajeno a poderos, propietarios señoritos y humildes campesinos, desde la primera página entra en la narración <i>monsieur Lairet</i>. Como ya se ha visto, <i>Mosiú</i> es un ingeniero suizo francófono que se ocupa de las obras de una carretera cercana a <i>Villavieja</i>. Es el forastero que observa a la sociedad villavejera desde fuera de ella, sin la resignación y autocomplacencia de los vecinos. Por eso se siente libre en sus juicios y contrapone lo que aquí ve con lo que está acostumbrado en su país de origen. Ante cada problema, vicio o defecto que observa en <i>Villavieja</i>, <i>Mosiú</i> opone las costumbres de su país y todo lo que es usual en Europa. Es un Pepito Grillo que a menudo hiere y enoja a sus contertulios, especialmente al <i>sargento Peláez,</i> que se sienten obligados a defender las virtudes patrias y las bondades de la raza. Las críticas de <i>Mosiú</i> abarcan todos los campos: el cultivo del campo y la poca consideración por el trabajo, el ocio y el vicio, el desamor a la naturaleza y al ejercicio, el caciquismo y las farsas electorales…</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En realidad <i>Mosiú</i> es el personaje que sirve a Ciges para verter sus propias opiniones. Como ya adelantó Cecilio Alonso en la Introducción de su edición de 1986, es el propio Ciges quien descubre la auténtica identidad de <i>Mosiú</i> en su artículo publicado en <i>El Imparcia</i>l el 6 de mayo de 1927. A pesar de sus relaciones familiares, de sus estancias y de su conocimiento del pueblo, Ciges era un forastero en Quesada como lo era <i>Mosiú</i> en <i>Villavieja</i>. No participa de la mentalidad local ni se siente atrapado por su juego de intereses y esquemas mentales. Habla y critica desde fuera. Cuando escribía <i>Villavieja</i>, vivía Ciges en París. De ahí que elija como su “portavoz” a un suizo francófono para que exprese el gran contraste, que él está comprobando personalmente, entre la vida europea y la de la pobre y atrasada España de la Restauración. En la ya citada correspondencia con Teresa Segura, Ciges no disimula su admiración por lo que en Francia está viendo:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>En las casas francesas (en las empresas) -y esto hay que decirlo en abono de los franceses- hay una disciplina y orden desconocidos en España. Empezando por los de arriba, solo se disfruta de 15 días de vacaciones al año, que están comprendidas entre julio y septiembre. Pasado ese último mes, en realidad, se pierde el derecho a ellas. Dueños con centenares de millones los verá que, para dar ejemplo, son los primeros en llegar al despacho a la hora justa. Y así en todo.</i> (Carta de enero de 1913)</span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El afrancesamiento de Ciges no fue algo inhabitual en aquellos años. Numerosos españoles que deseaban que el país se liberase de sus añejas ataduras vieron en Francia, en París, un ejemplo de lo que ellos deseaban para España. Le sucedió a Manuel Azaña, estudioso del ejército francés durante la Gran Guerra y cuyo modelo intentó replicar en sus reformas militares, y a don Antonio Machado, catedrático de francés. Por eso cuando se desbordó el entusiasmo popular el 14 de abril de 1931 se vieron gorros frigios entre los manifestantes y fue La Marsellesa lo que se escuchó como himno que amparaba las ideas republicanas y de progreso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3CrFylGvdataJCIQElLPX6CpGmbbh5CQZimnsZjh5bTqAZTSvDzZc3jwUTXncEBWnJiVStr-29EoJp3Vp6GSowahI9riY4xmssNam2QyMRkfHiQzImOL5ixtnaP6NqFtd3INE4lL2NShZyqettJHKjkG5r7aLVjZfmm9cm71llixgyEzxj94Dk-F9dw/s1649/Corral%20de%20Qui%C3%B1ones%201925_%20(5a).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="906" data-original-width="1649" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3CrFylGvdataJCIQElLPX6CpGmbbh5CQZimnsZjh5bTqAZTSvDzZc3jwUTXncEBWnJiVStr-29EoJp3Vp6GSowahI9riY4xmssNam2QyMRkfHiQzImOL5ixtnaP6NqFtd3INE4lL2NShZyqettJHKjkG5r7aLVjZfmm9cm71llixgyEzxj94Dk-F9dw/w400-h220/Corral%20de%20Qui%C3%B1ones%201925_%20(5a).jpg" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">El Cerro de la Magdalena desde el campanario <br />de la parroquia. Foto de J.M. Carriazo 1925.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><b>7.- El paisaje de Villavieja.</b></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Lo dicho para los personajes, que se trata de una novela, y que estos están inspirados en quesadeños que realmente existieron, vale exactamente igual para el paisaje y los topónimos. Ya en su edición de las novelas publicada en 1986, en la nota 11, Cecilio Alonso llamó la atención sobre la libertad literaria con la que Ciges trata la toponimia y el paisaje:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>En «Aire y sol» (vid. nota 2) Ciges Aparicio sitúa este pasaje de Villavieja inequívocamente en «la sierra donde nace el Guadalquivir» (Sierra Cebriana en la ficción). Pero resulta aventurado interpretar los restantes topónimos imaginarios que introduce en el relato porque, a nuestro juicio, el autor refunde en ellos diversos parajes serranos del espacio limitado por la Sierra de Toya y el Guadiana Menor (Gualdavia en el relato), por una parte, y la Sierra de Cazorla por otra, con Quesada en medio, sin respeto estricto de las distancias y emplazamientos de cada accidente geográfico evocado.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La lectura de <i>Villavieja</i> acredita plenamente lo acertado de la opinión de Alonso. La ficción permite al autor de <i>Villavieja</i> no ceñirse con exactitud a la realidad, sino imaginar y crear libremente una propia que dé cuerpo y acompañe a la trama de la obra. Pero aunque a menudo los nombres de los accidentes geográficos no tienen correspondencia exacta con los reales, el paisaje de <i>Villavieja </i>tiene el color, la luz y el aspecto del quesadeño. Así, al principio del capítulo III, cuando en su loca carrera en carruaje monte arriba <i>don Luis</i> y sus acompañantes alcanzan las alturas, los excursionistas se maravillan de las vistas que contemplan:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…la verde ladera de la sierra estaba salpicada de puntos blancos, que eran otras tantas casas correspondientes a una dilatada sucesión de huertas y cortijos (…) allá muy alto, veíanse oscuras masas de pinos, (al otro lado) se prolongaba la región abrupta, de suelo atormentado, como si remotamente hubiese sufrido las convulsiones de algún cataclismo geológico. Luego seguían grandes llanuras sembradas de cereales, que ahora empezaban a verdeguear (…) El caudaloso Gualdavia servía de límite a esta segunda zona con la que se prolongaba allende, desolada, erizada de yertas rocas calcáreas.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Y remata la descripción:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>El centro del amplísimo círculo que formaban las montañas, lo ocupaba Villavieja.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>La estampa nos recuerda inmediatamente a Quesada rodeada por la sierra, el Caballo, Vítar y el cerro de la Magdalena. En el capítulo IX introduce otra que resulta también muy familiar: “A la izquierda de <i>Villavieja</i> los montes eran boscosos, a la derecha estaban calvos”. Y es que efectivamente, vista desde el norte, a la izquierda de Quesada está la sierra y sus pinares, mientras que a la derecha se contempla la cuerda que se inicia en la Magdalena y acaba en el puerto de Tíscar. Eran estos montes calvos, porque entonces, como se puede apreciar en las escasas fotografías de inicios del siglo XX, no se habían hecho las repoblaciones de pino carrasco que hoy cubren aquellas laderas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Algunos de los topónimos de Villavieja son fácilmente identificables porque responden a lugares existentes. Así, <i>Argola</i> es Cazorla; <i>Camposano</i>, Belerda; <i>Sierra Cebriana</i>, Sierra de Cazorla. Otros por el contrario responden a lugares que, aunque tengan algún componente real, han sido imaginados por el autor a efectos del relato: los pueblos de <i>Berlanza, Las Navas, San Bayo</i> y <i>Peñafuerte</i>, aunque este último, por su castillo y por protagonizar el motín de los leñadores, quizás pudiera corresponderse con La Iruela. En <i>Argola</i> está el juzgado de instrucción, la cárcel del distrito, el capitán de la Guardia Civil y la sede de la Resinera, y es cabeza de partido, lo que no deja duda sobre su correspondencia con Cazorla. Por su parte Belerda aparece en varias ocasiones bajo el nombre de Camposano. En el capítulo XVI se despeja completamente su identidad cuando, con ocasión de la campaña electoral de <i>don Luis Obregón</i>, se describe así:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>Camposano era una aldea sin municipio, adscrita a Villavieja, que la conservaba bajo su dependencia por un prurito de vanidad local. Sin ganar Villavieja gran cosa, molestaba y perjudicaba a los pacientes camposanos, que no podían hacer nada sin ella, y tenían que recorrer diez y ocho kilómetros para pagar la contribución, declarar en el juzgado o gestionar los múltiples y cotidianos asuntos del vecino con su municipio.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los accidentes geográficos son todos de discutible identificación: Tetón de la Loba, Pico de las Águilas, Salto del Gigante… El <i>Tetón de la Loba</i>, por ejemplo, podríamos identificarlo con el Rayal, o quizás con el Cerro de Vítar, pero es también muy posible que responda a la pura idea de gran mole calcárea dominando el horizonte que Ciges guardara en su recuerdo, sin necesidad de ser uno u otro o siéndolo todos a la vez. Sí hay una mención clara a la Dehesa de Guadiana, gran finca de propiedad municipal que se extiende al otro lado del Guadiana Menor: “la Dehesa, surcada de este a oeste por el Gualdavia y que es gigantesca. Tiene pocas tierras laborables pero son óptimas”.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>El caso más evidente de lugar “inventado” es el que llama <i>Salto del Gigante</i>:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span><i>…formidable salto de agua (…) 80 metros de altura, el agua caudalosa procedente de la nieve (…) de Villavieja a la estación había veintidós kilómetros, y diez y seis de Villavieja al Salto”.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Los 22 km que separan Quesada de su estación son reales. Si lo fuesen los 16 entre Quesada y el <i>Salto</i> habría que pensar en algún sitio como El Chorro, donde el agua se precipita desde gran altura. Pero por mucho que por entonces hubiera más precipitaciones, no parece que su caudal fuese espectacular fuera de ocasionales etapas de grandes lluvias, máxime teniendo en cuenta que los recuerdos de Ciges proceden de sus estancias veraniegas. Parece claro que, seguramente sobre la base real de caídas de agua más o menos grandes (Cueva del Agua, el Chorro, etc.), Ciges imaginó este salto porque le era necesario para la narración, porque allí era donde <i>monsieur Leblanc</i> construiría una central eléctrica con la que abastecer su proyectada fábrica de pasta de papel.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Respecto a los ríos, dos son los que se nombran en la novela, el <i>Rugienza</i> y el <i>Gualdavia.</i> El primero parece ser el río de la Vega, joven e impetuoso, nacido de la unión de los arroyos que bajan de la sierra. El <i>Gualdavia</i> sí es claramente el Guadiana Menor, pues se da la circunstancia de que el autor, por distracción o intencionadamente, dejó testimonio de esta correspondencia en el capítulo XV. En él <i>Lorenzo Delmás</i> es preguntado por su programa para las elecciones a diputado del distrito y responde:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <i> </i><i>—¿Mi programa?... ¡Ah, sí!... Es mucho lo que pudiera decir; pero no me gusta prometer antes de tiempo. Desde luego, pueden asegurar que canalizaremos el Guadiana...</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>El Gualdavia dirá...</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>—Justo, el Gualdavia,.. Sí, señor; lo canalizaremos.</i></span></div></blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-11-22/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%202/VILLAVIEJA%20(2).%20Personajes%20y%20paisaje.docx#_ftnref1">[1]</a> Hoy día es de propiedad pública y mantiene las antiguas instalaciones que produjeron resina hasta casi finales del siglo XX, cuando el monte fue arrasado por un pavoroso incendio.</span></div> <div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-11-22/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%202/VILLAVIEJA%20(2).%20Personajes%20y%20paisaje.docx#_ftnref2"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"></span></a><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/DOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-11-22/VILLAVIEJA/Introducci%C3%B3n%20Villavieja%202/VILLAVIEJA%20(2).%20Personajes%20y%20paisaje.docx#_ftnref2">[2]</a> Curiosamente una idea similar fue puesta en práctica poco después, con el establecimiento en Benalúa de Guadix de una fábrica de pasta de papel, La Espartera, que aprovechaba el esparto como materia prima (procedente en buena parte de la Dehesa de Guadiana) y la electricidad obtenida en el lejano río Dílar, donde la conducción de agua a la central eléctrica, que sigue en funcionamiento, aún se denomina canal de la Espartera.</span></div><p></p><p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-80424870262012933542022-11-02T03:57:00.005-07:002022-11-04T02:00:30.153-07:00VILLAVIEJA (I). Introducción y contexto.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBJTis6m0xf-hV0XPxlHDWlXqw6NDTJRfykoNkWi1UrbdSE9EOtUlb0NASobydRZCy-wRyNGbcejeph0u8BOBmjr5nvl1n55KnmWBv47rsqHQdlWk3e0pFufDXTI13HY7pXaA2xycznDLlrFo3cdksuWDoiMK-887OZpBRxDsvjSEEvZpkP6StQdbavw/s2742/1913%20Museo%2025-6-20%20(1).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1921" data-original-width="2742" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBJTis6m0xf-hV0XPxlHDWlXqw6NDTJRfykoNkWi1UrbdSE9EOtUlb0NASobydRZCy-wRyNGbcejeph0u8BOBmjr5nvl1n55KnmWBv47rsqHQdlWk3e0pFufDXTI13HY7pXaA2xycznDLlrFo3cdksuWDoiMK-887OZpBRxDsvjSEEvZpkP6StQdbavw/w640-h448/1913%20Museo%2025-6-20%20(1).jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">La Explanada a principios del siglo XX. Tarjeta postal.</span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p style="text-align: justify;"> <span style="font-family: arial;"><span style="font-size: medium;"> <b>NOTA.</b> Este es el primero de tres artículos sobre <i>Villavieja</i> que se irán publicando sucesivamente. El segundo trata de los personajes y paisajes de <i>Villavieja.</i> El tercero sobre <i>don Luis Obregón</i> y la figura que lo inspira, Ángel Alcalá Menezo.</span><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">---------------------------------------------oOo------------------------------------------------------------</p><p>
</p><div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p></div><i style="font-family: arial; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Quien estas líneas escribe conoce bastante bien algunas Villaviejas españolas y sus casinos correspondientes. Y certifica que Ciges, gran observador, maestro del detalle, no ha recargado las tintas ni ensombrecido sus descripciones.</span></i><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span><span style="font-family: arial; text-align: justify;"><span style="font-size: x-large;"> </span><span style="font-size: medium;">Enrique Fajardo Fernández (Fabián Vidal) en su crítica a <i>Villavieja</i>.</span></span><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span><div style="text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>La Correspondencia de España</i>, 24 de abril de 1914.</div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span><b>1.- Introducción a <i>Villavieja</i>.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El 2 de marzo de 1914 se publicó en la contraportada del diario <i>El Socialista</i>, en la sección <i>El Folletón de EL SOCIALISTA</i>, la primera entrega de <i>VILLAVIEJA</i>, cuyo autor era Manuel Ciges Aparicio. Diariamente se fueron publicando fragmentos de la novela hasta que el domingo 9 de agosto, n.º 1903, se puedo leer la palabra FIN. La publicación de novelas en pequeñas entregas era costumbre muy habitual en la prensa de la época. Normalmente se colocaban al final de cada número, en la contraportada, después de la publicidad y los anuncios por palabras. No solo se imprimían obras inéditas de los autores del momento, sino también traducciones de autores extranjeros más o menos consagrados. En el caso de <i>Villavieja</i> tras su finalización fue sustituida por <i>La risa roja</i>, de Leónidas Andreiev, inspirada en la guerra ruso japonesa de 1902, y en la que los soldados sufren y mueren como autómatas bajo la risa sangrienta de los dioses y demonios de la guerra. Como folletín por entregas también se publicó <i>Pedro Hidalgo o el Castillo de Tíscar, de Ángel Alcalá Menezo</i> (<i>El Pabellón nacional</i>, desde 18 de abril al 14 de noviembre).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>A las pocas semanas de salir como folletín, <i>Villavieja</i> apareció en formato libro, impreso por Jaime Ratés y con portada ilustrada por el conocido dibujante y pintor Rafael de Penagos. No tuvo mucha fortuna en este formato. Según Cecilio Alonso (nota preliminar de su edición de 1986), el propio Ciges comentaba años después que la quiebra del editor hizo que se vendieran “al peso” casi todos los ejemplares y que su difusión fuese escasa y muy limitada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Como es conocido, <i>Villavieja </i>está construida por el autor con los recuerdos de sus estancias en Quesada. Puede decirse que <i>Villavieja</i> es Quesada con otro nombre, y quesadeños son sus personajes, paisajes y sucesos. Cabría preguntarse si al elegir este título Ciges intentó seguir a Clarín, que en <i>La Regenta</i> denomina (ciudad) <i>Vetusta</i> a Oviedo. En cualquier caso el paralelismo es evidente. He dudado mucho antes de publicar este artículo porque <i>Villavieja</i> merece algo más importante, empezando por una nueva edición que la hiciera accesible al lector actual. Sería poco costoso porque ya se han liberado los derechos de autor. Pero no confío en que se haga, quizás por la abulia, que en <i>Villavieja</i> se diagnostica como enfermedad crónica quesadeña, quizás porque se reavivarían absurdamente los escozores que en su tiempo provocó en determinados sectores de la sociedad quesadeña y no están los tiempos, ni creo que lo estén en el futuro, para asuntos “delicados”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Esos escozores existieron y se mantuvieron rencorosamente durante bastante tiempo. Junto a <i>Villavieja</i>, forman parte de lo que Cecilio Alonso denomina ciclo quesadeño del autor otras dos novelas: <i>La Venganza</i> (1909) y <i>La Romería </i>(1910). La primera, aunque escrita en la época de las estancias de Ciges en Quesada, no es propiamente de tema quesadeño pues transcurre en la parte de Guadix y Hernán Valle y solo tiene una relación tangencial con este pueblo. La segunda sí. <i>La Romería</i> es la fiesta de Tíscar de primeros de septiembre escrita con estilo naturalista (expresionista, dice Cecilio Alonso) y reflejos esperpénticos al modo de lo que poco después Valle Inclán llevaría al cénit en <i>Luces de Bohemia</i>. Además de una amplia y cuidada referencia al paisaje, en <i>La Romería</i> Ciges hace una cruda estampa costumbrista de los personajes. No es irreverente, pero sí profana y alejada por tanto del a menudo empalagoso tono que se usa para tratar literariamente asuntos de la Virgen. Por eso <i>La Romería</i> se tomó como una afrenta inaceptable y provocó un rechazo que pervivió mucho tiempo. Tanto que, como es sabido, en la <i>Revista de Ferias</i> de 1953 el cronista oficial de la provincia, el ínclito Luis González López, propuso quemar en “la plaza pública” todos los ejemplares de la novela que se pudieran encontrar “por constituir una grave ofensa a la sencillez de un vecindario católico”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Creo que el sentimiento de ofensa, el enconado rechazo a Ciges y a su obra procede más de <i>La Romería</i> que de <i>Villavieja</i>. Primero porque se interpretó como un ataque a la Virgen y a su entorno y luego porque <i>Villavieja</i> se conoció poco. Las pocas personas con acceso a la prensa no leían precisamente <i>El Socialista</i> y los problemas de difusión por la quiebra del editor tampoco favoreció su difusión. Seguramente la mayoría de los ofendidos lo fueron por oídas que no por lectura. Eso sí, en las ociosas veladas del Casino, objeto de las críticas de Ciges, es seguro que se disfrutó mucho, entre burlas y risas, con las referencias a personajes locales del momento (siempre que se refirieran a terceros, claro). Me temo que la cosa ha cambiado poco. Hoy tiene Ciges una calle a su nombre y en la <i>Revista de Ferias</i> se han publicado artículos en su homenaje. Pero, como en algún sitio he comentado, los lectores de sus novelas quesadeñas se hubieran podido sentar todos a la mesa de un bar sin superar los límites establecidos por las medidas anti COVID.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4-G9MqyrRBqkPLwjIK3kzYjHAs9USN0o53Ri6LZvE5X250kOZNdfl4e2ojTo20AtDvUiM65QsCcS62pCKSThpumD5pXLyMYxJ8e-AX2s2lf0_DMjU8bxKXPUb91K_0J3HSA7floTnJZTnpt-6VJdZ4kHHt1-5GBSCLBVtPg_MmMzfB_VLylCtw8Rjug/s1541/villavieja%20portada.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1186" data-original-width="1541" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4-G9MqyrRBqkPLwjIK3kzYjHAs9USN0o53Ri6LZvE5X250kOZNdfl4e2ojTo20AtDvUiM65QsCcS62pCKSThpumD5pXLyMYxJ8e-AX2s2lf0_DMjU8bxKXPUb91K_0J3HSA7floTnJZTnpt-6VJdZ4kHHt1-5GBSCLBVtPg_MmMzfB_VLylCtw8Rjug/w400-h308/villavieja%20portada.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Villavieja</i>, 1914</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b><span> </span>2.- Manuel Ciges Aparicio.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Manuel Ciges Aparicio nació en Enguera (Valencia) en el seno de una familia de comerciantes de paños el 14 de enero de 1874, apenas a un mes de la abdicación de Amadeo I y de la proclamación de la I República. Cuando no tenía dos años murió su padre y al poco su madre se casó de nuevo con su paisano Clodomiro Palop, también comerciante de paños establecido en Azuaga (Badajoz). Allí se trasladó la familia. No se trata aquí de hacer una biografía de Ciges sino de mencionar sus principales hitos que contextualicen su obra quesadeña. Su vida y obra han sido estudiadas por autores conocedores del tema y a los que me remito. Entre ellos Jesús Arribas (<i>Ciges Aparicio: La narrativa de testimonio y denuncia</i>. Editorial Novecientos 1984) y sobre todo Cecilio Alonso (Novelas de M. Ciges Aparicio. Edición, introducción y notas a cargo de Cecilio Alonso. Generalitat Valenciana 1986, 3 tomos. También en <i>A contracorriente</i>: Manuel Ciges Aparicio 1898-1998. Catálogo de la exposición homenaje organizada por el Ayuntamiento de Enguera en 1998. En la <i>Revista de Ferias</i> de 1988 publicó un artículo titulado <i>Manuel Ciges Aparicio en Quesada</i>).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Según Alonso, hacia el año 1890 Ciges rompe con su padrastro y abandona Azuaga para regresar a Enguera con la familia de su padre. En 1893 se incorpora al ejército y a finales de año participa en la defensa de Melilla durante la llamada Guerra de Margallo. Es ascendido a sargento y trasladado a Manresa. Allí escribe sus primeros artículos, que desde el primer momento son de denuncia y combativos (con seudónimo, claro). En 1896 es trasladado a Cuba, donde durante varios meses participa en los combates contra los independentistas. Desde allí envía a una revista francesa un artículo en el que denuncia la política de “reconcentraciones” (antecedente de los campos de concentración) practicada por el general Valeriano Weyler y su ferocidad represiva. Esta vez comete el error de firmarlo y el artículo llega a manos de Weyler. Es procesado y encarcelado en la fortaleza de La Cabaña, en la Habana.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Tras la pérdida de Cuba lo repatrían a finales de 1898 y continúa su prisión en Barcelona. A las pocas semanas es indultado y sale de la cárcel. Se traslada a Valencia, donde trabaja en el periódico blasquista republicano <i>El Pueblo</i>. Se inicia aquí su larga carrera periodística. En 1900 se traslada a Madrid y trabaja en el diario republicano <i>El País</i>. Durante 1903 y 1904 dirige el diario zaragozano <i>El Progreso</i>. En 1906 y 1907 viaja a Santander, Bilbao y Asturias, donde escribe artículos sobre las huelgas mineras. En 1908 hizo lo propio en Almadén y a principios de 1909, poco antes de desplazarse a Quesada, en Riotinto. Son todas ellas crónicas beligerantes en las que denuncia las infernales condiciones de trabajo de los mineros. Sobre los artículos de Riotinto el conocido periodista Enrique Fajardo Fernández, que firmaba como Fabián Vidal, hizo los siguientes comentarios (<i>El Motín</i> 22 de julio de 1909):</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Ciges Aparicio, mi buen amigo, uno de los escritores de más enjundia e intensidad con que contamos, piensa publicar en breve un libro sobre Riotinto, uno más de la serie de la España de la explotación y la esclavitud blanca con que periódicamente abofetea las mejillas de sus connacionales. De dicho libro son esos artículos nerviosos y vibrantes, publicados en El Mundo y reproducidos por EL Motín.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Los he leído con rabia y con pena, y después de leerlos todos, uno tras otro, una noche, en la soledad de mi despacho atestado de libros, he cerrado los ojos y he pensado muchas cosas.</i></div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Durante estos años de principios de siglo inicia su carrera como escritor, que compagina con el periodismo. En 1903 aparece su primera novela (<i>El libro de la vida trágica: del cautiverio</i>), que está compuesta con los recuerdos de su paso por el siniestro presidio habanero de La Cabaña. Desde entonces publica con regularidad. Su última novela, Los caimanes, es de 1931. Con posterioridad publica dos ensayos sobre Joaquín Costa, con cuyo regeneracionismo y rechazo al caciquismo de la Restauración tanto se identificó.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ciges tenía familia en Quesada. Según Cecilio Alonso, es probable que desde su adolescencia conociera el pueblo, pero sus dos estancias documentadas tienen lugar en los veranos de 1908 y 1909. Por estas fechas se estaba acercando a las posiciones del PSOE de Pablo Iglesias (del que luego se distanciaría), razón por la que <i>Villavieja</i> se publicó en <i>El Socialista</i>. Del verano de 1908 son dos artículos publicados en Los lunes del Imparcial el 7 y el 28 de septiembre: <i>La Virgen de Viaje</i> (sobre la despedida del 29 de agosto) y <i>Entre los riscos</i> (que habla de la Fiesta de Tíscar). Ambos tienen un tono distinto al empleado posteriormente en <i>La Romería</i>. Son muy correctos, aunque no acaramelados, tanto que serían perfectamente publicables en cualquier boletín de la Cofradía. A estos artículos se podría añadir <i>La Venganza</i>, novela anteriormente mencionada y que se publicó en marzo del año siguiente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>1909 fue un año bastante movido para Ciges. A mediados de junio, poco después de su estancia en Riotinto, llega a Quesada, donde permanecerá todo el verano para convalecer de una enfermedad estomacal. Lo hace en tren hasta la estación y desde allí en caballería hasta el pueblo. Deja constancia del viaje en un artículo, <i>El Desamor a la Tierra</i>, publicado en la revista <i>Nuevo Mundo</i> el 5 de agosto. Poco después, el 4 de septiembre, aparece en <i>El Imparcial</i> otro artículo, <i>Vivir muriendo</i>, en el que avanza la escena de los aceituneros que posteriormente reproducirá en <i>Villavieja</i>. Pero el verano de 1909 es también para Ciges el desastre del Barranco del Lobo, en el Gurugú, próximo a Melilla, y sus consecuencias: la Semana Trágica de Barcelona, la suspensión de garantías constitucionales y el procesamiento y ejecución de Francisco Ferrer Guardia. Esta sucesión vertiginosa de acontecimientos le cogió a Ciges en Quesada, pueblo aislado donde llegaba poca prensa y con retraso. Sin duda debió sufrir su alma de periodista.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>A mediados de septiembre abandona Quesada, adonde ya nunca volverá, regresando a Enguera y a Valencia. El consejo de guerra contra Ferrer Guardia, acusado de inductor de la rebelión de Barcelona, desencadena una enorme campaña de protesta dentro y fuera de España. Ciges se suma inmediatamente a ella y remite al presidente de la Asociación de la Prensa madrileña una carta adhiriéndose a las protestas contra el proceso. El 13 de octubre Ferrer Guardia es fusilado en Barcelona. El 16 del mismo mes <i>El Pueblo</i> de Valencia anuncia que desde ese día colaborará en el periódico Ciges Aparicio, “cuya relevante personalidad entre la juventud intelectual española está bien definida”, y lo acompaña de un primer artículo, firmado en Enguera, en el que compara la inicua muerte de Ferrer con el caso Dreyfus. Algunas semanas después, 8 de noviembre, aparece un segundo artículo, Hay que tocar a lo intangible, en el que defiende la revisión del juicio a Ferrer y explica las pocas protestas que, en su opinión, se habían levantado por el temor de la prensa y la intelectualidad de “llegar al Ejército”, demasiado mimado y que se había llegado a creer que “era la rueda catalina de la nación”, llegándose al caso insólito de que en España se pueda renegar de Dios y combatir a las instituciones, “pero nadie pueda tocar al elemento armado”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>A pesar de que en el artículo no hay ningún tipo de injurias o insultos al Ejército, este se empeñó en dar la razón a Ciges. El día 27 de noviembre <i>El Pueblo</i> publica esta escueta nota:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></div><span style="font-size: medium;"><i style="font-family: arial; text-align: justify;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Nuestro queridísimo amigo el ilustre colaborador de El Pueblo D. Manuel Ciges Aparicio ha sido procesado por el fuero militar a consecuencia de un artículo inserto en estas columnas en el que se combatía la sentencia contra Ferrer.</i></div></i><span style="font-family: arial;"><i><br /></i></span><i style="font-family: arial; text-align: justify;"><span> </span>El Juzgado militar decretó orden de detención contra el notabilísimo cronista, quien conocedor de este procesamiento se ha puesto en salvo.</i><br /></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i><br /></i></span><div style="text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>El Sr. Ciges Aparicio se ha refugiado en París, desde donde dirigirá sus crónicas a EL PUEBLO de Valencia.</i></div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No fue demasiado largo este primer exilio de Ciges. A principios de 1910 el nuevo gobierno de Canalejas lo indulta y regresa a Valencia para volver a trabajar en El Pueblo. En el verano de 1910 se desplaza a Melilla por cuenta de este periódico para escribir una serie de artículos sobre la situación en África. Marruecos seguía siendo oficialmente independiente (el Protectorado se instauró 1912) pero las potencias coloniales, España y sobre todo Francia, ya no se recataban en intervenir, incluso militarmente, en el sultanato. Ciges se posiciona claramente contra la política militarista y colonial del Gobierno denunciando amargamente la corrupción en el Ejército. En septiembre, a su regreso a Valencia, ya se han publicado sus primeras crónicas. La reacción de los militares es furibunda: lo persiguen y amenazan hasta el punto de que Ciges se ve obligado a escapar nuevamente a Francia; es el segundo de sus exilios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En Francia Ciges completa la serie de artículos sobre Marruecos que más tarde recopilará en un volumen, <i>Entre la paz y la guerra</i>. Marruecos, publicado en 1912 estando él en París. Antes, en diciembre de 1910, recién llegado el autor a Francia, había salido <i>La Romería,</i> la otra gran novela quesadeña de Ciges. En París encuentra trabajo en la editorial Louis Michaud; se hace cargo de su sección española y prepara la expansión de la empresa a Latinoamérica. Su situación personal se va tranquilizando y, como dice Cecilio Alonso, su condición pasa de exiliado a transterrado que con su trabajo en la editorial se gana cómodamente la vida. Este cambio le permite regresar periódicamente a España por vacaciones. Según Cecilio Alonso, su familia lo recordaba en el verano de 1913 en Enguera escribiendo <i>Villavieja</i> y leyéndoles fragmentos de la obra conforme iba avanzando. Finalmente la publica en 1914, pocos meses antes del estallido de la Gran Guerra, cuyos primeros años él vive en París.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En 1917 regresa definitivamente a España y se incorpora a la redacción de El Imparcial. En 1918 se casa con una hermana de Azorín, Consuelo Martínez Ruiz. En 1921 nace su hijo Luis, posteriormente uno de los actores imprescindibles del cine español. Cuando se proclama la República lleva ya tiempo distanciado del PSOE y próximo al partido de Azaña (de quien era amigo personal), Acción Republicana. En 1933 es nombrado gobernador civil de Baleares, donde coincide con Franco, gobernador militar. Ambas familias tienen cierto trato. Tras el triunfo del Frente Popular se le encarga el Gobierno Civil de Santander y fugazmente el de Lugo. A primeros de julio es nombrado gobernador de la provincia de Ávila. Allí esperaba su prevista designación como embajador en Cuba, pero no dio tiempo. Tras el golpe de estado del 18 de julio es detenido y sometido a un arresto domiciliario. La madrugada del 5 de agosto de 1936 apareció su cadáver en el camino del cementerio de Ávila.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEDHJoToVLKyyZuPggUjz17qMyTdKyrlrKbMGix4HE2fAWMrPO79kHHUQuoFPQ4tK_StUnFO57eelC81PnNCaBpH7BBKgaWWRpbIxJ-AjjiffhPvL1db0SoYSws3RyCcjBdRCBrSSQ-FBJNZIoxdDgQ9owHXHuZ8lT0vs-UKAe1OnHMgtw-yYD8XZDeg/s1465/Vida%20socialista.%2026-3-1911,%201%20-%20copia.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1465" data-original-width="1156" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEDHJoToVLKyyZuPggUjz17qMyTdKyrlrKbMGix4HE2fAWMrPO79kHHUQuoFPQ4tK_StUnFO57eelC81PnNCaBpH7BBKgaWWRpbIxJ-AjjiffhPvL1db0SoYSws3RyCcjBdRCBrSSQ-FBJNZIoxdDgQ9owHXHuZ8lT0vs-UKAe1OnHMgtw-yYD8XZDeg/w316-h400/Vida%20socialista.%2026-3-1911,%201%20-%20copia.jpg" width="316" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Retrato de Manuel Ciges Aparicio publicado en<br />Vida Socialista el 26 de marzo de 1911.</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><b>3.- Ciges en Quesada.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Dice Cecilio Alonso en su artículo publicado en la <i>Revista de Ferias</i> 1998:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>El escritor valenciano, Manuel Ciges Aparicio debió frecuentar Quesada desde su adolescencia, aunque sus estancias más documentadas en esta villa se produjeron en 1908 y 1909. Sin duda fue entonces cuando recogió los materiales para escribir las novelas que componen su ciclo quesadeño: La venganza (1909), La romería (1910) y Villavieja (1914).</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La razón de estas visitas al pueblo era familiar. En Quesada vivía Manuel Aparicio Sanchiz, hermano de su madre. Alonso lo cita como Jaime, pero lo cierto es que no he encontrado ninguna referencia a Jaime en ningún documento, mientras que Manuel sí fue un personaje muy conocido en el pueblo durante los años del cambio de siglo. En Quesada hubo una importante colonia de enguerinos establecida desde mediados del siglo XIX. Enguera durante ese siglo poseía una importante industria textil. Como consecuencia, numerosos vecinos se dedicaron a comerciar con paños y tejidos, estableciéndose en numerosas localidades de la Península. Es un caso muy similar al de Ortigosa de Cameros, Rioja, donde se desarrolló una potente industria de fabricación de paños con la consiguiente actividad comercial. También de Ortigosa hubo una importante colonia de comerciantes en Quesada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Como bien se retrata en Villavieja, Quesada estaba dividida en dos clases sociales. Una, mayoritaria, compuesta por los que trabajaban el campo, jornaleros y pegujaleros, hundidos en la pobreza cuando no en la miseria. La otra era la de los propietarios y asimilados, para los que el concepto de trabajo resultaba ofensivo y que entretenían su ociosidad en el Casino. Había entre ambas una pequeña capa de artesanos, menestrales y labradores. Por eso las actividades industriales y comerciales solían estar en manos de forasteros. Es bastante indicativo que la gran mayoría de los rematantes de esparto de la Dehesa, quizás el negocio más importante del pueblo por entonces, no fueran naturales de Quesada. A finales del siglo XIX y principios del XX la calle Nueva, el centro del comercio local, estaba controlado por gente nacida fuera o por sus descendientes directos. Dicho de otro modo, la mayoría de los dueños de negocios de esta calle remanecían de Enguera o de Ortigosa. Bien es verdad que, gente despierta y con cierta formación, enseguida comprendían la filosofía local y buscaban matrimonio con alguna heredera, de manera que las segundas y terceras generaciones se diluían en la buena sociedad local adoptando sus costumbres y mentalidad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Los tres apellidos enguerinos identificables en Quesada son Palop, Aparicio y Sanchiz (la madre de Ciges se llamaba Purificación Aparicio Sanchiz). En Quesada hubo matrimonios entre ellos, de manera que las familias se mezclaron y a veces es difícil seguirles el rastro. El enguerino más antiguo del que tengo noticia fue Jaime Palop Gómez, que vivía en la calle Nueva, donde tenía abierto establecimiento. Debió llegar hacia los primeros años de la década de los setenta del siglo XIX. Para 1878 ya figuraba en la lista de electores para el Senado por el grupo de mayores contribuyentes. Su cuota de contribución industrial (comercio) era de 109 ptas. mientras que por rústica pagaba 52 ptas., lo que indica que dos tercios de sus ingresos no venían del campo sino de su negocio. Jaime Palop Gómez fue alcalde en el bienio 1896-1897, lo que señala su buena integración en el pueblo. Estaba casado con Josefa Sanchiz Aparicio, también de Enguera y a juzgar por los apellidos pariente de la madre de Ciges.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero la relación familiar con Ciges más directa era la de Manuel Aparicio Sanchiz, hermano de su madre. Estaba casado con una Palop de la que no tengo otra referencia. Vivía en la calle San Juan (lateral derecho de la actual plaza de la Coronación), se dedicaba al comercio y había llegado al pueblo hacia los años ochenta del siglo XIX, cuando Ciges vivía en Azuaga con su madre y su padrastro. Fue en numerosas ocasiones concejal y lo era también en febrero de 1911, cuando dimitió y pidió la baja de vecindad para desplazarse a Buenos Aires con su familia. No debió irle demasiado bien y regresó en junio de 1912. Una hija de Manuel, María de la Paz Aparicio Palop, vivía en 1931 en la calle Nueva 21.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>De los hijos de Jaime Palop Gómez y Josefa Sanchiz Aparicio destaca Jaime Palop Sanchiz, comerciante de comestibles y quincallería, fabricante de licores y aguardientes y propietario agrícola. Para los años en que Ciges estuvo en Quesada la mayor parte de su cuota de contribución ya procedía de la rústica, muy por encima de la industrial, lo que ilustra lo antes comentado sobre la adaptación de las segundas generaciones a la vida local. Estaba casado con Josefa Marín y vivía en el actual número 22 de la calle Nueva, casa en cuyos tres balcones del primer piso se conservan sus iniciales JPS. Fue el padre de los hermanos Palop Marín (Manuel, farmacéutico asesinado en 1936; Juan Bautista, médico y alcalde en la dictadura de Primo de Rivera y luego en 1939; Jaime, propietario del “Hotel Victoria” frente a la casa que fue de su padre y alcalde franquista en la posguerra). Otro de los hijos de Jaime Palop Gómez fue Manuel Palop Sanchiz, comerciante también en la calle Nueva y que tuvo una sonada suspensión de pagos en 1901. Desde 1918 fue secretario del Ayuntamiento, puesto del que fue cesado en 1932 por determinados asuntos turbios. También era hijo del matrimonio Antonio, que abrió en los bajos de la casa de sus padres el luego tan famoso bar El Relámpago. Según dice García Carriazo en sus memorias inéditas, “soltero, pusiera el bar El Relámpago, donde ganara buen dinero, que tiraba en juergas, terminando por irse del pueblo”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Por último, y sin relación directa con los anteriores pues el parentesco venía por la parte paterna, está la prima hermana del escritor Elvira Palop Ciges. Había nacido en Tomelloso el 30 de marzo de 1870, hija de Cristóbal Palop y Josefa Ciges, hermana del padre de Ciges. Su relación con Quesada le viene por el matrimonio de su hija Fidencia con el industrial Carlos Sánchez Pérez. Murió en la bodega de Carlos Sánchez en 1959. Su familia conserva dos cartas, de contenido afectivo y familiar, que su primo le escribió desde el Gobierno Civil de Baleares en 1933.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Anteriormente se ha comentado que, según Cecilio Alonso, Ciges debió frecuentar Quesada ya desde su adolescencia, en viajes y estancias más o menos largas para visitar a su familia materna, a Manuel Aparicio. Parece bastante razonable que lo hiciera, pero sin embargo solo dos de esas visitas, la del verano de 1908 y la de 1909, se pueden documentar porque durante las mismas escribió los artículos de tema quesadeño antes mencionados. El conocimiento que en ellos acredita del pueblo, de sus paisajes, costumbres y personajes, es muy amplio y parece proceder de una relación sostenida en el tiempo que le permitió incluso establecer amistades y relaciones estrechas. Algunas de estas relaciones están documentadas por la poca correspondencia del autor que se conserva en Quesada.</span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Entre finales de 1912 y mediados de 1914 Ciges se carteó desde París con Manuel Segura y con su hija Teresa.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_edn1">[1]</a> Por aquellos años Ciges era un señor más bien mayor, que había vivido intensamente la juventud con sus peripecias militares, carcelarias y periodísticas, pero con muy poca atención a la cosa amorosa. Alcanzada una edad, con un buen trabajo en París, le había llegado la hora de asentar la cabeza y contraer matrimonio. Por esta correspondencia se deduce que “pretendió” a Teresa Segura Alcalá y que al menos durante algún tiempo, aunque la relación acabó en nada, sus intenciones fueron formales. Teresa era hija de Manuel Segura Fernández y de su esposa Ambrosia Alcalá Menezo, hermana de Ángel Alcalá Menezo. Manuel Segura era un importante propietario, abogado “de secano” (no ejerciente), que tuvo gran relevancia en la vida local durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX. Fue profesor de historia y filosofía en el colegio de segunda enseñanza que fundó su cuñado Ángel y también perteneció a la masonería, usando en la logia quesadeña La Luz el nombre simbólico de <i>Arístides</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El tono de las cartas intercambiadas entre Ciges y Teresa es muy formal y protocolario, el propio de la época para estas circunstancias de cortejo. Son cartas abiertas, para que las puedan leer también los padres y así convencerse de la seriedad de sus sentimientos y pretensiones. En ellas Ciges le cuenta a Teresa su vida en París, las costumbres de la gente del lugar y la anima a que visite la ciudad, previo matrimonio:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>¿Se divierte mucho? Me parece que en Quesada, y en pleno invierno, no habrá de qué. En cambio, aquí siempre hay ocasiones (…) Yo creo que debe usted animarse y venir a París. Todo se reduce a estudiarlo con sus papás, y avisármelo. Este verano puedo yo ir a Quesada, y previa una bendición del cura y unas firmas ante el juez -casamiento se llama esa figura- encargarme de traerla… ¿Qué dice usted? ¿Qué piensan sus papás? ¿Quieren?…</i></div></span></div><div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Teresa se pensaba mucho la respuesta, redactaba un primer borrador, lo corregía y redactaba otro, hasta que finalmente días o semanas después enviaba la carta definitiva. El contenido de estas cartas es, como digo, muy convencional y no tendrían más importancia y valor que la simple anécdota si no fuese porque dan una pista clara de cómo surgió el personaje principal de <i>Villavieja</i>, <i>don Luis Obregón</i>. Algunas de las cartas están dirigidas directamente al padre de Teresa, Manuel Segura, y por ellas se comprueba que la relación de Ciges con la familia fue intensa y fluida, previa a sus pretensiones con Teresa y no su consecuencia. Hay en ellas referencias a los líos y disgustos matrimoniales del cuñado de Manuel Segura, Manuel Antonio Alcalá Menezo, por quien pregunta y se interesa, y a las habladurías y chismes que estos problemas levantaron en el pueblo. En 1914 murió Pepe, hermano de Teresa, de una larga enfermedad por la que Ciges se había interesado en alguna carta anterior. Ciges escribió directamente a Manuel Segura para darle el pésame, manifestándole la especial amistad que le profesaba: “Aunque tengo el hábito de no mostrar mucho mis preferencias y afectos, diversas veces pudo usted notar mi flaqueza por el pobre Pepe”. Le confiesa al padre que incluso llegó a pensar en su hijo para abrir en Latinoamérica alguna sucursal de la editorial Michaud, lo que acabó descartando, seguramente por conocer el carácter emprendedor y activo de la gente bien quesadeña.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La relación y amistad de Ciges con esta familia fue intensa y por eso serían muchas las tardes de Casino con los varones así como las visitas a la casa familiar en Santa Catalina para ver a Teresa. Hacía poco más de diez años que había muerto Ángel Alcalá Menezo, el gran personaje de la familia (y también del pueblo en aquel momento). En todas esas ocasiones sería tema recurrente las historias y aventuras de don Ángel, sus andanzas por Filipinas, su pasión política, sus aficiones literarias, su carácter audaz y novelesco. Nada de extraño tiene que Ciges se inspirara en él para su don Luis y que las hazañas de su personaje literario constituyan casi una biografía de Alcalá Menezo y reproduzcan numerosos detalles con gran exactitud.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Fueron cinco los artículos que sobre tema quesadeño escribió Manuel Ciges Aparicio. Los dos primeros, de 1908, los público en el suplemento literario <i>Los lunes de «El Imparcial»</i> y tienen como asunto las fiestas de la Virgen de Tíscar al final del verano. Ambos fueron rescatados por Jesús Arribas, que los reprodujo en su estudio sobre el autor que se citó anteriormente. El primero tiene por título <i>Fiestas populares. La Virgen de viaje</i> y se publicó el 7 de septiembre de 1908 (Anexo 1). Para Quesada fue recuperado en la <i>Revista de Ferias</i> de 1984 por Manuel Vallejo junto a un pequeño artículo sobre el autor, <i>Manuel Ciges Aparicio en Quesada. Breve reseña biográfica</i>. En <i>La Virgen de viaje </i>cuenta Ciges cómo era la procesión y despedida de la madrugada del 29 de agosto hace más de cien años. Por eso algunas cosas son distintas, como por ejemplo la verbena del jardín, a la que no alude porque entonces no se celebraba.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El segundo, <i>Fiestas populares</i>. <i>Entre los riscos</i>, es de 28 de septiembre de 1908 (Anexo 2). También lo publicó Manuel Vallejo, el año 1985, en la <i>Revista de Ferias</i>. Trata de la fiesta de Tíscar, que describe con un sobrio tono de reportaje periodístico alejado de la ácida sátira de La romería, pero sin dejar de destacar lo que a él llamó más la atención, la mezcla de fiesta y devoción, “de zambra y promesas” como escribe Ciges. Es algo que no sorprende hoy, al menos en el sur, pero quizás sí lo hacía entonces a gente habituada a otras costumbres.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En 1909 fueron dos los artículos que escribió en Quesada y sobre temas quesadeños. El primero en publicarse fue <i>El desamor a la tierra</i>, en la revista <i>Nuevo Mundo</i> el 5 de agosto (Anexo 3). No fue reproducido en la Revista de Ferias y creo que es casi completamente desconocido para el lector quesadeño. Trata de la llegada del autor a la estación de Quesada, del viaje en caballería hasta el pueblo y del cruce en barca del Guadiana Menor. Pero mientras se desplaza, Ciges reflexiona sobre los problemas de la tierra que contempla, asombrándose del poco cariño del dueño a sus campos. Se lamenta de las aguas cargadas de humus, que se deslizan perezosas hasta el mar donde se pierden sin fertilizar “los vastos y sedientos terrenos circundantes (…) por la incuria de los hombres”. Pero además, buena parte de las cosechas se pierden en el juego, “esa terrible epidemia de una dilatada región”, de manera que el dueño acaba recurriendo al usurero, que “no pide en garantía carne de sus víctimas, que sólo le serviría para alimentar a sus perros, si la sordidez le permitiese tenerlos, sino la tierra misma, que así aferrada, rara vez vuelve integra a su dueño primitivo”. Como consecuencia el propietario cae en la abulia y la imprevisión, ya solo aspira a mejorar su suerte con la herencia, la lotería o la política. En este artículo, escrito durante el mes de julio, Ciges traza una especie de guión con los temas que le preocupan y que más tarde desarrollará en Villavieja.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Poco después, el 4 de septiembre, publicó en <i>El Liberal</i> un segundo artículo que titula <i>Vivir muriendo</i> (Anexo 4). Al igual que el anterior tampoco se ha reproducido y es casi desconocido en Quesada. Está escrito en el mes de agosto, tiempos de trilla, y si en el anterior reflexionaba sobre los propietarios en este lo hace sobre las gentes que ve afanarse en las eras, hombres “guiando las mulas sobre los trillos ligeros o aventando amorosamente las parvas” y que al caer de día reposan sobre esas mismas parvas “inmóviles, como yacentes” tras trabajar y penar “sometidos al incendio violento del sol”:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Trabajan con extremada rudeza desde que la clara punta del alba asoma por la sierra, y cuando el fresco les orea y las sombras gratas los envuelven, paréceles más dulce y blando rendirse al sueño que aumentar sus cuidados con las tristezas que llegan de otras tierras...</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Rendidos por el trabajo viven ajenos al mundo y a las noticias, algo que llama la atención del periodista Ciges. Porque es el trepidante agosto de 1909 y “los que hacen ociosa vida ciudadana” a una comentan “los combates africanos y las audaces turbulencias de la sedición” (Barranco del Lobo y Semana Trágica), pero para “estos míseros seres” tan grandes noticias solo han llegado “como rumores confusos de un mar invisible y remoto”. Viven pegados a la tierra, pendientes solo de su propia supervivencia, de su mal comer. “Viven muriendo”, con un poco de pan y arenque, con su jornal de sesenta céntimos cuando lo hay. Ciges apunta en este artículo la que será escena de los aceituneros en <i>Villavieja</i>. Tanto este artículo como el anterior son una especie apuntes, tomados en el momento y lugar, con los que más tarde, ya expatriado en París, escribirá <i>Villavieja</i>. Cuando escribía este artículo Ciges estaba viviendo los graves acontecimientos de aquel verano en el ambiente hostil del Casino quesadeño, favorable al militarismo colonial y opuesto a la revuelta de Barcelona. Quizás por eso le asoma un punto rebelde, que es más deseo que razonada premonición, y exclama:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><i><span> </span>¡Ay, cielo, si tú no provees, y al (mal) invierno que se espera sucede una primavera mala, Melilla y Cataluña van a ser poca cosa...</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El último de sus artículos quesadeños se publicó cuando hacía ya más de diez años de la publicación de <i>Villavieja</i> y más de quince de su última estancia en Quesada. Fue el 6 de mayo de 1927, en <i>La Libertad</i>, y se titula <i>Aire y sol</i>. <i>La alimentación del andaluz </i>(Anexo 5). Se reprodujo en la <i>Revista de Ferias</i> de 1988. En este último artículo Ciges retoma la escena de los aceituneros y el posterior encuentro con <i>Pedro Luján, el Revolucionario</i>. Ante el penoso y mísero almuerzo de la cuadrilla de aceituneros, uno de los acompañantes de Ciges exclama en tono irónico:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>—Pero los andaluces somos muy sobrios. El aire y el sol nos alimentan.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Y es que opinar que en el campo andaluz no existía el hambre y la miseria, sino que su parca alimentación era más bien una cuestión cultural, una forma de ser, no era algo inhabitual y para acreditarlo Ciges encabeza el artículo con una cita que atribuye a Ortega y Gasset:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>En cuanto a la alimentación, la sensiblería socialista nos ha hecho notar innumerables veces que el gañán del campo andaluz no come apenas y está atenido a una simple dieta de gazpacho. El hecho es cierto y, sin embargo, la observación es falsa porque es incompleta. Un jornalero de Azpeitia come más y mejor que un ricacho de Córdoba o Jaén. Hasta en esto imita el andaluz al vegetal; se alimenta sin comer, vive de la pura inmersión en tierra y cielo. Lo mismo el chino. José Ortega y Gasset.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Como ya destacó Cecilio Alonso, en este artículo Ciges descubre que aquellas escenas que narraba en <i>Villavieja</i> existieron y fueron reales y que el personaje Mosiú no era un ingeniero suizo sino que en realidad lo representaba a él durante su veraneo quesadeño:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Lo que hace algunos años referí en forma novelesca lo transcribo al presente como recuerdo personal. El extranjero de entonces —el «Mosiú»— sólo es ahora un forastero. Cuatro amigos vamos por la sierra donde nace el Guadalquivir. Uno tropieza, cae y se lastima el brazo derecho...</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrqAKnIKyTehnY1YMb5mKCo46uKGElZnZmb5fZ3l_X5Zco7k3Y5ZXnaoeFhXUCwEQuxcuBbqzxqtUaQCHW6okWavBJeJ3nW9Lh_8ZdT77pBRJPUZGnOKEmipYgrlXRuy2ZZPm-PD3Mlce7qaEShmlo7Rg1DB3NO6jaWgMZasWFtD_uUMBTEM1sY9ryPQ/s2952/1882-05-25%20El%20Defensor%20de%20Granada%20B.Virt.And.%203.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2516" data-original-width="2952" height="341" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrqAKnIKyTehnY1YMb5mKCo46uKGElZnZmb5fZ3l_X5Zco7k3Y5ZXnaoeFhXUCwEQuxcuBbqzxqtUaQCHW6okWavBJeJ3nW9Lh_8ZdT77pBRJPUZGnOKEmipYgrlXRuy2ZZPm-PD3Mlce7qaEShmlo7Rg1DB3NO6jaWgMZasWFtD_uUMBTEM1sY9ryPQ/w400-h341/1882-05-25%20El%20Defensor%20de%20Granada%20B.Virt.And.%203.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Croquis con el primitivo trazado del ferrocarril.<br /><i>El Defensor de Granada</i> 25 de mayo de 1882</td></tr></tbody></table><br /><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><b>4.- Quesada como paradigma de los problemas de España en la Restauración.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ciges construyó <i>Villavieja</i> con los recuerdos y las cosas aprendidas durante sus estancias en Quesada, repartidas a lo largo de la primera mitad de su vida. Pero en su memoria sin duda quedaron especialmente grabados, por ser más recientes y por encontrase ya en su madurez personal y periodística, los veranos de 1908 y 1909. Especialmente este último, tras el cual ya nunca regresó a Quesada. En Quesada encontró el paradigma de las injusticias y problemas de la España de la Restauración que él combatía: atraso económico, la propiedad de la tierra que impedía cualquier progreso y a la vez condenaba a la miseria a grandes sectores del campesinado, analfabetismo y desprecio por la instrucción pública, subdesarrollo de las comunicaciones…, una sociedad muy tradicional, alejada del resto de Europa que, perdidas su últimas colonias de América y Filipinas, iniciaba una nueva aventura de consolación en Marruecos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Todo al amparo de la Constitución de 1876 promulgada tras la vuelta de los Borbones. Era un sistema político diseñado para evitar cualquier reforma que pudiera menoscabar la preponderancia de los poderes tradicionales, de la Corte. Bajo una apariencia parlamentaria la Restauración controlaba el país con dos herramientas: la alternancia de los dos partidos dinásticos, el turno, y el caciquismo. Los partidos Conservador y Liberal Fusionista defendían, aunque con algunos matices, el orden establecido. Los afiliados a ambos partidos no tenían grandes diferencias ideológicas y sus enfrentamientos eran más de grupo, de “hooligans” futbolísticos, que fruto de pensamientos y proyectos distintos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La otra pata del sistema era el caciquismo. El cacique dominaba su distrito electoral mediante una red clientelar formada por la derrama de cargos políticos municipales y empleos mediante los que el partidario conseguía una paga (policías municipales, guardas rurales, empleados de los ayuntamientos, etc.). Habitualmente era el cacique quien resultaba elegido diputado al Congreso por el distrito pero si, por cualquier circunstancia, no podía serlo designaba al candidato mediante negociaciones y componendas con políticos del otro partido y con las autoridades gubernamentales. Los gobiernos no surgían de unas elecciones, era al revés. En la Corte se encargaba el gobierno a uno de los dos partidos. Una vez formado se procedía a la disolución del Congreso y se convocaban elecciones que el nuevo gobierno mediante caciques, gobernadores civiles, etc. siempre ganaba. Existían los republicanos y el naciente partido de Pablo Iglesias que ganaban en algún distrito, normalmente urbano, pero el vuelco electoral era imposible porque el sistema estaba diseñado para evitarlo. Todo esto lo conocía bien Ciges y bien lo describió en su biografía de Joaquín Costa. Y todo esto se lo encontró en Quesada y lo llevó a <i>Villavieja.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Quesada celebró el cambio de siglo con una Traída extraordinaria de la Virgen de Tíscar el día 30 de diciembre de 1900. Ese mismo día el Ayuntamiento acordó erigir una cruz en la salida de la carretera de Tíscar, lugar que pasaría a conocerse como Humilladero y donde se recibiría y despediría a la Virgen en sus traslados anuales desde el Santuario. Por esas fechas el pueblo tenía 7.599 habitantes y el crecimiento de la población era importante. En 1910 se alcanzaron los 8.281 censados. Los vecinos eran en su mayoría analfabetos, el 85,96% (83,32% de hombres y 88,63% de mujeres). No se vivía esto como un problema y por tanto se hacía poco para remediarlo. En 1930 el analfabetismo apenas se había reducido al 78,42%. Dos escuelas de niños y dos de niñas en el pueblo más una y una en Belerda (no siempre, pues a veces se fusionaban en una mixta) era toda la dotación pedagógica existente en Quesada. La pequeña minoría que se apañaba (más o menos) con las letras se componía de propietarios y de sus familias, de los pocos funcionarios y profesionales y de algún que otro artesano. Poca prensa llegaba al pueblo y lo hacía con retraso. La inmensa mayoría de la población no sabía del mundo (entendiendo por mundo todo lo que rebasara los estrictos límites municipales o comarcales) más que lo que habían visto (los hombres) durante el servicio militar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Era Quesada un poblachón remoto y aislado, perdido en un lejano y olvidado rincón al que era complicado llegar y del que no era fácil salir. En marzo de 1899 se inauguró el viaducto del Arroyo del Salado con el que se completaba la línea férrea Linares-Almería. El tren no solo permitió la comunicación con Linares-Baeza, también abrió el camino hacia el sur, con Almería, que hasta ese momento era tremendamente complicado. El fácil acceso a esta ciudad fue el motivo de que se pusiese de moda y que, hasta los años sesenta del siglo XX, fuera habitual que la gente bien de Quesada pasase los inviernos allí, junto al mar y en un clima seco y templado alejado de los hielos del pueblo. La pega que desde su inauguración presentó este moderno transporte era la dificultad de acceso a la estación, porque quedaba lejos y no había caminos aceptables.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El proyecto de ferrocarril despertó muchas esperanzas en Quesada. En enero de 1882 se ofreció por el Ayuntamiento y mayores contribuyentes 15.000 ptas., 3.000 jornales y 3.500 pinos para ayudar al inicio de las obras. Por entonces el trazado proyectado partía de Linares y pasaba por Peal, cercanías de Quesada, Huesa, Pozo Alcón y Zújar para llegar a Baza. Llegó a licitarse su construcción en el mes de septiembre, pero el concurso quedó desierto por el desinterés de los grandes inversores ferroviarios, como la familia malagueña Loring. Además no se resolvía la comunicación de la muy aislada provincia de Almería. El proyecto quedó aparcado, lo que provocó la protesta de numerosos municipios a los que se unió Quesada en noviembre de 1884. A principios de la siguiente década se retomó la idea, pero con un trazado modificado para enlazar directamente Linares con las minas de Alquife y Almería, permitiendo además un ramal hasta Granada. Fue la línea que finalmente se construyó y que hoy está casi abandonada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El resultado fue que las estaciones, también la de Quesada, quedaron lejos de los pueblos que les daban nombre y que sus beneficios en la comarca fueran limitados. El cambio fue vivido en la comarca con gran descontento y nuevamente resurgieron las quejas. En el verano de 1890 se convocó una reunión de ayuntamientos para protestar por el trazado de la vía al otro lado del Guadiana Menor. La preocupación por el aislamiento ferroviario duró tiempo y se buscaron alternativas. Así en 1904, junto a otros ayuntamientos, el de Quesada solicitó sin éxito la construcción de una línea secundaria que, pasando por Quesada y Huéscar, alcanzase Murcia (<i>El Defensor de Granada</i>, 22 de septiembre).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando Ciges llegó a Quesada la herida seguía abierta y así lo reflejó en varios pasajes de Villavieja. Siempre se sospechó, y lo repite Ciges, que el tan perjudicial cambio de trazado era fruto de las presiones políticas de los grandes terratenientes, interesados en comunicar sus latifundios, en contubernio con los caciques locales.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La estación o apeadero de Quesada está a más de veinte kilómetros del pueblo. El viajero inglés Paul Gwynne, cuando inicia el relato de su viaje a lo largo del Guadalquivir, muestra su absoluta estupefacción cuando al bajarse del tren comprueba que no hay atisbo del pueblo. Y todavía más, que le aguardaba un desplazamiento en caballería largo y penoso para llegar a su destino (<u>vortizg.com</u> <i>Paul Gwynne en Quesada</i>). Ciges Aparicio sufrió la misma experiencia y lo reflejó en su ya citado artículo <i>El desamor a la tierra</i>:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>El viaje en caballería tenía que ser largo al través de un terreno quebrado y en ocasiones peligroso (…) Ahora he de vadear en barca un ancho río que arrastra abundante humus…</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Porque a la distancia de su emplazamiento se añadía la falta de una carretera o camino digno que uniese la estación con el pueblo. El trayecto discurría por malos caminos y debía salvar el tumultuoso Guadiana Menor mediante una pequeña barca de cable que existía en la Venta del Barco o del Yeso. La propia compañía que construía la línea, Ferrocarriles del Sur de España, posteriormente absorbida por Ferrocarriles Andaluces, comprendió que este problema podía restar clientes a su negocio. Por eso encargó en 1896 a uno de sus ingenieros que reconociera el terreno y propusiera un trazado para un nuevo camino carretero. Cuando Gwynne y Ciges llegaron a Quesada las obras para el camino vecinal de Quesada a su estación estaban ya comenzadas, pero se ejecutaban a un ritmo tan lento que parecían eternas. La historia de la construcción del llamado camino vecinal de Quesada a su estación es demasiado larga y cansina para reproducirla aquí. Ciges no llegó a conocerlo terminado porque, además, las obras para salvar el gran obstáculo, que era el paso por el Guadiana Menor, ni habían empezado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Por entonces, entre que llovía más y que no existía la presa del Negratín para regular el caudal, era un río bravo y traicionero. Juan de Mata Carriazo refiere cómo, en sus viajes a Jaén para los exámenes de bachillerato, el río seguía vadeándose o cruzándose en barca (<i>Don Juan de Mata Examinado, en Juan de Mata Carriazo Arroquia. Perfiles de un Centenario 1899-1999</i>. Universidad de Sevilla 2001). Su primo García Carriazo también cuenta algún accidentado vadeo por aquellos años. Pocas semanas después de la partida de Ciges se aprobó el proyecto definitivo del puente de la Sierra de las Cabras con un presupuesto de 55.075 ptas. Las obras no empezaron hasta 1912 y tardaron varios años en concluirse. El peligroso cruce del Guadiana se vivía con intensidad. Casi a la vez que Ciges lo cruzaba en junio de 1909, el Ayuntamiento solicitó a Obras Públicas que se instalase en la Venta del Yeso la barca, más sofisticada y cómoda, que había dado servicio en el Guadalquivir durante las obras de reparación del puente de Mazueco. Obras Públicas no atendió la petición alegando poco más o menos que era mucho arroz para un pollo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhky7ESDqwJlL7333NErwUbOUc8aZDcHb0NMSrmiM5pmhUveChQ6vDHOmOrXCO_mLn_XovV_GOnMErlG6AwVCy-_-ndxiKaxM9mJV8TRruhqlc09GxgG_ZowxkgAIFJhDacc2UFJLWBmA4SUdy1jYD4oqsdSFxlCfppEr3XL2ABaewSgTzDfLSJQd6qdg/s2887/PLANI230161_1878_QUESADA%20-%2029-3-1903.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1833" data-original-width="2887" height="254" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhky7ESDqwJlL7333NErwUbOUc8aZDcHb0NMSrmiM5pmhUveChQ6vDHOmOrXCO_mLn_XovV_GOnMErlG6AwVCy-_-ndxiKaxM9mJV8TRruhqlc09GxgG_ZowxkgAIFJhDacc2UFJLWBmA4SUdy1jYD4oqsdSFxlCfppEr3XL2ABaewSgTzDfLSJQd6qdg/w400-h254/PLANI230161_1878_QUESADA%20-%2029-3-1903.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El camino vecinal de Quesada a su estación dibujado en 1903 sobre <br />la minuta que en 1878 hizo el Instituto Geográfico</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Si era difícil llegar y salir en tren, los viajes por carretera, entendida como camino por el que pudiera transitar una carreta, no lo eran menos. En 1908 y 1909 la única que existía era la de Peal. Todo lo demás eran sendas, caminos de herradura y, en el mejor de los casos, viejos caminos empedrados que al menos evitaban los barrizales en tiempos de lluvia. La carretera de Tíscar estaba en construcción y hasta la segunda década del siglo no llegó al santuario. Hasta 1934, con la inauguración del viaducto del Turrilla, no se resolvió el enlace con Pozo Alcón. El trayecto completo hasta Zújar no se concluyó hasta la construcción de un primer puente en el Guadiana Menor en 1938, en plena Guerra Civil. No había otras carreteras; las de Huesa y Cazorla se construyeron durante la República. De todas formas las carreteras estaban pensadas para carros, tartanas y diligencias, pues los automóviles no habían llegado aún al pueblo en tiempos de Ciges. De lo que sí fue testigo nuestro autor fue de la inauguración de la línea telegráfica, que coincidió con su última estancia en Quesada. Se puso en servicio en agosto y se celebró con una fiesta y refresco que ofreció el Ayuntamiento. La primera oficina estuvo en los bajos de la casa de José María Godoy, actual n.º 11 de la plaza. De este servicio se hubiera podido disponer mucho antes, en 1883, pero en noviembre el Ayuntamiento renunció a su instalación para evitar gastos, pues corría por su cuenta facilitar un local y dotarlo del correspondiente mobiliario.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El teléfono no llegó al pueblo hasta los años treinta, con la República, y la radio solo empezó a escucharse por los mismos años. Quesada era un lugar incomunicado que vivía bastante ajeno al mundo y donde solo llegaban con regularidad las gacetas y boletines oficiales. En este ambiente cerrado no se podía esperar otra cosa que una sociedad y una economía rancias y desfasadas en las que la pobreza, la desigualdad y la política caciquil fueran la norma.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Con el cambio de siglo llegó la electricidad. La pequeña central eléctrica de Béjar, alimentada por las aguas de este río y por las del arroyo de la "Cerrá" de Villena, suministraba fluido para unas cuantas bombillas (bujías se llamaban entonces) del alumbrado público y para algunas casas de las familias más acomodadas. Aunque con los años se crearía la FEDA S.A., que llegó a ser una importante empresa comarcal, por estos años la electricidad no dejaba de ser un negocio de mucho futuro pero de presente casi anecdótico. El comercio, como ya se ha comentado, estaba en manos de forasteros; la minería, en pleno auge por entonces y con el próspero referente de Linares, no llegó a dar resultado a pesar de las muchas concesiones de explotación de supuestos yacimientos de hierro que se concedieron, especialmente en la Dehesa. Algunos espumeros de sal, como el del Romeroso, producían cantidades aceptables de este producto; menestrales y artesanos, que trabajaban para el mercado estrictamente local, completaban el apartado industrial de la economía quesadeña.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El pueblo vivía del campo, de la agricultura. La ganadería, por razones que luego se verán, no estaba pasando por su mejor momento. La superficie cultivable se repartía entre las abundantes huertas y la tierra calma dedicada fundamentalmente al cereal. El producto de las huertas estaba dedicado al autoconsumo y al mercado local. Barbechos y siembras dominaban completamente el paisaje fuera de los márgenes de ríos, arroyos y caces de riego. Los sistemas de cultivo eran los ancestrales, en poco habían cambiado durante los últimos siglos. El único abono que se utilizaba era el insuficiente estiércol producido por el ganado. En su artículo <i>El desamor a la tierra</i>, Ciges reflexiona sobre el atraso de la producción agrícola y lo achaca a la falta de interés e iniciativa de los dueños para mejorarla (el título del artículo hace referencia al problema). Este será también un tema recurrente de <i>Villavieja</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Por estos años de <i>Villavieja </i>se estaba expandiendo un cultivo que cambiaría radicalmente el paisaje: el olivar. Tradicionalmente el olivo se cultivaba para el autoconsumo, en las lindes de hazas y huertas o entremezclado con viñas. Tanto era así que cualquier mala cosecha obligaba a importar aceite para el consumo local, como ocurrió en 1854 cuando se tuvo que comprar en los pueblos de La Loma. En 1877 con ocasión de la Exposición Provincial, entre los productos destacables que exhibió Quesada estaba el vino mientras que el aceite era un mero acompañante. La filoxera acabó con la viña a finales del XIX pero el olivo, favorecido por la coyuntura del mercado internacional, ocupó su espacio, especialmente en las zonas cercanas al núcleo urbano. El olivar siguió creciendo hasta llegar a lo que es hoy, pero entonces no era sí, no existía el actual “mar de olivos”. El paisaje de <i>Villavieja</i> estaba dominado casi completamente por la tierra calma en la que alternaban parcelas sembradas y en barbecho, de cuando en cuando salpicadas por huertas en los lugares donde había acceso al agua. Había también otra diferencia paisajística importante con la actualidad. Las masas forestales eran menos densas que hoy, no se habían hecho todavía las repoblaciones de pino carrasco y algunas zonas cercanas al pueblo (Magdalena, Vítar, Caballo) estaban casi peladas. Esto tiene causas históricas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La mayor parte del término municipal, antes y ahora, está ocupado por eriales, pastos y monte. Tradicionalmente, desde tiempos medievales, aunque estos terrenos fuesen de titularidad real, los vecinos tenían derecho a numerosos aprovechamientos libres y comunales (leñas, plantas aromáticas, espartos, etc.). Igualmente el ganado local pastaba sin trabas, sometido solo a las normas y ordenanzas municipales. Con el fin del Antiguo Régimen en el siglo XIX todo empezó a cambiar. Los montes reales pasaron a ser montes del Estado y los gobiernos, que sufrían siempre problemas de presupuesto, vieron en el cambio una fuente de ingresos. Al efecto fueron limitando los derechos vecinales y procediendo al arriendo de los distintos aprovechamientos. La explotación de los montes requería fuertes capitales para acudir a las subastas y también contactos políticos, en Madrid o en la provincia, para negociar las condiciones. Los vecinos, que no reunían normalmente estas condiciones, vieron cómo sus antiguos derechos iban poco a poco desapareciendo y quedaban excluidos de la explotación de los montes. El proceso fue gradual y lento, y no estuvo exento de protestas e incidentes. Este será uno de los temas centrales de <i>Villavieja</i>, especialmente hacia el final de la novela.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En Quesada durante casi todo el siglo XIX y comienzos del XX se mantuvo el tira y afloja entre las autoridades gubernamentales y el Ayuntamiento en representación de los vecinos. Además de los intentos gubernamentales de vender y desamortizar los montes, que en Quesada no tuvieron mucho efecto, los primeros enfrentamientos vinieron por el deslinde entre montes del Estado y montes municipales del caudal de propios. Vítar, Caballo y Atalaya-puerto de Tíscar fueron incluidos en los montes públicos estatales. Pero la propiedad tenía interés, más que por sus ingresos directos, por el aprovechamiento que de sus recursos pudieran hacer los vecinos y al que históricamente tenían derecho. Por eso el Estado, para conseguir el control completo de los montes, fue poco a poco eliminando esos derechos tradicionales de uso en toda la sierra (que en su parte de Quesada se denominaba monte Poyo de Santo Domingo). Es interesante comprobar cómo el Ayuntamiento no dudó en recurrir a privilegios medievales para defender su posición. En el pleno municipal de 15 de marzo de 1885, habiendo el gobernador solicitado que se le remitieran los documentos en los que se basaba el derecho de los vecinos “relativo al aprovechamiento gratuito de pastos y leñas muertas del Cerro del Caballo y Barranco del Tizón”, se acordó remitirle copia literal de un documento de origen medieval:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>que siendo uno de los títulos que se conservan en el archivo de este Municipio y que se refiere a los privilegios y concesiones hechas a esta Villa, entre otras cosas, de los pastos, leñas muertas y demás frutos de los Montes, la Real cédula dada por el Rey Don Alfonso (XI) en Sevilla a 22 de enero de 1369.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Hay que tener en cuenta para valorar estas disputas que se trataba de un asunto importante no solo para la ganadería sino que afectaba gravemente al común de los vecinos: las leñas muertas o rodantes (caídas al suelo) eran casi el único combustible disponible para las necesidades domésticas como guisar y calentarse; los espartos y plantas aromáticas suponían ingresos extras que ayudaban a comer y los pastos permitían alimentar a las caballerías, cabras y cerdos (bellotas). Al final solo se pudo mantener como municipal y de libre acceso el Cerro de la Magdalena (por eso no está hoy día dentro de los límites del parque natural), que sufrió tal presión que a principios del siglo XX estaba absolutamente pelado ya que todo lo que crecía se lo comía una cabra o se cortaba para la lumbre.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Cuando Ciges llegó a Quesada estaba en su apogeo uno de los últimos intentos serios del Ayuntamiento en defensa de los intereses comunales. El 7 de febrero se habían remitido a Montes determinadas peticiones municipales para que fueran incluidas en el plan anual de aprovechamientos forestales. Entre otras, que el Cerro de la Magdalena se excluyese de cualquier tasa y arbitrio “teniendo en cuenta que, por su insignificancia y aproximación a la población, está destinado de siempre a que los ganados que huelgan los domingos y días festivos disfruten los pocos pastos que tiene.”</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En el pleno de 15 de junio el concejal síndico expuso la mala situación de la ganadería local frente a su tradicional riqueza, desde que el Estado…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"> <i> </i><i>…sin tener en cuenta los privilegios y derechos que desde el Rey Don Alfonso de Castilla le fueron concedidos para que disfrutaran los pastos, leñas y otros aprovechamientos del suelo de la sierra que hoy tiene el nombre de Poyo de Santo Domingo, las ha enajenado, privando a los ganaderos entren en aquel monte, que han arrendado sociedades y hoy no pueden sufragar el enorme herbaje que imponen a cada cabeza de ganado, viéndose obligados los dueños a tener que enajenar las cabezas que poseen y que tanto beneficio reporta a los terrenos destinados a labor.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Se acordó en el mismo pleno dirigir instancia a la Dirección General de Agricultura “para que se respeten los derechos adquiridos y reclamados” anteriormente al Ministerio de Fomento, pues en caso contrario se tendrían que vender los ganados. Además se consideraba que la cantidad que al Estado pudiera reportar “el arriendo que a determinada Sociedad tenga hecho de aquellos pastos” sería menor que la contribución pecuaria que se perdiera.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>A lo largo de aquel verano se reiteraron protestas y peticiones, llegándose incluso a paralizar como medida de presión la confección de los presupuestos del siguiente año hasta tanto no se recibiese respuesta satisfactoria. El asunto era la comidilla del pueblo y los comentarios estarían presentes en muchas de las conversaciones en las que participase Ciges. Lo cierto es que en Villavieja acabó dedicándole bastantes páginas al tema y acabó constituyendo a esa “determinada Sociedad”, que él llamó l<i>a Resinera</i>, en uno de los “malos” de la novela.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Si rancia y atrasada era la economía de Quesada, no lo eran menos su vida y estructura social. La propiedad de la tierra estaba muy desigualmente repartida. Un reducido número de propietarios, unas cuantas decenas, eran dueños de buena parte de las tierras. No las cultivaban directamente, sino a través de aparceros y arrendatarios. Apenas le dedicaban algo de tiempo y atención al olivar, cultivo sufrido que solo exigía algo de dedicación durante la recogida de la aceituna. Junto a estos propietarios o señoritos había un reducido número de labradores que trabajaba directamente sus fincas, que a veces eran tan grandes como las de los propietarios. Los labradores solían vivir en el campo, cerca de su faena y tenían poca relevancia en la vida social del pueblo. Luego estaban los pequeños propietarios y arrendatarios, conocidos como pegujaleros, que poseían alguna huerta o pequeñas hazas de cereal. La gran diferencia en la extensión de las propiedades de señoritos y pegujaleros se manifestaba en la cuota de contribución rústica, de varios cientos de pesetas los primeros y de una a cinco pesetas los segundos. Muy a menudo estos pegujaleros no poseían la suficiente tierra para alimentar a su familia y tenían que completar sus escasos ingresos echando jornales en las fincas de otros propietarios y labradores.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En la parte más baja de la escala social estaban los jornaleros, cuyo único ingreso era el obtenido con su trabajo en tierras ajenas. Dos épocas del año proporcionaban la mayoría de los jornales: la siega a principios del verano y la aceituna en invierno; el resto del año el trabajo era muy irregular y escaso. El jornal se cobraba solo el día trabajado; si la cosecha era corta o los temporales impedían salir al campo no se trabajaba y no se cobraba, lo que provocaba frecuentes y periódicas crisis de mera subsistencia y hambre. Esta estructura social y de la propiedad era la tradicional, la de toda la vida, y poco había cambiado en los últimos siglos. En el caso de Quesada la desamortización de bienes eclesiásticos se hizo troceando las fincas (el cortijo de la Virgen, por ejemplo) y subastando las parcelas. Habitualmente solo los propietarios disponían de capacidad para adquirirlas, de manera que el proceso incluso aumentó la concentración de la propiedad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En el catastro de Ensenada, mediados del siglo XVIII, esta estructura tradicional aparece ya claramente definida. Según los datos que facilitó el cabildo quesadeño, un 4,69% de los vecinos eran propietarios y labradores ricos. Un 25,97% pegujaleros y un 41,42% jornaleros. Completan el total los comerciantes, artesanos y profesionales, un 8,12%, los eclesiásticos, un 1,83%, y un 16,02% de pobres de solemnidad. El resto, 1,95%, no es posible de clasificar. Este esquema se mantuvo hasta que la emigración de mediados del siglo XX facilitó que “desaparecieran” buena parte de los jornaleros. Pero a mediados de los años treinta el modelo permanecía intacto. El 5 de diciembre de 1931 el Comité arbitral aceitunero contestó al requerimiento del gobernador que el exceso de mano de obra (jornaleros) en el pueblo era de 300 familias, pues la lista de familias jornaleras hecha por la alcaldía era de algo más de 1.000 y en el término solo había trabajo para 700. Calculando 4 o 5 personas por familia y teniendo en cuenta que el censo apenas llegaba a los 10.000 habitantes, se obtiene un porcentaje de población dependiente del trabajo temporal similar al obtenido en el catastro de Ensenada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Respecto al grupo de pobres de solemnidad reflejados en el catastro se puede asimilar, para los siglos XIX a XX, a los que integraban la Beneficencia Municipal. La lista de beneficiarios estaba integrada por viudas, viejos, familias jornaleras (extraordinariamente) numerosas, enfermos e impedidos y por todos aquellos que carecieran casi completamente de medios de subsistencia. Tenían derecho a la asistencia médica y al pago de medicinas y su número oscilaba entre las 200 y 300 familias. Pero este número dependía, más que de las necesidades reales, de la capacidad del presupuesto municipal, lo que hace difícil establecer una comparación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Este era el panorama social que conoció Ciges en Quesada. Buena parte de la población vivía mirando al cielo, temiendo sequías y temporales o plagas de langosta que redujeran el trabajo disponible, porque a menudo su falta significaba pasar hambre. La tensión social era permanente, siempre se temían revueltas y motines. En una de estas crisis de trabajo (<i>El Liberal</i> de 10 de abril de 1888) los concejales amenazaron a las autoridades provinciales con dimitir en bloque “si no se ayuda a los braceros, que mueren de hambre.” En febrero de 1895 "debido al mes y medio que llevamos de continuo temporal" la situación de los braceros era insostenible. Se manifestaron 300 de ellos ante el Ayuntamiento exigiendo socorro. En las actas de los plenos municipales son muy frecuentes las alusiones al peligro de un estallido social.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Si en un principio las protestas fueron más bien espontáneas y fruto de la desesperación, hay noticias de que ya desde principios del siglo XX los campesinos se organizaron, con más o menos eficacia, en sociedades obreras y sindicatos, aunque las fuentes son escasas y poco clarificadoras. En 1911 ya existía una sociedad obrera, El Trabajo, que fue perseguida judicialmente y en cuya causa el Ayuntamiento se personó como acusación. Poco antes se le había denegado a esta misma sociedad un solar (en los terrenos municipales de los Postigos) para edificar su sede sindical. En 1913 se fundó el sindicato anarco sindicalista La Fraternidad (<i>Andadura hacia la libertad. Documentos para la Historia de la UGT de Jaén.</i> Santiago de Córdoba. Jaén 2007). Hubo manifestaciones contra el arbitrio de Consumos (un impuesto indirecto, lejano precedente del IVA) en 1914 y sobre todo en 1920. Las de este último año fueron alentadas por la sociedad obrera La Razón y en junio alcanzaron gran importancia, con desórdenes e intento de asalto a los comercios. El frecuente cambio de nombre de las sociedades obreras es indicio de la represión que sufrieron. Ciges alude a esta persecución en una de las escenas de <i>Villavieja</i>, dando entrada al personaje de <i>Pedro Luján, el Revolucionario</i>, y reflejando los primeros y difíciles pasos del movimiento obrero en Quesada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El grupo social sobre el que Ciges centra sus críticas es el formado por los propietarios, los señoritos, gente que concebía el trabajo al modo de los antiguos hidalgos, como una deshonra. Esta clase social, felizmente hoy casi completamente desaparecida de Quesada y sustituida por labradores más o menos acaudalados, era incapaz de producir riqueza y se limitaba a heredarla (y ocasionalmente a completarla con pellizcos a la cosa pública). Malgastaba su tiempo haciendo vida de Casino, ya por entonces instalado en el edificio que años después se convirtió en bar Marisol. Frecuentemente dilapidaba su capital en el juego, cayendo en manos de prestamistas usureros. En Quesada no existían los bancos y la única posibilidad de obtener un préstamo estaba en esos usureros y en el Pósito Municipal. Este solo prestaba pequeñas cantidades, primero en especie, más tarde en metálico, para financiar sementeras y cubrir años malos. La incapacidad de mejorar fincas y producciones, junto al juego, la usura y la fragmentación de herencias entre los hijos, provocaba que a menudo familias importantes cayeran en la pobreza, lo que tampoco inducía a sus miembros al trabajo sino a soportar en privado la escasez para en público mantener las apariencias.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Juan de Mata García Carriazo (primo hermano del insigne profesor, no confundir con él) al describir en sus memorias inéditas el pueblo durante su infancia en la segunda década del siglo XX, habla de estos propietarios o señoritos. Es un pasaje muy significativo porque conoció de primera mano ese ambiente y en sus palabras no se podría encontrar animadversión alguna, ni política ni social, pues fue una persona de un conservadurismo extremo y que se identificaba plenamente como integrante de esa casta:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>…(pasaban) su vida ocupados en la política local o en animadas charlas en el Casino, cuando no jugando, por lo que se arruinaron más de uno, según oía a mis padres y familiares, siendo pocos los que se preocupaban en visitar y menos mejorar sus fincas.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El retrato que de estos propietarios se hace en <i>Villavieja</i> es mejor y más detallado que el que aquí se pueda hacer. Solo cabría añadir que su existencia y hábitos generaron una estructura social y económica perversa que impedía todo progreso. Buena parte del capital disponible, de la tierra, estaba en manos de personas incapaces de acumular y reinvertir rentas mejorando la producción. Para el resto de la gente, acumular el capital necesario para efectuar mejoras era prácticamente imposible y como resultado pasaban los años sin conocer avance alguno. Por otro lado los ingresos de los propietarios, ya que no podían aumentar por el crecimiento de las cosechas, solo podían hacerlo reduciendo gastos, es decir, presionando a la baja los jornales. La abundancia de mano de obra, que estaba totalmente a merced de los propietarios, sometía a buena parte de la población a un régimen de miseria, lo que a su vez impedía cualquier clase de ahorro y perjudicaba el consumo. Si el consumo local era muy reducido y la falta de comunicaciones dificultaban la exportación, quedaba cerrado el círculo vicioso que acababa dando la razón a los propietarios más indolentes: las cosas eran como eran, como siempre habían sido y como seguirían siendo hasta el final de los tiempos. Cualquier esfuerzo por cambiarlas era inútil y baldío.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En este entorno tan rancio y atrasado el aprecio por la enseñanza y la formación era muy escaso. El periodista Luis Bello, que a finales de los años veinte del siglo pasado recorrió todo el país para conocer la situación de la instrucción pública. En 1926 y 1929 recopiló en su obra <i>Viaje por las escuelas de España</i> los artículos que sobre cada etapa publicó en el diario <i>El Sol</i>. Había visto mucho y estaba curado de espanto, pero quedó horrorizado con el estado de las escuelas en Quesada, Cazorla, Peal, la sierra de Segura… El éxito de pueblos como Enguera y Ortigosa de Cameros, que “colonizaron” comercialmente Quesada, estuvo en su industria de paños y en sus vecinos que viajaron por toda España para darle salida a la producción. Pero también fue clave el nivel de instrucción. El caso de Ortigosa es muy significativo. Perdido en Cameros, la zona montañosa y pobre de la entonces provincia de Logroño, tenía en 1877 poco más de 1.000 habitantes según el Censo de aquel año, pocos más de los que por entonces tenían Belerda y Don Pedro juntos. De esos mil habitantes solo el 32% eran analfabetos (el 29,5% en los varones). Compárese con el 85% de Quesada treinta años después. Saber leer, escribir y hacer cuentas facilitó a los naturales de estos pueblos industriosos que pudieran hacer fortuna.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En los años centrales de Ciges en Quesada, 1908 y 1909, había en el pueblo cuatro escuelas, dos de niños y dos de niñas. Las de niños estaban en la primera planta del antiguo claustro del convento, encima de la plaza de abastos. Eran sus maestros don Manuel Bautista de la Fuente y don Eduardo Baón Canalejo. El local ya entonces estaba en muy malas condiciones y necesitó continuas reparaciones mientras estuvo en uso, hasta finales de los años cuarenta del pasado siglo. Eran maestras de niñas doña Marcela Corral Basurto, mujer de don Manuel Bautista y doña M.ª Estrella López, que cesó a principios de 1909 por traslado a La Iruela y que fue sustituida por doña M.ª Aranda. Acorde con su importancia subalterna, las escuelas de niñas no tuvieron local fijo. La de doña Marcela estaba en Santa Catalina, la otra durante un tiempo en la calle del Hospital.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En Belerda había otra escuela de niños y otra de niñas, ambas en condiciones imaginables, tanto de local como de dotación de maestras en la de niñas. Ya estaba jubilado su histórico maestro, Pedro Puerta Martínez (Cazorla 1835 - Belerda 27 de agosto de 1913). Don Pedro fue destinado a la escuela de Belerda en septiembre de 1869, días antes de la Gloriosa. Don Pedro tuvo aficiones literarias y poéticas, presentó un trabajo a la Exposición Provincial de 1878 y publicó a su costa a finales del XIX un opúsculo titulado Flores de Fantasía, con versos dedicados a la Virgen de Tíscar. Por estos años habían tomado posesión de estas escuelas de Belerda el matrimonio formado por Pedro Serón y Aurora Vargas. Y esto era todo para un pueblo que se acercaba a los 10.000 habitantes y cuya proporción de población infantil era muy superior a la actual; no había más.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Todos los temas anteriores fueron llevados por Ciges a <i>Villavieja</i>. Pero si contra algo batalló como periodista y escritor fue contra el caciquismo que adulteraba las elecciones y la política, impidiendo cualquier cambio real en la España de la Restauración. El caciquismo en la Restauración no era una degeneración del sistema, sino algo consustancial a él, su manera natural de conducirse políticamente. Y de nuevo encontró Ciges en Quesada inspiración para llevar el caso a su novela. El sistema electoral durante la Restauración era mayoritario, eligiéndose al candidato que obtenía más votos en el conjunto del distrito electoral. Quesada pertenecía al distrito de Cazorla, que comprendía además del partido judicial a Larva, Cabra, Bélmez de la Moraleda y Huelma. Ya venía aprendido Ciges respecto del caciquismo, no en balde era lector y seguidor de Joaquín Costa, pero en Quesada encontró buenos ejemplos de su perverso funcionamiento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La historia electoral moderna de Quesada se puede comenzar el 25 de septiembre de 1836 cuando se eligió el Ayuntamiento en concejo abierto (asamblea de vecinos), de acuerdo a la normativa surgida de la Constitución de Cádiz. Pero este sistema fue cambiado rápidamente por el voto censitario, que lo limitaba a quien pagara una determinada cantidad de contribución. Se mantuvieron las limitaciones al derecho de sufragio hasta 1890, cuando Sagasta incluyó el sufragio universal (masculino) en la Ley Electoral. Hubo sin embargo un antecedente importante y que se suele obviar. Tras la Gloriosa se estableció el sufragio universal, que se mantuvo durante el Gobierno Provisional de 1869, reinado de Amadeo I y Primera República hasta que la Restauración de los Borbones resucitó el voto censitario. En Quesada el primer Ayuntamiento electo por sufragio universal masculino tomó posesión el 1 de enero de 1869 con Hilario Serrano Águila como alcalde.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Las diferencias entre ambos tipos de sufragio afectaban principalmente al número de votantes, lo que tenía evidentes repercusiones en la ideología y condición de los elegidos. En 1877 el <i>Boletín Oficial de la Provincia</i> (26 de diciembre) fijaba el censo de la sección de Quesada en apenas 300 electores. Siendo tan pocos y tan “iguales” los electores censitarios no era demasiado necesario recurrir al fraude, pero se hacía porque manejar los resultados estaba en “la masa de la sangre” del Poder. De hecho uno de los primeros políticos del distrito que podríamos definir como cacique fue nada menos que el general Serrano Bedoya, que por haber sido director general de la Guardia Civil controlaba, o tenía la complicidad, de los forestales armados de carabinas y tercerolas. En las elecciones de 1858, presentándose Serrano como candidato gubernamental del general O´Donnell, fue acusado por el candidato moderado (conservador) de que sus partidarios eran “desanimados” a votar por las fuerzas vivas de la comarca. Según denunciaba el diario conservador La España (31 de octubre), el alcalde de Cazorla, Pedro Alcántara, transmitía a los electores “con piadosa intención” que era inútil votar contra el candidato gubernamental porque “en las elecciones no ha habido nunca libertad, y en estas mucho menos porque acabo de recibir la orden del gobernador (…) mandando sacar diputado al general Serrano, y conseguirlo a toda costa.” Según La España estas presiones dieron resultado y “solo en Quesada, de cuyo pueblo es natural el general Serrano, aceptaron el consejo (y no votaron) cincuenta y dos electores moderados”. Ya podemos imaginar que Serrano ganó el escaño por amplia y cómoda mayoría: de un censo total del distrito de 517 electores votaron 339, 309 a Serrano y 30 a un tal González, candidato moderado (<u>congreso.es</u>).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Años después en 1877, siendo diputado provincial Ángel Alcalá Menezo, denunció en la Diputación las irregularidades y atropellos que se habían producido en la Iruela durante las elecciones provinciales:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>…que se había apaleado a todas las personas que apadrinaban la candidatura de oposición; que hubo palos y tiros, y que un bastón de autoridad se había roto en la cabeza de la misma persona que le llevaba; que una elección hecha de esta manera no representaba la voluntad del distrito, y por lo tanto no debía aprobarse.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>No era lo sucedido algo particular de la Iruela, sino más bien general. Ángel Alcalá se centró en este caso quizás porque los malhechores eran sus contrarios políticos. Y es que aunque, como ya se ha dicho, las diferencias ideológicas de los partidos dinásticos del turno no eran demasiadas, el espíritu de grupo (y las prebendas y sinecuras que obtenían los ganadores) provocaba durante las campañas electorales un apasionamiento que a veces se les iba de las manos. A primeros de agosto de 1881, durante una de esas campañas, el propio Alcalá Menezo protagonizó un buen altercado. El periódico granadino <i>La Tribuna</i> (19 de noviembre de 1882) recordaba lo sucedido de esta forma:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"> <i> </i><i>El Sr. Alcalá Menezo, diputado provincial y jefe de uno de los partidos de aquel distrito, tuvo sobre cuestiones electorales un altercado en el Casino de Quesada (Jaén) con D. Andrés Conde del Águila, que acaudillaba a los contrarios de la candidatura que protegía el Sr. Alcalá, excediéndose hasta el punto de ofender a este de hecho, no llegando la cosa a mayores, por la mediación de amigos de una y otra parte.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Por la noche se encontraron los señores Alcalá y Conde del Águila en el paseo y se reprodujo el altercado, haciéndose disparos y resultando herido de uno de ellos el señor Conde.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Ocurrieron los disparos en un jardín de Quesada flamante, cuyos árboles se habían plantado apenas tres inviernos antes. La cosa acabó en la Audiencia de Granada con una fuerte condena para el agresor aunque al final, protegido por sus jefes políticos madrileños, acabó en casi nada y don Ángel pudo continuar sin mayor contratiempo su carrera política.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El fraude y la manipulación electoral era consustancial a la Restauración. Se daba por algo natural que no era preciso disimular, ni siquiera en documentos tan solemnes como el <i>Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados</i>. En las elecciones de 1896 el liberal fusionista Gómez Sigura fue derrotado por el conservador Crooke Loring. En la Comisión de revisión de actas del Congreso Gómez Sigura reclamó la elección…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>…impugnándola en forma brillante y con numerosos datos, el ex diputado fusionista D. Manuel Gómez Sigura, candidato que aparece derrotado por el mencionado distrito.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"> <i> </i><i>Enumera el orador las coacciones y abusos cometidos, para arrebatarle el acta, por los amigos de su contrincante el señor Crooke y Loring: cita, entre otros, los ayuntamientos de Pozo Alcón y de Hinojares, donde se cometió todo género de ilegalidades.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Le contestó el Sr. Crooke y Loring, defendiendo su elección con mesura, entre otras cosas dice que en el pueblo de Quesada, a pesar de lo afirmado por su contrincante, tuvo él más votos, pero que aunque tal cosa hubiera sucedido su triunfo era indudable, <u>pues había tenido la precaución de traer en su acta una mayoría de dos mil y pico de votos. </u>(El público ríe la ocurrencia del orador.)</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>El subrayado es mío. Realmente Gómez Sigura fue cacique electoral del distrito, pero en aquella ocasión su contrincante tenía grandes apoyos en Madrid pues pertenecía a la poderosa familia malagueña Loring, financieros y grandes inversores en la construcción de líneas ferroviarias y por aquel entonces con intereses forestales en la sierra, por aquello de las traviesas de las vías.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Gómez Sigura fue diputado del distrito en nueve ocasiones entre 1886 y 1905, en la mayoría de los casos como único candidato y mayorías a la búlgara. En las de 1905 por ejemplo obtuvo 10.373 votos de los 10.386 electores que participaron. En las de 1899 venció al candidato conservador Mariano Estremera. Sobre esta elección un artículo sin firma, publicado el 3 de mayo en el periódico <i>La Reforma </i>tras conocerse el escrutinio, acusaba a los liberales de toda clase de irregularidades “en el muy desdichado (distrito) de Cazorla” sometido a lo que define como “caciquismo sagastino”. Enumera toda clase de maniobras y como prueba definitiva de la manipulación y “la falta de pudor” cita el caso de Cazorla, donde Estremera “aparece sin un solo sufragio en su favor”, a pesar de que allí “reside y tiene el núcleo de su familia y amigos y la mayor parte de su hacienda”. Según <i>La Reforma</i>, los liberales se jactaban además de “emplear idénticos procedimientos para obtener el triunfo en las próximas elecciones municipales” y ya tenían previsto llevar “a las corporaciones (entre ellas Quesada) a conocidos camaleones políticos (…) desprovistos de todo asomo de dignidad y decoro”. En Quesada la cosa fue menos descarada que en Cazorla y Gómez Sigura obtuvo 879 votos, pero Estremera sí consiguió votos, concretamente 17 (<i>B.O.P.J.</i> de 20 de abril).</div></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En estas elecciones de 1899 Gómez Sigura tuvo el apoyo, o al menos la no beligerancia, de Laureano Delgado. Pero no fue así en las siguientes de 1903. En ellas compitieron ambos como candidatos a pesar de pertenecer al mismo partido, el Liberal Fusionista. Ganó Gómez Sigura en el conjunto del distrito, pero en Quesada Delgado dejó constancia de su poder e influencia: de un total de 1494 votos Delgado consiguió 906 y Gómez Sigura 588 (<i>B.O.P.J.</i> de 5 de mayo). Como se ha venido diciendo, estos políticos caciquiles de los partidos dinásticos no tenían especiales convicciones ideológicas (fuera de compartir todos la defensa de la Monarquía borbónica) sino conveniencias personales y de facción. Al final se entendían y mediante acuerdos y componendas salvaguardaban los intereses de todos. Si en 1903 discutieron Delgado y Gómez, en 1905 alcanzaron un arreglo que contentó a todos. Laureano Delgado consiguió uno de los tres escaños del distrito de Jaén y dejó el campo libre a Gómez Sigura, que esta vez, como candidato único, arroyó en Quesada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Pero el mejor ejemplo de hasta qué punto primaba el interés personal sobre cualquier escrúpulo político está en las elecciones inmediatamente siguientes, las de 1907, ya muy próximas a las estancias de Ciges en Quesada. Gómez Sigura se retiró dejando como heredero y candidato liberal fusionista a su sobrino Pedro Villar Gómez. Pero todo quedaba en casa y el candidato conservador resultó ser Mariano Foronda, yerno de Gómez Sigura. El jefe provincial del partido Conservador, Prado Palacio, hizo una evaluación previa de los distintos distritos para remitirla al ministro de la Gobernación. Era una práctica corriente (ya lo vimos antes en el caso de Serrano) que se hacía para que el ministro comunicase al gobernador cuáles eran los candidatos que el Gobierno “vería con gusto” que triunfasen. De esta manera el gobernador sabía a favor de quien debía emplear todo el hierro gubernamental sin perder el tiempo con los pocos que de antemano se dejaban a la oposición. En estas notas de Prado Palacio se dice (el subrayado es mío):</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Cazorla: es hoy un distrito en que puede asegurarse el triunfo de un ministerial por la importancia que ha tomado las fuerzas conservadoras, por el odio general que tiene el actual diputado Sr. Gómez Sigura <u>y por la enemiga de su paisano y convecino D. Laureano Delgado que me ha ofrecido votar con todos sus vecinos la candidatura conservadora frente a Gómez Sigura.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_edn2">[2]</a></u></i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Poco después el candidato conservador Mariano Foronda informaba al jefe de su partido, Maura, por entonces presidente del Gobierno, que los ayuntamientos actuales eran de su padre político Don Manuel Gómez Sigura. No hacía falta por tanto meterles mano, cosa de la que el juez del distrito no se había enterado procediendo contra ellos por inercia, de manera que había amenazado a varios de ellos con procesamientos e incluso al de Huesa había mandado a la Guardia Civil, que había detenido a varios concejales.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_edn3">[3]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Es decir, un histórico liberal, Delgado, negocia con el jefe del partido contrario favorecer la elección de su candidato y Gómez Sigura, con una pata en los suyos y otra en los ajenos, coloca a su sobrino pero realmente apoya a su yerno, del partido contrario. Sobra cualquier comentario. Desde entonces un distrito tradicionalmente liberal con el suegro pasó a ser conservador con el yerno y así se mantuvo en todas las elecciones siguientes. Pero al poco Pedro Villar se casó con la hija de Laureano Delgado y este volvió a la obediencia liberal. Con el apoyo de su suegro, Villar ganó las elecciones de mayo de 1910 frente a Foronda. Sin embargo, los conservadores consiguieron que se anulara el resultado alegando “irregularidades”. Repetidas en septiembre, Pedro Villar, que era electoralmente gafe, las perdió.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_edn4">[4]</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Manuel Ciges prestó especial atención en <i>Villavieja</i> a esta enfermedad congénita de la Restauración, que falseaba la voluntad democrática popular impidiendo cualquier avance político y social. <i>Don Luis Obregón</i> se presentará candidato a diputado del distrito con un programa propositivo y reformista con el que multiplica sus partidarios. Pero el poder caciquil, en contubernio con gobernadores, jueces y Guardia Civil, despliega contra él toda su fuerza sin reparar en irregularidades, componendas y “autoridad”. <i>Don Luis</i> no solamente es derrotado sino que acaba detenido y encarcelado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Para cerrar este apartado, una mención a cómo se reflejaron en Quesada los graves acontecimientos del verano de 1909. A finales de julio una columna del Ejército español, actuando como ya era costumbre fuera de los límites de Melilla, cayó en una emboscada en el monte Gurugú, en el Barranco del Lobo. Fue un desastre completo, con un elevadísimo número de bajas, incluyendo al general Pintos que mandaba la tropa. Solo eran soldados (y víctimas) los pobres, pues quien podía pagar una determinada cantidad quedaba libre de servicio como “redimido en metálico”. Con este trasfondo y como consecuencia de la movilización decretada, en Barcelona estallaron gravísimos desórdenes conocidos como la Semana Trágica. El malestar se extendió hasta tal punto que el 29 de julio se decretó la suspensión de garantías constitucionales.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En Quesada, para calmar los ánimos y prevenir cualquier incidente, el1 de agosto el Ayuntamiento acordó en pleno obsequiar con 2 ptas. a “los reservistas que se están llamando a filas para la guerra contra los moros del Rif.” Poco después, el 5 de septiembre, se abrió una suscripción popular por el Ayuntamiento, adhiriéndose a la “Junta de Señoras presidida por S.M. la Reina (q.D.g.) para socorrer a los heridos y a las familias de los muertos en la campaña del Rif”. El periodista Ciges Aparicio vivió este torbellino de graves sucesos aislado en Quesada, apenas informado por las noticias atrasadas de la poca prensa que llegaba y seguramente sufriendo las tertulias del Casino y las “autorizadas” opiniones de sus miembros proponiendo soluciones drásticas a la par que sencillas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjMmI4W9ecEbUv7K0O88qSkBLk-f4C1t1IOUZjGP4IlnaXsB4wX0xPHYfmsEDR4kyBZrn19yx_-ox-XJ6lbYY7y28d5Z50bxlBkQAARfXXV6WU9TbO3GhmLI29Xy7l1zkJz2XOjc8-QU-3Cd9YdD90fYZcwtOY1IVGDqmwuRKT2vH4luBGDQFGfjMp2g/s1230/Tiscar%20principios%20s.XX.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="779" data-original-width="1230" height="254" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjMmI4W9ecEbUv7K0O88qSkBLk-f4C1t1IOUZjGP4IlnaXsB4wX0xPHYfmsEDR4kyBZrn19yx_-ox-XJ6lbYY7y28d5Z50bxlBkQAARfXXV6WU9TbO3GhmLI29Xy7l1zkJz2XOjc8-QU-3Cd9YdD90fYZcwtOY1IVGDqmwuRKT2vH4luBGDQFGfjMp2g/w400-h254/Tiscar%20principios%20s.XX.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tíscar a principios del siglo XX, cuando no estaba construida<br />ni la carretera ni el túnel.</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><b>5.- Argumento de <i>Villavieja</i>.</b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Si <i>Villavieja</i> fuese fácilmente accesible para el lector, no procedería hacer un resumen de su argumento o a lo sumo hacer solo alguna consideración general sobre el mismo. Pero sabemos que no es así y por eso, para que la mayoría de los que lean este texto sepan de lo que estamos hablando, se incluye este capítulo. Lógicamente quien tenga posibilidad de leer la novela, o ya lo haya hecho, puede saltárselo con toda tranquilidad.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Alrededor de 1900, por aquellos años que cerraron un siglo y abrieron otro, en una villa antigua y rancia, en un poblachón grande que no había conocido tiempos mejores, perdido en las profundidades rurales de la España de la Restauración, es donde y cuando sucede la historia que Ciges cuenta en <i>Villavieja</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Mosiú, monsieur Lairet</i>, es un ingeniero suizo francófono encargado de las obras de construcción de una carretera próxima a <i>Villavieja</i>. Pasa sus descansos en el pueblo, compartiendo con su gente tardes tediosas en el Casino y largas conversaciones durante los paseos alrededor del jardín. El suizo ve a <i>Villavieja</i> desde fuera, como un extranjero ajeno al estado de cosas que sus naturales han vivido como normales desde la infancia. Por eso le asombran las costumbres que va descubriendo, la vida de los vecinos, sus razonamientos y mentalidad tan alejada de las de su país y del resto de Europa. Continuamente contrapone lo que aquí ve con lo que se acostumbra en las avanzadas sociedades europeas. Los villaviejanos escuchan las peroratas de <i>Mosiú</i> entre divertidos y molestos. Le intentan convencer de que su modo de vida no es peor, sino distinto al europeo y en algunos aspectos incluso mejor, más sano y natural. Para los lugareños los grandes defectos de <i>Villavieja</i>, que no desconocen y que admiten, son culpa de la historia, del carácter y pensamiento que heredan cuando nacen, del Gobierno y hasta del clima, pero nunca de sus habitantes. Ellos han heredado un estado de cosas difícil cuando no imposible de cambiar, por más esfuerzo que pudieran empeñar en conseguirlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Mosiú</i> contempla como los ociosos propietarios dejan pasar las horas en el Casino. Las tediosas veladas solo se rompen cuando, entre risas y asombro admirativo, alguno recuerda las hazañas y anécdotas, siempre excesivas y a menudo empapadas en alcohol que protagonizan algunos personajes locales. Destacan entre ellas las barbaridades los <i>Uldecoa</i>, dos hermanos crápulas que dilapidan el capital heredado de su padre en juergas y en el juego, ajenos a cualquier dedicación de provecho. Sus chanzas y borracherías son caprichosas y crueles, propias de quien se siente de forma natural por encima de normas y principios, de quien desde su fuerza se siente en el derecho de reírse de los débiles precisamente por serlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En el Casino se pierde el tiempo, se bebe y se juega mucho, demasiado. En tiempos de cosecha, oliendo el dinero fresco, acuden a <i>Villavieja</i> jugadores profesionales que rematan la faena. Muchos socios, como un tal <i>García</i>, prefieren arrastrar a sus familias por estrecheces económicas con tal de seguir apostando. A menudo caen en la asfixia financiera y se ven obligados a recurrir a los usureros que hipotecan sus mal atendidas tierras y los llevan a la ruina total. El primero de ellos es <i>don Dámaso</i>, el viejo cacique que vive retirado en su cortijo. Tiene importantes amarres políticos en Madrid, donde lo protegen sus conmilitones, y gobierna el distrito electoral a su antojo, quitando y poniendo alcaldes y jueces, arreglando elecciones. Su estado de ánimo y sus líos e intereses familiares determinan el momento político del distrito.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Junto a estos personajes siniestros y decadentes habitan<i> Villavieja</i> otros vecinos más concertados. <i>Mosiú</i> conoce a <i>don Federico</i> el maestro, <i>don Ambrosio</i> el médico, al prudente <i>don Leandro</i> o al <i>sargento Peláez</i>, veterano de Filipinas que vive su retiro en Villavieja. Todos ellos gente sensata, que conocen los vicios locales y creen necesario corregirlos pero que, inmersos en el ambiente social, lo viven con fatalismo y sin la menor esperanza de mejora alguna. Una tarde, <i>Mosiú</i> y el maestro paseaban por el jardín charlando de los problemas de <i>Villavieja</i>. Según <i>Mosiú</i>, “un médico de pueblos quizás reconocería en <i>Villavieja</i> alguna enfermedad fundamental”, a lo que replica <i>don Federico</i>: “La enfermedad de <i>Villavieja</i> se llama abulia”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Entre todos los villaviejanos que frecuenta <i>Mosiú</i> sobresale <i>don Luis Obregón</i>, acaudalado propietario de carácter impulsivo y audaz. Gasta como todos más de lo que tiene, pero ha llevado una vida viajada y mundana que lo distingue con claridad de los demás. <i>Mosiú</i> escucha cómo los amigos comunes le cuentan con admiración sus aventuras periodísticas en Jaén, su exitosa etapa en la política madrileña y su sonada estancia en Filipinas como gobernador civil de varias provincias. <i>Don Luis</i> es apasionado y activo, siempre está ideando, pero sus enemigos lo consideran un charlatán que esconde con palabrería lo que no son más que intereses personales. <i>Obregón</i> quiere presentarse a las próximas elecciones a diputado del distrito y será el protagonista indiscutible de <i>Villavieja</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Una mañana de invierno se presenta <i>don Luis</i> conduciendo un tílburi con dos yeguas e invita a <i>Mosiú</i> a dar un paseo. Les acompañan <i>don Leandro</i>, hermano de <i>don Luis</i>, y el <i>sargento Peláez</i>. El día es espléndido y el paisaje majestuoso. <i>Mosiú</i> se extraña de que la juventud no aproveche estos días para ir a la montaña o hacer cualquier ejercicio. Fue en tiempos un alpinista intrépido y estas montañas le recuerdan a los Alpes. En los seis años que lleva en <i>Villavieja</i> ha fracasado en todos sus intentos de crear grupos de excursionistas que apartasen a la juventud del ocio y del Casino. Un poco harto de sus peroratas, <i>don Luis</i> anuncia al suizo que va a conocer un tipo de alpinismo desconocido en Europa. Al efecto emprende con el carruaje una imprudente y peligrosa ascensión campo a través hasta llegar a una alta meseta. Allí descansan un rato extasiados con el grandioso panorama que contemplan. La bajada es aún más veloz y enloquecida hasta que se destrozan las ruedas del vehículo y sus ocupantes saltan por los aires dando con violencia contra las piedras del terreno.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>En su ayuda acuden los hombres de una cuadrilla que recoge aceituna en un olivar cercano. Mientras esperan que de <i>Villavieja</i> acudan en su auxilio, contemplan cómo almuerzan los aceituneros. <i>Mosiú</i> se asombra de lo mísero de su alimento. Va preguntando de grupo en grupo y los más jóvenes le dicen que tan poca y mala comida era suficiente y les bastaba para vivir. Las muchachas añaden que incluso la cambiarían “por un baile en el ejido o un rato de palique al través de la reja con el hombre de sus amores”. No opinan así los mayores y “una vieja apergaminada replicó”:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>—Vivimos muriendo, señorito. No haga usted caso a esas embusteras. ¿Se figura usted que trabajar de sol a sol, y no llevarse a la boca más que un arenque es para estar gordos y lucidos?</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>Y señalando al viejo que junto a ella daba vueltas entre sus encías desguarnecidas a una corteza de pan, interrogó a Mosiú:</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>—¿Cuántos años se figura usted que tiene mi hombre, caballero?</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>El suizo creyó no equivocarse de mucho.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>—Quizás sesenta y cinco.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La mujer movió la cabeza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i><span> </span>—Pues no ha cumplido cuarenta y ocho, señorito; y aquí me tiene usted a mí con cuarenta, que soy una vieja llena de arrugas y para nada. A los cuarenta años somos unos viejos los pobres, y a los cincuenta ya nos llama la tierra.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span> </span>Pero indiferente a los problemas sociales, la vida continúa en <i>Villavieja</i>. <i>Don Luis</i> tiene un serio enfrentamiento con el párroco, <i>don Bonifacio</i>, por cuenta de dos momias que encuentra en una casa de su propiedad junto a la iglesia. La relación de los <i>Obregón</i> con el cura y sobre todo con su madre, <i>doña Mercedes la Tambora</i>, ya era mala, pero ahora va a peor. <i>Doña Mercedes</i> emprende una campaña contra <i>don Luis</i> que, para no ver perjudicada su próxima candidatura, pone tierra de por medio y marcha a Madrid. Los <i>Uldecoa</i> por su parte continúan aterrando al vecindario con bárbaras juergas de las que no se libran ni sus acompañantes. En una de ellas arrojan a J<i>uanito el Seminarista</i>, completamente borracho, a una pocilga donde no es devorado de milagro por los cerdos. En otra espantan con brutalidad al <i>señorito cordobés</i> que llegaba dispuesto a ejecutar la hipoteca que cargaba el cortijo de <i>Fernando Uldecoa</i>. </span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><br /></span></div><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Don Dámaso Espino</i>, el cacique, es viejo y viudo. Contra toda convención decide casarse con una sirvienta, <i>Antonia Pérez</i>, casi cincuenta años más joven que él. La reacción de su hija <i>Lola </i>es furibunda. A su vez <i>don Dámaso</i> rechaza a <i>Lorenzo Delmás</i>, pretendiente de su hija. Terminan casándose y el matrimonio es expulsado del cortijo, por lo que marchan a Madrid, donde malviven pasando penurias económicas. Sin embargo <i>Lorenzo Delmás</i>, ambicioso y calculador, en un viaje a <i>Villavieja</i> se hace el encontradizo con la mujer de su suegro, la seduce y pone de su parte urdiendo un plan con el que la joven consigue que <i>don Dámaso</i> se ablande a la vista de su recién nacida nieta. Se alcanza la armonía familiar y <i>don Dámaso</i> acoge a <i>Delmás</i> como pupilo y protegido, proyectando para él una brillante carrera política.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Mientras tanto en Madrid <i>don Luis</i> recupera y refuerza sus viejos contactos políticos. Regresa con un gran proyecto que, según él, cuenta con los apoyos oficiales suficientes y resucitará la economía de todo el distrito: la canalización del río <i>Gualdavia</i> que lo atraviesa de sur a norte y la puesta en riego de grandes superficies. <i>Don Luis</i> está decidido a que este sea el eje de su campaña electoral y lo difunde por toda la comarca. Además, tiene la intención de crear un colegio de segunda enseñanza que permita a los jóvenes de <i>Villavieja</i> formarse y poder aprovechar las grandes oportunidades que aparecerán fruto de sus proyectos. Los paisanos de <i>don Luis</i> reciben estas novedades con el tradicional escepticismo local, pero al poco se presenta en <i>Villavieja</i> un gran empresario francés, monsieur <i>René Leblanc</i>, primo hermano de la mujer de <i>don Leandro Obregón</i>, que es francesa y a la que conoció en san Juan de Luz. Está de viaje por España porque la adora por las lecturas de Merimée y Gautier. Los <i>Obregón</i> muestran a <i>Leblanc</i> el <i>Salto del Gigante</i>, catarata de 80 metros de altura. Muy cerca está la <i>Dehesa</i> cubierta de espartales. Conocedor del elevado precio del papel en España, el francés de inmediato imagina el negocio: fabricar pasta de papel con el esparto como materia prima y la electricidad que produciría el salto de agua.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>La presencia del millonario francés despeja reticencias y la esperanza se ve confirmada cuando, al poco de la marcha de <i>Leblanc</i>, un ingeniero francés visita <i>Villavieja</i> para elaborar el proyecto. Todos estos proyectos y una activa campaña electoral que <i>don Luis</i> realiza pueblo por pueblo presagian que será el próximo diputado del distrito. Malas noticias para <i>don Dámaso</i>, que está promoviendo la candidatura de su yerno <i>Delmás</i>. Malas para los <i>Uldecoa</i>, que, tras graves desencuentros, han pactado con el cacique el apoyo a su yerno a cambio de cargos municipales con los que restaurar su dilapidada fortuna. Peores noticias aún para <i>don Tomás</i>, el presidente de <i>La Resinera</i>, la todopoderosa empresa que consiguió en Madrid la concesión de los aprovechamientos forestales de la sierra. Sus grandes intereses peligrarían si un incontrolado como <i>Obregón</i>, amparado en un mensaje anti caciquil, llegase a controlar el distrito.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Tradicionalmente los pueblos comarcanos, especialmente sus vecinos más humildes, aprovechaban libremente los recursos de la sierra, especialmente la leña, único combustible disponible en la zona. Cuando el Estado concedió mediante arriendo estos aprovechamientos a una sociedad madrileña, <i>La Resinera</i>, los vecinos se vieron expulsados. Los forestales de la empresa que esquilmaba los montes perseguían con saña a los pobres diablos que se atrevían a desafiarla para conseguir algunos haces de leña. Menudeaban los incidentes. Uno de ellos, en plena campaña electoral, resultó especialmente grave, viéndose implicada la Guardia Civil. Dos de estos leñadores fueron apaleados por los guardias, que los llevaron detenidos a la cárcel del distrito en<i> Argola</i>. Se corrió el rumor de que los leñadores habían muerto y la indignación popular, tanto tiempo contenida, se desbordó en un tumultuoso motín. La casa cuartel de <i>Peñafuerte</i> fue asaltada e incendiada, y la revuelta se extendió de pueblo en pueblo conforme se extendían los ecos de lo sucedido.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>Don Luis</i>, presente en<i> Peñafuerte</i> donde pensaba celebrar un mitin, se vio a su pesar envuelto en los tumultos. Aunque había intentado serenar los ánimos, fue acusado por la prensa reaccionaria, que bebía de las noticias incendiarias y exageradas que las autoridades de <i>Argola</i> transmitían por el telégrafo, de ser el inductor de los sucesos y de excitar la furia de los amotinados. La verdad es que aquella fue una revuelta espontánea nacida del resentimiento que habían ido acumulando las víctimas de <i>La Resinera</i>. La prensa radical (la progresista) vio claramente que no había trasfondo político: “ni los vivas a la República habían sonado”. Pero <i>don Dámaso</i> y <i>La Resinera</i> no dejaron escapar la ocasión de utilizar la revuelta para acabar con las posibilidades electorales de <i>Obregón</i>. La represión fue terrible y hubo decenas de encarcelados. Fruto de una campaña bien orquestada, el juez de <i>Argola</i> ordenó la detención de <i>don Luis</i>. En la cárcel <i>Obregón</i> no permaneció quieto y envió a la prensa madrileña duros artículos denunciando las arbitrariedades y malos tratos que se estaban cometiendo con los presos. La desafiante actitud de <i>don Luis</i> imposibilitó cualquier ayuda de sus amigos políticos madrileños y el candidato vivió desde la cárcel las elecciones.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Abiertas las urnas, se pudo comprobar el poder del caciquismo, de <i>don Dámaso</i> aliado con <i>La Resinera</i>. Se cometieron toda clase de irregularidades y abusos. Se rompieron urnas y se compraron votos. En <i>Villavieja</i> los <i>Uldecoa</i> se convirtieron en los feroces agentes electorales del yerno del cacique. <i>Don Leandro</i>, representante de su hermano encarcelado, fue golpeado y humillado a la puerta de un colegio electoral por <i>don Pedro León</i>, señorito arruinado y compañero de juergas de los <i>Uldecoa</i>. Cuando por la tarde <i>don Leandro</i> se dirigía con el <i>sargento Peláez</i> a controlar las elecciones en los pueblos cercanos al <i>Gualdavia</i>, fueron asaltados por los <i>Uldecoa</i>, que les tirotearon y acosaron hasta provocar que el carruaje se saliera del camino. Del accidente salió <i>don Leandro</i> gravemente herido y murió a los pocos días. <i>Peláez</i> perdió un brazo a cusa de los disparos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Aunque antes del motín la opinión pública era mayoritariamente favorable a <i>don Luis</i>, fue <i>Lorenzo Delmás</i> quien resultó elegido. Jueces, autoridades y Guardia Civil hicieron oídos sordos a los graves incidentes.<i> Don Luis</i> volvió a <i>Villavieja</i> diez días después de la elecciones. Ya nada quería saber de política. Tiempo después decide viajar a París para descansar y evadirse. Allí lo encuentra <i>Mosiú</i>, que había dejado <i>Villavieja</i> cuando acabaron las obras de la carretera:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span>Durante las tres semanas que estuvieron juntos, el antiguo gobernador eludía siempre de hablar sobre lo pasado, y cuando el suizo le recordaba alguna escena o episodio antiguos, sonreía enigmáticamente y entornaba los ojos, como si el suceso se refiriese a una época tan lejana, tan lejana, que le costase trabajo recordarlo…</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span> </span><i>René Leblanc</i> se olvidó de las inversiones previstas al saber del violento estallido contra los abusos de <i>La Resinera</i>. Durante la campaña electoral la candidatura de <i>Lorenzo Delmás</i> asumió, aumentada y mejorada, la canalización del <i>Gualdavia,</i> pero todas sus promesas se olvidaron en el momento en que se hizo público el escrutinio. Ya lo decían los abúlicos socios del Casino, que por mucho que se intentase nada cambiaría. Y así fue, todo siguió igual en <i>Villavieja</i>.</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_ednref1">[1]</a> Miguel Ángel Rodríguez me ha facilitado amablemente copia de esta correspondencia procedente del archivo de su tío Cesáreo Rodríguez Aguilera.</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_ednref2">[2]</a> Francisco Acosta Ramírez. <i>Práctica política y electoral en Jaén durante la Restauración (1891-1923) en La Comarca de la Sierra de Cazorla en el siglo XX.</i> Universidad de Jaén 2009. pp. 25-28.</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_ednref3">[3]</a> Ibid.</div> <div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-09-14/VILLAVIEJA/VILLAVIEJA%20(1).%20Introducci%C3%B3n%20y%20contexto..docx#_ednref4">[4]</a> En marzo de 1923 consiguió por fin ser diputado por el distrito de Jaén, pero sin votación, por el artículo 29 de la Ley Electoral, que proclamaba automáticamente electos a los candidatos únicos, sin candidatura alternativa. La buena suerte le duró muy poco, pues en septiembre el general Primo de Rivera dio un golpe de estado suspendiendo la Constitución y disolviendo el Congreso de los Diputados.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU-AgZkc2lrZI9yGSw7aaJXhvyQjcUAi2Ya7PlKfEkVABs63va0ZHbOMUTm74nj0SmU3p8GvWI6NIpfwYEQjWNWrMOnRR68VvHyMpuxkNZV3xiPx8n_9P6r5uOErPEMcWgBNrfL_Ee4xLR0HNLtS_IJj8GVw_aX0-91UT9m60xBKZXPkEQzJQ_BqGn8Q/s2163/1908-09-28%20%20Entre%20los%20riscos%20Los%20lunes%20del%20Imparcial.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2163" data-original-width="1415" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU-AgZkc2lrZI9yGSw7aaJXhvyQjcUAi2Ya7PlKfEkVABs63va0ZHbOMUTm74nj0SmU3p8GvWI6NIpfwYEQjWNWrMOnRR68VvHyMpuxkNZV3xiPx8n_9P6r5uOErPEMcWgBNrfL_Ee4xLR0HNLtS_IJj8GVw_aX0-91UT9m60xBKZXPkEQzJQ_BqGn8Q/w261-h400/1908-09-28%20%20Entre%20los%20riscos%20Los%20lunes%20del%20Imparcial.jpg" width="261" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Entre los Riscos</i>.<br /><i>Los Lunes de El Imparcial</i> 28 de septiembre de 1908</td></tr></tbody></table><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">ANEXOS<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><a name="_Hlk116818802"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">1.-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk116818802;"><b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La Virgen de
viaje.<o:p></o:p></span></i></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-bookmark: _Hlk116818802;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Los Lunes de El Imparcial. </span></i></span><span style="mso-bookmark: _Hlk116818802;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">7 de septiembre de 1908.</span></span><span style="mso-bookmark: _Hlk116818802;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> <o:p></o:p></span></span></p>
<span style="mso-bookmark: _Hlk116818802;"></span>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La gente
vela por la noche para despedir en magna procesión a Nuestra Señora de Tíscar.
El que se acuesta no puede dormir, o duerme poco. La alarma de las campanas
echadas al vuelo le despiertan al sonar las dos en el reloj de la torre. Aquel
general y melancólico repique anuncia al pueblo las misas que han de preceder
al matutino viaje de la Virgen serrana que vuelve a su santuario. Antes de que
el repique termine, se abren las puertas de las casas; los jóvenes abandonan el
Casino o dejan la frescura del jardín, donde han esperado esta hora, y se
dirigen en apretados grupos a la iglesia. De tiempo en tiempo, se ven mujeres
que caminan afanosamente: unas van descalzas; otras se llagan las carnes
avanzando de rodillas por las calles pedregosas para implorar un milagro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"><span> </span><span> </span>La fama de
esta Virgen, graciosísima y morena, no está tan divulgada como la que en </span><span face="Arial, sans-serif">Lourdes se apareció a Bernardette,
ni su nombre se asocia a históricas epopeyas, como la que en Zaragoza inspira
los cantos populares; pero el amor que le tributan en muchas leguas a la
redonda en más ingenuo y profundo. Tíscar es algo connatural y necesario a
estos pueblos: nadie la invoca con mengua, jamás el borracho malhablado la
mancha con su blasfemia. Tíscar da nombre a las mujeres, y su nombre suena tan
dulce como María; su efigie pende de los cuellos redondos y morenos, sirve de
aguja en los altos pechos, y hasta el hombre descreído lleva a la Virgen en la
cadena del reloj. Si fuese necesario defenderla, lo mismo tomaría parte por
ella el devoto que el escéptico.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Cuando en
mayo la traen de su remoto santuario, es fiesta alegre para el pueblo. Ahora la
devuelven a sus tajados riscos, y por eso es día de llanto y duelo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A las tres
termina la misa y comienza el viaje. Tíscar va sin galas: un manto azul como la
mañana que se espera, cae de sus hombros. Millares de personas que han acudido
de toda la comarca. le sirven de devota escolta. Los pendones y estandartes
forman larga fila conducidos con discreto orgullo por los buenos labriegos que
más trigo ofrecieron en la puja. Delante va el gran guion, el guion milagroso,
un largo palo desnudo que sirvió de báculo a San Isicio, primer obispo de
Cazorla. Es fama -y nadie osaría destruirla- que si el guion no marcha delante,
la Virgen de Tíscar no se mueve. Quieto el guion, toda la fuerza asociada de
los hombres seria escasa para hacerla avanzar un paso.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Lentamente
avanza ahora en medio de la noche apacible, aclarada por los luceros que
rutilan en lo alto. Sendas músicas marcan el paso de la procesión, y con ser
tan grande su estruendo, aún se oyen los sollozos de las mujeres que,
ahinojadas y con la frente sumisa, despiden a la Viajera:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><a name="_Hlk116816314"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—</span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">¡Dichosos los ojos que vuelvan a
verte!— exclaman, ahogadas por el llanto, las que, por sus muchos años,
presienten un fin cercano.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Madre mía
de Tíscar, salva a mi hijo!— dice la que tiene el suyo enfermo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Mejor que
cubierta de galas estás con tu manto de viaje, reina de los cielos!...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y así se
continúan todo el camino los saludos e imploraciones. Una hora hace que la
Virgen salió de la iglesia, y aún falta buen trecho para llegar al punto donde
la gran muchedumbre ha de darle su último adiós. Las músicas apresuran su aire
para que la ola humana avance más deprisa; pero la ola sigue engrosando y
avanza con obligada lentitud...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tres viejas
doctas que siguen de cerca a la Virgen cuentan en frases breves su historia.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Una dice:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡San Lucas,
compañero de Nuestro Señor Jesucristo, fabricó con sus propias manos </span><span face="Arial, sans-serif">a esta prenda milagrosa que nos abre
las puertas del cielo a todos sus devotos!</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La segunda
agrega:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—El bendito
San Isicio nos la trajo a estos lugares.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y la
tercera, santiguándose:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Los moros
herejes tomaron el castillo de Tíscar, y arrojaron a Nuestra Madre en la Cueva
del Agua. Su cuerpo se hizo muchos pedazos, y cuando los cristianos volvieron,
en el fondo se los encontraron todicos. Por eso la camisa de la Virgen es de
plata, y dentro de la camisa van los pedazos de su cuerpo bendito. Ni uno
siquiera falta...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Cuando la
procesión llega a la salida del pueblo han corrido dos horas. La muchedumbre
sigue prolongándose carretera adelante y tomando posiciones en los ribazos
vecinos. Por la izquierda azulean las últimas estribaciones de Sierra Segura, y
por detrás de los picos más altos se insinúa una clara franja de nácar y azul.
La brisa de la mañana acaricia los rostros ajados por el desvelo, y los pájaros
vuelan piando de árbol en árbol.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La Virgen
avanza por la carretera y las luces del alba van bajando por la sierra. Cuando
la procesión llega a la Cruz de Piedra, que en un recodo del camino abre sus
brazos, asoma el sol. La gente se para; los cánticos de despedida suenan más
claros en la fresca mañana, y las músicas baten Marcha Real... Sobre la Virgen
caen unas cortinas que la ocultan a las miradas devotas; las mujeres rompen en
sollozos, y los hombres quieren distraer sus lágrimas prorrumpiendo en roncos
vivas...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Después,
diez mil almas vuelven en silencioso duelo al pueblo, y Nuestra Señora de
Tíscar prosigue su largo viaje en busca del santuario, rodeada de hermanos,
custodiada por la Guardia civil.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">2.-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b><b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Entre los
riscos.<o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Los Lunes de
El Imparcial. </span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-style: italic; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">28 de septiembre de 1908.</span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Es uno de
los parajes más agrestes y desconocidos de España donde se solapa el Santuario
de Tíscar. Los pintores que lo han visitado se han sentido pequeños para
trasladarlo al lienzo, no ya en su gigantesca integridad, pero tampoco en sus
detalles más espléndidos. Y aunque por un esfuerzo de composición hubiesen
realizado el milagro pictórico, aún faltarían al cuadro los mayores elementos
de la sublimidad que sobrecoge el ánimo: el viento no rugiría profundamente al
pasar por las cerradas, ni lanzaría estos largos gemidos al cortarse en los
agudos picos; las aguas no entonarían sus claras canciones al brotar de sus
pétreos surgideros, ni entre Tíscar y Sierra Nevada evolucionarían las masas de
nubes y nieblas reproduciendo el primitivo caos.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Es un día,
sólo uno al cabo del año, en que se perturba la severa majestad de estos
incomparables riscos. Por la mañana, todavía los aviones giran veloces en torno
de las montañas escuetas, sin que los alarmen extraños rumores; los negros
buitres van y vienen solos o en bandadas en busca de sus presas o a reposar de
sus abundantes festines, y desde la cúspide de la gentilísima Pena Negra, que
asciende con el atrevimiento de una Giralda natural, las águilas otean con sus
ardientes ojos el revuelto paisaje, lánzanse ruando en el azul —¿quién las
sigue en su curso de exhalaciones? — y vuelven al poco a su insigne atalaya
trayendo prisioneras de sus garras las víctimas que han de devorar.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Por la tarde
empieza a llegar la gente de apartados lugares. Ni la escasez de cómodos </span><span face="Arial, sans-serif">caminos, ni las largas jornadas
subiendo montes y vadeando ríos, ni el temor de que al sol de un hermoso día
sucedan las hinchadas nubes que pronto se condensan en las alturas, disuaden al
romero. En pocas horas llegan a millares: por la mano derecha, bajando entre
calvos breñales que dan temeroso incremento a la voz lanzada en el espacio,
vienen los de la Alta Andalucía, que tienen por confín a los famosos Cerros de
Úbeda; por la izquierda suben afanosamente en larga fila los que moran en los
pueblos y aldeas que desde las faldas del Tíscar se dilatan hasta la remota
Sierra Nevada... Vienen en grupos de amigos o en familia: alegres, los que
buscan zambra y fiesta; anhelantes, los que han de cumplir promesa. Aquellos
acampan al pie de las fuentes o junto al curso de las aguas, acógense bajo los
árboles o al amparo de las rocas. Los otros prosiguen descalzos hasta ingresar
en el Santuario, caminando con tino entre las piedras cortantes. Subiendo de un
lado o bajando del otro, se ve de cuando en cuando algún penitente pálido y
desfallecido por la enfermedad o por el doloroso viaje. Sostenido por los
brazos, porque las fuerzas le faltan, y haciendo frecuentes paradas para
recobrar alientos, avanza de rodillas entre los riscos, deshechas las ropas y
laceradas las carnes.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La tarde
cae, y los romeros siguen llegando en larga procesión por los dos únicos
caminos. En la severa altura donde todo el año ha sido quietud y grave asiento
de las águilas, reina esta noche la algazara. Las músicas alternan, y no bien
una ha dejado de tocar, la otra lanza sus metálicos sones de monte en monte;
los cohetes retumban en las oquedades iluminando las rocas con sus efímeras
rayas de luz, y dondequiera que hay un rellano, de allí salen recias canciones,
y rasgueos de guitarra, y repique de castañuelas, y rumores de baile... Y las
caravanas de romeros siguen llegando entre las sombras de la noche; y allá
abajo, en el hondo abismo que ahora empieza a aclarar la palidez lunar, nuevas
caravanas se presienten.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La noche
avanza y el regocijo va en aumento... No busquemos finura y gentileza donde el
bajo pueblo se reúne por millares... El vino ha calentado las cabezas y soltado
las lenguas, y los decires obscenos rebotan de pena en pena. El chiste picante,
que en otro lugar armaría las manos y suscitaría la efusión de sangre, acógese
con alegres carcajadas en esta soberbia plenitud de la Naturaleza, que invita
al franco goce. Si la noche y la bastedad agrandan el insulto, el oído sensible
también se vuelve sordo: la gente viene a fiestas y trae el ánimo dispuesto
para regocijarse con poco y para perdonarlo todo. Perdona, y por eso se cuenta
como maravilla de esta fiesta —que algunos atribuyen a virtud milagrosa de
Nuestra Señora de Tíscar— que jamás una pendencia la haya deslucido.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El nuevo día
llega sin rendir los cuerpos. A la vera del agua, debajo de los árboles y donde
quiera que la gente puede hacer corro, continúan los bailes. Las voces suenan
roncas de mucho gritar... De pronto, voltean las campanas del Santuario
anunciando la próxima aparición de la Virgen. La fiesta de la alegría y del
vino cesa, y la religiosa empieza. Es una hora nada más, en que el sentimiento
se transforma y exalta. Delante van los hombres quemando la sonora cohetería y
lanzando vivas que millares de bocas repiten; detrás van las mujeres, recogidas
y descalzas, murmurando preces; en el centro va la Virgen morena de Tíscar,
pequeña como las hembras serranas, refulgiendo al sol su abundante pedrería y
rodeada en sus andas de plata por niños enfermos que reclinados a sus pies
esperan el descenso del milagro. La procesión sube muy poco a poco por ásperos
atajos, y cuando llega a lo inaccesible de la montaña, desciende más lentamente
entre el detonar de los cohetes y el griterío de los fieles. Después la Virgen
se detiene un momento a la entrada del Santuario para recibir el último adiós.
Los vivas de los hombres<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en las cerradas
con robustez de trompas; se oyen frases que el místico ardor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y súplicas acendradas en demanda del
prodigio... La Señora de Tíscar vuelve enseguida a su camarín áureo y blanco, y
la congoja bate afuera los pechos, y el desconsuelo estimula en la gran
muchedumbre el raudal de las lágrimas.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Dos horas
después, los gigantescos riscos recobran su noble majestad que la Fiesta turbó.
Los rápidos aviones acuden en bandadas; los buitres de largas alas vienen a
reposar de sus hórridos festines, y desde la escueta cima de Peña Negra las
águilas reales inquieren las agrestes lejanías con sus brillantes ojos, ebrios
de luz..</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tíscar, septiembre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">3.-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>El desamor a la tierra</i></span></b><b><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.</span></i></b><b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Nuevo Mundo</span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">. 5 de
agosto de 1909</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No diré que al descender del tren sintiese el sagrado
furor de Ganivet, que le hizo abrazar a la tierra y comer yerba; pero si que
sentí aliviarse mis males, y, nuevo Anteo, renacer mis agotadas fuerzas al
ponerme en contacto con la Naturaleza exuberante, llena de savia y vigor en
cuanto abarcaba la mirada.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El viaje en caballería tenía que ser largo al través
de un terreno quebrado y en ocasiones peligroso; pero después de varias semanas
de forzosa clausura en las angostas habitaciones de Madrid, todo me parecía
llano y fácil y todo tenía para mí el prestigio de lo nuevo: los negros
nubarrones que corrían empujados por duras rachas en el cielo anchuroso,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el juego de las luces y las sombras cuando el
sol aparecía o se ocultaba; los rubios trigales que se agitaban como nervioso
mar dorado; la masa de los olivos de argentadas copas; las rocas próximas
recién lavadas por las lluvias y los altos y solemnes montes distantes que el
gran devoto de la Naturaleza, Ruskin, llamó nervios del mundo...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Fortificado el espíritu, atenuados los males é
hinchado el pecho con la alegría del fuerte y sano espectáculo, asombrábame de
que los hombres sintiesen tanto desamor por la tierra. Sólo de largo en largo
trecho se divisaba alguna vivienda; sólo de tarde en tarde saludaba algún
hombre, flaco, atezado, del color de la tierra misma: descendiente directo de
aquel triste anima!, sufrido y resignado, que La Bruyére encontró en los
campos, aunque el actual va perdiendo sumisión y acaudalando rencor.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Dicen que el
año es pródigo y bien lo muestran los sembrados; pero ni esto activa el amor
del dueño a sus tierras. Ahora he de vadear en barca un ancho río que arrastra
abundante humus, y sus densas aguas, que pudieran fertilizar los vastos y sedientos
terrenos circunstantes, deslizanse perezosas a lo largo hasta dar en un curso
superior y anegar luego en los mares inapreciables riquezas desdeñadas por la
incuria de los hombres.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El año es bueno y medio satisface a la gente; cuando
no, todo son denuestos a la tierra que rinde pocos beneficios. Le piden que
todo lo dé y nada quieren devolverle. Después de la recolección vienen las
fiestas y el juego -esa terrible epidemia de una dilatada región, cuyos
estragos aun no se han estudiado cabalmente- pone en delirio a<i> </i>los
hombres. La parte mejor de las cosechas pasa al bolsillo de personas
trashumantes que lo llevan lejos y con las sobras apenas hay lo necesario para
satisfacer las más premiosas necesidades. Los campos, entretanto, demandan
ayuda. Lo mismo que los seres vivos que sobre ellos moran, necesitan
sustentarse para producir, y si la ración es parca, degeneran y enferman. Pero
el dinero escasea y para obtenerlo hay que recurrir al torvo usurero, que
desposado íntimamente con él, solo lo entrega reproducido en un doce, en un
diez y ocho o en un treinta por ciento, Pero este Shilock no pide en garantía
carne de sus víctimas, que sólo le serviría para alimentar a sus perros, si la
sordidez le permitiese tenerlos, sino la tierra misma, que así aferrada, rara
vez vuelve integra a su dueño primitivo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Encerrado así en el círculo de la necesidad, poco
seguro de la eficacia redentora del personal esfuerzo, vuelve al juego en busca
de remisión esperando que el azar le entregue en una hora propicia lo que sólo
conquistaría en muchos años de pena. Y estas ansias del porvenir incierto le
secan la raíz del carácter, que ya no vuelve a presidir y regular su conducta.
La abulia y la imprevisión irradian en todos sus actos, y lo que ya desconfían
de lograr por el recto y perseverante camino, esperando al revolver de
cualquier independiente suceso:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
herencia, la lotería o la política... Como en la gran urbe donde se legisla y
gobierna, también en las pequeñas poblaciones se industrializa la política: la
denominación del partido que parece simbolizar una idea no es más que la
visible vestimenta con que se adorna el astuto interés, siempre invisible, pero
presente siempre. Así, cuando se oye en los pueblos deplorar la mala
administración, es difícil reconocer si es un justo sentimiento de protesta
quien clama o la enconada envidia de que sean otros los beneficiados en el
desorden de la cosa pública.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El viejo Anteo se empeña en no reposar sobre la tierra
madre, y cuanto más se aleja de ella más fácil resulta su vencimiento al fuerte
enemigo que le acecha.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><a name="_Hlk116892464"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">4.-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>Vivir
muriendo</i></span></b></a><span style="mso-bookmark: _Hlk116892464;"><b><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">.</span></i></b></span><span style="mso-bookmark: _Hlk116892464;"><b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></i></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="mso-bookmark: _Hlk116892464;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El Liberal. </span></i></span><span style="mso-bookmark: _Hlk116892464;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">4 de septiembre de 1909</span></span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Al levantarme todas las mañanas me asomo al mirador,
que da a unos campos sinuosos y largos, y veo a los hombres guiando las mulas
sobre los trillos ligeros o aventando amorosamente las parvas, con amplio
gesto, que parece súplica é interrogación a la rubia mies, que sube en alto y
desciende luego como una benéfica pluvia de oro.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y todas las noches, cuando, pasadas las doces, el
espíritu, fatigado de mucho platicar o discutir, demanda el consuelo de la
quietud, asientome en el huerto, que rodea la casa, y me entrego durante un
breve rato al placer de la meditación. Los campos penumbrosos se dilatan llenos
de paz y majestad; el río murmura abajo la perenne canción de sus aguas, y el
aire se puebla con la vibrante música de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>los seres pequeños, que, sin obedecer a ninguno, secundan todos el
grande y singular concierto. El alma también se disuelve en la armonía de la
Naturaleza ambiente, y en esta vaga é íntegra absorción de todas las potencias
y facultades, la mirada errabunda suele posarse a algunos metros de distancia
allende la baja tapia que separa el jardín del campo libre. Tendidos sobre las
parvas y envueltos por las dulces sombras de la noche, reposan ahora inmóviles,
como yacentes, los hombres que, mientras duró el día, trabajaron y penaron
sometidos al incendio violento del sol.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como los mudos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>signos <i>que </i>el periodista estampa en sus cuartillas cuando quiere
callar lo que pregunta, para que sólo hable el personaje interrogado, así veo
surgir en mi espíritu los tortuosos signos interrogativos ante estos hombres
que, por la hora y la actitud, muertos más que vivos parecen. Y las
contestaciones son tan ligeras como el aire ingrávido que pasa; quedas, como si
fuesen sugeridas mejor que articuladas.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A la primera interrogación, me parece que oigo decir:</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Nada. El fragor de los combates africanos y las
audaces turbulencias de la sedición, que a una comentan los que hacen ociosa
vida ciudadana, sólo han llegado a estos míseros seres como rumores confusos de
un mar invisible y remoto. Trabajan con extremada rudeza desde que la clara
punta del alba asoma por la sierra, y cuando el fresco les orea y las sombras
gratas los envuelven, peréceles más dulce y blando rendirse al sueño que
aumentar sus cuidados con las tristezas que llegan de otras tierras...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y a otra interrogación, el mudo soplo sugeridor va
dictando:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Cuidados, preocupaciones!... El bien de la estación
presente ha sido tan fugaz, que para muchos ya ha pasado... El año, que se
anunció liberal y próspero, ha sido malo. ¿No sabes que algunos han abandonado
sin segar los campos, porque la cosecha, lejos de premiar el trabajo puesto, ni
siquiera prometía resarcir de la mies sembrada? Y la estación otoñal no será
más benigna. Aquellas cabeceantes masas de olivares que, al florecer, eran una
promesa de cosecha pingüe, perdieron su flor temprana, y hoy apenas algún
cuajado fruto pende de los árboles. El invierno será duro. Como el trabajo
escaseará para los de la región, ya no verás llegar para secundarles <i>a </i>aquellas
trashumantes caravanas —sucias, astrosas y famélicas— que antaño venían de las
provincias próximas y que aquí mitigaban su hambre. Los que entonces trabajen,
recibirán en premio sesenta céntimos diarios, y cuarenta céntimos las mujeres y
los niños que trabajen como hombres. Con ese jornal tendrán que comer, pagar la
casa, reponer las ropas destrozadas, y como en el invierno son muchos los días
en que la lluvia suspende la faena, también para esos días tendrán que ahorrar
de los sesenta céntimos...</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">A la tercer pregunta tácita, el aura sugeridora sigue
diciendo:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Cómo han de vivir! ... Viven muriendo. Varias veces
miraste comer a las cuadrillas, al amparo de un ribazo, que las guardaba de las
cortantes rachas invernales, y jamás, por excepción, cambiaron de mantenencia.
Pan y un arenque almorzaban por la mañana; una granada y pan, o pan y un puñado
de fruta seca, yantaban al mediodía, y cuando la noche llegaba, pan y un
arenque era su cena, y sí querían mudar, cambiaban el arenque por la fruta
seca: Y el año fue ubérrimo... ¿Crees que basta esto para vivir lozanos?...
Dicen que la raza es sobria, que el calor del sol y el aire puro de los campos
son de grande alimento; pero, aun así, me parece que si no se añade a tan
nobles substancias otra más tosca —algún trozo de carne y tal cual pescado de
sobra—, creo que esta jugosa raza, que tantas excelsas virtudes asocia <i>a </i>la
de su milenaria sobriedad, va a secarse de puro hambrienta, a<i> </i>pesar del
aire puro y del calor solar. Decrépito, desdentado y todo surcado de arrugas se
ve el hombre a los cincuenta años, y ese trabajador semiciego, tambaleante y
rencoroso, que te mostraron por la tarde, ese, que fue el mozo más agigantado
del contorno, ya le has visto cómo la escasez y el trabajo han ido
atenazándole, hasta el punto de que, sin ser todavía viejo, apenas llega a tu
estatura. Y la verdad es que nada tienes de alto... ¡Ay, cielo, si tú no
provees, y al invierno que se espera sucede una primavera mala, Melilla y Cataluña
van a ser poca cosa...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Incuria é imprevisión en todo— oigo responder a la
pregunta final. Al otro lado de la sierra que nos circunda brota, fresco y
canoro, el Guadalquivir famoso, y, apenas nace, empieza a aceptar obligados
tributos, que lo enriquecen y ensanchan. Ávido de darse, sigue su curso,
recibiendo sin cesar, y sin que nadie lo tome, y allá, por la provincia de
Sevilla, bien le has visto cuán lento y desairado se desliza entre vastos
campos pajizos, calcinados por el sol, que, con alguna solicitud, estarían
siempre vestidos de verdor perenne.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Como el rico Guadalquivir se abisma en el mar, así se
pierde nuestra vitalidad en el océano de la indiferencia. No basta que la
miseria clame; es necesario que la irritación, acumulada por el hambre lenta,
se desborde en un año funesto y se manifieste en seguida en los horrores de la
violencia, para que se entere quien debe. Luego, cuando las hordas ululantes y
famélicas caigan sobre los pueblos o asolen los campos, será el hablar con
indignado acento de sus excesos y el apercibir fusiles y arrastrar cañones para
sojuzgar al monstruo, peor y más rabioso que los mitológicos Tifeos y Tifones:
el anarquismo, que detesta la paz social y sólo anhela la desolación y el
duelo. Entre tanto, todo va bien. Tendidos sobre las parvas y envueltos en las
dulces sombras de la noche reposan ahora inmóviles, como yacentes, los hombres
que, durante el día, trabajaron y penaron, y <i>a </i>la hora del descanso
apenas pudieron comer...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></i></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGACLiJ97X0MRrTG64NnHnZ8xzMeZg0p6XvlgeT2UfuZeAp46frEQGd-C-HvbZ61tV2zPgOhv6CBptvBvoXDGuESoXsiApO5yIErVYP1LWnHpedVXsqSwnAOTesGIY_QzISOBfAFgWGoK0Ov7AThnAyam1thfIoR4wlODcEKtOV_W62VAuiQVzf6_hAw/s2447/1927-05-06%20Aire%20y%20sol.%20La%20Libertad.%20.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2447" data-original-width="1788" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGACLiJ97X0MRrTG64NnHnZ8xzMeZg0p6XvlgeT2UfuZeAp46frEQGd-C-HvbZ61tV2zPgOhv6CBptvBvoXDGuESoXsiApO5yIErVYP1LWnHpedVXsqSwnAOTesGIY_QzISOBfAFgWGoK0Ov7AThnAyam1thfIoR4wlODcEKtOV_W62VAuiQVzf6_hAw/w293-h400/1927-05-06%20Aire%20y%20sol.%20La%20Libertad.%20.jpg" width="293" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Aire y sol</i>. En <i>La Libertad</i><br />6 de mayo de 1927</td></tr></tbody></table><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">5.-</span></b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b><i>Aire y sol. La alimentación del
andaluz.</i></b></span><b><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La Libertad. 6 de mayo de 1927</span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span> </span>En cuanto a la alimentación,
la sensiblería socialista nos ha hecho notar innumerables veces que el gañán
del campo andaluz no come apenas y está atenido a una simple dieta de gazpacho.
El hecho es cierto y, sin embargo, la observación es falsa porque es incompleta.
Un jornalero de Azpeitia come más y mejor que un ricacho de Córdoba o Jaén.
Hasta en esto imita el andaluz al vegetal; se alimenta sin comer, vive de la
pura inmersión en tierra y cielo. Lo mismo el chino.<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-left: 35.4pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm 0cm 0cm 35.4pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">José Ortega y Gasset.</span></i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Lo que hace algunos años referí en forma novelesca lo
transcribo al presente como recuerdo personal. El extranjero de entonces —el
«Mosiú»— sólo es ahora un forastero.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Cuatro amigos vamos por la sierra donde nace el
Guadalquivir. Uno tropieza, cae y se lastima el brazo derecho. Hay que
vendárselo con pañuelos. A falta de mejor remedio, unas gotas de vinagre nos
vendrían bien para ponerle paños mojados. Al pie de la montaña filatea un
olivar, donde la gente recoge la aceituna, y allí creemos encontrar lo que
necesitamos.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Es la hora de comer. Ochenta personas —hombres y
mujeres, viejos y niños, astrosos todos— hacen alto y <i>se </i>sientan por
grupos bajo los olivos para devorar su pitanza. Entre todos no hay nadie que
pueda suministrarnos vinagre. La sardina y la granada son los únicos manjares
que salen de las bolsas, y sólo el <i>trozo </i>de pan moreno diferencia por su
tamaño al hombre de la mujer o del chiquillo. Él que a las doce consume una
sardina, cambia de plato al cenar, sustituyéndola con la granada, y entre una y
otra ha de escoger al siguiente día. El gazpacho lo reservan para el verano.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y gracias a Dios que el año es pingüe y no han de
reducir la manutención. Como la aceituna abunda, los recogedores obtienen
jornales de excepción. Los hombres ganan sesenta céntimos trabajando de luz a
luz y cuarenta las mujeres y los niños que se afanen como hombres.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los años menos próvidos perciben cuarenta o
cincuenta céntimos los adultos, y veinticinco o treinta las mujeres y los
muchachos.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Yo no me canso de admirar la prodigiosa sobriedad de
nuestro pueblo, que con una sardina se sustenta y trabaja desde el alba hasta
la puesta, y voy de grupo en grupo interrogando a todos. La gente joven me dice
que el arenque les basta, y aun lo dejarían por un baile o por un rato de
palique al través de la reja. Pero los más granados manifiestan menos contento.
Una vieja apergaminada exclama:</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—No haga Usted caso, señorito. Vivimos muriéndonos de
hambre. ¿Se figura usted que trabajar de sol a sol y no llevarse a la boca otra
cosa que una granada y un mendrugo es para estar gordos y satisfechos?</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y señalando al viejo que a su lado daba vueltas entre
las encías desguarnecidas a una corteza de pan, me dice:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Cuántos años piensa usted que tiene mi hombre,
caballero?</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Yo creo no equivocarme en mucho.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Quizás sesenta y cinco.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La mujer mueve la cabeza.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Pues no ha cumplido cuarenta y ocho, y aquí me tiene
usted a mí, con cuarenta, que soy una vieja llena de arrugas y para nada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A los cuarenta somos unos viejos los pobres
del campo, y a los cincuenta nos llama la tierra.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Uno de mis compañeros observa:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Pero los andaluces somos muy sobrios. El aire y el
sol nos alimentan.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ella no comprende la Ironía, y responde con vivacidad:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—!Ay, señorito de mi alma! Pues crea usted que
estarnos ya hartos de alimentarnos con aire y con sol. Lo que ahora nos hace
mucha falta para ver si echamos otro pelo, es un buen trozo de carne y tal cual
pescadito de añadidura.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El dueño del olivar interviene desde lejos:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Vais a pasaros el día de comida y charla? El sol se
pone presto en invierno y no os rendirá el trabajo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alguien murmura:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Para lo que se cobra!</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El patrón lo ha oído:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡Para lo que se trabaja!...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tuvimos que regresar al pueblo. Cuando nos acercábamos
al camino pasó frenético un vehículo arrastrado por dos jacas. El conductor
golpeaba iracundo a los animales, que lanzándose por un portillo corrieron
campo a traviesa y en peligro de volcar. En el interior del coche, cuatro
personas gritaban alocadas, agitaban los sombreros, nos enviaban insultos a
manera de saludos.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Son los Uldecoas —me dijeron—. Les acompaña un
señorito cordobés, gran comedor. De él se refieren hartazgos inverosímiles, y
en comilonas se gasta la hacienda.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Avanzábamos por la carretera cuando de pronto exclamó
uno:</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¡El Revolucionario!...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Había caído en la cuneta, y al lado suyo un asnillo
que de lejos mostraba ya su extremada escualidez. Sin mucho esfuerzo
conseguimos levantar a los dos. El dueño era un anciano extenuado, más bien
bajo que alto, con barba cana de veinte días. Sus ojos, fijos en nosotros,
carecían de brillo e iban sumiéndose en la noche tenebrosa de la ceguera.
Trasunto del hombre era su asno y compañero. Doblabase bajo el hacecillo de
leña que llevaba a cuestas, y también sus ojos veían turbio. La hermandad de la
miseria física acabó de mostrarse cuando estuvieron de pie. Ambos vacilaron e
hicieron esfuerzos por conservar su equilibrio, y los dos se pusieron en marcha
con paso inseguro.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Cómo ha sido el percance?— le preguntamos.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Entre plañidero y furioso respondió:</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Yo iba por el camino al lado de mi compañero. De
pronto, los Uldecoas vinieron como un rayo sobre nosotros y para evitar que nos
aplastasen tuvimos que acercarnos a la cuneta. Con el susto perdimos el
equilibrio...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Pero hace
un rato que pasó el coche —le digo— ¿por qué no se levantó usted?</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El hombre se acerca para reconocerme, y baja al suelo
sus ojos mortecinos. Luego mueve tristemente la cabeza.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Cuando yo o mi compañero caemos en tierra es para
esperar el día del Juicio final, si algún alma cristiana no viene en nuestra
ayuda.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Y pasando sin transición de la humildad a la cólera,
rechina los dientes.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Pero no ve usted que ambos nos morimos de hambre? Ni
mi compañero ni yo tenemos fuerzas para estar en pie ¿de dónde las sacaremos
para levantarnos?...¡Vive Dios, hombre, que esto ya no se puede resistir!...
Toda la vida pasando miserias y sin acabar nunca de reventar... Yo no sé qué
espera la gente para hacer una revolución...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Vuelve a mirarme. </span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Diga usted, caballero... Usted no es de aquí... ¿No podría
procurarme en su tierra alguna cosa para vivir?...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—La mía está lejos, y ya es tarde para ir usted. ¿Por
qué no emigró a América cuando era más joven?</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Bien que lo siento; pero yo no sé de letras ni me
encontré en este pícaro mundo con un poco de dinero para emigrar... En cuanto a
mis años, no crea que son muchos, porque bien comido aún podría tirar...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Acordándome de la mujer que recogía aceitunas, la
pregunté:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Qué edad tiene usted?</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Cuarenta y nueve años, caballero. Por San Juan
cumpliré cincuenta.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Me pareció Imposible. Yo diría setenta; pero uno de
mis compañeros, que había jugado de chiquillo con el Revolucionarlo, corroboró
sus palabras.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El cegato quiso erguirse.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—¿Y ve usted este cuerpecillo menudo que se lo lleva
el aire? Pues fui el mejor mozo que hace treinta años paseó el pueblo...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Pensé que sólo aludía a una gentileza perdida; más él
completó:</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—...Estos señores le dirán si en mi juventud hubo
alguien tan alto y recio como yo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ellos me confirmaron que Pedro Lujan, apellidado el Gallardo
antaño y el Revolucionario después, se distinguió en la mocedad por su buena
presencia y elevada estatura. Yo media con la vista al viejo decrépito, y luego
la posaba en mis amigos para que me explicasen aquel extraordinario fenómeno de
achicamiento; porque el Revolucionarlo ni siquiera llegaba a lo que se entiende
por una talla mediana. El mismo reveló el secreto de su ruina:</span><span face="Arial, sans-serif" style="text-indent: 35.4pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—El hambre me ha hecho descender palmo y medio...</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Su antiguo compañero de juegos asintió.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">—Es verdad lo que dice Pedro Lujan, y nadie ignora en
el pueblo que nuestra clase baja está degenerando. El hambre habitual no la
mata de pronto; pero la va extenuando, reduciendo, consumiendo.</span><span face="Arial, sans-serif"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El ejemplo de este hombre es el más visible. Sin serlo
tanto, pudiéramos presentar muchos tipos atenuados. La mujer del olivar está en
lo cierto, y al aire puro <i>y </i>al dulce sol —casi únicos artículos
alimenticios del andaluz— quizás convendría añadir algún pescado más eficaz que
el arenque y un buen bisté como la mano de grande.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p><br /></div></span></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-19812584750699719312022-09-01T10:42:00.001-07:002022-09-01T10:42:47.047-07:00Las epidemias en Quesada (ss. XIX y XX).<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk88I1cS3cn5OQddVDT3TzE4PaUwCeWawqhh1cHPGze-pBq-cuSwJkjhxwC2LtyJ2Bby52PvHhg2znZgezI5sizzFCvahMvHTk1Or0OfqNYcS5g4rJbwh_GeuE_GfO5sldEikzzSvMxWfiND5VPfltXQtCSPDQFGc0Q0mHO9pCSsieTAvtAGgjXj8owA/s591/Mercurio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="539" data-original-width="591" height="584" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk88I1cS3cn5OQddVDT3TzE4PaUwCeWawqhh1cHPGze-pBq-cuSwJkjhxwC2LtyJ2Bby52PvHhg2znZgezI5sizzFCvahMvHTk1Or0OfqNYcS5g4rJbwh_GeuE_GfO5sldEikzzSvMxWfiND5VPfltXQtCSPDQFGc0Q0mHO9pCSsieTAvtAGgjXj8owA/w640-h584/Mercurio.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Noticia de la primera vacuna de viruela en Quesada año de 1799</span></td></tr></tbody></table><br /></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: large;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: times; font-size: x-large;">Este artículo se publicó en la Revista de Ferias de Quesada de 2022.</span></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Las
últimas generaciones, prácticamente todos los que estamos vivos a esta fecha, estábamos
en la convicción de que las epidemias eran cosa del pasado, de unos tiempos
remotos felizmente superados. Por suerte la Humanidad había conseguido dominar
este azote y ya solo moría gente en países lejanos y pobres donde la medicina sigue
siendo muy precaria. La reciente epidemia de COVID nos ha sacado del error y
puesto en nuestro lugar. Los fantasmas del pasado han vuelto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Las
epidemias (también las guerras) han sido el gran azote de la Humanidad. No se
conocían sus causas y se interpretaban como un castigo divino. Quesada también
vivió sometida a las enfermedades epidémicas. Sirva como ejemplo el año de
1570, cuando el Ayuntamiento mandó poner un alguacil en la Venta de Poyatos
(Huesa) para evitar que llegasen al pueblo “los muchos enfermos que vienen de
Baza y otras partes de enfermedad contagiosa (que) se ha pegado en esta villa y
mueren muchas personas, y no caben (en) los espitales ni tienen con que
curallos”. Fue esta una de la últimas epidemias de peste que sufrió Quesada y
que estuvo originada por los grandes movimientos de población y tropas
consecuencia de la rebelión morisca conocida como Guerra de las Alpujarras.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En
este artículo me voy a ocupar de tiempos más recientes, de los siglos XIX y XX
cuando la peste fue sustituida por el cólera, la difteria, el tifus, la gripe y
sobre todo la viruela, la enfermedad que seguramente más quesadeños ha matado.
Pero paradójicamente hay que empezar la historia con una buena noticia
relacionada precisamente con la viruela: las primeras vacunas en Quesada. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">El 27
de junio de 1800, ahora hace 222 años, <i>El Mercurio de España</i> publicaba
la noticia de un novedosísimo método de prevención de la viruela que se había
aplicado en Quesada, “Reyno de Jaén”. Según este periódico (la noticia la
difundió también el diario oficial <i>La Gaceta</i>) desde febrero a octubre de
1799 “Don Manuel María Gallego, médico en la ciudad de Baeza, y que en el año
pasado fue titular de la villa de Quesada”, introdujo en el pueblo la
“inoculación” de pus de vaca afectada de viruela (en estos animales se
desarrollaba una variante más benigna) según el método del Dr. O´Scanlan. Era
este doctor un médico nacido en Inglaterra pero de origen irlandés y católico,
que como tantos irlandeses en el siglo XVIII había emigrado a España por motivos
religiosos. Timoteo O´Scanlan ejercía como médico militar del Regimiento de Hibernia
(irlandeses católicos) en el Ferrol y llevaba años trabajando en el tema. La
noticia de la aplicación de esta primitiva vacuna en Quesada resulta sorprendente
si consideramos que, según la literatura anglosajona, el inventor de la vacuna
de la viruela fue </span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Edward Jenner (que aplicaba el mismo método que venía
siguiendo O´Scanlan desde años atrás)</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">, que la usó por primera vez
en un niño el año 1796, apenas tres antes de que se emplease en Quesada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Según <i>El
Mercurio,</i> Manuel Gallego tomó dos precauciones de partida: hizo que la primera
inoculación la efectuase otro médico, el titular de Cazorla Juan Rodríguez
Carrillo, y que el primer vacunado fuese su propio hijo, que además lo era
único. Esta operación “produjo el acostumbrado feliz efecto” y varios vecinos
convencidos hicieron vacunar a sus hijos. Se vacunó en total a 168 niños de
ambos sexos “sin haber peligrado ninguno de ellos, y continuado después todos
con robusta salud”. En el resto de la población la viruela hizo estragos, por
lo que <i>El Mercurio</i> terminaba deseando que la inoculación se extendiese y
se “desterrase de una vez la vana preocupación que tienen muchos contra ella”.
Hay que recordar la fecha, 1799, cuando en Quesada se aplicó una técnica de
absoluta vanguardia mundial.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Pero
no se cumplieron los deseos del periódico (muchos siguen hoy renegando de las
vacunas) y la viruela siguió matando a numerosos quesadeños. El 28 de octubre
de 1897 se leía en el <i><span style="background: white;">Diario de Córdoba</span></i><span style="background: white;">: “Va aumentando la epidemia
variolosa por las provincias andaluzas. A las de Sevilla y Málaga, que hemos
dicho la venían sufriendo, tenemos que añadir hoy la de Jaén, pues nos dicen
que se ha presentado en Quesada”. Poco después, 14 de febrero de 1898, en <i>El
Popular de Granada</i>, comprobamos los terribles resultados de este brote: “</span>En
tres meses han ocurrido en Quesada 400 invasiones de viruela, falleciendo
solamente 60; 21 varones y 39 hembras”. Se siguió utilizando la vacuna, pero a
menudo no de forma preventiva sino cuando la enfermedad ya se había presentado.
Así por ejemplo, en enero de 1900 el pleno municipal acordó comprar una
“ternera vacunífera” para utilizar sus pústulas en la “epidemia variolosa que
desgraciadamente se ha presentado en la población”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En el
invierno de 1909 hubo que clausurar las escuelas a causa de un nuevo brote, siendo
necesario arreglar el retrete de las mismas, “que está en malísimas
condiciones”. Este cierre ocasionó que los exámenes se retrasaran al 15 de
julio. En 1913 hubo viruela en Collejares y se inició otra campaña de
vacunación. En 1918 se repitió la epidemia en Quesada. En una fecha todavía más
cercana, invierno de 1940, la viruela hizo estragos por última vez. Afectó
especialmente a Belerda y se ordenó la vacunación masiva de toda la población.
No obstante en el mes de febrero de aquel año hubo, entre Belerda y Quesada, 17
muertos, la mayoría niños. La Junta local de Sanidad, ante “la realidad del
foco epidémico de viruela que estamos padeciendo, seguido de numerosas
invasiones y de bastantes casos de fallecimiento”, tomó una serie de acuerdos como
encalar interior y exteriormente todas las casas del pueblo, limpiar calles y
alcantarillas prohibiendo verter aguas sucias a la vía pública, retirar los
estiércoles estancados en el interior y en las salidas del pueblo, etc. Y
también otras medidas que nos sonarán bastante más: “En vista de que la
epidemia de viruela aconseja como medida de precaución elemental la no
aglomeración de personas en locales cerrados” se propone el cierre de las
escuelas. Pero la más llamativa fue “poner una tableta o cartón en las puertas
de las casas donde existan casos de viruela, con la siguiente inscripción:
¡Precaución! Hay viruela”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Difteria
y tifus.<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Además
de la viruela otras enfermedades también provocaron estragos en el pueblo. A
los pocos meses de La Gloriosa, la revolución de 1868 que acabó con el reinado
de Isabel II y en la que tuvo gran protagonismo el general Serrano Bedoya, un
brote de tifus asoló Quesada. No hay datos sobre el número total de afectados y
muertos, pero sí se sabe que tuvo su punto álgido en abril de 1869. La propagación
del tifus está directamente relacionada con las condiciones higiénicas y ya se
sabía entonces. Por eso el Ayuntamiento acordó mejorarlas haciendo desaparecer
de las calles el estiércol, los escombros y los “materiales fecales que puedan
corromper el aire”. Sin embargo el agua de la única fuente pública del pueblo, que
era el gran problema, no pudo ver mejorada en parte su calidad hasta que unos
diez años después se construyó una nueva traída de aguas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Como
consecuencia del tifus murieron los dos médicos titulares afectados tras su
contacto continuo con los enfermos. Al inicio del brote, diciembre de 1868, falleció
el segundo titular, Manuel Segura Villalta. Desde ese momento quedó solo ante
la epidemia el primero, Epifanio Gutiérrez, que a su vez murió en mayo. Poco
después el Ayuntamiento hacía constar en acta su agradecimiento, dando de paso
noticias de lo que había sucedido: </span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">"el Médico Cirujano Titular de esta Villa,
esclavo de su deber, asistió a esta Población en su totalidad desde diciembre
último en que falleció el otro facultativo hasta Mayo en que ocurrió el
fallecimiento del Gutiérrez a consecuencia del tifus reinante; que a
consecuencia de esta enfermedad epidémica que por desgracia hizo muchas
víctimas y las circunstancias de estar vacante la otra titular, todo el
servicio médico que demandó la humanidad doliente en esa época la prestó el Sr.
Gutiérrez con un celo y eficacia dignos de elogio y recompensa”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La difteria también
estuvo siempre presente en Quesada. Era conocida como garrotillo, porque sus
efectos en el cuello y rostro recordaban a los producidos por el garrote vil,
tradicional método de ejecución. La primera noticia de esta plaga es de octubre
de 1893 (lo que no significa que no se diera antes). La Junta local de Sanidad
acordó proponer “</span><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">medidas de higiene y
limpieza para evitar la propagación y desarrollo de la enfermedad que venimos
experimentando, denominada la difteria”. El Ayuntamiento acordó que se
pregonara el bando correspondiente ordenando la limpieza de calles, casas y
alcantarillas. También que se adquirieran “los cuerpos químicos” para la
desinfección de las ropas, casas y cadáveres.</span><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Al igual que sucedió con
la viruela, también con la difteria se benefició Quesada de los descubrimientos
médicos más novedosos. En mayo de 1895 el Ayuntamiento acordó comprar, a
propuesta de los médicos, “11 botes del referido suero que tan buen resultado
han conocido que ha dado”. Justificaban el gasto en que este novedoso suero
llevaría “el bienestar y la tranquilidad
a tantas madres que viven llenas de zozobra”. Se estaban refiriendo a la
llamada antitoxina diftérica, que apenas cinco años antes había descubierto Emile
Roux, colaborador de Pasteur.</span><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Cólera.</span></b><b><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Pero sin duda en materia
de epidemias el cólera, o colera morbo asiático como era conocida, es la que más
se identifica con el siglo XIX. Sus periódicos brotes suscitaban terror,
especialmente en las ciudades donde el hacinamiento de población favorecía su
propagación. Tal era el miedo que provocaba que en 1834 se extendió por Madrid
el rumor de que habían sido los frailes, siempre sospechosos de carlismo, los
que había contaminado las aguas como arma para favorecer al rebelde
pretendiente don Carlos. De resultas se produjo una matanza de frailes que
costó bastante controlar.</span><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Esta epidemia de 1834 fue
especialmente virulenta en Andalucía durante el verano. En Quesada los primeros
casos se dieron el 22 de julio. Para el día 24 se contaban 30 invasiones
(casos) de los cuales siete estaban graves y uno había muerto. Entre ese día y
el 8 de agosto llegaron a 30 los muertos. Quesada fue puesta en aislamiento
prohibiéndose la entrada y salida de personas. El 15 de agosto se cantó el Te
Deum, ceremonia religiosa que marcaba oficialmente el fin de la epidemia. Desde
ese momento se contaban treinta días más de cuarentena durante los cuales los
residentes en Quesada seguían sin poder salir del término municipal.</span><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En
1854 y 1855 el cólera, aunque con menos intensidad que en otros puntos de la
provincia, volvió a castigar Quesada,. En agosto se formó una Junta de Sanidad compuesta
por el párroco, alcalde y concejales, dos “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">vecinos honrados” y los dos médicos titulares para
tomar medidas “en atención que el cólera morbo parece se halla en la provincia
y por lo tanto el grave peligro que corre el vecindario”. La noticia curiosa de
esta epidemia fue que en noviembre había que ir a Jaén para negociar con
Hacienda el cupo que por contribuciones correspondía pagar a Quesada. Pero por
“cartas particulares” se había conocido que “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">la capital de la
provincia (se haya sufriendo) el azote del cólera morbo” y ningún concejal se
prestó al viaje. Por eso el Ayuntamiento tuvo que nombrar como representante,
aun a riesgo de que no defendiera los intereses del pueblo con suficiente celo,
a un agente que vivía en Jaén.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">2020
fue el año sin ferias. Lo que yo todavía no sabía cuando entonces presenté la Revista
de Ferias es que no fue la primera vez que por una epidemia hubo que
suspenderlas. Ya ocurrió en 1860, año en el que el general O´Donnell (de una de
esas familias irlandesas que emigraron a España en el siglo XVIII) se aprestaba
a la guerra con Marruecos y a la conquista de Tetuán. Las guerras siempre han
estado unidas a las epidemias porque los ejércitos juntaban a muchos hombres y
sus movimientos difundían el mal.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">El
7 de agosto de aquel año el alcalde Simón Bedoya se dirigió al pleno municipal
informando que en Hinojares “estaba haciendo estragos la enfermedad reinante en
otros puntos” (parece que daba miedo incluso escribir el nombre, cólera). En
pocos días iban a celebrarse los actos religiosos del 15 de agosto “así como
también las ferias que deben tener lugar en los días 25, 26 y 27 del
corriente”. Temía con razón el alcalde que la concurrencia de forasteros
“alterase la salud pública” y propuso la suspensión de procesiones y ferias,
“sin perjuicio de que luego que desaparezcan los temores que existen en la
actualidad, tengan efecto”. Así se aprobó y se acordó además, para evitar la
aglomeración de personas en espacios cerrados, “suspender las funciones
teatrales ínterin duran las circunstancias actuales y que se comunique a los
actores para su conocimiento”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Tres
días después un tal Mario Mojica, “en nombre de la compañía cómica que se halla
actualmente en esta villa”, presentó un escrito al Ayuntamiento pidiendo que “no
se impida la continuación de las representaciones teatrales, pues de lo
contrario se verán en la necesidad de implorar la caridad pública”. El
Ayuntamiento contestó que la suspensión de actos tenía como fin “evitar grandes
reuniones que puedan perjudicar la salud pública” y que no parecía procedente “suspender
las funciones religiosas permitiendo la continuación de las profanas”. Por eso
se ratificó la suspensión, aunque se quiso ayudar a los cómicos abriendo una
suscripción popular que recaudase el dinero suficiente para que la compañía
pudiera trasladarse a otro pueblo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">La
última gran epidemia de cólera fue la de 1884 y 1885. Aunque no existe un
balance oficial de muertos hay bastante documentación sobre este brote. Se
conserva en el Archivo Municipal, por ejemplo, el cuaderno de 47 páginas con
las medidas que propuso la Junta local de Sanidad para evitar en lo posible que
la enfermedad llegase a Quesada y, que si lo hacía, poder paliar sus efectos.
Este documento da mucha y buena información sobre la vida cotidiana del pueblo,
sobre cómo era el aspecto de las calles, cómo el comercio y los productos que
se vendían, las tabernas y tiendas de licores, etc. Tratarlo aquí alargaría en
exceso este artículo y merece la pena dedicarle en otra ocasión uno específico
pues creo lo merece.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">De
esta epidemia salió el pueblo relativamente bien parado. En la comarca afectó
especialmente a las zonas bajas, cercanas al Guadalquivir y al Guadiana Menor
(Collejares), a Peal y a Santo Tomé. No obstante, en Quesada también hubo
fallecidos y se habilitó un lazareto donde debían guardar cuarentena los
sospechosos de estar contagiados antes de entrar en el pueblo. A fin de alejar
la enfermedad, los enterramientos de las víctimas no se hicieron en el
cementerio, sino en Lacra, en el que pasó a ser conocido como “cortijillo de
los muertos”, donde permanecieron hasta 1942. Como en todas las epidemias de cólera,
el ánimo de los vecinos se vio muy perjudicado. En el pleno de 23 de noviembre
de 1884 se informó que los vecinos de las calles Nueva y San Juan (Coronación)
protestaban por el toque de las campanas de las iglesias del Hospital y del
Convento, que quedaban muy bajas y a la altura de los tejados colindantes. Se
acordó que “por hallarse este vecindario bastante compungido por las noticias
que se tienen del cólera”, se suprimiesen los toques de campana “por ahora, por
lo menos para los entierros”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Las
primeras noticias de la plaga se tuvieron en el verano de 1884 y se cantó el Te
Deum de finalización de la epidemia el 6 de octubre de 1885. El momento álgido
fue el verano de 1885. Las ferias no se suspendieron, pero se vieron poco
concurridas. El arrendatario de la tasa de Pesas y Medidas se quejó al
Ayuntamiento de los perjuicios que estaba sufriendo en sus ingresos por “la
falta de afluencia de forasteros a esta villa (…) ya por la invasión colérica
en toda la comarca y también por los obstáculos que se oponen en la vigilancia
o cordón que hay puesto”. La epidemia resultó muy benigna en Belerda, lo que el
maestro de allí, Pedro Puerta Martínez, atribuyó en un opúsculo publicado a su
costa y titulado “Flores de la Fantasía. Coronación poética dedicada a N.ª S.ª
de Tíscar”, a la milagrosa intervención de la Virgen. No dijo nada sobre la
epidemia de viruela que por las mismas fechas asoló aquel rincón y que obligó a
cerrar la escuela durante varios meses.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Gripe<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Y
por último la epidemia de la que tanto hemos oído hablar estos últimos tiempos,
la gripe de 1918 llamada gripe española por razones que ya todos conocemos. Nacida
y difundida por los movimientos de los ejércitos participantes en la Gran
Guerra, favorecida por el hacinamiento de los soldados en cuarteles y
trincheras, en pocos meses se extendió por todo el planeta. La primera ola,
primavera de 1918, afectó poco a Quesada al igual que la tercera, inicio de
1919. Con más gravedad lo hizo la segunda, en el otoño de 1918. La “grippe”,
como entonces se escribía, entró en Andalucía desde Levante por los pueblos del
norte de Granada, donde tuvo efectos trágicos. Quesada salió relativamente bien
parada, pero su efecto no fue despreciable.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">La
primera noticia conocida es del 5 de octubre de 1918. La Junta provincial de
Sanidad había ordenado el blanqueo interior y exterior de todos los edificios
del pueblo para desinfectarlos. De poco servía esta medida ante un virus
respiratorio, pero algo había que hacer (fue el equivalente al reciente baldeo
de calles para su desinfección). El caso es que no había cal suficiente en el
pueblo para blanquearlo todo a la vez y el Ayuntamiento se vio obligado a
solicitar de urgencia al ingeniero jefe de Montes una calera en los montes del
Estado, en la sierra, para fabricar el producto, ya que no se podía traer de
otro sitio pues en todas partes había escasez.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">No
se conserva (o no he localizado) el cuaderno de la Junta local de Sanidad, pero
por una alusión en el pleno municipal de 24 de octubre se sabe que se tomaron
medidas. Ese día se acordó que </span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">"en atención a las circunstancias y vistos los estados epidémicos por
los que atraviesan los pueblos limítrofes y casi España entera, el Sr.
Presidente (alcalde) hizo presente a la Corporación la necesidad urgente de
adoptar medidas enérgicas tanto para evitar el contagio cuanto para combatir
los casos que pudieran darse (y) que se cumplan «con exactitud» los acuerdos
tomados por la Junta de Sanidad”. Se acordó también que “si los desinfectantes
no corren por cuenta del Estado, su importe y el de los trabajos de saneamiento
se paguen por el Ayuntamiento” con cargo al capítulo de Imprevistos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La
multiplicación de casos desbordó a los médicos y se resintió el servicio, especialmente
para los pobres (los beneficiarios de la Beneficencia Municipal) y los vecinos
de Belerda. El 19 de octubre se leyó en el pleno un escrito presentado por </span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">"vecinos de esta
ciudad y moradores de la aldea de Belerda" quejándose del abandono en que
se encuentra el “servicio benéfico-médico no girándose las visitas a enfermos
pobres comprendidos en las listas de Beneficencia residentes tanto en esta
ciudad como en la antedicha aldea de Belerda”. El Ayuntamiento se limitó a
instruir un expediente informativo “para averiguar la verdad”. Aunque
resultaron los más perjudicados, los pobres no fueron los únicos que murieron.
El 14 de octubre falleció de gripe Cipriano Ruiz García, histórico oficial 1º y
secretario municipal que había iniciado su carrera en el Ayuntamiento en 1869. Su
muerte fue muy sonada porque era persona conocida que había sido presidente de
la cofradía de la Virgen y autor de la reforma de sus estatutos en 1907.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Entre
octubre y diciembre de 1918 hubo en Quesada 28 muertos a causa de la gripe
según el Registro Civil: 11 en octubre, 9 en noviembre y 8 en diciembre. El
primer fallecido se produjo el 1 de octubre y el último el 16 de diciembre.
Seguramente fueron más los afectados, porque en bastantes inscripciones de
defunción no se especifica la causa de la muerte. Para este cálculo de 28 solo
he contado los que están identificados con enfermedades respiratorias (gripe,
neumonía y bronquitis). Fue una mortalidad importante, bastante mayor y sucedida
en menos tiempo que la que ha producido en el pueblo el COVID, pero no tuvo nada
que ver con el cataclismo sufrido en otros lugares. En algunos pueblos de
Granada (Albuñol, Cúllar o Guadix, donde murieron 41 personas en un solo día)
se multiplicó por 10 la mortalidad. Si hubiera ocurrido en lo mismo en Quesada
se contarían más de 400 muertos.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Amazon%20Drive/0%20QUESADA%20HISTORIA/3%20Art%C3%ADculos%20propios/Epidemias%20Ferias%2022/QUESADA%20y%20las%20EPIDEMIAS%20Ferias%2022.docx#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 14pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">En
Quesada seguramente fue vivida la epidemia con más miedo por los menos
afectados, las personas acomodadas que sabían leer y que conocían las terribles
noticias que publicaba la prensa. Para el resto, acostumbrados a morirse sin
saber de qué, no fue nada extraordinario. Durante esos tres meses murieron en
el pueblo seis niños de raquitismo,
cuatro de difteria y uno de sarampión. Otros diez menores de cinco años pasaron
a mejor vida sin que en el Registro se especifique la causa de su defunción. Para
los que no se enteraron de lo que sucedía en Madrid o en el frente francés,
aquel fue un otoño más en el que la muerte era la compañera habitual de las
gentes en su día a día. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Este
artículo está dedicado a la memoria de las quesadeñas y quesadeños que ha
perdido la vida con el COVID y a los que lo han padecido en su persona o en sus
familias. No está dedicado a los que todavía no se han enterado, o querido
enterar, de que la investigación científica, las vacunas, son el invento que,
de largo, más vidas ha salvado en toda la historia de la Humanidad. Que al
menos sirva esta pequeña historia de las epidemias en Quesada para que
recordemos que, a pesar de tantos avances, no dejamos de ser una más de las
muchísimas especies animales que habitan la Tierra.<o:p></o:p></span></p><p>
</p><div><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Amazon%20Drive/0%20QUESADA%20HISTORIA/3%20Art%C3%ADculos%20propios/Epidemias%20Ferias%2022/QUESADA%20y%20las%20EPIDEMIAS%20Ferias%2022.docx#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10pt; line-height: 107%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Arial",sans-serif;"> Los datos de Granada proceden del
artículo de Gabriel Pozo Felguera <i>La gripe que mató a miles de pobres en pueblos
y no llegó a la Gran Vía</i>, publicado el 1-3-2020 en <i>El Independiente de
Granada</i>. La epidemia parecía “caprichosa” porque afectó menos a Granada
capital. Pero no fue capricho, fue más bien resultado de las diferencias
económicas y sanitarias entre la ciudad y los pueblos dejados de la mano de Dios.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwV4NFpZia-O--MShY_fiOEnTgdyI35YP2vG7TqUxsOZ5_6lpvSAbKPDerLs939zCYi4erbSan3j6DH79fRW8HmwMGZMriE29LZc_4IsNsxHdebKX_MU1VA_fL3DJe5oBdp6ekHTSXVm0UU42EZjOXFItU3VRIp3ur0EljP0lfizpCv_6nM5i4y3Vl3A/s810/Ferias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="810" data-original-width="673" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwV4NFpZia-O--MShY_fiOEnTgdyI35YP2vG7TqUxsOZ5_6lpvSAbKPDerLs939zCYi4erbSan3j6DH79fRW8HmwMGZMriE29LZc_4IsNsxHdebKX_MU1VA_fL3DJe5oBdp6ekHTSXVm0UU42EZjOXFItU3VRIp3ur0EljP0lfizpCv_6nM5i4y3Vl3A/w532-h640/Ferias.jpg" width="532" /></a></div><br /><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-8114732561090117932022-06-24T09:39:00.013-07:002022-07-09T07:11:00.043-07:001878. QUESADA en la Exposición Provincial de Jaén. El jardín y Alcalá Menezo.<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZtsG5HI7obocbIXf6COQGSBG3SReZau37mS98waO7bqKPf5fY8MgrYL4Tx9-zDFxn0Ytexff1EjdlONn-v1NRFzwTwDlwF6uZDWuEptd2ksyMlQXHPm7i5zNbigWkrdly3wdXIuAbTHzJgYDIeX2uFxUj-jw1i62EVUaKblpdIRMdU6utM6QzJDdElA/s2089/Etiqueta%20productos.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="2089" data-original-width="1292" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZtsG5HI7obocbIXf6COQGSBG3SReZau37mS98waO7bqKPf5fY8MgrYL4Tx9-zDFxn0Ytexff1EjdlONn-v1NRFzwTwDlwF6uZDWuEptd2ksyMlQXHPm7i5zNbigWkrdly3wdXIuAbTHzJgYDIeX2uFxUj-jw1i62EVUaKblpdIRMdU6utM6QzJDdElA/w396-h640/Etiqueta%20productos.jpg" width="396" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La etiqueta de los productos de Quesada <br />en la Exposición Provincial.</span></td></tr></tbody></table><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Seguramente más de uno habrá oído una
vieja historia sobre la participación de Quesada en una exposición universal,
al parecer alguna de las de París en el siglo XIX. En ella los higos secos de
Quesada habían obtenido un segundo premio en su categoría, solo por detrás de
los acreditadísimos de Esmirna. He buscado alguna referencia documental a este
asunto sin encontrar nada (por cierto, a la Exposición Universal de Filadelfia
de 1877 sí se mandaron desde Huesa trabajos realizados con esparto, <i>BOPJ de
24-2-1876</i>). Pero aunque no se pueda comparar con la de París, hay abundante
documentación sobre la participación de Quesada en la Exposición Provincial de
Jaén de 1878.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Con posterioridad a la publicación de este artículo, la bibliotecaria de Quesada, Teresa Heredia Laso, ha solucionado mi problema de mala cabeza recordándome que es en <i>Villavieja</i> donde Ciges Aparicio le hace decir a don Luis Obregón (Alcalá Menezo): </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: arial; font-size: large;"><i>¿Y recuerda usted el alentador ensayo que con los higos de nuestras
huertas hizo mi hermano Leandro? En París les dieron el segundo lugar, después
de los de Esmirna y al lado de los mejores marselleses.</i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: large;">Si Ciges no se inventó la cosa (las noticas de esta novela suelen tener, al menos, un fondo de realidad) esta historia de los higos fue cierta y protagonizada por Manuel Antonio Alcalá Menezo (Leandro Obregón).</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Las exposiciones universales se
prodigaron a lo largo del siglo XIX. Ideadas para mostrar y difundir los avances científicos, en ellas competían (sin
necesidad de guerras) las grandes potencias exhibiendo sus propios logros
técnicos y económicos. Quien visitaba alguna de estas exposiciones podía decir
que había visto los últimos y más novedosos inventos de la Humanidad. El
espíritu de estas exposiciones fue calando hacia abajo y aparecieron
exposiciones nacionales, regionales e incluso locales por todas partes. Detrás
de estas exposiciones existía un interés económico, pues se suponía que daban a
conocer al mercado lo mejor de las producciones de cada cual. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">El 23 de enero de 1877 publicaba el
periódico de Madrid <i>La Producción Nacional, Crónicas ilustradas de
exposiciones nacionales y extranjeras</i>, una carta remitida desde Jaén por
Joaquín Ruiz Jiménez. En ella el autor hace una sentida defensa de las
exposiciones como instrumento de paz y concordia entre las naciones,
sustituyendo la guerra por la pacífica competición y el conocimiento mutuo. Tras
un balance de las numerosas exposiciones sectoriales y provinciales convocadas
en España, anuncia que la Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén había
decidido organizar en el otoño de ese mismo año la correspondiente a esta
provincia. Como iba a coincidir con las de Sevilla y Granada, Ruiz Jiménez
proponía que fueran el germen de una exposición regional de Andalucía y que
cada año se organizase en una de las ocho capitales. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Joaquín Ruiz Jiménez era un joven
abogado de Jaén que más tarde inició larga carrera política dentro del partido
liberal, llegando a diputado, senador, alcalde de Madrid y ministro de la
Gobernación. Por retrasos en la financiación (la Diputación no llegó aquel año
a consignar partida en su presupuesto) la exposición hubo de retrasarse año. En
el número extraordinario del Boletín Oficial de la Provincia de 23 de enero de
1878, el gobernador civil anunciaba que se celebraría el próximo verano y que
serviría para “solemnizar” en la provincia la boda de Alfonso XII con su prima
Mercedes (al final lo que se solemnizó fue la muerte de Mercedes, fallecida en
junio de aquel mismo año). La Exposición Provincial se inauguró el 7 de agosto
de 1878 con una buena repercusión en la prensa. En ella Quesada tuvo un
importante, y sorprendente, protagonismo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEnUgXeIhGjIfufB4D7cI1LUCcQ8_OzkLlMz5dFWXxeEX5wJ2Qeg87LENs_rDsRnSqZ0a5yzukpSOrmEcdj3-JVxL6VGLcgsotJ1el2woWwzxfIGwmcLpKj18XILtlLiJe7fFn3wvqzNG3n8TaG31XJHR-NghqqaP_aj3Ssl8QVGXCg-kOMJmJchG06Q/s2368/1878-08-22%20La%20Ilustraci%C3%B3n%20espa%C3%B1ola%20y%20americana%201.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="2368" data-original-width="1573" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEnUgXeIhGjIfufB4D7cI1LUCcQ8_OzkLlMz5dFWXxeEX5wJ2Qeg87LENs_rDsRnSqZ0a5yzukpSOrmEcdj3-JVxL6VGLcgsotJ1el2woWwzxfIGwmcLpKj18XILtlLiJe7fFn3wvqzNG3n8TaG31XJHR-NghqqaP_aj3Ssl8QVGXCg-kOMJmJchG06Q/w266-h400/1878-08-22%20La%20Ilustraci%C3%B3n%20espa%C3%B1ola%20y%20americana%201.jpg" width="266" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;">La Exposición Provincial en La Ilustración<br />Española y Americana.</span></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif"><br /><span style="font-size: large;"><br /></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">El protagonismo de Quesada no se debió ni
a la pujanza económica del pueblo ni a un interés y esfuerzo colectivo, pues
fue fruto de una sola persona: Ángel Alcalá y Menezo. Nacido en 1845, hijo de
Eduardo Alcalá Vela, rico propietario de tendencias carlistas, fue una de las
personalidades más destacables del siglo XIX quesadeño. Como político transitó
desde el carlismo de su juventud hasta la izquierda dinástica. En esta
corriente, seguidora de la estela del general Prim y la revolución de 1868, fue
donde su implicación política resultó más activa y relevante. Su carrera
continuó en Filipinas, donde desempeñó la gobernación de varias provincias
hasta que, tras su enfrentamiento con el general Valeriano Weyler, fue cesado y
regresó a la Península con la salud quebrantada. Murió en Quesada el 10 de mayo
de 1895. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">D. Ángel fue periodista, poeta y, sobre
todo, autor de <i>Pedro Hidalgo o el Castillo de Tíscar</i>, novela histórica
romántica al estilo de Gil y Carrasco en <i>El señor de Bembibre</i>. Publicada
inicialmente como folletín por entregas en <i>El Pabellón Nacional,</i> 1883, y
casi a la vez como libro en dos tomos, tuvo una segunda edición en 1945 a cargo
de la Cofradía de la Virgen de Tíscar. En esta edición el dibujo de portada estuvo
a cargo de Zabaleta, las fotos y el emotivo prólogo son de Juan de Mata
Carriazo. Es la popularmente conocida como <i>Novela de Tíscar</i>, de la que
creo se sigue vendiendo el facsímil de la edición de 1945, que reimprimió la
Cofradía en 1981.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Ángel Alcalá Menezo fue también la figura
que inspiró a Ciges Aparicio para el personaje central de <i>Villavieja</i>,
don Luis Obregón. No haré aquí una biografía de Alcalá Menezo pues merece un
trabajo propio que espero en algún momento abordar. Sirvan estas pocas notas
para acreditar que don Ángel fue un personaje peculiar, dotado de un carácter
inquieto que le hizo sobresalir a sus paisanos contemporáneos. Lo demostró por
primera vez con motivo de la Exposición Provincial de 1878.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Quesada vivía en 1878 los ecos de los
vaivenes políticos de los años anteriores, de la Gloriosa y de la I República.
No fue una etapa conflictiva en el pueblo y la Restauración de los Borbones no
supuso un cambio brusco. Los republicanos perdieron todo protagonismo pero no
fueron perseguidos con la saña que se conoció décadas después. Buena parte de
los carlistas se apresuraron a renegar del Tradicionalismo y juraron lealtad a
Alfonso XII. Lo hicieron, el 24 de julio de 1875 en Jaén y delante del
gobernador, significados quesadeños que había formado parte del disuelto Comité
carlista local, entre ellos nuestro Ángel Alcalá y su padre Eduardo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Era Quesada por entonces un pueblo
remoto, aislado y con pésimas comunicaciones. La carretera de Torreperogil a
Huéscar solo existía hasta Peal. Las obras entre este pueblo y Quesada se
iniciaron, con lentitud, por aquellos días. En marzo de 1877 todavía estaba
enredado el proyecto de carretera en la expropiación de las tierras por donde
pasaría la construcción. Había otro proyecto que si se hubiese acometido
hubiera ahorrado hoy 20 o 30 minutos a Granada. Se trataba de la carretera
Cazorla-Quesada-Cabra-Huelma-Iznalloz, incluida en el Plan General de
Carreteras de 1877. Nunca se ejecutó y todavía hoy para ir hasta Huelma y
Guadahortuna se rodea por Jódar o hay que transitar los malos caminos de tierra
que cruzan la Dehesa de Guadiana.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Respecto al ferrocarril, por estos años
se trabajaba en el proyecto de línea entre Linares y Baza, que pasaba por Peal,
Quesada, Huesa y Pozo Alcón. Llegaron a licitarse las obras en 1882 aunque sin
resultado. Los fuertes intereses financieros de las empresas y familias
inversoras, como los Loring de Málaga, terminaron desviando el trazado hasta el
actual y semiabandonado que enlaza con
Moreda y Guadix. Tampoco había telégrafo, otro gran avance en las comunicaciones
de la época. En 1877 se había acordado la construcción de una línea telegráfica
aérea entre Úbeda y Villena (Alicante) que pasaría por Quesada. No obstante el
Ayuntamiento, alegando su mal estado presupuestario, renunció en 1883 a la
estación telegráfica. Hasta el verano de 1909 no se inauguró el servicio.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Pero si en 1878 era Quesada un pueblo
incomunicado, del que solo se podía entrar o salir por viejos caminos pensados solo
para el tránsito de caballerías, es también cierto que estaba en marcha una auténtica
revolución urbanística que cambiaría para siempre el aspecto del centro del
pueblo. Era por entonces la plaza un gran descampado cuadrado rodeado de casas
entre las que destacaba la del Ayuntamiento. En una esquina de la actual
explanada la torre del convento, conocida como torre del reloj porque en ella
estaba el que muchos años después acabó en la fachada del Ayuntamiento. Frente
a la torre una vieja y por entonces ya ruinosa fuente, la única del pueblo, que
se abastecía de un caz que traía escasas y malas aguas del Chorradero. Estaba
en construcción una nueva y moderna conducción de aguas, desde Nacimiento y
Jorquera, que se inauguraría pocos años después.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En aquella plaza vacía se montaban los
puestos del mercado, se celebraban fiestas y actos públicos y cuando pasaban
tropas por el pueblo, como sucedió varias veces durante las guerras carlistas,
allí era donde montaban sus tiendas y acampaban entre la curiosidad de chicos y
grandes. Este era el modelo de plaza medieval, tradicional en toda Europa y razón
por la que muchas de ellas se siguen llamando del Mercado. Pero los tiempos, y
las modas, estaban cambiando. Durante el siglo XIX en muchas ciudades y pueblos
de algún tamaño se plantaron alamedas y lugares para el paseo. Estaban pensados
estos espacios (llamados salones, como el paseo del Salón de Granada) para que
las clases pudientes se recreasen en ellos dejándose ver y siendo vistos. Eran
lugares para saludar y prodigar el trato social mientras se caminaba a la sombra
en verano o al sol tibio de los inviernos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En Quesada el primer intento en este
sentido fue el de Santa María. En el plano de Madoz de mediados de siglo ya
figura como “paseo”, extramuros del pueblo y plantado de árboles. Sin embargo el
lugar no triunfó porque estaba demasiado lejos del centro y porque se utilizó pronto
como zona de expansión y fue rápidamente edificado. A principios de 1878 seguía
Quesada sin disponer de un espacio de recreo acorde con los tiempos, algo que
se consideraba imprescindible para toda localidad moderna y de alguna
importancia. Por eso, en el pleno de seis de enero “a propuesta del señor
alcalde se acordó construir un paseo en la Plaza de esta población y al efecto
se dispuso nombrar una comisión” al objeto de que estudiase detenidamente el
asunto y propusiese lo antes posible el oportuno proyecto.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">La comisión estaba formada por tres
concejales y presidida por el teniente de alcalde, Felipe Carrasco Carrasco.
Felipe Carrasco era Venerable Maestro y cabeza de la logia masónica local, “La
Luz”. Era además perito de montes, encargado de los montes del Estado en el
pueblo. Sus conocimientos forestales sin duda le hicieron llevar la iniciativa
y elegir los árboles que se plantarían, álamos negros del país (Ulmus minor),
especie que crecía espontánea en el campo y que formaba amplias y frondosas
copas que daban sombra en verano y que, sin hojas en invierno, dejaban pasar
los tibios rayos de sol. El proyecto se aprobó en el mes de septiembre y se acordó
iniciar la plantación aquel mismo año.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">De lo orgullosos que estaban los
quesadeños de este moderno paseo da idea que las cuatro farolas que se pusieron
en cada esquina no se regían por las normas generales de alumbrado público en
cuanto a horario, sino que se regulaban por uno propio que decía en cada
momento la alcaldía a fin de adaptarse a las fiestas y ocasiones solemnes.
Además, se decidió que la nueva fuente pública que remataría la conducción de
aguas en construcción fuese “monumental”, con cuatro caños y dos pilares; uno
dando a la explanada, cuadrado y que servía como abrevadero y otro lobulado y
ornamental que daba al nuevo jardín. En muy poco tiempo la plaza cambió
completamente de aspecto dejando de ser esa especie de descampado que había
sido hasta el momento. Como contrapartida el mercado se quedó sin sitio, las
mercancías se tuvieron que pregonar y vender por las calles en forma bastante
precaria. Aparecía un nuevo problema que hubo que resolver en los siguientes
años con la instalación del mercado en el claustro del viejo convento.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Así estaba Quesada el año en el que Ruiz
Jiménez trabajaba en la organización de la Exposición Provincial. Poco antes, a
principios de 1877, Alcalá Menezo había sido elegido diputado provincial por el
distrito de Quesada. Este cargo político le obligaba a frecuentes
desplazamientos a Jaén para los plenos de la Diputación. Allí conoció a Ruiz
Jiménez y su proyecto, interesándose inmediatamente por el asunto. Alma inquieta,
muy alejado de ese espíritu de ociosidad, naipe y alcohol en el que dormía la
clase propietaria quesadeña, su paso por la Diputación no fue acomodaticio. A
finales de febrero de 1878 (<i>BOPJ</i> de 19 de marzo de 1878), protagonizó un
áspero debate oponiéndose a la convalidación del acta del diputado por Cazorla
Isicio Ortega. Denunció don Ángel las irregularidades electorales en La Iruela
y que era un escándalo lo ocurrido en aquel distrito pues “se había apaleado a
todas las personas que apadrinaban la candidatura de oposición; hubo palos y
tiros, y un bastón de autoridad se había roto en la cabeza de la misma persona
que le llevaba”. Fue una de sus primeras protestas contra el caciquismo, que
más tarde tanto llamaron la atención de Ciges Aparicio, declarado simpatizante
del regeneracionismo de Joaquín Costa. Siguiendo por esta línea, Alcalá Menezo
acabó destacando en Madrid años después en el ámbito de la Izquierda Dinástica,
pero eso ya es historia para otro artículo. Ahora toca la Exposición
Provincial.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Aquel invierno repartía su tiempo don
Ángel entre las estancias en la capital de la provincia y sus ocupaciones
personales en Quesada, como propietario y como director y profesor en el
colegio de segunda enseñanza que él había fundado y al que ya me he referido en
un artículo anterior. La Diputación de Jaén ha digitalizado recientemente el
archivo de la Sociedad Económica de Amigos del País. En este archivo se
conserva la correspondencia que con esa sociedad y con su secretario Ruiz
Jiménez, mantuvo Alcalá Menezo. En su lectura se comprueba el entusiasmo con
que acogió la exposición y su empeño por que Quesada hiciera un buen papel en
ella. Y lo hizo, por el empuje y esfuerzo personal de D. Ángel. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">La primera de estas cartas es del 10 de
febrero de 1878. En ella se queja de sus muchas ocupaciones, políticas y
pedagógicas, que le impedían atender como es debido a los amigos: “Mi cargo de
Diputado de un Distrito desinquieto y revoltoso unido a que explico
¡asignaturas! en el Colegio de 2ª Enseñanza, me privan del placer de atender
cual debía a tiempo a los amigos, (…) como Vd. a quien tanto quiero y aprecio”.
Le dice también que en los próximos días le enviará para su publicación en <i>La
Semana</i> “un par de artículos históricos y una composición en verso
(narración histórica)”. <i>La Semana</i>
era la revista que había fundado Ruiz Jiménez como órgano de difusión y
animación de los trabajos de preparatorios de la exposición. Se financiaba
mediante la suscripción de sus lectores y conseguir estas suscripciones en
Quesada (y lo más importante, cobrarlas) fue una de las primeras tareas a las
que se aprestó.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="font-family: Arial, sans-serif; margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdQJQ2W4hN-xJAhL5HgOcCMKTwfCvmmIdOdqqZ7tgu6T27sZIsGq-r2Yl6C04dja-2J-dj6UX6k8B6tRLYHs5fw14vV44QKQjtzRQCJUzYyo2aq1nKRbkq5wBKGJQ5Oj44x7wG2qr6S35lU0EImMslduGUNbhisu9THUzIvbOPQACarupIub5miSJAfA/s1289/1878-04-25%20AAM%20(1).jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1289" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdQJQ2W4hN-xJAhL5HgOcCMKTwfCvmmIdOdqqZ7tgu6T27sZIsGq-r2Yl6C04dja-2J-dj6UX6k8B6tRLYHs5fw14vV44QKQjtzRQCJUzYyo2aq1nKRbkq5wBKGJQ5Oj44x7wG2qr6S35lU0EImMslduGUNbhisu9THUzIvbOPQACarupIub5miSJAfA/w400-h265/1878-04-25%20AAM%20(1).jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Una de las cartas de Alcalá Menezo a<br />Joaquín Ruiz Jiménez.</span></td></tr></tbody></table><br /><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En carta de 20 de marzo comunica a Ruiz
Jiménez que por conducto de D. Pío de la Riva (comerciante natural de Ortigosa
de Cameros -Logroño- establecido en Quesada y que se dedicaba al giro de pagos
y cobros, entre otras cosas) le remitía 168 reales correspondientes a la suscripción
trimestral de once quesadeños (14 reales cada una pues uno de los recibos era
por dos trimestres). Entre ellos estaban el párroco Luis Vear Ortiz, el notario
José Montiel, el secretario municipal Juan Álvarez del Peral y su propio padre,
Eduardo Alcalá Vela. Tres días después Ruiz Jiménez le gira otros 14 recibos.
Alcalá Menezo le contesta de forma escueta y segura: “Se cobrarán”. Le añade
que como la Diputación había convocado pleno para el 1 de abril, aprovecharía
para ajustar “cuenta estrecha” de lo que en Quesada se debía a <i>La Semana</i>.
Le dice también que aprovechará el viaje para llevar los donativos que los
ayuntamientos del distrito “han ofrecido a beneficio del Certamen”.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Además de Quesada los pueblos a los que
Alcalá Menezo representaba como diputado provincial eran Peal, Huesa, Hinojares
y Santo Tomé (Pozo Alcón y La Iruela pertenecían al distrito electoral de
Cazorla). No dice que cantidad daba cada uno pero en el libro de actas
municipales podemos saber que el de Quesada ofreció 150 ptas. Se aprobó el 17
de marzo. El mismo día por cierto que el constructor de Úbeda Manuel Campos
Atienza se adjudico por 12.000 duros las obras de la nueva cañería de aguas
potables. Esta aportación de 150 ptas. dejó muy satisfecha a la Sociedad Económica
de Amigos del País, que lo agradeció solicitando al Gobierno para Quesada el
título de ciudad, “logro” que no se consiguió hasta tres décadas después.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Durante estos primeros meses Alcalá
Menezo ingenió otros métodos de financiación para el certamen. En concreto “un
baile por la pascua de Resurrección” y dos funciones teatrales que le dieron
muchos quebraderos de cabeza. Los problemas tenían su origen, como podemos
imaginar, en los celos, piques y envidias de actores y actrices, que a pesar de
la evidencia se consideraban poco menos que grandes estrellas. En carta de 25
de abril se lamenta a su amigo de Jaén: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Al fin tras largo penar
se han realizado las dos funciones teatrales prometidas. Su importe total de
732 reales lo remitiré en la primera oportunidad, así como los trajes que me
traje (sic) y que no han servido pues estos aficionados no se han conformado si
no con el terciopelo, la seda y el oro (…) Las funciones verificadas me han
dado muy malos ratos, y he estado en un movimiento continuado ¡Gracias a Dios
que se han acabado! El resultado no ha sido mucho, pero ha sido honroso. (…) estuvo
animadísimo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En esta misma carta se lamenta don Ángel
del mucho trabajo que se le acumula y le desborda:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: large;"><i><span face=""Arial",sans-serif">Yo estoy atareadísimo,
pues después de mis asuntos propios (que casi tengo abandonados) tengo cuatro
clases diarias en mi querido Colegio de 2ª Enseñanza, un distrito revoltoso y
empalagoso a quien representa y mil ocupaciones y quehaceres que no me dejan
comer, sosegar ni dormir (…) Ahora a preparar los envíos (</span></i><span face=""Arial",sans-serif">de los productos y objetos a exponer<i>):
a hacer a todo el mundo que trabaje <b>para que mi pueblo se presente como
quien es, o mejor dicho, como yo quiero que sea.</b> </i>(estoy recogiendo)<i> Pinturas
en lienzo, obras de ebanistería, memorias científicas, labores primorosas de
mujeres, zapatería, encajes, mantas, productos químicos, maderas de mérito,
plantas con uso en las artes y medicina, antigüedades, simientes, vinos,
jabones, aguardientes, frutas, licores finos aquí fabricados, dibujos, ganado
lanar y cabrío y un potro que tengo en las yeguas que si se puede amamar (sic)
y se pone esta primavera gordo no ha de hacer mal papel y en fin, en cuanto
aquí se haga, se haya hecho o se pueda hacer pienso enviar, para ver si consigo
mi fin que es honroso y noble.<o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br /><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: x-large;"><br /></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;"> Su
involucración en los preparativos es entusiasta, consigue suscripciones a <i>La
Semana</i>, organiza teatros y bailes y sobre todo, busca y selecciona
productos para exponer, los prepara y los envía. Faltando poco más de dos meses
para la inauguración le escribe a Ruiz Giménez que “la suscrición personal está
dando más resultados que los que yo creía” y le pide que le mande desde Jaén
“72 tarros tapón esmerilado de 500 g. y otros 12 de 1 kilogramo” para envasar
los productos. Pero tanto trabajo va dando su fruto y está contento:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Los expositores de esta
población son muchos y de mérito. Creo que Quesada hará el papel en el Certamen
que corresponde a una población ilustrada y civilizada. ¡Viva mi pueblo!<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><i><span face=""Arial",sans-serif"> </span></i><span face=""Arial",sans-serif">La actividad de D. Ángel había sacado de la rutina, del
aburrimiento, a un pueblo en el nunca pasaba nada de importancia. El que pudo
se suscribió a La Semana, muchos participaron en la junta organizadora que
encabezó el notario Montiel como comisario local, otros muchos ofrecieron
productos de sus huertas y fincas, objetos raros que tenían casi olvidados en
sus casas. Todos opinaron sobre lo que había que hacer, pero hacerlo ya era
cosa de D. Ángel. Suyo fue la mayor parte del gasto, del trabajo y suyo fue
hasta el local donde se instalaron las dependencias de la organización. La
novedad produjo en el pueblo la excitación propia de la ruptura de la rutina
pero apenas fue una aventura más bien frívola, como se ha visto en el asunto
del teatro o social. A pesar del entusiasmo compartido aquello no dejaba de ser
una aventura personal de Alcalá Menezo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En junio, a los trabajos de la exposición,
se le acumularon los exámenes del colegio: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Hasta que concluyamos
con mi tarea del Colegio (pronto serán los exámenes, pues estoy aguardando la
Comisión de ese Instituto) no impulsaré de veras el interés de la exposición.
Entonces me dedicaré exclusivamente a dicho negocio.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Pocos días después le comunicó a Ruiz
Jiménez que ya habían sido los exámenes y que el resultado era muy bueno:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Gracias al <u>divino
Apolo</u> que he concluido (por este año) de estudiantes. Ya me sobra tiempo
para todo. Estoy desde ayer exclusivamente dedicado al Certamen provincial. Le
ruego inserte V. en La Semana el suelto que le incluyo respecto al resultado de
mi Colegio, que ha sido brillantísimo, honroso, sobresaliente, magnífico.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Liberado de obligaciones pedagógicas se
dedica por completo a la Exposición. En carta de 24 de junio le explica como
está organizando los trabajos:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En mi casa (que es de
V. desde los cimientos hasta más arriba de las tejas) he destinado una sala de
la planta baja para ir colocando los objetos recogidos. He establecido una
verdadera oficina compuesta de un escribiente dedicado a inscribir objetos y
llevar los libros de asiento y orden de la Comisaría y llenar etiquetas. Un
carpintero para hacer las cajas a propósito para el embalaje; un muchacho para
taponar botellas en la maquinita que he comprado para el efecto y dos criados
encargados de ir casa por casa recogiendo objetos y noticia del estado en que
se encuentran los trabajos que se están haciendo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Yo inspecciono todo
esto, y ordenadamente lo voy colocando por grupos y clases. Así que todo esté a
la vista vendrá un día la Junta de Señoras para ver si todo lo recogido es
digno de figurar en el Certamen (hablo de los trabajos hechos por las señoras)
y que desechen lo que no deba presentarse y después vendrá la Junta de hombres
de Quesada a prestar el mismo servicio. Una vez hecho esto estará la Comisaría
dos días abierta para que la visiten todas las personas que quieran, y luego
procederé al embalaje y después con las cajas marcharé yo a Jaén.</span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large;"><i><br /></i></span><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;"><o:p></o:p></span></span></i></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: x-large; margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJnIqymqIDEwxr8K3AZbGG2Mdn0bwPC4nhdZ7C52RCjdz_3A6yS9hZWivCUnW6Z1ncu3bznKpyiKT-h-YagEuw5r3-HsKaCty3HXZwHPkdf-YzYemGHfzEFsTmpiZK-b-ZB5PAKmKoeiffDwobCltykw3sVK3HrvZfCmZwZ6gJNtsphoMlbn9gbu-JNw/s848/expositor.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="848" data-original-width="593" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJnIqymqIDEwxr8K3AZbGG2Mdn0bwPC4nhdZ7C52RCjdz_3A6yS9hZWivCUnW6Z1ncu3bznKpyiKT-h-YagEuw5r3-HsKaCty3HXZwHPkdf-YzYemGHfzEFsTmpiZK-b-ZB5PAKmKoeiffDwobCltykw3sVK3HrvZfCmZwZ6gJNtsphoMlbn9gbu-JNw/w280-h400/expositor.jpg" width="280" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Dibujo del expositor de vinos y aceites<br />tal como lo ideó Alcalá Menezo.</span></td></tr></tbody></table><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">No solo fue reuniendo la colección de
objetos y productos, Alcalá Menezo ideó como se expondrían en los salones de
Jaén. Pensó que todos los productos de Quesada llevasen una etiqueta
específica, cuyo diseño le remitió a Ruiz Jiménez para que encargase la
impresión de “200 ejemplares, en papel
bueno y algo fuerte, y que sean decentes”. Le dibujó un modelo de etiqueta (ver
imagen) aclarando que en la zona donde había pintado un ojo se debía añadir
“Nombre científico según la clasificación de …..” de manera que figurara el
nombre “vulgar” y el científico.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">También pensó en cómo presentar los
trajes populares de Quesada, “que son los más bonitos y pintorescos de la
provincia”.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Vestir dos maniquís de
tamaño natural (hombre y mujer) con los trajes del país. La mujer estará
vestida con ropa tejida en el pueblo con los linos y cáñamos y sedas y
algodones aquí criados, aquí hilados, teñidos, tejidos y preparados. Es decir
que desde el alpargate hasta las cintas, enaguas y pañuelos, todo es del país. Estos
dos maniquís sostendrán un cuadro donde se dará una noticia exacta de esta
Villa en la siguiente forma: Estadística, riqueza, importancia antigua, estado
actual, su porvenir.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Para los vinos y aceites también
encontró solución: “He hecho una preciosa instalación para vinos y aceites que
representa una doble pirámide cobijada por las ramas de un árbol y coronada por
un abanico y adornada con muchos gallardetes en esta forma” y garabatea un
dibujo en la carta (ver imagen). Hay que recordar una vez más que, hasta que la
filoxera acabó con ellas, las viñas eran un elemento importante en el paisaje
del pueblo y la producción de vino superior a la de aceite. Había muchas viñas,
especialmente en los alrededores del pueblo, a veces mezcladas con olivos.
Apenas unos cuantos plantonares (en las zonas más pedregosas pegadas a los
cerros) anunciaban la posterior y enorme expansión de este cultivo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">A mediados de julio le anuncia a Ruiz Jiménez que los carros con los
productos de Quesada saldrán en pocos días y lo muy absorbido que está por los
preparativos:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Jamás he tenido tanta
creatividad como ahora. El dichoso certamen me ha quitado el sueño. Tan
solamente a él me dedico, teniendo todas mis obligaciones abandonadas. Creo que
los objetos de este pueblo podrán salir para Jaén el 18 o el 19 en dos carros.
Tengo en mi casa carpinteros, pintores, herreros y demonios. Ya avisaré a V. el
día fijo en que salimos con el convoy (…) Los carros saldrán de aquí al cuidado
de un oficial carpintero un día antes que yo para llegar al mismo tiempo.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Ha reunido una buena colección de vinos,
aceites, muebles, pinturas al óleo, lanas y
tejidos... </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;"><i>y mil cosas que no puedo enumerar, como resinas, zumaque, té,
grana, sedas, etc. etc. Pero todo en pequeñas cantidades pues como yo solo he
costeado las cajas, los embalajes, los portes, las instalaciones y hasta los
materiales para los trabajos que se exhibirán, me ha sido imposible hacer
cuantiosas cantidades.</i><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En esta última carta le pide instrucciones
sobre las formalidades fiscales de pago de consumos y otros arbitrios a la
entrada de Jaén: <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Como quiera que a los
empleados de consumos y a los rematadores de este arbitrio les temo tanto o más
que a los toreros, pues se me espina el cuerpo al pensar que tuviera yo que
hablar o con unos o con otros; espero me diga detalladamente lo que hay que
hacer para que no haya obstáculos ni altercados.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Alcalá Menezo es consciente de las
limitaciones, suyas y de su pueblo, y por eso se despide en la carta con una
humilde confesión:<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">No espero que sea bueno
lo que llevo; no va Quesada a competir con ningún otro pueblo; Quesada va al
certamen tal y como es. Si del examen de sus objetos resulta alguna frase
favorable a mi pueblo, queda pagado mi interés y mis sacrificios. Pronto
anunciaré mi salida. Yo soy de V. un buen amigo AAM.<o:p></o:p></span></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">En esos días de finales de julio, ya
inminente la inauguración, las tareas organizativas y protocolarias obligan a
Joaquín Ruiz Jiménez a dejar la dirección de <i>La Semana.</i> Se la pasa a su
amigo Alcalá Menezo, que le había acreditado su entusiasmo y capacidad durante
esos largos meses de preparativos previos. Alcalá Menezo fue el director de <i>La
Semana</i> mientras duró la Exposición y como tal asistió a la inauguración y
demás actos que se celebraron.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Estaba prevista la inauguración para el 4
de agosto pero finalmente el ministro de Fomento, conde de Toreno, decidió
acudir a presidirla y con este motivo se retrasó hasta el 7. Esa tarde se
celebró el solemne acto en las dependencias del Instituto Provincial de segunda
Enseñanza. Durante las siguientes semanas se celebró el certamen con un
importante éxito de publico y buena repercusión en la prensa de la época. En
muchas de las noticias que se publicaron hay referencias a la importante
participación de Quesada y a don Ángel como periodista y director de <i>La
Mañana</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">La <i>Gaceta agrícola del Ministerio de
Fomento</i> de 30 de septiembre destaca que Quesada contribuye “con una crecida
cantidad con relación a su importancia y 130 expositores”. <i>Crónica de la
industria, </i>de 30 del mismo mes, que Linares participa con 140 expositores,
Quesada 130 y Alcalá la Real 110. <i>El Globo, La Época, La Mañana, </i>hablan
de los vinos, aceites y tejidos de Quesada. “La Iberia”, a los pocos días de la
inauguración dice que entre los objetos raros “que por su forma o tamaño llaman
la atención del público” está “esparto de las dehesas de Quesada, que mide de
longitud vara y media”.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;"> Antes se ha hecho mención al mueble
expositor que para los vinos y aceites diseñó Alcalá Menezo. El 22 de agosto <i>La
Ilustración Española y Americana </i>publicó un amplio reportaje sobre la
Exposición de Jaén que incluía, de acuerdo a la orientación de la revista,
varias ilustraciones. En una de ellas aparece el expositor de don Ángel (ver
imagen) que en el texto de la noticia se menciona como de “vinos y vinagres
elaborados en Quesada”.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="font-family: Arial, sans-serif; margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYRDwrJNaR0eyz9SjapLhsXBORztFBCyLjxVzDnngiVzqPFa_dCYvkqpn8UW6Dv-aJ9IOP3YQycPJfEa-gfDewBFHM3Ql7UjwbLiveBCh_pF2w95IHfFdHp9BYldvDSFsEtMWfgs9C-C9Dy6RMtjMpTBuMNLemvvT-DuBxh1mg5n127oGiQ7y45ufCZA/s656/1878-08-22%20La%20Ilustraci%C3%B3n%20espa%C3%B1ola%20y%20americana%201%20-%20copia.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="656" data-original-width="389" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYRDwrJNaR0eyz9SjapLhsXBORztFBCyLjxVzDnngiVzqPFa_dCYvkqpn8UW6Dv-aJ9IOP3YQycPJfEa-gfDewBFHM3Ql7UjwbLiveBCh_pF2w95IHfFdHp9BYldvDSFsEtMWfgs9C-C9Dy6RMtjMpTBuMNLemvvT-DuBxh1mg5n127oGiQ7y45ufCZA/w238-h400/1878-08-22%20La%20Ilustraci%C3%B3n%20espa%C3%B1ola%20y%20americana%201%20-%20copia.jpg" width="238" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Detalle de La Ilustración Española y Americana<br />con el resultado final del expositor de vinos de Quesada.</span></td></tr></tbody></table><br /><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">No se redujo la participación quesadeña a
productos agrícolas y artesanía de la tierra. En la sección de Bellas Artes
participó el pintor local, que era maestro de la escuela de niños, Isidoro
Bello López, presentando cuatro obras de carácter religioso tituladas <i>Nuestra
Señora de Belén, San Bartolomé, San Jerónimo y San Mateo</i>. Isidoro Bello fue el primer maestro artístico
de Rafael Hidalgo de Caviedes, cuyo busto se inauguró en las ferias de 1945 y
que hoy está instalado en el jardín. La mayoría de su obra desapareció en 1936
aunque se conserva en una colección particular la titulada <i>El Buen Samaritano.<o:p></o:p></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">También hubo un apartado científico en
el que se presentaron memorias sobre muy variados temas. Dos quesadeños
presentaron trabajos que el jurado valoró de distinta forma. El maestro de
Belerda, Pedro Puerta y Martínez, participó con el titulado <i>Programa del
sistema métrico-decimal. </i>Según el jurado “este trabajo es un conjunto de
reglas de la aritmética más elemental con otras de aplicación al sistema
métrico y varios ejemplares de reducción y equivalencias, extractado a lo que
parece de diversos autores que han escrito sobre la materia”. No lo premiaron
aunque el jurado lo vio “con agrado”. Pedro Puerta fue también el autor de un opúsculo en verso titulado <i>Flores de
Fantasía</i>, dedicado a la Virgen de Tíscar a finales del siglo XIX, que se
conserva en el Fondo Carriazo de la Universidad de Sevilla.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Mayor éxito, medalla de oro en la
especialidad de medicina, tuvo el titulado <i>Estudio sobre la putrefacción
cadavérica, principales teorías para explicarla y análisis de ella, </i>del que
era autor el farmacéutico quesadeño Pedro Segura Mesa. Pedro tenía abierta
botica en la plaza, la misma que luego pasó a Manuel Palop y posteriormente a Rodrigo
Madrid, que la mantuvo abierta hasta su jubilación en los años setenta del siglo
XX. Pedro Segura también colaboraba con Alcalá Menezo como profesor de Física,
Química e Historia Natural en el colegio de segunda enseñanza de Quesada. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">El jurado se deshizo en elegios con la
memoria de Pedro Mesa. La calificó de “magistral, en toda la extensión de la
palabra” y no solo por su contenido, también alabó la forma y expresión: “El
autor, que tan familiarizado demuestra estar con las ciencias físico-químicas,
emplea en su escrito un método excelente y un lenguaje tan preciso como
correcto e inteligible”. Como decía antes, concedieron la medalla de oro a este
trabajo sobre un tema entonces importante, porque estaba muy relacionado con la
salubridad y condiciones higiénicas de los cementerios, un problema que en
Quesada preocupaba especialmente y que no se resolvió hasta la inauguración del
actual cementerio en mayo de 1936.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">También obtuvo un premio de 3ª clase el
que, aunque ya vivía en Alcalá la Real, su pueblo, presentó Aquilino Sánchez
Molero, que durante muchos años fue secretario del Ayuntamiento de Quesada. Su
trabajo se titulaba <i>Cálculo de distancias inaccesibles</i><u> </u>y en él
mostraba grandes conocimientos como agrimensor, su otra ocupación junto a la de
funcionario municipal. Al parecer fue también pintor porque, según anota
Carriazo en sus notas personales, un óleo suyo titulado <i>Coronación de la
Virgen</i> y fechado en 1872, estaba colgado en la iglesia del antiguo
convento. Fuera de la cosa científica obtuvo premio la vecina de Quesada
Lorenza Vela, que presentó dos toallas bordadas y con “fleje de punto de oro”.
No hay noticia de más premios, el vino volvió a Quesada si es que no se lo
bebieron allí mismo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">Se clausuró la Exposición Provincial y
Quesada volvió a su amodorrada rutina. Pero el recuerdo de estos meses perduró
en charlas y tertulias de mesa camilla y casino. Antes he mencionado aquella
historia legendaria y no contrastada sobre el premio a los higos de Quesada.
Puede que se acabe comprobando que fue real o quizás que solo fue el eco
agrandado de boca en boca, de año en año, de liga en liga, de esta Exposición
Provincial en la que Quesada tuvo un papel bastante más importante que el que
correspondía a su importancia.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">D. Ángel siguió dando clases en su
colegio. Los olmos recién plantados en el jardín fueron creciendo, dando sombra
y convirtiendo a la antigua plaza en un auténtico paseo. Un par de años después
en ese joven jardín, una tarde de agosto, don Ángel le pegó un par de tiros a
un rival político con el que discutía a causa de las inminentes elecciones
generales. Cosas de su carácter vehemente y excesivo que en más de una ocasión
lo metió en algún aprieto. Al poco, tras los correspondientes problemas
judiciales, marchó a Madrid donde pasó unos años dedicado a la política para
ser finalmente recompensado con un gobierno civil en Filipinas. El jardín
siguió creciendo y se le añadió la fuente monumental de la Explanada. Unos años
después, ya fallecido don Ángel en 1895 con apenas cincuenta años, Manuel Ciges Aparicio
comenzó a frecuentar a su familia de Quesada. En aquel jardín ya crecido, en el
casino que se instaló en una de sus esquinas, oyó contar las viejas historias
de don Ángel con el que de inmediato simpatizó por su enemistad con Weyler, su
oposición al caciquismo y esa afición a meterse en problemas que compartía
Ciges. Y así nació don Luis Obregón, el personaje central de <i>Villavieja</i>.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: large;">A casi 150 años de aquella historia esperemos
que Quesada proteja los pocos olmos antiguos que sobreviven, que perduren y que
no sea necesario que en el futuro alguna historiadora (los tíos habitualmente
aman menos a las plantas) tenga que recordarlos como cosa de tiempos antiguos y
olvidados.<o:p></o:p></span></span></p><p>
<span style="font-size: large;"> </span></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-74104939648933553112022-02-27T01:32:00.001-08:002022-02-27T01:32:46.184-08:00LA GUERRA DE CRIMEA VISTA DESDE QUESADA<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjZpoCaQiiKnNsjNIQnt7QWCiQorgdPDaFcXxzI_zTRKgGM4UxPN5f2yIWgH2Hp1cThU9UVU0Dd9kaQyLmwT2Mog2y-6DJtzFLSiMJusUs48qWmfmlmdcUyNN59Txw8WC3IUWPy3HbpkOpJWk9t6zPmsSTP9vncA3T_kk9R58PKn_wBFcuHD2JXw0Gu9Q=s1177" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="844" data-original-width="1177" height="458" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjZpoCaQiiKnNsjNIQnt7QWCiQorgdPDaFcXxzI_zTRKgGM4UxPN5f2yIWgH2Hp1cThU9UVU0Dd9kaQyLmwT2Mog2y-6DJtzFLSiMJusUs48qWmfmlmdcUyNN59Txw8WC3IUWPy3HbpkOpJWk9t6zPmsSTP9vncA3T_kk9R58PKn_wBFcuHD2JXw0Gu9Q=w640-h458" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Sitio de Sebastopol por los aliados (B.N.)</span></td></tr></tbody></table><br /><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Las trágicas circunstancias actuales que
ha originado la invasión rusa de Ucrania son una buena excusa para recordar a
un singular personaje quesadeño del siglo XIX, hoy completamente olvidado. Al
mismo tiempo esta invasión nos trae la desagradable sorpresa de que cosas que
pensábamos que estaban superadas, que pertenecían a un pasado lejano, vuelven a
presentarse y a cambiar nuestra vida diaria. Ha ocurrido con la epidemia del
COVID y ahora con esta guerra de aires antiguos en la que las potencias, los
imperios, disputan partidas de ajedrez en las que los peones que se sacrifican son
los pueblos afectados, nunca los jugadores. Es la primera vez que un artículo
de este blog se escribe al hilo de la actualidad. Ojalá no se repita porque las
ocasiones de la historia normalmente no han sido agradables.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El personaje al que me refiero es don
Santiago Vicente García, natural y vecino de Quesada y el episodio que le
afecta la llamada Guerra de Crimea. En 1853 el Imperio Ruso se enfrentó al
decadente Imperio Turco con la excusa de la custodia de los Santos Lugares de
Jerusalén. Las potencias occidentales, Inglaterra y Francia pero también
Austria-Hungría, recelaban del crecimiento y expansión del Imperio Ruso, lo que
les hizo intervenir en apoyo de los turcos. La guerra duró tres años y se
desarrolló fundamentalmente en la península de Crimea, donde desembarcaron
ingleses y franceses poniendo largo asedio a Sebastopol. Fue guerra muy cruenta
y repleta de episodios tremendos como la batalla de Balaclava y la carga de la brigada
de caballería ligera, décadas después llevada al cine. Fue la primera guerra en
la que se utilizó la fotografía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">España, que no pintaba nada en el
panorama internacional, fue muy seguida. El corte de las exportaciones rusas
(ucranianas) de cereales produjo un fuerte aumento en el precio del trigo, lo
que benefició a los grandes productores españoles pero encareció la vida de la
gente humilde. En 1856 se firmó la paz y las potencias se repartieron las
piezas del tablero con la vista puesta en las siguientes partidas. Es lo que se
ha hecho desde el principio de los tiempos y lo que se seguirá haciendo. Hasta
la completa extinción de la especie seguirán jugando al ajedrez.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En 1854 Quesada era una villa pobre,
perdida y aislada en un rincón de una provincia de segundo orden. No existían
carreteras, malos caminos conducían a Peal, Cazorla y, por la recien
independizada Huesa, a Guadix y Granada. El jardín no existía, la plaza era un
espacio abierto, sin árboles, donde se celebraba el mercado. El cementerio
estaba junto a la ruinosa ermita de Madre de Dios, hasta el año siguiente no se
inauguró el “nuevo” (en donde hoy día está el colegio Virgen de Tíscar). La
situación política, como siempre en el siglo XIX, estaba muy animada. En junio,
la Vicalvarada (rebelión del general O´Donnell) da paso al llamado Bienio
Progresista que acabará, como la Guerra de Crimea, en 1856. De resultas de la
revolución, en Quesada se proclama la antigua constitución liberal de 1837 el
día 24 de julio. El general Serrano Bedoya, que estaba encarcelado, es liberado
y nombrado gobernador militar de Zaragoza. Pero las cosas no andaban bien por
el pueblo. La cosecha de aceite había sido muy mala y fue preciso importarlo,
para el consumo diario, de los pueblos de la Loma. Las noticias sobre la
epidemia de cólera morbo eran cada vez más alarmantes. A final de agosto se
formó una Junta de Sanidad para prevenir la epidemia, en noviembre los
concejales se negaron a ir a Jaén para negociar con el gobernador los cupos de
impuestos, porque en la capital el cólera ya hacía estragos. Apenas había agua
en la (única) fuente pública del pueblo, a final de año fue necesario iniciar
las obras para traer agua desde el Chorradero y Melgar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Santiago Vicente García pertenecía a una
familia establecida en Quesada en 1823 cuando su padre, Manuel Vicente Moreno,
fue nombrado alcalde mayor por la Chancillería de Granada. La familia se
integró rápidamente en la vida del pueblo. Su hermana Ángela se casó con el
rico propietario Juan Antonio Conde. Su hermano Manuel ejerció de abogado y fue
comisionado de la Diputación en los expedientes de separación y división de
términos de Huesa (de Quesada) y Peal (de Cazorla). Santiago Vicente fue
afrancesado en su juventud y más tarde liberal. En 1831, viviendo en Sevilla,
se vio implicado en uno de los terribles episodios represivos de Fernando VII.
Detenido e interrogado por la policía, delató al coronel Bernardo Márquez,
liberal y héroe de la guerra contra los franceses en Jaén. Márquez fue fusilado
y Santiago, convertido en traidor, se refugió en Quesada. Este episodio cambia
completamente su ideología y militancia política. A la muerte de Fernando VII
empieza a simpatizar con los carlistas. Cuando en 1838 el Ayuntamiento evacuó
el pueblo ante la inminente entrada de las facciones carlistas, Santiago fue
nombrado, junto al párroco, para la comisión que debía recibirlos y mediar con
los rebeldes como próximo a ellos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Para mediados de siglo, que es el
momento que nos ocupa, don Santiago estaba volcado en la enseñanza y había
alcanzado el cénit de su carrera como autor de libros de texto que fueron
utilizados en colegios e institutos de toda España durante muchos años. En 1852
publicó <i>Gramática latina con cuadros sinópticos para facilitar su estudio</i>,
en 1854 <i>Gramática de la Lengua Española</i> y también <i>Instrucción
religiosa</i>, en 1855 <i>Examen crítico de la nueva gramática castellana de la
Real Academia Española</i> y en 1856 <i>Lecciones preliminares para el estudio
de las ciencias. </i>Los periódicos de aquellos años están llenos de anuncios
de sus obras, figurando en los boletines oficiales como autorizadas
oficialmente para la enseñanza. Seguramente es uno de los quesadeños cuyos
libros más se han vendido y distribuido por todo el país, cosa más que notable
teniendo en cuenta que vivía en ese pueblo remoto y aislado del que ya hemos
hablado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgfj-OP2e2yyXeK2F6LchRNAz0p6jRkKnUu-aGSYx9UTYGao9FpF7aTIybLtApNybYt_8Sbm16Yc1RDYgTFWG0oNf7Mgb3UMr_gDZAYwBCdKHySC83ilrEx-kn-KD1PBYWJ5phrctoXora4T9AuOpXWGTLFiVXBBkzzR-nLPpRTuXKGeNE23FwypoAIZg=s777" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="777" data-original-width="587" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgfj-OP2e2yyXeK2F6LchRNAz0p6jRkKnUu-aGSYx9UTYGao9FpF7aTIybLtApNybYt_8Sbm16Yc1RDYgTFWG0oNf7Mgb3UMr_gDZAYwBCdKHySC83ilrEx-kn-KD1PBYWJ5phrctoXora4T9AuOpXWGTLFiVXBBkzzR-nLPpRTuXKGeNE23FwypoAIZg=w303-h400" width="303" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Una de las obras de Santiago Vicente</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Políticamente, y también en lo religioso,
don Santiago se convirtió en un furibundo integrista. Colaboró asiduamente en
el ultramontano diario <i>La Esperanza</i>, órgano de la extrema derecha carlista que se
había reintegrado a la legalidad tras el Abrazo de Vergara y el fin de la
primera guerra civil. En la <i>Hemeroteca Nacional Digital</i> se dice de este
periódico que <i>con el subtítulo “periódico monárquico”, es la más importante
cabecera de la prensa absolutista española del siglo XIX, como órgano oficioso
del carlismo.</i> Don Santiago Vicente murió en Quesada en mayo de 1856. En su
necrológica <i>La Esperanza</i> dijo: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El 18 del actual
falleció, a la edad de 74 años, en su pueblo, la villa de Quesada, provincia de
Jaén, nuestro apreciable amigo el Sr. D. Santiago Vicente García, escritor
aventajado, humanista y filósofo distinguido.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Don Santiago tuvo calle en Quesada hasta
1931, la histórica calle Rodrigo de Poyatos. El 23 de junio de aquel año el
nuevo ayuntamiento republicano acordó que la calle Santiago Vicente pasase a
llamarse oficialmente Doctor Carriazo y así sigue al día de hoy. Desde entonces
Santiago Vicente García fue completamente olvidado en su pueblo; antigua
costumbre quesadeña esta del olvido de la que hasta ahora solo se han librado
(veremos en el futuro) Zabaleta, San Sebastián y la Virgen de Tíscar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjolLzAJmSvnJ1Xsy7_U2C2Kmj3q-GO27eREI14TeT-rWa-31hs1C9kjcqiEPkzK4rlJ01mOeHCZDHfrX64L0SlLSPUlTnkbVe8J2IFqKVN81poRQy1_FJ55KMeL2eLz8GkOD4Lkbk38MPIct4jVPfoi5siG5Nk_zb_TCxwwu43skGvjLcGSXKKy9PYdw=s615" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="615" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjolLzAJmSvnJ1Xsy7_U2C2Kmj3q-GO27eREI14TeT-rWa-31hs1C9kjcqiEPkzK4rlJ01mOeHCZDHfrX64L0SlLSPUlTnkbVe8J2IFqKVN81poRQy1_FJ55KMeL2eLz8GkOD4Lkbk38MPIct4jVPfoi5siG5Nk_zb_TCxwwu43skGvjLcGSXKKy9PYdw=w400-h233" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Anuncio en <i>Diario oficial de avisos de Madrid</i>. 27 de enero de1855. </span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Santiago Vicente fue un personaje que se
salía la norma, un mirlo blanco en aquel abandonado pueblo del siglo XIX. No
solamente escribió, en Quesada, libros con los que estudiaron alumnos de todo
el país, sino que en <i>La Esperanza</i> publicó numerosos artículos, todos en
la línea integrista del periódico. Destacan dos sobre actualidad política
internacional (¡En Quesada, en aquel tiempo!): <i>Costumbres de los antiguos
rusos y cambios que han experimentado</i>, de 22 de abril de 1854 y <i>Origen
del Imperio Otomano</i>, de 24 de junio del mismo año. Se refieren ambos a la
Guerra de Crimea, recién iniciada, y eran de rabiosa actualidad. Sorprende el
conocimiento histórico de don Santiago así como la información que manejaba
sobre lo que sucedía a varios miles de kilómetros de Quesada y su comprensión
de la geopolítica europea del momento. Evidentemente se posiciona a favor del
Imperio Ruso, al que ve como paladín de la cristiandad en lucha contra los
musulmanes turcos a los que apoyan las potencias liberales, Inglaterra y
Francia, preocupadas solo por lo material, por el negocio y el poder (en
Francia mandaba Napoleón III que, al menos en lo político, muy liberal no era,
pero bueno).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La Guerra de Crimea en la que España
permaneció neutral (apenas se envió una comisión informativa a Turquía al mando
del general Prim), sí produjo enconados debates entre la prensa conservadora y
la progresista. Los sectores más liberales apoyaban a los aliados (Inglaterra,
Francia y Turquía), los conservadores integristas a Rusia (Sirva esto para que
los desinformados de los unos y los otros se enteren que la Unión Soviética ya
no existe y de que los sueños húmedos de Moscú de nuevo pasan por ser la “Nueva
Roma” que encabece la civilización cristiana y la defienda de la decadencia
occidental, algo que sí sabe toda la extrema derecha europea; aquí somos algo
más catetos). En la presentación del primero de los artículos de don Santiago,
la redacción de la <i>Esperanza</i> lo explica muy bien:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">También el Sr. D. Santiago Vicente
García ha querido contribuir con su erudición y talento a dilucidar más, si es
posible, la cuestión turco-rusa, objeto principal, en el día, de nuestras
polémicas con los periódicos liberales. Suyo es el notabilísimo artículo que a
continuación insertamos: artículo en que nuestros lectores verán magistralmente
descritos, no solo el carácter y la situación del pueblo ruso, que la
imparcialidad liberal pinta con colores de antropófago y sepultado en la más
infeliz servidumbre; sino los principios que reglan en Europa la gobernación
musulmana que nuestros humanitarios civilizadores presentan como tipo de
tolerancia; sino el estado en que cuatro siglos ha se encuentran, bajo la
dominación turca, los cristianos que el liberalismo algodonero de Occidente,
por el hecho de haber quedado cautivos ayer, halla justo, según la sentida
expresión del Sr. García, continúe siéndolo hoy, continúen siéndolo siempre! <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">(…)<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Por nuestra parte, una sola es la
convicción que nos cumple expresar después de haber leído el artículo del Sr.
García-, a saber: el que tenemos por moralmente imposible que un pueblo tan
morigerado, tan sencillo, tan obediente, tan caritativo, tan religioso como el
pueblo ruso, deje de entrar más tarde o más temprano en el gremio de la
verdadera Iglesia de Jesucristo, en el gremio de la Iglesia católica. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Es el único pero que se le puede poner a
los rusos, que son ortodoxos. Pero <i>La Esperanza</i> defiende la autorizada
opinión de don Santiago: fue liberal, es culto y sabio y como se morirá pronto
no tiene mayores intereses personales en la cuestión:<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Como sabemos de antemano que los
liberales no son hombres capaces de reducirse al silencio, a que, en su caso,
nos reduciríamos nosotros de vergüenza, quedamos con viva curiosidad de saber qué
es lo que, a la vista de tan verídico y expresivo cuadro, responden. De todos
modos debemos advertirles que al señor D. Santiago Vicente García no pueden
tacharle, ni de oscurantista, puesto que ha pertenecido a la escuela liberal,
ni de ignorante, puesto que es uno de los hombres más instruidos y más
despejados de España, ni de mal intencionado, puesto que desgraciadamente se
halla en una edad y en una situación en que no puede considerar muy lejano el
momento de dar a Dios cuenta de sus acciones.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En el primero de los artículos, <i>Costumbres
de los antiguos rusos, y cambios que han experimentado</i>, don Santiago repasa
la historia rusa desde la conversión al cristianismo ortodoxo-griego. Hace un
encendido y apasionado elogio de la sencillez y virtud cristianas de las
costumbres rusas <i>(El pueblo ruso, con especialidad en las clases inferiores,
es el más devoto de la Europa)</i>. Reproduce la opinión del poeta alemán <span style="background: white; line-height: 107%;">Paul Fleming (que
participó en embajadas germanas a Rusia), cuyo fondo ideológico no es preciso
comentar:</span><span style="background: white; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>En una nación, que
llaman bárbara, he hallado verdaderos hombres. El paisano ruso no discurre
sobre la libertad, y es realmente libre en su alma: es rico, porque no
experimenta ninguna necesidad: goza de buena salud, y vive contento en la
pequeña cabaña que ha construido él mismo, y lo pone a cubierto de la lluvia y
del frío: penetrado de confianza en el Ser Supremo, trabaja alegre, y se duerme
al canto del ruiseñor sin miedo a los ladrones: su pobreza le sirve de
garantía: no le causa inquietud el porvenir, porque cree que Dios cuida de sus
hijos: le es inútil la ciencia, y solo necesita conocer a su vecino: la mujer
se considera feliz obedeciendo a su marido, y mira su severidad como una prueba
de amor. Este pueblo inocente y dichoso pertenece a la edad de oro.</i><i><span style="background: white; line-height: 107%;"> </span></i><i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Don Santiago no repara en elogios, habla
de las iglesias rusas, de la espectacularidad de sus campanas, de la elevación
mística de sus cantos religiosos, de la práctica de la caridad:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>Al recibir los boyardos
sus rentas suministran a los indigentes harina, manteca y otros comestibles, y
los de mediana fortuna dan a proporción de sus haberes. Los comerciantes
distribuyen pan a los pobres que se presentan al abrir sus tiendas. </i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Es, en definitiva, el ruso ejemplo de
imperio cristiano:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Todos los grandes
duques y Czares se han distinguido por su piedad; más ninguno ha igualado al
Czar Miguel Feodorowitch. Siempre hacia oración de rodillas en la iglesia, e
inclinaba la frente hasta el suelo al dar culto a las imágenes de los Santos.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i> </i>Por sus virtudes los rusos crecen y se están expandiendo de
forma incontenible. Y esto era lo que se pensaba en aquel momento, el temor de
todas las grandes potencias que hizo intervenir en la guerra a Inglaterra y
Francia:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Antes del último siglo apenas era
conocida en Europa la Rusia. Estaba reservado a Pedro I concebir el proyecto
atrevido de formar un poderoso imperio (…) La influencia de este nuevo imperio
se hizo sentir desde luego en Europa, que se vio forzada a admitirlo en todas
las combinaciones de su sistema político. Los adelantos de esta potencia y el
ascendiente que supo granjearse lo proporcionaron sucesivamente en el Norte la
adquisición de la Livonia, de la Ingria, de la Finlandia y de una parte de la
Pomerania; en el centro, la que le correspondió en la desmembración de la
Polonia; y por el Sur le cedió la Puerta Otomana parte de la Tartaria, la
Crimea, las fortalezas que defendían sus provincias septentrionales, el dominio
del Mar Negro y, el comercio exclusivo de la Persia. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Frente a Rusia estaban los turcos
otomanos, infieles musulmanes, viejos enemigos de la corona española, que
tienen sometidos y esclavizados a los cristianos griegos ortodoxos,
supervivientes del Imperio Bizantino. Relata don Santiago con detalle las
maldades e injusticias a que los someten sus dominadores turcos, la barbarie e
injusticia que sufren. Aquí don Santiago entra en el derecho y el deber que
tienen los rusos de defender a los cristianos griegos. No es idea propia de don
Santiago; en aquel mundo oriental los zares fueron los campeones de la causa
ortodoxa. Por eso en aquella guerra de todos contra Rusia, el único aliado que
tuvo Nicolás I fue la pequeña Grecia, entonces recién independizada de Turquía.
Es una relación histórica la de Rusia con las minorías ortodoxas de los
Balcanes, que ha heredado la actual Rusia y que explica en parte su
posicionamiento respecto a los serbios o su especial relación con el estado
monástico, cuasi independiente, del Monte Athos. En fin, para don Santiago <i>los
tratados dan a la Rusia el derecho de intervención para proteger a los griegos,
y la religión le impone también este deber</i>. Se lamenta de que “ciertos
gobiernos” no lo comprendan y crean que solo se trata del “engrandecimiento de la Rusia”. Aquí entra
directamente en el momento político europeo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Don Santiago habla de las presiones de
Inglaterra y Austria para que Rusia desaloje los principados de Valaquia y
Moldavia (Rumanía), defiende que s<i>u guerra con la Turquía es nacional en el
sentido religioso, y está justificada por las atrocidades de los musulmanes
contra los griegos. </i>Se pregunta si serán<i> </i>los monarcas de Europa y
sus ministros extraños a la causa del cristianismo, que defiende Rusia. Sin
embargo <i>la política mercantil y preponderancia marítima de la Inglaterra han
hecho su partícipe a la Francia, y, por lo que se dice, neutralizado a la
Alemania. </i>El zar Nicolás I <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">ha dado pruebas de
prudencia y de moderación, y ninguna de tentativas ambiciosas. (…) Mientras
otras potencias defienden la legitimidad de la barbarie, de la peste y del
orden social de Constantinopla, el Czar moscovita se propone romper la cadena
abrumadora que pesa hace cuatro siglos sobre cristianos esclavizados. Los
esfuerzos pertenecen al hombre; el éxito depende del cielo.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Todo esto está escrito en 1854 en
Quesada y por un quesadeño. Sorprende la soltura y conocimiento con que habla
este hombre, desde su punto de vista integrista, de lo que estaba pasando en
aquel momento en la otra parte del mundo. Es inevitable preguntarse con quién tendría conversación.
Quizás solo con el general Serrano, que ya había pasado por el exilio en
Londres, en sus cortas estancias en Quesada. Y sería para discutir porque
Serrano estaba en sus antípodas ideológicas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6j7HmM2AZHaTq-1RHeYQYmfnbzRrMiRbc922zIPkE2UBLe68uq0IySlxo3I47Lb-4jSvHNBmhL5Y03WtfPdgwjP1I15X9xnSQt3Gwq0A-I9ZK3wwRbo1D0a8A6tDG54Lqe7a8ZdlUZVXUOPKy1wZyby0-KaJpxvqz_uMYy3FMxKnsrOmkzZTalZAttw=s1301" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="1002" data-original-width="1301" height="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj6j7HmM2AZHaTq-1RHeYQYmfnbzRrMiRbc922zIPkE2UBLe68uq0IySlxo3I47Lb-4jSvHNBmhL5Y03WtfPdgwjP1I15X9xnSQt3Gwq0A-I9ZK3wwRbo1D0a8A6tDG54Lqe7a8ZdlUZVXUOPKy1wZyby0-KaJpxvqz_uMYy3FMxKnsrOmkzZTalZAttw=w400-h308" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Las defensas de Sebastopol. Por la misión observadora española.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Dos meses después Santiago Vicente
escribe un nuevo articulo sobre el tema, cuando ingleses y franceses ya han
desembarcado en Crimea e iniciado el cerco a Sebastopol. En <i>Origen del
Imperio Otomano</i> hace una larga introducción contando la historia de los
turcos desde su salida de la <i>antigua Escitia, llamada por los modernos
Tartaria, </i>hasta la conquista de Constantinopla. Repasa lo sucedido en las
últimas décadas, la independencia de Grecia, la decadencia de Turquía, la
amenaza rusa <i>sosteniendo su antiguo y reconocido protectorado en favor de
sus correligionarios del culto griego. </i>Ha llegado a tal grado la postración
turca que se ha visto obligado <i>el Sultán á implorar la alianza y auxilios de
la Inglaterra y de la Francia. </i>Al final de su artículo defiende que, por el
bien de la cristiandad, las potencias deben llegar a un acuerdo repartiéndose
la herencia turca. En esta guerra dice don Santiago que Rusia lleva las de
ganar, que lo deben comprender los occidentales y deben colaborar sin oponer
obstáculos. Porque el fin último no es otro que acabar con Turquía y restaurar
el Imperio cristiano de Bizancio, una suerte de nueva cruzada setecientos años
después:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Esta guerra, que ha
producido una alarma general y comprometido la seguridad y porvenir de los
Estados del continente, tiene sobre las armas más de dos millones de
combatientes, y su término será la desaparición de la Media-Luna del horizonte
europeo. La resolución, al parecer irrevocable, del Czar, de redimir del
vergonzoso y pesado yugo otomano a tantos millares de cristianos, víctimas de
su fe; la posición inexpugnable de la Rusia; su poder colosal sobre la Turquía;
su influencia en Alemania, donde tiene apoyo y simpatías; sus recursos
inagotables para prolongar la guerra; la ocupación de Constantinopla y de otros
puntos importantes por las tropas de la Inglaterra y de la Francia, auxiliadas
por sus escuadras reunidas; la próxima derrota y dispersión del ejército turco,
impotente para combatir con las fuerzas superiores y más disciplinadas de la
Rusia; la imposibilidad de continuar por mucho tiempo tan numerosos ejércitos
en una situación violenta, costosísima y expuesta a grandes azares; la reunión
de todas estas causas ha traído al decrépito imperio musulmán al borde de un
abismo, qué va a tragarse indefectiblemente su existencia en Europa ¿Cuál será
el destino de esta vacante? Inglaterra, la Francia , el Austria y la Prusia
están llamadas a ser copartícipes con la Rusia para disponer de esta rica
herencia. La paz, la justicia, la prosperidad de la Europa, el honor y el
verdadero interés de los príncipes que la gobiernan les imponen el deber de
renunciar a pretensiones ambiciosas, y de restablecer el antiguo imperio
Bizantino, eligiendo un príncipe cristiano que no inspire recelos a ninguna
potencia y que desarrolle y fertilice los elementos de riqueza que hay
sepultados en aquellas hermosas provincias. Si el Emperador de Rusia, por un
sentimiento de generosidad y de confianza, abandonó casi exclusivamente a la Francia
la elección de soberano para la Grecia, es de esperar que se ponga de acuerdo
con las otras cuatro potencias para dar un ejemplo de sabiduría y de
moderación, y aspirar a los títulos gloriosos de fundador del derecho público,
de pacificador del mundo y bienhechor de la humanidad.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Poco después de publicado este artículo los
franceses e ingleses tomaron Sebastopol. Rusia no ganó la guerra, el Imperio
Otomano sobrevivió hasta la Gran Guerra como aliado de Alemania y Austria. Don
Santiago vivió la suficiente para verlo. Falleció pocos meses después de la
firma del Tratado de Paris. Sus libros de texto siguieron utilizándose durante
muchos años. En Quesada se le puso una calle al mismo tiempo que se le
olvidaba. No sería yo el que disfrutara
de una charla con este personaje ultramontano. Pero cuando aquellas guerras que
creíamos olvidadas y finiquitadas para nuestra sorpresa nos caen de nuevo
encima, por puro conocimiento es bueno recordar la figura de ese quesadeño
singular y extraño que fue Santiago Vicente García. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Este artículo se ha escrito cuando de
nuevo atruenan las bombas, sufren las gentes y una brutal invasión presagia
tiempos amargos. De nuevo caerá un peón, pieza de poca importancia que no
preocupa a ninguno de los jugadores. Y a una nueva partida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEggPMt6QuCuvSw4DQPdgotQcKNcHE-pHtwpb0rXRu1Gpfn5vyAYVBKXBgrO_MkvuNkKg0YHRSz5wKkbTjqRMK6XAFSA-1cMyDg5xGPqhDo-VVgD6d23SEW1jP_PmS5SZ6bydmAt-9Gj5ObgrS9lKhjiZHlcIShDR4eC6FNry42KsHFfIXi9r_LA-dd76A=s1473" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1473" data-original-width="1306" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEggPMt6QuCuvSw4DQPdgotQcKNcHE-pHtwpb0rXRu1Gpfn5vyAYVBKXBgrO_MkvuNkKg0YHRSz5wKkbTjqRMK6XAFSA-1cMyDg5xGPqhDo-VVgD6d23SEW1jP_PmS5SZ6bydmAt-9Gj5ObgrS9lKhjiZHlcIShDR4eC6FNry42KsHFfIXi9r_LA-dd76A=w355-h400" width="355" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Portada de <i>La Esperanza</i> con artículo de don Santiago</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /></span><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: arial; font-size: medium;">ANEXO<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><a name="_Hlk96766128"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La Esperanza.
22 de abril de 1854<o:p></o:p></span></a></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">También el Sr. D. Santiago Vicente García ha querido
contribuir con su erudición y talento a dilucidar más, si es posible, la
cuestión turco-rusa, objeto principal, en el día, de nuestras polémicas con los
periódicos liberales. Suyo es el notabilísimo artículo que a continuación
insertamos: artículo en que nuestros lectores verán magistralmente descritos,
no solo el carácter y la situación del pueblo ruso, que la imparcialidad
liberal pinta con colores de antropófago y sepultado en la más infeliz servidumbre;
sino los principios que reglan en Europa la gobernación musulmana que nuestros
humanitarios civilizadores presentan como tipo de tolerancia; sino el estado en
que cuatro siglos ha se encuentran, bajo la dominación turca, los cristianos
que el liberalismo algodonero de Occidente, por el hecho de haber quedado
cautivos ayer, halla justo, según la sentida expresión del Sr. García, continúe
siéndolo hoy, continúen siéndolo siempre! <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Como sabemos de antemano que los liberales no son hombres
capaces de reducirse al silencio, a que, en su caso, nos reduciríamos nosotros
de vergüenza, quedamos con viva curiosidad de saber qué es lo que, a la vista
de tan verídico y expresivo cuadro, responden. De todos modos debemos
advertirles que al señor D. Santiago Vicente García no pueden tacharle, ni de
oscurantista, puesto que ha pertenecido a la escuela liberal, ni de ignorante,
puesto que es uno de los hombres más instruidos y más despejados de España, ni
de mal intencionado, puesto que desgraciadamente se halla en una edad y en una
situación en que no puede considerar muy lejano el momento de dar a Dios cuenta
de sus acciones.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Por nuestra parte, una sola es la convicción que nos cumple
expresar después de haber leído el artículo del Sr. García-, a saber: el que
tenemos por moralmente imposible que un pueblo tan morigerado, tan sencillo,
tan obediente, tan caritativo, tan religioso como el pueblo ruso, deje de
entrar más tarde o más temprano en el gremio de la verdadera Iglesia de
Jesucristo, en el gremio de la Iglesia católica. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">COSTUMBRES
DE LOS ANTIGUOS RUSOS, Y CAMBIOS QUE HAN EXPERIMENTADO.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La Rusia es un país tan vasto y lejano en la Europa, que no
es extraño haya conservado sus antiguas costumbres y tardado tanto tiempo en
adquirir otras diferentes. La distancia y las dificultades de viajar por aquel
terreno impidieron reconocerlo. Pero al fin del siglo XV, reinando el gran
duque Iwan Basilowitz, el deseo de ver pueblos desconocidos y la esperanza de
hacer fortuna llevaron algunos alemanes y otros extranjeros a Rusia, donde se
establecieron, entrando también al servicio militar de aquella potencia, muy
débil todavía. Otros fueron después con el objeto de hacer observaciones
filosóficas sobre las costumbres puras de los rusos, suponiéndolas más análogas
a las primitivas del género humano. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Al principio del
(roto)<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">…Pablo Flemming, y hace un gran elogio de las costumbres de
los rusos, de quienes decía : «En una nación, que llaman bárbara, he hallado
verdaderos hombres. El paisano ruso no discurre sobre la libertad, y es realmente
libre en su alma: es rico, porque no experimenta ninguna necesidad: goza de
buena salud, y vive contento en la pequeña cabaña que ha construido él mismo, y
lo pone a cubierto de la lluvia y del frío: penetrado de confianza en el Ser
Supremo, trabaja alegre, y se duerme al canto del ruiseñor sin miedo a los
ladrones: su pobreza le sirve de garantía: no le causa inquietud el porvenir,
porque cree que Dios cuida de sus hijos: le es inútil la ciencia, y solo
necesita conocer a su vecino: la mujer se considera feliz obedeciendo a su
marido, y mira su severidad como una prueba de amor. Este pueblo inocente y
dichoso pertenece a la edad de oro.»<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Las repetidas incursiones de los rusos por el imperio
griego, y el comercio recíproco de sus habitantes, fueron atrayendo muchos
rusos al cristianismo; pero la conversión completa a la religión griega, que
hoy profesan, no tuvo efecto hasta Wladimiro I. Diputados del rito latino,
musulmanes y judíos acudieron a ofrecerle sus Dioses y sus templos en homenaje
a sus victorias; pero la religión griega, muy extendida ya entre los rusos,
obtuvo por desgracia la preferencia. La antigua Roma, aun grosera, envió
diputados a Grecia para buscar allí un código de leyes; el orgullo de Vladimiro
desdeñó hacer el papel de suplicante, y no quiso pedir al Emperador griego un
Código de religión y sacerdotes para enseñarla, creyendo más decoroso adoptar
la religión por vía de conquista: y así, con las armas en la mano, fue a buscar
el bautismo, los catecismos y los sacerdotes, con menosprecio de las riquezas y
de las provincias de que se había hecho dueño. Se ajustó la paz con inauditas
condiciones en la diplomacia de los pueblos, y se convino que en cambio de las
conquistas, que restituyó en el acto, recibiría archimandritas (abades de monasterios),
sacerdotes, vasos sagrados, libros de iglesia, imágenes y reliquias. A su
vuelta a Kief ordena Wladimiro a sus pueblos que concurran a las riberas del
Borístenes, cuyas aguas sirvieron para un bautismo general; y una población
inmensa, el día antes idólatra, aunque ignorante y grosera, vuelve a su casa
cristiana. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El pueblo ruso, con especialidad en las clases inferiores,
es el más devoto de la Europa; pero la discordancia en que se halla la Iglesia
griega con la latina, y la notable diferencia de traje de rusos y católicos,
produjeron cierta antipatía, que se aumentó por los falsos Demetrios, y después
con la opresión de la Polonia. Mucho trabajo costó a Pedro el Grande introducir
la tolerancia: los que miraban como actos religiosos conservar una gran barba y
vestidos talares, prefiriendo que les cortasen la cabeza a afeitarse, no podían
estar inclinados a tratar con indulgencia a los otros europeos, afeitados y
ligeramente vestidos, que usaban de sombreros en lugar de gorras, y que daban
culto a Dios con idioma y ritos diferentes de los suyos. Estos obstáculos los allanó
Pedro el Grande, y sus sabias leyes, que han seguido y observado sus sucesores,
han hecho tan general la tolerancia en Rusia, que parece un rasgo
característico de la nación. Los griegos viven en la mejor inteligencia con los
católicos. Esta conducta coloca a la Rusia entre las naciones más civilizadas
de Europa, y hace que sea agradable a los extranjeros su residencia en aquel
país. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En tiempo del Czar Miguel Feodorovitch había en Moscow dos
mil templos, aunque muchos eran particulares, hechos de madera. El Patriarca
Nikere fue el primero que persuadió á los ricos que los construyesen de piedra
para precaver los incendios (roto) … el orden gótico, aunque hay algunos de
arquitectura elegante y moderna. Su forma, generalmente en bóveda o cúpula,
imita la del cielo, como en la más remota antigüedad. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En las iglesias de Rusia no se había introducido la música,
y notando los católicos y los protestantes esta falta, les respondían que «los
instrumentos inanimados no pueden alabar a Dios, y que tampoco se hablaba de
música en el Nuevo Testamento.» No obstante, se han establecido a las
principales iglesias coro, admirables, cuyas voces rivalizan con las de
Alemania e Italia. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Oleario y otros escritores se quejan del número excesivo de
campanas que había en Moscow, y dicen que para soportar el ruido a corta
distancia se necesita tener orejas rusas; pero añaden que a lo lejos produce su
sonido una majestuosa armonía. La gran campana de Godimow pesaba trescientos
cincuenta y seis quintales, y la que hizo fundir la Emperatriz Ana, cuatro mil.
Esta, quizá la más enorme de cuantas han existido, maltratada después en un
incendio, se halla en un foso de Kremt. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Encima de la puerta de las casas están colocadas imágenes
de Santos, como objetos de veneración, y se ven con frecuencia personas
arrodilladas rezando. Cuando se visitan los rusos, se quitan la gorra en la
puerta, y se dirigen, no al dueño de la casa, sino a la imagen del Santo que se
custodia en ella; al entrar en la habitación hacen tres veces la señal de la cruz,
y prosternados delante de la imagen, dicen: «Señor, tened piedad de mí.» En
seguida se vuelven hacia el dueño de la casa, y lo saludan con estas palabras:
«Dios conceda la salud a ti y a los tuyos.» Esta costumbra subsiste en el
pueblo, y rara vez sucede que pase un paisano por delante de una iglesia o de
la imagen de un Santo sin hacer la señal de la cruz. Hay muchas capillas,
ricamente adornadas, adonde concurre el pueblo todos los días y a toda hora, y
personas distinguidas, a visitar por devoción la imagen de la Santísima Virgen.
<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Antes de Pedro el Grande no concedían los Patriarcas
licencias para predicar a los eclesiásticos, por temor de que resultasen
herejías de la interpretación arbitraria de la Santa Escritura. El célebre
Platón, metropolitano de Moscow, y otros Obispos a su ejemplo, animaron para
que lo hiciesen a los sacerdotes de sus diócesis, y desde entonces se predican
muy buenos sermones en San Petersburgo, en Moscow, y hasta en los pueblos más
pequeños. El célebre Platón, compuso un excelente compendio de sermones para
que los eclesiásticos menos instruidos los leyesen a sus parroquianos. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Todos los grandes duques y Czares se han distinguido por su
piedad; más ninguno ha igualado al Czar Miguel Feodorowitch. Siempre hacia
oración de rodillas en la iglesia, é inclinaba la frente hasta el suelo al dar
culto a las imágenes de los Santos. Anualmente iba al monasterio de Troiza, en
el distrito de Moscow, para celebrar la festividad de Pentecostés y la de su
Santo. A cierta distancia se bajaba del caballo o carruaje, y caminaba a pie
con toda su comitiva hasta llegar al santuario. La Gran Catalina siguió este
ejemplo: Pablo I y Alejandro fueron también al mismo monasterio después de su
coronación. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Una de las cualidades más recomendables de los antiguos
rusos es la caridad, y los modernos han conservado esta virtud de sus padres.
Allí no se ve mendigar a los holgazanes que huyen del trabajo, y solamente se
da limosna a los inválidos o a los arruinados por incendios o por cualquiera
otra desgracia. Cuando muere un rico se reparten a los pobres, durante algunas
semanas, abundantes limosnas, y en ciertas ocasiones sumas considerables. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Al recibir los boyardos sus rentas suministran a los
indigentes harina, manteca y otros comestibles, y los de mediana fortuna dan a
proporción de sus haberes. Los comerciantes distribuyen pan a los pobres que se
presentan al abrir sus tiendas, con tal abundancia que les queda sobrado para
vender a los viajeros. Los Czares son los primeros en dar el ejemplo de
liberalidad. Siguiendo la antigua costumbre, van en la Pascua entre los
maitines y misa a visitar a los presos, a quienes dicen: Jesucristo ha
resucitado también para vosotros; y después mandan que se les dé ración de
carne y un capote forrado con pieles. A los penados con destino a los trabajos
públicos se les concede permiso para pedir limosna cuando vuelven a la prisión.
<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Antes del último siglo apenas era conocida en Europa la
Rusia. Estaba reservado a Pedro I concebir el proyecto atrevido de formar un
poderoso imperio, civilizando hordas dispersas y medio salvajes, introduciendo
en sus Estados las artes, el comercio y la política de Europa, y enseñando la
guerra a sus soldados. No se puede negar que, a pesar de haberse precipitado en
sus medidas, por la impaciencia de su genio, que deseaba crear y gozar a la
vez, consiguió completamente su objeto. La influencia de este nuevo imperio se
hizo sentir desde luego en Europa, que se vio forzada a admitirlo en todas las
combinaciones de su sistema político. Los adelantos de esta potencia y el
ascendiente que supo granjearse lo proporcionaron sucesivamente en el Norte la
adquisición de la Livonia, de la Ingria, de la Finlandia y de una parte de la
Pomerania; en el centro, la que le correspondió en la desmembración de la Polonia;
y por el Sur le cedió la Puerta Otomana parte de la Tartaria, la Crimea, las
fortalezas que defendían sus provincias septentrionales, el dominio del Mar
Negro y, el comercio exclusivo de la Persia. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La fraternidad religiosa de los rusos con los súbditos del
Sultán que profesan el culto griego, y la protección consiguiente del Czar,
garantizada por los tratados en favor suyo, forman una estrecha y legitima
alianza contra la opresión de los turcos. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Son atroces e innumerables los males que han abrumado a los
griegos en el periodo de cuatrocientos años. Considerados como prisioneros y
presas del vencedor, y atados con nudos de hierro al árbol del bárbaro
despotismo otomano, han sufrido constantemente la monotonía de una ignominiosa
y dura esclavitud, y concluyeron por no tener más existencia histórica que la
de sus opresores. Para los turcos no son los griegos más que vencidos, y viven
porque pagan el derecho de respirar. La capitación, que abraza a todos los
varones desde la edad de diez y siete años hasta la de sesenta, es la tasa y el
rescate de su vida. El recibo que se les da, dice: «EN VIRTUD DE ESTA CANTIDAD,
PRECIO RECIBIDO, SE PERMITE AL QUE LO PAGA CONSERVAR SU CABEZA SOBRE LOS
HOMBROS DURANTE UN AÑO». Esta garantía no preserva de malos tratamientos, ni
aun de la muerte: en todo se da a conocer la diferencia del señor y del
esclavo. Los cristianos no pueden montar a caballo ni vender en algunos parajes
sus granos sino por medio de los turcos. Cuando aparece asesinado un musulmán,
hacen estragos y matan sin regla ni freno: pagan las cabezas y las presentan en
las fiestas. El musulmán es el favorito del cielo y el elegido de la creación: a
pesar de todos sus crímenes cree tener todas las virtudes, y lleno de confianza
y seguridad, su fe basta para salvarlo. A sus ojos el cristiano ha nacido para
andar arrastrado y servir, y el matarle es un acto meritorio para con Dios. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La suerte de los cristianos no puede mejorarse por la
voluntad del príncipe otomano: el carácter de la opresión que los aflige es
incorregible, y no puede ser modificado por ninguna vía legal, porque esta
opresión tiene por base la opinión religiosa, que es al mismo tiempo la
política. El musulmán es esencialmente estacionario: hoy es el mismo que el día
de su entrada en Europa, y así continuará mientras subsista su raza. El griego
siempre esclavo, porque siempre ha sido cristiano. Se abisma y extravía el
pensamiento en un mudo asombro al contemplar al turco imbécil reinar con látigo
en mano sobre una ciudad que no cabía en el mundo. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La prolongación del cautiverio de los griegos es más bien
obra de los gobiernos de Europa. Su política dominante ha sido demostrar una
rivalidad de celo por la conservación de la paz. ¿Es el destino de la
estabilidad poner el sello a la servidumbre de un pueble oprimido? ¿HAY RAZÓN
PARA QUE LOS ESCLAVOS DE AYER LO SEAN HOY, Y LO SEAN SIEMPRE? ¿SERÁ LA ETERNA
DURACION DE LA ESCLAVITUD DE LOS GRIEGOS UN PRIVILEGIO DE SU FIDELIDAD A SU
RELIGIÓN? Las sospechas y las miserables
desconfianzas de los gabinetes han dado a la política esta dirección
desastrosa. Todo ha cambiado menos la barbarie de los turcos y la servidumbre
de los griegos. Su retroceso a la existencia política seria un mal para la
Turquía, y así deben morir bajo el sable, o consumirse bajo la raza otomana,
porque el interés musulmán exige que permanezcan fuera de la ley de las
naciones. <o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Tres títulos sagrados se reúnen en el más alto grado a
favor de los griegos: la desgracia, el valor patrio y su adhesión a la fe
cristiana. Los tratados dan a la Rusia el derecho de intervención para proteger
a los griegos, y la religión le impone también este deber. Es una fatalidad que
la idea de su emancipación se presente a ciertos gobiernos como enlazada con el
engrandecimiento de la Rusia; pero puede haber combinaciones en que esta
potencia no reciba las ventajas exclusivamente. La Rusia tiene un vasto
territorio, provincias fértiles, fronteras que la ponen en comunicación con
todas las naciones de Europa y de Asia, puertos que le proporcionan acceso en
todos los mares, y una población numerosa, aplicada, sobria y sufrida: con
todos estos recursos de riqueza y de poder que encierra en su seno, ha llegado
a obtener una preponderancia positiva y permanente. Su guerra con la Turquía es
nacional en el sentido religioso, y está justificada por las atrocidades de los
musulmanes contra los griegos, que son un solemne testimonio de la longanimidad
de la Rusia y de su paciencia heroica. Hasta su orgullo se había doblegado por
las exigencias de la Inglaterra y del Austria a una humillante abnegación,
mirándose como una extravagancia histórica la indulgencia de la Rusia con las
injurias de la Puerta. Al cabo se cansó el Emperador Nicolás de tanta
condescendencia, y desembarazado ya de las preocupaciones y trabas que detenían
sus movimientos, se ha propuesto llenar su gran destino. ¿Serán los monarcas de
Europa y sus ministros extraños a la causa del cristianismo, a los sentimientos
de humanidad, y no resonarán en su alma los gemidos de las víctimas de su fe?
¿Quién negará una lágrima al cristiano que derrama su sangre por la religión de
Jesucristo? ¿Qué se necesita para excitar el interés del hombre y para merecer
su compasión? <o:p></o:p></span></i></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><i>La política mercantil y preponderancia marítima de la
Inglaterra han hecho su participe a la Francia, y, por lo que se dice,
neutralizado a la Alemania, obedeciendo al miedo quimérico de un nuevo
engrandecimiento de la Rusia, sin conocer que su ilimitada extensión la
debilitaría en vez de fortificarla. Por otra parte, el Emperador Nicolás ha
dado pruebas de prudencia y de moderación, y ninguna de tentativas ambiciosas.
En su conciencia solo han tenido un eco fuerte, al parecer, los clamores de los
cristianos y los votos y súplicas de sus pueblos. Mientras otras potencias
defienden la legitimidad de la barbarie, de la peste y del orden social de
Constantinopla, el Czar moscovita se propone romper la cadena abrumadora que
pesa hace cuatro siglos sobre cristianos esclavizados. Los esfuerzos pertenecen
al hombre; el éxito depende del cielo.</i><i><o:p></o:p></i></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-86802234853747463082022-01-29T00:12:00.030-08:002022-02-21T09:28:00.274-08:00El s. XIX en Quesada. La enseñanza secundaria.<p><span style="font-family: arial;"> </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiqfOc53LxxvaQwe8_ZBLCxxjdZOvTo1PkYsxpH08dSvR3Ek933L4eVMDzqhzctGGZYGmcuamOkVXb2ZWt4GzOnraYOq7xf6ru7oV3EklAaZM45HfRpNaoAu_bHZiEN7CR4rmyIy0CxT8h0uICc_yM8HksOYQBz3ca0_QM3quhXnsuxUOw1wcj3DWcp7Q=s3382" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><img border="0" data-original-height="3382" data-original-width="2520" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiqfOc53LxxvaQwe8_ZBLCxxjdZOvTo1PkYsxpH08dSvR3Ek933L4eVMDzqhzctGGZYGmcuamOkVXb2ZWt4GzOnraYOq7xf6ru7oV3EklAaZM45HfRpNaoAu_bHZiEN7CR4rmyIy0CxT8h0uICc_yM8HksOYQBz3ca0_QM3quhXnsuxUOw1wcj3DWcp7Q=w476-h640" width="476" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Ángel Alcalá Menezo, autor de </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">"Pedro Hidalgo o el castillo de Tíscar" </span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">y principal </span></span><br /><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">impulsor de la secundaria en Quesada durante el s. XIX.</span></span></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, sans-serif" style="text-align: justify;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">En una entrada anterior de este blog se trató de la
enseñanza en Quesada a propósito de los artículos del periodista Luis Bello en
el diario </span></span></span><i style="text-align: justify;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El Sol. </span></span></i><span face="Arial, sans-serif" style="text-align: justify;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">En el publicado el 21 de agosto de 1928 denunciaba el estado
calamitoso de la enseñanza primaria en Quesada y en toda la comarca. Si poca
atención prestaban los gobiernos a las escuelas hasta que la II República
comenzó a revertir la situación, el escenario era especialmente malo en el
mundo rural y, como consecuencia, el analfabetismo era un mal endémico. En Quesada
rondó el 80% de la población hasta los años treinta del pasado siglo. </span></span></span><a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2014/08/luis-bello-y-la-educacion-publica-en.html" style="text-align: justify;" target="_blank"><i><span style="color: #f6b26b;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">(1928. Luis Bello y la instrucción pública en Quesada)</span></span></span></i></a></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Durante el siglo XIX y primeras décadas del XX había
pocas escuelas en Quesada, con poca capacidad y destinadas principalmente a los
niños pertenecientes a las familias más acomodadas. Los escasos niños pobres
escolarizados asistían apenas unos o dos años y con irregularidad, pues
faltaban durante la aceituna y en cualquier momento que lo hicieran necesario
las faenas del campo. Si esta era la pésima situación de la enseñanza primaria,
la secundaria era simplemente inexistente. Los escasísimos niños que cursaban
bachiller lo hacían por libre en el pueblo y alguno que otro, los más
adinerados, fuera del pueblo, en internados o con su familia si esta se podía
permitir residir fuera durante los estudios.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">No obstante, existieron varios intentos de crear
colegios privados de segunda enseñanza durante la segunda mitad del siglo XIX.
Fueron todos intentos fallidos, duraron poco y tuvieron un carácter muy
minoritario. Su repercusión en el nivel educativo fue anecdótica, de manera que
interesan más por lo que dicen de algunos destacados personajes locales y del
ambiente social del pueblo en aquellos años que por su importancia pedagógica.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Primer intento. 1869.</span></span><o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Corría el mes de abril de 1869 y en Quesada había
tifus; los grandes temporales del invierno habían provocado una grave crisis de
trabajo y, ante la falta de jornales, el Ayuntamiento se había visto obligado a
repartir trigo entre los vecinos. Pocos meses antes la Revolución de 1868, la
Gloriosa, en la que había tenido gran protagonismo el general Serrano Bedoya, había
acabado con el reinado de Isabel II. Los familiares de Serrano y sus
partidarios controlaban ahora el Ayuntamiento. En este contexto se produce la
primera noticia conocida sobre el intento de crear un centro de segunda
enseñanza en Quesada.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Según
el libro de actas de plenos municipales, el día 30 de abril el alcalde, Hilario
Serrano del Águila, propuso a los concejales la creación de un instituto de segunda
enseñanza. Para financiar el proyecto se suprimiría la escuela de niños de
Belerda, pues la aldea no llegaba a las 500 almas y "ningún resultado se
obtiene" </span></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">de ella por la
inasistencia generalizada de los niños a causa de “las dificultes de la
topografía” y los “hábitos tradicionales e instinto de la población”. La
escuela se refundiría </span></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">con la de niñas,
creando una escuela mixta a cargo de la maestra. También se suprimiría la
segunda escuela de niños de Quesada; quedarían todos a cargo del maestro de la
primera. Según el alcalde, esto no afectaría al progreso de la instrucción
primaria “porque ambas escuelas están en un mismo edificio y son contiguas y las
puede llevar una sola persona” (se refiere a la primera planta del antiguo
convento, donde estuvieron hasta los años cuarenta del siglo XX). Tampoco se
perjudicaría con esta medida a nadie, porque de todas formas el puesto de
maestro de la segunda escuela estaba vacante. Calculaba el alcalde un ahorro de
823,500 escudos, cantidad suficiente para dotar un catedrático de instituto.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
pleno municipal aprobó la propuesta y acordó enviar una solitud al Ministerio
de Fomento, responsable entonces de la enseñanza, para proceder al cierre de
las escuelas. Poco después, en septiembre, el gobernador civil comunicó que el
Ministerio desautorizaba el cierre, pues Quesada ya estaba en el mínimo que la
ley exigía para el número de habitantes (algo menos de 6.000). En nada acabó
este primer intento</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">,</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> pero vale para mostrar el
nulo interés por extender la enseñanza primaria y alfabetizar a la población,
algo que pervivió casi hasta el final del reinado de Alfonso XIII. Se cambiaba
enseñar a leer y escribir a muchos por facilitar el bachillerato a unos pocos.
Aunque hijos de la revolución y de la constitución democrática de 1869, los
“serranistas” no destacaban por su conciencia social</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">;</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
eran contrarios a los partidarios de los Borbones y poco más.</span></span></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEji1NMD9y2Hb66_Pi8mNSMU-1clJedbG7ARXRfmKjAJONQdVfVyaBlfPB9IG49qWYGSvw9WRcE301lOnCz0I5m3Y7VJzmIHiMUWBDD2RQ8d1N2YAdZZyMwpJhZ12PZc9Fg3WJ7dxWSq9T0LEtpcX0uILz5hyQBgV_TIwmy3cbCYiL_bxt5ErZAlIlIlYA=s774" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black; font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="262" data-original-width="774" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEji1NMD9y2Hb66_Pi8mNSMU-1clJedbG7ARXRfmKjAJONQdVfVyaBlfPB9IG49qWYGSvw9WRcE301lOnCz0I5m3Y7VJzmIHiMUWBDD2RQ8d1N2YAdZZyMwpJhZ12PZc9Fg3WJ7dxWSq9T0LEtpcX0uILz5hyQBgV_TIwmy3cbCYiL_bxt5ErZAlIlIlYA=w400-h135" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Autógrafo de Alcalá Menezo</span></span></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /><span face="Arial, sans-serif"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="font-family: arial; vertical-align: inherit;">I República. 1873.</span></span></span></b></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Unos
años después, el 31 de agosto de 1873, durante la primera República, la
creación de un colegio de segunda enseñanza volvió al pleno municipal. Ese día
el alcalde en funciones, el </span></span></span><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">ciudadano
Federico Jila, comunicó a la corporación que “don Antonio Redondo, asociado de
otros dos caballeros de esta localidad, había conseguido que el claustro del
Instituto de segunda enseñanza de la ciudad de Baeza, de acuerdo con el de la
Universidad de Granada, le concediese la gracia de poner en esta población un
colegio dependiente” de dicho instituto. Solicitaba don Antonio al Ayuntamiento
que proporcionara un local. El pleno acordó que, en cuanto la petición se
formalizase mediante instancia, se proveyese lo necesario para instalar el
citado colegio.</span></span></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Una par de
semanas después y tras recibir la petición formal, se acordó que se ubicara el “Instituto
de 2ª Enseñanza concedido al Sr. Redondo” en el salón municipal existente en la
planta baja del antiguo convento de dominicos. Se accedía a él por la puerta
del convento situada al principio de la cuesta de San Juan. En este local se
habían celebrado reuniones y asambleas de vecinos y más tarde teatro y cine;
allí se vieron las primeras películas en Quesada.</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"> </span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">No hay
noticias de lo que pasó con este proyecto, pero sin duda los frenéticos cambios
políticos que siguieron y que culminaron con la restauración de la Monarquía
trajeron otras preocupaciones más inmediatas a concejales y vecinos. Se podría
pensar que la rapidez en la favorable respuesta del Ayuntamiento obedecía a una
preocupación especial por la instrucción pública, que más tarde sí manifestaría
la segunda República. Pero no fue el caso, porque la idea surgió, aunque fuera
secundada por la corporación republicano-federal, de los sectores más
conservadores de la sociedad quesadeña. Quizás porque de nuevo atendía, no a las necesidades de la masa popular, sino a las de una pequeña minoría privilegiada.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El primer
firmante de la solicitud, Antonio Redondo Martínez, era un maestro que había
llegado a Quesada en abril de 1869 como encargado interino de la segunda
escuela de niños tras el fallecimiento de su titular, Ildefonso Malo. Duró poco
en el puesto porque el 11 de julio del mismo año fue destituido al negarse a
jurar, como era preceptivo para todos los empleados públicos, la constitución democrática
promulgada tras la Gloriosa y la expulsión de los Borbones. Redondo pertenecía
a la sección local de Juventud Católica, organización en la que participaban otros
quesadeños de filiación conservadora y carlista. El rey llegado con la
constitución de 1869, Amadeo I, era hijo de Víctor Manuel II de Italia, que
poco antes había tomado Roma y acabado con los Estados Pontificios culminando
la unidad italiana.El papa Pío IX no reconoció al nuevo gobierno italiano y
recomendó a los católicos no participar en política ni colaborar con el nuevo
régimen. Esta pugna se trasladó a España, de manera que un apoyo explícito al
papa suponía implícitamente un rechazo al gobierno democrático de Amadeo I.</span></span></span><span face="Arial, sans-serif"> </span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Juventud
Católica se había constituido en Quesada muy poco después de su fundación y así
lo recogía el 28 de enero de 1870 el periódico tradicionalista </span></span><i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El Pensamiento español</span></span></span></i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">. Al año siguiente, el también carlista </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La
Esperanza</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> informaba el 28 de junio que esta asociación había remitido desde
Quesada una felicitación, en latín y en castellano, a Su Santidad con motivo
del XXV aniversario de su pontificado. Firmaban la carta, además de Antonio
Redondo, otros miembros de la asociación como </span></span><a name="_Hlk93486023"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Ángel
Alcalá Menezo</span></span></a><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, Toribio Bello, Agustín y Juan José Segura, todos ellos
significados integristas. No fue solo esta asociación la que homenajeó al papa
(y afeó al rey Amadeo), también el propio Ayuntamiento “serranista” organizó
una “</span></span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">función religiosa que solemnizó este municipio en conmemoración del
fausto suceso del 25 aniversario del pontificado de Pío IX en junio último” </span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">(Pleno 17-9-1871)</span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">.</span></span></span></span></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">No estaban, como se ve, detrás de la propuesta
personas adictas a la República. Y sin embargo, el Ayuntamiento de 1873,
formado por republicanos federales, el ala izquierda del republicanismo, la
acogió con entusiasmo y en un par de semanas facilitó el local que se le había pedido.
Como tantas otras veces, esta aparente incongruencia sería explicable por las
disputas, filias y fobias de la política local, que a menudo contradicen los
esquemas</span></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">políticos generales. El caso es
que a final de 1873 el golpe de estado del general Pavía acabó con las cortes
republicanas y llevó a la presidencia de la República a Serrano Domínguez, que
ejerció el poder durante un año de manera personalista y dictatorial. A finales
de 1874 otro golpe militar, el del general Martínez Campos, restauró la
monarquía Borbón. De Antonio Redondo y su colegio nada más se supo. Alguno de
sus compañeros, como </span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Ángel Alcalá y Menezo, se apresuraron a renegar del carlismo y jurar
lealtad al nuevo rey Alfonso XII. (</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Boletín Oficial de la Provincia de Jaén</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
de 24 de julio de 1875).</span></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial; mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgHh4S_TFOnS4EhfEwPMyiYJ4TyBOqX0QlLrL4xCLkGtMbTCP5lbJ6ttpXydoGVYIyZVE8ArwhNFT6UDdr22WqBtchdvzFZlQDc7kA7zemVAGF3pA9qW76PxRUUh59nBnZl2-4AXXlbCPFkXwOdeBdOe0PDzuyAbzFlZEariyvnLRQWHGXcebFzyZp8ng=s2368" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black; font-family: arial; font-size: x-small;"><img border="0" data-original-height="2368" data-original-width="1573" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgHh4S_TFOnS4EhfEwPMyiYJ4TyBOqX0QlLrL4xCLkGtMbTCP5lbJ6ttpXydoGVYIyZVE8ArwhNFT6UDdr22WqBtchdvzFZlQDc7kA7zemVAGF3pA9qW76PxRUUh59nBnZl2-4AXXlbCPFkXwOdeBdOe0PDzuyAbzFlZEariyvnLRQWHGXcebFzyZp8ng=w426-h640" width="426" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Página de "La Ilustración Española y Americana" </span></span><br /><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">sobre la Exposición Provincial de 1877, donde hubo</span></span><br /><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">una importante participación quesadeña.</span></span></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-bidi-font-weight: bold; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNoSpacing" style="text-align: justify;"><b style="text-align: left;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="font-family: arial; vertical-align: inherit;">1877-1880</span></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Cuando
en 1923 Juan de Mata Carriazo escribió el folleto del “Colegio Moderno” que
entonces se pretendía fundar, dedicó un recuerdo a los antecedentes de la
enseñanza secundaria en Quesada. No menciona Carriazo estos intentos de los que
se ha hablado hasta ahora, sin duda ya olvidados, y se refiere solo a los dos
posteriores que protagonizó Ángel Alcalá Menezo. Alcalá Menezo fue uno de los
personajes más singulares del siglo XIX quesadeño. Nacido en una de las
familias más pudientes del pueblo, se le recuerda como autor de la “novela de
Tíscar”, </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Pedro Hidalgo o el castillo de Tíscar</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, pero además fue uno de
los organizadores de la Exposición Provincial de Jaén en 1877 y gobernador
civil de varias provincias de la entonces colonia española de Filipinas. Su
biblioteca era amplia e incluía títulos en francés y alguno en inglés. Cuando
murió en 1895 se registró como su profesión la de “literato”, lo que no deja de
ser llamativo en la Quesada de entonces.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Manuel
Ciges Aparicio se inspiró en Alcalá Menezo para componer la figura central de </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">,
</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">don Luis Obregón</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">. Ciges debió conocer las historias y anécdotas que de
don Ángel se contaran en el pueblo y lo presenta como un personaje algo
excesivo en sus formas y carácter, imaginativo pero inconstante, propietario
acomodado pero que se preocupa por cambiar la triste realidad social y
económica que le rodea. Como Alcalá Menezo, también </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">don Luis Obregón</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
propone la creación de un colegio de secundaria, propuesta que es acogida con
escepticismo y frialdad por la abúlica </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">. Seguramente lo mismo
que le sucedió a don Ángel con sus proyectos.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
las elecciones de febrero de 1877 Alcalá Menezo fue elegido diputado provincial
por el distrito de Quesada para el siguiente bienio. Ese año participó
activamente en la organización de la Exposición Provincial, en la que Quesada
se distinguió con 130 expositores, “crecida cantidad con relación a su
importancia” (</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Gaceta Agrícola del Ministerio de Fomento</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, Tomo VIII pág.
498). Durante este tiempo fue director de la revista </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Semana</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> (En la </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Revista
de Ferias</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">de 1989, Alfonso Sancho Sáez hace una buena semblanza de don
Ángel y de su participación en este evento). Seguramente por su papel e
influencia en la Diputación, este organismo concedió el 2 de abril de 1878 un
donativo de 300 ptas. al Ayuntamiento de Quesada “para adquisición de material
científico para la escuela preparatoria”.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Y
es que ya estaba funcionando en Quesada un colegio incorporado al Instituto
provincial de Jaén, como se puede comprobar en el </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Boletín Oficial de la
Provincia de Jaén</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> de 14 de noviembre de 1878, pág. 3. Su director era don
Ángel Alcalá Menezo, que se encargaba también de
las asignaturas de Geografía, Historia Universal, Aritmética y Álgebra,
Geometría y Trigonometría.</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgNWy8Nf23wIbK0w2XWUpMQtZikCcCMduipVQtfsuqEx6eWZciQ8QzjX7E6lquHZiS39v_f7hUb4NQh_J9RDbs5lm1SmP0NJu3Hqm5Xy04D2_xpkmam4f-oD00WgJdYpMiC_agIebJo57o2-bx1hMCX_XOuVRWQyXMDwRm-tqQBGkisurLYCp3B3sM8Lg=s878" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black; font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="594" data-original-width="878" height="270" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgNWy8Nf23wIbK0w2XWUpMQtZikCcCMduipVQtfsuqEx6eWZciQ8QzjX7E6lquHZiS39v_f7hUb4NQh_J9RDbs5lm1SmP0NJu3Hqm5Xy04D2_xpkmam4f-oD00WgJdYpMiC_agIebJo57o2-bx1hMCX_XOuVRWQyXMDwRm-tqQBGkisurLYCp3B3sM8Lg=w400-h270" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Profesorado del colegio de Quesada. Boletín Oficial de la provincia de </span></span><br /><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Jaén, 11 de noviembre de 1879. Composición con las páginas 3 y 4.</span></span></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /><span face=""Arial",sans-serif"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
resto de profesores eran también personajes muy conocidos del pueblo. El
notario José Montiel daba primer curso de latín y castellano. Juan José Segura
Pérez, bachiller en Sagrada Teología, Retórica, Poética y Filosofía. El médico
Juan de Mata Carriazo Gallego, abuelo del historiador Carriazo Arroquia,
Fisiología. El farmacéutico Pedro Segura Mesa, que según Carriazo fue luego
director del Instituto de Baeza, Historia Natural y Física y Química. Por
último, Juan Álvarez del Peral, licenciado en Derecho y secretario del
Ayuntamiento, impartía Historia de España.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Al
año siguiente se renovó la licencia del colegio y hubo algunos cambios en el
claustro. Además de los anteriores, como nuevos profesores aparecen José Ramón
Vives Cotero, relojero, poeta y cronista local, que asume la Poética y la
Geografía; el párroco Luis Vear Ortiz, la Filosofía; el médico Miguel Gámez
Valero, Fisiología e Higiene; Hilario Baras Heredia,
Historia Natural; y por último, el perito
forestal Felipe Carrasco Carrasco, Aritmética y
Álgebra.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La
procedencia ideológica del profesorado era dispar y algo contradictoria,
especialmente en 1879, el segundo año de funcionamiento del colegio. Al
reconocido carlista Juan José Segura se unió el párroco, pero también Hilario
Baras y José Ramón Vives, que luego en 1888 fueron firmantes del “Manifiesto
Democrático-Progresista” promovido por el diario </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Discusión</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">. Y sobre
todo Felipe Carrasco, que era Venerable Maestro y Guarda del Templo de la logia
masónica quesadeña </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Luz. </span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Su pertenencia a la Masonería, usando el
nombre de </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Padilla</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">,</span></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">no la llevaba
en secreto ni fue un arrebato pasajero; la
mantuvo en el tiempo hasta finales del siglo. El párroco Vear sin duda no
ignoraba que compartía claustro con un reconocido masón, lo que tampoco
sorprende en la Quesada de aquel tiempo, pues años después </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Padilla</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
denunció a la superioridad que había alguno que era a la vez hermano de </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La
Luz</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> y de la Cofradía de la Virgen de Tíscar.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Aunque
los anuncios en el Boletín Oficial son de los años 1878 y 1879, el colegio había
empezado a funcionar al menos desde el curso 1877-78. La noticia procede del
propio Alcalá Menezo. Durante los meses anteriores a la Exposición Provincial,
inaugurada en Jaén el 7 de agosto de 1878, don Ángel intercambio
correspondencia con su principal impulsor, Joaquín Ruiz Jiménez. Estas cartas
se conservan en el archivo de la Sociedad de Amigos del País de Jaén y han sido
digitalizadas recientemente por la Diputación. En una de 10 de febrero de 1878,
Alcalá Menezo dice:</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Sr. D. Joaquín Ruiz Giménez: Querido
amigo:</span></span><o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mi cargo de Diputado de un Distrito
desinquieto y revoltoso unido a que explico ¡asignaturas! en el Colegio de 2ª
Enseñanza, me privan del placer de atender cual debía a tiempo a los amigos, y
que amigos como Vd. a quien tanto quiero y aprecio.</span></span><o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Un
par de meses después, el 25 d</span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">e abril, le escribe, como disculpa por no dedicar
el suficiente tiempo a la Exposición, el mucho que le ocupa la enseñanza: “tengo
cuatro clases diarias en mi querido Colegio de 2ª Enseñanza”. Aunque no
aparezca anuncio en el Boletín, el colegio ya estaba funcionando de forma
oficial, en dependencia del Instituto Provincial de Jaén. Al finalizar el curso
1877-78, los alumnos fueron examinados por una comisión del Instituto que al
efecto se desplazó desde Jaén. Lo cuenta Alcalá Menezo a Ruiz Jiménez en carta
del 12 de junio: “pronto serán los exámenes, pues estoy aguardando la Comisión
de ese Instituto”.</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Se
comprueba en esta correspondencia que don Ángel era, además de director, el
alma del colegio. La finalización del curso le permitió dedicarse plenamente a
la preparación de la Exposición Provincial, en la que consiguió que Quesada tuviera
un importante protagonismo como se verá en un próximo artículo. En carta de 24
de junio le dice a Ruiz Jiménez: “Gracias al divino Apolo que he concluido (por
este año) de estudiantes. Ya me sobra tiempo para todo. Estoy desde ayer
exclusivamente dedicado al Certamen provincial”. Don Ángel había quedado muy
satisfecho con los exámenes, tanto que le pedía a Ruiz Jiménez que insertara en
el semanario </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Semana</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> una noticia con el “resultado de mi Colegio, que
ha sido brillantísimo, honroso, sobresaliente, magnífico”.</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
curso 1879-80 fue el último del que hay noticia de este colegio. Seguramente
dejó de funcionar cuando Alcalá Menezo, su principal impulsor, marchó a Madrid,
donde desarrolló durante la primera mitad de la década una corta pero
tumultuosa carrera política.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">1889.
El segundo intento de Alcalá Menezo.</span></span><o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">En
el pleno municipal de 1 de septiembre de 1889 se dio lectura a una exposición
presentada por “los vecinos de esta villa el licenciado D. Leandro Giménez
Pérez, párroco de la misma, D. Ángel Alcalá y D. Salvador Segura”. En ella
manifestaban el deseo y la conveniencia de fundar “un instituto privado de
segunda enseñanza y una preceptoría sucursal del Seminario de Toledo, donde se
cursen con perfecta y legal validez académica todas las asignaturas de
Humanidades y Filosofía”. Habían solicitado y obtenido la autorización del
instituto provincial de Jaén y estaban a la espera de que el arzobispo de
Toledo autorizase la preceptoría. Concluían su escrito solicitando 1.000 ptas.
de subvención para la adecuación del local.</span></span><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Corporación valoró “la gran utilidad y conveniencia que la idea
envuelve tanto para la juventud estudiosa de la población como para la de los
pueblos limítrofes” y acordó conceder la cantidad solicitada con cargo al
presupuesto del siguiente año, pero con la condición de que si “el referido colegio
se clausurase por cualquier circunstancia” el Ayuntamiento tendría derecho a recuperar
el dinero con la casa y la venta de “los efectos y mobiliario” del colegio.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">En
el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén de 5 de noviembre se publicó la
relación de “colegios privados de segunda enseñanza incorporados en el presente
curso académico a este Instituto provincial”. Nuevamente, entre ellos figura el
de Quesada. Como en la ocasión anterior su director era Ángel Alcalá Menezo,
que seguramente retomó la idea una vez finalizada su etapa política en Madrid y
tras haber publicado “Pedro de Hidalgo o el Castillo de Tíscar”, novela que le
dio fama local.</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
párroco Leandro Giménez había sustituido muy poco antes a Luis Vear. La placa
con su nombre continúa en la plaza de la Lonja, pero no hay muchas noticias de
él, fuera de que parece que era del pueblo y que al final de su estancia, hacia
1905-1907, tuvo embargos y líos económicos. Impartía primer curso de Latín y Castellano.
El presbítero Toribio Bello —hermano del maestro y pintor Isidoro Bello López—
se encargaba del segundo curso de ambas asignaturas. José Ramón Vives Cotero
repite en Poética y Geografía. El médico Salvador Segura, que se había
distinguido durante la epidemia de cólera de 1885 y que en 1900 fue uno de los
fundadores de la sociedad lírico-dramática </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Lira</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, Historia Natural. El
también médico Ricardo Moreno Ortiz, entusiasta seguidor del ex presidente del
la República, Emilio Castelar, Física y Química. El joven licenciado Francisco
Malo García, Historia de España. Finalmente, el abogado y cuñado de Alcalá
Menezo, Manuel Segura Fernández, que usaba como nombre masónico </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Arístides</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">,
pues también era miembro de la logia local </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Luz </span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">explicaba Física y
Química.</span></span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhApCbgI-mrgop-hus1dh6OvlOwMGj4zk8cKz5UXwHNtv2-UW8Q9QQwhlDQaahIfS4nQtuS6VGvxWy46h_FIaU4Bx8qjk03UzeF543dR8jFbgwHGBlNKQtbH6c1WHKRSriZnKQaP7a2SPR_ZsnewxIsQ4GG9CGNRZAQ_y5u1vyJeL1-kjLRHdBBM5QcUw=s2012" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black; font-family: arial; font-size: x-small;"><img border="0" data-original-height="1537" data-original-width="2012" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhApCbgI-mrgop-hus1dh6OvlOwMGj4zk8cKz5UXwHNtv2-UW8Q9QQwhlDQaahIfS4nQtuS6VGvxWy46h_FIaU4Bx8qjk03UzeF543dR8jFbgwHGBlNKQtbH6c1WHKRSriZnKQaP7a2SPR_ZsnewxIsQ4GG9CGNRZAQ_y5u1vyJeL1-kjLRHdBBM5QcUw=w400-h305" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Placa todavía existente en La Lonja, </span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">dedicada al párroco Leandro Giménez</span></span></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: arial;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Aunque
la citada petición al Ayuntamiento la encabezara el párroco, el protocolo de la
época, es evidente que el alma del colegio volvía a ser Alcalá Menezo, su
director, que asumía personalmente las asignaturas de Aritmética y Francés. No
debió ser mucho el recorrido de este colegio porq</span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">ue, para cuando en n</span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">oviembre
se publicó en el Boletín Oficial su autorización, don Ángel ya había salido de
Quesada. Partió en octubre, </span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">cuando fue
nombrado gobernador civil de Batangas, en Filipinas, donde pasó varios años. Al
poco de regresar de su agitada y accidentada gobernación, al parecer con la
salud quebrantada, murió de neumonía en mayo </span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">de 1895. Con la muerte de este
gran animador de la vida local nadie volverá a intentar la creación de un
colegio hasta 1923.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Como
antes dije, Manuel Ciges Aparicio habla en su novela </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> de estos
intentos de creación de un colegio de secundaria y se inspira en Alcalá Menezo
para componer a su personaje don Luis Obregón. Como se sabe, </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
es Quesada en un momento indeterminado de finales del s. XIX y primeros años
del XX. Publicada en 1914, tuvo una escasa y accidentada distribución. El
“descanso eterno” que le dieron a Ciges en agosto de 1936, fusilado por los
rebeldes cuando era gobernador civil de Ávila, contribuyó al olvido del autor y
de su obra. En Quesada fue mas criticada que leída. No sentó bien a la buena
sociedad quesadeña ni </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> ni mucho menos </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La Romería</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">. Por
desgracia la novela sigue siendo ampliamente desconocida en Quesada y no sería
muy numerosa la reunión que se podría formar con sus lectores.</span></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Sigue siendo muy complicado hacerse con ella,
algo que no se solucionará hasta que se haga una nueva edición —tarea en la que
algunos andamos empeñados—. Por eso creo que conviene reproducir aquí la
escena, incluida en el capítulo IX, en la que se habla de estos intentos de
creación de un colegio de secundaria en Quesada. Y lo hace el propio Alcalá
Menezo, es decir, </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">don Luis Obregón</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La
escena se desarrolla en el jardín de Quesada una mañana de invierno. </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Don
Federico</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, el maestro, y </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">monsieur Lairet, Mosiú</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">, ingeniero suizo que
trabaja en las obras de la carretera de la estación —representa en realidad al
propio autor, también forastero— pasean y hablan del pueblo. Lamentan sus
problemas y el escaso interés existente por la cultura y la educación. El
maestro le explica a Mosiú sus dificultades para conseguir que la familia de un
muchacho con buenas aptitudes le permita seguir con sus estudios. En esto les
alcanza </span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">don Luis Obregón</span></span></i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">,</span></span></span><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
que se une a la conversación:</span></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: helvetica;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Colocándose
entre ambos amigos, les invitó a proseguir el paseo. Bastaba mirarle para
comprender que el antiguo gobernador estaba preocupado. El profesor y </span></span></span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
esperaron a que hablase; pero aún pasaron algunos minutos en silencio.</span></span><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Al
fin, dijo muy despacioso:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Venía
detrás de ustedes, y he oído sus últimas palabras, don Federico.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Y
después de una pausa, añadió:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Hace
usted muy bien ayudando a ese pobre muchacho. Aquí moriría de aburrimiento y
hambre, y nunca dejaría de ser un parásito más. Lo que usted desea hacer con
Julio tendría que imitarse con otros muchos. En eso pensaba desde que le oí
hablar a monsieur Lairet, y ya creo haber encontrado el medio.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: helvetica;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
maestro y </span></span></span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> le miraron esperando la continuación.</span></span><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—No
es el recurso mejor —prosiguió don Luis—; pero es todo lo que podemos intentar
en Villavieja. Es necesario que empecemos a fomentar la cultura. ¿No les parece
a ustedes? Vamos, pues, a fundar un colegio de segunda enseñanza.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Los
dos compañeros no pudieron ocultar un gesto de sorpresa y desencanto. Obregón
lo notó y dijo:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Esperaba
ese movimiento de contrariedad, porque a mí tampoco me satisface. Sería más
eficaz perfeccionar a los muchachos en un buen oficio, o prepararlos para otras
labores útiles; pero nos faltan los instrumentos y también nosotros carecemos
de preparación. Además, tendríamos que luchar desesperadamente contra la
resistencia de los padres. Hacer de sus hijos un sobrestante de Obras públicas,
un agrimensor o un capataz de minas, les parecería depresivo. En cambio, todos
desearían verlos convertidos en abogados, médicos o militares. Y en Villavieja solo
hay materia para eso. Claro es que, de veinte que empiecen, apenas terminarán cuatro;
pero eso iremos ganando, y aun a los otros se les sustraerá algunos años a la
holganza, y tal vez las nociones que adquieran no serán perdidas.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
se conformó fácilmente; pero el maestro fue más escéptico.</span></span><o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Se
cansarán pronto —observó—, y aun dudo de que no se cansen antes de empezar el
curso. En Villavieja no hay ambiente cultural, y hasta sospecho que la cultura
todavía no constituye una necesidad. Vean ustedes lo que me ocurre a mí.
Estamos a diez y ocho de diciembre y hace quince días que declaré a la fuerza
las vacaciones de Navidad por falta de alumnos. Los pobres retiraron a sus hijos
hace un mes, cuando empezó la recogida de la aceituna, y al ver las clases
desiertas, los otros fueron dejando de asistir. Entre nosotros todo son
pretextos para no acudir a la escuela. ¿Y aún dicen de la enseñanza
obligatoria? Sí, cuando el Estado disminuya los tributos que el pueblo ha de
pagar con su dinero, cuando fomente la riqueza pública y cuando los Municipios
den de comer a los niños menesterosos.Mientras los padres necesiten de ellos
para ganar algunas monedas más, los hijos faltarán a la escuela.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú
opuso graves reparos a los conceptos del profesor, y discurrió largamente
acerca de la enseñanza en Europa, y con singularidad, de la trascendental labor
de la escuela, preparatoria del alma infantil y del porvenir nacional. Como don
Federico conocía de sobra todos aquellos lugares comunes, se sometió
pacientemente a escuchar una lectura más de tantos artículos periodísticos en
que se repetían las mismas cosas.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">(…)</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Don
Luis Obregón no oía a sus dos compañeros, ocupado en madurar el proyecto.
También sospechaba él que su plan no prevalecería, o que su existencia sería
efímera; pero conociendo la nerviosa impresionabilidad de los villavejenses,
tampoco dudaba de su momentáneo éxito. Sus convecinos se entusiasmarían de
pronto, y toda la clase media y superior, hasta sus propios adversarios,
querrían enviar a sus hijos al colegio. El caso de su cuñado don Alberto, con
tres gandules sin profesión ni oficio, era el de todos. Durante ese periodo de
novedad y entusiasmo, él recibiría loores por su fecunda iniciativa, y como la
crisis ministerial era inminente, no dejaría de ganar prosélitos. Cuando hubo
meditado su plan, elevó la voz ordenando con resolución:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: helvetica;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Usted,
don Federico, será profesor de latín, geografía y retórica. Nadie como </span></span></span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">
para enseñar el francés...</span></span><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Monsieur
Lairet le saltó al paso:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Perdón;
yo solo vengo algunos días a Villavieja, y en cuanto termine la carretera,
regresaré a mi país.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Don
Luis le replicó:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—No
importa. Combinaremos las clases con los días en que usted venga. Después...
¿quién sabe?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Eso,
¿quién sabe? —asoció el maestro, que no tomaba en serio aquel proyecto de
Obregón.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: helvetica;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
exgobernador pareció no oírle, </span></span></span></i><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Mosiú</span></span><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> insistió:</span></span><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Pero
las obras se terminarán muy pronto...</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Don
Luis no se arredró:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Bueno;
luego veremos quién le sustituye... Mi hermano estudió cuatro años de
ingeniería, y es fuerte matemático. Para las otras ciencias nadie como el
médico don Ambrosio...</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
profesor le preguntó con bien disimulada ironía:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Y
usted?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Como
yo me doctoré en derecho, seré el director.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Y
qué explicará?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Retórica,
psicología... ¡lo que sea preciso! Lo que yo ignoro, lo adivino, y si es
necesario estudiar, lo estudiaré... —dijo, y enmudeció algunos instantes para
seguir elaborando su proyecto.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Fuera
del maestro, ningún profesor cobraría. El derecho de inscripción en el colegio sería
mínimo, para que todos los padres de familia lo encontrasen aceptable. Además,
podrían acudir estudiantes de lejos, y don Federico se encargaría de organizar
el internado conservando a los forasteros en su casa. Cuando don Luis Obregón
expuso este final de su proyecto, dando grandes prisas para realizarlo, el
profesor le dijo riendo:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Pero
vamos a empezar en seguida?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Cómo
no? Pasado Año Nuevo.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Don
Federico siguió riendo.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Ha
olvidado usted que para empezar el curso es muy tarde, y que para ingresar en
la segunda enseñanza hay que sufrir un examen previo?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
antiguo gobernador se golpeó la frente con la mano.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¡Lo
había olvidado! ¡Ni siquiera pensaba en eso! ¿Qué vamos a hacer?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Dejarlo
para más adelante —le repuso el maestro creyendo hacerle disuadir.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Pero
eso es lo que no deseaba don Luis, y bien claro lo dio a entender.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Dejarlo
para después vale tanto como renunciar para siempre. Conozco a mis
compatriotas.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Y
yo también —murmuró muy quedo el maestro.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">La
perplejidad del político duró muy poco.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Bueno:
aprovecharemos estos meses en preparar a los chiquillos para el examen de
ingreso.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Siempre
escéptico y con el deseo de oponer reparos, don Federico aún le preguntó:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—¿Y
local para las clases?</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El
iniciador de la idea le repuso impaciente:</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica; line-height: 107%;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">—Mañana
lo verá.</span></span><o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><i><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: helvetica;"><o:p> </o:p></span></i></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><i><span face=""Arial",sans-serif"></span></i></b></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEggdvOYDLYukdem_9eiklLhlFfzABWolTpdrWpg_rWhVpJKekKhMTPNyeL5fq8MNfIvecZjAApEzHnGw7unk5xmfpnCdTz07E3uRwn6J8cpElgZT2yKDTdtNdJrdj__OoyfQxv2yf10ziQfV0XgeUiCiewQ0Hzwd8HN1oN-nJXkVdNCnCGOoe-4EmgAcw=s400" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="color: black;"><img border="0" data-original-height="352" data-original-width="400" height="353" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEggdvOYDLYukdem_9eiklLhlFfzABWolTpdrWpg_rWhVpJKekKhMTPNyeL5fq8MNfIvecZjAApEzHnGw7unk5xmfpnCdTz07E3uRwn6J8cpElgZT2yKDTdtNdJrdj__OoyfQxv2yf10ziQfV0XgeUiCiewQ0Hzwd8HN1oN-nJXkVdNCnCGOoe-4EmgAcw=w400-h353" width="400" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">Villavieja.</span></span></i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> Primera edición de 1914.</span></span></span></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="font-family: arial; font-size: x-small;"><i></i></span></b></div><b><i><br /><o:p><br /></o:p></i></b><p></p><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-16353309693403615392021-09-13T08:57:00.000-07:002021-09-13T08:57:26.618-07:00El abastecimiento de aguas potables en Quesada. Breve reseña histórica.<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioWrACbR-2vdAZVNvMJ6HRWZpiiZ1OnFkOXgsXnccsgs8BX8uzJG4O3F5MqwPF9gqXY2N8pjlUSyyZDYd3eahrvx8DY3yEyMHxzuYZTEIoLahkYQf9Jgor4UXtFaDP-stemAxfFBBzT02r/s2634/20210409_110623.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1194" data-original-width="2634" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioWrACbR-2vdAZVNvMJ6HRWZpiiZ1OnFkOXgsXnccsgs8BX8uzJG4O3F5MqwPF9gqXY2N8pjlUSyyZDYd3eahrvx8DY3yEyMHxzuYZTEIoLahkYQf9Jgor4UXtFaDP-stemAxfFBBzT02r/w640-h290/20210409_110623.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plano de la tubería de abastecimiento de agua inaugurada en 1929</td></tr></tbody></table><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Este artículo está escrito para la Revista de Ferias, en cuya edición de
1021 ha sido publicado. Solo cabe añadir que la primera noticia documentada
sobre abastecimiento de aguas potables en Quesada es de 1556. El 8 de octubre
Felipe II autoriza al concejo de Quesada a un repartimiento de 50.000
maravedíes entre los vecinos para finalizar la traída de aguas desde las
fuentes llamadas de las Cuevas y del Olivarejo. Hasta entonces el pueblo se
abastecía con agua del río, que la mayor parte del año </span><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">dicho rrío
venía muy turbio y suzio con las abenidas y cresçientes, e demás dello el agua
dél no hera del todo buena.</span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">El documento fue
publicado por Juan de Mata Carriazo con el n.º 122 de su </span><i style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Colección
diplomática de Quesada</i><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">. Esta es la construcción que fue reformada en 1698
según se trata a continuación.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></i><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Siglos XVII – XVIII.</span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Una de las primeras noticias sobre el abastecimiento público aguas en
Quesada se conserva en el edificio del actual Ayuntamiento, en su escalera,
donde podemos ver una lápida de piedra fechada en 1698 que dice:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">“Reinando Carlos 2 Nuestro Señor Que Dios Guarde se hizo la cañería y se
redificó la fuente de esta Villa siendo su corregidor y capitán a guerra el
señor licenciado D. Dionisio Antonio de Peñarroxa abogado de los Reales Consejos
y regidor perpetuo de la Ciudad de Alhama y comisarios D. Juan Antonio Serrano
y D. Rodrigo Pedro de Urrutia sus regidores perpetuos. Año de MDCLXXXXVIII.” <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> <br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8gb_PW6rlITC6R13Wr015IvO6-8wYvk67NPUndLaJRa83jbHwq7pVRMvS6eVHF7gUH7B2-SFoyZUuLvXwk7rTP8mN05kzEbThqF4WJsAfN1BeR9bL7_cKNXvBaf6kJ0fjIW-mP5X1D5HQ/s2048/L%25C3%25A1pida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1658" data-original-width="2048" height="518" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8gb_PW6rlITC6R13Wr015IvO6-8wYvk67NPUndLaJRa83jbHwq7pVRMvS6eVHF7gUH7B2-SFoyZUuLvXwk7rTP8mN05kzEbThqF4WJsAfN1BeR9bL7_cKNXvBaf6kJ0fjIW-mP5X1D5HQ/w640-h518/L%25C3%25A1pida.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Placa conmemorativa de la inauguración de las obras de 1698</td></tr></tbody></table><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Junto a ella, también en la escalera, hay una fuente de pared, que no es
exenta, pensada para pegarla a una fachada. Es un escudo de piedra de cuyo
extremo inferior tiene un caño metálico. Según una nota manuscrita de Juan de
Mata Carriazo, que cita a Argote de Molina en su obra “Nobleza de Andalucía”,
este escudo es el de la familia Serrano, a la que pertenecía uno de los
regidores perpetuos citados en la inscripción anterior por ser uno de los dos
comisionados (encargados) de la obra de la cañería. Cuando lo conoció Carriazo,
el escudo estaba colocado en la fachada de la fonda “La Moderna”, junto al
Ayuntamiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinx2OndJjScQ2zvklGG1C_THtz2G0McT1IDUPii2ithv3z4VqfnMIzZUGLaip1NWONv5kLtnokiAYSKJTQs-EX8RGMPUnQBLKbjCn1pKS0jKIwX64ww-jBMUjUFq7LmTQTInc2XpXKsP1W/s2048/fuente.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1329" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinx2OndJjScQ2zvklGG1C_THtz2G0McT1IDUPii2ithv3z4VqfnMIzZUGLaip1NWONv5kLtnokiAYSKJTQs-EX8RGMPUnQBLKbjCn1pKS0jKIwX64ww-jBMUjUFq7LmTQTInc2XpXKsP1W/w416-h640/fuente.JPG" width="416" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 18.6667px; text-align: justify;">Fuente pública del siglo XVII actualmente en la escalera interior del ayuntamiento.</span></td></tr></tbody></table><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Por otra parte, según el plano de Quesada que hizo Francisco de Coello
para el “</span><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar”, que
se puede fechar alrededor de 1850, la fuente pública estaba en la Explanada, en
la fachada del actual número 17 de la plaza de la Constitución y casi haciendo
esquina con la plaza de la Coronación, entonces calle de San Juan o del
Convento.</span><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">A la vista de lo anteriormente dicho se puede
concluir que al menos desde 1698 había una conducción de aguas potables, que
antes de esa fecha existía una fuente pública que se reconstruyó ese año y que
con toda seguridad es la que se conserva en la escalera del Ayuntamiento. El
agua no sobraba en el pueblo, que solo se abastecía para el consumo humano de
esta fuente, de los pozos que había en algunas casas y, aunque nos sorprenda,
directamente del río y de los caces de riego.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">La cañería que llevaba el agua a la fuente era
realmente una especie de pequeña acequia o caz. Las tormentas y los temporales la
aterraban y a menudo la rompían en las zonas quebradas por las que atravesaba.
El suministro de agua era escaso e irregular; su mantenimiento requería de
continuos trabajos y gastos tal como se recoge regularmente en las actas de los
plenos municipales.</span><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Siglo XIX.</span></b><b><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Una de las primeras menciones al problema del
abastecimiento que he conseguido localizar es la del pleno del 28 de noviembre
de 1846, cuando la corporación acordó </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">reparar (nuevamente) la cañería de la fuente, para “remediar en lo
posible la escasez de aguas que hay en el pueblo.” Tenía entonces Quesada 3.895
almas y 1.034 vecinos.</span><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Era evidente que la cañería del siglo XVII no daba más de sí y que se
precisaba acometer la construcción de una nueva. En 1854 el problema llegó a
ser acuciante y se temía que la falta de agua acarrease problemas “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">en
el caso fácil de ocurrir el verse infestado de una epidemia, por surtirse de
agua sucia del rio” (en 1855 hubo efectivamente una terrible epidemia de cólera
morbo), sin contar con que la escasez de dicho elemento impedía acudir a los
incendios “con un remedio pronto”. Para solucionar el problema el Ayuntamiento
(pleno de 4 de diciembre) acordó la construcción de una nueva cañería desde los
veneros “del Chorradero y fuente Jorquera” por ser sus aguas de “inmejorable
calidad” y las más cercanas al pueblo. Para financiar la obra se procedió a la
venta de algunas fincas de propiedad municipal (quiñón de la Tercia y el del
Juncar, haza de la Breña y la del Melgar) y se sacaron a subasta los derrames
de la fuente pública que resultarían una vez se concluyera la obra. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">A pesar de las mejoras, la
escasez de suministro subsistía. Veinte años después, durante la I República, se
hizo necesario volver a tratar el problema. El 16 de noviembre de 1873 el
alcalde, ciudadano Francisco Calatrava, expuso al pleno municipal que, como a
todos constaba, “la mayor parte del año carece este pueblo de agua a causa de
que la cañería de la única fuente pública de esta Villa se encuentra en mal
estado de conservación por hacer muchísimo tiempo se formó y haberlo verificado
en malas condiciones”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Calatrava propuso que, por persona competente, se reconociera un nuevo
venero, “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">llamado del Nacimiento” (bajo el cerro de Vítar), y que “teniendo
en cuenta que el vecindario desea con ansiedad el que se construya una nueva
cañería” (la población había aumentado hasta 1.600 vecinos, unos 6.500
habitantes), se solicitara “al arquitecto de esta provincia” que trazase “el
camino por donde mejor pueda hacerse la nueva cañería”. Aunque las vicisitudes
políticas retrasaron algunos años el inicio de las obras, en el verano de 1879
la conducción estaba a punto de terminarse. No obstante, y como todavía no se
había hecho el proyecto de nueva fuente pública, se acordó que el agua llegase
hasta la parte baja de la calle Monte, donde se haría una excavación “para
poder llenar los cántaros”. Las aguas sobrantes se derivarían por la calle
Nueva y Alcaraz (actual de los Arcos) hasta el Pozo Airón.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Lo que quedaba de la antigua fuente estaba en un estado ruinoso y se
mandó retirar para “evitar su desplome”. Acabaron sus piedras en la fachada de
lo que luego fue la fonda de Bonifacio Amador y posteriormente en la escalera del
Ayuntamiento, como ya se ha visto. La nueva fuente se retrasó porque por
aquellos años se estaba remodelando la plaza, que había dejado de ser una
explanada diáfana donde se celebraba el mercado y se estaba plantando un jardín,
de que algunos de sus árboles aún sobreviven. Estaban muy orgullosos concejales
y vecinos del moderno paseo que le daba al centro del pueblo un aspecto urbano,
muy acorde con los gustos del momento. Se quería rematar la reforma con una
fuente a tono, “monumental”, de la suficiente prestancia para rematar
dignamente la reforma.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">A los pocos meses, el 20 de junio de 1880, se encargó el proyecto de
fuente al arquitecto provincial Jorge Porrúa. Como al parecer el caudal de los
manantiales había mermado la fuente tendría solo dos caños, aunque estaba
diseñada para cuatro. Tres años después concluían las obras y se procedió a la
inauguración en junio de 1883. La fuente monumental se construyó en la
Explanada, en el espacio que hay entre
las dos actuales. Estaba formada por una
gran peana de piedra con escaleras de acceso y un cuerpo vertical cuadrado con los
caños en lados opuestos. Por la parte de la Explanada había un gran pilar
rectangular y por la del jardín otro más decorativo compuesto de tres lóbulos.
Los espacios donde se recogía el agua quedaban en alto y estaban protegidos por
barandillas de hierro. Los caños no tenían cierre, es decir, manaban
continuamente, por lo que se originaban unos derrames casi permanentes
(especialmente de noche) que fueron subastados a particulares (casas cercanas y
alguna fábrica de aceite como la de Santa Catalina, propiedad de Lázaro Segura).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">La fuente se convirtió rápidamente en el centro del pueblo, punto de
encuentro, lugar de chismorreos y transmisión de noticias reales… Marcó la
memoria de los quesadeños de los últimos años del siglo XIX y primer tercio del
XX. Quedan algunas fotografías de ella, la de Cerdá Rico de principios de
siglo, la publicada en la Esfera por Luis Bello en 1928 y alguna más. Donde se
muestra con más claridad es en la que hizo Juan de Mata Carriazo a finales de
los años veinte, un día de nevazo, desde las ventanas de las escuelas que había
sobre el mercado, en el antiguo convento. Rafael Zabaleta se inspiró en esta
foto en un magnífico óleo con la fuente y la nieve cayendo sobre los álamos del
jardín.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtSmwJTAgFTnNW5o1NtpfNuJIJXDkOVL4yIkbHhdwcuPlPZN-NstC9gHrU87C9CN0whWFs5OR7tjsoNjh962L7LUnyl6wUlw22_gkykeEw0eKFjXvx0wci0Lg5Y3RYBC3lcFwztdDiyNIB/s3134/nevazo+3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2116" data-original-width="3134" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtSmwJTAgFTnNW5o1NtpfNuJIJXDkOVL4yIkbHhdwcuPlPZN-NstC9gHrU87C9CN0whWFs5OR7tjsoNjh962L7LUnyl6wUlw22_gkykeEw0eKFjXvx0wci0Lg5Y3RYBC3lcFwztdDiyNIB/w640-h432/nevazo+3.JPG" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 18.6667px; text-align: justify;">La fuente de la Explanada en una foto de J.M. Carriazo de final de los años veinte.</span></td></tr></tbody></table><br /><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Siglo XX.</span></b><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">El pago de las obras al contratista de la conducción de aguas, Manuel
Campos Atienza, fue origen de serios litigios y diferencias, en parte porque
aquel mismo año de la inauguración ya hubo averías ocasionadas por defectos en
la construcción. Para 1900 el Ayuntamiento era consciente de que había que
reformar completamente el “viaje de aguas potables” y por eso elaboraron un
informe que convenciese de su necesidad a las autoridades provinciales. Aquel
mismo año se limpiaron los depósitos que abastecían la fuente, “donde se dice
haber visto culebras, lagartos y otros animales muertos”, además de que los
pilares de la Explanada, que servían de abrevadero, estaban infectados de
sanguijuelas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Las obras de reparación y limpieza fueron constantes durante las tres
primeras décadas del siglo XX. Hay que tener en cuenta para valorar la
situación que, a pesar de todas sus deficiencias, el suministro de aguas de
Quesada no destacaba para mal pues incluso en capitales de provincia había
casos de peor suministro. El agua que se consumía en Granada a principios del
siglo XX era temida por sus pésimas condiciones higiénicas. El tifus era
endémico y, por ejemplo, Juan de Mata
Carriazo lo contrajo durante sus estudios en aquella universidad. De ahí la
popularidad de los aguadores que vendían por las calles agua traída en borricos
desde fuentes más saludables, como la del Avellano. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">El problema de Quesada, más que de la calidad, venía de la cantidad
disponible. Las sequías, que mermaban el caudal cíclicamente, y las tormentas,
que rompían la conducción, provocaban una casi continua escasez. Durante los
años veinte otra vez se decidió resolver definitivamente el problema. En el
pleno municipal de 10 de noviembre de 1927 se aprobó el “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">PROYECTO DE MEJORA Y AMPLIACION DEL ABASTECIMIENTO DE AGUAS DE LA CIUDAD
DE QUESADA” redactado por el ingeniero José Martínez-Falero Arregui. El
presupuesto total, según el anuncio de la subasta en la “Gaceta de Madrid” de 1
de febrero de 1928, alcanzaba un total de 167.909,70 ptas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Martínez-Falero
era en realidad un ingeniero forestal que adquirió notoriedad con la
repoblación de la cuenca del río Guadalmedina, iniciada para proteger a la
ciudad de Málaga de las periódicas inundaciones y avenidas que sufría. Su
elección se debió seguramente a que por aquel tiempo residía en Cazorla como
jefe de la segunda sección forestal de la sierra. Recientemente he podido
conseguir la carpeta del proyecto en un anticuario madrileño. Se compone de
planos, memoria, pliego de condiciones técnicas y presupuesto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">En la Memoria, y
como justificación del proyecto, se exponen los problemas de la conducción
existente en aquel momento. Consistía en una atarjea de ladrillo, recubierta de
cemento en algunas partes, que por atravesar terrenos quebrados sufría
continuas roturas y fugas. La pérdida de agua se podía comprobar por la
vegetación que crecía en sus inmediaciones. Parte de la atarjea se había
sustituido por una tubería de cemento de 10 centímetros de diámetro y se había
desviado para evitar alguna zona de quebradas, pero tampoco era completamente
impermeable. En alguno de los manantiales, como el de Melgar, se seguían
utilizando atanores de barro, lo que, junto a su mal alumbramiento (trabajos
para aflorar el agua), ocasionaba que este nacimiento apenas aportara caudal.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Al llegar al
pueblo el aforo, medido para el proyecto, era de 4 litros por segundo con una
pérdida de más de una cuarte parte del caudal. Tras una pequeña fuentecilla, la
del Tesorillo, la conducción bajaba hasta la plaza, donde surtía la fuente de la
Explanada, única que abastecía al pueblo. El suministro era insuficiente
especialmente en verano y, al estar centralizado en la plaza, resultaba muy
penoso para los barrios extremos, sobre todo de la parte baja del pueblo,
“padeciendo con esto mucho la higiene”. La calidad del agua que llegaba no era
buena porque la escorrentía de las lluvias penetraba en la atarjea arrastrando
estiércol y abonos de los terrenos agrícolas circundantes. Sin embargo y según
el proyecto, en origen eran “sanas, potables, sin ninguna preparación, frescas,
limpias, sin olor ni sabor desagradables (…) cuecen bien las legumbres y
disuelven el jabón”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR5ivT7v_ee4LGpi7A9Dyv29OdEmYs3_csQ3s8dSPVSSfKxdFzW20tt5qSbaItn__TyCffUl8SmB-fden6yXGvXCyyGLtwDf6dPYSKWn4RLxbEE7fgIfjZStdcUJi6niAkSckQx4YXf99-/s2048/20210408_145937.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1390" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR5ivT7v_ee4LGpi7A9Dyv29OdEmYs3_csQ3s8dSPVSSfKxdFzW20tt5qSbaItn__TyCffUl8SmB-fden6yXGvXCyyGLtwDf6dPYSKWn4RLxbEE7fgIfjZStdcUJi6niAkSckQx4YXf99-/w434-h640/20210408_145937.jpg" width="434" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 18.6667px; text-align: justify;">Carpeta del proyecto de nueva conducción de aguas de 1927.</span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">La nueva
conducción debía resolver ambos problemas, el de la cantidad y el de la
calidad. El proyecto preveía captar 9 manantiales en las zonas de Nacimiento,
Jorquera y Melgar, situados entre los 800 y los 975 metros de altitud y con un
caudal superior a los 6 litros por segundo, que podría aumentarse con un mejor
alumbramiento. La obra se componía de tres partes: tubería de conducción,
depósito regulador y red de distribución en el pueblo. Además se reformó el
depósito existente en Jorquera (que todavía sigue en pie, aunque sin uso) y junto
a la Venta de los Feos se construyó una caseta para la recogida del agua de
todas fuentes, desde donde arrancaba la tubería principal hasta el pueblo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">El depósito
regulador, del que se carecía en el anterior sistema, era una de las claves del
proyecto. Tenía como finalidad compensar los excesos de consumo que se
producían en determinadas horas, almacenar el agua durante la noche cuando el
consumo era reducido, y contener en todo momento la cantidad suficiente para
combatir un incendio. El depósito se planeó con una capacidad de 500 metros
cúbicos y permitía durante 12 horas el suministro de un caudal doble al de
entrada. Se componía de dos compartimentos “de igual capacidad a fin de
permitir las limpias o reparaciones, vaciando el uno y conservando lleno el
otro”. Para su construcción se eligió el terreno de una de “una de las eras que
existen por debajo del camino de Santiago, encima del Matadero Público”, donde
sigue estando en la actualidad. Cerca del depósito se construyó un “pequeño
lavadero-abrevadero (…) por ser esta zona la más necesitada de ambas cosas”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">Desde el Tesorillo la tubería de distribución
bajaba por la calle Sepulcro (actual ONG Quesada Solidaria) y calle Monte hasta
la plaza. Se proyectaron 11 fuentes, incluida la ya existente en la Explanada,
cada una de ellas con una toma contra incendios, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 14pt;">completándose el sistema con nueve bocas de
riego y baldeo de calles. Todas las fuentes tenían grifos automáticos (que se
tenían que apretar para que manaran) “con el fin de que en todo momento se
disponga en el depósito del mayor caudal de agua posible” sin el desperdicio
que suponía el estar continuamente abiertos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 107%; margin-bottom: 8.0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Las dos primeras fuentes se proyectaron en la citada calle Sepulcro. Otra
era en realidad una antigua (que se arregló, porque entonces estaba seca)
conocida como fuente del Perro, en la calle Ángel esquina con la actual Navas
de Tolosa. En la carretera, frente al cuartel de la Guardia Civil, donde poco
después se construyó un lavadero y un pequeño abrevadero, se puso la cuarta. El
resto eran las siguientes: plaza de la Lonja, calle Espinillos esquina a
Escudero de la Torre, plaza de Santa Catalina, calle Bache esquina actual Arte
Flamenco, final de la calle del Agua y Don Pedro esquina Fernando III. La
undécima la de la Explanada, que se reformó sustituyendo el cuerpo central por
una fuente “</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">con
dobles caños (…), elegida entre los tipos comerciales, con el fin de que
resulte bonita, y no muy cara”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvlCc9uktFpNgPjECqEY4O854erWNPkLFcBtyL53hgXusFpFXfNESJfpXSrlfsFeGAVfS0cmyC2CZhk1nXg5EBPRgLwax7b79ytTwPpXAOQTURItKJSNJMBtf1ibTSJQUG1x3cP34qbSmX/s2048/20210409_110153.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvlCc9uktFpNgPjECqEY4O854erWNPkLFcBtyL53hgXusFpFXfNESJfpXSrlfsFeGAVfS0cmyC2CZhk1nXg5EBPRgLwax7b79ytTwPpXAOQTURItKJSNJMBtf1ibTSJQUG1x3cP34qbSmX/w480-h640/20210409_110153.jpg" width="480" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plano de las conducciones interiores y fuentes públicas del proyecto de 1927.</td></tr></tbody></table><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">La entrada en servicio del
nuevo abastecimiento de aguas potables en 1929 supuso una auténtica revolución
en la vida del pueblo. Con las fuentes distribuidas por todo el pueblo ya no era
preciso ir a diario hasta la plaza para coger agua. La vieja fuente monumental dejó
ser el punto de reunión y palique de las mujeres y desde entonces la Explanada
quedó casi reservada a los hombres. Esta pérdida de importancia se vio
subrayada porque el sistema trajo aparejado el suministro de agua a domicilio.
Las casas que se beneficiaron fueron las del centro del pueblo, las más
cercanas a la Explanada, que ya no tuvieron necesidad de abastecerse allí. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">El cierre automático de
los caños provocó además que los pilares quedaran con poca agua, que ya no
corría permanentemente como antes, y que se convirtieran en foco de suciedad y
avispas. Fue la sentencia de muerte para la fuente de piedra porque se quedó
sin utilidad alguna. En algún momento de los años cuarenta fue completamente
eliminada, dejando paso a los aparcamientos junto al muro del jardín (donde las
actuales fuentes). También a causa del cierre automático de los grifos
desaparecieron los derrames y sobrantes de agua, lo que originó protestas y
reclamaciones de los vecinos que tenían derecho a su aprovechamiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">A pesar de la enorme
inversión realizada, que se financió en buena parte con un préstamo del Banco
de Crédito Local, y de la indudable mejora que supuso para el vecindario, el
agua siguió dando que hablar en Quesada. Pronto se produjeron averías y
roturas, problemas de pago a la constructora, fraudes en el suministro
domiciliario y -no podía faltar- sospechas de irregularidades en la ejecución del
proyecto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">A los pocos meses de la
inauguración, 15 de mayo de 1930, se convocó un pleno municipal extraordinario durante
el cual el alcalde expuso que “la cañería que parte del Nacimiento estaba rota
y brotaba agua en abundancia anegando sembrados”. Según el maestro alarife
Bernardo Sánchez y el fontanero Juan Ramón Revueltas, que habían reconocido la
avería, la capa interior de brea asfáltica se había desprendido, “a causa sin
duda del calor”, taponando el paso y haciendo reventar la tubería. En la
sesión, que resultó muy agitada, se escucharon las primeras acusaciones y
sospechas y se acordó que el ingeniero provincial elaborase un informe sobre el
estado de la obra. Poco después de esta avería, en enero de 1931, se recibieron
las primeras reclamaciones de la constructora, la sociedad de Barcelona “Técnica
de Construcción S.A.” Durante varios años se sucedieron las quejas de la
compañía y la negativa del Ayuntamiento al pago de plazos y certificaciones. La
empresa acabó pidiendo al gobernador civil que interviniese como mediador. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">El proyecto fue tan
costoso que lo puso en el punto de mira de proveedores y fabricantes. La “Federación
Nacional de Constructores de Material Eléctrico e Hidráulico” denunció al
Ayuntamiento ante la Jefatura de Industria de Jaén porque, según esa entidad,
se habían adquirido los contadores de los domicilios a “la casa extranjera
Aster habiendo habido ofertas nacionales a mejor precio y calidad”. El
Ayuntamiento se defendió alegando que los contadores se habían adquirido
individualmente por los abonados y no en concurso público. Lo cierto es que
alguno de estos “abonados” no necesitaba contador porque se había enganchado por
su cuenta a la conducción. Al lado mismo del Ayuntamiento, la propietaria de la
fonda La Moderna fue multada en 1934 por tener “un grifo sin contador”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">El informe antes citado
sobre el estado de la conducción que se encargó al ingeniero provincial se
remitió al gobernador para que determinase “posibles responsabilidades”. Sin
embargo, la intensidad política de aquellos días haría que el gobernador
tuviese la cabeza en otras cosas y el informe quedó en nada. Por eso, el nuevo
Ayuntamiento republicano, elegido el 31 de mayo de 1931, tomó el acuerdo
unánime de volver a enviar la memoria al gobernador. Aunque fue entregada al secretario
municipal por uno de los concejales, para que lo tramitara en el Gobierno Civil,
nunca llegó a Jaén. Los cambios políticos se sucedieron y en 1932, ya con nuevo
alcalde, el mismo concejal que había entregado el informe al secretario, el
cual se había dado poco antes a la fuga acusado de irregularidades, denunció la
desaparición del informe “para depuración de responsabilidades que se acordaron
sobre la traída de aguas”, exigiendo que se procediese contra el responsable de
la pérdida por “infidelidad en la custodia”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt;">Lo cierto es que el
proyecto debía estar mal concebido o mal ejecutado porque el agua seguía escaseando.
Apenas a tres años de su inauguración, finales de 1932, a la vista del
“lamentable estado” en que estaba el abastecimiento de aguas, el Ayuntamiento
acordó contratar “al arquitecto de Madrid” Rafael Hidalgo de Caviedes para que hiciese
un nuevo informe sobre las posibles mejoras técnica de la obra y “de paso
determinar las responsabilidades que hubiere en la ejecución de la obra”. Las
vicisitudes políticas que siguieron (guerra civil incluida) ocasionaron que
aquello quedase otra vez en nada. En julio de 1940, ya en posguerra, la
Corporación acordó “</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">plantearse de una vez y para siempre" la solución a
los problemas de agua. A finales de los años cuarenta se acometió un nuevo
proyecto de conducción que tampoco solucionó gran cosa. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">La gente cercana a mi edad
recordará que en las casas había depósitos, que el suministro era de pocas
horas al día, y del cuidado que había que tener con el consumo para no
malgastar el agua del depósito cuando estaba cortado el suministro. No hace
tantos años que se dispone en Quesada de agua potable las 24 horas al día.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisJ1KhsI5oSexL1IeWayB9vckg0E_kT2KQm9NkRSOt7Tyh2AuD-zD67TOIwh5JWm9Zh8TxttynHUhB8Kv05h6tQ8RRVs-V3DhIi1-GoWjTDcRnPzP2E8zkfZ_EEbgXbaIpDC5ZUihOh5ij/s2048/20210409_105950.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1601" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisJ1KhsI5oSexL1IeWayB9vckg0E_kT2KQm9NkRSOt7Tyh2AuD-zD67TOIwh5JWm9Zh8TxttynHUhB8Kv05h6tQ8RRVs-V3DhIi1-GoWjTDcRnPzP2E8zkfZ_EEbgXbaIpDC5ZUihOh5ij/w500-h640/20210409_105950.jpg" width="500" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los planos del depósito y lavadero público del proyecto de 1927.</td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-no-proof: yes;"><v:shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f">
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</o:lock></v:path></v:stroke></v:shapetype><v:shape id="Imagen_x0020_1" o:spid="_x0000_i1028" style="height: 318.6pt; mso-wrap-style: square; visibility: visible; width: 207pt;" type="#_x0000_t75">
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</v:imagedata></v:shape></span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-62048794019473540222021-06-21T03:09:00.252-07:002021-06-27T11:10:40.831-07:00Los NOMBRES de las CALLES de QUESADA.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4YSR31D9xlAJIajtaA7Er0SDE0SZHnxp1tmm1dlv699rUBaBX210XrUohTmEuAcc-NnjemuyJYJKNXwilm4snnNskVWHJHClwu7nGER5mXv9yol_GQ3LJ_RTRNrl07X0LQKLLVVwUW7Yo/s2048/20210616_170710.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1531" data-original-width="2048" height="478" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4YSR31D9xlAJIajtaA7Er0SDE0SZHnxp1tmm1dlv699rUBaBX210XrUohTmEuAcc-NnjemuyJYJKNXwilm4snnNskVWHJHClwu7nGER5mXv9yol_GQ3LJ_RTRNrl07X0LQKLLVVwUW7Yo/w640-h478/20210616_170710.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Placa de la calle Pedro Sánchez Guerrero, recientemente destrozada en una obra de reforma</span></td></tr></tbody></table><br /><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El
callejero tradicional.</span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La
idea actual de calle como una vía o segmento de ella, alineada en una o dos
aceras y con todas sus casas numeradas, el concepto de dirección postal, no es
algo que haya existido siempre. En tiempos antiguos se entendía por calle algo
mucho más difuso. El nombre podía agrupar varias vías, manzanas y
casas sueltas sin seguir otro criterio que la proximidad o la costumbre. Por
ejemplo, la del Bache no era una calle como tal sino una parte, una zona del
pueblo; las casas que se construyeron al hacer la carretera de Peal pertenecían
a la calle del Ángel, como todos los callejones y bocacalles de la actual. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Los
nombres de las calles de Quesada con anterioridad a 1850
eran pocos y en su mayoría han sobrevivido. Aprovechaban el lugar
donde estaban como ocurre con la del Alcázar, el Cinto (del recinto amurallado), Adentro
(dentro del arrabal amurallado) o del edificio principal al que daban acceso: la calle de las Monjas (actual Hospital y callejón de las
Monjas), San Juan (plaza de la Coronación), en ambos casos por los conventos masculino
y femenino que existían en el pueblo, y también la de Madre de Dios (por la
ermita de ese nombre y cementerio anejo). <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Otras
adquirieron el nombre de algún vecino de la calle que en su día fue famoso y del que se ha perdido el recuerdo: Don Pedro (también citada como Don Pedro Gámez, quizás por el
teniente de corregidor de finales del siglo XVII, Don Pedro Gámez Negrillo o
alguien de su familia), Rodrigo de Poyatos (Dr. Carriazo) o Pedro Sánchez
Guerrero. Esta última empezaba en la plaza, al principio de la actual calle del
Agua, pero en la primera bifurcación seguía por la actual Dr. Muñoz. Desde esa
bifurcación la calle de la derecha tomaba el nombre tradicional de Agua, porque por ella corrían los derrames de la fuente pública y las escorrentías de la lluvia.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La
plaza era conocida simplemente como plaza a secas, aunque a veces se le añadía “de
la Villa” o “del mercado”, por ser allí donde se celebraba. Como Nueva
se conocía a la que se abrió cuando tras las guerras de Granada el pueblo se
extendió más allá de la muralla. Bache recibía su nombre del que hubo allí (bache es un s<span style="background: white; color: black;">itio donde se encierra amontonado el
ganado lanar para que sude antes de esquilarlo). De otros muchos nombres no he conseguido averiguar con precisión su origen: </span>Alcaraz (actual de los Arcos),
Ángel, Concejo (actual Correo), Corralazo (las dos manzanas finales de la acera
izquierda de Don Pedro), Espinillos, Patona, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cruz Verde (a veces conocida como Cruz
Colorada, al final de la actual Dr. Muñoz).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Quizás
el más chocante de todos estos nombres tradicionales sea, por el equívoco que
puede provocar, el de Franco. Sobrevivió hasta hace unos treinta años y contra
lo que pueda parecer es un nombre muy antiguo, calle o casas de Franco, y hace
referencia a una parte del pueblo libre de algunos arbitrios y tasas. Tiene el
mismo sentido que el que actualmente se da a zonas o puertos francos. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif">La ambigüedad e indefinición del callejero afectaba poco a la vida cotidiana de los vecinos que para manejarse no necesitaban ni nombres ni números. Sin embargo, la falta de estos dificultaba los registros catastrales que eran fundamentales para la recaudación de impuestos. Todas las reformas del callejero que se han emprendido hasta llegar a la actual configuración urbana, tuvieron un origen fiscal y la finalidad de ordenar e identificar contribuciones y repartimientos. De hecho, todos los nombres tradicionales se pueden documentar desde antiguo en las relaciones de los repartimientos de alcabalas ( a</span><span face="Arial, sans-serif" style="background: white; color: #202124; line-height: 19.26px;">ntiguo tributo que se pagaba al fisco en compraventas y permutas) conservadas en el archivo municipal. Incluso hoy, además del uso postal, el callejero tiene una función catastral.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El callejero tradicional de los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX está recogido en el conocido plano de Quesada que, para
el diccionario geográfico de Pascual Madoz, hizo hacia 1850 Francisco Coello de
Portugal y Quesada, el más famoso de los cartógrafos españoles del siglo XIX.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif" style="background: white; color: #202124; line-height: 107%;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="background: white; color: #202124; line-height: 107%;"><o:p><span style="font-size: medium;"></span></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNx1RNYjvW8T6WYN1ElVZxAMpU6w-iRCy3CYrcND3WE01qcd5p50gjJ51mA1YHUCN4X_YRuXSuZMEDBIOI6NO8syV_1mo6xC1Md_XOA5s8ao_b_TXhyphenhyphenRx53-JmtHadWphS0wo_MNg-dqA_/s2048/Quesada+Coello%252C+buena+resoluci%25C3%25B3n.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1836" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNx1RNYjvW8T6WYN1ElVZxAMpU6w-iRCy3CYrcND3WE01qcd5p50gjJ51mA1YHUCN4X_YRuXSuZMEDBIOI6NO8syV_1mo6xC1Md_XOA5s8ao_b_TXhyphenhyphenRx53-JmtHadWphS0wo_MNg-dqA_/w574-h640/Quesada+Coello%252C+buena+resoluci%25C3%25B3n.jpg" width="574" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plano de Coello, hacia 1850</td></tr></tbody></table><span face="Arial, sans-serif" style="background: white; color: #202124; line-height: 107%;"><span style="font-size: medium;"><br /> </span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="background: white; color: #202124; line-height: 107%;"><o:p><span style="font-size: medium;"><br /></span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: #202124;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Reforma de 1860.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: #202124;">Durante el reinado de Isabel II se acometió una
de las primeras reformas del nomenclátor. La Real Orden de 24 de febrero de
1860 (publicada en la Gaceta del 28), </span><span face=""Arial",sans-serif"><i>Reglas
para efectuar la rotulación de calles y numeración de casas</i>,<span style="background: white; color: #202124;"> ordenaba que en cada pueblo se abriera </span>un
registro de calles y números donde se anotaran en el futuro los cambios
que se produjesen. Establecía también que las calles estuvieran rotuladas
y las casas numeradas. Se debía procurar que las calles tuvieran un solo nombre, <i>a menos que llegue a variar de dirección en ángulo recto, o que esté
atravesada por un rio, o cortada por una calle más ancha o por una plaza</i>.
Para determinar donde empezaban y acababan se ordenaba que se
colocaran placas en <i>la entrada y salida a la izquierda del transeúnte y en el
sentido en que han de leerse</i>. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Respecto
a la numeración de las casas los números se debían asignar <i>en el orden de
pares e impares a derecha e izquierda, a empezar del punto de partida</i>, que en
los pueblos donde hubiese <i>una plaza situada próximamente en el centro</i> sería
esta y la numeración debía empezar en el punto más próximo a ella. En el caso de
Quesada el punto de inicio es la plaza y más concretamente la casa del
ayuntamiento.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Son cosas que, aunque hoy
día nos parezcan evidentes, supusieron una pequeña revolución.
Fue necesario nombrar una comisión de concejales (Tomás Bello y Fermín Serrano)
para que aplicasen las reglas al casco urbano de Quesada. Con la reordenación
se crearon nuevos nombres por división de los antiguos, como Sepulcro (actual
Quesada Solidaria), Chanzas (actual Bernardo López ), Escuelas (izquierda plaza
de la Coronación) y alguna más. Bache fue desdoblada en Bache Alta (Josefina
Manresa) y Bache Baja (la actual Bache). Sin embargo, otras como Ángel o
Corralazo, mantuvieron la ambigüedad y siguieron nombrando varios trozos de
calle. </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: arial; font-size: medium;">Este callejero que se usó
durante la segunda mitad del siglo XIX es el recogido en el plano del casco
urbano de Quesada que hizo en 1896 el Instituto Geográfico y Estadístico,
antecedente del actual Instituto Geográfico Nacional.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-size: medium;"></span></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY6ecmQrJujZdOewOK9Ui5y4NrOdAh1C2g1KkEhLTWyU9dPCEzewSifxRIDkkN6w4B4jH_7SgbulcfB-hccS0IdeSkvlpnCsv7xQ-JbXoR4mg74SND00FQqt1MbFucSRud3TAc4nS-54rS/s2048/Quesada+1896.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2009" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY6ecmQrJujZdOewOK9Ui5y4NrOdAh1C2g1KkEhLTWyU9dPCEzewSifxRIDkkN6w4B4jH_7SgbulcfB-hccS0IdeSkvlpnCsv7xQ-JbXoR4mg74SND00FQqt1MbFucSRud3TAc4nS-54rS/w628-h640/Quesada+1896.jpg" width="628" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Plano del Instituto Geográfico y Estadístico. 1896</td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><br /> </span></span><p></p><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: arial; font-size: medium;">La
primera vez que en Quesada se adoptó el nombre de un político fue en 1868,
cuando la plaza fue nombrada oficialmente como del General Serrano Bedoya,
denominación que mantuvo hasta 1931. Después, ya en el siglo XX, se añadieron otros políticos, ya no quesadeños ilustres como Serrano, sino líderes y personajes de los partidos dinásticos, liberal y conservador, de
acuerdo con las preferencias e intereses de alcaldes y concejales de turno.</span></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">La
calle Nueva se llamó avenida García Prieto (Manuel García Prieto, jefe del
partido Liberal, presidente del Consejo de Ministros tres veces entre 1917 y
1923, compañero y amigo de Laureano Delgado, importante figura política local
del momento). Para el partido Conservador fue la histórica calle de San
Juan (lateral derecho de Coronación), que se llamó Prado Palacio (José del Prado y
Palacio. Jefe del partido Conservador en Jaén, alcalde de Jaén y de Madrid
(1914-15), ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes con Maura). La calle
del Agua se convirtió en Mariano Foronda (diputado conservador por el distrito
entre 1907 y 1923) y la del Hospital en Ramón de la Higuera (Farmacéutico con
establecimiento abierto en Jaén, diputado provincial y presidente de la
Diputación en 1913-14. Era natural de Quesada, hijo del farmacéutico que
ejerció en la calle Nueva buena parte del siglo XIX llamado también Ramón). </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Sin
esa significación política, en los primeros años del siglo XX se dio el nombre
del Dr. Muñoz (lo sigue manteniendo) a la calle de Pedro Sánchez Guerrero,
también conocida en tiempos como Cruz Verde y Cruz Colorada (el médico Antonio
Muñoz Ruiz de Pasanís, natural de Cazorla, se había casado con la viuda de
Caviedes viviendo hasta su muerte en Santa Cruz). <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Pero
seguramente resultó más extravagante y menos aceptado el cambio que
sufrió la calle Madre de Dios. En 1921 se le dio el nombre de Florencio
Villalta, quien al parecer había nacido en esa calle. Florencio Villalta Claverías
era inspector de policía, fue jefe de la Brigada de Anarquismo y Socialismo de
Barcelona y posteriormente de la Brigada Nocturna de Madrid. No hay mucha
noticia más sobre el personaje y no pertenecía a ninguna familia relevante de
Quesada.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">También
a principios del siglo XX la calle de Don Pedro perdió su antiguo
nombre por razones político-sociales. Se le dio el de su más “ilustre”
vecino, Laureano Delgado. Ciges Aparicio se había inspirado en él para el
personaje de don Dámaso Espino, el viejo cacique de Villavieja. En algún
momento de los años veinte se volvió a cambiar el nombre para darle el de su
yerno, Pedro Villar (Lorenzo Delmás en Villavieja) casado con su única hija y
heredera. En 1931 se mantuvo la denominación, pues Villar era por entonces destacado
miembro en Jaén del Partido Republicano Radical (derecha republicana) y más tarde animador provincial de su escisión, Unión Republicana.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Reforma
de 1930.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La
reforma de 1860 fue ampliada 70 años después por la real orden de 4 de enero de
1930 (Gaceta del día 7), que disponía que los ayuntamientos procediesen a
<i>rectificar la rotulación de las calles y la numeración de los edificios como
trabajo preliminar del Censo de población</i>. Sus normas eran mucho más estrictas
y modernas y provocaron un cambio radical en el callejero de
Quesada. Cuando pocos meses después concluyó su implantación habían
desaparecido <i>las anomalías de que un nombre abarcase vías extrañas y
separadas, así como de que estuviesen sin numerar casi todos los edificios</i>. De
la separación y ordenación de calles habían resultado 31 nuevas vías a las que
había que nombrar. En el pleno de 2 de julio de 1930 el alcalde presentó una propuesta destinada a recordar <i>personajes que
tuviesen relieve en el pasado local</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Son
18 los personajes históricos que se propusieron. En el acta del pleno municipal
se añadió a cada nombre una pequeña indicación de sus méritos y relación con
Quesada. Leyendo esta lista viene inmediatamente a la cabeza Juan de Mata
Carriazo, pues no pudo ser otro su autor. Se aprecia su mano, su estilo y su
sensibilidad histórica. Hay en la relación personajes muy raros y completamente
desconocidos que Carriazo había “descubierto” y citado en sus muchas publicaciones
sobre Quesada. En anexo final se reproduce esta relación literal de personajes y
su argumento. Muchos de los nombres siguen existiendo en la actualidad y permiten
comprobar, una vez más, como Carriazo fue la sombra permanente que cobijó (y lo
sigue haciendo) la Historia de Quesada.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif"><span>Además
de los personajes relacionados con el pueblo se propusieron otros 12 nombres
que incluían <i>glorias nacionales</i> (Cervantes, Velázquez, Lope de Vega, Goya y
Colón), <i>ilustres y preclaros comprovincianos</i> (Bernardo López García <a name="_Hlk69579600">–</a> poeta de Jaén – y Martínez Montañés – escultor nacido
en Alcalá la Real–) y <i>heroicos hechos de armas, que tan alto pusieron nuestro
nombre</i>: Bailén, Navas de Tolosa, Numancia y Dos de Mayo). Finalmente, <i>y como
homenaje sentido de cariño merece calle el Betis famoso, que nace del seno de
nuestro término,</i> se puso su nombre a una parte del Paseo de </span></span>Santa María.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">La
propuesta de los 30 nombres fue aprobada por unanimidad acordándose además que, para completar el total de 31, <i>el trozo de la
calle de Franco, conocida de siempre por Sepulcro</i>, recuperara su nombre
tradicional. Se aprovechó también la ocasión para retirar el de Florencio
Villalta, en palabras de uno de los concejales porque de este modo se quitaría
de sus conciencias <i>el peso de la ingrata resolución que así lo puso</i> y que <i>por
añadidura nuestro paisano se ha hecho poco acreedor a tan señalada distinción</i>.
Volvió a llamarse Madre de Dios. </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;">Con
este callejero, en el que se mantenían los nombres políticos anteriormente
citados, Quesada dejó atrás la Monarquía y entró en la República. Pero antes de
llegar a lo que fue su reforma del callejero, hay que decir que a primeros de
mayo de aquel 1930 habían presentado un escrito Juan Arroquia y Valentín de las
Marinas. Pedían que se aprovechara la reforma del nomenclátor para dedicar
calles a </span><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: arial;"><i>Eusebio Marín Rodríguez, soldado que murió heroicamente en Marruecos el
año 1925, de otros que también perdieron la vida en África y del teniente
Ceballos, también desaparecido en 1921</i>. Además, solicitaron el mismo
reconocimiento para el <i>gran pedagogo y artista Isidoro Bello</i> y para el <i>cantor
de nuestro temple y de nuestra historia Pedro Hidalgo</i>. Solo se aceptó, y
porque ya estaba en la lista de Carriazo, a este último.</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="color: #00b050; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p><span style="font-size: medium;"></span></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyjGe9mfw90U81K38F_hTIP6CnvPSZEWRHki02-UG9B8lhL4P16ZYGWiqu-LF4ipPn7JM7wOCU8ChN_6BqbRNwgXehS5y5GG3Hc8xENzTiMX6uXQ12vjyeLrG482Ni3u8iQTdwisoFxHGT/s2022/Callejero+1931.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1744" data-original-width="2022" height="552" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyjGe9mfw90U81K38F_hTIP6CnvPSZEWRHki02-UG9B8lhL4P16ZYGWiqu-LF4ipPn7JM7wOCU8ChN_6BqbRNwgXehS5y5GG3Hc8xENzTiMX6uXQ12vjyeLrG482Ni3u8iQTdwisoFxHGT/w640-h552/Callejero+1931.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Elaboración propia</td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="color: #00b050; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-size: medium;"><br /> </span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Reforma de 1931.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Tras
la proclamación de la República se hizo cargo del Ayuntamiento una comisión
gestora de la “Derecha Republicana”. El 31 de mayo se repitieron las elecciones
municipales que ganó la candidatura socialista quedando en minoría la derecha
(Partido Republicano Radical). El nuevo Ayuntamiento se constituyó el 5 de
junio de 1931. Apenas una semana después el alcalde, Eustaquio López, informó
al pleno que desde hacía días estaba recibiendo peticiones para que se
cambiasen las calles y que se evocase <i>a figuras relevantes de la democracia y
del socialismo</i>. Se acordó que la comisión de Ornato lo estudiase e hiciese una
propuesta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">En
pocos días estuvo lista de cambios, que fue aprobada en el pleno
del 23 de junio y que relaciono en un segundo anexo final. Los
nombres eliminados incluían, lógicamente, los de políticos de la
etapa anterior: Prado Palacio, García Prieto, Foronda, y Ramón de la Higuera.
También algunos de los incluidos en la reforma de 1930: Navas
de Tolosa, Goya, Lope de Vega, Martínez Montañés, Velázquez, Bailén, Numancia,
Cristóbal Colón y El Edrisi. Pero además se eliminaron algunos otros tradicionales: Sepulcro, Adentro, Cinto, Espinillos, Bache, Patona, Carrasca y
Paseo de Santa María. Excepto en el primer grupo no se observa otro criterio
que el de conseguir vacantes para las nuevas denominaciones.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Estas
denominaciones fueron sustituidas por otras acordes con el nuevo régimen: Carrera
de la Libertad, Fermín Galán y García Hernández (los capitanes de Jaca), 14 de
Abril, Alcalá Zamora (presidente de la República), Mariana Pineda, Nicolás
Salmerón y Emilio Castelar (presidentes de la I República). Además, y como ya
había ocurrido anteriormente, no era ninguna novedad, se incluyeron
personalidades políticas de la preferencia de los gobernantes municipales: Pablo
Iglesias, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos, Andrés
Saborit (político socialista afín a Besteiro) y Lucio Martínez (diputado socialista
por Jaén en 1931, consejero de la O.I.T.). Lógicamente la plaza se denominó de
la República.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Pero
el dictamen de la comisión de Ornato incluía otras dos importantes propuestas.
El segundo punto del acuerdo municipal para el cambio de nombres dice
literalmente: <i>Que se evoque las figuras locales del Doctor Carriazo Arroquia,
ilustre paisano y sabio catedrático y de los mártires de África.</i></span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Juan
de Mata Carriazo había conseguido pocos años antes la cátedra de Historia
Antigua y Medieval de la Universidad de Sevilla. Fue el primero que excavó
Bruñel (el 11 de agosto de 1924 según consta en su cuaderno personal de
notas), trabajos que financió con una suscripción popular. Los quesadeños estaban
familiarizados con la imagen de un joven Carriazo recorriendo el pueblo y sus
alrededores ocupado en localizar y documentar cualquier vestigio del pasado. Para la
gran mayoría su actividades resultaban inescrutables y sorprendentes, pero él fue
enormemente respetado y se le tenía, con razón, por el sabio local. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-family: arial;">Se
le dio su nombre a la antigua calle Rodrigo de Poyatos (personaje antiguo y desconocido), que es la que actualmente lo sigue llevando, de manera que es la única
calle de la República que permanece en la actualidad. Este verano se cumplen 90
años de aquel homenaje al Dr. Carriazo. En el pleno de unos días después (el </span><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: arial;">27 de
julio), el alcalde dio cuenta de que se había recibido una carta de Carriazo
dirigida al Ayuntamiento. En ella agradecía efusivamente a la corporación el acuerdo de <i>rotular
con su nombre una calle de esta ciudad</i> pero rogaba que <i>se demore esta muestra
de cariño con que su pueblo le distingue, por diez años, para mejor merecerlo</i> (tenía por entonces apenas 32 años). Además, encarecía que <i>se ordene,
coleccione y arregle el archivo municipal, donde existen documentos de gran
valor histórico, que han de ser de gran utilidad y que darán mucha luz para que
el pasado de Quesada brille con todo esplendor, en el libro que sobre la
historia de Quesada y Tíscar piensa publicar</i> (lo hizo muchos años después con
su “Colección diplomática de Quesada”). </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El Ayuntamiento, <i>por
aclamación</i> y <i>con el mayor entusiasmo</i>, acordó <i>que se proceda sin demora de
ninguna clase a la reorganización y arreglo del archivo municipal,</i> pero también
rechazó la demora en <i>la rotulación de la calle destinada a perpetuar el nombre
del preclaro y prestigioso hijo de Quesada, D. Juan de Mata Carriazo</i>, acuerdo
del que se le remitió copia certificada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="font-family: arial; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">La otra propuesta se refería
a los “</span><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial;">Mártires de África”,
los soldados quesadeños muertos en las campañas coloniales de Marruecos. Como
ya se ha visto, el año anterior Arroquia y Marinas habían pedido que se les
homenajeara, pero no fue hasta la llegada de la República cuando se tomó en
consideración la propuesta. </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: medium;">Eran
siete los soldados muertos en África. De cuatro de ellos no he conseguido
averiguar la fecha y circunstancias de su muerte: Juan Plaza Sánchez, Blas
Alacio Segura, Cándido Padilla Leiva y Víctor Gámez Moreno.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">De
los otros tres hay alguna información. El muerto más reciente era Eusebio Marín Rodríguez, soldado del
batallón de montaña de Estella, que murió en julio de 1925 durante la defensa
de la posición de Casa Hamido, cabila de Beni Lait (zona occidental entre
Tetuán y Xauen). Según publicó el periódico de Melilla “Telegrama del Rif”
(24-7-1925), fue mencionado en el “orden del día” por el general Saro: <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 1cm; text-align: justify;"><i><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Soldado, Eusebio Marín Rodríguez, que
puso fuera de combate a dos rebeldes, y cuando jocosamente decía, «voy por el
tercero», recibió dos balazos en la cabeza, cayendo muerto. <o:p></o:p></span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Se
le dio su nombre a la calle del Agua. </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">José
Esquinas Carmona fue soldado de la 2ª compañía del regimiento de Artillería de
Melilla. Fue declarado desaparecido el 1 de agosto 1922 (D.O. Ministerio de la Guerra
6-11-1924). La declaración oficial se producía legalmente al año de su
desaparición, de manera que murió en los últimos días de julio de 1921, durante
los terribles sucesos desencadenados en Annual. Su cuerpo nunca fue
identificado pues entonces no se utilizaban todavía chapas con los datos
personales. Fue uno más de los miles de cadáveres insepultos y en descomposición
que se encontraron durante los meses posteriores al Desastre. Su calle, la del
Grajo.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif">Por
último, Ramón Rodríguez Ceballos, nacido en la calle de la Carrasca, un caso de
auténtica mala suerte. Se había reenganchado en el ejército y en 1919, estando destinado
en el regimiento Borbón 17, había sido ascendido a alférez (“</span><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: black; mso-color-alt: windowtext; text-underline: none;">Diario oficial del
Ministerio de la Guerra” 29/06/1919</span><span class="MsoHyperlink"><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: black; mso-color-alt: windowtext; text-underline: none;">)</span></span><span face=""Arial",sans-serif">. A principios de 1920 intercambió
destino con otro alférez, incorporándose al regimiento San Fernando 11. Este
regimiento tenía su base en Dar Drius, Comandancia de Melilla, desde donde
partía el camino hacia Annual. A finales de agosto de
1921 se le concedió el traslado al regimiento Ceuta 60. Si le hubiera dado
tiempo a incorporarse hubiera salvado la vida, pero fue cuestión de días.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La
madrugada del 22 de julio se produjo el ataque de Abd-El-Krim al campamento de
Annual, la muerte del general Fernández Silvestre y la desbandada de las tropas.
El desastre fue absoluto, todas las posiciones fueron cayendo en pocas horas o días. Los soldados huían en completa desorganización dejando en el camino centenares
de muertos, que al final de los sucesos se contaron por miles. Muchos de ellos
se refugiaron en Drius, donde estaba Ramón Rodríguez. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif"><span>El
día 23 el general Navarro, sustituto de Silvestre, ordenó abandonar el acuartelamiento
de Drius formando una columna que, en penosa marcha, plena de desgracias y
peripecias como la carga de la caballería de Alcántara en el río Igan, consiguió
llegar a Monte Arruit el día 29 de julio. No pudieron continuar porque todo el
territorio hasta las mismas puertas de Melilla se había perdido. Allí quedaron
sitiados </span></span>3.000 soldados, sin agua y sin suministros.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Tras
la rendición de los sitiados se produjo una terrible matanza y quedaron más de 2.000 cadáveres
abandonados a la intemperie. Cuando se recuperó Monte Arruit, ya en el otoño, los cuerpos seguían insepultos donde habían caído. No pudieron ser identificados por el terrible estado en que se encontraban y fueron declarados desaparecidos. Uno de ellos fue Ramón
Rodríguez Ceballos, que perdió la vida por cuestión de días, los que le
faltaron para alcanzar su traslado a Ceuta. Fue ascendido a teniente a título
póstumo. A la calle donde nació, Carrasca, se le dio su nombre.</span><b><o:p></o:p></b></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span><span face=""Arial",sans-serif" lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Volviendo al pleno de 23 de
junio de 1931, a propuesta de un grupo de vecinos se tomaron otros dos acuerdos
para sendas calles. Primero, dar el nombre de las </span><span face=""Arial",sans-serif">hermanas Eloisa y Francisca Serrano Rivera, a la calle
donde estas costeaban la construcción de un teatro, que a su vez llevaría por
nombre hermanos Álvarez Quintero. Como </span></span><i>cantores de nuestro hijo, el glorioso Betis </i>se les nombró hijos adoptivos y se le dio su nombre a la actual calle Isabel La Católica. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El
acuerdo se aprobó por mayoría, con el voto en contra de los concejales de la
minoría de la derecha republicana (PRR), que se opuso a la desaparición <i>de nombres de
paisanos tan ilustres como Ramón de la Higuera y Santiago García</i>. Santiago
Vicente García, hoy completamente olvidado, fue un conocido autor de libros
de texto de gramática y latín a mediados del siglo XIX y su calle era la que
pasó a llamarse Dr. Carriazo (en otra entrada <a href="https://www.blogger.com/blog/post/edit/398512218604491152/613186702535917366" target="_blank">-enlace-</a> hice una breve reseña de
este personaje). La de Ramón de la Higuera era la del Hospital, que pasó a
llamarse Mariana Pineda.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Como
suele suceder, las calles siguieron siendo conocidas popularmente por su nombre
tradicional y se utilizaba el oficial solo a efectos postales y legales. Tan es
así que en plena guerra, en 1937 y 38, incluso en las actas del Consejo
Municipal se utilizaba la denominación tradicional, de manera que no era raro que
la calle Pablo Iglesias, por ejemplo, fuera citada como Paseo de Santa María. En
1939 todo volvió a cambiar.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">A
las pocas semanas de la entrada de las tropas ocupantes, en mayo de 1939, la plaza de la República pasó a ser del Generalísimo,
la carrera de la Libertad (Nueva) avenida de José Antonio y la de la Lonja plaza de los Mártires (por los asesinados en 1936). Tuvieron también su nombre
los generales Queipo de Llano (Don Pedro), Sanjurjo (Monte) y Mola (Hospital). Igualmente,
los únicos tres soldados muertos en el bando franquista: Fernando Baras (actual
Niña Ana), Ramón Vela (Postigos) y Bruno Marín (Bache). Completaban la nómina
Onésimo Redondo (Rafael Alberti), Capitán Cortés (Adentro), Ruiz de Alda (María
la Galiana) y el “protomártir” Matías Montero.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: arial;">Con
el crecimiento de los años sesenta y setenta se crearon calles nuevas y nuevos
nombres y en 1983 se eliminaron los franquistas apareciendo el callejero actual.
Este cambio quedó simbolizado en la plaza, que dejó de ser del Generalísimo
para pasar a Constitución. De forma sorprendente Lorenzo Delmás (Villavieja)
“recuperó” su nombre y hoy día la muy antigua calle de Don Pedro se llama Don
Pedro Villar. Pero esto más que historia es actualidad.</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: red;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: red;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">RELACIÓN DE PERSONAJES
DE LA HISTORIA LOCAL PROPUESTA EN 1930 POR CARRIAZO PARA LAS NUEVAS CALLES.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Alfonso
VII, Primer conquistador de Quesada en 1157.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">San
Fernando, Segundo conquistador de Quesada, en 1224.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Arzobispo
Jiménez de Rada, Tercer conquistador de Quesada en 1230; reedificó sus
murallas, le otorgó fuero en 1245 y fundó el Adelantamiento de Cazorla,
relatando estos sucesos en su crónica Latina.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Alfonso
X, concedió a Úbeda en 1275 “Tíscar, Huesa e Velerda castillos que tiene
Mahomad fijo de Handón”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Infante
don Enrique, hijo de San Fernando y adelantado mayor de Andalucía, que
construyó hacia 1300 la atalaya del puerto de Tíscar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Fernando
IV, recupero en 1310, día de San Pedro y San Pablo, la plaza de Quesada, que se
había perdido en 1295 y otra vez, en 1302.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Infante
don Pedro, tío y tutor de Alfonso XI, conquistó en 1319 el castillo de Tíscar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Pedro
de Hidalgo, Escudero de García López de Padilla, maestre de Calatrava, que se
distinguió heroicamente en la conquista de Tíscar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">María
de Quesada, heroica mujer que se destacó rechazando un ataque de los moros
durante el reinado de Enrique cuarto.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Felipe
II, declaró villa exenta a Quesada, qué desde 1331 pertenecía a Úbeda, por
privilegio de Alfonso XI y le concedió las dehesas de Grillera y otras
mercedes.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El
Edrisí, Geógrafo musulmán del siglo XII, qué hace la cita más antigua de
Quesada cómo “fuerte poblado como una villa que tiene bazares, baños, posadas y
arrabales”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Ruiz
Díaz de Quesada, autor, en 1466, de una Memoria o Calendario de las cosas
acaecidas en Quesada, manuscrito citado por Argote de Molina.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Luis
Valera de Mendoza. Autor de una ”Historia de Cazorla y de Quesada”, que cita
Argote de Molina.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Argote
de Molina, autor de la “Nobleza de Andalucía”, en la que se habla mucho de
Tíscar y Quesada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Ruiz
de Villaviciosa, Cristóbal Ruiz de Villaviciosa y Villalta, prior de Valdepeñas
de Jaén, escribió una “Descripción en octavas de la Villa de Quesada”, en fecha
incierta del siglo XVII.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Escudero
de la Torre, el licenciado Fernando Alonso Escudero de la Torre, imprimió en
Madrid, en 1669, una “Historia de los célebres santuarios del Adelantamiento de
Cazorla… y nuestra señora de Tíscar de la Villa de Quesada”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Cronista
Amador Gutiérrez, el licenciado Fernando Amador Gutiérrez (escribió) en 1670
una “Historia de Quesada”, manuscrito en la colección del duque de T´Serclaes.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Isabel
la Católica, que pernoctó en Quesada cuando fue al cerco de Baza.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Nuevos
nombres aprobados en el pleno municipal de 23 de junio de 1931.<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a name="_Hlk73526652"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">García Prieto (Nueva), pasa a
denominarse Carrera de la Libertad<o:p></o:p></span></span></a></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Mariano Foronda (Agua), id Eusebio Marín<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Santiago García, id Dr. Carriazo
Arroquia<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Navas de Tolosa, id García Hernández<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Paseo de Santa María, id Pablo Iglesias<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Adentro, id Fermín Galán<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Ramón de la Higuera (Hospital), id
Mariana Pineda<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Goya, (id) Largo Caballero<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Lope de Vega (Grajo), id José Esquinas<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Martínez Montañés (Quebradas), id Indalecio
Prieto<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Sepulcro (ONG Quesada Solidaria), id Andrés
Saborit<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Cinto, id Víctor Gámez<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Cristóbal Colón (Antonio Navarrete), Blas
Alacio Segura<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Espinillos, id Juan Plaza<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Carrasca, id alférez Rodríguez Ceballos<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Velázquez, id Cándido Padilla<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Prado Palacio, (Coronación) Niceto
Alcalá Zamora<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Patona<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>,
id Lucio Martínez <o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><a name="_Hlk73525349"><span face=""Arial",sans-serif">Bache, </span></a></span><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif">id
Nicolás Salmerón<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Bailén, (no identificada) id 14 de Abril<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Numancia, (Cuesta de San Juan) id Fernando
de los Ríos<o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El Edrisi, (no identificada) id Emilio
Castelar<o:p></o:p></span></span></span></p>
<span style="font-family: arial; font-size: medium;"><span style="mso-bookmark: _Hlk73526652;"></span>
</span><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></span></p><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-79866134826159247162021-04-03T10:18:00.016-07:002021-07-01T09:10:28.468-07:00Política y Virgen de Tíscar en el siglo XIX. “LA PIEDAD SE CONVIRTIÓ EN POLÍTICA”.<p> </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilFju8JWOH1YXRTOaTuG2W-spzBEV6N3YlD5D59ZKEo88CIpgOJCgMb_4H-3l9sBHiHE4_yK33fenLF3VmE0rdhS4kJx2u0oCIhbAoEWo37AuQp36WqOJo6rRUQqMLxAtZl0ktnxag4mSy/s1050/Virgen+1873.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1050" data-original-width="735" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilFju8JWOH1YXRTOaTuG2W-spzBEV6N3YlD5D59ZKEo88CIpgOJCgMb_4H-3l9sBHiHE4_yK33fenLF3VmE0rdhS4kJx2u0oCIhbAoEWo37AuQp36WqOJo6rRUQqMLxAtZl0ktnxag4mSy/w448-h640/Virgen+1873.JPG" width="448" /></a></td></tr></tbody></table><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">"<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;">VERDADERO retrato de
N.S. de Tíscar que se venera en la Sierra de Quesada. El Excmo. Sr. Cardenal
Astorga, Arzobispo de Toledo, concede 100 días de indulgencias a los que
rezaren una Salve delante de esta Santa Ymagen. Se costeó a devoción de su
venerable Hermandad y Cofradía. Año de 1873. Litografía de F. Casado. Campillo
32 Granada." (Foto Museo del Traje)</span><o:p></o:p></p><p><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 14pt; text-align: justify;"><br /></span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large; text-align: justify;"><i>(Este artículo se publicó originalmente en la </i></span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: large; text-align: justify;"><i>Revista de Ferias de 2020.)</i></span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 14pt; text-align: justify;"><br /></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt;">No es necesario ponderar la importancia de la
Virgen de Tíscar en Quesada ni el protagonismo de su Cofradía en la vida social
del pueblo. Es tal que a lo largo de la historia ha provocado que la Virgen y
la actividad de su Cofradía se solaparan con la política nacional y local. En
el pasado siglo XX hay buenos ejemplos de cómo los vaivenes políticos de
Quesada también afectaron a la Virgen. Es conocida la historia de la
desaparición, y seguramente destrucción de la imagen, durante el verano de
1936, episodio al que dediqué un artículo en mi blog personal de historia de
Quesada. </span><a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2019/05/desaparicion-de-la-virgen-de-tiscar.html" style="font-size: 14pt;">(Desaparición de la Virgen de Tíscar)</a></div><p></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Igualmente fue manifiesta la promiscuidad entre
vida política y religiosa durante la dictadura franquista, régimen que no
promulgó una ley de libertad religiosa hasta 1967, en la práctica una ley de
simple tolerancia con un sinnúmero de limitaciones que hoy nos parecerían
inaceptables.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">La interacción o confusión de ámbitos no es un
fenómeno reciente que venga de las más cercanas décadas. Ya en 1823, cuando una
nueva invasión francesa (Los Cien Mil Hijos de San Luis) acabó con el periodo constitucional
y restauró el absolutismo, el realista quesadeño Luis Moreno regaló a la Virgen
una bandera constitucional que había capturado en una de las escaramuzas en las
que participó.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[ii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El significado político
del obsequio era innegable. Luis Moreno fue cabecilla de la partida “Defensores
del Rey”, cuyas acciones armadas coadyuvaron al fin del constitucionalismo en
nuestra comarca y zonas de Granada y Almería.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[iii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ignoro lo que, a la muerte de Fernando VII y la
vuelta del constitucionalismo, fue de tal bandera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Es a este siglo XIX al que me quiero referir.
Un tiempo en el que no solo se mezclaba Virgen y política, sino que la Cofradía
dependía funcional y orgánicamente del Ayuntamiento. El 18 de junio de 1842 se
aprobaron unos estatutos de la Cofradía, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Constituciones Reglamentarias”, que determinaron
que las vacantes de cofrades debían cubrirse a propuesta de la hermandad, pero por
nombramiento de la Corporación. Por el mismo sistema se elegía al administrador
contador y al secretario, los cargos de la Cofradía.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[iv]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">La relación y dependencia del Ayuntamiento se
manifestaba en distintos ámbitos. Por ejemplo, en las traídas extraordinarias
de la Virgen al pueblo con motivo de grandes sequías. Cuando la situación se
hacía insostenible, los vecinos que tomaban la iniciativa dirigían una
instancia al Ayuntamiento. Este lo discutía en pleno y, caso de aceptarlo, decidía
la fecha en que se debía producir la conducción de la imagen. A continuación, se
comunicaba, como cosa decidida, al párroco y al presidente de la Comisión
Económica de la Cofradía. Además, también fijaba el Ayuntamiento la fecha en
que se celebraría en la parroquia “la festividad (misa solemne) que viene su
costumbre el costearse de estos fondos municipales”. De esta manera se hizo en
el mes de enero 1884 y abril de 1896.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[v]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> En el
caso de 1884, y según se cuenta en la “Poesía Histórica” que con este motivo
compuso el veterinario y acérrimo carlista Pedro Segura Pérez, en la mañana
siguiente a la llegada de la Virgen, 24 de enero, llovió torrencialmente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Hay otros ejemplos similares, pues fue también
municipal la decisión de parar a la Virgen, a la ida y a la venida de Tíscar,
en el cortijo del presbítero Pedro García Monterreal, en Fique. Don Pedro dirigió
la solicitud al Ayuntamiento, que ”acordó acceder a lo solicitado” con la
condición de que la parada “sea lo menos posible y solo y exclusivamente para
cantarle una salve”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[vi]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Lo mismo vale decir para
la Traída extraordinaria del 30 de diciembre de 1900, decidida por el
Ayuntamiento con motivo de los festejos organizados para celebrar la llegada
del nuevo siglo. Fue en estas celebraciones cuando se acordó construir una cruz
en “en el sitio que nombran el Visillo (…) sitio que en lo sucesivo se
denominará el Humilladero”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[vii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Pero cuando se mostró en toda su crudeza la subordinación
de la Cofradía al Ayuntamiento fue en 1868, cuando estalló la revolución conocida
como La Gloriosa que acabó con el reinado de Isabel II. Uno de los militares
protagonistas del cambio de régimen fue el general quesadeño Serrano Bedoya. <a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2018/10/el-general-serrano-bedoya-y-la-gloriosa.html">(El general Serrano Bedoya y la Gloriosa)</a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Tras la huida de la reina a Francia y hasta la
restauración borbónica de 1875, España conoció el periodo constituyente de la
regencia de Serrano, el asesinato de Prim, el corto reinado de Amadeo I, la I República,
y el golpe de estado de Martínez Campos, que trajo de vuelta a los Borbones. Ejemplo
de lo acelerado y convulso que fue aquel periodo fue la figura del general
Serrano Domínguez, insólito caso, y quizás único en el mundo, en el que una
misma persona fue sucesivamente amante de la reina, autor de su exilio, regente
del Reino con tratamiento de Alteza y presidente de la República.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">La Gloriosa llevó al general Serrano Bedoya a
la primera fila de la política nacional. En Quesada La Gloriosa supuso el
control de la política local por los parientes y partidarios de Serrano Bedoya.
El día 1 de octubre de 1868, tras la entrada de los generales revolucionarios
en Madrid, se formó una Junta de Gobierno que se hizo cargo del Ayuntamiento. Sus
miembros eran de la misma clase social que los concejales isabelinos salientes
y tenían una mentalidad bastante similar, aunque eran más “liberales” y
defendían cosas como la Soberanía Nacional frente a la Corona y el sufragio universal,
masculino por supuesto.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[viii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Pocos días después de su acceso a la alcaldía,
el 14 de octubre, el presidente de la Junta de Gobierno, Hilario Serrano,
convocó a una reunión al mayordomo y al secretario de la Cofradía, que se
presentaron acompañados de un grupo de cofrades principales. Ninguno de la
Cofradía era “serranista” y tenían una clara orientación política borbónica y
conservadora. Todos habían firmado pocos meses antes, y publicado a su costa en
la Gaceta de Madrid, un manifiesto de adhesión a S.M. Isabel II. En él le
mostraban su adhesión con motivo de las críticas y burlas suscitadas contra
ella en la prensa extranjera y fundadas en alguna de sus habituales expansiones
eróticas.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[ix]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">La finalidad de aquella reunión era “conocer de
los fondos (de la Cofradía) que la misma tenga en efectivo, y no le sean
precisos para los santos objetos de su institución”, al objeto de “con ellos y
(con) los que la filantropía de la clase pudiente de esta Población aporte”
hacer frente por las menesterosas arcas municipales, “a las eventualidades del
porvenir”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">La propuesta de Hilario Serrano fue aceptada
por todos los asistentes “como no podía menos de suceder entre los concurrentes
que abundan en los puros principios de moralidad; pero la unanimidad se “estrelló”
respecto a los fondos de la hermandad, que dijeron inexistentes en aquel
momento. Según el cofrade mayordomo, aunque disponían de “créditos a su favor
en deuda flotante”, tenían también obligaciones pendientes de pago. Inmediatamente
el presidente de la Junta preguntó al cofrade secretario, José Montiel, por
“las Constituciones y documentos a que subordina sus actos la Hermandad”.
Contestó Montiel que no disponía de ningún documento “porque no se le había
hecho entrega” y que solo custodiaba “los expedientes de Cuentas e Inventario
de las alhajas que posee la Divina Imagen”. Con esta respuesta se dio por
concluido el acto, seguramente en un ambiente bastante tenso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgefBwQ2nG9K4nvRLEsKv9PABdItX_y9xWoRKlQ9yk785VYRmIfbh9djkDXdLG9eCLeKf2y7MC77qLkNRlPjxzEJF2wvLI9mVSVMICIkN-mGw_-10ntwthL9E92YMAW_MolOclVKGuEOWsf/s2048/1868-10-14+%25282%2529.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1364" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgefBwQ2nG9K4nvRLEsKv9PABdItX_y9xWoRKlQ9yk785VYRmIfbh9djkDXdLG9eCLeKf2y7MC77qLkNRlPjxzEJF2wvLI9mVSVMICIkN-mGw_-10ntwthL9E92YMAW_MolOclVKGuEOWsf/w266-h400/1868-10-14+%25282%2529.jpg" width="266" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Acta municipal del 14 de octubre de 1868 con <br />los cofrades asistentes anotados al margen</td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Dos días después se reunió la Junta de Gobierno
municipal “para tratar distintos particulares de su competencia”. En primer lugar,
su presidente “hizo la moción de que para inmortalizar en esta población el
preclaro nombre de nuestro ilustre Patricio el Excelentísimo Señor General
Serrano Bedoya, uno de los caudillos e iniciador del glorioso alzamiento
nacional (…) se sustituyera el nombre de la plaza de esta Villa con el de su
Excelencia.” Por unanimidad se aceptó la propuesta y se acordó “que de este
incidente se libre testimonio y se remita a su Excelencia como justo homenaje que
le rinden los acordantes.” <a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2019/12/1873-proclamacion-de-la-primera.html">(La 1ª República en Quesada)</a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">A continuación, se pasó al siguiente punto del
orden del día, consecuencia inmediata de la fallida reunión del día 14. El
presidente de la Junta hizo la propuesta de “disolución de la Cofradía de
Nuestra Señora de Tíscar mediante los vicios de que adolece”. Justificaba su
disolución en que la Cofradía no se había sujetado a los estatutos vigentes
aprobados en 1842, sino que “ha obrado desde aquella fecha muy fuera de ellos,
adulterando la pía institución, llevándola al criterio de la parcialidad o
favoritismo, o mejor dicho, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la piedad se
convirtió en Política</b>.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Según el presidente no se habían cubierto las
vacantes de cofrades, administrador contador y secretario por nombramiento del
Ayuntamiento, según establecían “las prescripciones reglamentarias tercera,
séptima, décima y duodécima” de los estatutos. Se demostraba esta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“triste verdad” consultando los libros de
sesiones de ambas corporaciones. Llamó la atención Hilario Serrano sobre el
hecho de que la Cofradía no había levantado acta desde el 29 de abril de 1846,
y que “desde entonces esta corporación, errante como los Israelitas en el
Desierto, no ha encontrado la tutela o garantía” precisa. Según el alcalde “no
deja de ser menos viciosa la administración de los píos fondos de nuestra
Idolatrada Madre”, siendo llevadas las cuentas “por el capricho mercenario del caciquismo
y en abierta oposición a las prescripciones de contabilidad estipuladas”. Justificaba
tan grave acusación a la vista de los “distintos expedientes de cuentas” que había
estudiado a fin de “moralizar si le es posible esta Cofradía gangrenada en sus entrañas,
cuyo mal lamenta a la vez todo el Pueblo y los extraños que lo conocen.”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #548235; font-size: 14pt; mso-style-textfill-fill-alpha: 100.0%; mso-style-textfill-fill-color: #548235; mso-style-textfill-fill-colortransforms: lumm=75000; mso-style-textfill-fill-themecolor: accent6; mso-themecolor: accent6; mso-themeshade: 191;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Como resultado de “estas verdades y de sus
comprobantes”, la Junta acordó por unanimidad “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">quede disuelta dicha Cofradía</b> y que se cree (de nuevo) con entera sujeción
a los dichos estatutos”. Se decidió también formar una comisión que estudiase
los estatutos y los reformase “en la parte que estimen” y los presentase “para
la sanción de la Corporación municipal (…) dándole después el curso que
proceda.”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[x]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Es decir, el Ayuntamiento
no solo disolvió la Cofradía para nombrar nuevos cofrades, sino que también se
hizo cargo de reformar y aprobar los nuevos estatutos de la misma.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="font-size: 18.6667px;"><br /></span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglkp5UEQh1TnFrKzUrtQ5l5-io7K6EVoiuzAyaZnweTAIViafNXb_G27yxApYsW-Hn8uyw__FLPPoiXvvDpF-y9qUWeE1LDtUheD-a4_7m_tcbu95YhA80DHPy0gK0u8kcmsW9T5kPSk-6/s412/1873+1%25C2%25AA+Republica+Jaen.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="396" data-original-width="412" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglkp5UEQh1TnFrKzUrtQ5l5-io7K6EVoiuzAyaZnweTAIViafNXb_G27yxApYsW-Hn8uyw__FLPPoiXvvDpF-y9qUWeE1LDtUheD-a4_7m_tcbu95YhA80DHPy0gK0u8kcmsW9T5kPSk-6/w200-h193/1873+1%25C2%25AA+Republica+Jaen.jpg" width="200" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr></tbody></table><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">Azarosas fueron las vicisitudes políticas durante
los años siguientes y el asunto quedó postergado. En enero de 1873, tras el
corto reinado de Amadeo I, se proclamó la República. Bajo la misma, la Cofradía
continuó dependiendo del Ayuntamiento con el que mantuvo buenas relaciones
fueron buenas. Tan buenas que la proclamación de la República Federal, a
principios del verano, fue celebrada con una “función de Iglesia que se celebró
en el día de ayer por la proclamación de la república en esta localidad y en
obsequio a Nuestra Patrona la Santísima Virgen de Tíscar”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[xi]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">El acuerdo de reformar los estatutos, que se
había tomado en 1868, se hizo realidad con la República. Fue el 30 de diciembre
de 1873 cuando el Ayuntamiento Popular de Quesada trató sobre el reglamento que
había elaborado “la comisión ad-hoc nombrada del seno de la Cofradía de Nuestra
Patrona y venerada Virgen de Tíscar (…) para poner en orden preciso y buena
marcha administrativa la dirección e intervención” de la misma.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[xii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se creaba por este reglamento una Comisión
Económica (junta directiva) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>formada por presidente,
contador, depositario y secretario. En el libro de actas municipal se adjuntó
una copia del reglamento donde se fijaban las competencias y responsabilidades
de cada cargo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt;">El Ayuntamiento, tras estudiar “cada uno de los
artículos que comprende”, por unanimidad acordó aprobar “el reglamento de la
Comisión Económica de la Cofradía de Nuestra Señora de Tíscar que se observará
en todas sus partes”. Era entonces alcalde presidente del Ayuntamiento Popular
de Quesada el ciudadano Francisco Calatrava León y presidente del Poder
Ejecutivo de la República Española don Emilio Castelar y Ripoll. Este
reglamento estuvo vigente hasta que en 1894 se aprobaron unas nuevas
constituciones o estatutos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Estuvo en vigor hasta
que fue derogada por la ley orgánica 7/1980 de Libertad Religiosa.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[ii]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> “una bandera de guerra
que también fue aprehendida en la acción de Oria la que ha sido regalada a la
soberana y milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Tíscar”. Pleno del cabildo
municipal de 1 de octubre de 1823.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[iii]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> En febrero de 1835 y
como “faccioso” carlista, Luis Moreno fue capturado a orillas del Guadiana
Menor y fusilado en Quesada con gran expectación de la gente que acudió de toda
la comarca. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[iv]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Pleno municipal de 16
de octubre de 1868.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[v]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Plenos municipales de
20 de enero de 1884 y 14 de abril 1896.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[vi]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Pleno municipal de 31
de agosto de 1890.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[vii]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Plenos municipales de 16
y 30 de diciembre de 1890.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[viii]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> El primer Ayuntamiento
de Quesada elegido por sufragio universal masculino tomó posesión tres meses
después, el 1 de enero de 1869.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[ix]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Gaceta de 5 de mayo de
1867.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[x]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Formada por Hilario
Serrano,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ramón Serrano Bedoya y Ramón
Valdés Bedoya.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[xi]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> Pleno municipal de 2
de julio de 1873.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-03-16/Quesada%2005-02-21/Pol%C3%ADtica%20y%20Virgen%202020/POL%C3%8DTICA%20Y%20VIRGEN%20DE%20T%C3%8DSCAR%20EN%20EL%20SIGLO%20XIX.docx#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[xii]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt;"> La comisión estaba
formada por Gaspar Antonio de Salas, Laureano Delgado y Manuel Bedoya García.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-44455023898420620112021-02-10T07:38:00.000-08:002021-02-10T07:38:40.012-08:00LA FAMILIA QUESADEÑA DE ZABALETA<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKs3J7H3y7OseQoOgEXcd1WR2kn7zB9Opp7locBuTdZbx-APJCB4eoRGK1tPww-LFOgu1SKrrMk-XKJhGZ3kdQ0l_JDrXFnqjZDDM13HlTXQBAd4kBzD9uJTxhwjy9VgIoBNxMKCr2C-F0/s901/Paisaje+de+Fique.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="619" data-original-width="901" height="440" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKs3J7H3y7OseQoOgEXcd1WR2kn7zB9Opp7locBuTdZbx-APJCB4eoRGK1tPww-LFOgu1SKrrMk-XKJhGZ3kdQ0l_JDrXFnqjZDDM13HlTXQBAd4kBzD9uJTxhwjy9VgIoBNxMKCr2C-F0/w640-h440/Paisaje+de+Fique.jpg" title="Rafael Zabaleta "Paisaje de Fique" (33x45) Acuarela sobre papel." width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Rafael Zabaleta. "Paisaje de Fique" (33x45) Acuarela sobre papel.</span></td></tr></tbody></table><br /><p class="MsoNormal"><i style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">(Artículo publicado originalmente en la
revista “Sueños de Quesada” de la asociación cultural “Amigos de Rafael Zabaleta”
nº 5, 10 de enero de 2021.)</span></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: medium;">El
Registro Civil, implantado por el Gobierno Prim en 1870, comenzó a funcionar en
Quesada desde enero de 1872. Hasta entonces solo en los libros parroquiales se
anotaban los bautizos, bodas y defunciones. Los de la parroquia de Quesada (y
la de Tíscar) fueron completamente destruidos en el verano de 1936 y por eso no
es fácil rastrear datos familiares para la primera mitad del siglo XIX.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Antonio
García Chillón, bisabuelo de Rafael Zabaleta Fuentes, debió nacer a fines del
siglo XVIII y murió no antes de 1838. Fue un propietario acomodado y tradicional.
Cuando en 1823 se restauró el Absolutismo fue designado alcalde segundo del
nuevo Ayuntamiento, pues no había estado implicado en el disuelto Ayuntamiento
Constitucional y se suponía <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>que lo
adornaban las virtudes políticas conservadoras requeridas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a> Se
reforzó su posición pocos días más tarde con el nombramiento de presidente de
la Junta del Pósito municipal, organismo de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>fuerte peso en la vida económica local<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>que controlaba el préstamo de cereales para sementera y años de mala
cosecha.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></span></a> Antonio
continuó participando en la política municipal hasta la promulgación de la
nueva Constitución de 1836,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></span></a> pero
ya no volvió a desempeñar cargos bien por su edad bien por no identificarse
demasiado con el régimen liberal isabelino. No obstante y por su condición y
peso social se le requirió por la corporación para colaborar en determinados
asuntos puntuales. Así por ejemplo, en 1838 se le eligió junto a otro reconocido
propietario, Ramón Valdés, para que hicieran el reparto de cuotas de la
contribución industrial y de comercio como “inteligentes en el ramo de diezmerías.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span></span></a> No
era encargo menor pues se trataba de proponer qué cantidad debía pagar cada
vecino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Antonio
García Chillón se casó con Josefa Monterreal, también de una conocida y
acaudalada familia propietaria. Su padre, Juan Luis Monterreal, era de una edad
similar a la de su yerno Antonio. Como regidores habían coincidido en el Ayuntamiento
hasta que en 1836 se formó uno nuevo de acuerdo a la legislación liberal de
Cádiz. Poco después fue elegido concejal síndico en las elecciones municipales
de marzo de 1838,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[5]</span><!--[endif]--></span></span></a>
intentando enseguida renunciar al cargo, como hicieron otros compañeros de
corporación, por temor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a posibles represalias
de las partidas tradicionalistas que entonces amenazaban Quesada.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[6]</span><!--[endif]--></span></span></a> Al
igual que Antonio y tras dejar la política activa siguió participando, como
persona de autoridad y prestigio, en distintos trabajos municipales. En 1846
fue nombrado “repartidor” de la contribución de Consumos (un impuesto indirecto
que tiene similitudes con el IVA) y en 1847 depositario del Pósito.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[7]</span><!--[endif]--></span></span></a> Un
hermano más joven de Juan Luis, Eugenio Monterreal, ocupó cargos en el
Ayuntamiento hasta el inicio en 1854 del Bienio Progresista. Juan Luis
Monterreal fue tatarabuelo de Rafael Zabaleta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgJk1gHxT5Cf0y7GkqAIN3y2O99K_7TsCfK1bdDiCeQm-XIttmYwQx72NLZW0cdQ0vPQdnsGeBLfXKM37l7nhdD9U4fhWm5zq2oqEduMLH4MkMOwiSRQokbISzqN-AtQZmnCy4L9062Yzs/s797/1836+firmas+tatarabuelo+y+bisabuelo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="797" data-original-width="741" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgJk1gHxT5Cf0y7GkqAIN3y2O99K_7TsCfK1bdDiCeQm-XIttmYwQx72NLZW0cdQ0vPQdnsGeBLfXKM37l7nhdD9U4fhWm5zq2oqEduMLH4MkMOwiSRQokbISzqN-AtQZmnCy4L9062Yzs/w372-h400/1836+firmas+tatarabuelo+y+bisabuelo.jpg" width="372" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Firmas de Antonio García Chillón y Juan Luis Monterreal. <br />Libro capitular de Quesada 1836. Archivo Municipal</td></tr></tbody></table><br /></span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El
matrimonio García Monterreal tuvo al menos ocho hijos que formaron, junto a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sus cónyuges y descendientes inmediatos, una
de las familias señaladas de la segunda mitad del siglo XIX quesadeño. Los dos hermanos
varones, Tomás y Pedro García Monterreal, vivieron en la calle Don Pedro número
44 según el censo electoral de 1878.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[8]</span><!--[endif]--></span></span></a> Tomás
dejó poca noticia; Pedro fue un personaje bastante más conocido. Pedro García
Monterreal, tío abuelo de Rafael Zabaleta, fue presbítero pero no ejerció como
tal ni asumió función o cargo alguno en la parroquia. Excepto en el oficio de
algunas ceremonias familiares como la boda de su sobrina Pepa y Antonio Toral, su
vida no se apartaba de la de un propietario agrícola al uso. Hasta finales del
siglo figura en el listado de mayores contribuyentes con derecho a voto para el
Senado, los que eran alguien en el pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">De
su condición de propietario le viene una curiosa huella que ha dejado su
persona hasta la actualidad. En el invierno de 1877-78, el entonces Instituto
Geográfico y Estadístico efectuó los trabajos de recogida de datos para el que
sería Mapa Topográfico Nacional 1:50.000. En sus minutas anotaron en Fique, por
debajo de la actual carretera, el "cortijo de Don Pedro García". La
hoja en cuestión<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[9]</span><!--[endif]--></span></span></a>
no se publicó hasta 1932, siendo ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto.
Para confeccionarla se recurrió a los datos obtenidos en 1878 pero, dado el
momento republicano, se estimó procedente eliminar el título "don" del
nombre de los cortijos. De esta manera se imprimió como "cortijo de Pedro
García" y así sigue figurando hasta hoy en el mapa topográfico del
Instituto Geográfico Nacional.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[10]</span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">En
este cortijo, desde 1890 y tras una petición suya al Ayuntamiento, efectuaba la
Virgen de Tíscar una parada en sus traídas y llevadas al santuario.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[11]</span><!--[endif]--></span></span></a> Al
principio solo consistía en rezar una salve, pero con posterioridad se añadió
un refrigerio para los miembros de la comitiva procesional, costumbre que se ha
mantenido hasta que no hace demasiados años se motorizaron los desplazamientos.
Sobre este don Pedro circula una versión según la cual el nombre de la calle en
que vivía procedía de él. No es así porque la calle se llama de esta manera al
menos desde principios del siglo XVIII,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[12]</span><!--[endif]--></span></span></a> pero
sirve para comprobar que dejó fama de individuo poderoso e influyente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Las
hermanas de don Pedro, Juliana, Prudencia, Carmen, Casiana, Patrocinio y Ramona
García Monterreal, se casaron con distinguidos miembros de la sociedad
quesadeña dando origen a otras tantas familias que, con otros apellidos al
proceder de línea femenina, sobreviven en la actualidad. Los cuñados de don
Pedro fueron los hermanos Juan José y Gaspar Aguilera Gómez, Antonio Alférez
Gómez, Pedro Segura Pérez, el maestro de instrucción primaria Ildefonso Malo y Antonio
Fuentes Jurado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Tanto
Pedro y Tomás García Monterreal como todos sus cuñados fueron personas
conservadoras. No tradicionalistas carlistas sino isabelinos y partidarios de
la dinastía Borbón. Todos ellos firmaron, en marzo de 1867, un manifiesto que
los electores de Quesada (apenas 70 pues el voto era censitario) remitieron a
la Gaceta de Madrid. En el mismo se "defendía" a Isabel II de las
burlas de la prensa extranjera, al parecer por alguna aventura sexual, cosa
bastante frecuente (tanto las burlas como las aventuras). No hay en el
manifiesto ningún Serrano, Bedoya, Godoy o Valdés, familiares y partidarios del
general Serrano que un año después sería uno de los protagonistas de La
Gloriosa que acabo con el reinado de Isabel.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[13]</span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Su
condición conservadora hizo que, desde la Revolución del 68, la familia García
Monterreal se apartara, o fuera apartada, de los cargos municipales, incluyendo
la Cofradía de la Virgen. A partir de octubre de ese año fueron las familias
"revolucionarias" y "serranistas" las que ocuparon dichos
puestos durante el Gobierno Provisional y regencia de Serrano, reinado de Amadeo
I y, tras el corto periodo federal, la presidencia de Serrano Domínguez.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Estas diferencias políticas de las que hablo
se deben contextualizar. Es cierto que los "serranistas" participaron
activamente en la constitución democrática de 1869 y que apoyaban cosas tales
como el sufragio universal masculino. Los García Monterreal, por el contrario,
apoyaban el legitimismo borbónico y una visión más conservadora y católica de
la sociedad. Pero eran diferencias de matiz y sus rivalidades y enfrentamientos
más de grupo o clan que ideológicos. Todos ellos pertenecieron a la misma clase
social, tenían conciencia de clase y compartían una similar mentalidad. Eran
gente de Villavieja, "villavejeros", entre los cuales Manuel Ciges
Aparicio no pudo distinguir poco después, aun estando cercano en el tiempo,
"quién era quién".<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn14" name="_ednref14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[14]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjetBZhtO16t2onUeVu08oNm3s-ooR9mBcu7ZrULbVMPsgYBmjii1VrI1037qVTJtsCaRMH148k0-alIgY1LDYZWVH5Mq3SrWG8mgW_xJO3FhDMWmW_ZmqLw99o1ymtZYPSEiYiVGCE0aX_/s1366/PLANI230159_1878_QUESADA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1366" data-original-width="1262" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjetBZhtO16t2onUeVu08oNm3s-ooR9mBcu7ZrULbVMPsgYBmjii1VrI1037qVTJtsCaRMH148k0-alIgY1LDYZWVH5Mq3SrWG8mgW_xJO3FhDMWmW_ZmqLw99o1ymtZYPSEiYiVGCE0aX_/w370-h400/PLANI230159_1878_QUESADA.jpg" width="370" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Minuta del Mapa Topográfico del Instituto Geográfico y Estadístico. 1878.<br />Cortijo de Don Pedro García.</td></tr></tbody></table><br /></span></o:p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br /></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Una
de las hermanas García Monterreal, Juliana, se casó con Antonio Fuentes Jurado,
natural de Peal de Becerro. Son los abuelos maternos de Rafael Zabaleta.
Antonio fue varias veces concejal, siempre con carácter de conservador o
moderado. La primera ocasión en 1853 hasta que la corporación fue disuelta en
septiembre de 1854, tras la Vicalvarada y el inicio del Bienio Progresista.
Nuevamente fue desalojado del Ayuntamiento en 1868, tras la caída del régimen
isabelino. Murió en el invierno revolucionario de 1868 al 69 (quién sabe si por
alferecía o del "disgusto" político). Seguramente, y si era de edad
similar a la de sus hermanos, nació alrededor de 1830 y tenía apenas unos 40
años al morir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Al
menos otros dos hermanos Fuentes Jurado vivieron en Quesada: Pablo,
comerciante, nacido en 1829, que vivía en la calle San Juan nº 2 (lateral
derecho plaza de la Coronación) y Juan, nacido en 1834, que vivió en la calle
Espinillos pero que ya en 1878 lo hacía en la calle Nueva nº <st1:metricconverter productid="6. A" w:st="on">6. A</st1:metricconverter> pesar de que en los
censos electorales de 1878 y 1893 la profesión de Juan es
"propietario", ambos hermanos se dedicaban al comercio según consta,
al menos desde 1883, en el anuario del Comercio.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn15" name="_ednref15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[15]</span><!--[endif]--></span></span></a> La
residencia de Juan en la casa nº 6 de la calle Nueva, de larguísima tradición comercial,
refuerza los indicios de que los Fuentes se establecieron en Quesada como
comerciantes, siguiendo la tradición local de que estas actividades comerciales
casi siempre estuvieran en manos de forasteros. Los quesadeños o malvivían
trabajando el campo o eran "villavejeros" propietarios ajenos al
trabajo, no había términos medios. Juan Fuentes Jurado, tío abuelo de Rafael
Zabaleta, fue varias veces concejal en los últimos años del siglo, ya en plena
Restauración borbónica. Ejerciendo estas funciones municipales, en 1884 estuvo
a punto de morir cuando el carruaje en el que viajaba con un capataz de montes
y un criado se despeñó en la sierra por culpa de la niebla.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn16" name="_ednref16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[16]</span><!--[endif]--></span></span></a> Rafael
Zabaleta heredó esta costumbre de saltar por las cunetas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Juliana
García Monterreal quedó viuda y joven, pero con una holgada situación
económica.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn17" name="_ednref17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[17]</span><!--[endif]--></span></span></a>
De sus padres heredó el cortijo de Béjar, que confinaba con la parte que le
tocó a su hermana Casiana. En las minutas de 1878 del mapa topográfico ese
cortijo se rotula como "de la viuda de Fuentes". El otro cortijo que
heredó Rafael Zabaleta fue la mitad del anteriormente citado de don Pedro
García, la parte cuyas ventanas daban a la sierra. Ignoro si la herencia de
esta mitad fue directa de sus padres a Juliana o de don Pedro a los hijos de
Juliana. La otra mitad, la que da a la parte de la carretera, pasó a los herederos
de su hermana Patrocinio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMIUY1ze06xdJ8AjqG8DkbXD8BQJrsYvL3G2NnNtOH1n29mcS67tFsMd2ppYe-wofNX9FNCwKfJJdej_mvcMQzv3vgek3STgsZOV0Q9KN7Tp9u6nQxZL0QSKU01ByA2IDIVnQ1PFzqYYK_/s670/actual.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="670" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMIUY1ze06xdJ8AjqG8DkbXD8BQJrsYvL3G2NnNtOH1n29mcS67tFsMd2ppYe-wofNX9FNCwKfJJdej_mvcMQzv3vgek3STgsZOV0Q9KN7Tp9u6nQxZL0QSKU01ByA2IDIVnQ1PFzqYYK_/w400-h241/actual.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cartografía actual Instituto Geográfico Nacional.<br />Cortijo de Pedro García</td></tr></tbody></table><br /></span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">El
matrimonio de Antonio Fuentes y Juliana García tuvo al menos 5 hijos. Antonio,
Luis, Francisca, Tíscar y Juliana Fuentes García. Luis Fuentes García fue cura
y párroco de la "filial" de Tíscar. El maestro de Belerda Pedro
Puerta Martínez, que a fines del siglo XIX compuso e imprimió un opúsculo o
folleto titulado "Flores de la Fantasía. Corona poética dedicada a Nª Sª
de Tíscar", hizo en sus páginas un elogio encendido del cura don Luis,
atribuyéndole la autoría de un significativo aumento de la devoción a la Virgen
durante su ejercicio y calificándolo de "buen Ministro del Señor".<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn18" name="_ednref18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[18]</span><!--[endif]--></span></span></a> Antonio
Fuentes fue médico aunque no ejerció mucho la profesión con algunas excepciones
casi forzadas. Fue durante la gran epidemia de cólera del verano de 1885 y en alguna
otra ocasión en la que tuvo que ocupar plaza de titular interino forzado por la
falta de aspirantes a médico local. Como en el caso de su tío don Pedro el
cura, su ocupación efectiva fue la de propietario. Vivió en la calle Nueva y también
fue concejal en varias ocasiones, aunque sin especial protagonismo político, más
bien social y benéfico: organizó, también a primeros de 1885, una colecta a
favor de las victimas del terremoto de Alhama que afectó a Granada y Málaga. No
dejó descendencia conocida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Como
es bien sabido, las tres hermanas Fuentes García se casaron con el sucesivo
viudo Isidoro Zabaleta Beatriz, de origen vasco y natural de Logroño. Isidoro
llegó a Quesada para trabajar en el comercio del también riojano o mejor,
camerano, Prudencio de la Riva.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn19" name="_ednref19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[19]</span><!--[endif]--></span></span></a> Como
antes dije, el comercio de Quesada estuvo en el siglo XIX en manos de gente de
fuera del pueblo. Llegaron a establecerse en Quesada al menos tres familias de
comerciantes procedentes de Ortigosa de Cameros, La Rioja. Este pequeño pueblo,
perdido en las montañas de Camero Nuevo, tenía una larga tradición comercial y
de fabricación de paños. Hacia mediados del siglo XIX llegó a Quesada Pío de la
Riva Aranceta, que poco después atrajo a su sobrino Prudencio de la Riva. Muy
poco después se establecieron los hermanos García Lozano y por último <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Francisco Herreros Pérez, que ante la falta de
herederos reclamó a sus sobrinos Pérez Herreros. Todos ellos nacieron en
Ortigosa y todos tuvieron establecimiento abierto en la calle comercial del momento,
la calle Nueva. No procede aquí analizar esta insólita presencia ortigosina en
Quesada que ha dejado abundante descendencia (el que suscribe, sin ir más lejos,
por línea paterna y materna), pero sí contextualiza la llegada de Isidoro Zabaleta
al pueblo, donde se encontró una numerosa colonia de paisanos norteños.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn20" name="_ednref20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[20]</span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">Isidoro
Zabaleta se casó en marzo de 1884 con Francisca Fuentes García. Para entonces
ya había muerto la madre, Juliana García Monterreal. Francisca falleció de
neumonía a finales del mismo año. Pocos años después, el 9 de diciembre de 1888,
Isidoro se casó en segundas nupcias con su cuñada, Mª de Tíscar Fuentes García.
Al verano siguiente Mª de Tíscar, con 24 años, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>murió de parto el 1 de agosto de 1889. El hijo
que tuvo, Antonio José Zabaleta Fuentes, falleció con apenas 3 años en febrero
de 1903. Ya en mayo de 1906 Isidoro se casó con la tercera de las hermanas,
Juliana Fuentes García. Un año después, el 6 de noviembre de 1907, nació Rafael
Zabaleta Fuentes; su padre tenía 54 años y su madre 42. Para la época eran
padres viejos y el parto de alto riesgo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> <br /></span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">A
la muerte de Isidoro Zabaleta, en febrero de 1918 y de catarro bronco-pulmonar,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_edn21" name="_ednref21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[21]</span><!--[endif]--></span></span></a> tenía
Rafael 10 años y, cuando murió su madre en 1930, apenas 23. Rafael Zabaleta no
conoció a ninguno de sus tíos y tías hermanos de su madre, ni a su único
hermano. Fue el único heredero de sus abuelos Antonio Fuentes y Juliana García
Monterreal, a los que tampoco conoció y que también murieron jóvenes. La
familia paterna quedaba muy lejos, para las comunicaciones de la época casi en
otro continente. La vida de Rafael Zabaleta estuvo marcada desde antes del
parto por la muerte, la ausencia y la soledad. Se puede decir que en este
sentido fue un náufrago de la vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;">No
corresponde a este trabajo hacer un fino análisis psicológico sobre la posible
incidencia que estas circunstancias pudieron tener en su personalidad y mucho
menos en su obra. Pero al menos creo que sí explican la relación, casi
materno-filial, con su tía Pepa, Josefa Aguilera García, hija única de Gaspar
Aguilera y Ramona García Monterreal. Ella era otra "náufraga" de la
vida después de que su marido Antonio Toral la abandonara el mismo día de la
boda. Fue la "unión" instintiva de dos víctimas de la soledad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> </span></o:p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiDaq7CdAa6aCbIH5c2sCjBtDy5PeCuQE9r_C36_YqeRxdCMToKvXAh781GGWC-L-D1v-HBMZia68ZpBneijeYaiGP4JE-Xie_z9Kg_l375nGXDB7I_q08Is1S6s-CYP72UsMHOXzgxZkf/s857/Zabaleta+en+el+patio+interior+de+su+casa+de+Quesada.+1910-1911.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="641" data-original-width="857" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiDaq7CdAa6aCbIH5c2sCjBtDy5PeCuQE9r_C36_YqeRxdCMToKvXAh781GGWC-L-D1v-HBMZia68ZpBneijeYaiGP4JE-Xie_z9Kg_l375nGXDB7I_q08Is1S6s-CYP72UsMHOXzgxZkf/w400-h299/Zabaleta+en+el+patio+interior+de+su+casa+de+Quesada.+1910-1911.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rafael Zabaleta en el patio de su casa. 1910-11</td></tr></tbody></table></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><br clear="all" />
</span><hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a> Cabildo de 8 de julio de 1823.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></span></a> Cabildo de 25 de julio de 1823.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></span></a> Cabildo de 21 de septiembre de
1836. Era teniente de alcalde en el Ayuntamiento saliente que traspasó el poder
al nuevo Ayuntamiento Constitucional.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span></span></a> Pleno municipal de 5 de febrero de
1838. Aquí la expresión “diezmería” o "dezmería", que procede de
cobro del diezmo, se usa con el carácter genérico de impuesto. Es decir, que
ambos tenían experiencia en asignar las cuotas que correspondían a cada vecino
hasta completar el total del encabezamiento.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[5]</span><!--[endif]--></span></span></a> No se presentó como candidato a las
elecciones. Se elegían compromisarios que designaban libremente a los regidores
entre cualquier vecino.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[6]</span><!--[endif]--></span></span></a> Para estas elecciones y la
situación del momento en Quesada: www.vortizg.es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“LAS GUERRAS CARLISTAS EN QUESADA. Realistas
y carlistas en el siglo XIX”.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[7]</span><!--[endif]--></span></span></a> Plenos municipales de 28 de
noviembre de 1846 y de 15 de febrero de 1847.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[8]</span><!--[endif]--></span></span></a> La numeración de las casas no se
puede trasponer automáticamente a la de hoy. Especialmente en esta calle Don
Pedro que, antes de ser dividida por la apertura de la carretera y el muro,
arrancaba más arriba, a una altura indeterminada de la actual calle del Teatro.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[9]</span><!--[endif]--></span></span></a> "949-Pozo Alcón".<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[10]</span><!--[endif]--></span></span></a> No es el único caso ni el más
curioso. Un cortijo en Lacra, el de un cuñado de don Pedro, figura en la minuta
de 1878 como de "Don Antonio Alférez" pero no fue recogido en la hoja
1:50.000 seguramente por razón de espacio.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cuando en 1992 se publicó la hoja del mapa 1:25.000, se
"resucitó" su nombre que ahora figura, también sin el
"don", en todos los mapas del Instituto. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[11]</span><!--[endif]--></span></span></a> Pleno de 31 de agosto de 1890. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[12]</span><!--[endif]--></span></span></a> Unas veces como calle "don
Pedro" y otras como "don Pedro Gámez", personaje desconocido por
el momento.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn13" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref13" name="_edn13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[13]</span><!--[endif]--></span></span></a> <a href="http://www.vortizg.es/"><span style="color: windowtext;">www.vortizg.es</span></a> “El general Serrano Bedoya y
la Gloriosa”<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn14" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref14" name="_edn14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[14]</span><!--[endif]--></span></span></a> "Villavieja" (1914).
Precisamente entre los personajes paradigmáticos de la vida
"villavejera" y sus vicios, Ciges coloca a los hermanos Bedoya. Fuera
de esta novela, otro divertido ejemplo fue el del masón expulsado de la Logia
la Luz, de Quesada, por ser a la vez hermano de la Cofradía de la Virgen de Tíscar. En "Los
secretos de la masonería en Jaén", de Sánchez Tostado-Higueras Lorite.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn15" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref15" name="_edn15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[15]</span><!--[endif]--></span></span></a> "Anuario del comercio, de la
industria, de la magistratura y de la administración."<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn16" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref16" name="_edn16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[16]</span><!--[endif]--></span></span></a> "La República" 24 de mayo
de 1884.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn17" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref17" name="_edn17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[17]</span><!--[endif]--></span></span></a> 634 escudos de utilidades anuales
en el Impuesto Personal de 1869.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn18" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref18" name="_edn18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[18]</span><!--[endif]--></span></span></a> Archivo donación Juan de Mata
Carriazo. Universidad de Sevilla.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn19" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref19" name="_edn19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[19]</span><!--[endif]--></span></span></a> "Zabaleta de Quesada", de
Cesáreo Rodríguez-Aguilera, pág 65.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn20" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref20" name="_edn20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[20]</span><!--[endif]--></span></span></a> En Quesada los pocos que tenían
instrucción y sabían de cuentas eran propietarios que no trabajaban. Fue
preciso "importar" mano de obra para el comercio. El nivel de
alfabetización de Ortigosa casi triplicaba el de Quesada y todos sus
"emigrantes" llegaban sabidos.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn21" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2021-01-18/Quesada%2005-02-21/Zabaleta%20familia/Familia%20quesade%C3%B1a%20de%20Zabaleta.doc#_ednref21" name="_edn21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span style="font-family: arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[21]</span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: arial;"> La llamada "Gripe Española"
comenzó en España durante la primavera siguiente. En Quesada tuvo su mayor
incidencia en el otoño de 1918. Seguramente la muerte de Isidoro no esté
relacionada con esta epidemia. </span></span><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt;"><o:p></o:p></span></p>
</div>
</div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-6131867025359173662020-10-14T01:04:00.003-07:002021-01-24T12:38:20.297-08:00LAS GUERRAS CARLISTAS EN QUESADA. Realistas y carlistas en el siglo XIX<p></p><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtE72re565F3om017HnpFvIuhNXJme2vsUegxU6NgjSW66M9cIaUlWI1Ooy0LLFCsbPEc-IUWqQkSOO7m-s7GfS9uCTN5VYdveSzotu7HX8eKVgsu567QiZni2NkcZY3nLXpG4mJw5nUeI/s772/Plano+1838.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="571" data-original-width="772" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtE72re565F3om017HnpFvIuhNXJme2vsUegxU6NgjSW66M9cIaUlWI1Ooy0LLFCsbPEc-IUWqQkSOO7m-s7GfS9uCTN5VYdveSzotu7HX8eKVgsu567QiZni2NkcZY3nLXpG4mJw5nUeI/w640-h474/Plano+1838.jpg" width="640" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Tras
la salida de los franceses a consecuencia del tratado que con Napoleón firmó Fernando
VII, con la oposición de la Regencia y las Cortes, poder legítimo en aquel
momento, regresó a España quien en su momento fue llamado “el Deseado” y que
terminó siendo recordado como “el rey Felón”. Sin pérdida de tiempo, en mayo de
1814, abolió la Constitución de Cádiz, en lo que técnicamente fue un golpe de
estado, y restauró el absolutismo. Desde ese momento la ley fue la voluntad
real, que se ejercía sin ningún tipo de cortapisa. Se inició así el Sexenio
Absolutista durante el cual se reprimió duramente a los liberales y a los
partidarios de la Constitución y las Cortes. El pronunciamiento del general
Riego en Cabezas de San Juan obligó al rey a jurar la Constitución a principios
de 1820. La “Pepa” estuvo vigente 3 años, durante el llamado Trienio Liberal.
En 1823 una nueva invasión francesa, conocida como Los Cien Mil Hijos de San
Luis, repuso en el poder absoluto a Fernando. Mandaba la expedición el duque de
Angulema, hijo de Carlos X, último Borbón de Francia, una especie de asunto de
familia.</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En
Quesada, la Constitución de Cádiz se proclamó nuevamente el 17 de marzo de 1820
y en ese mismo cabildo se convocó a los vecinos para que dos días después, el
domingo 19, eligieran en concejo abierto un nuevo Ayuntamiento según la
legislación constitucional.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Durante
el Trienio se constituyó un Ayuntamiento independiente en la entonces aldea de
Huesa, agrupada con Belerda y Arroyo Molinos. El proceso se inició con una
carta que el párroco de Huesa, Nicolás Rodríguez, dirigió a la Diputación el 26
de marzo de 1821 solicitando la segregación de la jurisdicción de Quesada y la
asignación de un término municipal propio. El cura alegaba como uno de los
motivos para la separación que, aunque él explicaba “la doctrina de la sabia
Constitución”, a la aldea no mandaba el Ayuntamiento de Quesada ni órdenes ni
proclamas del Gobierno “que puedan ilustrar a aquellos habitantes”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn2" name="_ednref2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Poco
más se puede conocer del Trienio Liberal en el pueblo porque las actas del
Ayuntamiento constitucional desaparecieron. No es una pérdida casual, faltan
todas las actas constitucionales y solo esas. Se destruyeron para borrar de la
memoria cualquier referencia a esos años en lo que sin duda es un reflejo
quesadeño del carácter despótico y vengativo de Fernando VII.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfrEqUVzMou3fr_Q7XCHTWZYy9r_v5QDqiYUtbuCJm_LoQs7zA8ZcZwqr_N8PzySXQ5C6ih1ncLTS2hQnfQxoH5nJy3gZE35LNkgkvS3HGLaT-ZUzVMLcCZX8aTzkDyDVExtxLsxPOv6Ix/s2796/1820-01-02+%25281%2529.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="820" data-original-width="2796" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfrEqUVzMou3fr_Q7XCHTWZYy9r_v5QDqiYUtbuCJm_LoQs7zA8ZcZwqr_N8PzySXQ5C6ih1ncLTS2hQnfQxoH5nJy3gZE35LNkgkvS3HGLaT-ZUzVMLcCZX8aTzkDyDVExtxLsxPOv6Ix/w640-h188/1820-01-02+%25281%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Timbre del libro capitular de 1820</td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial;"><br /><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
nuevo Ayuntamiento realista de Quesada se constituyó el 8 de julio de 1823. Se
hizo según la Real Orden que mandaba “restablecer los ramos de la
Administración en los términos en que se hallaren en 1 de marzo de 1820”, es decir,
volver en el tiempo y rehacer las cosas tal cual estaban en aquella fecha. Fueron repuestos los regidores y demás oficios
municipales que ocupaban los cargos entonces. Los cargos y empleados
municipales del periodo constitucional cesaron de inmediato. Los miembros de la
Milicia Nacional, cuerpo de voluntarios de carácter liberal y constitucional,
fueron castigados con enormes multas de 200 escudos. Como algunos de ellos
estaban huidos y no se conocía su paradero, se hizo a sus familias responsables
del pago de las mismas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn3" name="_ednref3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></a> Lógicamente,
y porque no existía en 1820, el Ayuntamiento independiente de Huesa fue
disuelto y las tres aldeas volvieron a la jurisdicción de Quesada. <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">La
vuelta del absolutismo no sucedió de forma pacífica y tranquila. Al amparo del ejército
francés del duque de Angulema se levantaron partidas locales de realistas que
imponían pueblo a pueblo la vuelta del absolutismo. En nuestra comarca se hizo
famosa la denominada “Defensores del Rey”, a cuyo frente estaba Luís Moreno,
natural y vecino de Quesada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Moreno
había formado parte de las guerrillas que al mando del comandante Hermenegildo
Bielsa se habían enfrentado a los franceses en estas sierras. Furibundo
partidario del absolutismo, con su grupo de voluntarios realistas recorrió los
pueblos de la zona en persecución de los constitucionales. En La Iruela, por
ejemplo, dejó testimonio de su paso exigiendo para su partida hombres y provisiones.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn4" name="_ednref4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span></a> No se
limitó a estos pueblos, sino que extendió sus golpes y acciones al norte de
Granada y Almería. En julio, un vecino anónimo de Quesada publicó en “La
Gaceta” una carta en la que exaltaba las andanzas de Moreno en el pueblo de Gor
(Granada): “La acción que ha tenido con los rebeldes en Gor, cerca de Baza, el
jefe Realista D. Luis Moreno, hijo de este pueblo, de donde pasó a otros de
este reino y del de Granada reuniendo gente, después de haber quitado aquí el
símbolo de la impiedad y libertinaje.” En Gor tomó prisioneros a 19 oficiales y
soldados constitucionales que se trajo para Quesada y que el anónimo
comunicante dice haber visto, encontrando que eran todos “masones” y
“comuneros”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn5" name="_ednref5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[5]</span><!--[endif]--></span></a>
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En
octubre, Moreno pidió al Ayuntamiento de Quesada que certificase sus servicios
prestados a la causa. En el memorial que al efecto presentó decía que “siempre
se había portado con la mayor fidelidad y amor a la Patria y en defensa de
nuestro Católico Monarca” sin pretender “destino alguno”. El Ayuntamiento
confirmó que había sido teniente coronel “del escuadrón de defensores del Rey”
y que eran públicas y notorias las acciones a favor de la causa que había
efectuado, “de las cuales ha pasado por esta Villa los prisioneros que ha hecho
con el escuadrón de su mando”. Añade que durante la acción de Oria, Almería,
había aprehendido una bandera constitucional “la que ha sido regalada a la
soberana y milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Tíscar”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn6" name="_ednref6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[6]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En los prolegómenos de las
guerras carlistas volveremos a tener noticias de este vecino, que primero luchó
contra el invasor francés para años después unirse a una nueva invasión
francesa. Pero mientras él actuaba, la guerra pasaba cerca de Quesada. En el
mes de julio el general Gabriel Jean
Joseph Molitor entró en el reino de Granada procedente de Murcia. Enfrente
tenía al ejército español constitucional al mando del general Francisco López
Ballesteros. En Guadahortuna, y unos días después en Campillo de Arenas, atacó
y derrotó a Ballesteros. Lo que ocurrió a continuación lo cuenta el periódico
de Madrid “El Restaurador”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn7" name="_ednref7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[7]</span><!--[endif]--></span></a>:
“Este último (Ballesteros) se ha internado en las montañas, y ocupa los pueblos
de Quesada, Pozo Alcón y Cazorla, teniendo siempre á su vista al general Foissac
Latour que con todas sus tropas han ido á Baeza y Villacarrillo; y como es de
presumir que quiera volver Ballesteros al reyno de Murcia, el Conde Loverdó ha
ido con su división á Guadix para observar sus movimientos.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">No
hay noticia en las actas del Ayuntamiento de Quesada, continuando la norma del
silencio sobre todo lo constitucional, de que estas tropas hubieran ocupado el
pueblo. Sólo hay una mención genérica al “apuro en que esta corporación se ve
para el suministro de las tropas que transitan por esta villa.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn8" name="_ednref8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[8]</span><!--[endif]--></span></a> Tiene
toda la lógica que se refugiaran en las sierras de esta comarca, entonces aún
más aislada y remota que hoy día. Y es muy posible que en Quesada tuvieran el
apoyo no solo de los liberales del pueblo, sino especialmente de los vecinos de
Huesa, que sin duda sabían que la suerte de su independencia municipal dependía
de la que corriera la Constitución. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Poco días después de estos
sucesos el general Ballesteros se entregó a los franceses firmando un acuerdo,
una de cuyas cláusulas establecía que las tropas a su mando “se acuartelarán en
los puntos siguientes, que han sido señalados de acuerdo con el general
Molitor, á saber: Quesada<b>,</b> Cazorla, Úbeda, Loja, Lucena,
Algarinejo y Archidona.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn9" name="_ednref9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[9]</span><!--[endif]--></span></a>
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Aquel fue un verano
intenso en Quesada: Moreno al frente de sus voluntarios realistas exhibiendo
prisioneros y banderas capturadas, tropas que pasaban por el pueblo, soldados
constitucionales fugitivos que se refugiaron en las sierras para ser finalmente
acantonados como prisioneros en el pueblo. En septiembre el general Riego, que
había intentado reorganizar la resistencia al francés, fue completamente derrotado
en Jódar y pudo escapar a duras para esconderse en un cortijo de Arquillos,
donde fue traicionado y capturado.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn10" name="_ednref10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[10]</span><!--[endif]--></span></a> Fue
ahorcado en Madrid y con su muerte se inicia el periodo conocido como la Década
Ominosa. Durante la misma se persiguió con saña a los liberales, siendo una de
las víctimas más conocidas Mariana Pineda.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Fernando VII murió en el
otoño de 1833 sin descendencia masculina. Antes, y en medio de intrigas y
conspiraciones palaciegas, nombró a su hija Princesa de Asturias y sucesora. Su
hermano el infante Carlos María Isidro se negó a aceptar la sucesión por línea femenina
y reclamó el trono.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn11" name="_ednref11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[11]</span><!--[endif]--></span></a> La
sublevación de los partidarios de Carlos, reconociéndolo como sucesor y rey
legítimo, es el origen de las guerras carlistas. A grandes rasgos y simplificando
puede decirse que los carlistas, cuyo lema era “Dios, Patria, Rey”, defendían
el absolutismo, el integrismo religioso y el mantenimiento de los fueros territoriales.
Por el contrario los liberales apoyaron a Isabel. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Isabel fue jurada por las
Cortes como Princesa de Asturias en junio de 1833 y pocos meses después, a
finales de octubre y tras la muerte de Fernando, proclamada reina como Isabel II.
Tenía apenas 3 años, por lo que asumió la regencia su madre María Cristina de
Borbón como Reina Gobernadora. En Quesada se celebraron con entusiasmo ambos
acontecimientos. Los días 24, 25 y 26 de julio se celebraron funciones para
celebrar la jura de la princesa. Una “comparsa de romanos elegantemente
vestida” ejecutó “difíciles evoluciones militares” y “raras y preciosas figuras
de contradanza”. Según “La Revista Española” la asistencia a estas funciones
fue extraordinaria.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn12" name="_ednref12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[12]</span><!--[endif]--></span></a> Hubo
también limosna a los pobres, comida especial a los presos del arresto
municipal y, por supuesto, procesión de la Virgen de Tíscar. Poco después, el 8
de diciembre se alzaron pendones “como (esta Villa) lo acostumbra desde tiempos
antiquísimos, y todos sus habitantes manifestaron el mayor entusiasmo por el
advenimiento al trono de S.M.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn13" name="_ednref13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[13]</span><!--[endif]--></span></a> El
Ayuntamiento hacía votos por la Reina Gobernadora “una de las tutoras más
sobresalientes que en ninguna época ha presentado la historia de España”
(finalmente sobresalió en voracidad con los caudales públicos, siendo expulsada
dos veces del país por este motivo). <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Pero a pesar de estas
noticias tan entusiastas no existía la unanimidad que se pregonaba y había en
Quesada vecinos opuestos al Gobierno isabelino. Los antiguos realistas locales no
aceptaron de buen grado la sucesión. A finales de 1834 la milicia urbana
(Milicia Nacional) de Cazorla remitió una comunicación al periódico “El
Mensajero de las Cortes” explicando que estando Cazorla “tan próxima a unas
sierras escarpadas y montuosas” y temiendo que “pueda estallar alguna facción
en estas inmediaciones, y verse comprometidos” había reclamado al Gobierno
insistentemente pero sin conseguirlo que les facilitase armas. Para conseguir
un mayor efecto añadían que había rumores de una conspiración en Úbeda y que se
había descubierto otra “que su origen debía tenerlo en el término de la villa
de Quesada, distante una legua de esta”. Provocarían malestar estos comentarios
en las autoridades de ambos pueblos y poco después volvieron a escribir “con el
justo fin de evitar el mal concepto que pudiera haberse formado de ambos
pueblos” que las cosas no fueron “como se pintaron”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn14" name="_ednref14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[14]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Quesada era un posible
foco de insurrección. Por eso la milicia, los urbanos de Cazorla, tuvieron
fácil “asustar” con un posible levantamiento. Luis Moreno debía de estar conspirando
y no estaría solo. Cuando poco después ya estaba en abierta rebeldía, el
Ayuntamiento consideraba que el peligro era grande porque “al frente de la cual
(la partida rebelde) está el Moreno, persona por nuestra desgracia ligada con vínculos
de sangre con muchos familiares y relacionada con otras por amistad por lo que
es indudable su combinación para lograr sus siniestras intenciones.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn15" name="_ednref15" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[15]</span><!--[endif]--></span></a> En
este tenso ambiente algunos liberales, como el corresponsal en Cazorla de “El
Mensajero de las Cortes”, creían que no se estaban cumpliendo las medidas
prometidas por el Gobierno “para bien de los pueblos” de la comarca y que no se
hacía “nada de lo que convendría para que se conociesen las mejoras del nuevo
sistema.” Concluía su lamento afirmando que “si la censura aprieta y no deja
pasar verdades, callemos todos y venga cuando quiera Zumalacarregui.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn16" name="_ednref16" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[16]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Moreno fue detenido y
encarcelado en Granada, pero se fugó de la cárcel y se refugió en su tierra. El
corresponsal en Cazorla del Mensajero decía en el artículo antes citado, y de
ahí sus temores, que “Moreno el de Quesada, uno de los partidarios del
absolutismo que mandó una partida el año 23, se ha fugado de Granada donde
estaba preso, y dicen que con diez más proclama a Carlos 5º en estas sierras”.
El gobernador civil publicó una proclama explicando la situación: “El
bandido Luis Moreno, bien conocido en esta provincia por sus
atrocidades, hallándose preso en Granada logró fugarse y apareciendo en los
confines de este territorio en el día 19 del mes anterior, acompañado de otros
tres ilusos todos armados, pretendió alterar la dichosa tranquilidad que gozan
estos pacíficos y leales habitantes.” Informaba el gobernador que se habían
lanzado en su persecución una compañía de granaderos y otra de cazadores,
además del “destacamento de miqueletes destinado á la persecución de
malhechores.” También se habían puesto a disposición del Gobierno los pueblos
de Cabra del Santo Cristo, Quesada, Cazorla, Úbeda y Baeza que “corrieron á las
armas para conseguir su exterminio.” Confirmando los temores de que se le
unieran familiares y amigos, el gobernador comunicaba que en los primeros
enfrentamientos había sido capturado “por los valientes Urbanos de Quesada un
sobrino del Moreno, aprendiéndole además varias armas y efectos” Luis Moreno se
salvó “por haberse precipitado en la maleza de los bosques que solo pueden
penetrar las fieras, abandonando hasta el sombrero y la capa.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn17" name="_ednref17" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[17]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;">La
tensión en los pueblos era grande, especialmente en Quesada, de donde era
natural Moreno. El 3 de febrero el Ayuntamiento celebró una reunión
extraordinaria a la que fueron invitados junto a los regidores el cura párroco
Cesáreo Aguilera, el </span><span style="font-family: Arial;">Comandante de Armas
de la Villa y el de la Milicia Urbana. Ante la gravedad de la situación se acordó
constituir una comisión permanente en el Ayuntamiento, cuyos miembros se
turnarían para que hubiera algunos de ellos las 24 horas en el edificio.
Igualmente se acordó citar a “paisanos honrados” que auxiliaran a los miembros
de la comisión “que han de permanecer toda la noche y en las rondas que han de
dar con toda la vigilancia”. Acordaron también echar mano de “cuantos fondos
existan (…) para comprar municiones, pagar los portes y otros gastos
indispensables.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn18" name="_ednref18" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[18]</span><!--[endif]--></span></a>
El día 6 volvieron a reunirse para tratar del problema del correo, ya que se
temía que “la valija de la correspondencia pública pueda ser asaltada en la
casa del encargado”. Se decidió que este, José Antiñolo, que al parecer tampoco
era muy fiable, entregase la valija en el Ayuntamiento a los miembros de la comisión
de vigilancia y que allí se hiciera el reparto. Respecto al dinero, se acordó
utilizar los fondos producidos por el arriendo de las tierras de la Dehesa en
“la presente invernada”.<span class="MsoEndnoteReference"> <a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn19" name="_ednref19" title=""><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[19]</span><!--[endif]--></a></span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Moreno mientras tanto, y
tras la captura de su sobrino, seguía con sus andanzas. Contaba con apoyos.
Según el corresponsal en Úbeda de El Mensajero, el sacristán de Cabra de Santo
Cristo, trasladado poco antes desde la iglesia de Santo Tomás en Úbeda por sus
veleidades carlistas, fue descubierto robando objetos de plata de la parroquia
para entregarlos a la facción de Moreno.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn20" name="_ednref20" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[20]</span><!--[endif]--></span></a> De
alguno de los incidentes sucedidos durante los días en que Moreno andaba suelto
dio noticia la prensa de Madrid. El 13 de febrero un “cortijero de este pueblo
(Castril) fue a la sierra en aquel mismo momento a ver sus vacas y de repente
se encuentra con Moreno y sus secuaces”. Intentaron los fugitivos quitarle la
escopeta que llevaba, pero el cortijero se defendió y consiguió dar aviso a los
urbanos de Pozo Alcón, que salieron en su persecución.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn21" name="_ednref21" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[21]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-size: medium;">Moreno
fue finalmente capturado el día 16 “en las márgenes del Guadiana Menor” cerca
de Pozo Alcón. Al día siguiente, con orgullo y satisfacción, Francisco Tercero
Luengo, alcalde mayor de Quesada, se lo comunicaba por carta al gobernador
civil. Se habían presentado a él y “al señor comandante de escopeteros de
Andalucía D. Nicolás Molinero”, el alcalde de Pozo Alcón y un tal Juan de Dios
que al parecer fue el autor material de la captura de Moreno. Se habían
adelantado al grupo que lo traía preso “con la plausible noticia de la pronta
llegada a esta villa de este rebelde conducido por los urbanos y paisanos de
dicho pueblo.” A través del de Quesada, el alcalde de Pozo Alcón solicitó al
gobernador el indulto para Juan de Dios, pues era desertor del ejército.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn22" name="_ednref22" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[22]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">A las cinco de la tarde
del día siguiente, 18 de febrero, Luis Moreno fue fusilado “por la espalda”
(como traidor) en la Plaza pública de Quesada: “Por<i> </i>el inmenso gentío que ha venido de los pueblos
inmediatos a presenciar la justicia, se deja conocer que aquel cabecilla fue
mas criminal de lo que parece.” El comandante de los escopeteros, dando parte
al gobernador decía: “Parece increíble el encarnizado encono con que todos los
entusiasmados habitantes de los pueblos de la sierra de Cazorla á porfía la
montearon toda, hasta los parajes mas escabrosos, como en pos de animales
feroces, disputándose la gloria de ser los primeros á emplear sus armas contra
los enemigos de la Reina Nuestra Señora y de las libertades patrias.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn23" name="_ednref23" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[23]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQcbWWVGYS4cziSFQnWDbaf7uzwWhYdzcJXzDSQamUsfVx_pkh1nTOKd9u7VZ3xzRvLPUlGHo0eyvnzlaMedLG_eds2OYWOAsIvZOJ84dwjILxk3rCv9DlxEs5K6uaiKmAEKSojgi56TuZ/s696/prensa_0305.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="667" data-original-width="696" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQcbWWVGYS4cziSFQnWDbaf7uzwWhYdzcJXzDSQamUsfVx_pkh1nTOKd9u7VZ3xzRvLPUlGHo0eyvnzlaMedLG_eds2OYWOAsIvZOJ84dwjILxk3rCv9DlxEs5K6uaiKmAEKSojgi56TuZ/w400-h384/prensa_0305.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La muerte de Moreno en "El Diario Balear"<br /></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Tras la ejecución de
Moreno, convertida en espectáculo comarcano, la tranquilidad volvió a Quesada
durante un tiempo. Apenas hubo novedades en 1935, fuera de la supresión del
convento de los dominicos, que fue clausurado en el mes de julio junto a todos
los que en el resto del país tenían menos de doce frailes.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn24" name="_ednref24" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[24]</span><!--[endif]--></span></a>
Desde entonces el caserón que dominaba el centro del pueblo quedó vacío, hasta
que unos años después se trasladaron allí las escuelas y los almacenes del
Pósito Municipal, y bastantes años después el mercado. Al año siguiente se
inició la segregación de Larva que fue separada del término de Quesada para
incluirla en la de Cabra del Santo Cristo. A finales del verano de 1836, mientras
el general Serrano Bedoya acumulaba méritos y ascensos combatiendo a los
carlistas en Cataluña, la guerra pasó cerca de Quesada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Miguel Gómez Damas,
natural de Torredonjimeno, fue un militar de convicciones realistas. Desde el
primer momento se unió a la sublevación carlista. En junio de 1836 partió de
Amurrio (Álava) al frente de una columna con la que durante los meses
siguientes recorrió toda la Península, desde Santiago de Compostela hasta
Algeciras. La llamada Expedición Gómez causó sensación y sorpresa no solo en
España; la prensa europea del momento se hizo eco, casi día a día, de sus
andanzas y de la impotencia del ejército isabelino para detenerlo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El 23 de septiembre Gómez
entró en Jaén por Chiclana de Segura procedente de la Mancha. Esa noche
pernoctó en Villanueva del Arzobispo. Al día siguiente entró en Úbeda y al otro
en Baeza. Salió de la provincia por Andújar camino de Córdoba, a donde llegó el
día 30. Antonio Pirala en su “Historia de la Guerra Civil”, dice que “se
apoderó Gómez en su tránsito de los caudales públicos y efectos estancados que
le convenían, del armamento y fornituras de gran número de los milicianos, de
caballos, y cuanto fue su voluntad, vejando, como es consiguiente, á las
pueblos, con sus crecidas exacciones.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn25" name="_ednref25" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[25]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El alboroto y temor en
todos los pueblos cercanos a la marcha de Gómez fueron tremendos. En los plenos
del Ayuntamiento de Quesada celebrados en esos días se reflejan las órdenes del
gobernador y del comandante militar de la provincia apercibiendo a los
ayuntamientos para que movilicen hombres y recursos en prevención ante la
cercanía de la columna. No pasaron los de Gómez por Quesada y aquí la cosa
quedó en un susto. Pasaron, esos sí, los presos de la cárcel del Partido,
entonces en Villacarrillo, cuyo juez decidió evacuarlos a Baza ante la
proximidad del carlista. Al efecto se recibió un oficio del juez de 1ª
instancia avisando a los pueblos a fin de que tuvieran previsto su paso y el
aprovisionamiento de raciones.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn26" name="_ednref26" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[26]</span><!--[endif]--></span></a>
Casualmente Quesada estaba en aquellos días de elecciones municipales,
previstas para el día 25. Como pueblo comprendido entre los 1.000 y 4.000
vecinos le correspondía elegir a dos alcaldes (el segundo era teniente de
alcalde), ocho regidores y dos procuradores síndicos. Gómez pasó de largo, las
elecciones se celebraron y resultó elegido D. Nicolás Cano como alcalde
primero.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn27" name="_ednref27" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[27]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Por un par de meses la
tranquilidad regresó al pueblo, pero el 14 de diciembre de nuevo la guerra se
acercó a Quesada, esta vez con tiros. En la madrugada “protegidos de la hora y
una densa niebla” se escucharon disparos. La partida carlista encabezada por
Chinchilla y Mongero atacó Quesada con 90 soldados a caballo y 40 o 50 a pie,
según el comandante de la Milicia Nacional. La defensa fue dirigida por este
comandante y por el flamante alcalde Nicolás Cano. A la Milicia se unieron
otros vecinos del pueblo. El tiroteo en las calles del pueblo se prolongó unas
dos horas hasta que los facciosos<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn28" name="_ednref28" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[28]</span><!--[endif]--></span></a> abandonaron
el campo marchando en dirección norte. En su informe al jefe militar de la
provincia, el comandante de Quesada informó que los facciosos habían tenido ocho heridos, entre ellos
Mongero, y habían perdido tres caballos. No dice nada de bajas propias.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn29" name="_ednref29" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[29]</span><!--[endif]--></span></a> El
comandante de armas de Baza informó a su vez al capitán general de Granada que
en Pozo Alcón, ante la noticia de que “la villa de Quesada había sido acometida
por una facción”, el alcalde y los vecinos se había puesto en alerta “resueltos
a defenderse si los atacan los facciosos”. Desde Baza se ordenó a la Milicia
Nacional de Zújar “ponerse sobre las armas” por si era preciso prestar ayuda a
Pozo Alcón. Ya en enero el capitán general de Granada comunicó al comandante de
Baza que la partida de Chinchilla había quedado “reducida a la nulidad
sufriendo una constante persecución” y que no había “temor por ahora de que
intenten entrar en ningún pueblo”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn30" name="_ednref30" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[30]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrYd36GMstwcbc6sTs26jPwfuNcMxO0vRSHm8alxdWlee56FPszRDSIVW6Xap4cVFjWX0w9Oyw0TRMOm_7FyXZGuhJen-TWU0wAZSvOqwubMIL8DZ2XzVe5WO8IZlYggXwLWXgObIkw6Vy/s2048/1836-00-00.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1418" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrYd36GMstwcbc6sTs26jPwfuNcMxO0vRSHm8alxdWlee56FPszRDSIVW6Xap4cVFjWX0w9Oyw0TRMOm_7FyXZGuhJen-TWU0wAZSvOqwubMIL8DZ2XzVe5WO8IZlYggXwLWXgObIkw6Vy/w444-h640/1836-00-00.jpg" width="444" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El libro capitular de 1836<br /></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En 1837 la llamada Expedición
Real, mandada personalmente por el pretendiente Carlos, estuvo a punto de tomar
Madrid en septiembre, aunque no lo
consiguió por su propia y desconcertante indecisión. Mientras, un joven
Francisco Serrano Bedoya combatía a los carlistas a las órdenes del general
Espartero, del que poco después fue nombrado ayudante de campo. Aunque la
guerra seguía en el Norte, en Cataluña y Aragón, en Quesada, y en general en la
comarca y provincia, fue un año bastante tranquilo. Como dice el lugar común, fue
la calma que precede a la tempestad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En los primeros días de
enero de 1838 se dio lectura en pleno municipal a una circular de la Diputación
mandando que “se excite y estimule el patriotismo de la juventud y alistarse
para servir en el ejército de reserva que se ha de formar en esta provincia”.
Para su cumplimiento el Ayuntamiento acordó pregonar un edicto para que al
siguiente día festivo acudiesen los mozos a la Plaza a fin de transmitirles el
mensaje, “para cuya operación concurrirá el Sr. comandante de armas y Milicia
Nacional para que por su parte contribuya para dicha invitación.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn31" name="_ednref31" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[31]</span><!--[endif]--></span></a>
Pocos días después, y aunque sin relación con la guerra, la Junta de Enajenación
de edificios y efectos de conventos suprimidos cedió, para que se instalase la
escuela, las habitaciones del piso superior del claustro del convento, cerrado
y sin uso hacía ya tres años. Las escuelas de niños se mantuvieron en este
lugar hasta finales de los años cuarenta del siglo XX. En la misma comunicación
la Junta de Enajenación pedía que se le enviaran para su venta “las dos
campanas que pertenecían al de Santo Domingo de esta villa.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn32" name="_ednref32" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[32]</span><!--[endif]--></span></a> <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
26 de enero se reunieron en Alcaraz (Albacete) las columnas carlistas de don
Basilio y Tallada. Antonio Tallada Romeo, militar carlista natural de
Ulldecona, fue encargado por el general Cabrera del mando de una expedición que
recorriera Murcia y La Mancha. Basilio García Velasco, conocido como don
Basilio el de Logroño, salió desde la Rioja al frente de otra expedición que
iba desplazándose de un lugar a otro en función de los acontecimientos, como
era corriente en las columnas carlistas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn33" name="_ednref33" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[33]</span><!--[endif]--></span></a> Juntos
intentaron penetrar en Andalucía. El 31 pasaron a Orcera y el 2 de febrero a
Villanueva del Arzobispo. Enfrente tenían a las tropas del mariscal de campo
(general de división) Laureano Sanz Alfeirán, que pocos años después sería
ministro de la Guerra con Narváez.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial;">Don
Basilio y Tallada bajaron por Villacarrillo y Torreperogil para entrar en Úbeda
el día 4. Esa noche no permanecieron juntos, Tallada marchó a ocupar Baeza mientras don Basilio permaneció en
Úbeda. El general don Laureano Sanz, cuando supo que se habían separado, se
interpuso entre ellos situándose en el llano que separa ambos pueblos. Atacó
primero a la columna Tallada “a la que derrotó haciéndola considerable número
de prisioneros (…) La de don Basilio formó á la salida de Úbeda frente á Baeza
y apoyó la retirada de Tallada, emprendiéndola ambas columnas por Torre de
Pedro Gil” Vadearon el Guadalquivir por la parte del Puente de la Cerrada
llegando a Cazorla esa noche, día 5, donde pernoctaron.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn34" name="_ednref34" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[34]</span><!--[endif]--></span></a>
Según el parte de guerra del general Sanz, “los enemigos perdieron 10 hombres
entre muertos, heridos, pasados y prisioneros, dejando mucho mayor número de
armas y cananas esparcidas en
los campos teatro de las operaciones.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn35" name="_ednref35" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[35]</span><!--[endif]--></span></a></span><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Aquella
noche, estando los carlistas en Cazorla, el Ayuntamiento de Quesada se reunió
en sesión extraordinaria. A la vista de la situación y “atendiendo órdenes
superiores”, acordaron el alcalde y los concejales que, en caso de ser
invadidos, se retirarían llevando consigo todos los fondos que hubiera para
evitar que cayeran en manos de los carlistas. Pero “no pudiendo dejar el pueblo
abandonado” y sin “personas de alguna representación”, nombraron una “junta
auxiliar interina” de vecinos que se hicieran cargo del mando en ausencia de la
corporación. Formaban parte de la misma el párroco Cesáreo Aguilera, el capitán
retirado Domingo Díaz, Tomás Bello, padre del que luego fue maestro y pintor de
obras religiosas Isidoro Bello y los propietarios José de Mora y Salvador
Segura. Además, Santiago Vicente García, de joven liberal y furibundo carlista
después, personaje del que luego hablaremos. Por la composición de la Junta se
aprecia que intentaron designar personas que, a su juicio, impusieran algo de respeto
a los invasores.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn36" name="_ednref36" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[36]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Finalmente
no hubo necesidad de abandonar el pueblo y poner los dineros a salvo porque don
Basilio y Tallada salieron de Cazorla la madrugada del día 6. Guadalquivir
adelante llegaron a Hornos y al día siguiente durmieron en Santiago de la
Espada.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn37" name="_ednref37" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[37]</span><!--[endif]--></span></a> El
general Laureano Sanz pasó con sus tropas a Quesada el día 6. La presencia de
los soldados siempre suponía un gran impacto en el pueblo. No solo porque la
Plaza, entonces diáfana y sin árboles, un poco más pequeña porque entonces la Explanada
estaba ocupada por la antigua casa de la Tercia, estaba ocupada por tiendas de
campaña, militares y caballos. Para el Ayuntamiento y por tanto para los
vecinos, la estancia de los militares suponía un gasto considerable pues las
raciones de aprovisionamiento para hombres y animales corrían por cuenta del
pueblo por el que pasaban. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial;">La mañana del día 7 Laureano
Sanz salió de Quesada persiguiendo a los carlistas, de los que tenía noticias
se movían por la parte de Segura de la Sierra. De forma bastante triunfalista
el general informaba en su parte diario que “l</span><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;">a pérdida del enemigo se calcula hasta el día en
mas de mil hombres, entre muertos, heridos, prisioneros y pasados: estos
continúan presentándose á cada momento. Se han recogido gran número de fusiles
y demás efectos de guerra que quedaron en el campo para que puedan utilizarse
en el cuerpo de reserva.”</span><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn38" name="_ednref38" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[38]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"> A causa del temporal don
Basilio no logró tomar Segura y retrocediendo por Santiago abandonó la
provincia llegando el día 11 a Nerpio, en Albacete, pasando al día siguiente
con grandes dificultades a Yeste. El 16 pasaron por Puebla de Don Fadrique
pernoctando en Huéscar. Allí se separaron y el coronel Tallada con su división abandonó
la zona.<span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn39" title="">[39]</a></span><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn39" title=""><!--[endif]--></a></span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span class="MsoEndnoteReference"><br /></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"></span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifVj2Olpk-GFmZbTxHX-1xNs4W6L7iyTkttN37qehmuAI0Z5urK1spBd-xSpGGRC44-tC4epEr3Y01R0Uu6pJRdEdbKrbrRi7l3cxMKmOHYaOiY6hvqLHdH1FXGmE1KtayJPvtaCETyqCy/s1812/_Retrato_de_Laureano_Sanz_Alfeir%25C3%25A1n_Material_gr%25C3%25A1fico__1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1812" data-original-width="1240" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifVj2Olpk-GFmZbTxHX-1xNs4W6L7iyTkttN37qehmuAI0Z5urK1spBd-xSpGGRC44-tC4epEr3Y01R0Uu6pJRdEdbKrbrRi7l3cxMKmOHYaOiY6hvqLHdH1FXGmE1KtayJPvtaCETyqCy/w274-h400/_Retrato_de_Laureano_Sanz_Alfeir%25C3%25A1n_Material_gr%25C3%25A1fico__1.jpg" width="274" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El general Laureano Sanz<br /></td></tr></tbody></table><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><br /><span class="MsoEndnoteReference"><br /></span></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Económicamente la guerra
no solo repercutía en el Ayuntamiento y en los vecinos como gastos de
avituallamiento, sino mediante impuestos especiales para gastos militares. El
26 de febrero la Subdelegación de Hacienda del Partido de Baeza, de donde
dependía Quesada a efectos fiscales, remitió un oficio al Ayuntamiento
ordenando que en el término de 6 días se le remitiese el padrón o lista de
contribuyentes afectados por la “Contribución extraordinaria de Guerra y en el
término de 15 días el importe total de la misma.” El Ayuntamiento contestó
alegando que el padrón no se había formado “por las interceptaciones que ha
habido y hay en la actualidad por las tropas enemigas y nacionales.” Y que como
no había tiempo para cumplir el plazo, se formaría “tan pronto luego como se
vea libre este territorio de estas invasiones y ocupación de tropas.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn40" name="_ednref40" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[40]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Don
Basilio, ya sin Tallada, volvió a entrar en la comarca desde Castril atravesando
Pozo Alcón, Hinojares, Arroyo Molinos y Poyatos (Huesa), marchando hasta Peal por
el antiguo cordel o camino de los Arrieros evitando Quesada, donde temía la
presencia de tropas enemigas. Desde Peal cruzó el Guadiana alcanzando Jódar la
noche del día 20. Al día siguiente cruzó el Guadalquivir dirigiéndose hacia el
norte, pasando Despeñaperros el día 24.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn41" name="_ednref41" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[41]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Laureano Sanz no salió
tras don Basilio, sino que se quedó en la comarca persiguiendo a los restos de
las facciones carlistas que había quedado dispersas por la zona. En su parte de
guerra firmado en Pozo Alcón el 1 de marzo, informaba que “los Nacionales de
Quesada y Cazorla persiguieron á los insignificantes restos de Tallada,
habiendo aprehendido al cabecilla titulado la Diosa con algunos rebeldes mas.”
Manifestaba el mariscal de campo su satisfacción por “el buen espíritu público
del país, pues hasta los habitantes de los mas recónditos cortijos salen
persiguiendo á los fugitivos y van presentando á los que capturan.” El día 5
Sanz estaba en Quesada con un importante grupo de prisioneros: dos jefes, dos
capitanes, siete subalternos, 11 sargentos y 33 cabos y soldados.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn42" name="_ednref42" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[42]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Como vemos, durante todas
estas semanas hubo en Quesada un continuo trasiego de tropas y prisioneros
mientras muchos vecinos de la Milicia Nacional recorrían las sierras en busca
de rebeldes. Estas novedades, que rompían
la monotonía del pueblo y despertaban el interés de la chiquillería, en el
resto del vecindario inspiraban preocupación y temor. No solo por el riesgo
propio de los enfrentamientos armados, sino por la brutalidad que se les
suponía a los invasores. Aunque la columna de don Basilio inició su expedición
con tropas más o menos regulares, durante sus correrías se le fue uniendo
gente, unos por ideología, otros muchos por afanes menos nobles. Dice Antonio Pirala
que “tan vandálico era el proceder de la mayor parte de los carlistas que se le
agregaron á don Basilio“ que cuando informaron al pretendiente don Carlos del
descalabro de sus fuerzas en esta tierra afirmó encolerizado: “Las tropas de
Aragón (Tallada), cobardes é insubordinadas, huyen a la vista del enemigo, y
atropellan y roban cuanto encuentran. Las fuerzas de la Mancha (don Basilio)
son aun peores; sus jefes, oficiales y soldados, no son más que unos
facinerosos... Prefiero la muerte á tener á mis órdenes semejantes forajidos
que no conocen ni religión ni rey; son ladrones y nada mas...”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn43" name="_ednref43" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[43]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Tan
pronto acabó la batalla de las armas empezó en Quesada otra, la electoral.
Siguiendo las instrucciones del gobernador se convocaron elecciones
municipales. No se piense en nada parecido a lo que conocemos hoy, por ser
diferentes no existían ni candidatos y las secciones o distritos electorales
eran las parroquias. Se elegían compromisarios que a su vez nombraban a los
miembros del nuevo Ayuntamiento. En Quesada era 15 los compromisarios a elegir
y se convocó a los vecinos para que acudieran el domingo 18 para proceder a su
elección. En el caso de Huesa, que tenía parroquia propia, se comisionó a un
concejal para que se desplazase al lugar y “presida la Junta electoral que en
aquella debe formarse y enseguida unirlos los votos (de la parroquia de Huesa) a la general votación que en esta se haga.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn44" name="_ednref44" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[44]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
siguiente domingo, día 25, los 15 comisionados electores designaron a su
criterio, entre todos los vecinos, los miembros del nuevo Ayuntamiento. Resultó
elegido alcalde José de Mora. Los tiempos no estaban tranquilos y ejercer un
cargo municipal en el Ayuntamiento isabelino podía suponer un riesgo personal
en el caso de una nueva incursión carlista. Buena parte de los nombrados (Sabas
de Jila, Joaquín Lara, Antonio Ribera, Francisco Conde, Juan Luis Monterreal y
el propio José de Mora) intentaron rechazar el nombramiento alegando distintos
motivos de incompatibilidad. Pero aún figurando estas reclamaciones en el acta,
el Ayuntamiento se constituyó. No hubo problema en el nombramiento de alcaldes
pedáneos en las aldeas de la jurisdicción, que entonces eran Huesa, Belerda,
Arroyo Molinos, Lacra y Guadiana (Collejares), Cherrín y Tarahal, estas últimas
hoy día lugares abandonados en el término de Huesa, cerca de Cortijo Nuevo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn45" name="_ednref45" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[45]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span style="font-size: medium;">Con
la huída de don Basilio despareció el peligro pero la Milicia Nacional de los
pueblos de la comarca se mantuvo en alerta. El 27 de agosto la facción de
Morillas, con una fuerza muy inferior a empleada en febrero (10 caballos y de
70 á 80 infantes) intentó acometer Cazorla. Según su alcalde el objetivo bien
pudo ser liberar a los numerosos presos carlistas que había en la cárcel desde
los sucesos del invierno. Hubo alarma, toque de generala y un tiroteo que duró alrededor
de tres horas. Los nacionales de Cazorla consiguieron rechazar a “aquellos
caribes”, que abandonaron su intento no sin saquear “parcialmente” La Iruela durante
su retirada. Los nacionales de Quesada fueron avisados pero para cuando
llegaron, a las 10 de la mañana del día siguiente, ya habían huido los
facciosos y no pudieron “tomar parte en el combate, cual lo habrían hecho si á
tiempo hubiera podido trasmitírseles la noticia de la invasión.” No obstante se
dio “un refresco á estos valientes”. Este alcalde, Manuel Martín Olivencia,
debía tener tentaciones literarias y compuso una proclama que se publicó en la
Gaceta y que por su estilo ampuloso y barroco resulta bastante pintoresca a
nuestros ojos. Valga de ejemplo el párrafo final dedicado a los de Quesada:
“Loor á tan dignos defensores de la segunda Isabel y libertades patrias, y loor á nuestros vecinos y amigos los valientes Nacionales de
Quesada que en recíproca correspondencia han venido en nuestro socorro, y sentido no haber llegado á tiempo
de ejercer su valor.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn46" name="_ednref46" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[46]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;">El
tal Morillas, que debía de ser un cabecilla menor (Antonio Pirala ni lo
nombra), siguió por estas tierras hasta que el 21 o 22 de octubre fue muerto en
un cortijo cerca de Villacarrillo. En el
</span><span style="font-family: Arial;">Boletín extraordinario de la
provincia de 25 del mismo mes lo comunica, desde Quesada, el nuevo jefe militar
del ejército gubernamental, el general </span><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;">Carlos González Llanos. En un parte de Guerra posterior
el general Llanos, también desde Quesada, informó que el cabecilla José Moreno,
alias el Fraile, había sido desalojado por sus tropas “de las inmediaciones de
Quesada, pueblo de su naturaleza.” Escapó a la sierra siendo perseguido hasta
que se le localizó y tiroteó “en la aldea de Bujaraiza”. Dice Llanos que su
cadáver fue conducido a Hornos y “expuesto en la plaza al público.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn47" name="_ednref47" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[47]</span><!--[endif]--></span></a> Es
evidente que este José Moreno era pariente del antes mencionado Luis Moreno. Su
presencia en las inmediaciones Quesada muestra que se mantenía el foco carlista
alrededor de sus parientes y partidarios, como ya hemos visto que temía el
Ayuntamiento en 1835.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span style="font-size: medium;"></span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqpwI2Eybt-cmvUoKFyN8Yq-zclbVqhG1vOKQWghhaLjlv7okWRTpM-iuFkhiVDIhiwSdsdHLdGmIazcrvcZ9WN1F4nzqALZYLJ9c4rFeL-a4bTZ1AOlyVPY0RE3Wum1qKIERDnQ0Z5cgU/s800/800px-Tropas_Reina_1-album.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="634" data-original-width="800" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqpwI2Eybt-cmvUoKFyN8Yq-zclbVqhG1vOKQWghhaLjlv7okWRTpM-iuFkhiVDIhiwSdsdHLdGmIazcrvcZ9WN1F4nzqALZYLJ9c4rFeL-a4bTZ1AOlyVPY0RE3Wum1qKIERDnQ0Z5cgU/w400-h318/800px-Tropas_Reina_1-album.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Uniformes de soldados isabelinos que tanto <br />debieron llamar la atención en Quesada.<br /></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;"><span style="font-size: medium;"><br /> </span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial; font-size: large;">Quesada
no volvió a tener otro año con la intensidad bélica que este 1838. Al año
siguiente, el Abrazo de Vergara entre Espartero y Maroto puso fin a la primera
guerra carlista. La segunda (1846-49), focalizada en Cataluña, apenas tuvo
repercusión en Andalucía. En Quesada no conozco noticia alguna salvo un
incidente menor que quizás esté más relacionado con el bandolerismo que con la
guerra. El 20 de marzo de 1847 el </span><span style="font-family: Arial; font-size: large;">juez de 1ª Instancia, entonces en Villacarrillo,
avisó “de la aparición de 9 hombres sospechosos en la sierra de Pozo Alcón,
Cazorla y esta villa.” El alcalde dispuso 42 hombres armados que junto a los
guardias civiles del destacamento, instalado en Quesada un año antes, y los
escopeteros de Pozo Alcón, “recorrieran los puntos más sospechosos de la
sierra”. No se dio con ellos, solo con “dos rateros, uno con un arma muy corta
y el otro desarmado” dedicados al robo de ganado, que tampoco pudieron ser
prendidos y escaparon.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn48" name="_ednref48" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span class="MsoEndnoteReference">[48]</span></span></a></span></p>
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">En
mayo de 1856 murió Santiago Vicente García, que como ya se ha visto fue miembro
de la Junta que se nombró en 1838 para hacerse cargo del pueblo en el caso de
invasión y desalojo del pueblo por el Ayuntamiento. Su muerte fue recogida por
la prensa de Madrid y especialmente por “La Esperanza”, un periódico ultracatólico
y órgano oficioso de los carlistas que se habían reintegrado a la legalidad
tras el fin de la primera guerra civil carlista: “el 18 del actual falleció, a
la edad de 74 años, en su pueblo, la villa de Quesada, provincia de Jaén,
nuestro apreciable amigo el Sr. D. Santiago Vicente García, escritor
aventajado, humanista y filósofo distinguido”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn49" name="_ednref49" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[49]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Santiago
pertenecía a una familia establecida en Quesada en 1823 cuando su padre, Manuel
Vicente Moreno, fue nombrado alcalde mayor por la Chancillería de Granada. La
familia se integró rápidamente en la vida del pueblo. Su hermana Ángela se casó
con el rico propietario Juan Antonio Conde. Su hermano Manuel ejerció de
abogado y fue comisionado de la Diputación en los expedientes de separación y
división de términos de Huesa (de Quesada) y Peal (de Cazorla). Santiago fue liberal
en su juventud pero fue evolucionando hasta posiciones carlistas y
extraordinariamente conservadoras.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn50" name="_ednref50" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[50]</span><!--[endif]--></span></a> Se
dedicó a la enseñanza y hacia mediados de siglo, y hasta bastantes años después
de morir, sus obras eran utilizadas como libros de texto oficiales por toda
España. Escribió una “Gramática de la Lengua Española” muy comentada en su
momento, “Examen crítico de la nueva gramática castellana de la Real Academia
Española” y “Gramática latina con cuadros sinópticos para facilitar su
estudio”. También textos de otras materias como “Instrucción religiosa”, de
1854 y “Lecciones preliminares para el estudio de las ciencias”, de 1856, ya al
filo de su muerte.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Como
figura del carlismo quesadeño es necesario traerlo aquí, pero es un personaje con
el suficiente interés para dedicarle en su momento una entrada propia. No deja
de ser sorprendente que desde Quesada, escribiera artículos nada menos que sobre
política internacional. Los publicaba “La Esperanza” y su lectura acredita la
buena información que tenía sobre estos asuntos, impropia de una persona que
vivía en un pueblo entonces mucho más remoto y aislado que hoy. Destacan los
dedicados a la guerra de Crimea como “Costumbres de los antiguos rusos y
cambios que han experimentado”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn51" name="_ednref51" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[51]</span><!--[endif]--></span></a> y
“Origen del Imperio Otomano”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn52" name="_ednref52" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[52]</span><!--[endif]--></span></a> En
ellos, y desde un punto de vista ultraconservador, nuestro paisano defiende a
los rusos y se posiciona contra los turcos y sus aliados ingleses y franceses,
a los que llama “liberales algodoneros”. Es sin duda un interesante personaje
en la Quesada del siglo XIX al que “La Esperanza”, en la reseña de una de sus
obras, calificaba con algo de exageración como “uno de los mejores latinos de
España”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn53" name="_ednref53" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[53]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUYlLSAK0wekOZYjYlffFbXNXMRh8YS4U252zpe9n-sJAfqe51u3uG0QX-vurJNxREAAYQEtp7Puf6RJk4hElo1dz1pIE9i5KVncnzOBvK3iddtnT2aJTh6P_mUiJvzP9LHspcBGX8P5vw/s758/Lecciones+preliminares+para+el+estudio+de+las+Ciencias.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="758" data-original-width="487" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUYlLSAK0wekOZYjYlffFbXNXMRh8YS4U252zpe9n-sJAfqe51u3uG0QX-vurJNxREAAYQEtp7Puf6RJk4hElo1dz1pIE9i5KVncnzOBvK3iddtnT2aJTh6P_mUiJvzP9LHspcBGX8P5vw/w258-h400/Lecciones+preliminares+para+el+estudio+de+las+Ciencias.jpg" width="258" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Portada de la última obra de <br />Santiago Vicente García.</td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
carlismo siguió existiendo en Quesada en la segunda mitad del siglo como
movimiento minoritario de carácter ultraconservador y católico. Pero ya se
redujo al ámbito político, no volvió la guerra, casi, en ningún momento. Solo hubo
un incidente menor durante la tercera guerra carlista, ya al final de la I
República y siendo ministro el general Serrano Bedoya. Ocurrió en octubre de
1874. El carlista Miguel Lozano Herrera alborotó las provincias de Murcia,
Albacete y norte de Granada, amenazando con entrar en Jaén. Eran otros tiempos
y otras formas de sublevarse, de manera que entre sus hazañas cuenta el asalto
a un tren, en Hellín, mediante el que consiguió un buen botín e importantes
rehenes. Su columna fue completamente desbaratada en Bogarra, Albacete, el 12
de octubre. Lozano consiguió escapar dándose a la fuga con la intención de
refugiarse en Gibraltar. No lo consiguió porque fue identificado y capturado en
Linares, siendo fusilado días después.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
día 4 de octubre el alcalde Ramón Serrano Bedoya, hermano del general y
ministro, hizo constar en acta: "Ayer se presentó una columna del Ejército
en persecución del carlista Lozano habiéndose ocasionado grandes gastos para
raciones de caballerías y soldados y por los propios que han pasado a los
pueblos cercanos con comunicaciones sobre el paradero de la facción. Han salido
esta mañana para Beas de Segura llevándose 40 bagajes que debe pagar el Ayuntamiento
según dijo el jefe de la fuerza.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn54" name="_ednref54" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[54]</span><!--[endif]--></span></a> Y no
hubo más; los daños de este último suceso guerrero fueron solo económicos. El
chiquillerío volvió a disfrutar con el espectáculo de los uniformes, los caballos
y la parafernalia de la tropa acampada en la Plaza.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Tras
la I República, en la Restauración borbónica, el Ayuntamiento estuvo controlado
por los dos partidos dinásticos. No obstante, parte de los ardores políticos
anteriores perduraron y existieron en Quesada, más o menos organizadas,
agrupaciones del Partido Republicano Federal y del partido Demócrata
Progresista (Castelar), cuyo jefe local fue el perito de montes Ricardo Moreno,
miembro también de la logia masónica quesadeña La Luz. Por lo que respecta a
los carlistas, el 30 de agosto de 1895 se constituyó el comité local del
Partido Integrista. Este partido fue fundado por Ramón Nocedal como una
escisión por la derecha del carlismo oficial, al que consideraba demasiado
cercano a los liberales. Su órgano de prensa fue “El Siglo Futuro” y en Jaén el
“El Pueblo Católico”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">La
fundación del partido en Quesada, “hermosa y apartada villa que tanto ama á
Nuestra Señora de Tíscar”, fue saludada con barroco entusiasmo por “El Pueblo
Católico”: “Gracias á Dios, nuestro trabajo no es estéril. Allá en las rocas y
verdes montes de Tíscar, levantase hoy un puñado de hombres de bien, en cuyos
pechos ha caído y arraiga la semilla del integrismo”. En la junta de
constitución del partido fue elegido presidente del comité local Juan Antonio
del Águila y Ribera, propietario, hermano de la Virgen y con anterioridad varias
veces concejal. Se da la circunstancia, quizás paradójica, de que fue uno de
los concejales elegidos por sufragio universal en las municipales de septiembre
de 1873 durante la I República. El vicepresidente primero fue Francisco Pérez
Herreros, natural de Ortigosa de Cameros (La Rioja), comerciante y tesorero de
la Cofradía. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Salvo
los dos anteriores, el comité estaba formado por personas sin demasiada
relevancia social. Eran pequeños propietarios y algún menestral como Francisco
Alarcón, herrero y encargado del reloj, curiosamente también por nombramiento
del Ayuntamiento republicano. Los grandes propietarios, y en general las
fuerzas vivas, participaban en los partidos dinásticos conservador y liberal,
que era donde estaba el poder. El carlismo se movía en los confines del sistema
y no lo tocaba siquiera. Como dijo Juan Antonio del Águila en su discurso
inaugural, “demasiado sabéis que aquí no se reparten dulces, ni esperanzas,
esto es, colocaciones y destinos.” Sí que hay en el comité integrista una buena
representación de personal eclesiástico (cura coadjutor, sacristán, sochantre…),
acreditando la mano que seguramente tenía en el partido Leandro Jiménez Pérez, el
párroco. Y por supuesto que la mayoría de ellos eran hermanos de la Cofradía. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
presidente del comité exhortó en su discurso a los afiliados a “desechar el
espíritu de egoísmo y ambición, que es la hidra que destroza y mata á los
partidos liberales (los dos partidos dinásticos)” y remataba con estas
palabras: “probemos una vez más que en los alcázares derruidos de Quesada y en
los peñascos de Tíscar nacen con toda vida hijos que por sus venas corre la
sangre ardiente y cristiana que derramaron nuestros mayores en esta comarca,
preparada para asiento de la santa Religión del Crucificado. He dicho.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn55" name="_ednref55" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[55]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">El
21 de octubre del mismo año se celebró en el Casino Español de Jaén una
asamblea provincial integrista presidida por el fundador del partido, Ramón
Nocedal. Uno de los intervinientes fue Juan Antonio del Águila, que habló en
nombre de “las juntas católicas nacionales constituidas en los pueblos del
distrito de Cazorla, como son Quesada, Huesa, Hinojares y Pozo-Alcón.·En su
recargado y barroco discurso se arrogó la fundación de estas juntas locales
para inmediatamente reconocer que el mérito realmente correspondía a la Virgen:
“No creáis que yo he organizado las Juntas que aquí presento por mis solas
fuerzas y simpatías, no, señores; esta es una obra que muy principalmente se la
debemos á Aquélla en cuyas manos ponemos todas las empresas arduas de nuestra
región, y sabéis quién es ésta, pues es nuestra Madre Patrona la Santísima
Virgen de Tíscar.” Se refiere también a un viaje que hizo a Roma, en tiempos de
Pio IX (es decir, antes de 1878, fecha de su muerte), llevando el estandarte de
la Cofradía, de la que era hermano: “enarbolando el antiguo y tradicional de
nuestra Patrona de Tíscar, en la gran Basílica de San Pedro en Roma.” Ignoro si
en las actas de la Cofradía, que no he manejado, se menciona este viaje y si
fue meramente personal de Juan Antonio o llevaba alguna representación de la
Cofradía como parece lógico si llevaba un estandarte.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn56" name="_ednref56" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[56]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjudy9WoW97FBfxNwaw0ppnuX2t8iS_wDFqW051F5iKhcr5k1N4OVstgIYFJOwaaucDL7fJ8cG55kM-e07Y2JcFmtqB2df-WvwBBA_AK4La0Ic13bb_jUlY4b9ChRPFVgqu8x8vtliNA754/s1962/1895-08-10+Comit%25C3%25A9+Cat%25C3%25B3lico+Integrista+de+Quesada+1895.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1513" data-original-width="1962" height="494" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjudy9WoW97FBfxNwaw0ppnuX2t8iS_wDFqW051F5iKhcr5k1N4OVstgIYFJOwaaucDL7fJ8cG55kM-e07Y2JcFmtqB2df-WvwBBA_AK4La0Ic13bb_jUlY4b9ChRPFVgqu8x8vtliNA754/w640-h494/1895-08-10+Comit%25C3%25A9+Cat%25C3%25B3lico+Integrista+de+Quesada+1895.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">La noticia del comité integrista de Quesada<br /></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">De
los años siguientes no conozco noticias directas de este Comité Integrista. No
obstante “El Siglo Futuro” siguió publicando noticias de Quesada hasta bien
entrados los años treinta del siglo XX,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn57" name="_ednref57" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[57]</span><!--[endif]--></span></a> señal
evidente de que hasta ese momento había en el pueblo personas de su cuerda. A
finales del año 1900 tuvo lugar una de las últimas insurrecciones carlistas
antes de la sublevación de Navarra en 1936. Es conocida como la Octubrada y se
inició en Badalona extendiéndose, sin mucha fuerza, por otras partes del país. En
Andalucía solo tuvo alguna repercusión el Jaén. Según la prensa madrileña un
grupo de conspiradores, armados con pistolas y explosivos fueron sorprendidos
entre Ibros y la Estación de Linares por una pareja de guardias civiles. Fueron
detenidas 13 personas aunque algunos escaparon. Se organizó un buen revuelo y hubo
detenciones en Jaén, Linares y Úbeda. Desde Sevilla se trajo al batallón de
cazadores de Segorbe para controlar Despeñaperros (un tic de las guerras
anteriores, cuando las partidas volantes carlistas iban se movían con rapidez
de un lugar a otro). Fueron clausurados los casinos carlistas de algunos
pueblos y se suspendió la publicación del periódico “El Pueblo Católico”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Según
González Calleja se produjo un conato de insurrección “en los alrededores de
Quesada (línea férrea Linares-Almería).”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn58" name="_ednref58" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[58]</span><!--[endif]--></span></a> No
he conseguido aclarar a que se refiere. Quizás el asunto esté relacionado con
la alarma que se produjo cuando un grupo de hombres “sospechosos” preguntó en
la estación de Jódar el horario del tren. Se interpretó que pretendían cortar
la vía. Al parecer era un grupo de soldados de Segorbe, vestidos con el traje
“de mecánica,” que volvían a Linares.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn59" name="_ednref59" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[59]</span><!--[endif]--></span></a>
Según el periodista y antiguo diputado Fernando Boccherini, que casualmente
estaba por estas tierras, el jefe del grupo que fue detenido cerca de Ibros y
que se dio la fuga, era de Poyatos
(sic), Huesa. Su hijo de 12 años Bonifacio Pérez González que le acompañaba en
la aventura sí fue detenido. Como curiosidad decir que fue acusado de organizar
la conspiración un cura de Linares llamado Sebastián Chinchilla, coincidiendo
el apellido con el cabecilla que atacó Quesada en 1836.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn60" name="_ednref60" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[60]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Hubo
en realidad más revuelo de prensa y circulación de rumores que auténtico
peligro. Pero en previsión de que fuera a mayores, por precaución, se
tomaron medidas en toda la provincia. En
Quesada, el 13 de noviembre de 1900, el Ayuntamiento “con gran sentimiento”,
cesó a su administrativo interino Eugenio Bello Bello “por pertenecer al comité
carlista de esta localidad, cuyo partido se ha levantado en armas contra el
Gobierno constituido”. El mismo día de su cese el afectado, por medio del
secretario municipal, alegó que ya no pertenecía al partido y que si bien había
sido miembro del comité, había dimitido “comprendiendo que no le convenía ser
político ni seguir aquellas ideas.” <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: medium;">Pocos
días después y “dadas las explicaciones satisfactorias” fue repuesto en su
cargo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_edn61" name="_ednref61" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[61]</span><!--[endif]--></span></a> En
el incidente también fue cesado y posteriormente repuesto el veterinario e
inspector municipal de carnes Pedro Segura Pérez, autor de una conocida “Poesía
Histórica” dedicada a la Virgen con motivo de la sequía de 1884.</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: red; font-family: Arial; font-size: 11pt;"> </span></p>
<div><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref1" name="_edn1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 17 de marzo de 1823.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn2">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref2" name="_edn2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> El resumen de la carta está
contenido en el expediente de segregación de Huesa, que se conserva en el
Archivo Provincial de Jaén y que amablemente me ha facilitado Francisco García
del Río.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn3">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref3" name="_edn3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “se les hará saber a las personas
mas inmediatas a los referidos interesados y si estos se negasen al pago de la
expresada multa se procederá a embargarles y venderles la posesión de bienes
que disfruten y sean suficientes a cubrir la expresada multa” Cabildo de 14 de
agosto de 1823.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn4">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref4" name="_edn4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “Historia de La Iruela. Una villa
del Adelantamiento de Cazorla” Rufino Almansa Tallante. Pág. 173.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn5">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref5" name="_edn5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Gaceta de 10 de julio de 1823<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn6">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref6" name="_edn6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Archivo Municipal. Libro de actas
capitulares de 1823. 1 de octubre.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn7">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref7" name="_edn7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> En la reseña de la Hemeroteca Digital de la B.N.E.
se dice: “El más destacado y furibundo periódico de la reacción ultracatólica y
absolutista, que empieza a publicarse el uno de julio de 1823, con frecuencia
diaria, excepto los lunes, habiendo recibido también una subvención secreta de
30.000 reales del Tesoro Real.”<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn8">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref8" name="_edn8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 27 de julio de 1823<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn9">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref9" name="_edn9" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Publicado en el “<span style="background: white;">Extraordinario
de Madrid en Sevilla de este correo” </span>periódico impreso en Sevilla
9-8-1823<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn10">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref10" name="_edn10" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Será muy difícil confirmarlo documentalmente
a causa de la pérdida del archivo parroquial, pero es bastante posible que el
general Riego, Rafael del Riego Flórez, fuera pariente del quesadeño Rafael
Hidalgo del Riego, que vivía en la casa en cuyos bajos actualmente está el bar
Marisol. Fue padre del pintor Rafael Hidalgo de Caviedes.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn11">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref11" name="_edn11" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> En realidad la sucesión femenina se
correspondía con la tradición castellana. La preferencia absoluto por le varón
fue traida por el primer Borbón, Felipe V, de acuerdo a la costumbre francesa.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn12">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref12" name="_edn12" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “La Revista Española” 16 de agosto
de 1833.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn13">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref13" name="_edn13" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “Gaceta de Madrid. 13 de febrero de
1834.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn14">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref14" name="_edn14" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> El Mensajero de las Cortes” 17 de
octubre y 6 de diciembre de 1834.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn15">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref15" name="_edn15" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 6 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn16">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref16" name="_edn16" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Mensajero de las Cortes. 13 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn17">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref17" name="_edn17" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> La proclama se reproduce en “La
Revista Española” de 21 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn18">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref18" name="_edn18" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 3 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn19">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref19" name="_edn19" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 6 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn20">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref20" name="_edn20" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Mensajero de las Cortes”. 24 de febrero de 1835 “El
corresponsal en Úbeda comunica el robo de plata en la iglesia de Cabra para
apoyar a Moreno”.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn21">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref21" name="_edn21" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “El Eco del Comercio” 27 de febrero
de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn22">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref22" name="_edn22" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “El Eco del Comercio” 24 de febrero de 1835.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn23">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref23" name="_edn23" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “La Revista Española” 27 de febrero de 1835.
Fusilamiento de Moreno.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn24">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref24" name="_edn24" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “Gaceta de Madrid” de 29 de julio
de 1835<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn25">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref25" name="_edn25" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “Historia de la Guerra Civil y de
los partidos liberal y carlista” Antonio Pirala. Tomo III capítulo CLX.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn26">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref26" name="_edn26" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 23 de septiembre de
1836.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn27">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref27" name="_edn27" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Cabildo de 21 de septiembre de
1836.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn28">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref28" name="_edn28" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> De facción.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn29">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref29" name="_edn29" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “El Español” 1 de enero de 1837.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn30">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref30" name="_edn30" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Archivo Histórico Nacional.
Diversos-Colecciones, 205. Nº 33 y 54. Portal PARES.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn31">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref31" name="_edn31" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Pleno de 7 de enero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn32">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref32" name="_edn32" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Pleno de 22 de enero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn33">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref33" name="_edn33" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “Historia de la Guerra Civil y de
los partidos liberal y carlista” Antonio Pirala. Tomo IV. Libro VII. Capítulo
I.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn34">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref34" name="_edn34" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> <span style="background: white;">ibíd.</span><o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn35">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref35" name="_edn35" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Gaceta de Madrid” 12 de febrero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn36">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref36" name="_edn36" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Pleno de 5 de febrero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn37">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref37" name="_edn37" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Pirala. Op. cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn38">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref38" name="_edn38" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Gaceta de Madrid” 20 de febrero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn39">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref39" name="_edn39" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Pirala. Op. cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn40">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref40" name="_edn40" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Pleno de 26 de febrero de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn41">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref41" name="_edn41" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Pirala. Op. cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn42">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref42" name="_edn42" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Gaceta de Madrid” </span><span style="font-family: Arial; mso-bidi-language: TH;">11 de marzo de 1838.</span><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn43">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref43" name="_edn43" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Pirala. Op. cit.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn44">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref44" name="_edn44" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Pleno de 15 de marzo de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn45">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref45" name="_edn45" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[45]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Plenos de 25 y 26 de marzo de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn46">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref46" name="_edn46" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[46]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Gaceta de Madrid” 8<b> </b>de septiembre de 1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn47">
<p class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref47" name="_edn47" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[47]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “Gaceta de Madrid” 29 de octubre y 6 de noviembre de
1838.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn48">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref48" name="_edn48" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[48]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> Archivo Municipal. Copiador de correspondencia 1847.
Carta del alcalde al jefe político (gobernador) de 20 de marzo. <o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn49">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref49" name="_edn49" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[49]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> <b>“</b>La Esperanza” 28 de mayo de 1856.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn50">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref50" name="_edn50" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[50]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> En 1831 fueron interceptadas en
Sevilla unas cartas, escritas en clave, dirigidas a un tal Santiago Vicente
García por las que la policía de Fernando VII dedujo que estaba en marcha una
conspiración liberal. Santiago fue detenido y, tras los pertinentes
interrogatorios, denunció como cabecilla del supuesto complot al coronel
Bernardo Márquez, que durante la Guerra de la Independencia había sido jefe de
las guerrillas de Jaén y comandante del batallón de cazadores de la ciudad. A
resultas de la denuncia, Márquez fue detenido y ahorcado en marzo de 1832. No
he conseguido contrastar documentalmente que este Santiago Vicente sea el
personaje de Quesada, pero su apellido no es corriente y existe compatibilidad
por edad y fecha. Además, Santiago vivió en Jaén capital a principios de siglo
y bien pudo conocer allí al coronel
Márquez e iniciar una relación política. Tiene todo el sentido que,
estigmatizado como traidor en los círculos liberales de Sevilla, cuando poco
después estos alcanzaron el poder se apartara retirado a su pueblo donde
sabemos que vivía en 1836. Con posterioridad a su muerte el coronel Márquez fue
honrado como mártir y se le erigió un monumento que aún existe. Esta versión
también explicaría sus orígenes liberales de los que habla “La Esperanza”. Pero
a fecha de hoy es mera hipótesis a la espera de una confirmación documental. La
noticia de la detención y proceso están en el volumen I del “Boletín de
Jurisprudencia y Legislación” págs. 262 y ss.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn51">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref51" name="_edn51" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[51]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “La Esperanza” 22 de abril de 1854.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn52">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref52" name="_edn52" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[52]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> <b>“</b>La
Esperanza” 24 de junio de 1854.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn53">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref53" name="_edn53" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[53]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “La Esperanza” 28 de agosto de
1852.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn54">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref54" name="_edn54" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[54]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Pleno de 4 de octubre de 1874.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn55">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref55" name="_edn55" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[55]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> La noticia de la constitución del Comité local
Integrista fue ampliamente recogida en “El Pueblo Católico” y reproducida en
“El Siglo Futuro” 10 de agosto de 1895.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn56">
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref56" name="_edn56" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[56]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial;"> “El Siglo
Futuro” 29 de octubre de 1895.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn57">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref57" name="_edn57" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[57]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> La última el 25 de septiembre de
1935, “España cada vez más católica”, donde se habla del esplendor con el que
se había celebrado la Romería de Tíscar.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn58">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref58" name="_edn58" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[58]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “La razón de la fuerza: Orden
público, subversión y violencia política en la España de la restauración
(1875-1917)” Eduardo González Calleja. 2013. Pág. 210.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn59">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref59" name="_edn59" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[59]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “El Pais” 9 de noviembre de 1900.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn60">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref60" name="_edn60" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[60]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> “El Imparcial” 7 de noviembre de
1900.<o:p></o:p></span></p>
</div>
<div id="edn61">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2028-09-20/Quesada%2002-03-20/Carlistas/Guerras%20carlistas%20en%20Quesada.doc#_ednref61" name="_edn61" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-size: 12pt;">[61]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 12pt;"> Plenos de 11 y 18 de noviembre de
1900.<o:p></o:p></span></p>
</div>
</div><p></p><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-84741564910252554612020-08-24T03:01:00.000-07:002020-08-24T03:01:16.938-07:00ANTIGÜEDAD DE LA FERIA DE QUESADA<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjzhcFBH57eB8OTZoqV_Hc_F0WDIErFugzFFx0OcgUtW-wrBZ-B1LB1KWaOqbnwQpzzl_RK1TDr0m2Md94RydlxWiyzzii54vhryJh41H7rrhw9VD8XkgbeoRMJs0KhtOayLhy_bXAlGQO/s2048/1847-01-11+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1346" height="781" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjzhcFBH57eB8OTZoqV_Hc_F0WDIErFugzFFx0OcgUtW-wrBZ-B1LB1KWaOqbnwQpzzl_RK1TDr0m2Md94RydlxWiyzzii54vhryJh41H7rrhw9VD8XkgbeoRMJs0KhtOayLhy_bXAlGQO/w514-h781/1847-01-11+%25281%2529.jpg" title="Acta del día 11 de enero de 1847 comunicando la autorización de la feria" width="514" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">Acta del pleno municipal de 11 de enero de 1847 comunicando <br />la autorización de la feria de Quesada<br /></span></td></tr></tbody></table></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Como ya es de sobra sabido, este año 2020 es el año sin
ferias. Desde la guerra civil, hace ochenta años, no se daba esta circunstancia
que esperemos que no se vuelva a repetir. Por eso, no está de más tratar del
origen y antigüedad de la feria de Quesada, que este hubiera cumplido 173 años.
En el archivo municipal de Quesada se conservan los documentos que lo acreditan.
La primera feria se celebró los días 25, 26 y 27 de agosto de 1847. <o:p></o:p></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Es sin duda una de las más antiguas de Andalucía. Se da la
circunstancia curiosa para coleccionistas de glorias locales, que es coetánea
de la feria de Sevilla, incluso anterior, porque se autorizó su celebración dos
meses antes. Luego, la de Sevilla, por las fechas que se le habían concedido,
se inauguró en abril y la de Quesada lo hizo en agosto.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Los trámites para la autorización de la feria los inició el
Ayuntamiento en 1846, si no antes, y contaron con el apoyo de la Diputación
Provincial. 1846 y también 1847, no fueron años fáciles en Quesada (como casi
ninguno). Ese año el término de la entonces aldea de Larva se segregó para
unirse a Cabra del Santo Cristo. Con esta separación, Quesada perdió la peculiaridad
de repartir su término entre dos diócesis eclesiásticas distintas pues Larva
dependía de Jaén y el resto de su territorio de Toledo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Pero además, en 1846 la Diputación tramitaba el expediente
de separación de Huesa, Arroyo Molinos y Belerda. Finalmente y por Real Decreto
de 8 de marzo de 1847, Huesa, Arroyo Molinos y Ceal constituyeron municipio
independiente. Sin embargo Belerda continuó en la jurisdicción de Quesada, por
votación unánime de sus vecinos reunidos en asamblea en el Santuario de Tíscar
el 25 de diciembre de 1847.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Pero además, 1846 fue un año muy seco y caluroso. La
Corporación Municipal, a petición de los labradores y propietarios, acordó
traer al pueblo la imagen de la Virgen de Tíscar para implorarle “el santo
rocío”. Fue esta traída el domingo 19 de abril. La sequía fue sin duda la causa
del auténtico mal de aquel año, la plaga de langosta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Los primeros indicios se detectaron en el mes de marzo. El
pleno municipal del 22 de citado mes recoge la noticia de que “en la Dehesa (de
Guadiana) hay algunas manchas de langosta de poca consideración, sin duda a
causa de los días de calor impropios de la estación.” Se formó una comisión
para vigilar su evolución. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Pero la cosa fue a más. En mayo el pedáneo de Huesa comunicó
al Ayuntamiento que en su jurisdicción había tanta langosta “que por más que
hacían no lograban su exterminio” y solicitaba medidas enérgicas de contención.
La plaga ocasionó serios encontronazos entre los ayuntamientos de Quesada y
Cazorla. Por entonces Peal dependía de Cazorla (no se separó hasta febrero del
año siguiente). Una de las zonas donde más se extendió la plaga fue en la
Dehesa de Toya. El Ayuntamiento de Quesada acusó al de Cazorla de no actuar con
diligencia para poner remedio y que la proliferación de langosta “de llegar a
su completo desarrollo invadirían los sembrados de Guadiana, Dª Jila y la Vega”
con gran perjuicio para los agricultores quesadeños. El cruce de reproches y
acusaciones debió llegar a mayores y obligó a intervenir al Jefe Político de la
Provincia (Gobernador). En oficio de 4 de mayo encarecía su señoría a una y
otra corporación que en su correspondencia “usen de la moderación debida
dedicándose solo a la extinción de la plaga y poniendo en ello su principal
cuidado.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Otras cosas hubo en Quesada en 1846, mientras se tramitaba
el permiso para organizar una feria. El 16 de mayo llegó al pueblo un
destacamento de la recién creada Guardia Civil, instalando su cuartel en la
casa que al efecto había alquilado el Ayuntamiento, por 50 reales, al antiguo
alcalde Francisco Tercero Luengo. Ignoro donde estaba el cuartel aquel, que luego
fue pasando por varias ubicaciones, entre ellas la calle Rodrigo de Poyatos,
actual Dr. Carriazo, hasta terminar en el histórico cuartel de la carretera de
Peal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">También, en octubre de aquel año, se organizaron festejos
los días 16, 17 y 18 para celebrar “el casamiento de S.M. la Reina Dª Isabel
Segunda con el infante D. Francisco de Asís María y el de su augusta hermana la
infanta Dª Mª Luisa Fernanda con el príncipe Antonio María Felipe Luís de
Orleáns, duque de Montpensier”. Hubo
“iluminación general” aquellos días, Tedeum y “socorros de 100 reales a los 12
enfermos más necesitados del pueblo o en su defecto a los ancianos impedidos de
uno y otro sexo hasta completar dicho número, que serán propuestos por la Junta
de Beneficencia.” El alboroque terminó la noche del 18 con “un baile público en
esta Sala Capitular, convidándose por el Ayuntamiento a las personas más
notables del pueblo.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Las ferias en aquellos años tenían una finalidad comercial,
especialmente ganadera. Ese era su objetivo, pero la afluencia de forasteros y
curiosos, el dinero en el bolsillo de vendedores y compradores, rompía la
monotonía de la vida de los pueblos. Los vecinos aprovechaban la novedad para
divertirse, beber, bailar y cosas así. Este es el origen de las ferias al menos
en Andalucía. Para evitar que se solaparan, se buscaron fechas para que no
coincidieran en dos pueblos cercanos. Esta es la razón de que, hasta que
recientemente se han cambiado algunas para llevarlas a días de vacaciones
agosteñas, las ferias de un pueblo empezaban cuando terminaban las del pueblo
de al lado.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">El 4 de enero de 1847 el secretario del Ayuntamiento de
Quesada, dio lectura en el pleno a un oficio del Jefe Superior Político de la
Provincia, que decía así:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">“Por el Excelentísimo Sr. Ministro de Marina, Comercio y
Gobernación de Ultramar, con fecha <b>26 de
diciembre</b>, se me comunica la Real Orden siguiente:<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> «Conformándose S.M.
la Reina (Q.D.G) con lo expuesto por V.S. con el informe de esa Diputación Provincial,
se ha dignado conceder al Ayuntamiento Constitucional de la Villa de Quesada el
permiso que ha pedido para celebrar una feria anual en los días veinte y cinco,
veinte y seis y veinte y siete incluidos del mes de agosto.» <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Lo que traslado a V.S. para su conocimiento y efectos
oportunos.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-08-20/Quesada%2002-03-20/Antiguedad%20de%20la%20feria%20de%20Quesada.doc#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<div><span style="font-size: x-large;"><span style="font-family: Arial;">La Real orden es de 26 de diciembre (la de Sevilla de </span><span style="background: white; color: #202122; font-family: Arial;">5 de
marzo de 1847) y tiene origen en la petición del Ayuntamiento de Quesada. El
gobernador la tramitó junto a un informe favorable de la Diputación.
Seguramente la intención del Ayuntamiento era animar la decaída vida económica
del pueblo, que era francamente mala (por estos días y para conseguir una
rebaja en las contribuciones, el alcalde Diego Carriazo, escribía al gobernador
que la situación era tan mala que hasta “gente de cierto acomodo” se veía en la
necesidad de vivir de la caridad).<o:p></o:p></span></span></div>
<p class="MsoNormal"><span style="background: white; color: #202122; font-family: Arial;"><o:p><span style="font-size: x-large;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: x-large;"><span style="background: white; color: #202122; font-family: Arial;">El caso es que ente</span><span style="font-family: Arial;">rado el Ayuntamiento “acordó qué
para dar la mayor publicidad posible a está gracia concedida a la Villa por la
Reina (Q.D.G) se manda imprimir 200 ejemplares de un edicto en que se publique
la feria y días de ella, destinados a que se remitan a los alcaldes de los
pueblos de la provincia y particulares que se crea oportuno. Y al mismo tiempo
se mande insertar en el Boletín Oficial de esta Provincia y en los de Cuenca,
León y otros.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Lo de publicarlo en los boletines de Cuenca y León resulta
extraño. Sin duda la alegría devino en euforia y se vinieron arriba discutiendo en cuantas provincias se publicaba
el anuncio (poco faltaría para que incluyeran periódicos del extranjero). El
secretario, Aquilino Sánchez Melero, en las notas que tomó para redactar el
acta del pleno, escribió: “Lo de la feria = que se manda tirar 200 ejemplares =
Boletines of. a Granada (tachado) Jaén y demás provincias donde se quiera”
Quizás diciendo “donde os salga…” Luego puso en el acta esas dos provincias
como pudo poner otras.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">El caso es que se publicó solo en el boletín de Jaén. Unas
semanas antes de la feria, el 31 de julio de 1847, el alcalde envió al
gobernador el anuncio con una carta que decía “Suplico a V.M. se sirva disponer
se inserte el adjunto anuncio al Boletín Oficial de la Provincia para dar la
mayor publicidad posible a la feria anual que debe celebrarse en esta villa
según R.O. de 26 de diciembre del año último.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">El día 24 no era feria. Los más viejos recordarán que los
antiguos le llamaba a ese día “víspera de feria”. Con el tiempo, el calendario
de la Virgen se adaptó a la feria. Fue antes la feria. Entonces la Traída y la
Despedida no tenían fechas fijas. Ni siquiera se hacían todos los años. Ya
hemos visto como precisamente en 1846 fue el 18 de abril y a petición expresa
del vecindario por la sequía. Conforme la feria cogía fuste se fue
estableciendo la costumbre de despedir a la Virgen al terminar la feria. El día
28 era un día dedicado a la Virgen. Con el tiempo todo se mezcló. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Y es que parece lógico que no se llevaran a la Virgen cuando
más gente y animación había en el pueblo. Tampoco más tarde porque lo que sí
tenía fecha fija era la Romería de Tíscar. Aquel mismo año, el alcalde Diego
Carriazo escribía el 14 de agosto al Jefe Político: “Es costumbre inmemorial en
esta Villa celebrar la fiesta de la Patrona Nra. Sra. De Tíscar el día 8 de
septiembre con unas corridas a novillos de labor por gente del pueblo para lo
cual se ha de tener la competente autorización de V.M.”<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: x-large;"><span style="text-align: justify;">En fin. Espero que a falta de papelillos y ruidos, estas
líneas sirvan a los aficionados de algún alivio y consuelo.</span></span></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;">Quesada, a 24 de agosto de 2020. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p>
<p class="MsoNormal"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2023-08-20/Quesada%2002-03-20/Antiguedad%20de%20la%20feria%20de%20Quesada.doc#_ednref1" name="_edn1" style="font-size: x-large;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial;"><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: x-large;"> Era en diciembre de 1846 ministro
de Marina, Comercio y Gobernación de Ultramar Francisco Armero Peñaranda,
Marqués del Nervión y presidente del Consejo de Ministros, Francisco Javier
Istúriz Montero.</span></p><div><div id="edn1">
<p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: x-large;"> </span></span></p><p class="MsoEndnoteText"><span style="font-family: Arial;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3-iETnvb7Jg9pwTv1FpKnZux4CQUKIfuWvNxPuTe0UP4zN7VYbix0oUTI4aZfJsvmZ9F3cx2w-KtsYJ7ilgdAqNuz3mBCmGoBhwbwq4lL8vd-vQFyy6SWYDC95Ju3IRosSAsYIYKjE7Bc/s2048/Ferias+de+Quesada+JPG.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1575" data-original-width="2048" height="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3-iETnvb7Jg9pwTv1FpKnZux4CQUKIfuWvNxPuTe0UP4zN7VYbix0oUTI4aZfJsvmZ9F3cx2w-KtsYJ7ilgdAqNuz3mBCmGoBhwbwq4lL8vd-vQFyy6SWYDC95Ju3IRosSAsYIYKjE7Bc/w512-h394/Ferias+de+Quesada+JPG.jpg" width="512" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Alegoría de la feria de Quesada.<br />Dibujo digital del autor</td></tr></tbody></table><span style="font-size: x-large;"><br /></span></span></p>
</div>
</div></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-22044537858271631502020-04-18T07:53:00.001-07:002020-04-18T07:53:48.442-07:001939 EN QUESADA. PRIMER AÑO DE POSGUERRA. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4sys0SzNgA4xX8noLX-mHVWbJCoaC8i32cQ94_xadfqOxnLGkZ6YMaOtyQvGu4_y3vyLh2WP7Ehk1vS4fU0kBG9S4ewMJmUq-Qv8iAfYHeWIXkh_9Sfw5J80yjwsWJIvwsKUjPWn4L4-E/s1600/1946-07-27+Vuelo+Americano+Quesada+-+copia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1303" height="502" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4sys0SzNgA4xX8noLX-mHVWbJCoaC8i32cQ94_xadfqOxnLGkZ6YMaOtyQvGu4_y3vyLh2WP7Ehk1vS4fU0kBG9S4ewMJmUq-Qv8iAfYHeWIXkh_9Sfw5J80yjwsWJIvwsKUjPWn4L4-E/s640/1946-07-27+Vuelo+Americano+Quesada+-+copia.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Foto aérea de Quesada en los años 40. (foto Centro Nacional de Información Geográfica)</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Tras la batalla del Ebro y la Conferencia de Munich, donde
Inglaterra y Francia dejaron claro que no tenían ninguna intención de
enfrentarse a Hitler, la República tenía perdida la guerra. 1939 llegó con la
ofensiva franquista en Cataluña. Ese mes de enero se movilizaron las últimas
quintas, la del saco y la del biberón, los “viejos” y los “críos”. En febrero
el ejército franquista alcanzó la frontera con Francia. Algunos soldados
quesadeños consiguieron cruzarla; otros que convalecían de sus heridas en la
retaguardia de Cataluña fueron capturados y pasaron de los hospitales a los
campos de concentración.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La desmoralización y el desánimo se extendían día a día. Los
quintacolumnistas, hasta entonces camuflados, cada vez estaban más crecidos.
Aumentaban las deserciones. Algunos, para no ir al frente, se escondieron en la
sierra esperando el final. Según rumores, unas muchachas habían visto
despeñarse a un hombre en la Cueva del Agua. En Quesada apenas quedaban hombres
en edad militar, pero estaba repleta de evacuados. A los primeros, procedentes
de Córdoba y que llegaron en 1936, se fueron sumando otros de Teruel, de
Málaga… En el santuario de Tíscar y en el cortijo de Santa Cruz, incautado por
la CNT y UGT, se habilitaron asilos para huérfanos de guerra. El 22 de febrero
murió don Antonio Machado al otro lado de la frontera, en Colliure. La tristeza
de su muerte en el exilio simboliza la tragedia de la República y de sus
defensores.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEmqIHU58sbEt7ieZEmCTTJgHmS90xapwnUuUrA-ByZvQGBe7VXQa_6zTdQl85Xo34G5AIcy-RvaUdhBKPClzvL2VI7gg-WT8zpLd1P-_KW-vHX1LBAoMThX8RgqLTVBlXcRpcORQFvUwy/s1600/1939-03-30+Ocupaci%25C3%25B3n+de+Ja%25C3%25A9n+y+Linares.+La+Vanguardia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1447" height="442" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEmqIHU58sbEt7ieZEmCTTJgHmS90xapwnUuUrA-ByZvQGBe7VXQa_6zTdQl85Xo34G5AIcy-RvaUdhBKPClzvL2VI7gg-WT8zpLd1P-_KW-vHX1LBAoMThX8RgqLTVBlXcRpcORQFvUwy/s640/1939-03-30+Ocupaci%25C3%25B3n+de+Ja%25C3%25A9n+y+Linares.+La+Vanguardia.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Marzo de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La crisis y el deterioro político de las últimas semanas de
la República culminaron con el golpe de estado del coronel Casado, que derribó
el gobierno de Negrín. En Quesada, el golpe se manifestó el día 17 en las detenciones
de personas seguramente cercanas al PCE y a la JSU, que siguieron apoyando al
Gobierno. Inexistente al inicio de la guerra, hay bastantes indicios de que, al
igual que en el resto de la provincia, el partido comunista tuvo un importante
crecimiento desde 1937, al abrigo de UGT y de las citadas Juventudes
Socialistas Unificadas. Los detenidos del día 17 fueron trasladados por fuerzas
de Asalto a la cárcel de partido en Cazorla, y seguramente allí les cogió la
llegada de las tropas ocupantes.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Este deterioro político de la retaguardia republicana tuvo
también una manifestación puramente local. CNT había controlado completamente
el pueblo durante los primeros meses de la guerra y fue siendo progresivamente
apartada del poder, más o menos desde la creación del Consejo Municipal en
enero de 1937. Su relación con la ahora dominante UGT, integrada por militantes
socialistas y comunistas, se fue deteriorando. En este mes de marzo de 1939 se
llegó a la ruptura total. El día 24 CNT remitió al alcalde Ramón Segura un
escrito por el que retiraba su confianza a todos los afiliados que siguieran
ostentando cargos en el Consejo Municipal y demás organismos públicos. A pocos
días del final de la guerra poca importancia práctica tuvo la medida más allá
de explicitar su largo desencuentro.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Junto a la descomposición política, o quizás acelerada por
ella, se produjo la militar. El día 26 los franquistas rompieron el frente de
Córdoba y, según el Parte Oficial de Guerra, se entregaron batallones
completos. El capitán Emilio Magaña, al frente de su compañía de ametralladoras
de la 25 Brigada Mixta, se entregó en Pozoblanco, iniciando su largo periplo
por campos de concentración.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuenta Eloy Revueltas en sus memorias que por
aquellos días <span style="color: black;">“empezaron a llegar al pueblo soldados
hambrientos y comidos por piojos, con los pies deshechos de caminar días y
noches, huyendo de los vencedores y con el acicate de llegar cuanto antes a sus
hogares”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial";">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El día 28 los franquistas entraron en Madrid. El frente sur
se hundió completamente y los vencedores alcanzaron Andújar. Aunque no llegaron
a Jaén, Linares y Úbeda hasta la mañana del día 29, en la tarde y la madrugada
del 28 al 29 acabó todo en la provincia y en Quesada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En el caos de aquellas horas, un grupo de partidarios
franquistas se hizo con el control de la Comandancia Militar de Úbeda. Entre
ellos estaba el cazorleño Lorenzo Polaino, destinado en el servicio jurídico
militar. Desde allí, según declaró al juez militar meses después, “usando de
teléfono con título supuesto dio órdenes a las alcaldías de Cazorla, Quesada,
Beas de Segura, Villacarrillo y otras para conseguir el mantenimiento del orden
público y la entrega del poder a los elementos significados de derechas, como
así pasó…”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La
misma versión se encuentra en las memorias del también cazorleño Medardo
Laínez: “En la tarde del día 28 y asistido por un grupo de incondicionales,
Polaino se constituyó en Comandante Militar de la Plaza, ordenando desde allí
el relevo de las autoridades rojas de todos los pueblos de la provincia,
situados al Este de Úbeda”. Relata Laínez a continuación la ocupación del
Ayuntamiento de Cazorla por adictos a los vencedores.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> En
Peal ocurrió otro tanto según declararon las nuevas autoridades locales al juez
militar. El alcalde republicano Matías Sánchez “hizo entrega de sus poderes a
una improvisada Gestora de Falange” encabezada por Rafael del Real,
“colaborando con ella al mantenimiento del orden”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">No queda registro de que se produjera en Quesada esa llamada
telefónica de Polaino, pero sí se conserva en el Archivo Municipal un telegrama
del Comandante Militar de Úbeda al alcalde (28 de marzo a las 20,30 horas):
“Con las fuerzas de cualquier clase a sus órdenes de esa plaza procurará
mantener el orden público en la misma a todo trance<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>haciéndole personalmente responsable de toda
alteración que se produzca o actos violentos que pudieran acontecer”. Decía
Laínez que la llamada telefónica a Cazorla se produjo hacia las 22,30. Es muy
posible que en Quesada y tras el telegrama, también se produjera la llamada
instando directamente a la entrega del poder. Las fuerzas a las órdenes del
alcalde a las que se refería el telegrama no eran escasas: policía municipal,
guardería rural, destacamento de Asalto e incluso algunos soldados del
destacamento de Recuperación.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Pero
no llegaron a usarse. Simplemente se dejó hacer a los franquistas locales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Pero antes de que amaneciera el día 29 sucedieron otras cosas
inquietantes y desacostumbradas. Cuenta Eloy Revueltas que a media noche <span style="color: black;">“(la carretera que cruza el pueblo) despertó sobresaltada
con aquella invasión de motores rugiendo cuesta arriba (…) con la luz apagada,
se entreabrieron tímidamente ventanas para ver aquel desfile interminable de
camiones y coches. ¿Adónde iban? ¿Qué estaba ocurriendo?”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial";">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Sin duda lo que estaba ocurriendo es que atravesaba el
pueblo la columna de camiones que organizó el diputado socialista Peris Caruana
en Jaén. Según Sánchez Tostado, ante la inminente caída de la ciudad
“representantes de ambos bandos parlamentaron". Se aceptó el encuentro a
fin de "evitar derramamiento de sangre". Se reunieron en el gobierno
civil y pactaron la "evacuación de 200 responsables políticos socialistas
que<span style="color: black;"> pensaban dirigirse a los puertos de Almería y
Alicante donde debían embarcar con destino al exilio (…) El diputado Peris
confió en las promesas de los oficiales franquistas, los cuales pusieron a su
disposición los camiones precisos para trasladar a 200 dirigentes (responsables
republicanos, sobre todo socialistas) con la condición de circular por una ruta
previamente establecida por la Junta Nacionalista, la carretera que conduce a
Almería a su paso por Baza (…) a la altura de Baza la expedición fue
interceptada por escuadras falangistas, </span>previamente alertadas,<span style="color: black;"> siendo fusilados muchos de ellos de inmediato en Granada y
otros inmediatamente a su regreso a Jaén, si bien algunos se batieron en
retirada desperdigándose por campos y caminos."<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial";">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Esa noche de los camiones, y según las memorias inéditas de
Francisco Ortiz, en el local de la FEDA, junto al Ayuntamiento, se hizo y
colocó en la fachada una bandera nacionalista con bombillas pintadas de color.
Al amanecer un grupo de personas, la mayoría mujeres, se echaron a la calle con
una bandera que habían cosido por la noche con retales. Ocupan la carretera a
la altura de la entonces casa de Correos. Sus vítores y cánticos resuenan por
el pueblo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Pero la mañana del día 29 de marzo conoció el pueblo otra
trágica noticia. A media mañana, en la carretera de Peal, en el barranco de los
Huedos, un muchacho encontró en la cuneta un objeto extraño y se lo acercó a su
tío, que estaba un poco más arriba con el ganado. Resultó ser una granada o
bomba de mano que explotó mientras la manipulaba. Juan Antonio Marín Moreno
resultó muerto y su sobrino, Alejandro López López, gravemente herido en un
brazo, que posteriormente hubo que amputarle. A las cuatro de la tarde el juez
municipal Vicente Lara levantó el cadáver. Se hizo la autopsia el día 30. El
oficio de Vicente Lara remitiendo las diligencias formadas al juzgado de
instrucción de Cazorla, el día 1 de abril, es el último documento oficial de la
República en Quesada.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuVJn4FA1dDQ8CArKRJpmnHiGooQrAfVGZ-_y73dD9lwhb-nNwX-lP-Rom9ss_Coc2kZNhrcyzgw2sv3Amoql8Yih3nX2Ij09UaDAUeqdkjRze1mbeoRZqnIn87vZiHfNqwtY3g4dSE3J9/s1600/1939-03-28+Comandancia+Militar+%25C3%259Abeda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="975" data-original-width="1600" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuVJn4FA1dDQ8CArKRJpmnHiGooQrAfVGZ-_y73dD9lwhb-nNwX-lP-Rom9ss_Coc2kZNhrcyzgw2sv3Amoql8Yih3nX2Ij09UaDAUeqdkjRze1mbeoRZqnIn87vZiHfNqwtY3g4dSE3J9/s640/1939-03-28+Comandancia+Militar+%25C3%259Abeda.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Telegrama del comandante militar de Úbeda al alcalde de Quesada. 28-3-39. A.M.Q.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Abril de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La
República dejó de existir de facto en Quesada la madrugada del 29 de marzo,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn14" name="_ednref14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> pero
las tropas ocupantes se hicieron esperar. Hubo un impás de varios días en los
que el pueblo vivió una situación un tanto ambigua. Según cuenta Francisco
Ortiz en sus citadas memorias inéditas, se formaban grupos de personas que
bajaban a la entrada del pueblo a esperar a las tropas:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">̶ “¡Ya
vienen por Peal! <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>̶ dice uno; otro dice
que ve como camiones por el Llano de<span style="color: navy;"> </span>las
Canteras. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText">
<br /></div>
<div class="MsoBodyText">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">̶<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¡No, parece que tardarán!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoBodyText">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Y por fin alguien comenta que dormirán en Peal y que vendrán
mañana. Al día siguiente se repite lo mismo, y así hasta una semana.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Finalmente, el 4 de abril, entró en Quesada el 6º batallón
del regimiento de Infantería Granada nº 6. Se habilitaron como cuarteles varias
casas vacías, como la que actualmente tiene el número 17 de la Plaza y otra a
la entrada del pueblo, frente al antiguo cuartel de la guardia civil, que tuvo
uso mixto: cuartel y cárcel. Los oficiales se repartieron para su alojamiento
en casas particulares. Según Eloy Revueltas, uno de los lugares donde se
repartía el rancho a la tropa era la calle del Teatro, con la consiguiente
expectación del chiquillerío, no precisamente bien alimentado: “me divertía con
el espectáculo de los soldados recibiendo su ración y comiéndosela de pie,
apoyados en la pared del Teatro o sentados en la acera.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn15" name="_ednref15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Con la llegada de los ocupantes se oficializó la Comisión
Gestora que se había hecho cargo del Ayuntamiento días antes. La presidía
Enrique Prats Preval, administrador de Correos de la estafeta de Quesada, cargo
en el que había sustituido en la primavera de <st1:metricconverter productid="1936 a" w:st="on">1936 a</st1:metricconverter> Juan Arroquia,
director general de Correos, por entonces ya exiliado en Francia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">También y de inmediato a todos los que, voluntarios o
forzosos en su reemplazo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>habían sido
movilizados por el Ejército Popular de la República, se les confinó en los
campos de concentración de Higuera y Santiago de Calatrava. Estos dos pueblos,
que estuvieron en primera línea del frente y resultaron destrozados, fueron
rodeados de alambradas y llenados de soldados y oficiales que malvivían entre
las ruinas. En los campos de concentración los prisioneros eran clasificados
por sus antecedentes y conducta. Si recibían del pueblo informes favorables,
eran liberados más o menos rápidamente. Rafael Zabaleta, que había pertenecido
como delineante a la Comandancia Principal de Ingenieros del Ejército de
Andalucía, en Baza, pudo regresar a Quesada unos quince días después de su
ingreso en el campo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A los liberados se les extendía un salvoconducto para que
pudieran regresar, por sus medios, a Quesada. Algunas veces no se libraron de
ser inmediatamente detenidos por las fuerzas locales al llegar al pueblo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn16" name="_ednref16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Los
que no recibían informes favorables o no lo suficientemente contundentes
pasaban a las prisiones militares, donde se les habría proceso sumarísimo, o
bien eran enviados a campos de trabajos forzados donde pasaban bastantes meses,
en algunos casos años.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">También de inmediato los ocupantes se aplicaron en revertir
los cambios que desde 1936 se habían dado en el campo. Así, el mismo día 4
nombraron un administrador para las grandes fincas de la parte del Guadiana -Salón,
Hermosillas y Capellán- que funcionaban en régimen de colectividad.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn17" name="_ednref17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El
día 12 se constituyó el Comité de Recuperación Agrícola y se publicó un bando
al efecto. La misión de este comité era la devolución a sus propietarios de las
tierras incautadas durante “el periodo marxista”. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El día 15 se citó a los maestros para que acudieran por las
tardes al Ayuntamiento y colaboraran en la retirada de dinero.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn18" name="_ednref18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Se
recibía un resguardo de entrega para los billetes de emisiones anteriores al
18-7-<st1:metricconverter productid="1936 a" w:st="on">1936 a</st1:metricconverter>
fin de ser canjeados por nuevos billetes franquistas. Los billetes republicanos
emitidos desde aquella fecha ya no los aceptaba nadie. En breve fueron
anulados.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Pero la principal actividad de los ocupantes, a la que
dedicaban la mayor parte de su tiempo, fue la represión.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn19" name="_ednref19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Es
difícil precisar cuándo empezaron las detenciones, pero existen indicios de que
se produjeron incluso antes de la entrada de las tropas ocupantes.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn20" name="_ednref20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> De
ser así, las detenciones las efectuaron “elementos de Falange” armados que
actuaron por su cuenta, algo que sí esta documentado en todo el mes de abril. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">De inmediato la cárcel o arresto municipal, en el edificio
del juzgado en la calle del Hospital, quedó pequeña. Los ocupantes habilitaron
como prisión la iglesia del Hospital, también una casa por debajo del juzgado,
que se utilizó para encerrar a mujeres, y la casa situada frente al antiguo
cuartel de la Guardia Civil que se ha citado anteriormente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La policía militar de los ocupantes, al mando del alférez
Manuel Saavedra, efectuó numerosas detenciones por denuncia o indicación de
personas adictas. También efectuó detenciones la Guardia Civil y, como se ha
dicho antes, “elementos de Falange”. Estos falangistas eran del pueblo y sabían
a por quién ir. Para formalizar de alguna manera sus detenciones, el día 22 de
abril redactaron del tirón una especie de atestados en los que figuraba el
nombre de un denunciante, a veces el nombre de los falangistas que habían
procedido a la detención, y un esbozo de acusación. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Al día siguiente el presidente de la Gestora firmó otros
documentos que encabezaba con la frase “ficha de acusación correspondiente al
detenido en la cárcel de esta localidad, a virtud de orden de la Alcaldía”. He
localizado en el archivo municipal al menos 23 de estos informes y la mayoría
se refieren a las mismas personas que habían sido detenidas por falangistas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn21" name="_ednref21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Es
interesante destacar que el esbozo de acusación, normalmente una sola frase
lapidaria precedida de un “se le supone” o expresión similar, se repite en los posteriores
y sucesivos informes a jueces y policía militar, llegando en bastantes casos a
figurar en los hechos probados de las sentencias de los consejos de guerra. Estas
frases escritas “a la ligera” quedaron esculpidas en piedra y costaron a más de
uno años de cárcel o incluso la muerte.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Las detenciones que efectuaba la policía militar no las formalizaba
mediante documento, o estos no se conservan. Algunas semanas después los
militares solicitaron a la alcaldía informes sobre sus presos. Al igual que en
el caso anterior estos informes rápidos, de apenas unas líneas, prefijaron el
destino de los detenidos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Administrativamente los presos dependientes de la tropa
ocupante constituían un campo de concentración. En un parte del Ejército del
Sur de fecha 22 de abril de 1939, localizado en el Archivo Militar de Ávila por
Carlos Hernández, autor de “los campos de concentración de Franco”,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn22" name="_ednref22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> y
que amablemente me ha comunicado, se dice que en Quesada existía un campo de
concentración, dependiente de la 22 División, con 200 prisioneros. Según cuenta
Eloy Revueltas,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn23" name="_ednref23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
diariamente los presos eran sacados de la iglesia y conducidos a las eras de la
Tercia, donde estuvo la antigua piscina y actualmente se instala el ferial,
para que hicieran sus necesidades. No se facilitaba comida a los presos, que se
mantenían de lo que pudiera llevarles la familia o cederles un compañero.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A estos 200 presos que cita el documento del Archivo de
Ávila hay que sumar los detenidos “particulares” de Falange y Ayuntamiento, así
como los soldados encerrados en campos de concentración como el de Higuera y
Santiago de Calatrava o sus equivalentes en los lugares donde les cogiera el
final de la guerra. Estos presos se contarían por cientos Entre todos y a
finales de abril (no acabaron aquí las detenciones) el número de presos, de los
que frecuentemente dependía una familia para su sustento, era escalofriante.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Mayo de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El día 4 de mayo tomó posesión la nueva corporación
municipal designada por el gobernador civil. Sustituía a la comisión gestora
que se hizo cargo provisionalmente del Ayuntamiento a primeros de abril. El alcalde
elegido por el gobernador fue el médico Juan Bautista Palop.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El día 6 se publicó, con autorización del Comandante Militar
de Quesada, un bando municipal sobre la suscripción nacional de recogida de oro
y alhajas al objeto de reponer las reservas del Banco de España, el famoso “oro
de Moscú” con el que la República financió la guerra y tan utilizado
posteriormente por la propaganda oficial. Del mismo día es el bando “sobre
represión de la blasfemia”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El proceso de canje de billetes anteriores al 18 de julio de
1936 concluyó el día 22. Fueron enviados a los bancos de la ciudad de Jaén para
ser sustituidos por los nuevos billetes franquistas. Al día siguiente el
Ayuntamiento remitió a la Comandancia Militar “para su aprobación y censura” un
bando por el que ordenaba “la entrega de todo el papel moneda hecho por los
rojos”, es decir, todos los billetes emitidos con posterioridad al 18 de julio.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn24" name="_ednref24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Estos no se canjeaban, simplemente perdían todo valor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La repercusión que tuvo la anulación del papel moneda republicano
en muchas personas se puede ejemplificar con lo sucedido a Francisca Plaza, que
luego fue segunda mujer de Juan de Mata Vílchez, importante miembro de CNT.
Viuda de guerra, para sobrevivir tuvo que vender una pollina que era el único
bien que dejaba su difunto marido. Los billetes con los que le pagaron se
convirtieron en simples papelillos y Francisca quedó sin nada, sin pollina y
sin dinero.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn25" name="_ednref25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Poco después, el 27, el alcalde solicitó al jefe del
Servicio Nacional de Administración Local del Ministerio de Gobernación en
Burgos autorización<span style="color: red;"> </span>“para que se dé el nombre
del Generalísimo, de José Antonio, de D. José Calvo Sotelo y de los Mártires a dos
plazas y dos calles de esta ciudad”. Los Mártires eran las 7 personas
asesinadas el día 29 de septiembre de 1936 y cuyos cuerpos habían sido
exhumados de la fosa del cementerio de Peal<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>y trasladados a Quesada.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn26" name="_ednref26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Y pocas noticias más hay en mayo, porque la ocupación
principalísima de las nuevas autoridades civiles y militares seguía siendo la
represión, las detenciones. El día 10 la Comandancia Militar de Quesada se
instaló en la casa número 14 de la Plaza, el actual número 15. El Ayuntamiento le
facilitó personal administrativo y máquina de escribir, elementos
imprescindibles para el aparato burocrático represivo que se puso en marcha.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Durante este mes continuaron las denuncias y las detenciones,
lo que aumentó el número de presos. Las detenciones eran efectuadas en su
mayoría por la policía militar pero la Falange local seguía deteniendo por su
cuenta, actuando como una fuerza pública más.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn27" name="_ednref27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Pocos
se ven libres de sospecha; incluso Dámaso Rico, gerente de FEDA, uno de los que
se “echó a la calle” cuando la “liberación”, fue detenido el día 12. Se le
abrió un proceso militar del que meses después, y tras muchos informes
favorables, fue absuelto. La detención de Dámaso muestra como casi nadie era
considerado “inocente” hasta que no demostraba lo contrario. No es, por tanto,
de extrañar que el día 3 de mayo fuera detenido en Sevilla e ingresado en la
Prisión Provincial, acusado de “auxilio a la rebelión”, el catedrático y
quesadeño de adopción Juan de Mata Carriazo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A finales de mes se produjo una nueva vuelta de tuerca
protagonizada por el que había sido párroco de Quesada, Ángel Morán Otero.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn28" name="_ednref28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Su
hermana fue asesinada el 10 de diciembre de 1936 en un oscuro suceso que tuvo
un fuerte impacto político en el pueblo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn29" name="_ednref29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> A
finales de mayo de 1939 regresó unos días a Quesada y presentó cinco o <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>seis denuncias manuscritas ante “las
autoridades competentes”, es decir, la policía militar de las tropas de
ocupación. He tenido acceso a tres de ellas. Todas son del día 24 de mayo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn30" name="_ednref30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Morán salió de Quesada el día 2 de agosto, de manera que sobre todos los
sucesos posteriores hablaba de oídas, según le contaron a su llegada. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En sus denuncias, en las tres consultadas, citaba a unas
treinta personas. Algunas pertenecían a sus obsesiones de los años de la
República, con la que se enfrentó abiertamente desde sus primeros días. Es el
caso del notario Guixá, por ejemplo. En otras relata, con tono áspero y
desabrido, los sucesos de los días de finales de julio de 1936. Su intención,
según dice él mismo en una de ellas, era “señalar a los más sobresalientes
elementos marxistas que, durante la dictadura judio-masónica llamada república,
se han distinguido en Quesada como los mas hostiles a la Iglesia Católica y a
mi”. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A consecuencia de estas denuncias todos los mencionados que
no estaban ya en la cárcel fueron detenidos. El día 30 se iniciaron los
correspondientes interrogatorios por el jefe del puesto de la Guardia Civil,
Ciriaco Moya.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Unos cuantos de los
denunciados por Morán acabaron fusilados.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn31" name="_ednref31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Junio de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La maquinaria represiva seguía a pleno rendimiento. Desde el
Ayuntamiento se emitieron a diario, a petición de la policía militar, de
Auditoría de Guerra, del juzgado militar de Cazorla, juez municipal, etc., informes
sobre antecedentes políticos y conducta de los presos durante “la dominación
roja”. También solicitaron informes a la alcaldía los campos de concentración
(Higuera de Calatrava, Bacor, Miranda de Ebro…) y los batallones de trabajos
forzados (Navalperal, Guadalajara, Benafer, Tarifa…) Se conservan en el archivo
municipal unos 80 informes de este tipo. Son cortos, de apenas un par de
párrafos que bastan para sentenciar a una persona. Frecuentemente las
“acusaciones” se inician con un “se dice que…” o “según rumores…”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Aunque había poco margen para intentar alguna acción a favor
de los presos, hubo quien intentó hacerlo y recoger firmas a favor de un
detenido. La reacción de las autoridades fue inmediata: se detuvo a los
familiares que recogían las firmas y a los que firmaron, aun siendo personas
adictas, se les multó con <st1:metricconverter productid="100 pts" w:st="on">100
pts</st1:metricconverter>. por “estampar su nombre y firma en un documento
cuyo texto limita la acción de la justicia.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn32" name="_ednref32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Cualquier viaje o desplazamiento tenía que estar autorizado
y requería el correspondiente salvoconducto de la autoridad militar, documento
que desde el día 25 podía emitir también el alcalde. Los beneficiarios debían
unir al documento un sello de 1 pta. a beneficio de la Comisión Provincial de
Subsidio al Combatiente. También por estos días se organizó una suscripción
entre los comerciantes de Quesada para costear la placa que la Cámara de
Comercio de Jaén enviaría al Caudillo con motivo “haberse” concedido la
Laureada de San Fernando. Se recaudaron 47 ptas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn33" name="_ednref33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Julio de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En julio ya está en Quesada el nuevo párroco, D. Manuel
Alejo. Era natural de Peal y había sido coadjutor en Cazorla antes de la guerra.
No vive en la casa rectoral, que seguramente no aún estaba en condiciones, sino
en la fonda La Moderna, junto al Ayuntamiento. Esta fonda había recibido a
primeros de mes dos talonarios de "tikest" (sic) para el Plato Único
y Día sin Postre. Consistía en comer solo un plato y pagar el menú completo con
fines “benéficos”. A los particulares en sus casas se les instaba a calcular el
valor del plato que dejaban de comer y entregar su importe. A finales de mes el
alcalde pidió a Falange que sus miembros recorrieran “el pueblo y el término,
casa a casa, cortijo a cortijo” para “convencer” a los vecinos de de la
necesidad de cumplir con dicho Plato Único y Día sin Postre “haciéndoles ver la
grave responsabilidad que contraen con su negligencia, tanto como reos de
traición a la Patria y sus instituciones rectoras, como por los castigos y
sanciones que sufrirán”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn34" name="_ednref34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El contexto de esta carta es el de una penuria y escasez
generalizada, y la existencia de cientos de presos cuyas familias estaban en
completo desamparo, como igualmente lo estaban las familias de los soldados
muertos o desaparecidos en el frente. Según cuentan los nietos de la
anteriormente citada Francisca Plaza, su abuela “p<span style="color: black;">asó
«mucha necesidad» y tuvo graves dificultades para sacar sola a sus hijos; se
buscaba el sustento espigando y segando hierba</span>” aunque, según recuerdan
haber oído contar, los guardas le solían quitar los sacos que llevaba para su
casa.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn35" name="_ednref35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La vida del pueblo estaba completamente militarizada,
estando en vigor el Estado de Guerra. Incluso el Ayuntamiento debía someterse a
la autoridad militar, que censuraba y aprobaba los bandos municipales. Sin
embargo, tuvo que haber algún roce que fue cortado de raíz por el comandante
militar. El 17 de julio remitió una atenta al alcalde recordándole que el orden
público y régimen interior de la población era de su exclusiva competencia,
correspondiendo al Ayuntamiento solo “los asuntos meramente administrativos”.
Le rogaba que “se abstenga de tomar intervención alguna en cuantos asuntos
locales no sean de su competencia”. Le recuerda igualmente que deberá someter
cualquier bando a su censura previa. “No dudo tendrá presente mi anterior ruego
en evitación de responsabilidades”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La represión continuaba su curso. Seguían produciéndose
denuncias, detenciones, “ruedas de interrogatorio”… El número de presos aumentaba.
En los informes municipales y expedientes judiciales militares figura el nombre
de más de 500 presos. Muchos estaban todavía presos en Quesada, pero conforme
los juzgados militares especiales iban abriendo procesos sumarísimos (la mayoría
por adhesión o auxilio a la rebelión) eran trasladados a la cárcel de partido
en Cazorla y sobre todo a Jaén. Allí recalaban en la prisión provincial o en
las prisiones militares habilitadas en los conventos de santa Úrsula y santa
Clara. También en este mes regresaban algunos de los que habían conseguido
pasar a Francia. Tras cruzar la frontera fueron inmediatamente detenidos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn36" name="_ednref36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Por último,
muchos de los soldados quesadeños que no consiguieron regresar a Quesada seguían
penando en campos de concentración o de trabajo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A final de mes apareció el cadáver de un muchacho muerto al
parecer “al caer por un voladero en la Presilla.” Se investigaba si era o no fruto
de un accidente. También por esos días de finales de mes el comandante militar
de Quesada solicitó al alcalde “los necesarios medios de locomoción” para que
la “comisión de señoritas” que recaudaron el oro en la colecta iniciada en
mayo, lo pudieran transportar a Jaén. El vehículo solicitado debía tener
capacidad para las 6 señoritas “(más) dos caballeros que habrán de
representarlas”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn37" name="_ednref37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn37" name="_ednref37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNnc-yjj511nYiX7fhlI7qCeO0f3yS4vKMz9avpqXFr2HRvMva_qFKKc_5nuLwGgwnWH-wpqL5iYk5F-VRCp8TEVtAWsH1AfbQeWvy69c3KqSDjUVv4flWswBc_0bA0N2d5-Z_-jZpq7k8/s1600/Caja+99-2+%252831%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1179" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNnc-yjj511nYiX7fhlI7qCeO0f3yS4vKMz9avpqXFr2HRvMva_qFKKc_5nuLwGgwnWH-wpqL5iYk5F-VRCp8TEVtAWsH1AfbQeWvy69c3KqSDjUVv4flWswBc_0bA0N2d5-Z_-jZpq7k8/s640/Caja+99-2+%252831%2529.jpg" width="470" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">El comandante militar al alcalde de Quesada. A.M.Q.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn37" name="_ednref37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Agosto de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La comitiva para la entrega del oro partió de Quesada en la
madrugada del 2 de agosto. Iba más gente de la prevista, por lo que se utilizó
un camión. Lo que ocurrió lo cuenta el alcalde al gobernador civil en telegrama
de aquel mismo día cuyo texto se conserva en el archivo municipal. Dice el alcalde
que “a consecuencia un mal viraje a unos <st1:metricconverter productid="200 metros" w:st="on">200 metros</st1:metricconverter> del vecino
pueblo de Peal de Becerro” el camión cayó por un puente. Resultaron muertas las
seis señoritas de la comisión: Isabel Rodríguez, Carmen García Carriazo,
Encarnación Vives, Ambrosia Segura, Luisa Jiménez y Regina Tirado, así como el
conductor Francisco Sánchez Soria y Salvador Sánchez Pérez. Resultaron heridos
graves el veterinario Bernardo Aguilera y Andrés Parra. Y heridos menos graves
Antonio González de Mendoza, comandante militar, el médico Ángel Segura, el
soldado de la policía militar José Ortiz Burgos y Dolores Acuña Navarrete.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La conmoción fue grande. Al entierro asistieron las autoridades
provinciales. Como en el accidente resultó herido uno de los veterinarios del
pueblo, Bernardo Aguilera, el alcalde solicitó al alférez de la policía militar
que concediera la “prisión atenuada” al otro veterinario, Rafael Ortiz, preso
en la iglesia del Hospital, a fin de que pudiera ejercer la inspección
veterinaria municipal y “la asistencia facultativa al ganado.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Aquel terrible verano fue triste incluso para los
vencedores. No hubo 15 de agosto ni ferias. Entre otras razones porque no había
Virgen, desaparecida en 1936.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn38" name="_ednref38" style="mso-endnote-id: edn38;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El
escultor Jacinto Higueras estaba en la tarea de realizar una nueva imagen, la
actual, que entregó en 1940. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El día 21 de agosto Antonio Ortiz Jiménez, alias Bergante,
presentó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en Auditoría de Guerra de
Sevilla una denuncia contra Rafael Zabaleta. Le acusaba entre otras cosas de
haber saqueado y contribuido a la destrucción del patrimonio religioso de
Huéscar y Guadix cuando en 1938 fue delegado la Junta del Tesoro Artístico en
la zona. A Zabaleta no le llegó la noticia pero la maquinaria judicial militar
se puso en marcha.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Septiembre de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A primeros de mes, el día 9, se inscribió en el Registro
Civil la muerte de las siete personas asesinadas el 23 de septiembre de 1936.
También la de Visitación Morán, la hermana del prior. No se registró la de
Antonio Toral, tío político de Zabaleta cuya muerte no consta en ningún
documento público. Toral volvió a Quesada tras muchos años de ausencia en
septiembre de 1936. Fue un personaje extraño, de una gran ascendencia sobre la
FAI y Juventudes Libertarias locales. Su asesinato, a la vez que el de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Visitación Morán, se produjo en un contexto
oscuro y difícil de desentrañar, por alguna facción o sector anarquista del
pueblo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La FEDA, Fuerzas Económica de Andalucía S.A., la compañía
eléctrica fundada en Quesada y que abastecía a la comarca, había vuelto al
control de sus antiguos propietarios. Las reuniones de su consejo de
administración ya no tenían lugar en Quesada sino en Madrid, nueva sede social,
o en Barcelona, residencia de los principales accionistas. En esta ciudad, el 8
de septiembre, el ingeniero y director Julio Hernández presentó al consejo un
informe sobre el estado de la sociedad tras “el periodo marxista”. Las
instalaciones estaban en perfecto estado y funcionando con normalidad. Solo la
línea de Sotana a Huesa y otra arrendada en Cazorla fueron desmanteladas por
los rojos llevándose el material. También habían sufrido daños las choperas y
plantones de Béjar. La situación económica de la compañía era buena, aunque
había importantes cantidades bloqueadas en las cuentas de los bancos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn39" name="_ednref39" style="mso-endnote-id: edn39;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El consejo de FEDA felicitó a Dámaso Rico por su gestión al
frente de la explotación durante el “periodo rojo”. Fue “eficazmente secundado”
por la mayoría del personal, que fue depurado en abril de 1939 relacionándose
todos los empleados en un documento en el que se indicaba su conducta,
paradero, si había sido detenido, etc. En este documento se dice que la empresa
fue incautada “en los primeros meses” por “Organizaciones rojas (CNT), logrando
el Sr. Rico, con la ayuda del personal, que dicha incautación fuese cedida a
este y simulando durante algún tiempo esta situación, con conocimiento y
aprobación de los principales consejeros, hasta que las circunstancias
permitieron que la Empresa recobrase toda su personalidad legal".<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn40" name="_ednref40" style="mso-endnote-id: edn40;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Quesada tenía aquel verano, según el padrón municipal,
11.339 habitantes. La subasta del aprovechamiento de la nieve de la sierra
seguía siendo una fuente de ingresos municipales. El día 11 salió a concurso,
por un tipo de 150 ptas., “el aprovechamiento de nieves en las torcas del monte
público Poyo de Santo Domingo.”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn41" name="_ednref41" style="mso-endnote-id: edn41;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Pero de nuevo hay que referirse a la represión, el asunto
que absorbía casi completamente los desvelos de las autoridades civiles y
militares. Se producen las primeras condenas, inusualmente rápidas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn42" name="_ednref42" style="mso-endnote-id: edn42;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La
gran mayoría de los presos esperó largos meses en las cárceles, en condiciones
terribles. La denuncia contra Zabaleta, que él seguía ignorando, avanzaba. El
día 24 Auditoría de Guerra de Sevilla la remitía a la de Jaén para que se
nombrase juez instructor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Octubre de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El primero de octubre se celebró la fiesta de la Exaltación
del Caudillo a la Jefatura del Estado. Un par de días después el alcalde
remitió al Ministro de la Gobernación un telegrama rogando transmitiese
“ferviente adhesión autoridades, organismos públicos, F.E.T. y de las J.O.N.S.,
funcionarios todas clases y pueblo en general, a nuestro Caudillo Salvador
Patria (…) ofreciéndole disciplinada subordinación para ayudar entusiasmo y
sacrificio ingente tarea levantar España hacia Dios y hacia el Imperio”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn43" name="_ednref43" style="mso-endnote-id: edn43;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Esos días no había pan en Quesada. En carta del día <st1:metricconverter productid="5 a" w:st="on">5 a</st1:metricconverter> la comisión Harinero-Panadera
de Jaén el alcalde da cuenta de que la fábrica Santa Rosa de Linares,
“pretextando no tiene trigo”, ha dejado de servir harina a los panaderos del
pueblo “lo cual origina que la población lleve unos días sin pan”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En lo tocante a la represión, continúa “con normalidad”. El
día 10, desde Guadalajara donde era párroco de la Iglesia de San Nicolás, Ángel
Morán, ratifica y amplía “las denuncias que presentó (a finales de mayo en
Quesada) en número de cinco o seis” Aporta nuevos “datos” y nombres de
implicados, incluso de sucesos ocurridos cuando él no estaba en Quesada y que
no conoció personalmente.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn44" name="_ednref44" style="mso-endnote-id: edn44;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El
30 de octubre, la Auditoría de Guerra de Jaén remitió la denuncia contra Rafael
Zabaleta al juzgado militar número 7 de Jaén.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Muchos quesadeños andaban repartidos por todo el país
penando en campos de concentración o de trabajos forzados. Es difícil precisar
cuántos. En su mayoría eran soldados y oficiales del Ejercito Popular de la
República que no habían obtenido informes suficientemente favorables desde el
pueblo. Cualquier antecedente izquierdista o republicano, de ellos o de sus
familiares, era suficiente para que se considerara su conducta como mala o
“regular”. Teniendo en cuenta que se movilizaron 28 reemplazos, desde 1915
hasta el primer trimestre de 1942, y que el pueblo tenía 11.000 habitantes, no
resulta exagerado calcular como más bien cercanos a los 2.000 los quesadeños
incorporados a filas. Buena parte de ellos seguía presa en este otoño.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En el archivo municipal, en la correspondencia de 1939 y
primeros meses de 1940, se conservan unos cien informes de la alcaldía con
destino a los campos de concentración y trabajo.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn45" name="_ednref45" style="mso-endnote-id: edn45;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[45]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Había
quesadeños en los campos de concentración de Benalúa de Guadix y Bacor en
Granada, de Miranda de Ebro, Reus, Corbán en Santander, etc. Los campos de
trabajos forzados, llamados batallones de trabajadores, también estaban
repartidos por toda España: Navarra, Rentería, Mallorca, Benafer (Castellón),
Navalperal (Madrid), incluso en Marruecos (Tetuán, Rincón de Medik, Segangán…).
No obstante, eran más numerosos los quesadeños en los campos andaluces:
Batallón de trabajadores nº 132 de Tarifa, 101 de Guadiaro, 133 de Lora del
Río, 4 de Almoraima, 9 de San Roque. Los presos se dedicaban a construir
fortificaciones en el Pirineo o en la parte del Estrecho, en previsión de una
posible invasión aliada que nunca se produjo. También los dedicaban a las obras
públicas,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn46" name="_ednref46" style="mso-endnote-id: edn46;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[46]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
como el Canal del Bajo Guadalquivir, conocido como Canal de los Presos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Si bien los detenidos dedicados a trabajos forzados fueron
al principio soldados, poco a poco fueron incorporándose personas condenadas en
los consejos de guerra. No solo los declarados “culpables”. No era infrecuente que
a presos a los que, ni siquiera con los absolutamente laxos criterios de la
época, se les había acreditado nada parecido a un delito, el auditor militar
estimase que, no obstante, por sus antecedentes políticos, debían pasar 12
meses en campos de trabajo. Fue el caso de Manuel Salas Conde, el que fue
ideólogo de la CNT local en los primeros años de la República. Absuelto de su
proceso por auxilio a la rebelión, el auditor militar estimó que “si bien no ha
tomado parte en la realización de hechos que revistan caracteres delictivos, es
procedente dada su actuación general y antecedentes políticos y sociales su
ingreso por 12 meses en un batallón de trabajadores”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn47" name="_ednref47" style="mso-endnote-id: edn47;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[47]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn47" name="_ednref47" style="mso-endnote-id: edn47;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidOTFHIC2ugCJEn062VY3Rn7UVCTiH9KK-lnAyJHQR81EZ_sTkNVfwXkMQRw5hDG3jo0H35haYiRiyPsVmQiEyHA14kpbmKWrauTBauhC5TNEy50i5cjPjlu8aPtqwqKmMoMs9ON93Snz-/s1600/23+Remisi%25C3%25B3n+de+actuacciones+%2528Vicente+lara%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1250" data-original-width="897" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidOTFHIC2ugCJEn062VY3Rn7UVCTiH9KK-lnAyJHQR81EZ_sTkNVfwXkMQRw5hDG3jo0H35haYiRiyPsVmQiEyHA14kpbmKWrauTBauhC5TNEy50i5cjPjlu8aPtqwqKmMoMs9ON93Snz-/s640/23+Remisi%25C3%25B3n+de+actuacciones+%2528Vicente+lara%2529.jpg" width="458" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Oficio del juez municipal Vicente Lara al juez de instrucción.<br />Último documento de la República en Quesada<br />I.E.G.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn47" name="_ednref47" style="mso-endnote-id: edn47;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><br /></span></span></span></span></a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Noviembre de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Rabel Zabaleta, ignorante de la denuncia que
contra él se había presentado en Sevilla y que había puesto en marcha la
maquinaria judicial militar, había marchado a Madrid intentando reanudar su
carrera artística. El día 8 de noviembre el juez militar nº 7 de Jaén abrió contra
él proceso sumarísimo de urgencia, dictando prisión preventiva y recabando
informes al puesto de la Guardia Civil de Quesada. El sargento Ciriaco Moya hizo
averiguaciones y remitió al juez militar un escrito comunicando que no estaba
en Quesada. El juez mandó apresarlo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La mayoría de los presos de Quesada ya han sido
trasladados a las cárceles de Cazorla y Jaén. Pero no solo allí. Hay presos
“preventivos” quesadeños a la espera de consejo de guerra en cárceles de toda
España: Porlier en Madrid, Tarragona, Gerona, Alcalá de Henares, Segovia, etc.
La situación en las cárceles es terrible: hacinamiento, hambre, enfermedades… En
el archivo municipal y en los expedientes judiciales del archivo militar de
Sevilla hay más de 300 informes sobre conducta y antecedentes de estos presos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn48" name="_ednref48" style="mso-endnote-id: edn48;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial";">[48]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Son meses oscuros, y no solo en un sentido metafórico,
también en el literal. En el pleno del Ayuntamiento del día 24 de noviembre uno
de los concejales solicitó que “se compre con urgencia bombillas para el
alumbrado público por la carencia casi absoluta de alumbrado en las calles”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Diciembre de 1939<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El primer día del mes de diciembre es detenido Rafael
Zabaleta en la pensión de la calle Caballero de Gracia en la que vivía en
Madrid. Es conducido a la D.G.S. de la Puerta del Sol y desde allí a la cárcel
de la calle del Barco. El día 13 el director de la prisión informa al juez
militar que Zabaleta ha sido entregado a fuerza pública para su traslado a
Jaén. Ingresa en la prisión provincial el día 17.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La actividad municipal no es mucha. Se reconstituye la Junta
Municipal de Beneficencia, se consignan 10.000 ptas. para construir un cementerio
en Belerda, se adjudica sin subasta el arriendo de arbitrios municipales… Toda
la plantilla de funcionarios municipales ha pasado por un proceso de depuración
a fin de determinar su conducta durante “la dominación marxista”. El 12 de
diciembre se readmite a 28 de ellos. Otros, como el secretario municipal
Antonio Sirvent Cerrillo, voluntario en la aviación republicana donde llegó a
capitán, son apartados del cargo. En el expediente que se le abrió consta que
no se ha presentado y que no hay, por tanto, alegaciones al escrito acusatorio.
Estaba en la cárcel de Murcia.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn49" name="_ednref49" style="mso-endnote-id: edn49;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[49]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> El
día 30 se aprobó la plantilla definitiva del Ayuntamiento con los readmitidos,
cesados, los nuevos designados…<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn50" name="_ednref50" style="mso-endnote-id: edn50;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[50]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Todos
los funcionarios públicos, especialmente maestros y profesores, padecieron la
depuración. También los trabajadores quesadeños de Correos, Telégrafos y
empresas como Telefónica, CAMPSA o la FEDA.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Los presos continuaban su calvario y seguía el goteo de
sentencias con las primeras cadenas perpetuas. Continuaban las denuncias y las
detenciones. Julián Pérez fue detenido por denuncia de un conocido falangista que
lo acusaba de haber pertenecido a los niños de la noche,<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn51" name="_ednref51" style="mso-endnote-id: edn51;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[51]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
cuerpo de guerrilleros del ejército republicano al que se perseguía con
especial saña a causa de la espectacularidad y éxito de alguna de sus acciones
(liberación de presos del castillo de Carchuna, por ejemplo).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A mediados de mes, un antiguo soldado de Belerda que se
había pasado a los nacionalistas, presentó una denuncia en el puesto de la
Guardia Civil de Huesa, de quien a efectos de orden público dependía la aldea.
No se refería la denuncia a un hecho o persona concreta, sino que es más bien
una especie de causa general sobre todo lo sucedido allí durante la guerra,
detallando acusaciones contra 14 personas. Al caer la tarde del día 22 la
Guardia Civil se presentó en Belerda, detuvo a 10 de los mencionados (los otros
cuatro ya estaban en la cárcel) y los trasladó a Huesa, donde fueron
interrogados y quedaron presos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn52" name="_ednref52" style="mso-endnote-id: edn52;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[52]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Ese
mismo día Rafael Zabaleta fue puesto en libertad atenuada y regresó a Quesada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Enero de 1940<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A principios de año se reconstruyó la Cruz del Humilladero,
destruida en <st1:metricconverter productid="1936. A" w:st="on">1936. A</st1:metricconverter>
pesar de que la libertad condicional de Zabaleta le obligaba a permanecer en
Quesada, salió del pueblo viajando por Granada, Madrid, Valencia… recabando
avales para su proceso militar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Algunos presos fueron liberados de los campos de trabajo,
pero al volver a Quesada fueron nuevamente denunciados y nuevamente detenidos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn53" name="_ednref53" style="mso-endnote-id: edn53;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[53]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Otros presos son trasladados estos días desde cárceles de distintos puntos del
país hasta la de Jaén, donde se les sigue causa militar.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn54" name="_ednref54" style="mso-endnote-id: edn54;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[54]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
También avanzaban las depuraciones y la separación de funcionarios.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn55" name="_ednref55" style="mso-endnote-id: edn55;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[55]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Perdido
entre los muchos papeles del archivo municipal referidos a la represión hay uno
sobre salud pública. El día 11 de enero la Jefatura Provincial de Sanidad
ordenaba al Ayuntamiento que se procediera a “la vacunación total de los
vecinos de Belerda ante los casos de viruela existentes”<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn56" name="_ednref56" style="mso-endnote-id: edn56;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[56]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Es tan mala la situación de los presos que algunos mueren en
la cárcel. Son conocidos los casos de personajes famosos como el de Julián
Besteiro, muerto en la cárcel de Carmona, o el de Miguel Hernández en la de Alicante.
Pero también algunos quesadeños sufrieron esta suerte. El 24 de enero murió en
la prisión provincial “a causa de peritonitis” el belerdeño Vicente Morillas.
No fue el único.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn57" name="_ednref57" style="mso-endnote-id: edn57;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[57]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Febrero de 1940<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Continuaron los consejos de guerra. Hasta el momento la
mayor pena impuesta era la cadena perpetua; en febrero hubo dos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn58" name="_ednref58" style="mso-endnote-id: edn58;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[58]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Las
primeras sentencias de muerte no llegarían hasta el mes de mayo, y las primeras
ejecuciones en septiembre. Justo un año después, el 12 de febrero de 1941,
fueron fusilados 10 quesadeños en el cementerio de San Eufrasio de Jaén. Así
hasta 18. Otros 7 murieron en la cárcel, la mayoría de caquexia, según el
diccionario R.A.E. ”estado de extrema desnutrición producido por enfermedades
consuntivas”. Otros presos tuvieron más suerte y sobrevivieron, como fue el
caso de Juan de Mata Carriazo, que tras pasar 9 meses en prisión fue puesto en
libertad el día 14. Este mes de febrero la alcaldía de Quesada emitió informes
sobre más de 50 presos. Los destinatarios fueron jueces militares, la Comisión
Especial de detenciones y Encarcelamientos de Jaén y también campos de
concentración y de trabajo. Resulta sorprendente comprobar cómo algunos de los
informes eran favorables y destacaban que el preso no tenía antecedentes
políticos, incluso que “se le puede considerar adicto a la causa Nacional”. Es
una buena muestra de la ciega fiereza de la represión el que incluso algunos de
“los suyos” llevaran casi un año de trabajos forzados.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Rafael Zabaleta acumuló una gran cantidad de avales
favorables. Su denunciante se desdijo y Zabaleta fue absuelto. Tuvo, no
obstante, que bregar con otro proceso judicial abierto por el Tribunal de
Responsabilidades Políticas. Este tribunal actuaba al amparo de la Ley de
Responsabilidades Políticas publicada en el BOE de 13 de febrero de 1939. El
objetivo de la ley era imponer sanciones económicas, multas y confiscaciones de
bienes a todos aquellos que “contribuyeron con actos u omisiones graves a
forjar la subversión roja”. Aunque a principios de año ya estaban en marcha
estos procesos, hasta mayo no empezó el tribunal a pedir a la alcaldía informes
de los encartados. En todos ellos se especifica si figura o no en las listas de
contribuyentes, especialmente en las de contribución rústica y urbana, a fin de
determinar si tenía bienes de cualquier tipo. Algunas de las multas fueron
sonadas.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn59" name="_ednref59" style="mso-endnote-id: edn59;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[59]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Solo
en el mes de mayo se atendieron 26 solicitudes de informes. Todos los
procesados en los tribunales militares fueron sometidos a responsabilidades
políticas, incluidos los fusilados.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En el mes de febrero de 1940, según datos del registro Civil
amablemente facilitados por el juez municipal Antonio Torrente, hubo en Quesada
17 muertos por viruela. La mayoría en Belerda. Allí la situación era trágica.
La noche del 1 al 2 de febrero se ahorcó en la cámara de su casa una mujer
madre de 9 hijos y casada con uno de los detenidos en la redada del día 22 de
diciembre, que seguía preso en Huesa. Esta horrible desgracia movió al alcalde
de barrio y al jefe de Falange de Belerda a mandar una petición desesperada de
auxilio al alcalde de Quesada. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En la carta que le dirigen el día 3 le informan que son
bastantes las familias “que carecen de todo medio de alimentación encontrándose
como es consiguiente expuestos a sucumbir de inanición”. Refiriéndose a los
hijos de la mujer suicidada le piden que “viera Vd. el medio si es posible
colocar en algún asilo a cuatro o cinco de ellos como uno de pecho de 4 meses
que no sabemos como se puede criar”. Le aclaran que el padre “se halla detenido
en Huesa y mientras esté en esa situación no puede atender en nada a sus
desgraciados hijos”. Además, continúan, hay “otro individuo (…) de 72 años en
igual estado, sin numerar algunas viudas con tres y cuatro hijos que también
carecen de todo”.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_edn60" name="_ednref60" style="mso-endnote-id: edn60;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[60]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El alcalde y presidente del Consejo Municipal Ramón Segura
Úbeda, fusilado en el cementerio de San Eufrasio de Jaén el 14 de febrero de
1941, había gestionado con la Subpagaduría del Ejército de Tierra la pensión de
bastantes viudas de guerra y padres de soldados muertos o desaparecidos. Con la
derrota de la República dejaron de pagarse estas pensiones. La carta en
cuestión termina diciendo: “los que suscriben suplicamos a Vd. haga todo lo
posible por socorrer con los medios que estén a su alcance a los desgraciados
de esta aldea”. No he encontrado documentos que aclaren si el alcalde de
Quesada atendió o no la desesperada súplica. Esto era en Quesada, febrero de <st1:metricconverter productid="1940, a" w:st="on">1940, a</st1:metricconverter> un año de la
Victoria. </span><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU0TydNRsMt3h1lOk3KCyi7DIF5d-GTBdwc8ccqfd0f4_KKntvI9zhEbVLaO7HkReV3lcVHsz7WY9VpXDT7_QhpVljNpx85Q0gs1zt8s5cjNMmYXhOBohNF7E6Qs3vzHN3pXTn2zXYStCP/s1600/Salidas+37-39+%2528162%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1195" data-original-width="1600" height="478" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU0TydNRsMt3h1lOk3KCyi7DIF5d-GTBdwc8ccqfd0f4_KKntvI9zhEbVLaO7HkReV3lcVHsz7WY9VpXDT7_QhpVljNpx85Q0gs1zt8s5cjNMmYXhOBohNF7E6Qs3vzHN3pXTn2zXYStCP/s640/Salidas+37-39+%2528162%2529.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Anotación en el libro de registro de salidas de correspondencia.<br />Año de la Victoria<br /> A.M.Q.</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="mso-element: endnote-list;">
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 10pt;">[</span><span style="font-family: "arial";">1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Ramón Álvarez Uclés, herido, es
capturado en el hospital de Gerona en el momento de su ocupación y trasladado
al campo de concentración de Reus. Expediente I.E.G. l_89_3588.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. I_112_4637. Medardo Laínez en su
inédita “Cazorla Roja” cuenta que el día 10 llegó a Cazorla un convoy de
detenidos procedentes de Jaén que ingresaron también en la cárcel de partido.
El día 16 el Ayuntamiento de Cazorla remitió un telegrama de adhesión al
Consejo de Defensa Nacional casadista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Archivo Municipal del Quesada (A.M.Q.) Registro de
salidas de correspondencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_145_6241<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> “En la cuna del hambre. Recuerdos de un quesadeño”
Eloy Revueltas Cruz. Editado y publicado por el Ayuntamiento de Quesada y la
Diputación Provincial. <st1:metricconverter productid="2011”" w:st="on">2011”</st1:metricconverter><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. I_243 <st1:metricconverter productid="10132. A" w:st="on">10132. A</st1:metricconverter> pesar de todo y
dado que, aun a su pesar, había sido oficial del Ejército Popular de la
República, se le siguió procedimiento sumarísimo del que resultó absuelto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Medardo Laínez. Op. cit.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_280 11414<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Esta fuerza se creó en los últimos meses de la
guerra para “recuperar” y devolver al frente a los soldados que, con una u otra
excusa, abandonaban las unidades refugiándose en la retaguardia. Su existencia
en Quesada está acreditada por oficio de 17 de marzo que le dirige la alcaldía
al Destacamento de Recuperación de Quesada, en la que requiere que una pareja
de soldados “presten auxilio al agente de vigilancia (policía sin uniforme) que
se encuentra en esta con una misión especial de la subcomisaría de Cazorla” Se
trataba seguramente de las detenciones antes mencionadas. A.M.Q. Registro de
salidas de correspondencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Op. cit. Pág. 110<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: small;"><a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-weight: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-weight: normal;"> </span><span class="titulo"><span style="border: 1pt none; font-family: "arial"; font-weight: normal; padding: 0cm;">Víctimas. </span></span><span class="subtitulo"><span style="border: 1pt none; font-family: "arial"; font-weight: normal; padding: 0cm;">Jaén en
guerra, (1936-1950). </span></span><span style="font-family: "arial"; font-weight: normal;">SANCHEZ TOSTADO Luis
Miguel. Jaén : Patronato Municipal de Cultura, Turismo y Fiestas, Servicio de
Publicaciones, 2005. Páginas 327-330. <o:p></o:p></span></span></h2>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Eloy Revueltas también menciona
esta manifestación, pág.111: “un grupo numeroso de paisanos –sobre todo
paisanas- perdieron la voz gritando incansables por las calles la “victoria” y
el nombre del vencedor”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn13" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref13" name="_edn13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> En el archivo militar territorial segundo de Sevilla
se conserva el expediente judicial abierto para este suceso. Ha sido
digitalizado por el Instituto de Estudios Giennenses, referencia I_281 11429. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn14" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref14" name="_edn14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> En un documento posterior, conservado en el A.M.Q.
se dice: “a la liberación del pueblo”, refiriéndose al 29 de marzo. Dámaso
Rico, de la FEDA, también se refiere en su declaración al juez militar a la "liberación"
previa a la entrada de las tropas. Expediente I.E.G. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>l_22 806.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn15" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref15" name="_edn15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Op. cit. Pág., 112.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn16" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref16" name="_edn16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Baltasar Fernández fue denunciado y detenido al día
siguiente de su regreso. Expediente I.E.G.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>l_74 2973.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn17" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref17" name="_edn17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Registro de salidas de correspondencia.
4-4-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn18" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref18" name="_edn18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Registro de salidas de correspondencia.
15-4-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn19" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref19" name="_edn19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Valga para acreditar esta afirmación que de los casi
900 documentos de correspondencia municipal que se han consultado, apenas 80 se
refieren a asuntos administrativos. El resto son informes de conducta y
antecedentes, correspondencia con policía militar, etc.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn20" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref20" name="_edn20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Al menos en el expediente de dos procesos militares
se da como fecha de detención el día primero de abril. Juan de Dios González y
Gabriel Guijarro. Expedientes I.E.G.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>l_0532_18203 y l_0561_18768<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn21" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref21" name="_edn21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Las fichas de acusación no se archivaron juntas en
un solo expediente, sino mezcladas con otros documentos incluso posteriores.
Este número de 23 se refiere a las que he localizado, pero deben ser más. De
hecho están numeradas y una de las localizadas tiene el número 25. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn22" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref22" name="_edn22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Referencia <span style="background: white;"> AGMAV 1260,
27.</span> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn23" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref23" name="_edn23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A causa del estado de Alarma no tengo a mano la obra
de Eloy revueltas y no puedo citar página ni reproducir texto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn24" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref24" name="_edn24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Registro de salidas de correspondencia.
23-5-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn25" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref25" name="_edn25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> La historia de Francisca Plaza y Juan de Mata
Vílchez fue publicada en un artículo firmado conjuntamente con Luis Garzón Cobo
en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la <span style="mso-bidi-font-style: italic;">"Revista de Información y Cultura- Feria y Fiestas 2018" de
Quesada: “Juan de Mata Vílchez en el recuerdo”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn26" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref26" name="_edn26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Registro de salidas de correspondencia. 2-6-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn27" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref27" name="_edn27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> La denuncia y detención de Fabiana Munuera la llevan
a cabo elementos de Falange. El atestado es firmado por el jefe local
accidental de información de Falange, asistido por el secretario del
juzgado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Expediente I.E.G. l_308 12525.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn28" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref28" name="_edn28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Detenido a finales de julio de 1936, fue trasladado
junto a otros 20 quesadeños presos a Jaén. Desde allí hasta Alcalá de Henares
en el primero de los trenes llamados de la muerte (11-8-1936). A primeros de
1937 y tras un breve paso por la cárcel madrileña de Porlier, fue juzgado y
absuelto por el Jurado de Urgencia para los expedientes de Alcalá de Henares.
Puesto en libertad, consiguió pasarse a la zona franquista y regresar a Toledo.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn29" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref29" name="_edn29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> La muerte de Visitación Morán y Antonio Toral
coinciden, y seguramente son en parte causa, con la crisis política que supuso
en la práctica el fin de los “meses revolucionarios” y de la hegemonía de CNT
en el pueblo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn30" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref30" name="_edn30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Al menos tres de ellas están
incluidas en procesos judiciales de distintos presos (expedientes I.E.G.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>l_0403_15166, l_0403_15166 y l_113_4732). Se
refieren a la “persecución” sufrida por él en los años de la República, a la quema
de los libros parroquiales y de su biblioteca particular, así como a los
registros de la casa rectoral y la parroquia, a su traslado a la fonda y
posterior detención.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn31" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref31" name="_edn31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Fue el caso de Clemente Cifuentes,
al que Morán acusó, entre otros muchos, de participar en la muerte de su
hermana y de planear su propio asesinato, lo que evidentemente no se produjo:
“Acuso, por consiguiente, al Clemente Cifuentes, como inductor y organizador de
mi asesinato.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn32" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref32" name="_edn32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Notificación de multa a Francisco Malo por firmar a
favor del detenido Francisco Ortiz. Documento facilitado por la familia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn33" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref33" name="_edn33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Relación nominal de contribuyentes indicando
la cantidad aportada. 20-6-1939<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn34" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref34" name="_edn34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Carta de la alcaldía de 26-7-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn35" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref35" name="_edn35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Luis Garzón Cobo y Vicente Ortiz García. Op. cit.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn36" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref36" name="_edn36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_105_4306. Eugenio Moreno Amores,
p. ej., detenido e ingresado en el campo de concentración de Corbán, en
Santander.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn37" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref37" name="_edn37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Carta del comandante militar a la alcaldía de
26-7-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn38" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref38" name="_edn38" style="mso-endnote-id: edn38;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> “Historia de Quesada. Desaparición de la Virgen de
Tíscar. Julio <st1:metricconverter productid="1936.”" w:st="on">1936.”</st1:metricconverter>
<a href="https://historiadequesada.blogspot.com/2019/05/desaparicion-de-la-virgen-de-tiscar.html">https://historiadequesada.blogspot.com/2019/05/desaparicion-de-la-virgen-de-tiscar.html</a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn39" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref39" name="_edn39" style="mso-endnote-id: edn39;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Actas del Consejo de Administración y Junta de
Accionistas de Fuerzas Económicas de Andalucía S.A. Archivo y fondo histórico
de ENDESA.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn40" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref40" name="_edn40" style="mso-endnote-id: edn40;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Causa General. Pieza 11. Jaén. 18107254.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn41" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref41" name="_edn41" style="mso-endnote-id: edn41;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Edicto publicado en el Boletín Oficial de la
Provincia de 28-8-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn42" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref42" name="_edn42" style="mso-endnote-id: edn42;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Expediente I.E.G. l_284 11550. Antonio Morata, condenado a 12 años de
cárcel. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn43" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref43" name="_edn43" style="mso-endnote-id: edn43;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Telegrama de 3-10-39.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn44" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref44" name="_edn44" style="mso-endnote-id: edn44;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_290 11844.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn45" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref45" name="_edn45" style="mso-endnote-id: edn45;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[45]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Son los que he podido localizar. Por la forma de
archivar seguramente hay más, correspondientes a 1939, entre la documentación
de años posteriores. También es muy posible que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en muchos casos no llegaran a emitirse informes o que no se archivaran.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn46" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref46" name="_edn46" style="mso-endnote-id: edn46;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[46]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Como curiosidad es destacable la vereda que los
presos vascos confinados en Padul (Granada) construyeron en la sierra del
Manar. Sigue siendo conocida como “camino de los gudaris” y es hoy día muy
utilizado por senderistas que a menudo desconocen su origen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn47" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref47" name="_edn47" style="mso-endnote-id: edn47;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[47]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_114_4773 <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<span style="font-family: "arial";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn48" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref48" name="_edn48" style="mso-endnote-id: edn48;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[48]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Se refiere esta cifra, como casi todas las
mencionadas en este trabajo, a documentos que he conseguido<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>localizar. El total real debe ser bastante
mayor<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn49" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref49" name="_edn49" style="mso-endnote-id: edn49;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[49]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente de depuración conservado en el A.M.Q.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn50" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref50" name="_edn50" style="mso-endnote-id: edn50;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[50]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Plenos del Ayuntamiento de 12-12-39 y 30-12-<st1:metricconverter productid="39. A" w:st="on">39. A</st1:metricconverter>.M.Q.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn51" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref51" name="_edn51" style="mso-endnote-id: edn51;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[51]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_0352_13854<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn52" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref52" name="_edn52" style="mso-endnote-id: edn52;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[52]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_0505_17618. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn53" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref53" name="_edn53" style="mso-endnote-id: edn53;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[53]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_136_5806. Tomás Guijarro
Cerrillo fue detenido el 6 de enero al volver del batallón de trabajadores nº
51.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn54" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref54" name="_edn54" style="mso-endnote-id: edn54;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[54]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_136_5806. Jesús Martínez
Gallardo, desde Santa Bárbara, en Alicante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn55" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref55" name="_edn55" style="mso-endnote-id: edn55;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[55]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Salvador Rodríguez es separado del cuerpo de
funcionarios de prisiones. BOE 18-01-1940<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn56" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref56" name="_edn56" style="mso-endnote-id: edn56;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[56]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> A.M.Q. Correspondencia recibida. 11-1-40.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn57" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref57" name="_edn57" style="mso-endnote-id: edn57;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[57]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Expediente I.E.G. l_54 2137.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn58" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref58" name="_edn58" style="mso-endnote-id: edn58;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[58]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Francisco Carruana y Pedro Martínez. Expedientes
I.E.G. l_290 11844 y l_278 11347.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn59" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref59" name="_edn59" style="mso-endnote-id: edn59;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[59]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> El industrial Carlos Sánchez, que había sido miembro
y secretario local de Unión Republicana, fue multado por el Tribunal Regional
de RR.PP. de Granada con 3.000 ptas. BOE de 7 de enero de 1942.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn60" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2022-03-20/Quesada%2002-03-20/A%C3%B1o%20de%20la%20Victoria/1939%20EN%20QUESADA.%20PRIMER%20A%C3%91O%20DE%20POSTGUERRA.doc#_ednref60" name="_edn60" style="mso-endnote-id: edn60;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[60]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Carta de Ildefonso Campos, alcalde de barrio de
Belerda y de Rosauro Galán, jefe de F.E.T. y de las J.O.N.S. en la aldea al
alcalde de Quesada, Jaime Palop. A.M.Q. 3-2-40.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-16832812272991827862019-12-20T00:43:00.000-08:002019-12-20T01:26:05.194-08:001873. PROCLAMACIÓN DE LA PRIMERA REPÚBLICA EN QUESADA<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmwylwYhMzkM-ehp4tNV9OjQdp95KpqbK1dkXC82ODfhsJEBCTRGJkCR5oIjn-7VJcMknWeJXvUQk-DORBXkRQVjF7LgjGSiWfIENaKZCSv81KXS7GWk8615XFCajp3a-HEAcgt4j3vsSQ/s1600/1873-06-09+Rep%25C3%25BAblica+Federal.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="984" data-original-width="1191" height="528" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmwylwYhMzkM-ehp4tNV9OjQdp95KpqbK1dkXC82ODfhsJEBCTRGJkCR5oIjn-7VJcMknWeJXvUQk-DORBXkRQVjF7LgjGSiWfIENaKZCSv81KXS7GWk8615XFCajp3a-HEAcgt4j3vsSQ/s640/1873-06-09+Rep%25C3%25BAblica+Federal.jpeg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Placa de mármol que se colocó en la plaza de Quesada</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">1873. PROCLAMACIÓN DE LA PRIMERA REPÚBLICA EN QUESADA<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">El
catorce de febrero de 1873 se reunió el Ayuntamiento de Quesada en sesión
extraordinaria y urgente. Abierta la sesión, el secretario dio lectura a una
comunicación, de fecha doce del mismo mes, que dirigía el "ciudadano
Gobernador Civil de la Provincia" al "ciudadano Alcalde de esta Villa".
En ella se informaba que el día once se había verificado "la proclamación
de la República Democrática por el Congreso y el Senado." Esa misma noche
se había hecho igual proclamación en la capital de la provincia y ordenaba el
ciudadano gobernador que así se hiciera en Quesada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">La
mañana de aquel once de febrero de 1873 había abdicado el rey Amadeo I y
Congreso y Senado, reunidos en Asamblea Nacional, habían votado la primera
República Española. Se iniciaba así el último capítulo del vertiginoso periodo
iniciado con la revolución de 1868, La Gloriosa o Septembrina. Nació la
República en mitad de una grave crisis económica mundial, con la abierta
hostilidad de los imperios y monarquías que entonces dominaban Europa.
Estallaron levantamientos carlistas y cantonales, y la pugna entre radicales, republicanos
unitarios y federales le negaron un solo día de tranquilidad y calma a la nueva
República.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Como
muestra de tan tremenda inestabilidad quedó la frase que el primer presidente
del Poder Ejecutivo de la República, Estanislao Figueras, desesperado y
superado por los enfrentamientos, dijo en un consejo de ministros durante los
tumultuosos días de junio: "Señores, estoy hasta los cojones de todos
nosotros". Figueras cogió un tren en Atocha y se marchó a Francia, desde
donde mandó un telegrama comunicando su dimisión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo49uDqVZEMfONq3CJxs3ZTOdlnTPU8NxSreIE3osCytBEeiI-I6trrx3kwjCjX2ahk-rvCFNee5UGnop9YSAa9JaTfonMmZphyKTpnHKbep4NapITEQgVl72wetatJkL7Gw36Bjyz5zWo/s1600/Alegor%25C3%25ADa_de_la_Primera_Rep%25C3%25BAblica_Espa%25C3%25B1ola%252C_por_Tom%25C3%25A1s_Padr%25C3%25B3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1298" data-original-width="959" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo49uDqVZEMfONq3CJxs3ZTOdlnTPU8NxSreIE3osCytBEeiI-I6trrx3kwjCjX2ahk-rvCFNee5UGnop9YSAa9JaTfonMmZphyKTpnHKbep4NapITEQgVl72wetatJkL7Gw36Bjyz5zWo/s640/Alegor%25C3%25ADa_de_la_Primera_Rep%25C3%25BAblica_Espa%25C3%25B1ola%252C_por_Tom%25C3%25A1s_Padr%25C3%25B3.jpg" width="472" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">"La Niña Bonita" Alegoría de la República publicada en la<br />revista satírica "La Flaca"</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">En
Quesada desde la revolución de 1868 la vida política local estaba en manos de
los parientes y amigos del general Serrano Bedoya, que había sido uno de los
protagonistas en el derrocamiento de Isabel II. El respaldo de tan importante político,
que podía influir y recomendar en Madrid los intereses locales, daba a sus
partidarios en el pueblo gran prestigio y poder.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">La
ascendencia de Serrano en Quesada quedó simbolizada con el cambio de nombre de
la plaza, que de ser plaza de la Villa pasó a llamarse del General Serrano
Bedoya.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Cuando aquel febrero de 1873 llegó la República era alcalde Ramón Serrano
Bedoya, hermano del general, y eran concejales otro de sus hermanos, José, y
sus primos Hilario, Pablo y Francisco Serrano. Por cierto, también formaba
parte de aquella Corporación Rafael Hidalgo del Riego, padre del pintor Rafael
Hidalgo de Caviedes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">La
salida de Amadeo I y la proclamación de la República provocaron en Quesada una
crisis que, aunque apenas duró dos días, el catorce y quince de febrero, sin
duda supuso un auténtico terremoto en la amodorrada rutina del pueblo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfskm0-VDbYvW1uvP1NnSaWOLHfCIK_sYnP65a3uO5JHZr6SdUIIzVe3kFWhlQYhNAblkrmAJR464veUfacfnRWB9tGm9sd6F3f0LCXCJAwToPluiUvlr8iK8fTISK7nYV3hhtDMkM5nxy/s1600/1873-02-14+Comit%25C3%25A9+republicano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="545" data-original-width="1600" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfskm0-VDbYvW1uvP1NnSaWOLHfCIK_sYnP65a3uO5JHZr6SdUIIzVe3kFWhlQYhNAblkrmAJR464veUfacfnRWB9tGm9sd6F3f0LCXCJAwToPluiUvlr8iK8fTISK7nYV3hhtDMkM5nxy/s640/1873-02-14+Comit%25C3%25A9+republicano.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Constitución de la Junta de Gobierno Republicana del Ayuntamiento de Quesada</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Aquella
mañana del día 14 el ciudadano alcalde, Ramón Serrano, a la vista del escrito
del ciudadano gobernador y de "la reunión confidencial que hubo lugar ayer
entre varios vecinos de la localidad y entre ellos Don Francisco Calatrava
Presidente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del Comité Republicano de
este Pueblo"<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>propuso y así se
acordó con el apoyo unánime de la Corporación, "resignar en este (el
Comité Republicano) la misión de Administración y demás funciones
concejiles". Tras dimitir, los miembros de la Corporación abandonaron la
sala capitular e invitaron al Comité "para que proceda al nombramiento de
la Junta de Gobierno que se constituya." <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Inmediatamente
entraron en el salón de plenos los miembros de dicho Comité para constituir la
Junta de Gobierno provisional. En el acta anotó el secretario municipal:
"Constitución de la Junta de Gobierno Republicana Federal". La
República proclamada no lo había sido con el carácter de Federal, ese fue un
debate que enfrentó a unitarios y federales durante todo el año de su
existencia. Pero como en Quesada existía un activo grupo de republicanos
federales (que se mantuvo incluso durante el posterior reinado de Alfonso XII)
no dudaron en proclamar la Federal. En la reunión de la tarde anterior los
federales ya habían elegido "por aclamación unánime del Comité Republicano
y demás ciudadanos que pertenecen a esa comisión política" a los miembros
de la Junta de Gobierno. Quedó pues constituida la Junta en el acto, y fue presidida
por el ciudadano Francisco Calatrava León.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Don
Francisco cerró el acto constitutivo con un ¡Viva la República Federal!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMqC2poKFgJMNDFEwDqO0jCbbW_QOyFR6whlYrks9q3xXXGX6barwZZTFK-Vgtv1TfcAxBWgDuCwSvBUey62MCuDoujLH2_1nWPwwKAgJ0j4KUF7juAxB5Ztp6JWol0taJAAsF5FiYpYJu/s1600/1873-02-14+Viva.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="534" data-original-width="1600" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMqC2poKFgJMNDFEwDqO0jCbbW_QOyFR6whlYrks9q3xXXGX6barwZZTFK-Vgtv1TfcAxBWgDuCwSvBUey62MCuDoujLH2_1nWPwwKAgJ0j4KUF7juAxB5Ztp6JWol0taJAAsF5FiYpYJu/s640/1873-02-14+Viva.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">El ¡Viva! a la República Federal de Francisco Calatrava</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Inmediatamente
la "Junta Revolucionaria Republicana Federal" celebró su primera
sesión ordinaria y tomó un acuerdo que el secretario tituló "Cesantías de
todos los Empleados Municipales y nombramientos para cubrir las vacantes."
Fueron cesados y sustituidos los dos médicos municipales, el depositario de
fondos, el cartero "o administrador de Correos de esta localidad", <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>encargado del reloj, el portero del Ayuntamiento,
los guardas rurales, los guardas mayor y menor de la Dehesa del Guadiana, el inspector
de (venta de) carnes, el "Inspector de Policía y Alcalde de Cárcel",
los guardas de montes y el juez municipal. Solo se libraron de la remoción el
secretario y los dos oficiales del Ayuntamiento. También se acordó cesar y
amortizar las plazas de maestro y maestra de Belerda "mediante a que de
nada sirben en dicha Aldea por no tener niños que asistan".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial";">Es de imaginar que aquella noche del catorce al quince de febrero fue
inolvidable para muchos vecinos. De alegría para </span><span style="font-family: "arial";">los nombrados y de preocupación para los cesados. También es de imaginar
el golpe que supuso para la anterior clase dirigente, pues de un plumazo se le
arrebataba el poder municipal. Pero ni los unos ni los otros se sorprenderían.
Cinco años antes había ocurrido lo propio. Cuando en 1868 una Junta controlada
por los partidarios de Serrano<span style="color: black;"> sustituyó al
Ayuntamiento isabelino anterior, su primer acto fue el cese de toda la
plantilla municipal. Lo hicieron atendiendo las disposiciones de la Junta
Provincial que, además de cesar a todos los ayuntamientos, dejaba sin efecto
"los nombramientos de los empleados de todos los ramos de la
Administración pública".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
No existían entonces <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las carreras
funcionariales como ahora se entienden y estas cesantías, generales o dedicadas
a un individuo, eran comunes. De manera que ahora la Junta Republicana actuaba
siguiendo un guión ya conocido.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Sin
embargo, las penas y alegrías con el amanecer cambiaron de bando, quedando como
si hubiera sido simplemente un sueño. Esa mañana "se reunieron en casas
Capitulares los señores que componen el Ayuntamiento que cesó el día de ayer
bajo la presidencia del ciudadano Francisco Calatrava". Abierta la sesión,
"se dio lectura a la Circular del Señor Gobernador Civil de la Provincia
fecha 13 de los que cursan". Mediante la misma el gobernador cesaba a
todas las juntas de gobierno nombradas en los pueblos de la provincia y
ordenaba reponer a los ayuntamientos preexistentes. Calatrava "en su vista
de la circular y teniendo deseo de que tenga cumplido efecto manifestó
declinaba la Autoridad recibida en el día de ayer en manos del Alcalde y
Munícipes de quien la había recibido." Acatando unos y otros la orden,
quedó el Ayuntamiento "constituido cual lo estaba". Tras acordar que
se fijase la circular del gobernador "en el sitio de costumbre", firmaron
el acta conjuntamente: Francisco Calatrava por la Junta Republicana cesada y
Ramón Serrano y los concejales presentes en la reunión por el Ayuntamiento
repuesto.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Una
vez abandonó la sala el efímero presidente de la Junta Republicana, continuó
reunido el Ayuntamiento repuesto. Su primer acuerdo fue reponer en sus
respectivos<span style="color: black;"> </span>destinos a los maestros de
escuela, guardas de la Dehesa y rurales, cartero, alcalde de Cárcel " y
cualquier otro destino que por la misma hubiese sido sustituido". <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">En
1868 fue la autoridad revolucionaria la que disolvió ayuntamientos y removió funcionarios.
En 1873 el gobernador republicano hizo lo contrario. La explicación está en que
en 1868 se produjo una ruptura revolucionaria con la legalidad anterior,
mientras que la República vino por el voto de Congreso y Senado, tras la
abdicación del rey y sin que se produjera ruptura legal. De todas formas llama
la atención la tranquilidad con la que se produjeron estos cambios en Quesada, con
unos y otros firmando actas conjuntamente. La primera República transcurrió en
Quesada con mucha tranquilidad, al menos por lo que se deduce de las actas
municipales porque es de imaginar que en calles y tabernas alguna discusión sí
que habría.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Los
ayuntamientos republicanos de Quesada se ocuparon de asuntos corrientes, del
día a día de la vida del pueblo. Hicieron unas ordenanzas municipales que se
mantuvieron en vigor bastantes años, atendieron los pleitos de lindes en la
Dehesa, que era la fuente principal de ingresos para el Ayuntamiento, dieron
los primeros pasos para buscar un lugar adecuado al mercado, por entonces
celebrado al aire libre, en la plaza, donde aún no había jardín. Se ocuparon también
de ordenar la feria de ganado, de resolver peticiones de vecinos, de discutir
las cuentas municipales... No hubo, al parecer, grandes causas ni luchas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHb8DXIWd6jiBuzHO0cZeKnudAiiiKIYpo_B2ESKXaMerfVOfxzqjkwb9l0KdOvp4cyKnAwnDvSRhQPBoudqcaiW3BcpXme8aZ_TU6s2FVZQn-fh0AZfvUcn9XKoei7z6pZZj4t47e84Wq/s1600/Ordenanzas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1179" data-original-width="1600" height="470" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHb8DXIWd6jiBuzHO0cZeKnudAiiiKIYpo_B2ESKXaMerfVOfxzqjkwb9l0KdOvp4cyKnAwnDvSRhQPBoudqcaiW3BcpXme8aZ_TU6s2FVZQn-fh0AZfvUcn9XKoei7z6pZZj4t47e84Wq/s640/Ordenanzas.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">El libro de las Ordenanzas Municipales de 1873</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Como
ejemplo de esa tranquilidad, de lo que podría llamarse "normalidad",
puede valer la forma que tuvieron los republicanos federales de celebrar la
proclamación de la República, que ahora sí había sido votada por el Congreso,
cuando a principios del verano consiguieron la alcaldía y el poder municipal. El
día dos de julio "se acordó que se pague con cargo al Capítulo de
Imprevistos los gastos ocasionados en la función de Iglesia que se celebró en
el día de ayer por la proclamación de la República (Federal) en esta localidad
y en obsequio a Nuestra Patrona la Santísima Virgen de Tíscar". Firmaba el
acta el alcalde y jefe de los republicanos federales, Francisco Calatrava León.
Varias semanas después fue necesario aclarar que en esos gastos se debía
incluir "el importe del refresco dado al Municipio, clero y algunos
convidados" por la misma ocasión.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">En
Cazorla, según escribió Medardo Laínez en 1935,<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> las
cosas fueron de similar tranquilidad. Los pueblos de la comarca no se
constituyeron en cantones independientes, ahorrándonos así el espectáculo de
que hubieran llegado entre ellos a más que palabras, cosa nada improbable
considerando que la "flota de Cartagena" bombardeó Almería y
Alicante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Tiempo
habrá en estas mismas páginas de entrar en detalles sociales, políticos, de
costumbres, etc. no solo de la primera República sino de todo el agitado
periodo que se inició con La Gloriosa de 1868. Por ahora, y por no cansar
mucho, creo que es suficiente con mencionar los dos cambios que se produjeron
en la Corporación quesadeña durante esta primera República.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">En
el mes de junio de 1873 se inició la etapa más convulsa de la República. El día
ocho las Cortes Constituyentes proclamaron la República Federal por doscientos
dieciocho votos a favor y dos en contra. El día diez se produjo la huida y
dimisión de Figueras. El once fue elegido el federal Francisco Pi y Margall como
segundo presidente del Poder Ejecutivo de la República. Casi al tiempo los
federales "intransigentes" iniciaron la sublevación cantonal a la que
hubo de hacer frente el almeriense Nicolás Salmerón, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tercer presidente y federal
"moderado".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG03rpNQF9thyphenhyphenJqMGJZGM9IZ2L9bk3iYg9jE9dzQ0dqaFlGZwprsiLuQjxBOQpBFMh-SOFiuqQ4pZA7ASuoDi0BtEAVUFlO3RKIZ2qDPGaOjNHCBVDyZWKXod0LywO7_tFQm4CyOjXKctl/s1600/1873+1%25C2%25AA+Republica+Jaen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="396" data-original-width="412" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhG03rpNQF9thyphenhyphenJqMGJZGM9IZ2L9bk3iYg9jE9dzQ0dqaFlGZwprsiLuQjxBOQpBFMh-SOFiuqQ4pZA7ASuoDi0BtEAVUFlO3RKIZ2qDPGaOjNHCBVDyZWKXod0LywO7_tFQm4CyOjXKctl/s320/1873+1%25C2%25AA+Republica+Jaen.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Sello del Gobierno Civil</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Quesada,
que en su aislamiento vivía un poco al margen de las convulsiones políticas, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en este inicio del verano de 1873 no pudo
sustraerse a ellas. Fuera por disconformidad con la nueva situación o por temor
a sus consecuencias, el Ayuntamiento en pleno presentó su dimisión. La
Diputación Provincial aceptó las renuncias y procedió de inmediato a nombrar un
Ayuntamiento interino "ante la proximidad de las Elecciones
Municipales". El día veintinueve de junio se celebró pleno extraordinario
al que asistieron los concejales salientes y los nuevos. Tomada posesión, los
entrantes procedieron a elegir como alcalde a Francisco Calatrava León y sin
perder un minuto cesaron a los empleados municipales nombrado otros en su
lugar.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Fue
este el Ayuntamiento que celebró con una fiesta a la Virgen su acceso al poder,
en el que se mantuvo hasta principios de 1874.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">El
tres de enero de ese año triunfó el golpe de estado del general Pavía que
disolvió las Cortes y desalojó al cuarto presidente, Emilio Castelar. Fruto del
golpe, el quinto y último presidente, Francisco Serrano Domínguez, formó un
gobierno de concentración del que excluyó a los republicanos federales. Se
mantuvo en el poder hasta fines de año en que fue derrocado por el golpe de
estado de Martínez Campos en Sagunto, que precipitó la restauración borbónica.
Fue durante este gobierno cuando Serrano Bedoya ocupó la cartera de Guerra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">La
dictadura republicana de Serrano Domínguez tuvo como objetivo desalojar a los
federales de todas las instancias de poder, incluidos ayuntamientos.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Por
eso, el veintisiete de enero el gobernador Civil destituyó al alcalde y
concejales de Quesada, nombrando un nuevo Ayuntamiento del que sería alcalde
Ramón Serrano Bedoya, hermano del general. El cambio se hizo con la
tranquilidad ya habitual y en presencia del alcalde saliente Francisco
Calatrava. Fue una vuelta a los ayuntamientos moderados del periodo <st1:metricconverter productid="1868 a" w:st="on">1868 a</st1:metricconverter> 1873 y representó el
apogeo en el poder local de los partidarios de Serrano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">El
general volvió a ser el referente de la política local y "protector"
de los intereses de Quesada ante las instancias gubernamentales. Cuando se
conoció el resultado favorable a Quesada en el pleito de límites de la Dehesa,
Serrano mandó una carta al Ayuntamiento felicitándolo, o mejor dicho felicitándose,
por la noticia: "Ciertamente que interpuse mi influencia en favor de dicho
pleito, pero es la verdad que asistía a Quesada la Justicia, y es así mismo
cierto que como hijo de ese Pueblo, tenía el sagrado deber de velar por los
intereses de su comunidad".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Con
el fin de la República y la restauración monárquica en Alfonso XII se
produjeron los correspondientes cambios en el Ayuntamiento -y en sus empleados-
pero eso ya queda para otra ocasión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Para
terminar, una explicación sobre la foto que abre estas líneas. Se trata de la
placa o lápida que se colocó, seguramente en la torre del reloj, cuando se
dedicó la plaza a la República Federal. En el pleno de diez de agosto de aquel
año (1873) se acordó cargar al capítulo de Imprevistos "el importe de la
lápida para la plaza de esta Población" así como el cuadro de la República
para las Casas Capitulares y "los honorarios de la orquesta que estuvo
tocando ínterin se ponían ambas cosas y en la noche del tres de agosto para
festejar la proclamación de la República”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">La
placa reza: "PLAZA DE LA REPUBLICA FEDERAL 1873" y muestra cuatro
fechas, una en cada esquina: once de febrero, veinte de marzo, veintitrés de
abril y ocho de mayo. La primera y la última corresponden a la proclamación de
la República y de la República Federal respectivamente. El veintitrés de abril fue
el día que el entonces ministro de Gobernación Pi y Margall sofocó un serio
intento de golpe de estado salvando a la República. Por último, el veinte de
marzo fue el día en que la Asamblea Nacional debatió y aprobó la abolición de
la esclavitud en Puerto Rico.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Curiosamente
era este un asunto con el que el pueblo de Quesada se sentía implicado. Durante
una de las últimas sesiones del Congreso en tiempos de Amadeo I, el quesadeño
Laureano Delgado Alférez, diputado por el distrito de Cazorla, presentó varios
escritos firmados por los vecinos de Quesada, Hinojares, Huesa y Pozo Alcón
"con sus ayuntamientos a la cabeza", pidiendo "la abolición
inmediata de la esclavitud" en la isla.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Sin
duda los quesadeños y especialmente los republicanos federales, se sentían muy orgullosos
de haber puesto su granito de arena en el asunto y quisieron inmortalizar la
fecha en la placa o lápida que colocaron en la plaza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="mso-element: endnote-list;">
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Pleno del 18 de octubre de 1868.
Justificaba el acuerdo el Ayuntamiento revolucionario en la necesidad de
"inmortalizar en esta Población el preclaro nombre de nuestro Ylustre
Patricio el Excelentísimo Señor General Serrano Bedoya, uno de los caudillos e
iniciador del glorioso alzamiento Nacional contra la ominosa y caída
Administración moderada". Este nombre se mantuvo, con un pequeño
paréntesis en 1873, hasta que en 1931 fue sustituido por el de Plaza de la
República.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Era vicepresidente Simón<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del Águila y vocales Miguel Muñoz y Justo
Vela. Como secretario quedó nombrado el que era secretario municipal, Gaspar
Antonio de Salas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Evidentemente no se trataba de que
no hubiera niños en Belerda; los habría y muchos. La justificación de los ceses
estaba en que no los había "que asistieran". Y es que, efectivamente,
la asistencia a la escuela era una rareza reservada solo a los pocos miembros
de las "clases pudientes".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> "Boletín Oficial
Extraordinario de la Provincia de Jaén" de fecha 30-9-1868.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Eran estos concejales presentes
Pablo Serrano, José Montiel, Antonio Rodríguez, Antonio Alférez, José Hidalgo
del Riego, Carlos Pérez, Antonio de Lara, Hilario Serrano, Nicolás Valdés,
Francisco Serrano y Godoy y José Serrano Bedoya.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Acta del pleno de diez de agosto de
1873.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Vida política y literaria desde la
primera a la segunda República" El Adelantado de Cazorla. 1935. Pág. 183 y
ss.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Secretario -el anterior dimitió
junto a los concejales-, oficiales de secretaría, depositario, médicos,
cartero, encargado del reloj y guardas rurales y de la Dehesa. En este caso se
sustituyó también al "peón público", "cargo" que fue
ocupado por Julián Salcedo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> También acabar con la tercera
guerra carlista, tarea en la que tuvo un papel activo como capitán general de
Cataluña el general Serrano Bedoya, antes de ser ministro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Carta fechada en Barcelona a
primero de mayo de 1874 y adjunta al libro de actas municipal. En ese año se
dejó constancia de otras gestiones de Serrano, como la reducción del cupo de
soldados de Quesada según carta del ministro de Gobernación Sagasta a Serrano,
transcrita en el pleno de veinticuatro de agosto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ley publicada en la "Gaceta de
Madrid" de veintiséis de marzo de 1873.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2015-12-19/Quesada/Primera%20Rep%C3%BAblica/Primera%20Rep%C3%BAblica%2001.doc#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Diario de Sesiones del Congreso de
los Diputados de cuatro de febrero de 1873.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-40536360925014159572019-12-09T12:18:00.002-08:002019-12-09T12:18:29.990-08:00"EL FUNCIONARIO MUNICIPAL".Una revista publicada en Quesada en 1930. <br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjVyS9jy2Cq8sMgDv1VygsvqX1f-DeV1316BSL1CsO0PWUXOyor3mnold7_yzJ1JwTK_w8NYzKdPPXdI6-edpffTOqJAaq4PPmWUpnmcNs8-bJZS7rfYX0YCjrXlq1AvcAkoKvMkGdmxVE/s1600/1930-01-31+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1176" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjVyS9jy2Cq8sMgDv1VygsvqX1f-DeV1316BSL1CsO0PWUXOyor3mnold7_yzJ1JwTK_w8NYzKdPPXdI6-edpffTOqJAaq4PPmWUpnmcNs8-bJZS7rfYX0YCjrXlq1AvcAkoKvMkGdmxVE/s640/1930-01-31+%25281%2529.jpg" width="470" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">El primer número de la revista</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">El
31 de enero de 1930 veía la luz en Quesada la revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">"El Funcionario Municipal-Revista Órgano de los empleados
administrativos"</i>. Era su director Valentín de las Marinas Degiuli, y
la redacción y administración de la revista estaban en la calle García Prieto
35 principal de Quesada, domicilio de Valentín.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> En la
Biblioteca Municipal de Quesada se conserva la colección completa de la revista,
que la familia de Valentín de las Marinas donó al Ayuntamiento tras su muerte
en 1973. Teresa Heredia, bibliotecaria municipal, ha puesto amablemente a mi
disposición esta publicación periódica sorprendentemente nacida en Quesada en
1930.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">El
contenido de la revista es corporativo, dedicado a los intereses,
reivindicaciones y problemas de los funcionarios y empleados municipales.
Alcanzó una notable difusión por casi todo el país como se puede ver tanto en
la correspondencia recibida como en la publicidad. Tuvo dos etapas: la inicial
en los años 1930 y 1931 y otra posterior iniciada en 1960, ya fuera y al margen
de Quesada. Es a esa primera etapa a la que me referiré, pues, además del
contenido profesional propio de la publicación, a menudo aparecen en sus
páginas noticias de Quesada y referencias a la vida social y cultural
quesadeña. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">El
primer número salió a la calle con fecha de 31 de enero de 1930 con una vocación
quincenal que se anunciaba en la propia cabecera: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">"se publicará los días quince y final de cada mes"</i>. No
obstante, y seguramente a causa de la dedicación que requería y del coste del
proyecto, desde junio de ese año pasó a mensual, siendo finalmente los dos
últimos números bimensuales. En total salieron veinte números; el último de
esta primera época fue el correspondiente a mayo y junio de 1931. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Coinciden
estos dos años con un periodo de cambios radicales en España, de convulsiones
políticas reflejadas en sus páginas. Así, nacida en la dictadura<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> del
general Berenguer, conoció los últimos esfuerzos de Alfonso XIII por mantenerse
en el poder con el gobierno del almirante Aznar, las elecciones municipales de
abril y la proclamación de la II República. Estos cambios políticos afectaban
de manera inmediata a los ayuntamientos y repercutían directamente en los
trabajadores municipales, destinatarios de la revista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiNS8LqBQW0nqX3GgI2yCBJzJ1g0RY4IIwbyMH3YbTZDlzHe-TYtL-6Z3oHHCgP5fgmw0ZYoW-tPVqDEHM-4bywndP2gg9xs_C1gb0ckOZxToKDbAL7EPEYCbEuTT_dRp3l7n0GRQEIeuF/s1600/1967-03-12+Homenaje+Marinas+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="801" data-original-width="1120" height="456" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiNS8LqBQW0nqX3GgI2yCBJzJ1g0RY4IIwbyMH3YbTZDlzHe-TYtL-6Z3oHHCgP5fgmw0ZYoW-tPVqDEHM-4bywndP2gg9xs_C1gb0ckOZxToKDbAL7EPEYCbEuTT_dRp3l7n0GRQEIeuF/s640/1967-03-12+Homenaje+Marinas+3.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Biografía de Valentín de Las Marinas en un homenaje de 1967</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Hijo
de Francisco de las Marinas, secretario del juzgado municipal, Valentín de las
Marinas nació en Quesada en 1902. En 1930 era oficial mayor del Ayuntamiento;
posteriormente fue varias veces secretario interino hasta su marcha a Peal, ya
en la posguerra. Fue un personaje inquieto, muy implicado y activo en la vida
local de aquellos años. Periodista aficionado, escribió como corresponsal para
el periódico conservador <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La Regeneración”</i>
de Jaén, Boletín de la Cruz Roja Provincial, etc. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">En
1935 fue encargado de la redacción de uno de los tres capítulos dedicados a
Quesada en la obra colectiva <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El
Adelantado de Cazorla”.</i> Lo tituló<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“</i></b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quesada.
Religión, ciencia, arte.”</i> En él hace la consabida referencia a la Virgen de
Tíscar, al calendario de fiestas y a las figuras destacadas que había dado el
pueblo: Serrano, el gramático Santiago Vicente, Alcalá y Menezo, el pintor
Isidoro Bello… De su tiempo cita al indiscutible Juan de Mata Carriazo y a Juan
Arroquia Herrera como animador del teatro de aficionados. Hay en este artículo
una curiosa mención al entonces joven Zabaleta:<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> “Hoy, con más base artística, aunque no con menos vocación, puede
reemplazarle (a Isidoro Bello) ventajosamente Rafael Zabaleta, diplomado de la
Escuela de San Fernando; tiene condiciones, pero, tímido y vacilante, no se
lanza a conquistar los lauros que, sin duda, el arte le reserva.”<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">La
revista no tiene un carácter político marcado, pero se amolda a cada momento acatando
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“poder constituido”</i> con cierto
entusiasmo. Esta adhesión la comprendería perfectamente su público de pequeños
funcionarios acostumbrados a sobrevivir en medio de los cambios políticos que a
menudo repercutían con fiereza en la vida municipal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">La
portada del primer número está dedicada al retrato del gobernador civil <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“que prometió ayudarnos en la obra que vamos
a emprender”</i>; se le ofrenda “nuestro homenaje de veneración y afecto”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es enero de 1930, con el general Berenguer en
el gobierno intentando salvar a la Monarquía. Tras las elecciones municipales
de abril de 1931 y la proclamación de la República, el editorial del que sería último
número de la revista, titulado "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
nuevo Régimen”</i>, la recibe con entusiasmo: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hemos anochecido, oprimidos por un régimen infamante donde campeaban a
placer las inmoralidades y la tiranía y nos lanzó prestos de la cama el vivo
fulgor de la libertad”</i>. Nos puede parecer <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un descarado chaqueteo, pero como decía arriba,
hay que valorar el contexto. Son tiempos de cesantías, y de unos empleados
públicos desprotegidos y a merced y capricho del munícipe de turno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC7InhJ193K1YhWqwhbmgRzUO_E9wpVYhVZOuOpsjhOnwycGDUFbdMmbb5NAxvmvMkWaTkKSoD-59Ri8v1dhtm53BJMG7iilF3EepR61Yhg3zfrcTdQcijQ7K8guZsJCXLv-Asugy_zG2k/s1600/1930-08-00+%25281%2529.jpg" imageanchor="1"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgC7InhJ193K1YhWqwhbmgRzUO_E9wpVYhVZOuOpsjhOnwycGDUFbdMmbb5NAxvmvMkWaTkKSoD-59Ri8v1dhtm53BJMG7iilF3EepR61Yhg3zfrcTdQcijQ7K8guZsJCXLv-Asugy_zG2k/s400/1930-08-00+%25281%2529.jpg" width="300" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">En
las páginas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El Funcionario Municipal</i>”,
y a pesar de sus objetivos gremiales, por estar editada aquí se refleja
inevitablemente la vida local quesadeña. Ya en su primer número y en lugar
destacado hay un artículo del jefe de Valentín, Manuel Palop Sanchíz,
secretario del Ayuntamiento, con un tono paternalista y condescendiente hacia
su subordinado<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Especial
atención presta a los cambio en el Ayuntamiento, cambios que afectan
directamente a él y a sus compañeros. En febrero de <st1:metricconverter productid="1930, a" w:st="on">1930, a</st1:metricconverter> raíz de las
disposiciones del gabinete Berenguer, los nuevos concejales le merecen
aprobación y entusiasmo: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“A nosotros nos
han parecido excelentes ya que conocemos la cultura, ecuanimidad e independencia
de referidos señores</i>”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Y
de la misma manera, en el número de junio de 1931 se informa de la constitución
del primer ayuntamiento republicano <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“de
mayoría socialista</i>” y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">"como
consecuencia de las elecciones del día 31 de mayo”.</i> En Quesada, como en
numerosos pueblos, hubo que repetir en esta fecha y a causa de irregularidades,
las elecciones municipales de abril que habían traído la República. El tono con
el que recibe a la nueva Corporación, "de mayoría socialista", no es
menos entusiasta que lo había sido con los anteriores cambios: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La (falta de) cultura es suplida con
espléndidas luces naturales; la ciencia política, con la buena voluntad; y la
veteranía de mando, con una exacta idea de libertad y justicia.” Preside la
corporación republicana el “obrero Eustaquio López Sánchez, tantas veces
perseguido y encarcelado por su romántica y tenaz pretensión de redimir al
proletariado de esta ciudad</i>.”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">En
las páginas de la revista abundan las noticias sobre sus compañeros en el
Ayuntamiento de Quesada, como la toma de posesión del nuevo oficial Antonio
Rodríguez, el ascenso de Ricardo Ortega Amador, oficial encargado de quintas, o
la muerte de Muerte de Camila Salas Carriazo, mujer del secretario Palop.
También hay otras noticias del mundo político como la visita del gobernador civil
acompañado del <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>inspector de 1ª
Enseñanza, quien por la noche ofreció una conferencia en el jardín. O la
asamblea de alcaldes de la comarca y de pueblos vecinos de Granada, celebrada
en Tíscar en septiembre de 1930 para reclamar la finalización de la carretera
de Tíscar a Pozo Alcón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">En
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El Funcionario Municipal”</i> publican,
además del fundador y director, otros personajes de la vida quesadeña de los
años treinta, como el ya citado secretario Palop o Juan de Mata Carriazo,
entonces joven catedrático de Sevilla, que escribe sobre los orígenes
medievales de la ley municipal. Son también asiduos como poetas el
administrador de Correos Juan Arroquia y el farmacéutico de Pozo Alcón Manuel
Antiñolo Quiñones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">De
Juan Arroquia son también los artículos de la serie <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Guía sentimental de Quesada”</i> publicados originalmente en la
revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Don Lope de Sosa”</i> que dirigía
el cronista oficial de la provincia Alfredo Cazabán, quien también firma un
artículo sobre Quesada y Tíscar, la verdad que lleno de lugares comunes. De
Arroquia son también los imprescindibles artículos sobre la Virgen y sus
fiestas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">En
algún caso firmó con pseudónimo seguramente el propio director. Un tal Galán
mantiene durante varios números una sección, bastante cursi a nuestros ojos, que
titula <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“¿Quién es quién?”.</i> Consiste
esta en la descripción, sin decir sus nombres a modo de adivinanza, de seis
señoritas de Quesada.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxlUimCjtHGrAvjiY5ZgrXvL4YRlKezwGMREoNBWu1xAV4cL8x9SoP8AMlU9Noo0N-gy6vBriwEeZjNytv4rCzhwrQ17eJJX_-VwQrOS_iryM8VXFdiGVIX_nLejaZiFZih4LwonStd5hq/s1600/1931-02-00+%252812%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1248" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxlUimCjtHGrAvjiY5ZgrXvL4YRlKezwGMREoNBWu1xAV4cL8x9SoP8AMlU9Noo0N-gy6vBriwEeZjNytv4rCzhwrQ17eJJX_-VwQrOS_iryM8VXFdiGVIX_nLejaZiFZih4LwonStd5hq/s640/1931-02-00+%252812%2529.jpg" width="498" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">La solución a "¿Quien es quien?"</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Hay
más referencias quesadeñas en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El
Funcionario”.</i> Desde el traslado a La Coruña de Antonio Serrano, tras
aprobar las oposiciones a magisterio, al banquete ofrecido por el mismo motivo
a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Vicente Bosquet Molina. Se celebró en
Tíscar y fue servido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“por el fondista
Jaime Palop</i>”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">El
primer aniversario de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El Funcionario
Municipal”</i> fue celebrado con una comida que tuvo lugar el 20 de enero de
1931 en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Gran Hotel Victoria”</i> de Jaime
Palop.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Fue
todo un banquete. El menú consistió en “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">tortilla
de jamón, lomo con tomate, merluza al limón, entremeses, vinos dulces, frutos,
café, coñac y habano”</i>. Intervino a los postres el secretario Manuel Palop.
El brindis y los versos fueron por cuenta de Juan Arroquia, y Valentín de las
Marinas cerró el acto con un discurso de exaltación quesadeña que remató con un
¡Viva Quesada!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">Concluido
el acto, los asistentes<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
posaron para una foto que publicó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El
Funcionario”</i> y que hizo el también comensal Juan José Trujillo, posteriormente
director de la banda municipal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj45RCwVJ5tw1Xd0H0K9IQBwhli7gK3HvvvngsjHEH57uauG4MHKOEo3qGD_mN50TSsnqvximJe2K_OL1fF26f8_dfz2nykn9qXJYHCw7-FRmsZGg9hXQO8bdv0gjMjh30L4DE4WupHfSaA/s1600/1931-02-00+%25285%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1126" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj45RCwVJ5tw1Xd0H0K9IQBwhli7gK3HvvvngsjHEH57uauG4MHKOEo3qGD_mN50TSsnqvximJe2K_OL1fF26f8_dfz2nykn9qXJYHCw7-FRmsZGg9hXQO8bdv0gjMjh30L4DE4WupHfSaA/s640/1931-02-00+%25285%2529.jpg" width="450" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">La comida del primer aniversario de la revista en el Gran Hotel Victoria, en la calle Nueva</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">La
publicidad insertada en la revista está compuesta mayoritariamente por
comercios de muy distintas provincias dedicados al suministro de ayuntamientos.
Solo en sus últimos meses aparecen algunos anuncios quesadeños. El del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Hotel Victoria</i>” regentado por Jaime
Palop, una fonda que estaba al principio de la calle Nueva: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“Inmejorable comida y gran confort. Pensión
económica</i>”. La Farmacia de Tomás Baras, en la Explanada y en la que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“se despachan toda clase de especialidades
nacionales y extranjeras</i>”. Hilario Serrano, representante mercantil o
Andrés Rodríguez Aguilera, médico, en plaza del general Serrano Bedoya, 4
(jardín), que tenía consulta de <st1:metricconverter productid="12 a" w:st="on">12
a</st1:metricconverter> 14 y de <st1:metricconverter productid="18 a" w:st="on">18
a</st1:metricconverter> 20.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial;">A
pesar de su corta vida quesadeña y de su orientación corporativa, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“El Funcionario Municipal”</i> tuvo relevancia
en la vida local. Fue la única publicación editada en Quesada en aquellas
primeras décadas del siglo XX. Una revista en un pueblo era cosa rara, pero
Quesada la tuvo y se difundió por buena parte del país. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEsjRb7ybsSoIBGyQ8TA1xFy7vbsNxwThoJrK9-4Mn6a_3Q_QWOM_qeLyiQi2nWs2YqE-IPUqVqcnrT00pTfwwRBrccTXm8GDnDE5aStS08wUPLXrrhuQqdtK0aDFN6rRxaOQ6fE1KskIl/s1600/1931-02-00+%25288%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="608" data-original-width="1600" height="151" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEsjRb7ybsSoIBGyQ8TA1xFy7vbsNxwThoJrK9-4Mn6a_3Q_QWOM_qeLyiQi2nWs2YqE-IPUqVqcnrT00pTfwwRBrccTXm8GDnDE5aStS08wUPLXrrhuQqdtK0aDFN6rRxaOQ6fE1KskIl/s400/1931-02-00+%25288%2529.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Uno de los anuncios locales de la revista</span></td></tr>
</tbody></table>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixER6bMmQiAfnLXRkKlSuuKaPtrf_WzHkSgSHN0h_9RY8R_TfW85wPKbrNq_0CBTKwAubSuAg8n3SZoMZIR4GFc-FYlzPQ_QtzPI22CEbxEjQYT0FsXtZqCXqxIpRYCGb2qgHy6p6cTkTQ/s1600/1931-06-00+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1091" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixER6bMmQiAfnLXRkKlSuuKaPtrf_WzHkSgSHN0h_9RY8R_TfW85wPKbrNq_0CBTKwAubSuAg8n3SZoMZIR4GFc-FYlzPQ_QtzPI22CEbxEjQYT0FsXtZqCXqxIpRYCGb2qgHy6p6cTkTQ/s640/1931-06-00+%25282%2529.jpg" width="436" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Número de mayo-junio de 1931, último de su etapa Quesadeña</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div style="mso-element: endnote-list;">
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> García Prieto había sido presidente
del Senado y varias veces del Gobierno. Se había formado en el bufete de
Montero Ríos, donde coincidió con el quesadeño Laureano Delgado. Era cabeza del
Partido Liberal Democrático al que pertenecía Pedro Villar, yerno de Laureano.
Por esta relación con personajes influyentes de la vida política local se le
dio su nombre a la calle Nueva. Desde septiembre de 1930 la dirección de la
revista pasó a la calle Numancia nº 4, frente al antiguo museo, entonces ruinas
del convento, donde estaba la casa familiar de la esposa de Valentín, Prudencia
Alférez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> Conocida como la “dictablanda” por contraposición
a la de su antecesor, Primo de Rivera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> Posteriormente, en 1932, este
secretario fue expedientado y cesado por irregularidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> El 26 de febrero tomaron posesión
los concejales, designados por Mayores contribuyentes, José María Godoy
Aguilar, Rafael Ortiz Rodríguez y Pedro Villar Gómez, excusándose por
enfermedad dentro de este grupo Isabel Antonia Aguilera García y Antonio Segura
García. Juan Ramón de la Riva no compareció. Por el grupo de quienes habían
sido anteriormente concejales se incorporaron Juan Bautista Palop Marín, Lázaro
Segura García, Diego Herrera Muñoz, Francisco Malo Marín, Nicolás Carrasco
Radial y Tomás Bedoya Serrano. Fue designado alcalde Antonio Rodríguez Conde.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> El texto completo dice: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">"Como consecuencia de las elecciones
del día 31 de mayo, se ha constituido nuestro Ayuntamiento por mayoría
socialista.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Los Concejales, genuina representación de la democracia, han elegido
Alcalde, al obrero Eustaquio López Sánchez, tantas veces perseguido y
encarcelado por su romántica y tenaz pretensión de redimir al proletariado de
esta ciudad.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Los Tenientes de Alcalde, también de la clase modesta, Ramón Segura
Ruiz, Maximiano Plaza Salas y Antonio Serrano Linares, suponen la plena
confianza de la Casa del Pueblo.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Nosotros podemos decir que las primeras iniciaciones no pueden ser más
justas y acertadas. La cultura es suplida con espléndidas luces naturales; la
ciencia política, con la buena voluntad; y la veteranía de mando, con una
exacta idea de libertad y justicia.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Esperamos mucho de estos bisoños concejales. Vienen sin prejuicios ni
malicias: razón más que sobrada para que su labor sea fructífera y
regeneradora. La herencia que la antigua política ha dejado a su óbito, está
marchita e hipotecada.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Si cupiera la renuncia a beneficio de inventario, se quitaría una
agobiadora preocupación el flamante Concejo. Pero como no cabe este sano
recurso, es necesario que el obrero de Quesada, con buena fe y sanas
intenciones, reedifique la hacienda y la administración, en lamentable y
ruinoso estado.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Saludamos con entusiasmo al demócrata Ayuntamiento, prometiéndole toda
nuestra abnegación para ayudarle en su penosa empresa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;">Nuestro fraternal
abrazo a todos."<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> Finalmente, en el número de febrero
de 1931, se descubre el misterio: las señoritas eran Emilia y Lola Villar,
Isabelita Rodríguez, Rosario Ortiz, Caridad de las Marinas y Trini García
Carriazo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> Este hotel o más bien fonda estaba
(pendiente de confirmar) en la calle Nueva, frente a la calle de la Virgen,
donde actualmente está el semáforo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2006-12-19/Quesada/Funcionario%20Municipal%201930-31/1930%20EL%20FUNCIONARIO%20MUNICIPAL%2001.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: Arial; font-size: 11.0pt;"> Antonio Rodríguez Conde, alcalde;
Manuel Palop, secretario; Tomás Baras Velasco, farmacéutico; Bernardo Aguilera
Jerez, veterinario; Vicente Bosquet Molina, maestro; Juan Arroquia,
administrador de Correos; Enrique Bedoya Serrano, Oficial 1; Antonio Rodríguez
Aguilera Oficial 2; Ricardo ortega Amador Oficial 3;Andrés Rodríguez Conde
Oficial 3; Antonio Mesa Bedoya, auxiliar; Luis Navarrete Ruiz, estudiante;
Emilio Palop Salas, estudiante; Juan José Trujillo del Barco, músico; Ángel
Sesé Morillas, comerciante; y Manuel Rodríguez Aguilera, comerciante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText">
<br /></div>
</div>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-92090146487120478632019-08-17T08:09:00.000-07:002019-08-17T11:25:31.131-07:00Rafael Zabaleta en el año de la Victoria<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2-dfmQhGrPUxAzHq8aMN39Vy90YlWeJWuLHGAj2c4b2oeX9tWHPH8U4o8J8STbV7QMYFxvIgAxfA4pFSEgbteikHfmdOIYkCjAULXu3e5nYZowPxfBJrCctKvpb8DN6iSmjclcsOlht3C/s1600/Paisaje+de+Z%25C3%25BAjar+68+x+89.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1011" height="484" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2-dfmQhGrPUxAzHq8aMN39Vy90YlWeJWuLHGAj2c4b2oeX9tWHPH8U4o8J8STbV7QMYFxvIgAxfA4pFSEgbteikHfmdOIYkCjAULXu3e5nYZowPxfBJrCctKvpb8DN6iSmjclcsOlht3C/s640/Paisaje+de+Z%25C3%25BAjar+68+x+89.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Rafael Zabaleta. “Paisaje de Zújar” (68x89), 1937.</span></td></tr>
</tbody></table>
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Nota. Este artículo se publicó originalmente en el <b>nº 2 de la revista "Sueños de Quesada" </b>de la Asociación “Amigos de Rafael Zabaleta”.</i></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><b>Enero de 1939, año de la Victoria. La República se apaga. </b>Se
ha hundido el frente de Cataluña. Mientras los primeros refugiados llegan a la
frontera francesa, Rafael Zabaleta sobrevive en Baza como delineante del Servicio
de Caminos del republicano Ejército de Andalucía. Ha conseguido este puesto, que es un un
premio de la lotería, un seguro de vida lejos del frente, tras una serie de
peripecias que en tiempos normales serían tomadas por novelescas pero que en
tiempos de guerra son sencillamente normales.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></a> Baza
es la capital de la provincia de Granada porque la ciudad cayó en manos de los
rebeldes en los primeros días del golpe militar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Los franquistas han tomado Barcelona y la República agoniza.
Todos, Zabaleta el primero, dedican su tiempo a pensar en el día después del
final. A imaginar, adivinar, cómo será para ellos y preparar ardides y
coartadas. Una buena historia bien contada a tiempo puede significar la
salvación. Por eso Zabaleta ha vuelto a
ser el "señorito propietario perseguido por los rojos que tuvo que huir de
su pueblo". Anda por Baza contándoselo a todo el mundo. Bueno, a los que
sabe que son de los otros, de los inminentes vencedores.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn2" name="_ednref2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En un cajón de su memoria cerrado con llave ha guardado
Valencia, capital y rompeolas de las Españas republicanas: calle de la Paz,
Ideal Room, refugio del ambiente artístico republicano. En Valencia Zabaleta
alternó, pintó y disfrutó un poco ajeno a la guerra, como casi todo el mundo
aquel año en aquella ciudad.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn3" name="_ednref3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></a> En
algún lugar perdido ha olvidado su nombramiento por Timoteo Pérez Rubio,
diciembre de 1937, como delegado de la Junta del Tesoro Artístico para salvar
el patrimonio de Guadix. Fue aquello un año antes, en la primera mitad de 1938.
Rafael tenía mando allí, ordenaba y era obedecido. Mandaba guardar, mudar,
tapiar el coro de la Catedral, recoger y ordenar papeles del archivo
catedralicio. Salvó bastantes cosas. Quizás fue su primer contacto con los
paisajes capadócicos de Purullena que luego tantas veces reprodujo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: large;">A mediados de 1938 cambia su suerte. Los comunistas, a los
que había frecuentado en Valencia, pierden el ministerio de Instrucción y el
control de la Junta del Tesoro. En abril se moviliza el reemplazo de 1928, el
suyo. Para evitar ir al frente se inventa una historia falsa sobre su vida en
los años de guerra. La va contando para conseguir el favor y recomendación de
gente como el teniente González y el
delegado de Tabacalera, nacionalistas camuflados pero cada vez más crecidos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">Para finales de febrero de 1939 las noticias que llegan a Baza son cada
vez peores. Inglaterra y Francia han reconocido al gobierno de Burgos, el
presidente Azaña ha dimitido y la playa de <span style="color: #222222;">Argelès-sur-Mer
</span> está repleta de refugiados. La
República ha quedado reducida al rincón sureste de la Península. Cada vez está
mas cerca el día después. <o:p></o:p></span></span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">En marzo los frentes de Extremadura y Pozoblanco se desmoronan
y la 25 Brigada Mixta, repleta de soldados y de oficiales quesadeños, se
desintegra. El 28 del mismo mes los franquistas entran en Madrid. Muere la
República y empieza la Posguerra. Esa noche, como en casi todos los pueblos de
la comarca, desaparece el Ayuntamiento republicano de Quesada.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn4" name="_ednref4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span></a> Un
convoy de camiones atraviesa la noche quesadeña hacia el puerto de Tíscar, estrépito completamente inusual de motores en la madrugada que desvela a los vecinos. Van
huyendo camino de algún puerto mediterráneo desde donde aún se pueda escapar.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn5" name="_ednref5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[5]</span><!--[endif]--></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">También aquella misma noche se ha deshecho en Baza la
provincia republicana de Granada. Cada uno tira para donde puede. Rafael
Zabaleta se despide de los compañeros y echa a andar carretera adelante. Se
cruza con los camiones que habían pasado por Quesada y atraviesa el puente de
Zújar.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn6" name="_ednref6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[6]</span><!--[endif]--></span></a> En la
construcción de ese puente, que había pintado meses antes y que por fin
comunicaba Quesada con Baza y Guadix, se había empeñado el cuerpo de carreteras
al que teóricamente él pertenecía. De Baza a Quesada son unos setenta
kilómetros; son días malos para andar por ahí, por esas carreteras caóticas repletas
de soldados vencidos que vuelven a sus pueblos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Cuando Zabaleta llega a Quesada ya no hay República pero aún
no han entrado las tropas ocupantes. Ese día, a media mañana, había explotado
una bomba que alguien que huía abandonó en el Llano de las Canteras. Dejó un muerto
y un herido grave. Zabaleta es bien recibido en el pueblo. En realidad han
ganado los de su clase, no tiene nada que temer, nadie sabe de los tiempos de
Valencia ni de su nombramiento en Guadix. La gente de orden, triunfante, lo
tiene por uno de los suyos que tuvo que huir en 1936 acosado por los anarquistas,
por su tío político Antonio Toral, cabecilla de la FAI.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El descanso dura poco. El 4 de abril entran las tropas
ocupantes del 6º batallón del regimiento de infantería de Granada, 22 división,
y se ordena que todos los que han servido, voluntarios o forzosos, en el Ejército
Popular de la República marchen al campo de concentración de Higuera y Santiago
de Calatrava. Son dos pueblos destrozados y abandonados por la guerra que se
han rodeado de alambradas para albergar a los cautivos.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn7" name="_ednref7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[7]</span><!--[endif]--></span></a> Allí
los presos son clasificados y los que reciben avales salen rápidamente. Es el
caso de Rafael que, aunque un poco raro de carácter y parco en palabras, un
poco artista, es al fin y al cabo de buena familia y propietario.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWbQWJ32erGhxVWjxK8VRKaKZXyelqhuF4-Gf5dxFFujcp-h4EGcUaDrOKByguaobFc95WYt_PcMbtSpD1skP-N5jHuFJMTY1OFEI3D1KHOTe6LoIu6sYPd7BpXPECjbrMV-R4dNEmN1ob/s1600/paisaje-y-puerto-de-valencia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="391" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWbQWJ32erGhxVWjxK8VRKaKZXyelqhuF4-Gf5dxFFujcp-h4EGcUaDrOKByguaobFc95WYt_PcMbtSpD1skP-N5jHuFJMTY1OFEI3D1KHOTe6LoIu6sYPd7BpXPECjbrMV-R4dNEmN1ob/s640/paisaje-y-puerto-de-valencia.jpg" width="492" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Rafael Zabaleta.“Puerto de Valencia” (81x65), 1945.</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Quesada en este abril del 39, tan distinto de aquel del año
31, está repleta de militares. Se detiene gente a mansalva. Son tantos los
presos que ha sido preciso habilitar la iglesia del Hospital para encerrarlos.
En pocos días se abarrota. Como la puerta de la iglesia está frente a la casa y
al balcón de Zabaleta, como es verano y se duerme con las ventanas abiertas, se
escucha todo: los ayes y gritos, los malos tratos y las órdenes secas… De día
no es la cosa mucho mejor. Es imposible poner un pie en la calle sin toparse
con el trasiego de familiares desesperados, o directamente con los presos que
son llevados diariamente a punta de fusil a la Tercia, para evacuen. Es difícil
pintar y concentrarse este verano; las calles están ocupadas por oficiales altivos
y altaneros; los denunciantes denuncian los sufrimientos sufridos y también los
imaginados; fanfarronadas de borrachos vencedores alborotando en las tabernas; el
ejército de los rebeldes inicia los procesos sumarísimos de urgencia por
rebelión militar, o por adhesión y auxilio a la rebelión en los casos más leves
o menos graves. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Aquel verano negro un terrible accidente de camión deja en
el puente de entrada a Peal nueve cadáveres, siete de ellos muchachas jóvenes.
Llevaban a Jaén las pequeñas joyas y medallas con las que los quesadeños
contribuían, imagino que voluntariamente, a reponer las reservas del Banco de
España que los marxistas habían expoliado, el famoso "oro de Moscú".
Ni los que han ganado pueden celebrar su alegría. La Auditoría de Guerra del
Ejército del Sur, en Sevilla, recibe una denuncia sobre Zabaleta y con
parsimonia burocrática la tramita. Son los últimos días de agosto y poca feria
ha habido; no se ha despedido a la Virgen en la Cruz porque no hay Virgen. En
septiembre Zabaleta viaja a Granada y queda sobrecogido cuando le cuentan lo
que allí se ha padecido.<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_edn8" name="_ednref8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[8]</span><!--[endif]--></span></a> <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Conforme se van tramitando los procesos militares y los presos
se van trasladando a Jaén, la cárcel de la iglesia del Hospital se va quedando
vacía. Auditoría de Guerra de Sevilla traslada a Jaén la denuncia de un tal
Bergante, que acusa de expoliador y rojo iconoclasta a Rafael. Avanza lenta
pero cierta la premiosa burocracia judicial militar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Parece que la cosa se va tranquilizando y como al fin y al
cabo él es propietario, gente de orden y se supone que nada debe temer, empieza
a planificar de nuevo su vida de artista. Y como poco se puede hacer en Quesada
donde ya es otoño, apenas hay luz por la noche y está el ambiente de un luto espeso,
decide que es mejor marchar a Madrid. A fines de octubre el Juzgado Militar de
Jaén recibe de la Auditoría de Guerra los papeles con la denuncia del tal Bergante.
Zabaleta se ha ido a Madrid y está en
una pensión de la calle Caballero de Gracia 34, 3ª. Se ha llevado debajo del
brazo los dibujos que pintó durante la guerra, dibujos que lucen puños, hoces,
martillos y siglas de partidos… ¿Cómo se le ocurriría?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Madrid, de nuevo la capital, tiene este año un otoño casi tan
negro como el de Quesada, con la misma falta de luz, la misma tristeza… Pero como
es más grande y hay más cosas, la Gran Vía se parece y recuerda en algo a la antigua
Gran Vía. El juez militar nº 7 de Jaén
abre proceso sumarísimo de urgencia, dicta prisión preventiva y recaba informes
sobre Zabaleta. El sargento Ciriaco Moya, de la Guardia Civil, hace
averiguaciones y envía un escrito al juez militar comunicándole que Zabaleta no
está en Quesada. El juez manda apresarlo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Día primero de diciembre. No ha empezado aún el invierno cuando
Zabaleta, ajeno a todo lo que se tramitaba desde agosto, es detenido y
conducido primero a la D.G.S. y luego a la prisión de la calle del Barco. Los
dibujos de Guerra desaparecen (¿en que cajón, carpeta o muladar estarán, si es
que están todavía?). Zabaleta es conducido en tren </span></span><span style="font-family: arial; font-size: large;">hasta Jaén</span><span style="font-family: arial; font-size: large;">, seguramente esposado. Los juzgados militares funcionan a pleno rendimiento. Las cárceles están
a reventar. Son tantos los presos y tan pequeño el espacio que es imposible no
cruzarse con alguno de los muchos paisanos que penan por allí. Algunos de ellos
ya no volverán; por enfermedades “sobrevenidas” durante su encierro algunos y por causa
de arma de fuego otros. Cada día en aquella prisión es un día en el infierno
que se graba a fuego en la memoria.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Como al fin y al cabo, y aunque sea raro de carácter, un "artista"
introvertido, es propietario y de la clase de las personas de orden, en pocos
días lo sueltan y vuelve a Quesada. Es aquel un final de año extraño, negro,
oscuro, triste y espectral. El día primero de 1940 vuelve a Granada y de
inmediato a Guadix, Baza, Madrid, Toledo, Valencia… a pedir avales. Se los pide
a los unos, claro, que a los otros como Timoteo Pérez, que se ha “ido” de
España, ni puede pedírselos ni convendría hacerlo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El año de 1940 Rafael Zabaleta recita, jura y firma su
adhesión inquebrantable al Glorioso Movimiento Nacional, su arraigada y profunda
fe católica. Repite donde haga falta la historia de sus enormes sufrimientos
durante la dominación roja… No es que valgan para mucho tales confesiones pero,
como efectivamente es propietario y de la clase de los vencedores, le dan la
razón y lo absuelven. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Se ha escapado por la gatera de la magnánima justicia de la
Nueva España, de las trampas y encrucijadas de estos años tremendos que tantas vidas
y cosas han truncado. Y a pesar de todo lo padecido, de los pelos perdidos en
la huida, o quizás por todo eso, sigue pintando. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU_I0ISgiQSnJqn0ReXyAPNeVKDI-TBfn9O4uHXXaTM0-PD-YU3jW6nulVNygo2c5orjoR7oCnslQWxBr-44kMidOqC4SBYj1rc_6bEWn-RGCyQ1QpnTcCKxpe1Uy2N99sIJ8hYLJ7aXOW/s1600/WhatsApp+Image+2019-08-17+at+2.00.57+PM.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1548" data-original-width="1069" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU_I0ISgiQSnJqn0ReXyAPNeVKDI-TBfn9O4uHXXaTM0-PD-YU3jW6nulVNygo2c5orjoR7oCnslQWxBr-44kMidOqC4SBYj1rc_6bEWn-RGCyQ1QpnTcCKxpe1Uy2N99sIJ8hYLJ7aXOW/s640/WhatsApp+Image+2019-08-17+at+2.00.57+PM.jpeg" width="440" /></a></span></div>
<br />
<br />
<div>
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="edn1">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref1" name="_edn1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> En el museo se conserva una carta
que en los años ochenta escribió a <span style="background: white; color: #222222;">Cesáreo
Rodríguez Aguilera el teniente Francisco González Jiménez, en la que le informa
sobre las peripecias de Zabaleta en Baza. </span>Luis Garzón la reproduce en su
blog personal, donde también se encuentra toda la información disponible sobre
la vida de Zabaleta en estos años:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"> <a href="http://historiasconminuscula.blogspot.com/p/el-compromiso-politico-de-rafael.html">http://historiasconminuscula.blogspot.com/p/el-compromiso-politico-de-rafael.html</a><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn2">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref2" name="_edn2" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[2]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Se lo cuenta al teniente González y
al delegado de Tabacalera con quien tenía buena relación y confianza.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn3">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref3" name="_edn3" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[3]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> El café Ideal Room , en la calle de
la Paz, fue un referente cultural y artístico en la etapa de Valencia como
capital de la República. Consta que lo frecuentó Zabaleta.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn4">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref4" name="_edn4" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[4]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Desde la comandancia militar de
Úbeda, el cazorleño Lorenzo Polaino llamó a los ayuntamientos de la zona,
instando a mantener el orden y entregar el poder a improvisadas juntas
franquistas. Expediente del procedimiento judicial digitalizado por el
Instituto de Estudios Giennenses I_243 10132.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn5">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref5" name="_edn5" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[5]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Los camiones que atravesaban el
pueblo en el silencio de la noche causaron un fuerte impacto. Véanse las
memorias de Eloy Revuelta, pp. 109-10. El convoy organizado por el diputado
Peris evacuaba a unos doscientos políticos y sindicalistas de Jaén. Fue
interceptado cerca de Baza y la mayoría de sus integrantes fusilados.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn6">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref6" name="_edn6" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[6]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Hoy en día está cubierto por el
pantano del Negratín.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn7">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref7" name="_edn7" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[7]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Lo cuenta Cesáreo Rodríguez en
"Zabaleta de Quesada".<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn8">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/degor/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2012-08-19/Quesada/Zabaleta%201939/Rafael%20Zabaleta%20en%20el%20a%C3%B1o%20de%20la%20Victoria.doc#_ednref8" name="_edn8" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[8]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "arial";"> Ibid.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i><br /></i></span>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-54396075710297080092019-05-11T03:25:00.000-07:002019-08-14T01:07:12.414-07:00DESAPARICIÓN DE LA VIRGEN DE TÍSCAR. Julio de 1936<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1hqxZmj5L0zxdRKKYFocOLFyZE9WtEvw7jGl2qxgQtUE7ZUrbBVeNhP37LD4-_wWTGFGcyTv_vWtXwsNPhkQOdBoPZMYcPKFhir1KCOvzTTZjzctCrp9DJrETC3JO-tSKkd_gZwdQPAuj/s1600/Virgen+A+%25284%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1176" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1hqxZmj5L0zxdRKKYFocOLFyZE9WtEvw7jGl2qxgQtUE7ZUrbBVeNhP37LD4-_wWTGFGcyTv_vWtXwsNPhkQOdBoPZMYcPKFhir1KCOvzTTZjzctCrp9DJrETC3JO-tSKkd_gZwdQPAuj/s640/Virgen+A+%25284%2529.jpg" width="470" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
<div class="Section1">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";">Esta
entrada es un adelanto de la segunda parte de "Quesada Republicana" que
tratará de la Guerra Civil en Quesada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">JULIO de 1936. <o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La
tarde del 17 de julio de 1936 se inició en Melilla un golpe militar que
desencadenó la Guerra Civil. Los días siguientes fueron caóticos. En la
provincia de Jaén, que permaneció leal a la República, el hundimiento del
gobierno y del poder del Estado fue absoluto. El 19 de julio la Guardia Civil de toda la provincia recibió la orden de abandonar sus pueblos para concentrarse en algunos puntos
principales. Ese domingo al mediodía los guardias de Quesada, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con sus familias, salieron del cuartel camino
de Úbeda. Quesada quedaba sin fuerza pública y los sindicatos y partidos del
Frente Popular, encabezados por la anarcosindicalista CNT tomaron el control del
pueblo. Siguiendo las instrucciones de sus dirigentes provinciales, de
inmediato se lanzaron a detener a las personas sospechosas de unirse al
levantamiento militar, localizando e incautando cualquier arma de la que
dispusieran.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Desde
abril de 1931 el párroco Ángel Morán se había distinguido por su abierto rechazo
y oposición a la República. Se le tenía por cabeza de cualquier conspiración y
circulaban fantasiosas noticias sobre reuniones nocturnas en las que se
preparaba la rebelión repartiendo armas. Por este motivo, los días 21 y 22 de
julio, se realizaron registros en la casa rectoral y en la parroquia que
resultaron infructuosos. La mañana del día 22 y ante el cariz que tomaban los
acontecimientos, con "medio pueblo" concentrado y gritando amenazas en
la Lonja, el párroco Morán, su hermana Visitación y el coadjutor Antonio
Ballesteros fueron conducidos a la fonda La Moderna, junto al Ayuntamiento. Dos
días después ambos curas fueron detenidos e ingresados en el arresto
municipal de donde saldrían el 2 de agosto camino de Jaén.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Hasta
esa mañana del día 22 en que el párroco Morán fue conducido a la fonda, la
parroquia y casa rectoral sufrieron registros a la búsqueda de armas pero no
destrucciones ni daños. Lo confirma el propio Morán en una de las varias denuncias
que en mayo de 1939 presentó a la policía militar de las tropas de ocupación.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Cuando la noche del 31 de julio el cura fue sacado de la cárcel para un nuevo
registro de la casa parroquial, ya se había producido la destrucción de
imágenes y otros destrozos.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Los
objetos de valor, de culto u ornato de imágenes, fueron incautados por la
“nueva autoridad” (Junta Administrativa) y recuperados en su totalidad en 1939.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El
“asalto” a la parroquia y la furia iconoclasta y anticlerical desatada durante
esos días, que también afectó al santuario de Tíscar y ermita de San Sebastián,
se produjo de forma más o menos simultanea a hechos parecidos en prácticamente
todos los pueblos de la provincia y casi de toda la zona que quedó en poder del
gobierno republicano. En general implicaron un elevado grado de violencia que,
en Quesada, donde no hubo ningún daño personal durante estos primeros
acontecimientos, puede considerarse menor. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Los daños artísticos
sufridos, siempre dejando al margen el valor sentimental y religioso, no fueron
importantes. Según informe del alcalde para la Causa General en 1942, las
pérdidas artísticas en el pueblo durante la “dominación roja”, incluían
“destrucción de imágenes, muebles y algunas bibliotecas particulares. Todo de
escaso valor artístico”, también “algunos libros de pergamino del archivo
parroquial”. Sólo destaca que en la iglesia del Hospital “existía un Cristo de
la Expiración atribuido a Montañés” y en Tíscar una “tabla de la Virgen del
siglo XV de autor anónimo”<span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title="">[4]</a></span></span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn4" title=""><!--[endif]--></a></span></span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><br /></span></span></span></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ4143D2avxy6If0eUOxrYIBSUElwP6-vm51ziEMw7PuskZPFiMvpJkE1bEiw5qwPVilUOdvgmw724JnD6JRsDtOysf5Pfip55LcsfxX96MUTH_dvnBrlhJcCxLrqKIxU_-Yg2dzfN0gE1/s1600/La+tabla+de+Tiscar+%25281%2529+abril+1925.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1524" data-original-width="1055" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ4143D2avxy6If0eUOxrYIBSUElwP6-vm51ziEMw7PuskZPFiMvpJkE1bEiw5qwPVilUOdvgmw724JnD6JRsDtOysf5Pfip55LcsfxX96MUTH_dvnBrlhJcCxLrqKIxU_-Yg2dzfN0gE1/s640/La+tabla+de+Tiscar+%25281%2529+abril+1925.jpg" width="442" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Juan de Mata Carriazo en "Don Lope de Sosa" sobre<br />la "Tabla de Tíscar"</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Quizás la pérdida más
significativa fue la destrucción del archivo parroquial. Estaba constituido por
libros grandes y aparatosos en los que se anotaban bautizos, defunciones y
matrimonios. Como las propias imágenes, eran símbolos un poco exotéricos del
poder eclesiástico y sufrieron la misma furia que estas. Con su destrucción se
perdió para siempre toda la información que contenían. La perdida resulta
irreparable para años anteriores a la creación del registro Civil en 1870. No
existe forma de conocer quién y cuándo nació o murió en
Quesada con anterioridad a esa fecha. También habría que mencionar en el
capítulo de desgracias que con la quema de pinturas en los templos seguramente
se perdieron las de Isidoro Bello, pintor quesadeño de temas religiosos del
siglo XIX. Al margen de su valor artístico, que no sería excepcional, fue en
cualquier caso una perdida patrimonial indudable.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Otros edificios también
sufrieron el arrebato iconoclasta. La iglesia del Hospital, según el citado
informe de la alcaldía,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el día 28 de
julio fue “saqueada y se destruyó todo cuanto en ella había relativo al culto
católico”. La ermita de San Sebastián también sufrió ataques en aquellos
primeros días. La imagen del Santo y el altar se destruyeron a golpe de hacha.
Una vecina que vivía en un cortijo cercano fue acusada de utilizar los restos
de la imagen para encender fuego y guisar.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La
iglesia del convento dominico llevaba abandonada y en ruina desde finales de
los años veinte. No obstante su retablo, que se había trasladado a la parroquia
tras el desalojo de la iglesia, sí fue destruido aprovechando su madera como
leña.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El santuario de Tíscar fue
asaltado a finales del mes de julio.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn7" name="_ednref7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por aquellos días milicianos de Belerda
montaban guardia en la carretera por debajo del santuario. Como en Quesada, el
control de la situación estaba en manos de CNT. Un día se presentaron montados </span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: large;">en un coche</span><span style="font-family: "arial"; font-size: large;">“</span><span style="background: white; font-family: "arial"; font-size: large;">cuatro individuos armados de
escopetas”</span><span style="font-family: "arial"; font-size: large;">. T</span><span style="background: white; font-family: "arial"; font-size: large;">odos los testigos señalaron que procedían</span><span style="font-family: "arial"; font-size: large;"> de
Peal de Becerro. Actuando como agitadores convencieron a los milicianos, al
Comité local del Frente Popular de Belerda, de que era necesario, al igual que
se había hecho en Quesada y en tantos otros lugares, tomar posesión del
santuario y proceder a la quema de imágenes y demás símbolos religiosos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="background: white; font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Se encendió una hoguera a la que se arrojaron las imágenes
“quemándolas en el centro de la plaza «con gran gozo».” Además ardieron “libros y otras ropas”. Los libros eran los del registro parroquial.
Entre los cuadros perdidos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>seguramente
estaba la talla de la Virgen, donación de Laureano Delgado, citada en el informe
de la alcaldía para la Causa General. No se destruyó, al igual que en Quesada,
el mobiliario.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="background: white; font-family: "arial";">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Al menos parte de él fue subastado en Belerda por el Comité local. También se
aprovecharon </span></span><span style="background-color: white; font-family: "arial"; font-size: large;">losas d</span><span style="background-color: white; font-family: "arial"; font-size: large;">el santuario que se reutilizaron para el suelo del local de CNT
en Belerda.</span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn9" name="_ednref9" style="background-color: white; font-family: Arial; font-size: x-large;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial;">[9]</span></span></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; font-family: "arial";">Seguramente
llame la atención que hasta este momento no haya aparecido por ninguna parte la
Virgen. En aquel mes de julio se encontraba como de costumbre en el altar mayor
de la parroquia. </span><span style="font-family: "arial";"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; font-family: "arial";"><br /></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kMa9DduBHgXWd5gHdodrnoRnbqnN8jOinSNX-ceqpaXtX2sK3J2pJjg-iif-Ijxf9RMHOnypPZGm_bAuCYcCKy2Q3b_3ZP70kMUgUqcQ-LkLIvMqg03S1NWVhzrEwR7fR5SkuuO3992l/s1600/1900+IEG.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1044" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1kMa9DduBHgXWd5gHdodrnoRnbqnN8jOinSNX-ceqpaXtX2sK3J2pJjg-iif-Ijxf9RMHOnypPZGm_bAuCYcCKy2Q3b_3ZP70kMUgUqcQ-LkLIvMqg03S1NWVhzrEwR7fR5SkuuO3992l/s640/1900+IEG.jpg" width="416" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Foto I.E.G. Hacia 1900</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; font-family: "arial";"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="background: white; font-family: "arial";"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<b><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La desaparición de la Virgen de Tíscar.</span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">De boca en boca se ha
transmitido la versión de que la imagen de la Virgen de Tíscar fue “arrojada<span style="color: black;"> por los rojos” al río Guadiana Menor. Concretamente desde
el puente que lo cruza a la altura de la sierra de las Cabras, camino de los
Propios y de la Estación de Quesada, a <st1:metricconverter productid="18 Km" w:st="on"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">18 km</span></span></st1:metricconverter>. del pueblo, por una carretera estrecha y
tortuosa que hasta hace muy pocos años no estaba asfaltada. Es lo que todo el
mundo ha oído y que da por bueno. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: black; font-family: "arial";">Al analizar
los documentos relacionados con la Guerra Civil en Quesada, los procedentes de
la Causa General, de procesos militares de posguerra, etc… llama la atención la
falta de protagonismo de la Virgen cuando se tratan los sucesos ocurridos en la
parroquia. No conozco ningún documento que se refiera expresamente a la
desaparición de la Virgen de Tíscar. Ninguno explica </span><span style="font-family: "arial";">cuándo ni qué fue lo que pasó, a ninguna persona se
acusa de haber destruido o arrojado al río la imagen; es como si la Virgen no
existiera. Se habla en los documentos de una genérica destrucción<span style="color: black;"> de imágenes, como si todos los “santos” fueran “iguales.” <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: black; font-family: "arial";">A la mujer que
usó para guisar los trozos de madera de San Sebastián se la procesó y </span><span style="font-family: "arial";">condenó a pena de cárcel.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
También se denunció y procesó, condenándolo a 15 años, a uno de los implicados
en la destrucción “de la imagen de Nuestro Padre Jesús que existía en la
iglesia Parroquial”, un santo completamente menor.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Por
el contrario, no sabemos quién estuvo implicado en el asunto de la “Virgen”, y
nadie (que yo sepa) fue condenado por ello. Apenas hay alguna referencia hecha
como al paso, como algo de poca importancia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: black; font-family: "arial";">El párroco
Morán en sus denuncias de mayo del 39, al referirse a las tensiones políticas
de los primeros años republicanos, sí le da a la Virgen el protagonismo </span><span style="font-family: "arial";">esperable. Cuenta que “cuando la república iluminó su
infancia con la quema de conventos (…) el pueblo de Quesada, aun no emponzoñado
por el veneno marxista, organizó una guardia nocturna para su Virgen de Tíscar,
su Iglesia y su Párroco”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Pero
al referirse en otras denuncias al verano de 1936, cuando los temores ya se habían
confirmaron y el daño era real no la menciona. Podría decirse que no dice nada
porque él estaba ya preso y no fue testigo de los sucesos. Pero esa no es la
razón, en muchos otros casos no se privó de hablar “por referencias”, por lo
que le habían contado, aunque eso colocara al acusado ante el pelotón.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: black; font-family: "arial";">Como sabe
quien conozca algo Quesada, la Virgen de Tíscar no es cualquier cosa. No lo es
ahora y mucho menos lo era en 1936. Sigue siendo, entonces mucho más, una
fuerza telúrica, una especie de deidad ancestral muy por encima de la Iglesia,
de sus sacerdotes y de los santos… La escena de su destrucción, si se hubiese
dado como tal, podríamos imaginarla como bíblica, un </span><span style="font-family: "arial";">ataque al mundo superior que dejaría, de por vida,
marcada la memoria de sus autores y de quien hubiera sido testigo. Por eso es
tan llamativo el silencio de la documentación, que se ignore el cómo, cuándo y
quién de semejante suceso. Llegó un momento en que pensé que quizás nunca se
produjo la destrucción de la imagen. En cualquier caso, como no existe
"cadáver", uso desaparición y no destrucción.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La
versión del río Guadiana no es fácil de encontrar en las fuentes escritas.
Jiménez Tíscar, en una especie de segunda versión de la Novela de Tíscar que
escribió en 1962, dice: "Cual manada de crueles lobos con su presa en las
rojas fauces, así, corren, descienden espoleados por su satánica locura a
sepultar en las profundidades del río Guadiana la adorada Imagen, la Santísima
Virgen de Tíscar".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn14" name="_ednref14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Eloy
Revueltas, en su biografía, también habla del río: “tiraron a la Virgen por el
puente”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn15" name="_ednref15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Y
escrito y firmado, hay poca cosa más. Carriazo, en su hermoso prólogo a la
segunda edición de “Pedro Hidalgo o el Castillo de Tíscar”, pasa de puntillas
sobre el tema: "la imagen recientemente perdida".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn16" name="_ednref16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Hay
otras versiones que no hablan del Guadiana y que solo se refieren a su
destrucción. En el programa de ferias de 1940 se habla de la destrucción “a
hachazos en el otoño de 1936 (…) de la pura Virgencica morena..."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn17" name="_ednref17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Lo
que se sabe cierto es que la actual imagen es obra de Jacinto Higueras, hecha
en el año 1940. También sabemos que se conservaron coronas, alhajas, mantos,
tronos... de manera que solo se perdió la imagen. El aspecto general de
"la nueva" era muy similar y no obstante fue necesario darle un buen
impulso “propagandístico” para traspasar la devoción de una a otra. Es con esa
intención con la que se debe entender (en 1945, tiempos de tanta escasez) el
lujo y gasto empleados en la reedición de la popularmente llamada “Novela de
Tíscar”. Lo mismo cabe decir para los viajes por los pueblos de la comarca que
se organizaron en 1949 y de la coronación canónica de los años cincuenta a
la que incluso acudió el NODO. Se intentaba establecer un paralelismo entre
moros y rojos, comparando la legendaria destrucción de la imagen por Mohamed
Andón, alcaide de Tíscar, y la destrucción de 1936 de manera que esta fuera la
segunda milagrosa recuperación. En los primeros años cuarenta se imprimieron
unos folios o papel de carta que tenían a modo de cabecera una foto de la
Virgen antigua. El pie de la foto dice: "La sagrada imagen que trajera a
nuestra tierra San Eufrasio en el año 35 de la Era cristiana, la que fue
destrozada por los moros y arrojada a la “Cueva del Agua”, la que fue
reconstruida por artífices cordobeses, fue totalmente destruida por las hordas
rojas en el año 1936. El fervor del pueblo de Quesada y las manos de un insigne
artista paisano nuestro, <u>hicieron el milagro de volver al santuario</u>
cercano a la “Peña Negra”, la venerada imagen de la Virgen de Tíscar."<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A
pesar de la falta de testigos y documentación, creo que se puede elaborar un
relato razonable y aproximado sobre lo que pudo suceder. Un relato que además
tendrá, como no podía ser menos en aquel verano de 1936, implicaciones
políticas e ideológicas que ayudarán de paso a entender cómo fueron en Quesada
aquellos días. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Hay
dos puntos de partida necesarios para entender esta reconstrucción: las
características físicas de la imagen y el hecho documentado de que no se
perdieron ni alhajas ni ornamentos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Según Juan de Mata
Carriazo, que la vio completa, la imagen "antigua" era "una
talla de los últimos tiempos de la Edad Media, o del siglo XVI... Siguiendo la
moda de los siglos XVII y XVIII y como<span style="color: black;"> sucedió con
tantas otras imágenes, la talla se mutiló para poder vestirla.”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn18" name="_ednref18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial";">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Existe una impactante fotografía de la Virgen “desvestida” realizada por
Carriazo en los años veinte. T</span>iene cercenados los brazos, sustituidos
por extensiones postizas y flexibles pensadas para mostrar solo las manos. De
cintura para abajo, aunque en la foto no se aprecian demasiado los detalles,
recortes y mutilaciones. De la cabeza sobresale un tornillo para las coronas.
Los pies, inexistentes, se sustituyen por una tosca peana de madera sin labrar
que le da al conjunto la altura necesaria. Tiene la talla pechos y una cintura
ajustada, no parece el torso de una virgen. Esta fotografía es fundamental:
desvestida era completamente irreconocible y parecía cualquier cosa menos la
Virgen de Tíscar. Quedaba reducida, en el mejor de los casos, a un santo
cualquiera, otra imagen más.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn19" name="_ednref19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="color: black; font-family: "arial";">Como hemos visto anteriormente, nada más producirse el golpe
militar se sucedieron una serie de registros en la casa parroquial y en la
propia iglesia. Culminaron con el traslado de párroco y coadjutor a la fonda
del jardín la mañana del día 22 de julio. Hasta ese momento el templo </span><span style="font-family: "arial";">solo había sufrido registros, no destrucciones ni
daños, que hubiera mencionado Morán en sus denuncias. En una de ellas se
adjunta un documento visto anteriormente, dirigido<span style="color: black;"> al
"</span>Sr Presidente del Frente Popular" por "el Comité de
defensa del Sindicato de Oficios Varios La Verdad", es decir CNT.<span class="MsoEndnoteReference"> <a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn20" name="_ednref20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[20]</span></span><!--[endif]--></span></a></span> Se
informa al Presidente del Frente Popular que estando reunido en sesión
permanente el comité de la Verdad "ha tenido a bien disponer" (entre
otras cosas):<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">"2º
Que todo lo que falta por recoger de la virgen como joyas o otras alajas que
sean recogidas inmediatamente por ese Frente Popular y al mismo tiempo que se
nombre una comisión para que intervenga en todo lo que afecta a la virgen."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn21" name="_ednref21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El
documento, aunque no está fechado, debe ser del día 30 o 31 de julio, pues se
mencionan los catálogos de munición encontrados al cura y se "ordena"
trasladarlo a la parroquia a fin de continuar el registro. Y esto sucedió la
noche del día 31. Para el tema que nos ocupa hay que fijarse primero en la
importancia que, como cualquiera podría imaginar, tenía y se le dio a la
Virgen. Era un tema especial y al efecto se creó una comisión específica.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por otro lado, se ordenó a "ese Frente
Popular" que se recogiera inmediatamente "lo que falta por
recoger" de "joyas y otras «alajas»". <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw0hAD6NHNvG39uhc-NOW2-XFMc_Qjjlg3MYB8JWI8s6V1XjssKyLoGudG1FICwx6-0awRIfmyMZYH5mtiMDtn6FtbMG83Qn1P_VmA-At66c1PEaDtrxsakn41932npN4z2rie9fOY95aW/s1600/20190214_150639.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1031" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw0hAD6NHNvG39uhc-NOW2-XFMc_Qjjlg3MYB8JWI8s6V1XjssKyLoGudG1FICwx6-0awRIfmyMZYH5mtiMDtn6FtbMG83Qn1P_VmA-At66c1PEaDtrxsakn41932npN4z2rie9fOY95aW/s640/20190214_150639.jpg" width="412" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Principios de siglo XX. Fotógrafo ambulante</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Y
es que, efectivamente, ya se habían retirado anteriormente esos efectos de
valor. Esto se hizo rápidamente una vez desalojado el cura y “ocupada” la
parroquia. Se retiraron los objetos de valor por alguien de la recién creada
Junta Administrativa, uno de los muchos comités que se crearon y cuya función
era custodiar y administrar los bienes muebles e inmuebles que se fueran
incautando durante el proceso. Se hizo cargo de ellas, en su calidad de
presidente de la citada Junta, Juan de Mata Vílchez.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn22" name="_ednref22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Estos enseres y ornamentos no se destruyeron ni mucho menos se robaron por
nadie. La prueba es que se conservaron todos y que, en su consejo de guerra, se
acusó a Juan de Mata de "hacerse cargo" de ellos, pero no de haberlos
robado.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn23" name="_ednref23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La
Virgen fue desvestida antes de que se produjera la destrucción general de
imágenes.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">El
comité del Frente Popular cumplió con diligencia lo dispuesto por el comité de
defensa de la CNT. El 12 de agosto todas las alhajas, coronas, mantos, etc.
fueron retirados de la casa del tesorero de la cofradía, donde por estatutos se
custodiaban. Se hizo cargo de ellos el tesorero de la Junta Administrativa
Emilio Pérez, que los depositó en "una habitación de la Casa del Pueblo”
que se cerró y cuyas llaves quedaron en su poder.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn24" name="_ednref24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Los
primeros ornamentos que se retiraron, los que lucía puestos la Virgen, fueron
unidos a estos formando en lo sucesivo un lote único.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Durante
los días finales de julio, sin poder precisar la fecha exacta pero entre el 23
y el 31 de julio, se produjo la destrucción de imágenes en la parroquia. Fueron
destrozadas las de yeso cuyos trozos quedaron esparcidos. Las de madera
sufrieron igual suerte, y al menos parte de ellas fueron quemadas en una lumbre
frente a la casa del cura junto al archivo parroquial y a la biblioteca
particular de Morán. Se debieron vivir escenas de paroxismo iconoclasta.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una especie de euforia salvaje invadió a los
protagonistas. Uno de ellos declaró posteriormente ante el juez militar que al
finalizar se encerraron en una habitación y “estuvieron bebiendo vino de una
clase que el declarante nunca había bebido”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn25" name="_ednref25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Alguno hubo que se apoderó de "vestiduras y ornamentos sagrados para
aparejo de su caballería", usándolas hasta que las entregó a los militares
franquistas en abril de 1939.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn26" name="_ednref26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Como
ya se ha dicho, también se quemaron los libros del archivo parroquial y la
biblioteca particular de Ángel Morán, como él mismo se encargó de denunciar en
mayo de 1939: "varios sujetos penetraron en la iglesia parroquial y
casa-curato, y sacando los libros del archivo parroquial, notable por sus
numerosos pergaminos e infolios antiguos, lo quemaron delante de la puerta de
la casa-curato en una inmensa hoguera. Allí mismo y simultáneamente quemaron mi
biblioteca particular compuesta de un total aproximado de mil volúmenes (...)
compuesta en su mayor parte de obras de estudio en castellano, latín, y otros
idiomas principalmente italiano y francés".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn27" name="_ednref27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Esta
destrucción, por su propia naturaleza, afectó solo a los símbolos religiosos y
eclesiásticos, no a las cosas de valor y "útiles". El mobiliario de
la casa rectoral fue subastado posteriormente y las camas llevadas al hospital.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn28" name="_ednref28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">¿Estaba
entre las imágenes destruidas la de la Virgen de Tíscar? Parece lógico que
fuera así, pero hay que recordar que ya estaba desvestida y, como tal,
resultaba irreconocible. Era un santo más, no hubo escena de destrucción de la
Virgen. Como decía antes, hubiera sido bíblica y recordada, descrita y
"aliñada" con todo tipo de detalles reales o no. Si se hubiera
producido, y aunque solo existieran sospechosos,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la posguerra se hubieran pedido cuentas
con la brutalidad judicial del momento. Y no fue así, ya lo hemos visto. Y es
que seguramente no existió la escena. Nadie "puso la mano encima" de
la Virgen ni la destruyó; a sabiendas de estar haciéndolo quiero decir. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Juan
de Mata Vílchez, anarcosindicalista reconocido formado ideológicamente en el
ambiente anarquista quesadeño de inicios de la República, seguramente no tenía
creencias religiosas y sí una razonable, para la época y lugar, formación
política. Él y quien lo acompañara, al retirar todo lo de valor que portaba la
imagen, seguramente pensaban en evitar robos, pérdidas y daños de unos bienes
que consideraban propiedad revolucionaria del pueblo. Su formación ideológica
le (les) permitiría retirar las joyas sin ningún temor ni superstición, y
seguramente sin saber que en ese momento "condenaban" sin remedio a
la Virgen de Tíscar. Porque desvestida, la Virgen ya no existía, era un
"santo" cualquiera que cualquiera podría destruir sin miedo. Creo que
esta es la única explicación posible al silencio y la falta de recuerdo sobre
el momento de la destrucción de la imagen. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Existe
una versión de alguna manera similar en el concepto aunque no en el desarrollo
concreto de los hechos. La escribió Cesáreo Rodríguez en su biografía de
Zabaleta. Hablando de aquellos primeros días de la revolución dice que "se
destruyeron las imágenes, pero el gran problema radicaba en la Virgen de
Tíscar, la imagen local, el símbolo sagrado del pueblo (...) al que se tenía un
respeto distinto, incluso por buena parte de quienes no participaban en la vida
religiosa. Alguien acabó decidiéndose; rasgó sus vestiduras y partió, a golpes
de hacha, la talla en madera. Algunos de los espectadores, entre el temor y el
asombro, gritaron: "Es de madera, es de madera; no es de carne".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn29" name="_ednref29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Evidentemente este no es un recuerdo personal de algo vivido en primera
persona, sino que responde a lo que se decía en su momento con el aderezo
propio de las historias que corren de boca en boca. Pero es interesante
comprobar cómo coincide con la idea de que, desvestida la Virgen, quedaba
desprovista de su poder mágico y simbólico y convertida en un simple "santo"
de madera.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Pero
seguimos sin saber de dónde viene la historia y cosa del río Guadiana. La pista
está, como casi siempre, en una de las denuncias del ínclito Morán.
Concretamente en aquella en la que acusa, de oídas,<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn30" name="_ednref30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> a
una serie de individuos de haber quemado su biblioteca particular, que valoraba
en unas 8.000 ptas. A consecuencia de la denuncia el sargento Ciriaco Moya
detuvo a todos los aludidos, a los pocos que todavía no lo estaban. Los
interrogó y tramitó las diligencias que dieron lugar a varios procesos
sumarísimos. En uno de ellos están las claves del misterio.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn31" name="_ednref31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Es
importante dejar constancia de que Morán, aunque alude a la destrucción de
imágenes, no menciona en ningún momento a la Virgen de Tíscar como tal. Ninguno
de los procesos militares<span style="color: red;"> </span>se abrió con motivo de
la Virgen, sino para buscar culpables de la quema de los libros de Morán, del
archivo parroquial y de los daños genéricos en la iglesia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Tras
la destrucción de imágenes y altares sus restos quedaron esparcidos por el
suelo. Todos los detenidos a los que interrogó el sargento Moya hablan de estos
restos de imágenes y de "cenizas como de haber quemado papeles". Dado
que se iba a usar el templo como almacén para el grano de las grandes fincas
ocupadas en esos días, se barrieron y amontonaron los escombros en "un
subterráneo". Estos trabajos fueron efectuados por los propios milicianos
de CNT. A continuación se decidió sacarlos de allí para dejar el local
expedito.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Por
aquellos primeros días de fervor se incautaron y ocuparon las grandes fincas.
Una de las primeras fue el cortijo de Los Propios, seguramente el mayor de los
latifundios de la zona. Propiedad de una aristocrática familia madrileña
absentista, estaba dirigida por su administrador, Tomás Garzón. Tras la
ocupación por los obreros, Tomás quedó sin función y junto a su familia
abandonó la vivienda en el cortijo y se dirigió a Quesada.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn32" name="_ednref32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> A
los pocos días y a la vista de que la situación no se resolvería con rapidez,
decidió traer a Quesada los muebles que había dejado en su casa de Los Propios.
Al efecto contrató los servicios de un transportista local, Andrés Parra,
propietario de un camión. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">La
noticia del viaje llegó a conocimiento del comité de CNT, el cual ordenó a
Parra que antes de salir llevase el camión a la Lonja. Allí vio como los
milicianos lo cargaban con restos de imágenes y de grandes libros, sin
duda los que aún quedaban del archivo parroquial. Seguramente la idea de tirar
los restos tan lejos y no en cualquier muladar tenía como objeto hacerlos
desaparecer de formar radical, sin dejar ni rastro de ellos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A
la vista de la inquietante situación y temeroso de lo que pudiera ocurrir,
Andrés se hizo acompañar, además de por su ayudante de camión,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Rafael Robledillo, por su hijo Martín. En el
camión, ya cargado con los escombros de la parroquia, se montaron también
varios milicianos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al llegar al puente
sobre el Guadiana Menor en la sierra de las Cabras, los milicianos mandaron
parar. El conductor, su<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hijo y el
ayudante, se apartaron dejándoles hacer. Desde lejos vieron como tiraban al río
los pedazos de imágenes y los libros. A continuación todos volvieron al camión y prosiguieron el viaje a Los Propios, donde recogieron los muebles y regresaron a Quesada.
<span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">Esta
versión la confirman en los interrogatorios los milicianos protagonistas. Todos
dicen que fue allí y que tiraron restos de imágenes y libros. Pero ninguno de
los que vivieron aquello, milicianos o transportistas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se refiere en ningún momento a la Virgen de
Tíscar sino a imágenes, de forma genérica.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Solo el sacristán declaró en 1939 que "por referencias sabe"
que tiraron los libros y "varias imágenes entre ellas la Patrona de esta
ciudad". Pero es una mera suposición porque él no fue testigo y habla de
oídas. Los jueces militares asumieron lo dicho por el sacristán y dieron por
probado que entre las imágenes arrojadas "se encontraba la venerada imagen
de la Patrona del pueblo".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn33" name="_ednref33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Pero
realmente nadie había visto a la Virgen.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ957rXow1851Eom2O2aR48UyUfR2q9IPl0ksNPF_oKukGJaPGZokQzWb3N1711qtiMFh7r2oL1ldxTcHF_Q4jz-dqcBFjG_QRi9XhOzF3bKUHHhC_zdGSUXequ5S_GD-cBJXSBEh24eEb/s1600/folio-virgen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="947" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ957rXow1851Eom2O2aR48UyUfR2q9IPl0ksNPF_oKukGJaPGZokQzWb3N1711qtiMFh7r2oL1ldxTcHF_Q4jz-dqcBFjG_QRi9XhOzF3bKUHHhC_zdGSUXequ5S_GD-cBJXSBEh24eEb/s640/folio-virgen.jpg" width="378" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Imagen impresa a modo de membrete en folios, Años cuarenta</span></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">A
la vista de lo dicho ¿qué fue lo que pasó con la imagen de la Virgen? Parece
evidente que, una vez desvestida y reducida a "santo de palo",
seguramente siguió el destino de las otras imágenes. ¿Acabó troceada en el río
Guadiana? Es fácil, pero también pudiera ser que en el camión solo se cargaran
los restos de escayola y yeso y que los trozos de las imágenes de madera fueran
todos quemados. También que esa madera fuera usada para hacer lumbre y guisar,
como se ha visto que sucedió con la imagen de San Sebastián. Y, ¿por qué no?,
que dada su escasa apariencia religiosa no fuera destruida y que esté ahora irreconocible
en cualquier lugar insospechado, incluso vendida de contrabando en el
extranjero como sucedió a otros objetos artísticos a pesar de lo perseguida que
fue esa práctica. Quién sabe.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; mso-bidi-font-weight: bold;"><span style="font-size: large;">Las alhajas, coronas y ornamentos de valor, como se
dijo arriba, se custodiaron bajo llave en una habitación de la Casa del Pueblo.
El 18 de enero de 1938, siguiendo instrucciones del gobernador civil, fueron
trasladadas a Jaén y se hizo cargo de ellas la Junta Delegada del Tesoro
Artístico en el almacén que al efecto tenía habilitado en la catedral. En 1939
se recuperaron en su totalidad, como declararon ante el juzgado militar el
secretario y tesorero de la cofradía, según los cuales l</span></span><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">o "poco y de escaso valor" que no se
recuperó se perdería en Jaén puesto que “de Quesada se las llevaron todas”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn34" name="_ednref34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> No
es descabellado pensar que en este traslado a Jaén con la intención de proteger
y salvaguardar tuviera algún papel, cuando menos advirtiendo de la presencia de
las joyas, Juan de Mata Carriazo que por aquel entonces pertenecía a la Junta
del Tesoro Artístico de Valencia, de la que dependía la Junta Delegada de Jaén.
O también pudieron intervenir Juan Arroquia, que era vocal de dicha Junta, o
incluso Rafael Zabaleta, que acababa de pasar por Quesada llevando en el bolsillo
su flamante nombramiento como delegado en Guadix de la Junta del Tesoro.</span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_edn35" name="_ednref35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><span style="font-size: large;">[35]</span></span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
</div>
<span style="font-family: "arial"; font-size: 12.0pt;"><br clear="all" style="mso-break-type: section-break; page-break-before: auto;" />
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY3CHGGxJDf2YSoiIzBomYs6nfFAxQvYKN6g0muPxGoxUTtCjSgq_W_Y6hKcmWemKrqDnqoz_s82gkS_ew2BM9bs4mGhtAxZMYwQxRPsfG8vDdJRki0UuFKf2EQbb2t8J6fKzbUA1UHUIF/s1600/Virgen+ambulante++%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1049" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY3CHGGxJDf2YSoiIzBomYs6nfFAxQvYKN6g0muPxGoxUTtCjSgq_W_Y6hKcmWemKrqDnqoz_s82gkS_ew2BM9bs4mGhtAxZMYwQxRPsfG8vDdJRki0UuFKf2EQbb2t8J6fKzbUA1UHUIF/s640/Virgen+ambulante++%25281%2529.jpg" width="418" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; font-size: small;">Otra imagen de fotógrafo ambulante con <br />el clásico decorado telonero detrás</span></td></tr>
</tbody></table>
</o:p></span></div>
<div style="mso-element: endnote-list;">
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">“registro del que no se libraron los
vasos sagrados e imágenes veneradas , sin excluir la de la Patrona Virgen
Santísima de Tíscar, todo hecho en mi presencia.” Morán no menciona ningún tipo
de daño. Expediente IEG l_0403_15166.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente IEG l_0458_16529. Según
el delegado local de investigación de Falange, uno de los milicianos que
participaba en el registro le dijo al párroco Morán a la vista de los daños en
la parroquia: “No decían que había Dios, pues mire VD lo que hemos hecho con
todos los Santos, y aquí estamos, que nos castigue ahora.”<span style="color: black;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">No concozco ningún caso de procesado
durante la posguerra que fuera acusado de robar o de apropiarse, a título
individual, de bienes de la parroquia.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Causa General de Jaén. Pieza 71,
Quesada. Doc. 15. La tabla de la Virgen seguramente es la donada a la cofradía
por Laureano Delgado y estudiada por Carriazo en la revista “Don Lope de Sosa”
abril de 1925.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente IEG I_203 8619. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente IEG l_289 11753.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente IEG <span style="background: white; color: #252525;">l_131_5525</span><span style="color: black;">.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Se conserva en la sacristía un
escaño de taracea en regular estado, así como un gran armario bajo en similar
estado. La imponente puerta de la sacristía, también de taracea, sigue en su
lugar prácticamente intacta.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>IEG l_0435_15949.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_203 8619 contra
Ramona Muñoz Guirado.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_0400_15086
contra Juan Gómez Marín.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_113_4732<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn13" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref13" name="_edn13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Corren historias al respecto un poco
extravagantes. Algunos creen que la Virgen antigua es la que hoy en día existe
en el cortijo de Caniles, en Huesa.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn14" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref14" name="_edn14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Jiménez Tíscar, F. (1962): Nuestra
Señora de Tíscar. Historia, leyendas y crónicas. Quesada. Pág. 179.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn15" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref15" name="_edn15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Revueltas Cruz, Eloy. "En la cuna
del hambre. Recuerdos de un Quesadeño". Ayuntamiento de Quesada y
Diputación de Jaén. 2009.<span style="color: red;"> </span>Pág. 100<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn16" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref16" name="_edn16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Ángel Alcalá Menezo “Pedro Hidalgo o
el Castillo de Tíscar". 2ª edición. Sevilla 1945. Prólogo de Juan de Mata
Carriazo. Pág. XVIII. No estaban los tiempos para mayores precisiones. Y él,
por sus antecedentes, mucho menos. Por eso, y tras una fugaz mención a "la
Romería" de Ciges Aparicio como "pieza de escándalo", cambia de
tercio de una forma bastante expresiva: "Más vale que pasemos a la
poesía", y lo hace.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn17" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref17" name="_edn17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">El artículo está firmado con las
iniciales C.R.A.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn18" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref18" name="_edn18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">“Pedro Hidalgo…” Op. cit. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn19" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref19" name="_edn19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Por “extraño pudor” ajeno a mis
propias opiniones y para evitar, por mi parte, una absurda difusión en redes,
no reproduzco la fotografía. Verla no añade más a lo arriba escrito. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn20" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref20" name="_edn20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_0403_15166.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> </b><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn21" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref21" name="_edn21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Este documento que Morán presenta,
sin decir de dónde lo había sacado, como prueba de que intentaron asesinarlo la
noche del 31 de julio, fue reconocido como auténtico por Clemente Cifuentes a
quien Morán acusaba. Atribuir su autoría a Clemente parece fruto de un
"hábil interrogatorio" pero creo que el documento, como fruto
colectivo del sindicato La Verdad, sí es auténtico.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn22" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref22" name="_edn22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">[22]</span></span></span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;"> Archivo IEG l_130_5501 contra Juan de Mata Viches Sánchez.</span></span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn23" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref23" name="_edn23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Ibíd.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn24" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref24" name="_edn24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_0434_15923
contra Emilio Pérez Martos.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn25" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref25" name="_edn25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_0400_15086
contra Juan Gómez Marín.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn26" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref26" name="_edn26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_30 1152 contra
Juan Ruiz Palomeque.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn27" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref27" name="_edn27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente I.E.G. l_0403_15166.
Denuncia de 24 de mayo de 1939.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn28" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref28" name="_edn28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Ibíd.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn29" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref29" name="_edn29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Rodríguez Aguilera, C. Op. Cit. Pág.
103.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn30" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref30" name="_edn30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">"según el testimonio de varios
vecinos y personas que lo vieron, intervinieron, me han dado los nombres
de..."<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn31" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref31" name="_edn31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Expediente IEG l_290 11844 contra
Francisco Carruana Piñero.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn32" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref32" name="_edn32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Originario de La Zubia había sido
contratado como experto en riegos, llegando a ser el administrador de la finca.
En Quesada conocía a Carlos Sánchez que lo acogió a su llegada.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn33" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref33" name="_edn33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Expediente IEG l_290 11844 contra
Francisco Carruana Piñero.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn34" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref34" name="_edn34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">Vicente Pérez Herreros como
secretario y Enrique Bedoya Serrano, tesorero, avalaron a Emilio Pérez Martos
en el sentido de que se había limitado a custodiar el "tesoro" de la
Virgen. Posteriormente se ratificaron ante el juzgado militar (Expediente
I.E.G. l_0434_15923 contra Emilio Pérez Martos).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn35" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2010-05-19/Quesada/Desaparici%C3%B3n%20de%20la%20Virgen/DESAPARICI%C3%93N%20DE%20LA%20VIRGEN%2002.doc#_ednref35" name="_edn35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">La Gaceta de la República de 12 de
junio de 1937 publica el nombramiento de Juan Arroquia como vocal de la Junta
Delegada de Protección, Incautación y Salvamento del tesoro Artístico de Jaén y
su provincia.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-398512218604491152.post-51911332330733508482019-04-30T14:18:00.001-07:002019-05-04T01:33:55.973-07:00JUAN ARROQUIA HERRERA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiTuEKt6A9Y699wiOoH7urfx4KNqtbeuo3-iJsi5OhH05NhUHRbZvOdj3irKeRHHr4nwEnFX-7Z18MaCFX2-GyGNHjpi2oGFuI8Mn_T9vleFQ4ks2K-h8jSFWG8EDMICixCdKHUPVRmBZO/s1600/CDMH_PS_MADRID_C510_EXP111_001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="471" data-original-width="758" height="396" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiTuEKt6A9Y699wiOoH7urfx4KNqtbeuo3-iJsi5OhH05NhUHRbZvOdj3irKeRHHr4nwEnFX-7Z18MaCFX2-GyGNHjpi2oGFuI8Mn_T9vleFQ4ks2K-h8jSFWG8EDMICixCdKHUPVRmBZO/s640/CDMH_PS_MADRID_C510_EXP111_001.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial";">"La humanidad, al soplo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial";">de la otoñada, tiembla, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial";">cual si temiera algo</span><span style="font-family: "arial";"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial";">que le acechase cerca."</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<b><span style="font-family: "arial";"> </span></b><span style="font-family: "arial"; text-align: right;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i><span style="font-family: "arial";">Juan Arroquia</span></i><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn1" name="_ednref1" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial";"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a><i style="font-size: x-large;"><span style="font-family: "arial";"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En el número 1 de la Revista Sueños de Quesada, editada a
primeros de 2019 por la Asociación de Amigos de Rafael Zabaleta, publiqué una
semblanza de Juan Arroquia Herrera. Arroquia había sido un importante personaje
de la vida social, cultural y política quesadeña de los años veinte y treinta.
Durante la guerra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fue Director General
de Correos y a su final marchó al exilio en Francia, donde vivió casi todo el
resto de su vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Estando ya en imprenta el artículo, conseguí en el Centro
Documental de la Memoria Histórica de Salamanca una copia de su expediente de
depuración político-social como funcionario de Correos. Contiene amplia
información sobre su vida y en especial sobre los meses iniciales de la guerra
civil, cuando desempeñaba el cargo de Administrador Principal de Correos de
Jaén. Si ya de por sí la figura de Juan Herrera se mostraba como uno de los
personajes más importantes de la vida quesadeña de aquel momento, los papeles
de Salamanca dibujan el retrato de un funcionario honesto y leal en todo
momento a la República, que al tiempo favoreció, y a menudo salvó la vida, a
numerosas personas, muchas de ellas simpatizantes de los sublevados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En Quesada, sin embargo, se ha perdido casi por completo su
memoria. Con la intención de paliar este olvido, y a la vez como homenaje,
escribo estas nuevas líneas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que recogen
lo fundamental de la revista Sueños de Quesada y la información obtenida en
Salamanca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Arroquia Herrera<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">
</b>nació en Jódar en 1899 y murió en Madrid el 25 de abril de <st1:metricconverter productid="1971. A" w:st="on">1971. A</st1:metricconverter> poco de aprobar en
1918<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> las
oposiciones al cuerpo técnico de Correos, fue nombrado administrador de la estafeta
de Quesada. En la elección de esta plaza sin duda pesó que allí tuviera familia,
pues era el pueblo donde se había casado su tía Ángeles Arroquia y donde vivían
sus primos Juan de Mata y Ángel Carriazo Arroquia. La integración de Juan en la
vida quesadeña, seguramente de la mano de sus primos, fue rápida. <span style="color: black;">En agosto de 1923 formaba parte del grupo que fundó el
“Colegio Moderno”, del que era, según el folleto que se publicó como
presentación del colegio, administrador y profesor de Geografía y Literatura.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> En</i> 1926, con ocasión del VI Certamen
Nacional del Ahorro de Coruña, fue premiado con 250 ptas. por el Consejo de
Administración de la Caja Postal de Ahorros. El motivo del premio fue estar la estafeta
de Quesada entre las oficinas que habían celebrado<span style="mso-bidi-font-style: normal;"> "fiestas de ahorro con reparto de libretas" </span>durante 1925<i style="mso-bidi-font-style: normal;">.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[2]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a></i></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">El desempeño de su puesto de trabajo en la
oficina de Correos, así como el protagonismo en </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">actividades de carácter cultural y social hicieron
rápidamente de él un personaje local notorio. Fue escritor y poeta; publicó en
varias revistas, una de ellas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cosmópolis, donde en 1929 aparecía su poema
"Otoño", anunciado como "versos de Juan Arroquia Herrera,
ilustrados por Olivas".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Arroquia
en este apartado rincón seguía al día la actualidad literaria del país. Se
puede comprobar en un tarjetón que envió a Rafael Láinez: "Me ha quedado
el recuerdo de esa tarde de Romancero a lo García Lorca"<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn4" name="_ednref4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></span></span></span></a></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ5zhkjXWu9Y0JCaqPMlOgoA4tf9ZfZohcrRGgDu9fpQ5xlLiBquUAkHixXn6xZ_T43G5DsnK8dPg8UA-MkAsNB3XVsO6xIN8cZDLx6DX-cRzsSn34Zwq9DoOxApXx9T0CnecfSr9OzDZl/s1600/2+Guia+sentimental+de+Quesada+%25288%2529+junio+1930.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1524" data-original-width="1055" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ5zhkjXWu9Y0JCaqPMlOgoA4tf9ZfZohcrRGgDu9fpQ5xlLiBquUAkHixXn6xZ_T43G5DsnK8dPg8UA-MkAsNB3XVsO6xIN8cZDLx6DX-cRzsSn34Zwq9DoOxApXx9T0CnecfSr9OzDZl/s400/2+Guia+sentimental+de+Quesada+%25288%2529+junio+1930.jpg" width="276" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">"Guía sentimental" Don Lope de Sosa, 1930</span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En mayo y
junio de 1930 publicó en la revista provincial Don Lope de Sosa, una "Guía
sentimental" de Quesada y Tíscar.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn5" name="_ednref5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Algunos
meses antes se había anunciado su publicación como "un opúsculo que será
contribución espiritual para dar a conocer las bellezas de Quesada, del
Santuario de Tíscar y de las maravillas naturales que en aquellos lugares
pueden ser admiradas." La primera parte de la "Guía sentimental"
está dedicada al pueblo y a su casco urbano. La segunda es un itinerario
imaginario que parte de Quesada y, tras un recorrido por la sierra, remata en
Tíscar. Se ilustra con fotografías de Cano, Valdivieso y, por supuesto, de su
primo Juan de Mata Carriazo.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn6" name="_ednref6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">De esa
primera parte, la del pueblo, transcribo estos fragmentos con menciones a la
calle Nueva <span style="mso-bidi-font-style: normal;">"asfaltada"</span> y a
la Explanada "<span style="mso-bidi-font-style: normal;">donde alienta lo
moderno". </span>Dice así: "Aparece la calle Nueva, con hervores de zoco
y anuncios de trafico. Espléndidamente asfaltada, gana el corazón del pueblo
-explanada y jardín- donde alienta lo moderno. (...) Apenas se salvan los arcos
conventuales, y los perfiles renacentistas de la casa consistorial. Todo a la
sombra de los olmos, los olmos amigos, los olmos ya viejos. Saben de las
fiestas populares y lejanas, con alcandoras brillantes y cohetes bulliciosos.
(...) Protegen, ahora, ese ir y venir de las veladas estivales; ese ir y venir
de las parejas enceladas; ese eterno fluir y ese grave pasar de la vida
pueblerina. Tiemblan, acaso, al redoble de tambores, al juego de banderas que
circundan al Santo, ese viejo patrón de las clases trabajadoras."
Destacable en esta descripción es la referencia a los viejos olmos del Jardín,
de los que apenas quedan algunos en la parte más umbría presididos por el muy
venerable de la esquina del Marisol. Hay además un detalle que no debe pasar
desapercibido a un buen aprendiz de historiador: seguramente es la primera vez
que aparece escrita la expresión "clases trabajadoras" referida a
Quesada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Fue presidente del comité local de la Cruz Roja, institución
para la que compuso un himno local con música del maestro Juan José Trujillo
del Barco. Valentín de las Marinas, en un artículo publicado en junio de 1930
en “El Pueblo Católico”, dice refiriéndose esta composición: “Sabemos que para
coronar el éxito pro-Cruz Roja, la letra del himno y su música, piensan sus
distinguidos autores ofrendársela a S.M. la Reina (…) nuestra caritativa
Soberana” <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCCQxDkHYdLKHG80SVIywJPDz3wrAt5ANOewmu2hoC36-NJNkzNKds3OB5-AIpNL1-aKUyw4zSo9sKQ2Ik76gz_OQehRxphT7Cpw8KiB9IE7063EhFQgRgDyto7M_UeiWJY-4FV-Sz8Glb/s1600/arroquia+1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="701" data-original-width="1122" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCCQxDkHYdLKHG80SVIywJPDz3wrAt5ANOewmu2hoC36-NJNkzNKds3OB5-AIpNL1-aKUyw4zSo9sKQ2Ik76gz_OQehRxphT7Cpw8KiB9IE7063EhFQgRgDyto7M_UeiWJY-4FV-Sz8Glb/s400/arroquia+1.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Tarjeta de Juan Arroquia a Rafael Láinez</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">También destacó como organizador de saraos teatrales montados
con la excusa de la beneficencia y la caridad. Poco después del himno de la
Cruz Roja, el propio Valentín de las Marinas, otra figura de relieve social y
cultural de aquel momento, volvía a referirse a las actividades artísticas de
Juan Arroquia: “merece destacarse el cuadro artístico formado por distinguidos
jóvenes de la localidad, bien orientados y dirigidos por el “amateur” Juanito
Arroquia, ofreciendo recreativas veladas con un éxito singular, máxime cuando
su producto íntegro se destinaba a obras benéficas, como Cruz Roja, Gota de
Leche, etc.”</span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn7" name="_ednref7" style="font-family: arial; font-size: 14pt;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[7]</span></b></span></span></i></span></a><i style="font-family: arial; font-size: 14pt;"> </i><span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">Lógicamente, ha desaparecido toda
referencia a la "caritativa" ex reina pues estamos en 1935, ya en
plena República.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En la
obra colectiva “El Adelantado de Cazorla”, fue el encargado de desarrollar uno
de los tres capítulos dedicados a Quesada. Firma como “Juan Arroquia. Técnico
de Correos” y lo titula “¡Tíscar!” Está dedicado a la historia y al paisaje de
Quesada y sigue la misma línea y contenido ya vistos en la “Guía sentimental”.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn8" name="_ednref8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Que
fuera uno de los tres seleccionados para describir al pueblo acredita, de nuevo,
su protagonismo en la sociedad y cultura quesadeña. El matrimonio con la
quesadeña Pilar Rodríguez Aguilera profundizó su integración en la vida local.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Durante
estos primeros años su perfil político fue bastante convencional. No se
descubren todavía en él veleidades republicanas como lo acredita la dedicatoria
a "nuestra caritativa soberana" antes citada. Pero sus orígenes
conservadores<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn9" name="_ednref9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
no fueron obstáculo para que participara activamente en el Sindicato de
Correos. Los compañeros que testificaron en el expediente de depuración, lo
recordaban como "</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">un elemento destacado en el sentido de tomar parte en
todas las discusiones que se suscitaban". Participaba también con
artículos y versos en las publicaciones sindicales.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn10" name="_ednref10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> De
estos primeros años hace en 1969, durante la revisión del expediente de
expulsión, un emotivo resumen el que fuera administrador de Correos de Cazorla,</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> Juan Manuel Moreno Linares: </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">"Que
conozco a dicho señor desde el año 1.923 en que ambos fuimos destinados a
prestar nuestros servicios como Administradores en las Estafetas de Quesada y
Cazorla, localidades muy próximas por cuya circunstancia establecimos una leal
y sincera amistad, que con el tiempo se hizo fraterna. (...) Juan Arroquia ha
sido siempre un hombre de una infinita bondad, amante del orden y de la
familia, de un profundo y practicante espíritu religioso, patentizado en una
profusa producción literaria, en prosa y verso, en honor de la Santísima Virgen
de Tíscar, Patrona de Quesada"<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn11" name="_ednref11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Al proclamarse la República formó parte del grupo de jóvenes
quesadeños, de carácter democrático y liberal, que al advenimiento de la
República apoyaron convencidamente al nuevo régimen. Inicialmente miembro del
conservador pero republicano Partido Radical de Alejandro Lerroux, participó en
la escisión que de su sector más centrista encabezó Diego Martínez Barrio. Por
ello fue uno de los fundadores en Quesada de Unión Republicana, partido en el
que también militaron otros conocidos quesadeños como Pedro Villar, su primo
Ángel Carriazo, Francisco Ortiz, Carlos Sánchez, Emilio Magaña o Francisco
Morata.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw_-6zbTwTw41gjk0RzZ22WxoCr9EZuJwsSCDZyaCf__7l8edXraN9livYV2RMeqwfQhOB2EPBuk5f_vv_Mnr7rH6C8nRpRGaYcj_E86umYkCGq4CYbL7x-hk7CIYSzhji8z3GJMoxZ7Uw/s1600/20181211_163136.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1443" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw_-6zbTwTw41gjk0RzZ22WxoCr9EZuJwsSCDZyaCf__7l8edXraN9livYV2RMeqwfQhOB2EPBuk5f_vv_Mnr7rH6C8nRpRGaYcj_E86umYkCGq4CYbL7x-hk7CIYSzhji8z3GJMoxZ7Uw/s400/20181211_163136.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Revista Cosmópolis. "Otoño" de Juan Arroquia</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">Las elecciones de
febrero de 1936 las ganó el Frente Popular. Unión Republicana había llegado a
un entendimiento con Izquierda Republicana y a su vez ambos se habían coaligado
con los socialistas. Para aceptar el acuerdo, un sector del PSOE exigió que
también formara parte de la candidatura el PCE y otros pequeños grupos de
extrema izquierda. De esta forma surgió el Frente Popular en el que quedaron
integrados muchos republicanos centristas como Juan Arroquia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Pocas semanas después,
siendo ministro de Comunicaciones Manuel Blasco, de Unión Republicana</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">, Juan
Arroquia fue nombrado administrador principal de Correos de Jaén.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn12" name="_ednref12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Según
escribió él mismo muchos años después, en 1969 durante la revisión de su
expediente, recibió la noticia en la inauguración del nuevo edificio de Correos
de Jaén. El acto fue presidido por los directores generales<span style="color: black;"> de Correos y Telégrafos y contó con la asistencia de los
diputados Peris, socialista, Acuña, mesócrata y Giner de los Ríos, de Unión
Republicana. Giner será en lo sucesivo buen amigo y prescriptor de Arroquia</span>.
El periódico socialista de Jaén "Democracia" publicó que en el acto
hablaron<span style="color: black;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>"el señor Arroquia, administrador de Correos de Jaén" y el
resto de las autoridades presentes, concluyendo el acto con </span></span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">vivas a la República y <span style="mso-bidi-font-style: normal;">"a los hombres honrados</span>".<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn13" name="_ednref13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En 1969 Arroquia declaró al juez instructor<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn14" name="_ednref14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> que,
"i</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">nvitado para la inauguración de la Casa de Comunicaciones de Jaén,
acudió entre los restantes compañeros de la provincia, encontrándose con la
sorpresa, a la llegada del entonces Director General y Subsecretario de
Comunicaciones, con la entrega de un pliego cerrado" El sobre contenía su
nombramiento y al conocerlo intentó rehusar porque estaba a punto de conseguir
el traslado a Madrid, que era su objetivo, y porque era uno de los jefes de
negociado con menos antigüedad. El director general rebatió las excusas alegando
sus muchos méritos, "Mención Honorífica especial, Cartilla Premio del VI
Certamen del Ahorro y la Medalla de Plata del Cuerpo". Le recordaron,
además, que había sido elegido unánimemente como delegado por Jaén en el Primer
Congreso Sindical de Madrid. Y esa capacidad de unir a la plantilla era
especialmente valorada dado el mal ambiente y "las disensiones entre el
Personal de la Principal". <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Todavía se preocupó, dice, antes de aceptar
de "dejar a cubierto al discutido Admor. Pal. Don Luis González López,
aceptando que pudiera quedar como Interventor. En el <span style="letter-spacing: -.5pt;">mo</span>mento del banquete hasta cambió su tarjeta por la del citado
compañero, para que pudiese figurar entre Autoridades de la Provincia, junto al
Director y Subsecretario". Arroquia se lamentaba de no poder recurrir al
testimonio de este compañero: "Lástima que haya fallecido, recientemente,
el citado González<span style="color: black;"> López, al que arrancó (el que
suscribe) posteriormente de la cárcel más de una vez, logrando salvarle la
vida". La suerte fue que Juan no llegara a conocer que "el citado
González" fuera quizá el único compañero que no le benefició en su
expediente de posguerra.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">A los pocos días de su
nombramiento le sustituyó en la estafeta de Quesada el funcionario Enrique
Prats Preval, falangista y posteriormente presidente de la gestora municipal
implantada por las tropas ocupantes al final de la Guerra.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn15" name="_ednref15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Arroquia dejó Quesada y se trasladó a Jaén para desempeñar su nuevo cargo. A
las pocas semanas le sorprendió allí el golpe militar y el inicio de la guerra
civil. Siguieron meses trágicos y sangrientos que para Juan abrían una etapa de
su vida sorprendente, a menudo heroica </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">y por desgracia desconocida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Durante aquellos primeros meses de guerra fue
nombrado presidente del Comité Provincial de Unión Republicana y vicepresidente
de la Asociación de la Prensa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Jaén.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn16" name="_ednref16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
La policía franquista decía años después </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">que era "uno de los dirigentes marxistas que más
frecuentaban el Gobierno Civil” como miembro del Frente Popular."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn17" name="_ednref17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Calificar
a Juan Arroquia de marxista solo se explica por la sordidez ideológica del
franquismo pero, indudablemente, fue una personalidad política de relieve en el
Jaén de aquellos dramáticos meses. <span style="color: black;">Participó en
emisiones de radio desde la emisora de Jaén teniendo enfrente, en Radio
Sevilla, al siniestro Queipo de Llano. Según cuenta FOG en sus memorias
inéditas, su padre contaba cómo en cierta ocasión Queipo dijo por la radio que </span>tenía
que forrarse los botones de la guerrera con la piel de Arroquia. Aunque no queden
muchas grabaciones sonoras de aquel tiempo y no se pueda documentar el
comentario, cuadra perfectamente con el perfil del sanguinario general. Sin
duda fue Juan, desde su buena posición política, quien facilitó a Rafael
Zabaleta el carné de afiliado expedido el 22 de noviembre de 1936,
documentación que le permitió viajar a Valencia desde Jaén.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Hasta aquí lo sabido de
la vida de Juan Arroquia en Jaén durante la guerra. Pero, como dije antes, hace
poco recibí desde el Centro Documental de la Memoria Histórica de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Salamanca
copia de su expediente político-social, que concluyó con<span style="color: black;"> su expulsión <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como funcionario.
Fue instruido en el invierno 1940-41 por el juzgado especial creado al efecto
en Correos para depurar a la plantilla. La documentación incluye la revisión
del caso que solicitó el interesado en <st1:metricconverter productid="1969, a" w:st="on">1969, a</st1:metricconverter> punto de alcanzar la edad de jubilación
y al objeto de conseguir la correspondiente pensión. Ya en la primera lectura
rápida que hice de los papeles recibidos quedé sorprendido. Contenían numerosos
testimonios de funcionarios de Correos, todos elogiosos, favorables y
agradecidos a su antiguo compañero. Bien está que así fuera en 1969 tras los
años transcurridos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero es sorprendente
que en 1941, compañeros en activo hablen bien y defiendan a "un rojo"
exiliado en Francia que había sido alto funcionario de la República. Para colmo,
es <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Falange de Jaén y la policía
franquista, también la de Jaén, quienes emiten informes </span>favorables. Solo
cuando estos informes se alejan de los hechos<span style="color: black;"> y del
conocimiento de la persona, el caso de la policía y guardia civil de Madrid,
empiezan a ser desfavorables aunque no contienen acusaciones concretas, </span>solo<span style="color: black;"> las vaguedades habituales
de marxista y masón...<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><span style="color: black;"><br /></span></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA1nqQ74qhPX9PScuR7zQU4rvQCqdF3AHAk-wgN2AthhmvWHG2Fydt9EoTd5F4q0nvfelhzNShjGz3kINRW_Pev3Voe1xvy5nX9NO3Ly17BXrDiUU1VMW1C9i6RKep4FkcM1aM_mOeXx1b/s1600/CDMH_INCORPORADOS_EXP0491_034+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1182" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA1nqQ74qhPX9PScuR7zQU4rvQCqdF3AHAk-wgN2AthhmvWHG2Fydt9EoTd5F4q0nvfelhzNShjGz3kINRW_Pev3Voe1xvy5nX9NO3Ly17BXrDiUU1VMW1C9i6RKep4FkcM1aM_mOeXx1b/s400/CDMH_INCORPORADOS_EXP0491_034+%25282%2529.jpg" width="295" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Informe policial 1941 (CDMH-Salamanca)</span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Viene a la cabeza de
inmediato la figura de Melchor Rodríguez García, el llamado "ángel
rojo", dirigente de la CNT que detuvo las matanzas de Paracuellos y quien,
por hablar de algo cercano, evitó el asalto a la cárcel de Alcalá de Henares en
diciembre de 1936, salvando de este modo la vida de los veinte presos quesadeños
allí recluidos. Melchor llegó a despertar sospechas de connivencia con el
enemigo entre algunos sectores frentepopulistas. ¿Ocurre algo parecido con
Arroquia? ¿esta "afición" a salvar vidas y a favorecer a los que en
su zona estaban perseguidos, "los otros", no será indicio de que en
realidad fue un emboscado, un quintacolumnista? Para no darle más vueltas
adelanto que la respuesta es no. Juan Arroquia Herrera fue leal a la República
hasta el final. </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Y hay una prueba irrefutable: las penalidades de su exilio. Algún otro, supuesto, republicano quesadeño, que sí actuó de forma encubierta
al servicio del SIPM franquista, pudo vivir como premio en Quesada sin problema
alguno. Juan Arroquia no, cruzó la frontera en 1939 y vivió en
Francia casi hasta su muerte. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Existen otras numerosas evidencias
que se irán viendo, pero<span style="color: black;"> es significativo el
testimonio de su antecesor en el cargo de </span>Jaén, Luis González, quien
queriendo<span style="color: black;"> acusarlo y descalificarlo </span>dice que
Arroquia temía la derrota de la República pero que no obstante,
"apostillaba sus conversaciones siempre o casi siempre con el
presentimiento de qué otras naciones - preferentemente, Norteamérica -,
vendrían en ayuda póstuma de las fuerzas a qué el Sr. Arroquia Herrera figuraba
fatalmente adscrito." Según González cuando se le intentaba demostrar
"el error que padecía, llamémosle así", reaccionaba con "la
afirmación vertical de su republicanismo". La acusación es buena y clara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Su decisión de favorecer incluso a
personas de contrarias ideas políticas tenía raíces éticas. Según su compañero
Emilio Pérez Esteve "en alguna ocasión mostraba en su despacho a los
compañeros un gran legajo de cartas sobre las que decía que en todas ellas se
le mostraba la gratitud por haber hecho un favor más o menos importante,
librando a unos de la cárcel y a otros de una muerte cierta y que era el
testamento que legaba a sus hijos para la buena memoria de su padre."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn18" name="_ednref18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 12.05pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Durante
los meses que vivió en Jaén, hasta finales de 1937, desarrolló una intensa
actividad. Sus gestiones para proteger a personas perseguidas fueron numerosas
y a menudo no exentas de riesgo. Hay que valorar que pertenecía a Unión
República, un partido burgués y centrista que había caído del lado del Frente
Popular casi por azares políticos. Sus miembros a menudo despertaban alguna
sospecha. Cuando a las pocas horas del golpe militar el presidente </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Azaña
encargó formar gobierno a<span style="color: black;"> Diego Martínez Barrio, las
masas en Madrid reaccionaron al grito de ¡traición! En 1941 la propia policía
franquista de </span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Jaén
informaba que Arroquia era “uno de los<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>(dirigentes «marxistas») que más frenaba a los exaltados” Que actuaba en
favor de las “personas de orden” hasta el punto que "estos favores le
generaban «grandes disgustos» por las discusiones con otros dirigentes"<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn19" name="_ednref19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a></span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Tras
el golpe militar y el derrumbe del orden republicano, una explosión caótica de violencia
revolucionaria se extendió por todos los pueblos de la provincia. Se
multiplicaron las detenciones y se produjeron numerosos asesinatos. Juan
Arroquia, que como se ha visto destacó por su actuación en el sindicato de
Correos, se aprestó, ahora en su condición de Administrador Principal de Jaén y
valiéndose de su condición de dirigente de Unión Republicana, a proteger a los
funcionarios a su cargo que, tanto en la </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">capital como en los pueblos, se
vieron en problemas. A muchos administradores de estafetas locales los trasladó
a Jaén sacándolos<span style="color: black;"> de los pueblos cuando allí corrían
peligro. Las declaraciones de sus compañeros son concluyentes: </span>"Protegió
con toda valentía a todos los compañeros, fueran de la ideología que fueran"
(Emilio Pérez); "observó a los pocos días de la llegada del declarante a
Jaén que la mayor parte de los compañeros de la principal habían sido
trasladados de las Estafetas de la provincia, debido a que siendo de
significación derechista, eran perseguidos en los pueblos por los elementos
marxistas y el Sr. Arroquia tenía por norma proteger a todos los compañeros que
se encontraban en este caso" (José Alcaraz Nieto);<span style="color: red;">
</span>"</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">No solo no
persiguió ni molestó siquiera a ningún funcionario considerado como desafecto,
sino que contribuyó por el contrario de manera eficaz a hacer mas llevadera la
situación a cuantos compañeros de la expresada provincia precisaban ayuda."
(Alfredo García Jauret) ...<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn20" name="_ednref20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Además de
proteger a compañeros trasladándolos a Jaén, a otros les facilitó salvoconductos como al administrador de Martos. En otros casos y ante alguna detención
inevitable, acompañó al compañero detenido hasta la cárcel provincial para
evitar paseos y acciones incontroladas.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn21" name="_ednref21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
También intervino en defensa de los familiares de compañeros como ocurrió con el
padre del administrador de la estafeta de Arjona. Su hijo, </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan
Muñoz-Cobo, dijo al juez instructor en 1969: "Tengo que declarar por tanto
que D. JUAN ARROQUIA HERRERA salvó la vida de mi padre."<span style="color: red;"> </span>Para dar más fuerza al testimonio añade que "por
lo que pueda suponer mi testimonio a favor del Sr. ARROQUIA HERRERA, lo expongo
en mi calidad de Militante con Medalla de la Vieja Guardia de Falange,
consideración de excombatiente de la Cruzada, ex-Subjefe Provincial del Movimiento
de Jaén y ex-Procurador en Cortes por dicha Provincia."<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Las acciones "protectoras" de Arroquia no se
limitaron a los compañeros y familias. Antonio Pipó, también de Correos,
declaró que "el que informa recuerda perfectamente que a diario se
presentaban en su despacho infinidad de personas de derechas de la Capital y
pueblos de la provincia en demanda de protección, la cual les otorgaba,
recordando entre ellos a algunos sacerdotes, como el párroco de San Isidoro de Úbeda,
Sr. Ramos, el cual albergó en su domicilio particular durante algún
tiempo"<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn22" name="_ednref22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Tampoco proceden los testimonios solo de sus compañeros. En los expedientes
de los juicios sumarísimos a los que sometieron a numerosos vencidos tras la
derrota de 1939 y que está digitalizando el Instituto de Estudios Giennenses,
también figura Juan Arroquia. No lo hace como procesado pues vivía exiliado en
Francia, lo hace casi siempre por haber intervenido en favor de alguien. Valgan
un par de ejemplos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Cuando el médico de Villanueva del Arzobispo
Manuel Arenas fue detenido en Jaén, </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">los dirigentes locales de Izquierda
Republicana enviaron<span style="color: black;"> una carta a Juan Arroquia
solicitando su intervención. Lo cuenta así el propio detenido: "</span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">el Sr. Linares (IR de Villanueva)
entregó a mi hermano una carta para un tal Sr. Arroquia, Presidente del Comité
Provincial de Unión Republicana recomendándome, con tal feliz éxito que
inmediatamente me sacaron de la cárcel, mandándome en calidad de desterrado
para ejercer mi profesión de Médico, al pueblo de Begíjar" <a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn23" name="_ednref23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">El presidente del comité local de Unión Republicana de
Peal, Cástor Alcalá del Real, fue detenido en su pueblo el 26 de julio de 1936
por los milicianos locales. Junto al resto de los detenidos de Peal el día 4
de agosto se le condujo a la catedral de Jaén, habilitada como prisión.
Conocida por Arroquia la circunstancia, intervino para conseguir su liberación.
El resto de presos de Peal, junto a los de Cazorla y otros pueblos, fueron
conducidos en tren a la cárcel de Alcalá de Henares, donde no llegaron pues
fueron asesinados </span><span style="font-family: arial; font-size: 18.6667px;">el día 12 </span><span style="font-family: arial; font-size: 14pt;">al paso del convoy por las cercanías de Vallecas.</span><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn24" name="_ednref24" style="font-family: arial; font-size: 14pt;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[24]</span></span></span></span></a><span style="font-family: arial; font-size: 14pt;">
Cástor sobrevivió a la guerra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">No solo actuaba por propia
iniciativa. Su primo Ángel Carriazo, también de Unión Republicana y que fue
procesado por participar como oficial en el EPR, se aprovechaba de su
influencia. Según uno de los testigos de su proceso </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">“debido a que tenía un pariente que
era Jefe Provincial de dicho Partido se valía del mismo para hacer cuantos
favores podía a perseguidos de derechas.”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn25" name="_ednref25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Todos los compañeros que
convivieron con él testificaron a favor de Juan como hemos visto. Incluso
Falange de Jaén informó favorablemente. Conforme los informes eran más lejanos
y firmados por personas que no habían tenido relación con él, empeoraba </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">el tono y se recurría a las tópicas
acusaciones aplicables a cualquier "rojo". Resultan trágicamente
cómicas acusaciones como las siguientes: “Aun cuando no ha podido comprobarse,
parece ser que el mismo pertenecía a una secta masónica” (en la guerra) “siguió
su campaña con más intensidad a favor del marxismo jactándose constantemente
con el triunfo de los mismos”; "Perteneció al FP no conociéndose su
participación en hechos delictivos. Considerado de mala conducta debido a su
ideal rojo"; “hizo mucha propaganda marxista” (...) “está considerado como
elemento «Mazón» (sic) y desafecto a nuestra Santa Causa”; “Cúmpleme
manifestarle que dicho informado es de pésimos antecedentes, siendo un gran
propagandista de izquierdas antes del GMN y llegado este, su actuación fue
desastrosa. (...) Es individuo peligroso, masón indeseable y contrario en todo
al GMN”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn26" name="_ednref26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn26" name="_ednref26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><br /></span></span></span></span></a></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihmdmhhMADOpAl6xlrFQDt-FBZE8xVOkT_R8UfK9c2Z1eMygcW4Stb0lNAEfIuIyNYhUTEEmjjd_3J7KiRFYeUpl3beC_vBpIaIuNSWHJ9ecteuy2UPSSQKQjC8iVRS5ouMZyIAhvemhiU/s1600/CDMH_INCORPORADOS_EXP0491_049+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1208" data-original-width="1158" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihmdmhhMADOpAl6xlrFQDt-FBZE8xVOkT_R8UfK9c2Z1eMygcW4Stb0lNAEfIuIyNYhUTEEmjjd_3J7KiRFYeUpl3beC_vBpIaIuNSWHJ9ecteuy2UPSSQKQjC8iVRS5ouMZyIAhvemhiU/s400/CDMH_INCORPORADOS_EXP0491_049+%25282%2529.jpg" width="382" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Expulsión de Juan Arroquia del cuerpo de Correos</span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">El juez especial encargado de la depuración citó a declarar
a Juan Arroquia, publicando al efecto un edicto en el </span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Boletín
Oficial de la Provincia de Jaén<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de 7 de
julio de 1941. Se cerró la instrucción el 7 de octubre "</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">no habiéndose podido pasar pliego de
cargos al encartado por encontrarse en ignorado paradero (el exilio)". El
resultado fue "</span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">la sanción máxima de SEPARACIÓN DEFINITIVA
DEL SERVICIO.” En 1969, tras de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>treinta
años viviendo en Francia, solicitó la revisión y su readmisión en el cuerpo de
Correos "</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">a efectos de jubilación, pues el que suscribe cumple
los 70 años el día 28 del próximo mes de Julio" Esta vez los testimonios,
casi súplicas, de sus antiguos compañeros fueron atendidos y el Consejo de
Ministros, a propuesta del ministro de la Gobernación, aprobó su readmisión el
6 de junio de 1969."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn27" name="_ednref27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antes de
salir de Jaén, en junio de 1937, fue nombrado vocal de la Junta Delegada de Protección,
Incautación y Salvamento del Tesoro Artístico de Jaén<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn28" name="_ednref28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Pocos meses después, en plena mudanza del Gobierno desde Valencia a Barcelona y
a propuesta del ministro de Comunicaciones, su amigo y correligionario Giner de
los Ríos, fue nombrado director general de Correos.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn29" name="_ednref29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Lo
cuenta así en su pliego de descargo de 1969: "</span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Requerido
por el Ministro, tuvo (el declarante) que presentarse, al día siguiente en
Barcelona, por fallecimiento del anterior Director y haber sido nombrado para
sustituirle, a lo que renunció formalmente, pero el nombramiento ya estaba en
la Gaceta y sólo pudo recabar una Carta en blanco, para salir al paso de las
intromisiones sindicales, no obstante advertirle que los compañeros, ya en las
Ejecutivas de la UGT y la CNT habían coincidido en la proposición del Admor.
Pral. de Jaén, reconociendo su independencia y rectitud." La toma de
posesión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se efectuó en "la Sala de
batalla de la Principal de Barcelona, para dejar sentado, ante el personal, la
oposición a toda ingerencia de los Sindicatos en la vida corporativa, donde no
admitía manifestación política alguna, si bien abriendo las puertas de la
Dirección a todas la sugerencias en beneficio de los Servicios" (...)
"de como ganara la confianza de todo el mundo, son exponente los
periódicos profesionales de la época, apoyándole sinceramente" <a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn30" name="_ednref30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">A finales de diciembre de 1938 fue nombrado Presidente de
Honor de Solidaridad Postal Internacional, organismo dedicado <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>"a recabar ayuda para los funcionarios
represaliados o muertos y ayudar a sus familias."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn31" name="_ednref31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Pero
por entonces el final de la República estaba próximo. A la caída de Cataluña
“evacuó a Francia con 8 familiares”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn32" name="_ednref32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Quien
lo había sustituido al frente de la Administración Principal de Jaén, Juan
Antonio Sánchez Valladar, fue fusilado en Jaén el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>15-12-1939. De su salida de España habla en
su pliego de descargo: "</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Cuando tuvo (el declarante) que pasar a Francia,
con el pavoroso problema de la subsistencia, después de la afectación forzosa a
las Compañías de Trabajo, logró el contacto con todos los compañeros, que no
habían podido salir hacia otros países, ni regresar a España (...) Se logró
reunir a las familias dislocadas y que encontrasen trabajo, mientras resolvían
el problema de la vuelta definitiva, falleciendo, por los sufrimientos, una
parte de ellos"<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn33" name="_ednref33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></a></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> Dice también que </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">"en la
salida de Barcelona" perdió su archivo por lo que no podía aportar
documentos acreditativos de su actuación en la Guerra. Como hemos visto antes,
las pruebas las aportaron sus propios compañeros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">A los pocos meses comenzó la guerra
mundial. En junio de 1940 los alemanes ocuparon Francia. La vida para los
republicanos españoles se complicó extraordinariamente. Ignoro las
circunstancias de Arroquia durante esta etapa. Sólo he encontrado en el archivo
Carriazo de la Universidad de Sevilla una carta que le envía a su primo Juan de
Mata. Su fecha es el</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> </span></b><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">3 de julio de 1942, no aparece lugar de remite. Está
escrita en un tono familiar, cariñoso pero aséptico pues tenía que pasar la
censura militar alemana y después la franquista. Tras los saludos y comentarios
familiares se refiere a la muerte de un conocido común, Fermín Vergara, "meses
antes en Carcassone". <a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn34" name="_ednref34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Los
primeros años del exilio, agravados por la guerra y sus consecuencias, fueron
especialmente duros. Juan Arroquia continuó en Francia ayudando a sus
compañeros expatriados. Con el apoyo de los sindicatos franceses negoció con el
Ministerio de Comunicaciones francés la contratación de funcionarios españoles
exiliados. El 24 junio de 1945, en Toulouse, fue nombrado presidente del
llamado Bloque Postal, organización que tenía como finalidad la ayuda a los
funcionarios de Correos represaliados por los franquistas. Tras aceptar el
cargo, se dirigió a la asamblea recordando a los compañeros que habían quedado
en el camino: "que como Presidencia de honor (del Bloque Postal) figuren
todos nuestros compañeros víctimas del fascismo, muertos en los campos de
batalla, cárceles o exilio (...) Y que sus nombres deben figurar a la cabeza
del primer escalafón que rehaga la República (...) para perpetuar eternamente
su memoria" <a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn35" name="_ednref35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span class="subtitulo"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="border: none windowtext 1.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"> <o:p></o:p></span></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En
Francia Juan Arroquia se dedicó profesionalmente a la enseñanza del español. En
su declaración de 1969 resume su curriculum profesional en Francia: "</span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Con
la Delegación del Rector de la Sorbona, pudo (el declarante) ser nombrado
Profesor del Instituto Henri IV y posteriormente ser autorizado para la
enseñanza en la Institución privada que representaban varios Colegios: FIDES,
Dieterlen, Instituto Lamartine etc., prosiguiendo la obra de españolismo, que
ha llevado a nuestra patria tantísimas familias de alumnos y dado lugar a que
la Editorial Casterman belga, con grandes Sucursales, le pidiese la elaboración
de un Método rápido para aprender el español, en aquel País, Francia y Suiza,
habiéndose vendido ya Diez y seis ediciones del mismo, con los discos
Supradidac correspondientes."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn36" name="_ednref36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">Su
actividad radiofónica fue destacable; la desarrolló desde 1951 en la ORTF, aquí
conocida como Radio París. Trabajó a las órdenes directas de André Camp,
director de las emisiones en español. Sus charlas trataban de temas
costumbristas y culturales españoles aunque no estaban exentas de un fondo
político. En 1959 se unió a la celebración del XX aniversario de la muerte de
Machado cuando se celebraron sonados y comprometidos homenajes en Colliure y
Segovia, leyéndose en la emisora "</span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">unos versos suyos escritos «hace años» al visitar su
tumba en Colliure."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn37" name="_ednref37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span class="subtitulo"><span style="border: none windowtext 1.0pt; mso-bidi-font-weight: bold; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span>En
alguna de estas charlas, como la de Viernes Santo de 1959, participó la
locutora estrella de Radio París y voz referente en las audiciones
semiclandestinas de las noches españolas, Adelita del Campo.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPi12RU8jxAs5DsFD1-yv_WssCJ6_0nLheLWthljhZ4pX_Woqa9w_Gm6V835zM8_Mmh9D_QESCR7ysSLcH5kHMnhF7BiMqO0obkgRnoznUsuxswGnmwD5N0oGrUufl9w4WueeJNRlgLeMT/s1600/0273-00272+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1274" data-original-width="1600" height="317" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPi12RU8jxAs5DsFD1-yv_WssCJ6_0nLheLWthljhZ4pX_Woqa9w_Gm6V835zM8_Mmh9D_QESCR7ysSLcH5kHMnhF7BiMqO0obkgRnoznUsuxswGnmwD5N0oGrUufl9w4WueeJNRlgLeMT/s400/0273-00272+%25282%2529.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Fragmento del guión de un programa de Juan Arroquia en Radio París-ORTF</span></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">En
1961, según le cuenta por carta a su primo Juan de Mata Carriazo, pasó a la
plantilla de ORTF: </span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">“Aprobado el nuevo Estatuto de la Radio, me han admitido ya, en
principio, como funcionario permanente, esperando la confirmación de un momento
a otro. Me supondrá un sueldo estimable y la consiguiente garantía, pues me
reconocen los diez años de servicios”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn38" name="_ednref38" style="mso-endnote-id: edn38;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Se
jubiló por edad en esta institución en septiembre de 1964. Con la coquetería de
viejo que se siente joven, presume de salud al contárselo a su primo Juan de
Mata: “No creeréis que no estuve en la cama un solo día desde que salí de
nuestro país, pese a las terribles pruebas atravesadas”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn39" name="_ednref39" style="mso-endnote-id: edn39;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">La frecuente correspondencia que durante estos años mantiene
Arroquia con su primo Juan de Mata Carriazo y que conserva la Universidad de
Sevilla es de carácter íntimo y familiar. Los comentarios políticos se evitan o
mejor, las pocas veces que se hacen adquieren la forma críptica de un juego de
sobreentendidos. Pero no puede evitar que de cuando en cuando aflore la pena
del exilio, el sentimiento de pérdida y ausencia: “el aire pirenaico, cargado
como siempre para mi, de ansiedades y esperanzas”, escribe desde Biarritz en
1967; las reticencias de algunos: “hemos tenido algunas sorpresas como las
primeras noticias directas de (algunos) familiares” (1957); en algún caso el
miedo de algún amigo por que se le relacione con el "rojo exiliado",
tal como le comenta con sorna a su primo en 1960: “P.D. Olvidaba deciros mi
satisfacción porque el buen (Juanito V.) descanse. Su «prudencia» le ha llevado
hasta aconsejar a más de un amigo que no me viera al paso por esta. Claro es
que ninguno le ha escuchando, gracias a Dios”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">La referencia política más relevante en esta correspondencia
se refiere a la muerte en París, enero de 1960, de Diego Martínez Barrio,
fundador de Unión Republicana, presidente de las Cortes y de la República en el
exilio: “El año nos trajo la dolorosa sorpresa de ver partir al amigo que más
queríamos y que fue para mi como un hermano mayor. Me lo ha probado, hasta en
el legado de cuanto constituye su relicario íntimo, de un valor extraordinario
para restablecer la verdad de los hechos y que cuente la experiencia vivida. Ya
tendremos ocasión de hablar de ello, incluso de que me ayudéis a prestar ese gran
servicio al mañana”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn40" name="_ednref40" style="mso-endnote-id: edn40;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Obsérvese que los dos saben de lo que están hablando sin que para nada figure
el nombre del difunto. Se refiere al archivo personal de Martínez
Barrio que años después los herederos de Arroquia depositaron en el Archivo
Histórico Nacional.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn41" name="_ednref41" style="mso-endnote-id: edn41;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">En Francia y en la medida que lo
permitieron las circunstancias, Juan Arroquia conservó su relación con Quesada.
Ya en el viaje a Paris de Rafael Zabaleta, en 1949, los dos amigos mantuvieron
un contacto continuo. En el diario de viaje que llevaba Zabaleta son frecuentes
las anotaciones de <span style="mso-bidi-font-style: normal;">“como con Arroquia”
o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“ceno con Arroquia</span>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En sus charlas en Radio París y en el programa "Correo
del Oyente" a menudo se refería a temas quesadeños, a Zabaleta, a Tíscar...
A veces, y como buen quesadeño, se quejaba de la apatía imperante en el pueblo.
En 1959, cuando Juan de Mata Carriazo ingresó en la Academia de la Historia, al
acto no acudió nadie de Quesada y Juan se lamenta por carta: “me extraña que
siendo Quesada el pueblo de adopción no haya tenido representante. Claro que la
atonía del ambiente aquel tiene como aletargadas a las gentes, por cuya piel
resbala hasta cuanto les afecta directamente. El 8 de septiembre se me ocurrió
comentar la fiesta del Santuario y el homenaje a H. de Caviedes y el conjunto
del pueblo. Y salvo Cesáreo Rodríguez, que me envió unas líneas de Barcelona,
nadie se ha dado por aludido, si bien me han llegado impresiones de que les
emocionara un poco”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">He escrito antes "quesadeño" y es que así, de
adopción, debía sentirse él. En la intimidad familiar de las cartas a su primo
en 1959 le cuenta como en su programa se ha referido a una exposición de
Zabaleta en Madrid<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y a los pocos días al
"Salón de Mayo, que Cesáreo Rodríguez dirige en Barcelona". A la
vista de estas novedades exclama: "Ya veis que el pueblo está «en vedette
de la actualidad»”. Para ambos primos "el pueblo" era Quesada.<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn42" name="_ednref42" style="mso-endnote-id: edn42;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">En junio de 1961 el presidente del
Consejo de Ministros de la República Española en el exilio, general Emilio
Herrera, lo nombró miembro de la maestranza de la Orden de la Lealtad a la
República. Su vuelta a España fue paulatina. La familia vivía en Madrid
mientras él continuaba trabajando en París haciendo escapadas para reunirse con
la familia, para descansar o para administrar las olivas que había heredado en
Jódar. Su vida durante estos años fue investigada por la policía franquista según
informe remitido por la D.G.S. al juez instructor en 1969: "</span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">En contestación al escrito de 17 de
abril pasado, se participa que el arriba citado, con domicilio en la calle
(...) durante el periodo que permanece en esta Capital, observa buena conducta
en todos los aspectos. Actualmente se encuentra en Paris, donde trabaja como
profesor de español en el Instituto Dieterlent. En el domicilio citado
anteriormente vive su esposa y cuatro hijas solteras y a él acude el informado
durante las vacaciones y siempre que se lo permite su trabajo. Durante su
permanencia en esta Capital se dedica solamente a su familia no teniéndose
conocimiento que haga propaganda política contraria al Régimen."<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn43" name="_ednref43" style="mso-endnote-id: edn43;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">El juez instructor propuso la readmisión
en el Cuerpo Técnico de Correos haciendo constar que su jubilación forzosa era
inminente. Y ese e</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">ra el
objetivo de Arroquia, conseguir la jubilación para poder retirarse en su país.
Estaba satisfecho de haberlo conseguido y de la ayuda prestada por sus
compañeros: “la jubilación que me acordaron fácil y hasta rápidamente por la
excelente colaboración de mis compañeros, acreditándome los servicios
prestados”<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_edn44" name="_ednref44" style="mso-endnote-id: edn44;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Arroquia Herrera murió en Madrid el 25 de abril de
1971. En febrero de 1941, en lo más crudo de la posguerra (ese mes se fusiló a
15 quesadeños en la cárcel de Jaén) el funcionario de Correos </span><span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antonio
Pipó Aragón tuvo el valor de pronunciarse a favor de un "marxista", y
</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">declarar
al juez instructor que el que había sido compañero y luego jefe "era un
buen amigo, buena persona y buen funcionario." A esto habría en que añadir
que fue un buen republicano que pagó con años de exilio su lealtad a la
Republica y que trató con humanidad también a sus contrarios, debiéndole unos
cuantos incluso la vida. Y por supuesto
fue un buen quesadeño. De adopción, pero aguantando<span style="color: black;">
con ventaja la comparación con otros de nacimiento.</span></span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">ANEXO<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Relación de personas
que fueron favorecidas y ayudadas</span></b><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> (en bastantes ocasiones salvando la vida) por Juan Arroquia
Herrera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Rafael Villergas Zuloaga, inspector provincial de Trabajo de
Jaén. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Andrés Garrido Tornero, administrador de Correos de
Jimena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Arroquia Torres, administrador de Correos de
Jódar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antonio Gutiérrez Rodríguez,
administrador de Correos de Mancha Real.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antonio Martínez Malo, administrador
de Correos de Torreperogil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Manuel Moreno Linares, administrador de Correos de
Cazorla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Eusebio Santiago Sola, administrador de Correos de Martos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Vicente Mesa Revilla,
funcionario de la Admón. Principal de Correos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.0pt; tab-stops: 238.85pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antonio
Castellanos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> Vallejos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">,
administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Porcuna.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Francisco Perales Padilla, funcionario
de la Admón. Principal de Correos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Juan Muñoz-Cobo y Fresco, </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Arjona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Luis Muñoz-Cobo Jiménez, Arjonilla,
padre Juan Muñoz-Cobo.</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">José Barraca</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">, </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Torres. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Andrés Garrido, administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Jimena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Andrés Garrido, padre del administrador de Jimena y
administrador de las fincas del Marques de Viana. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">Sr. Sánchez Conejero</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">, </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14pt;"> de
Marmolejo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Tomás
Sancho Artola,</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> administrador de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Jódar desde 1937.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">José María Ledesma Ramos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Luis González López, ex-administrador Principal de Correos de
Jaén. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Sr. Ramos, párroco de San Isidoro de
Úbeda.</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">José Labrador, sacerdote de Huelma.</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Cástor Alcalá del Real, Peal de Becerro, Unión Republicana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Ángel Alcalá Cruz, comerciante de Jaén.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Rafael Zabaleta Fuentes, Quesada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Manuel Arenas Moreno, médico de Villanueva del Arzobispo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Lorenzo Polaino Ortega,
Cazorla.</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Rodrigo Madrid, canónigo
de Córdoba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">José
Ortiz, canónigo de Córdoba.</span><span style="color: red; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="color: black; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Alfredo García Jauret, funcionario técnico
de Correos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Antonio Castellanos, jubilado de Correos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Administrador
de </span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Correos</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"> de Lopera<span style="color: red;">.</span> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Cartero de
Cabra de Santo Cristo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; mso-line-height-alt: 11.9pt; tab-stops: 244.1pt; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span style="font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;">Esta
relación no es exhaustiva. Se cita sólo a los que aparecen en la documentación
consultada. Por las referencias de los testigos el número debe ser mucho mayor,
aunque o no dejaron rastro en documento alguno o lo hicieron en documentación
no consultada. <span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<span class="subtitulo"><span style="border: none 1.0pt; color: blue; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt; padding: 0cm;">.</span></span><span style="color: blue; font-family: "arial"; font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<br /></div>
<div style="mso-element: endnote-list;">
<!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> 1918-5-14 La Correspondencia de
España. 14 de mayo de 1918.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: black;">El Orzán. Diario independiente </span></i><span style="color: black;">23-2-1926.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Heraldo
de Madrid</i>, 9-11-1929.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn4" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref4" name="_edn4" style="mso-endnote-id: edn4;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fondo
Rafael Láinez-Alcalá</i> del Instituto de Estudios Giennenses. La tarjeta no
tiene fecha pero es anterior a 1931 pues en el escudo de Correos del membrete
figura la corona borbónica. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn5" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref5" name="_edn5" style="mso-endnote-id: edn5;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Lope de Sosa</i>, revista provincial dirigida por Alfredo Cazabán.
Reproducción digital en Biblioteca Virtual de Andalucía.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn6" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref6" name="_edn6" style="mso-endnote-id: edn6;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Una de ellas, la conocidísima del
Arco de los Santos con la vieja torre de la Alcaidía de fondo y que se
popularizó en la segunda edición de "Pedro Hidalgo o el Castillo de
Tíscar", donde aparece atribuida a "Marin" (?).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn7" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref7" name="_edn7" style="mso-endnote-id: edn7;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quesada. Religión, Ciencia, Arte</i>”. Valentín de las Marinas,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
Adelantado de Cazorla</i>”, 1935<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn8" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref8" name="_edn8" style="mso-endnote-id: edn8;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
Adelantado de Cazorla</i>, cap. 24,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pp.
279-288.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn9" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref9" name="_edn9" style="mso-endnote-id: edn9;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Uno de sus compañeros, Emilio Pérez
Esteve, testificó en su expediente de depuración, seguramente exagerando para
beneficiar a Juan ante el juez instructor franquista, que "</span><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">En un
principio conoció al Sr. Arroquia Herrera como acérrimo derechista, Había
cursado estudios eclesiásticos en un Seminario (...) y defendía los ideales de
la disciplina y de todo aquello que podía considerarse como interés de las
derechas" CDMH_INCORPORADOS_EXP0491 Doc.37.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn10" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref10" name="_edn10" style="mso-endnote-id: edn10;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn11" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref11" name="_edn11" style="mso-endnote-id: edn11;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 60. En estos testimonios
se acentúa o destaca todo lo que pueda ser próximo a la Iglesia y al
conservadurismo pues están hechos para impresionar a un juez instructor
franquista.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn12" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref12" name="_edn12" style="mso-endnote-id: edn12;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gaceta
de Madrid</i> 25 de abril de 1936.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn13" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref13" name="_edn13" style="mso-endnote-id: edn13;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Democracia</i>,
8-5-1936.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn14" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref14" name="_edn14" style="mso-endnote-id: edn14;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491. doc. 55.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn15" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref15" name="_edn15" style="mso-endnote-id: edn15;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Enrique Prats fue también uno de
los primeros que "avalaron" a Rafael Zabaleta durante su detención de
diciembre de 1939.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn16" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref16" name="_edn16" style="mso-endnote-id: edn16;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“<span style="color: black;">La Asociación de la Prensa de Jaén 1911-<st1:metricconverter productid="2011”" w:st="on">2011”</st1:metricconverter>,</span></i><span style="color: black;"> Manuel López Pérez</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn17" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref17" name="_edn17" style="mso-endnote-id: edn17;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491, doc. 15.
Informe del comisario jefe de investigación y vigilancia de Jaén. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn18" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref18" name="_edn18" style="mso-endnote-id: edn18;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc.37<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn19" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref19" name="_edn19" style="mso-endnote-id: edn19;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 15. El informe concluye
que “aun tratándose de hombre de izquierdas, era muy moderado y enemigo de la
violencia y atropellos”.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn20" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref20" name="_edn20" style="mso-endnote-id: edn20;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn21" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref21" name="_edn21" style="mso-endnote-id: edn21;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 65. Detención del
anciano funcionario Francisco Perales.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn22" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref22" name="_edn22" style="mso-endnote-id: edn22;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 37.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn23" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref23" name="_edn23" style="mso-endnote-id: edn23;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Expediente l_141_6061. digitalizado
por el IEG. Diputación Provincial.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn24" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref24" name="_edn24" style="mso-endnote-id: edn24;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Expediente l_97_3929. digitalizado
por el IEG. Diputación Provincial.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn25" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref25" name="_edn25" style="mso-endnote-id: edn25;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Expediente l_309 12563.
digitalizado por el IEG. Diputación Provincial.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn26" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref26" name="_edn26" style="mso-endnote-id: edn26;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491. doc. 28,
33 y 34. Informes, respectivamente de Guardia Civil de Jaén y Madrid y Jefatura
Superior de Policía de Madrid.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn27" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref27" name="_edn27" style="mso-endnote-id: edn27;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491, docs. 67
y 71.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn28" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref28" name="_edn28" style="mso-endnote-id: edn28;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gaceta
de la República</i> de 12 de junio de 1937.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn29" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref29" name="_edn29" style="mso-endnote-id: edn29;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gaceta
de la República</i> de 28 de diciembre de 1937.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn30" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref30" name="_edn30" style="mso-endnote-id: edn30;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491, doc. 55.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn31" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref31" name="_edn31" style="mso-endnote-id: edn31;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. docs. 7 y 8.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn32" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref32" name="_edn32" style="mso-endnote-id: edn32;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 5.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn33" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref33" name="_edn33" style="mso-endnote-id: edn33;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 55.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn34" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref34" name="_edn34" style="mso-endnote-id: edn34;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Legado
Carriazo</i>. Caja 010 doc. 296.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn35" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref35" name="_edn35" style="mso-endnote-id: edn35;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“<span style="mso-bidi-font-weight: bold;">El exilio postal de <st1:metricconverter productid="1939”" w:st="on">1939”</st1:metricconverter> </span></i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Juan Carlos Bordes Muñoz. En<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> <span class="titulo"><span style="border: none 1.0pt; color: black; padding: 0cm;">Migraciones
& Exilios </span></span></i></span><i>3-2002, </i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">pp. 97-116.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn36" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref36" name="_edn36" style="mso-endnote-id: edn36;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491, doc. 55<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn37" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref37" name="_edn37" style="mso-endnote-id: edn37;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Legado Carriazo. Caja 010. doc. 276<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn38" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref38" name="_edn38" style="mso-endnote-id: edn38;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 226.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn39" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref39" name="_edn39" style="mso-endnote-id: edn39;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 233.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn40" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref40" name="_edn40" style="mso-endnote-id: edn40;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. doc. 252. Carta fechada en
París el 29 de enero de 1960.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn41" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref41" name="_edn41" style="mso-endnote-id: edn41;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> ES.28079.AHN/4.2.8. En la
descripción del archivo, la ficha del AHN dice sobre su origen: "Es
depositado desde 1981 por los descendientes de Juan Arroquia, a quien Diego
Martínez se lo había entregado en 1957".<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn42" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref42" name="_edn42" style="mso-endnote-id: edn42;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> CDMH_INCORPORADOS_EXP0491, doc.
273.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn43" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref43" name="_edn43" style="mso-endnote-id: edn43;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> Ibíd. 264.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="edn44" style="mso-element: endnote;">
<div class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Vicente/Documents/aaDOCUMENTOS%20DE%20TRABAJO%2016-04-19/Quesada/Juan%20Arroquia%20CDMH_INCORPORADOS_EXP0491/Juan%20Arroquia%20Herrera%2001.doc#_ednref44" name="_edn44" style="mso-endnote-id: edn44;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "arial"; font-size: 11.0pt;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Legado
Carriazo</i>. Caja 010. doc. 239.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
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